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Alimentando a dos hermanitas con mi leche.

en Sexo Oral

Alimentando a dos hermanitas con mi leche.

 

Todas las mujeres saben hacer mamadas. El problema es que no todas saben hacerlas bien. Es algo lógico, pero aún así hay que aclararlo.

Y lo digo porque actualmente estoy muy bien mamado, pero muy muy bien.

 

Soy el Chief Proyect Design de una gran Consultoría en el ámbito sanitario la cual me envió este año a Valladolid a auditar un gran centro hospitalario. Como no tenía apartamento conveniado tuve que ponerme a buscar y ya que tenía amigos en el departamento de ginecología me recomendaron a la "Señora Manoli" que alquilaba habitaciones para compartir en estancias profesionales de menos de un año.

El piso tenía 3 habitaciones, de las cuales sólo una estaba sin ocupar. Las otras dos las ocupaban dos hermanas que habían venido de su pueblo a estudiar patronaje y confección textil a la ciudad.

 

La señora era familia lejana de las chicas y se había comprometido con su madre a cuidarlas e intentar que estudiaran. Pero Marisa y Yolanda eran un poco “lentitas”. Digamos que no son del todo normales en cuanto a su intelectualidad. No son Down, pero en fin…

Así que cuando llegué todo fue fácil: ellas nunca habían vivido con un hombre pero la señora del piso en cuanto me vio bien trajeado, perfumado y con un trabajo serio, de buena familia y recomendado, se fió de mí, aunque me dijo que tenía que tener paciencia con las chicas porque no eran muy listas que se diga.

 

En cuanto ellas me vieron se ilusionaron, me presenté con dos besos y mi perfume y mi talla elegante las cautivó, algo que sabes perfectamente cuando ocurre.

Pero su ilusión les hizo decir que ellas limpiaban el piso porque actualmente no tenían clases pero no se querían volver al pueblo en verano, y le habían dicho a su madre que estos 3 meses tenían clases, cosa que aún me impresiona que su madre y la señora les hubieran creído. En fin.

 

Me instalé en el piso y fui poco a poco, con pies de plomo para ver cómo reaccionaban estas chicas.

 

Tanto Marisa como Yolanda eran muy delgadas, pero mucho. Como ya comenzaba el mes de junio y el calor aprieta, andaban por casa con un short de algodón y una camiseta de anillas, por lo que pude ver varias veces que apenas tenían tetas.

Me sonreían mucho y comenzamos a charlar muchísimo porque, por una parte mi horario era de 7:00 a 15:00 y así yo tenía todas las tardes libres.

 

Al principio comía en el comedor del hospital con mis colegas ginecólogos, ostetras, y algún cardiólogo, pero al final me liaba trabajando y no llegaba a casa hasta media tarde. Así que decidí comer en casa. El primer día ya me dijeron que ellas no sabían cocinar muchas cosas pero que podían cocinar para mí un plato más, así que les dije que yo compraba la comida y ellas cocinaban.

Y comenzamos a comer juntos y a charlar muchas tardes sobre sus cosas de chicas que no llegan a los 30 pero repito, justitas de intelecto. Muy justas. También me iba a dormir la siesta mientras ellas fregaban, y al despertar seguíamos con las charlas hasta la cena, y a veces se alargaban las conversaciones hasta la madrugada.

 

En esas charlas descubrieron que yo estaba muy relacionado con el ámbito de la ginecología, especialización de mi consultoría profesional, y se les iluminó la cara. Se pusieron muy contentas pero no me dijeron el por qué.

 

Los fines de semana me iba a bailar y ellas se quedaban en casa imaginando ser unas grandes modistas. Pero cuando se enteraron de que yo era instructor de bachata enseguida me empezaron a pedir clases. Yo había conseguido elCertificado de instrucción de Bachata Sensual y los fines de semana me desenfrenaba rozando coños y culos en los locales de baile de las escuelas, y claro, alguna vez me traje a alguna a follar al piso, pero nunca repetía, esa era mi condición.

 

Ellas insistieron mucho en que querían aprender a bailar Bachata:

  • Por favor Andrés, por favor, enséñanos a bailar bachata, que es muy lindo…

  • Sí por favor, anda no seas malo, no tenemos mucho dinero pero limpiamos el piso y cocinamos lo que haga falta…

  • Bueeeeno, chicas, está bien…

 

La señora llegó una tarde y nos vio mientras yo les hablaba de que yo podía intentar que comenzaran a coser para el sector sanitario, batas, etc, y ahí ya me la gané. Ya tenía a la señora de mi mano, sin desconfianzas hacia mí, como un profesional y quizás promotor laboral de sus chicas. Pero quedaba lo de comenzar las clases de baile.

 

Así que una tarde después de mi siesta les dije que íbamos a tener las clases de bachata.

Se pusieron muy contentas y comencé con mis rutinas de movimientos, primero de forma suelta:

 

  • A ver chicas, comenzamos contando uno, dos, tres, golpe de cadera, cinco seis siete, golpe de cadera, venga…

  • A ver cómo es…

 

Como siempre tengo que acercarme y agarrarlas por encima de las caderas para mecanizar los movimientos y ahí noté lo delgaditas que estaban y que no llevaban sujetador porque ni la talla 85 les valía.

 

El caso es que fui enseñándoles poco a poco, y después las puse juntas para bailar en pareja, pero si intelectualmente eran torpes, bailando eran el colmo. Ahí las dejé practicando un rato y bajé a comprar. Al llegar me las encontré sin avanzar nada.

 

  • Por favor, Andrés ¿podrías bailar con nosotras?

  • Sí Andrés porfa, es que no nos sale entre nosotras…

 

Total que, como siempre, ahí voy yo. Y comencé con Yolanda, la agarré como hay que hacerlo y comencé a bailar despacito, sin seguir la música. Poco a poco iba metiendo más mi pierna entre las suyas pero parecía no estar segura.

 

  • A ver Yoli, la bachata es un baile sensual, tienes que abrir más las piernas.

  • Sí, Andrés perdona, es que me da como cosa, es que nosotras…

  • ¿Vosotras qué?

  • Es que… bueno ya te contaremos, vamos a bailar…

 

Así que abrió bien sus piernas y metí la mía, rozando bien su coñito. Después le tocó a Marisa e hice lo mismo. Después les enseñé a darme la espalda arquearse un poco y yo moverme con mi pubis empujándolas por el culo, ese movimiento tan descarado ya en la primera clase.

 

Ellas se reían y se ponían coloradas. Yo me estaba poniendo duro, así que sin disimulo intenté que notaran mi polla dura entre sus piernas al bailar. Pero tanto me acerqué, tanto me rocé con ellas y tan patosaseran moviéndose que en un caderazo a la inversa de Yoli me metió un rodillazo en los güevos que me quedé sin respiración y me tuve que tirar al suelo del dolor.

 

  • Ay dios mío, ay dios mío, perdón Andrés, ay dios mío!!!

  • Pero qué hiciste Yoli? Ay dios! Qué te pasa Andrés? Estás bien?

  • Ummmmfffff

 

Yo no podía ni hablar. Casi ni respirar. Ellas muy asustadas querían llamar al médico pero les dije que no con señas. Poco a poco me fui recuperando, limpiándome las lágrimas, recobrando el aliento, y me senté.

 

  • ¿Estás mejor Andrés? Ay dios mío, lo siento mucho, ¿qué podemos hacer?

  • Sí Andrés dinos…

  • Tranquilas chicas. Ya estoy un poco mejor. Es que una güevada es lo peor del mundo (dije medio riendo).

  • ¿Qué es güevada?

  • ¿En serio no sabéis lo que es? (Ambas negaron con la cabeza)

  • A ver, los tíos tenemos nuestros aparatos reproductores en el exterior, y cuando nos dan un golpe ahí, en los güevos, es como si nos matasen de dolor…

  • Ay dios, perdóname, lo siento mucho, soy muy patosa…

  • Sí, pero Yoli no lo hizo a drede, fue sin querer seguro…

  • Tranquilas chicas, fue sin querer. Un accidente… Y lo peor es que hace días que no tengo sexo y estaba cargado a tope jajajaj…

 

Ellas no entendieron la broma y se miraron como extrañadas…

 

  • Sí hombre, a ver cuando los chicos no tenemos sexo de forma permanente se nos llenan los güevos y todavía nos duele más cualquier golpe…

  • ¿Se os llenan de qué?

  • Pues ¿de qué va a ser? ¡¡De leche!!

 

Aún se quedaron más aturdidas…

 

  • A ver chicas, que sois mayorcitas, no sois unas niñas. No me digáis que nos sabéis de lo que os hablo…

  • No lo siento Andrés, pero de las cosas de los hombres no nos hablan.

  • Bueno, ¿pero sabéis que los chicos producimos semen en los testículos y las chicas óvulos en los ovarios? Digo yo que eso…

  • Puessss…

  • Puessss…

  • ¿Pues qué?

  • Es que verás Andrés (dijo Marisa con voz rota y tímida), me da mucha vergüenza pero si tú trabajas con ginecólogos ya sabrás de lo nuestro…

  • ¿Qué es lo vuestro?

  • Es que las dos padecemos de agenesia vaginal uterina primaria...

  • ¡Hostia! Entonces no tenéis ni útero ni vagina.

  • No.

  • No.

  • Vaya, lo siento mucho. ¿Con oclusión total de la vagina?

  • Sí... Caray, sabes mucho de lo nuestro!!

  • Bueno, lo mío son los números y la gestión, pero de eso tango bastantes conocimientos. Sé que se da en una de cada 5.000 mujeres, pero si sois hermanas es congénito, claro.

  • Sí los médicos nos dijeron eso desde que nacimos.

  • Entonces no podéis tener relaciones sexuales, claro…

  • No, nunca hemos estado con hombres, nuestra madre no nos dejó nunca. Hasta ahora. Sólo se fía de la señora Manoli, y ella te tiene en gran estima, de hecho ya no viene todos los días, solo pasa por las mañanas a vernos.

 

Esas palabras, y mis fantasías con ellas no dejaban de darme vuelta por la cabeza.Sólo viene por las mañanas… hummm”...

 

En ese momento, me levanté y les dije que tenía que llamar.

Me fui a mi habitación y llamé a la señora Manoli para explicarle que yo madrugaba muchísimo y estudiaba hasta tarde, así que necesitaba dormir la siesta al menos hasta las seis de la tarde, que ya había hablado con las chicas y que sólo era por si venía por el piso para que por favor no hiciera ruido. Me dijo que por supuesto, que ni siquiera iría por allí en ese horario. ¡Conseguido!

 

A momento oí el teléfono de casa y era la señora diciéndoles a las chicas que hasta las seis de la tarde nada de ruidos, etc, etc, etc.

 

Volví al salón y me dijeron que no sabían nada de lo de no hacer ruido, etc, y les dije que no se preocuparan, que era para estar tranquilo para dormir la siesta sin tener visitas...

 

  • Oye Andrés pero ¿estás mejor?

  • Sí Andrés, estás mejor? Lo siento mucho…

  • Tranquilas, ya estoy algo mejor. Además ésto tiene fácil solución...

  • ¿¿Fácil solución??

  • Bueno, claro, es que vosotras no podéis tener sexo. Lo entiendo. Pero yo soy un hombre…

  • ¿Y qué pasa por ser un hombre?

  • No quiero ser grosero, pero éste dolor que tengo desaparece con sexo.

  • ¿Y cómo?

  • Pues teniendo sexo…

  • ¿Pero tienes novia?

  • No hombre, con una paja y listo.

  • Yo oí muchas veces eso de las pajas, pero no sé que es...

  • Ni yo…

  • Pues a ver chicas, los hombres tenemos pene y testículos. Cuando tenemos los testículos o lo que es lo mismo, los güevos llenos de leche, tenemos que tener sexo con una chica o menearnos la polla hasta que nos corremos y vaciamos la leche de los güevos. Y así se nos pasa el dolor.

  • ¡Vaya! ¡Qué raro!

  • Sí, qué raro…

  • Pero chicas, que somos adultos... ¿vosotras no os hacéis pajas? ¡Venga ya!

  • Nosotras no tenemos pene ni nada de eso, Andrés…

  • Claro bobo ¿cómo nos vamos a hacer pajas?

  • Pero vamos a ver, no tenéis polla pero tenéis clítoris chicas!!! No me toméis por tonto…

  • Que no Andrés, ¡que no tenemos clítoris! Esa es otra de las palabras raras que siempre decían en bajito los médicos, y las chicas del pueblo siempre bromeaban con eso  entre ellas, pero no tenemos, es agenesia primaria sin clítoris, así lo escriben los médicos… Los médicos nos dijeron que no podíamos tener orgasmos, pero nunca quisieron explicarnos qué era eso, y nuestra madre se ponía muy nerviosa siempre en la consulta cuando sacaban ese tema, ni sabemos qué es eso de orgasmos, así que...

  • ¡Joder! Pues esa patología es todavía menos común. Vaya, lo siento mucho chicas.

  • Bueno, así somos y no tenemos ningún problema más. Ya está.

  • No, no tenemos ningún problema más…

  • Claro, salvo que no podéis tener relaciones sexuales con chicos…

  • Bueno, pero quizás encontremos a alguno que no quiera sexo ¿no?

  • Hombre, eso en los hombres es más difícil, pero quizás quién sabe…

  • ¿Pero no todos lo necesitarán, no?

  • Hombre, pues como os decía, si no tienes sexo, te duelen los güevos, lo que me recuerda que tengo que irme a hacer una paja porque me duele todavía un montón…

  • Ay, perdona, con todo esto ya se nos había olvidado…

  • Sí se nos olvidó…

  • Bueno, pues os aseguro que después de ese golpe, ¡a mí no!

  • Jo, lo siento mucho mucho muchísimo, ¿podemos ayudarte?

  • Sí, anda, ya que te provocamos ese dolor en los huevos...

 

Bingo. Esas eran las palabras mágicas.

 

  • Hombre, pues no estaría mal, jajaja

  • Sí, tú dinos y te ayudamos…

  • Pero no se dice “huevos”, se dice “güevos”. Los huevos son los de las gallinas, los míos son güevos, ¿ok?

  • Ah, pues no sabía. Ni yo tampoco, y no sé por qué pero me da como vergüenza…

  • Pues eso hay que solucionarlo ya. Si vais a hacerme una paja tenéis que eliminar la vergüenza antes de continuar. A ver Marisa, cariño, imagínate que fueras mi novia y dime mirándome a los ojos: “Andrés, tienes los güevos doloridos, así que voy a ayudarte a descargártelos”.

  • (Se medio sonrió hacia su hermana, pero entonces me miró y me dijo): Andrés, tienes los güevos doloridos, así que voy a ayudarte a descargártelos.

  • Muy bien cariño. -Le di un beso en los labios y me giré hacia su hermana-. Ahora tú Yoli, mírame a los ojos y dime: “Andrés te duelen los güevos por mi culpa, así que voy a hacerte una paja para que puedas descargarte a gusto”.

  • Andrés te duelen los güevos por mi culpa, así que voy a hacerte una paja para que puedas descargarte a gusto, y que te guste mucho y no te duelan más (añadió ella).

  • Muy bien Yoli. ¿Veis?, superada la vergüenza entre nosotros.

  • Jijijijiji, qué bien. Sí qué bien!!

  • A ver chicas, yo me voy a la cama, si queréis acompañarme…

  • Sí vamos

  • Sí vamos…

 

Cerré con llave la puerta del piso para que nadie nos pillara in fraganti. Entré en mi habitación y me comencé a desnudar. Ellas se rieron. Cuando me quité el boxer y vieron mi polla se quedaron absortas. Me dijeron que se habían hecho a la idea de que las pollas de los hombres eran en realidad más pequeñas, nunca habían visto una empalmada en directo, solo en fotos… Entonces les dije:

 

  • Si me queréis ayudar, me podríais dar besitos como antes.

  • Ajá, como si fuéramos tu novia.

  • Bueno, si fuérais mis novias os estaría follando, pero sí, jajajajaja

  • (Ambas se rieron mucho pero tímidamente…)

  • Bueno, vale.

  • Yoli, vete a por un cojín para poner en mi espalda de respaldo en la cama para poder besaros mientras me hacéis la paja.

  • A ver Marisa, mientras viene tu hermana voy a explicarte cómo se besan los novios.

  • ¡Vale!

 

Entonces puse mis manos sudorosas sobre la carita de Marisa y comencé a besarla suavemente, pero enseguida abrió su boca y entonces comencé a meterle la lengua primero de forma suave y amorosa, pero después con todo el descaro y sabiendo que nunca habían besado a nadie, le metía la lengua hasta el fondo sujetándole la cabeza con las dos manos, follándole la boca con mi lengua, de forma muy guarra… Y entonces nos sorprendió Yoli:

  • Ya traje el cojín!

 

Entonces separé una mano de la carita de Marisa, levanté un dedo hacia Yoli para que entendiera quién mandaba, y después seguí tranquilamente besando a su hermana de forma muy guarra. En cierto momento se separó de mí y me dijo:

 

  • Perdona Andrés, es que tengo toda la cara llena de baba y me era extraño…

  • Es así, cariño. ¿Nunca te han besado como un novio?

  • No. ¿Es así como se besa?

  • Claro preciosa, eso se hace así para excitarse. ¿No sientes calor en tu entrepierna?

  • Bufff, no sé, siento calor en todo el cuerpo!!

  • Claro, pues eso es exactamente la excitación, que es necesaria para que un chico y una chica "hagan el amor"...

     

  • Aaaaah, ahora sí sé lo que es, wow, qué sensación!!!

  • ¿Te gusta, preciosa?

  • Muchísimo!

  • Entonces ven que te sigo besando… (Y le metí la lengua en la boca, a lo que vuelve a insistir Yoli):

  • Ya traje el cojín!!!

Entonces me separé de Marisa y me dirigí violentamente hacia Yoli:

 

  • Yoli, ¿no te hice una señal para que esperaras?

  • Sí, pero no me hacías caso y yo también quiero aprender.…

  • Vamos a ver chiquillas, te lo digo a ti pero es para las dos: es muy difícil excitarse. Así que cuando esté besando y excitándome de cualquier forma con una de las dos, la otra tiene que esperar. Hay ser paciente, porque si no se me baja la polla y entonces me voy de aquí, y se acaba todo. ¿Entendido?

  • Sí (las dos).

  • Vale, pues después te enseño a ti, pero ahora le toca el turno a tu hermana.

 

Así que volví hacia Marisa y le dije que la iba a excitar de forma completa, como si fuera una chica normal a la que voy a hacerle el amor. Ella me miró tiernamente, la cogí de la carita y volví a besarla, metiéndole mi lengua bien adentro, jugando con la suya y comencé a lamerle las comisuras llenándola de mis babas, enrollé mi lengua y le dije que me chupara la lengua enrollada, pero no le salía muy bien, así que le dije que ahora venía la excitación de las chicas, y comencé a tocarle las diminutas tetitas por encima de la camisetita, ella se movió un poco pero se dejó hacer mientras yo seguía besándola.

Después fui bajando mi mano hacia su entrepierna, metí mis dedos muy lentamente entre su pantaloncito de algodón y bajé hasta su “coño”. Ella dio un respingo. Yo le dije: “tranquila que te voy a acariciar muy suave para excitarte”.

 

Fue abriendo sus piernas y fui palpando mucho calor, y conseguí llegar a lo que parecía su coñito, pero la verdad es que no había nada más que una especie de mini agujerito, para orinar, claro, pero ni rastro de labios vaginales convencionales, ni la típica sensación húmeda de un coño al tacto de los dedos.

 

Estas chicas no se humedecían. No tenían vagina ni las conexiones intrauterinas para la producción de flujo vaginal, ni nada que se le pareciera, seco. Completamente seco, caliente pero carente de sexualidad. Era muy extraño para mí, aun sabiendo lo que estaba tocando.

 

Bueno, una vez terminé de calentar a Marisa, me acerqué a Yoli y repetí la operación.

 

El haber sido la segunda, y ese innato impulso humano por competir la hacía ser más abierta a mis embestidas con la lengua, la puse perdida con mis babas en su boca y cara, incluso le apreté un poco las tetitas para testearla, y se dejaba hacer sin rechistar, así que me animé y sin avisarla bajé mi mano y la metí por dentro de su pantaloncito mientras tenía casi toda mi lengua dentro de su boca y le intenté meter un dedo por esa especie de coñito también completamente seco, sin flujo alguno, pero ahí sí se quejó. Era un agujero minúsculo, y entendí que por ahí no podía entrar nada porque no había sido preparado para eso. La naturaleza así lo hizo, y quién soy yo para contradecirla…

Yo en ese momento ya me estaba tocando la polla con descaro delante de sus caras. Me separé de Yoli, enrollé mi lengua en tubo y le dije que me la chupara.

 

  • Muy bien Yoli, chupas la lengua muy bien!!! Eso es muy excitante!!

 

En ese momento vi la cara entristecida de Marisa.

  • Qué te pasa Marisa?

  • Es que yo también quiero demostrarte que puedo chuparte la lengua muy bien…

  • Vale, a ver, vamos a probar de otra forma, a ver déjame un dedito tuyo, vale, ahora te lo voy a chupar como deberías chuparme la lengua ¿ok?

  • Ok.

 

Entonces con mi mano libre cogí su manita e introduje su dedo índice en mi boca. Comencé a chuparlo lentamente, sin demasiada fuerza mientras yo me seguía pajeando y ellas no dejaban de mirar mi polla completamente dura, la recuerdo muy grande. Muy gorda.

 

Yo sabía que ese día sólo tocaría paja, pero me excitaba la idea de que algún día me comieran la polla a mi gusto. Así que mientras miraba cómo le chupaba el dedito, me lo saqué de la boca y sin dejar de pajearme oscenamente la polla delante de su cara le pregunté:

 

  • ¿Entendiste?

  • Sí, muy suave ¿no?

  • Bueno, puedes chupar un poco más fuerte, pero no mucho, porque se trata de excitarme chupándome el dedo, no es que me vayas a mamar la polla ¿entiendes?

  • Sí, creo que sí. Saca la lengua y déjame practicar...

  • No, espera, primero chúpame un dedo y te digo cómo mejorar...

 

Entonces Marisa desvió su cara hacia mi mano izquierda, la que estaba libre, pero yo hábilmente miré a su hermanita Yoli y llevé esa mano hacia su cara para darle una pequeña caricia mientras con la derecha me seguía masturbando.

LLevé mi mirada hacia mi mano derecha que rodeaba mi polla ya sudorosa, y le dije:

  • Abre la boca.

Ella sólo obedeció, y yo me recreé en la imagen de mis dedos saliendo de mi polla directamente hacia su boca.

 

  • Bien, ya lo haces mejor.

  • ¿Te gusta más así?

  • Sí, pero espera un momento, que tengo que pajearme un poco para que siga estando dura.

 

Me toqué bien la polla con la mano, pasándome los dedos descaradamente por ella, y le volví a hacer el gesto de que abriera la boca y volver a meterle en la boca mis dedos directos del pajeteo sudoroso y con sabor a mí. A mi polla.

 

Las miré y les dije que ahora tocaba comenzar a pajearme entre las dos para ayudarme a vaciarme bien los güevos. Me recosté en la cama con el cojín en la espalda.

 

Se acostaron a mi lado y comencé a besarlas mientras mi polla estaba cada vez más dura. Y comencé a pajearla suavemente con seguridad y aplomo hacia ellas. Ellas miraban mi polla y el movimiento mancillador asombradas.

 

  • ¿Podemos tocarla, Andrés?

  • Nunca hemos tocado ninguna…

  • Claro princesas, podéis tocarla, pero a cambio me gustaría que os desnudárais del todo.

  • Pero me da un poco de vergüenza desnudarme delante de ti.

  • No lo pienses más, mira, yo me he desnudado y me estáis viendo completamente desnudo y con mi polla totalmente dura, no sería justo que vosotras no os desnudárais también, ¿no?

  • Pero no podemos follar, como dices tú…

  • Tranquilas, es para excitarme mejor y que sea más agradable la paja…

  • Pero ¿porqué es más agradable la paja si nos desnudamos?

  • Ah claro! ¡No sabéis cómo excitaros sexualmente! ¿no?

  • No entiendo… Ni yo…

  • Claro, pobrecitas… A ver, cuando un hombre ve desnudas a las chicas, se excita y tiene una erección, es decir, se le pone dura la polla imaginando lo que va a suceder…

  • Ah, ya entiendo, si tú nos ves desnudas, tu polla piensa que va a follar con nosotras como si fuéramos tus novias, ¿no?

  • Exactamente.

  • Pero si después no folla porque con nosotras no puede follar ¿qué pasa?

  • Pues ahí está lo importante. Si se pone dura mi polla y puede follar, o pajearse, o que le hagan una mamada, entonces tengo un orgasmo y descargo mis güevos de la leche que me molesta por la acumulación. Pero si no tengo un orgasmo, todavía me duelen más los güevos, y como encima ella me dio una güevada tengo que descargar rápido para que dejen de dolerme tanto…

  • Ay, claro, es verdad! Vamos a desnudarnos rápido, venga.

 

Se comenzaron a desnudar, y vi sus tetitas minúsculas, se las acaricié con descaro. Se rieron, y dijeron que les hacía como cosquillas. Así que agarré la mano de Yoli y se la llevé a mi polla, mientras le enseñaba a pajearme. Para ésto tenía más maña que para la bachata, ya lo creo.

Y le dije a Marisa que me besara mientras Yoli me pajeaba. Yo le metía la lengua a fondo en la boca y a Marisa parecía agradarle mientras Yoli me pajeaba muy concentrada.

 

  • ¿Andrés lo hago bien?

  • Bufff, me pajeas bastante bien para no tener experiencia, pero debes tener más cuidado con mis güevos, intenta no tocármelos al bajar tu mano mientras me pajeas.

  • Ay lo siento. No lo vuelvo a hacer. ¿Así mejor?

  • Sí, mucho mejor, pero no la muevas tan rápido… Tienes que hacerlo con cariño.

  • Pues yo tengo mucho cariño, ¿te gusta así?

  • Así me encanta, princesa, mucho mejor...

  • Eh, yo también quiero aprender la paja, dijo Marisa

  • Pues venga chicas, ahora tenéis que cambiar. Tú ponte aquí cerca para que puedas besarme y tú ponte enfrente para la paja.

 

Así que ahora Marisa me pajeaba, con un poco menos de habilidad que su hermana, mientras a Yoli le metía la lengua y le bababa toda la cara con descaro y de vez en cuando les tocaba las tetas y les apretaba un poquito los pezones.

Era maravilloso tener a una pajeándome de forma tosca mientras la otra me metía la lengua ella solita en la boca y yo me relajaba sin tener que hacer nada más que disfrutar de la estampa.

 

  • Bueno chicas, me habéis excitado muy bien, así que me voy a correr.

  • ¿Eh?

  • Que me va a salir la leche de los güevos

  • Bieeeeeen, nunca hemos visto la leche de los hombres!!!

  • Pues hoy vais a ver mucha leche que tengo los güevos llenitos, hace dos días que no descargo…

  • ¿Pero tienes que descargar todos los días?

  • Es que si no lo hago casi todos los días, me duelen más los güevos…

  • Ah, claro…

  • ¿Y sale mucha?

  • Pues hoy va a salir mucha sí, a ver déjame que acabe yo de pajearme, Marisa.

 

Y ahí arrodilladas las dos en la cama, desnudas, me corrí como un león. Llené todo mi torso de leche y ellas se quedaron asombradas de mi reacción en el orgasmo, de la lechita, de la tersura de mi polla tras la corrida…

 

  • Pero no es leche-leche ¿no? Es como más pastosa…

  • Sí parece más pastosa…

  • Bueno, es la leche de los hombres chicas…

  • ¿Se te ha quitado el dolor?

  • Bueno, comenzará a desaparecer…

  • Oye Andrés y ¿se puede tomar la leche de hombre?

  • Sí Andrés, ¿se puede?

  • ¡Cómo no se va a poder! Las chicas se la toman toda porque les hace crecer las tetitas

  • ¿¿¿En serio???

  • ¿¿¿De verdad???

  • Pues claro. Está demostrado científicamente por investigadores del ámbito ginecológico que las chicas que se toman la leche de sus chicos desarrollan más glándulas mamarias. Se le ponen las tetas grandes y redonditas.

  • Caray! Pues yo quiero probarla.

  • Y yo.

  • Bueno chicas, pues podéis lamer la leche que me quedó en el torso y podréis probarla.

 

Así lo hicieron, lo saborearon y se tragaron algunos goterones de mi guasca lechosa.

 

  • Pero no sabe como la leche.

  • No, sabe raro, pero no como la leche.

  • Bueno chicas, es la leche de hombre, no la de vaca…

  • Ya claro, pero pensé que sabría más parecido.

  • Yo también. Tiene un sabor raro...

  • Pues nada, tranquilas, que si no la queréis yo se la doy a otras chicas que quieren que les crezcan las tetas…

  • No, no… Si está bien. No está mal, no quería decir eso…

  • Ah, ¿cómo que está bien, entonces?

  • Sí, está bien. Si nos crecen las tetitas, jijiji…

 

Y justo después de esas palabras de Marisa, de haber tejido toda mi estrategia, fue el momento donde me di cuenta de que tendría a dos chicas mamándome la polla a diario.

 

Como sabía que era media tarde, y la señora estaba a punto de venir les dije que nos vistiéramos y fuimos al salón de estar con mi portátil.

Entonces, como si de una clase magistral se tratase, les comencé a hablar de cómo había que hacer una mamada cuando las chicas querían tomarse la leche de sus chicos.

 

  • Lo más importante es la forma de excitar a tu chico, y después la forma de mamar la polla, pero eso es bastante difícil…

  • Bueno, pero podemos aprenderlo a hacer bien.

  • Claro que podéis, pero lleva su tiempo porque hay muchas chicas que se meten la polla en la boca, chupan un poco y ya piensan que están haciendo una mamada. Y no es así.

  • No, no, no, claro (dijeron las dos, como denotando sabiduría…)

  • Pero Andrés, ¿por qué las chicas hacen mamadas, si pueden follar?

  • Pues veréis chicas, cuando una pareja va a hacer el amor, necesitan excitarse, así que la chica le comienza a mamar su polla porque así a él se le pone dura y ella se excita mucho.

  • Ah. Pero y si van a hacer el amor, y ella sigue haciéndole la mamada ya no pueden seguir.

  • A ver Marisa, es que no siempre es así, en realidad ella suele detenerse antes de que el chico se corra…

  • Aaaaah, y después hacer el amor, claro…

  • A ver, es que el sexo oral es "una forma" de hacer el amor.

  • ¿Pero no hacen el amor “follando” como tú le llamas?

  • Es que hacer una mamada, es hacer el amor. ¿No entiendes?

  • Pues no mucho…

  • A ver, por ejemplo vosotras ¿cómo podríais hacer el amor con un chico?

  • Pues no podemos…

  • ¡Claro que podéis! ¿Cómo no vais a poder?

  • Pues los médicos y todo el mundo nos dijeron que no podíamos, ¿verdad Yoli?

  • Sí, todo el mundo, incluso nuestras amigas se reían de eso y se metían con nosotras porque nunca íbamos a poder hacer el amor…

  • Pues no os pongáis tristes porque eso no es así. Se puede hacer el amor de muchas formas, vaginal, oral y analmente…

  • Pero analmente dicen que es muy doloroso, hemos leído y nos han dicho que duele mucho, que si te meten una polla por el culete sangras y todo…

  • Bueno, a veces sí…

  • ¿Y por qué follan por el culo si pueden follar por la vagina, no entiendo?

  • Bueno, porque a algunas chicas y a algunos chicos les excita mucho que se la metan por el culito, o follarse el culito de una chica...

  • ¿Y tú has metido tu polla en el culo de alguna chica? Jijijijiji

  • Sí, claro.

  • ¿En serio? ¿y qué pasó? ¿sangró?

  • Pues sí. Tengo una polla muy gorda y al mismo tiempo grande, entre todos los que conozco destaco mucho, de hecho en el gimnasio desde el instituto me conocen como Mr Tuenti, porque tengo 20 centímetros de polla y eso es una ventaja para follar chicas por la vagina, pero un problema para follar culitos, dado que además es muy gordota, no la vísteis?

  • Sí, era muy gorda, yo pensé que eran más pequeñas, nunca me imaginé que fueran así de grandes, ni con ese calor, ni nada parecido, ¿y tú Marisa?

  • Yo tampoco…

  • El problema fue que a una chica me la follé por el culo y abrió demasiado y rasgó el culito…

  • ¿En serio? ¿y qué pasó?

  • Pues pasó que yo sentí como desgarraba al abrir, incluso con lubricante, pero la fisura fue tan importante que tuvimos que parar al momento y salir corriendo hacia el hospital, la ingresaron por urgencias y estuvo así casi dos meses, fue una locura…

  • ¡Ay dios mío! ¡Qué dolor!

  • Pues sí, lindas mías, y desde ese día no he vuelto a follar culitos, por mucho que me lo pidieran…

  • ¿Y no pudísteis hacer más el amor en tres meses?

  • Sí, claro que sí, ¿no te estoy diciendo que el sexo oral es igual cuando se trata de hacer el amor?

  • Ah, entiendo, todo el tiempo sexo oral…

  • Exactamente, se pasó 3 meses haciéndome solo mamadas.

  • Ah, y qué le pasó a ella?

  • Pues que después de tres meses tomándose mi leche a diario, le crecieron las tetas una talla.

  • ¡Hala, qué guay!

  • Sí, qué bien!! Por lo menos le salió bien eso…

  • Pues sí chicas, eso le salió muy bien, pero venga, ya está bien de charlar de sexo por hoy, os voy a enseñar un poco de inglés, que le prometí a la Señora que os iba a enseñar cosas importantes ¿ok?

  • No, va, háblanos más de hacer el amor porfa…

  • No. Otro día, venga que va a venir la Señora.

 

Y ahí comencé a apuntarles fraseología en inglés y algunas expresiones chuscas para quedar bien, el caso es que al cabo de una hora sonó el timbre, era la dueña de la casa y al pasar y ver que estaban estudiando inglés se alegró mucho.

 

  • ¿Qué tal van estas chicas Andrés? ¿Ya aprenden inglés bien?

  • Bueno, todavía es pronto, vamos poco a poco…

  • Es que su madre se va a poner loca de contenta!!

  • Pues le puede decir que avanzan muy bien…

  • Tienes que tener paciencia Andrés, yo te lo agradezco mucho, ya ves que no son chicas “normales”, entre tú y yo (susurrando) les falta un hervor…”

  • Ya lo sé señora, pero cada uno a su ritmo…

  • ¿Y crees que podrán hablar en inglés?

  • Hombre, yo no diría tanto, eso lleva mucho tiempo, pero bueno, poco a poco aprenderán a decir cosas para defenderse algo, ¿no cree?

  • ¡Ay, qué bueno eres Andrés! Eres un ángel con estas pobres chicas… Su madre estaba preocupada contigo, pero se va a tranquilizar mucho…

  • Pues dígale que venga a conocerme si se tranquiliza más, para mí no es ninguna molestia darles algunas clases de inglés y ayudarnos al compartir piso.

  • Su madre va a estar encantada, con esas noticias “sus hijas hablando inglés, nada menos!!!”

  • Hombre, les falta mucho, todavía están comenzando y van bien en la escritura y en la lectura, pero en el oral es donde más flaquean, tienen que mejorar mucho, pero yo tengo buenos métodos para que avancen trabajando el oral diariamente…

  • Claro, un chico estudiado como tú, pues no os molesto más…

  • No es ninguna molestia. (Se dirige al salón donde están las chicas)

  • Chicas, ya sabéis, estudiad mucho para que Andrés os pueda recomendar a alguna empresa para trabajar de modistas, eh?

  • Claro, Andrés es muy bueno con nosotras.

  • Sí, y explica muy bien…

  • Bueno, pero tenéis que trabajar más el oral, que me dijo que estábais regular, así que tenéis que trabajar el oral diariamente, ¿vale?

  • Sí, vale…

  • Sí, claro…

  • Muy bien, pues os dejo trabajar entonces. Hala, hasta luego.

  • Hasta luego Señora.

 

Total, que las dejé trabajando, me fui a cenar y me acosté pronto porque tenía mucho trabajo al día siguiente, además de cruzarme España para ir a ver a mi familia. Me despedí de ellas durante 4 días.

 

A la vuelta de mis “vacaciones” me recibieron con mucho cariño, me prepararon un menú especial delicioso y cuando terminamos de comer les dí un beso descarado en la boca, abriendo mucho las comisuras de sus bocas al meterles la lengua y frotando mi excitación contra ellas.

Me separé de ellas y les dije que me iba a mi habitación a dormir la siesta, a lo que Yoli me respondió

 

  • Andrés ¿te vas a hacer la paja ahora?

  • ¿Por qué me preguntas eso Yoli?

  • Pues porque noté que tienes la polla dura y creí que te ibas a hacer la paja…

  • Sí, yo también lo creí (replicó Marisa)

  • Pues veréis chicas, con tanto viaje llevo 4 días sin descargar, y me duelen los güevos con tanta leche acumulada…

  • Ah, claro… (ambas)

  • Y como no tengo ninguna chica con la que pueda hacer el amor, me voy a pajear a gusto a mi cama.

  • Ah, pero y si nosotras pudiéramos ayudarte, como dijiste que hacer sexo oral también es hacer el amor

  • Ah, ¿queréis hacer el amor conmigo?

  • Sí (ambas)

  • Entonces, ¿queréis aprender a hacerme mamadas?

  • Sí (ambas)

  • Muy bien, pues entonces venid conmigo a la habitación.

 

Entramos y ellas se apresuraron a quitarse la ropita y quedarse solo con las bragas. Yo encendí el ordenador portátil y les dije que estuvieran muy atentas.

Yo tenía carpetas con miles de vídeos reales de internet de chicas amateur, mujeres y esposas en donde ellas le hacían una mamada a su marido, pareja o novio y se tomaban la leche directamente, sin sacarse la polla de la boca.

 

Ellas miraban muy atentas y asombradas por las escenas reales. Como existen tantos miles de vídeos, me aseguré de seleccionar algunos de aquellos en donde las chicas se tomaban la leche como si fuera crema, sin gestos ni malas caras, con mucho amor.

 

Yo les iba explicando mientras mi polla estaba apunto de reventar:

 

  • Fijaos bien cómo hacen el amor con mucho cariño…

  • Sí ya vemos, eso es hacer el amor, ya entiendo…

  • Sí yo también entiendo, replicó Yoli.

  • Fijaos bien cómo mientras está mamando la polla, la chica le va haciendo la paja despacito con la mano.

  • Sí,le chupa la polla pero con la mano le sigue haciendo la paja, ya veo

  • Sí cariño, sobre todo sin prisas, los dos están haciendo el amor…

  • Jo qué guay, hemos hablado mucho estos 4 días sobre lo genial que es que podamos hacer el amor Marisa y yo!!! Todavía no me lo creo!!! (Dijo Yoli)

  • (La interrumpió Marisa) Sí, y además de que por fin podremos hacer el amor, encima nos van a crecer las tetitas, qué pasada!!

  • Bueno, pero entonces es que queréis hacerme muchas mamadas, porque eso lleva tiempo…

  • ¿Pero en cuánto tiempo nos van a crecer las tetitas?

  • Pues eso depende de muchas cosas, de cómo actúe vuestro cuerpo y cómo reaccionen vuestras glándulas mamarias cuando os toméis mi leche, también de cuántas mamadas me hagáis a la semana, etc…

  • Ah, también depende de cómo reaccionen nuestros cuerpos a tu leche, entiendo… ¿Y si hacemos el amor contigo diariamente?

  • Pues como estáis muy delgaditas lo normal es que un poco más, pero por mi experiencia tuve una novia delgadita como vosotras y le llevó 6 meses aumentar una talla de pecho.

  • Ajá, es decir, que para enero ya tendremos una talla más de sujetador, qué bien!!

  • Sí, qué bien!!

  • Pero chicas, vosotras sois dos!!

  • ¿Y?

  • ¿Qué pasa porque seamos dos?

  • Pues que mis güevos producen una cantidad diaria de leche, y si os tomáis las dos una descarga cada día hay menos, y el tiempo se incrementa al doble…

  • Ah, vaya, jo qué lástima, pero bueno, para el verano ya podremos tener una talla más y estrenar biquinis bonitos en el pueblo.

  • Hala, es verdad, qué alegría Yoli, vamos a poder enseñar nuestros biquinis con más tetitas, jijijiji…

  • Bueno, chicas eso si empezáis hoy.

  • Sí sí claro…

  • Vale, entonces quiero que me lo pidáis vosotras.

 

Me separé de ellas, las miré a los ojos mientras me mancillaba la polla y les pedí que me dijeran que querían hacerme muchas mamadas, se acercaron y mirándome a la cara primero me dijo Yoli:

  • Andrés, quiero hacerte muchas mamadas. (Y procedí a meterle mi lengua en la boca, salibando como un perro de Pavlov. Me separé de ella y me acerqué a Marisa, la cual replicó el mensaje con la mirada baja)

  • Andrés, quiero hacerte muchas mamadas…

  • Muy bien guapas, pero ahora os voy a decir las dos reglas de oro, aquello de lo que jamás os podéis olvidar, ¿estáis atentas?

  • Sí Andrés.

  • Sí Andrés.

  • Muy bien lindas, lo más importante de todo es que con vuestra forma de chupar y mamar, en primer lugar me hagáis sentir que estamos haciendo el amor, no quiero una chupada desenfrenada y rápida para conseguir vuestra leche. Lo que quiero es sentir amor y cariño en vuestra forma de mamarme la polla. Y en segundo lugar, debéis poner mucha atención cuando os dé mi leche, porque justo cuando comience a salir tenéis que mamar suave y pajearme despacio, para que vaya saliendo la lechita de a poco, y una vez que la tenéis en la boca os la vais tomando despacito, sin prisas, quiero que sigáis mamándome la polla ♪des-pa-cito♫ para alargar al máximo la duración de mi orgasmo, ¿habéis entendido bien?

  • Sí Andrés.

  • Sí Andrés.

  • Vale, pero antes necesitáis saber qué se siente cuando os llenan la boca de leche.

 

Fui al botiquín, agarré una jeringuilla grande de plástico pero sin la aguja, fui a la nevera y cogí un yogurt actimel. Rellené la jeringuilla de yogurt y les dije que teníán que chuparlo como si fuera mi polla. Comenzó Yoli. Al cabo de un tiempo la avisé y apreté el émbolo metiéndole una buena carga de actimel en la boca mientras le decía que tenía que intentar tragar y seguir mamando. La operación salió un poco mal y se atragantó. Entonces le dije que íbamos a probar con Marisa.

Volví a hacer lo mismo y cuando le llené la boca de actimel comprobé que Marisa tragaba mucho mejor que Yoli. Incluso le bombeé a la falsa otra carga en la boca sin avisarla, y siguió tragando y mamando. Me alegré mucho, aunque se le salió un poco por las comisuras y los ojos se le ponían rojos, pero la chiquilla no dejaba de tragarse el yogurt y seguir mamando. Una maravilla verla así de aplicada.

 

  • ¿Ves Yoli? Marisa se traga el yogurt y sigue mamando mucho mejor, tendrás que aplicarte más.

  • Ya, pero es que es muy complicado, ese yogurt es muy ácido y además es mi primera vez.

  • No te preocupes, cariño, seguro que lo vas a hacer muy bien, verdad?

  • Sí Andrés, voy a poner toda mi atención en hacerlo bien.

  • Muy bien chicas, vamos a comenzar a hacer el amor, pero antes tenéis que tomaros un pequeño sorbito de ésto.

  • ¿Y qué es eso Andrés?

  • Pues veréis niñas, esto es un licor que se llama Amargo de Angostura. Está hecho con unas hierbas especiales que, combinado con mi leche hace un almizcle y hará que os crezcan las tetas más rápido.

  • Ah, claro, si es de hierbas naturales, es como una medicina, ya entiendo.

 

Era todo una patraña que había leído en webs de chicas en las que aquellas que no les gustaba el semen de sus chicos habían descubierto que tomando un poquito de Angostura, dado que es muy amargo, hacía que el sabor del semen fuese maravilloso, incluso delicioso!! Era la manera más fácil de hacerlas adictas a mi leche.

 

Les di muy poquito de Angostura, solo unas gotias, para no estropearles el paladar.

 

Así que nos fuimos a la cama, me desnudé yo también, me senté en la cama y les dije que se arrodillaran en la alfombra. Meneándome la polla ya muy dura, me acerqué a la carita de Yoli y comencé a besarla. Me tocó Marisa en la pierna y me preguntó si quería que me pajease ella como el último día.

 

Entonces tenía a Yoli besándome erguida sobre sus rodillas y llenándole de mis babas la cara, escurriéndole mi saliba por su barbilla. Y mientras Marisa arrodillada me iba pajeando con su manita.

 

  • Venga chicas, cambio. Ahora quiero besar a Marisa y que me pajée Yoli.

 

Al cabo de un rato, decidí que era el momento y les dije que quién quería ser la primera en mamarme la polla. Las dos se quedaron como medio mudas, estaban absortas casi drogadas con la situación. Entonces miré a Marisa a los ojos y le dije, "Tú, baja y chúpame, cariño".

 

 

Marisa comenzó dándole como pequeños besitos, pasándole la lengua de forma contenida, entonces la miré y le dije: Venga, métetela en la boca”.

 

Fue decirle eso, metérsela en la boca y comenzar a chupar y menearme la polla al compás de la mamada con una maestría inusual, con todo el cariño, mamando fuertecito, como queriéndome sacar la leche acumulada sin esperar a su hermana.

Miré a Yoli y le dije, “bésame mientras Yoli chupa”.

 

Yo no daba crédito a tanto placer. Ponía mi mano izquierda sobre la cabeza de Marisa marcándole el ritmo de la mamada, mientras con mi otra mano sujetaba por la parte de atrás del cuello a Yoli para apretarla contra mí y besarla hasta casi romperme las comisuras.

 

Ahora tocaba cambio. Quería probar cómo mamaba Yoli.

 

La reprimenda, y sobre todo el verse comparada con su hermana la hizo espabilar y comenzó a mamarme de una forma mucho más delicada y sensual, atendiendo a mis explicaciones de que lo hicieran con cariño, como les dije:Estamos haciendo el amor”.

 

Así que volví a agarrar por el cuello esta vez a Marisa para meterle toda la lengua y ensalibarle bien la boca mientras sujetaba la cabeza de Yoli al compás de la mamada.

 

  • Muy bien chicas, a ver la primera leche se la voy a dar a Marisa, que me demostró que sabe tragar y mamar.

  • Jo, no es justo (replicó Yoli).

  • No te preocupes Yolandita, que vamos a ir cambiando, alguna tenía que ser la primera, la segunda mamada me la hace tú ¿ok? Hoy ella es la primera en tomarse mi leche, pero mañana vas a ser tú, te lo prometo preciosa, sí.

  • Bueno…

  • Venid chicas, vamos a la cama.

 

Me puse de costado y entonces llevé a Marisa hasta la posición fetal, con su cara frente a mi polla, mientras acomodé a su hermana también acostada de lado pero con su cara hacia mí.

 

  • Bueno chicas, ahora me voy a relajar y disfrutar de cómo hacemos el amor los tres, ¿os está gustando?

  • Sí.

  • Sí Andrés.

  • Muy bien, así que ahora recuerda Marisa, yo te voy a llenar la boca de mi lechita, vete haciendo buchitos y tragando la guasca según vaya saliendo para no atragantarte.

  • Sí Andrés.

  • Y recuerda que para que “hagamos el amor” tienes que mamar despacito y con cariño cuando me estoy corriendo en tu boca.

  • Sí, quiero hacer el amor contigo, sí!!!

  • Claro preciosa, y no olvides que una vez que comience a salir la leche debes mamar despacito, y sobre todo, seguir mamando durante mucho rato, hasta que tenga mi polla blandita en tu boca. Si lo haces así, ¡ya habrás hecho el amor por primera vez!

  • Sí Andrés, te prometo que lo voy a hacer tal y como nos explicaste.

  • Muy bien preciosa. Y tú Yoli, ayúdame a hacerle el amor a tu hermana, quiero que me beses todo el rato, y cuando tenga el orgasmo sólo sigue besándome pero más lento, hasta que yo te aparte. Y después haré el amor contigo ¿sí preciosa?

  • Sí Andrés, ¡qué ganas tengo ya!

 

Una vez preparada la liturgia orgásmica, me limité a disfrutar de la mamada como un César romano en una bacanal, me gustaba apretarle los pezoncillos a las dos a la vez, era una sensación muy excitante tener mi polla succionada por una chica, mientras besaba a otra, y le tocaba con una mano una teta a una, y con la otra mano le apretaba un pezón a la otra.

 

No disponía de más miembros para ser llevado al cúlmen del placer.

 

Me dispuse a correrme así que atenacé con más fuerza los pezones de ambas y me corrí como un animal, vociferando, gruñendo, retorciéndome de placer.

 

  • Aaaaaaaaaaah, ¡Chupa zorra! (...) ¡Sigue mamando, cariño! ¡Aaaaaaaaaah! ¡Chupa bien la polla de papi! Síiiiiiiiiiiiiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiiiiii!!! Jooooo-deeeeerrrrrrr, aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh...

 

Le llené la boca a Marisa con una gran corrida. Inmensa descarga de mis güevos. Le salía la leche a borbotones y no era capaz de tragar tanto. Yo daba saltos con los estertores del orgasmo, pero no me separaba ni de la boca de Yoli, ni de la de Marisa.

 

Ambas lo hicieron muy bien. Cuando fue pudiendo, Marisa fue tragando la leche que tenía acumulada, y Yoli se separó sumisa cuando le aparté la cara con mis manos.

 

Marisa mamaba suave y prolongaba mi orgasmo a límites temporales nunca antes alcanzados, creo que estuve cerca de un minuto y medio sintiendo el orgasmo en mi polla, en mis piernas, en mi mente, hasta mi culo sentía las succiones de Marisa y se contraía mi esfínter al compás de sus “mamadas sacaleches”.

 

Nos quedamos así. Casi absortos. Nos entró el sueño y debimos dormir una hora aproximadamente.

 

Nos despertamos y les pregunté:

 

  • ¿Os gustó chicas?

  • Sí (dijeron ambas)

  • Te atragantaste con la leche un poco, cariño…

  • Es que no estaba preparada, y te salió mucha, bufff al estar acostada no era capaz de aguantarla en la boca, pero hoy me gustó mucho tu leche, me gusta mucho Andrés!!!   (Entonces recordé que el Amargo de Angostura había hecho un trabajo perfecto en las papilas gustativas de Marisa).

  • ¿Te gustó hacer el amor conmigo Marisa?

  • ¡Mucho Andrés! Soy muy feliz porque ahora sé que puedo hacer el amor, y tú me gustas mucho!!

  • Eh (interrumpió Yoli), a mí también me gustas mucho Andrés, y quiero hacerte el amor como Marisa y que te guste mucho.

  • Tranquilas chicas, puedo hacer el amor con las dos, y las dos me gustáis mucho. ¿Quieres hacerme el amor ahora tú Yoli?

  • Sí, claro que quiero, quiero hacerlo muy bien, ya verás!!

  • Muy bien preciosas, pues entonces cambiad de postura, ahora quiero que me beséis las dos a la vez mientras me pajeáis, cada una con una mano.

  • Jijijí… Vale!

  • Oye Andrés, ¿y por qué me apretaste tan fuerte la tetita?

  • Ah bueno, eso es la contrapartida que tiene todo esto. Pues resulta que para que haga efecto mi semen y os crezcan las tetas, hay que hacer reaccionar las glándulas mamarias, para cuando les llegue las moléculas de mi leche. De esa forma están receptivas a las glándulas del crecimiento de las tetas, solo de las tetitas...

  • Bueno, dicen que para presumir hay que sufrir, jijiji…

  • Además no sé muy bien por qué, pero cuando le aprieto las tetas a las chicas, me sale mucha más leche, debe ser que me excito más…

  • Ah, pues qué raro… pero bueno, cuanta más leche salga antes nos crecerán las tetitas, jijijiji...

  • Entonces, ¿no hay ningún problema por apretaros las tetitas cuando hacemos el amor, verdad?

  • Nooooo, si es para que nos crezcan antes… solo que ahora me duele ésta Andrés, pero yo quiero hacerte el amor...

  • Ah, no os preocupéis, ahora vais a cambiar de posición y os voy a apretar la otra tetita, para que no sufra tanto la misma ¿de acuerdo?

  • Ah, entonces mucho mejor.

  • Sí, mucho mejor, que a mí también me duele…

  • Muy bien, ahora pajeadme mientras nos besamos los tres a la vez…

 

Y así estuvimos un rato hasta que sentí que tenía las ganas de correrme como un bucanero en una nueva mamada, esta vez con las succiones de Yoli.

 

La verdad es que Yoli mamaba superlativo, chupaba más suave que Marisa, pero apretaba un poco más mi polla al hacerme la paja. De vez en cuando interrumpía la mamada. Se sacaba la polla de la boca y me miraba sumisa, esperando que yo sacara la lengua de la boca de su hermana y bajase la mirada hacia ella, y entonces me preguntaba:

  • ¿Así te gusta Andrés?

  • Mucho nena, pero no quiero que te saques más la polla de la boca hasta que terminemos de hacer el amor, ¿ok?

  • Ok

  • Venga, sácale la lechita a papi.

  • ¿A papi? Nuestro papá murió…

  • Ya lo sé cariño, pero precisamente por eso yo os quiero cuidar como si fuera vuestro papá, y los papás le llevan por la noche a sus niñas la leche calentita a la cama…

  • ¡Ah, es verdad! Pero eso cuando son unas bebés…

  • Pues porque os quiero como si fuérais mis bebés, y os voy a dar el biberón de antes de dormir ¿sí?

  • Ah, es verdad, es como si fuera el biberón, jijiji…

  • Pues venga, que papito tiene los güevos a rebosar de lechita y te va a dar el biberón bien llenito.

  • Uhum, me voy a tomar todo el biberón de papi…

  • Así nenita, ¡chupa! ¡Chupa fuerte el biberón de papi!
    Ven Marisa, abre la boca y bésame para que tu hermanita le pueda sacar toda la crema a papito. Ya verás cúanta crema le doy a tu hermanita…

 

Ahí yo ya estaba demasiado excitado, así que comencé a tocarles las tetas de forma atropellada porque notaba que mi corrida era fulgurante, yo intentaba retrasarla y disfrutar más tiempo de la mamada, pero Yoli estaba chupando como si verdaderamente fuera un biberón.

 

Yo estaba perdiendo el control porque era ella ya, la que intentaba sacarme la leche mamando, así que no pude aguantar más, noté subir la leche y dejé de apretarle las tetas para poner mis manos detrás de sus cuellos y apretarlas contra mí, metiendo más mi lengua en la boca de Marisita y mi polla en la de Yoli.

 

Y me dejé ir.

 

  • Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahjadeputa!!! Aaaaaaaaahhh ¡¡¡Chúpale a Papi!!! Chupaaaaaaaa! Aaaaaaah jo-deeeeeer!! Aaaaaaaaaaahhhh…

 

Mis alaridos debieron oírse en dos plantas más. Yoli me pilló desprevenido, muy excitado y me corrí a lo bruto en su boca, ¡un verdadero gustazo!

Tengo que reconocer que Yoli parecía menos buena, pero esta mamada había cambiado mi perspectiva, menuda forma de mamar!!!

 

Yoli siguió mamando hasta que tuve ya que apartarla porque incluso me hacía casi daño. Le dije que tenía que mamar un poco más suave una vez que me hubiera corrido. Lo entendió y me dijo que no volvería a suceder.

 

Descansamos un rato y Marisa preguntó si podía volver a hacer el amor con ella.

 

  • Vamos a ver cariño, los hombres sólo podemos dar lechita una vez al día. Yo espero poder hacer el amor diariamente con cada una, pero hay que dejar que mi güevos fabriquen más leche. ¿Lo entiendes?

  • Sí, pero ahora estoy como ansiosa, no sé qué me pasa…

  • Sí Andrés, a mí me pasa lo mismo…

  • Bueno chiquillas, eso es la excitación. Lástima que no dispongáis de clítoris porque así podríais quedaros más a gusto.

  • Ah, vaya, con que era esto…

  • Pues sí…

  • Oye Andrés, y dinos más cosas de estas. Antes dijiste que te gustaba apretar las tetas a las chicas cuando te hacíamos el amor de forma oral ¿has hecho el amor con muchas chicas así?

  • Ay mi niña, pues sí, la verdad es que sí.

  • ¿Y cuándo y con cuántas?

  • Hombre, pues con varias, sí me he corrido en la boca de varias chicas. Desde que era un chaval, recuerdo una vecina que tuvo un embarazo peligroso y me dijo que no podía hacer el amor porque podría dañar al feto, una locura pensé yo, pero la vecina no tenía marido ni pareja alguna, y se quitaba la calentura haciéndome  mamadas mientras se masturbaba, yo con 17 años yendo cada tarde a darle su ración de leche a esta vecina que terminó marchándose a vivir lejos… Y con el resto de mis novias normalmente les llenaba la boca de leche en sus días de menstruación, la semana de las mamadas le llaman “vox pópuli”...

  • Ah, qué curioso!

  • ¿Y quién te gustó más, ellas o nosotras?

  • Pues a ver chicas, vosotras lo hicísteis muy bien, pero todavía tenéis que practicar más, os falta un poco de técnica mamando para que me hagáis el amor bien rico. Pero como os dijo la Señora, hay que trabajarse más el oral… jajaja

  • Sí, jijijiji

  • Jijiji...

 

Sólo llevo cuatro semanas con estas hermanas, y no doy crédito al placer que me dan diariamente.

La sensación de llegar a la cama, acostarme y sacarme el bóxer, es algo indescriptible. Tan solo sacarme el bóxer y ver como me ayudan a bajármelo cada una por un lado de mis piernas es más excitante de lo que puedo describir, porque es un acto de representación ritual: les dejo libre mi polla para que me hagan una buena mamada.

 

A mediodía, después de la comida, me toca una buena mamada para quedarme dormidito en una placentera siesta. Y por la noche, antes de dormir, otra buena descarga de mis güevos en la boquita succionadora de la hermanita que toque ese día, pues han decidido turnarse ya que la descarga del mediodía es más abundante que la de la noche y se pelean por sacarme la mayor cantidad de leche posible.

He descubierto algo que me excita mucho, y es que tanto chupar a veces se les seca la boca. Así que les digo que abran su boquita y se acerquen, entonces les escupo directamente en la boca y siguen chupando, más hidratada la mamada y más excitante porque aunque saben lo que voy a hacerles, ellas suben obedientes esperando que les escupa para seguidamente meterse mi polla en la boca. Aunque en realidad lo más placentero es ese efecto émbolo que hacen cuando me estoy corriendo en sus boquitas, son unas mamadoras espectaculares.

Es maravilloso poder apagar la luz antes de recibir una mamada así de dedicada, cuidándome la polla con tanto amor, correrme a gusto y quedarme dormido con mi polla en sus bocas. Cuando me despierto a veces todavía tienen la polla cerca de sus boquitas y se me incendia la excitación. Aunque después me duermo recordando que al día siguiente tendré otras dos mamadas espectaculares.