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En la playa con Lucía

en Dominación

Una noche como otra cualquiera nuestro grupo de amigos y amigas fuímos a uno de estos conciertos gratuítos que organizan en verano en la playa, en este caso era de música electrónica y a mi no es el tipo de música que más me entusiasma pero fué elección popular, osea acabé yendo y como Lucía estaba en las mismas que yo decidimos ponernos al otro extremo de la playa, sentados y poniéndonos hasta arriba de birra. lo estábamos pasando bien a pesar de esa música, no parabamos de reírnos por cualquier cosa y yo no se si por efecto de la cerveza ya no disimulaba mucho mis miradas a sus pies, eran los más bonitos del mundo no muy grandes, no sé, perfectos diría yo. No se si se dió cuenta pero se levanto y me dijo que iba al servicio y que volvía, cuando vino dijo que le había dado una conracturita en el pié y me lo puso sobre mis piernas:

- ¿me das un masajito?

- Claro que sí no me importa

Empecé a masajearle los piés mientras ella cogió mi cerveza y empezó a bebérsela de mientras. Al rato cuando le pareció a ella me cambió el pié y me lo puso en mis manos

- ¿que pasa? ¿este también te duele?

- No pero viendo el bulto de tu entrepierna no creo que te importe. - su sonrisa maliciosa me hacía ponerme aún más caliente, se terminó mi cerveza y me cogió otra, no podía ni quería negársela, sentía que podía hacer lo que quisiera conmigo, ella también lo intuía. mientras le masajeaba su pié izquierdo acercó el derecho a mi boca.

- Lucía por favor, que hay mucha gente...

- Si quieres probarlos es tu oportunidad, si lo haces no será la última, te lo prometo, si no lo haces todo se acaba aquí, menos el masaje ¿eh? madre mía que bien se te da.

Me metí su pié en mi boca, empecé a lamer entre sus dedos, a veces, me metía al pié a fondo y me tapaba la nariz para que no respirase, se reía mucho y lo estaba pasando bien, empezó a pasarme su planta del pié por mi lengua y me metía el talón para que lo lamiera. No se el tiempo que estuvimos pero acabó con toda mi cerveza y había sacado un cuadernito de la mochila donde llevaba su toalla y demás cosas y empezó a escribir. recibimos un whatsapp de los demás que ya venían y que nos esperaban en un punto muy conocido de esa playa para montarnos en los coches de vuelta. Lucía me ordenó ponerle sus calcetines tobilleros y sus zapatillas deportivas, trás hacerlo me dió el cuaderno y un boli.

- si estás de acuerdo firma eso, aunque viéndote creo que lo vas a firmar jajaja

leí lo que había escrito, parecía un contrato en el que si firmaba aceptaba ser su esclavo, sin límites, sería suyo y que podía decidir hasta si merecía o no seguir viviendo (aunque me aclaró que no pensaba hacerlo) en resumen ella era mi dueña, podía cederme, alquilarme y venderme a quien quisiera y cuando quisiera, y además debía pagarle todos sus gastos de casa (vivía sola) y darle todo lo que me sobrara de mi sueldo, sería su chacha y su esclavo sexual y podía exhibirme y humillarme en público y en cuanto terminara mi contrato de alquiler me iba a su casa para que ella dispusiese de más pasta y además de todo mi tiempo. Cuando firmé su carcajada fué sonora.

- Por cierto hoy duermes en mi casa. Cuando nos encontremos con ellos te besaré y tontearé contigo para justificar que estos nos acerquen a mi casa a los dos.

Así se hizo, llegamos a su casa y me mandó a la ducha y cuando acabé me llamó a su cuarto, estaba desnuda y solo con gestos me hizo arrodillar y empezar a comerle el coño, al cabo del rato empezó a apretar mi cabeza hacia ella, casi no podía respirar hasta que empezó a arquearse y descargó sus flujos en mi boca, me hizo lamerle nuevamente los pies, esta vez menos tiempo, el justo para grabarme, según ella para asegurarse de que soy suyo para siempre, si algún día yo la dejase lo utilizaría contra mi. se fué a un vestidor y me dijo que me pusiera a cuatro sobre la cama, vino con un arnés.

- ¿Sabes? eres mi primer esclavo en propiedad, aunque ya he utilizado a varios tíos. tu vas a ser al primero al que voy a desvirgar el culito jajaja

- si, mi ama.

me empezó a meter deditos hasta que decidió que su polla ya ensalibada por mi mismo entraba perfectamente en mi culo, empezó a encularme lento, dolía mucho pero ella siguió aumentando poco a poco el ritmo hasta que ya me follaba sin miramientos y el dolor se transformó en placer, cuando me iba a correr, paró en seco y se fué a la ducha.

- Vete a tu casa y ni se te ocurra tocarte ¿vale esclavo?

Esa fué mi primera noche del resto de mi vida, Lucía me usó como quiso, tuvo más esclavos, que iban y venían, tuvo novios y rollos a los que yo debía obedecer como si de ella se tratase, me enculaban y me hacían tragar su leche, eso a ella le divertía. Lo que más le ponía era cuando estaba follandose a uno de sus novios y me ordenaban lamerles los pies o chuparle los huevos o el culo de ella. Sabía que la amaba y que ver a otro hombre follarla y encima humillarme me dolía aunque si me portaba bien después era muy cariñosa conmigo, y eso me compensaba. Me encanta ser su esclavo, y sinceramente si algún día se aburriese de mi, no me importaría que ella decidiese acabar con mi vida, me encantaría morir a los pies de su cama y a poder ser con sus pies sobre mi cara. FIN.