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Luis, Jacobo y un verano 14

en Gays

Se acercaba la fecha en que debíamos regresar a casa, faltaban dos semanas y el verano acabaría, por lo menos nuestra estancia en la haciendo de los abuelos y en la compañía de Julio.

Este domingo Rufo llegó un poco antes a recoger a los abuelos para llevarlos a la iglesia, estábamos desayunando cuando escuchamos el ruido del motor de su coche, luego se detuvo y el tío de Julio apareció en la puerta del comedor. La abuela nos miró a todos reunidos en ese momento del día.

-Rufo tiene que hablaros de algo que quiere pediros. Pasa, pasa y siéntate. –la abuela le pregunto si deseaba desayunar, el hombre solo quería un café que María le sirvió.

Observé a los mayores, mis padres y los tíos desayunaban tan tranquilos, daba por supuesto que sabían lo que Rufo iba a decirnos pero este habló para todos. Sorbió de su taza antes de hablar, no le veía cohibido, solo cuando miraba al abuelo.

-Se trata de Julio, para hacer el bachiller estos dos últimos años tiene que ir a la ciudad, se trata de que vosotros le aceptéis en vuestra casa. –se dirigía a nosotros tres, los demás solo continuaban en lo suyo, desayunar mientras escuchaban.

-Hemos pensado que seáis vosotros los que decidáis, al fin será vuestro compañero y tendréis que atenderle para que se encuentre como en su casa.  –papá nos miraba al hablar, lo tenían todo hablado y decidido, la consulta resultaba una simple formalidad, darnos confianza para que asumiéramos la responsabilidad, ¿de qué?

-Irá a tu curso en el colegio Bruno, entonces estará a tu cargo. –nos sorprendió y miles de ideas surgieron en mi cabeza, igual que lo harían en las de mis primos. Nos miramos los tres antes de hablar, y Bruno también parecía saber lo que se estaba urdiendo, iba a resultar que el que no sabía nada era yo como siempre sucedía.

-Por mí no hay problema alguno, si vosotros lo habéis decido yo estoy conforme. –le miré y sentí que le entusiasmaba la idea.

-Yo digo igual que Bruno, será bien recibido. –¿qué iba a decir si lo deseaba y todos estaban conformes?, todos miramos a Jacobo, éste dio su aprobación aunque con menos entusiasmo que su hermano.

-Ya está hecho Rufo, todos están conformes y el chico estará con nosotros el tiempo que haga falta. –mamá se dirigió al hombre y los abuelos se levantaron para ir a prepararse, el abuelo no había hablado y creo que era el único que no estaba conforme ni aprobaba el plan, pero tampoco se había opuesto. Rufo acabó su café y se puso en pié, era un hombre grande, rudo y de una belleza muy masculina, como Julio, se parecía mucho a él. Se despidió dándonos las gracias.

-¿Por qué habéis montado este número que ha sonado tan falso papá? Lo teníais decidido de antemano, todo estaba arreglado y hacéis ver que el permiso lo tenemos que dar nosotros tres.  –le miraba un poco enfadado, observaba a los cuatro mayores en cierto modo decepcionado, hubiera sido mejor que nos lo dijeran antes de que Rufo estuviera delante, con él ante nosotros era una forma de coaccionarnos.

-Ha sido la condición que ha puesto Julio.  –ahora era el tío el que nos hablaba.

-Nosotros sabíamos que estaríais conformes con lo que hiciéramos, pero él quiso que fuera vuestra la decisión… A mí no me parece mal.  –el tío miro al resto de la familia, ninguno decía una palabra, parece que era yo solo el que veía el problema y guardé silencio.

Mamá y la tía se quedaron con nosotros mientras papá y el tío pasaban a la biblioteca.

-No te molestes cariño, esto será bueno para Julio, para todos.  –no llegaba a ver el alcance de sus palabras, igual pensaba que yo tenía algo con Julio, por mi parte si lo tuve pero ya no. ¿Y por qué me consideraba tan importante? Como si el universo girara a mí alrededor. Más bien podría haber sido para aprovechar los recursos de su lúcida inteligencia, ¿por qué no?

-Está bien mamá, todos estamos contentos y queremos a Julio con nosotros. –no teníamos más que decir y cada uno fue a prepararse. Rufo se llevó a los abuelos, el resto de los mayores irían más tarde y los seis se quedarían a comer fuera de casa invitados. Volvían a dejarnos solos.

Pensaba que Julio y Bruno marcharían como otros domingos al pueblo. Se lo comenté a Jacobo, sobre todo para ver lo que haríamos nosotros hasta que volvieran. Al escucharme mi primo se echó a reír.

-No les conviene dejarse ver por el pueblo hasta que todo se enfríe.  –no le entendía de que hablaba y me quedé con cara de tonto. Jacobo no paraba de reír.

-El marido de la muchacha se enteró y si se ven no creo que los reciba muy bien.  –me alegré por la chica de las piernas largas y me preocupé por que el abuelo llegara a enterarse.

Escuchamos la voz de Bruno gritándonos desde el patio, nos asomamos a la ventana.

-Vestiros para salir a caballo.  –estaba con Julio, de pie mirando hacia arriba.

-Vamos a preparar los caballos. –desaparecieron por el arco trasero del patio, iban dándose empujones, bromeando entre ellos, todo muy varonil y de hombres.

Julio me ofreció su mano para ayudarme a montar en Laila, acepté la ayuda colocando mi rodilla en su mano y me subió, desde arriba le miré rencoroso, no entendía el que todo se hiciera a mis espaldas, que todos supieran lo que sucedía menos yo. Bajo los ojos y se dirigió a su montura.

Olvidé mi mal humor para disfrutar del viento sobre mi rostro, de la velocidad y el bello paisaje, acaricié la crin de mi yegua agachándome y pegándome a ella, el viento me hacía llorar y tiré ligeramente de las riendas, rocé su cuello con mi fusta para pedirle que disminuyera la velocidad.

Después de un buen rato de cabalgar subimos una pequeña colina recién plantada de pinos, tenían que recuperar lo perdido en un incendio, paseamos dejando a las bestias descansar, iba al lado de Julio y sujeté su brazo.

-No me habías dicho lo de tu estancia en la ciudad, no tienes confianza en nosotros.  –lo repensé bien.

-No tienes confianza en mí.  –seguía creyendo que Bruno ya lo sabía y seguramente también Jacobo.

-Lo siento Luis, ha sido precisamente por ti, todos lo saben, pero es en tu casa donde me van a alojar y no quería forzar tu voluntad pidiéndotelo directamente, creo que después de lo que sientes y mi respuesta no tengo derecho alguno a esperar nada de ti.

-No tiene nada que ver una cosa con la otra, a veces pareces tonto. –no me percaté de la connotación de lo que terminaba de decir, hasta escuchar la risa en el aire de mis primos y ver su cara que se había puesto roja, baje la mirada para ver el bulto de sus atributos en el ajustado pantalón.

Tuve que reír con ellos llenando el aire del tranquilo monte con nuestras alborotadas risas. Julio estaba aturdido y sujeté su mano para tirar de él y abrazarle. Todo quedó resuelto con mi estúpida ocurrencia y el viaje de vuelta fue más tranquilo y sosegado.

Aún tuvimos tiempo para darnos un baño antes de que María nos pidiera que saliéramos de la piscina y nos sentáramos a comer. Había un buen ambiente entre nosotros, además estaba considerando lo que pasaría teniendo a Julio en mi casa, con nosotros,  y mi imaginación volaba, ya no tendría la competencia de sus amigas, todo eran sueños que veríamos si se realizaban.

Se quedó a comer en casa, ya era prácticamente uno más al que veríamos cada día y se entroncaría en nuestra vida cotidiana. Comimos con alegría y después Julio y Bruno fueron a buscar nuestro vicio, a veces pensaba si los tíos de Julio no se enteraban de lo que sucedía.

En la piscina los ánimos se acaloraron ayudados por el alcohol de la bebida, jugando Jacobo bajó el bañador de Julio y sumergido empezó a mamarle la polla, salía a coger aire y se estrechaba contra él sin soltarle.

-Quiero que me la metas Julio.  –le hablaba abrazado a él, la mesa estaba aún sin recoger, y María o la chica su ayudante aparecerían de un momento a otro para hacer su labor.

-Mejor vamos arriba a nuestras habitaciones.  –Bruno hablaba a la vez que salía del agua, se le notaba la polla empalmada, excitado de presenciar la mamada que su hermano daba a Julio, según fuimos saliendo pude notar que todos estábamos con la pija erecta, con ganas de hacer lo que mejor se nos daba.

Nos envolvimos en nuestras toallas y subimos por la escalera trasera, Bruno agarro la botella y se la llevó consigo. Subimos corriendo y atropellados, de alguna forma inconscientes llevados por el deseo de tener sexo. Tiramos las toallas en el suelo, nos retiramos los húmedos bañadores y nos sentamos sobre las toallas en círculo, sin vasos que no habíamos subido, solo había una manera de beber de la botella que Bruno ofrecía a Julio, nos la fuimos pasando bebiendo de su gollete, directamente de la botella a nuestras bocas.

Una juerga alegre de chicos jóvenes dispuestos a pasarlo bien, cualquier rastro de timidez se lo había llevado la bebida. Tenía a mis lados a mis primos y a Julio enfrente de mí. Todos teníamos nuestros penes más o menos erectos y duros, llevé mi mano inclinándome hasta la verga de Bruno y este se acercó para que la cogiera.

La sentí turgente, apetecible como nunca, el licor actuaba como un afrodisiaco excitando mi libido y me coloqué de rodillas para lamérsela, mi culo en pompa debía resultar llamativo y Jacobo comenzó a acariciarlo haciendo que abriera las piernas y comenzó a darle chupetadas.

Algunas veces me soltaba una nalgada que calmaba con su saliva y su boca, en ese momento bajaba mi cabeza enterrando la verga de Bruno en mi garganta, no veía a Julio y tampoco quería hacerlo.

Jacobo metió dos de sus dedos en mi ano y comenzó a meterlos y sacarlos.

-Tienes un culo divino primito, preparado para que te metan dos pollas a la vez.  –encogí mi culo ante la posibilidad de que eso sucediera.

-Eso no va a pasar no quiero sentirme roto. -volví la cara para hablarle sacando la polla de Bruno de mi boca, entonces pude ver a Julio, estaba detrás de Jacobo golpeando con su gran pollón en el culo de mi primo.

Jacobo dio un profundo lametón en mi ano metiendo su lengua que sentí dentro de mi culo.

-Yo sí que quiero y ahora tengo dos machos que me la van dar, a romperme el culo ya que tú no quieres.  –me apartó de la verga de Bruno y le empujó para que se tumbara.

Me quedé de espectador, el licor hacía milagros y todos parecíamos estar locos. Engulló con su boca la verga de su hermano, Julio seguía golpeando con su polla el culo de Jacobo que lo empinaba abriendo sus piernas.

-¿Me la vais a meter los dos?  -levantaba la cabeza para hablar a su hermano sin dejar de masturbarle la polla.

-Por favor, quiero saber lo que se siente.  –Bruno no parecía aceptar tan fácilmente la propuesta, pero se mantenía quieto dejando hacer a Jacobo en una muda aceptación a lo que el pequeñín quería.

Jacobo se fue deslizando encima de su Bruno, Julio le seguía de rodillas con su larga verga en ristre muy excitado y deseando meterla en el culo que se le escapaba. Entonces Jacobo montó a caballo sobre el vientre de su hermano, parece que todos colaboraban con los deseos de Jacobo.

Bruno tiró de sus sobacos hasta que el otro rebasó su verga que quedó en la zanja de las nalgas de Jacobo.

-Tú lo has querido enano, vas a sentir tu culo partido.  –había lujuria en sus palabras, su tono estaba cargado de deseo, se palpaba el salvajismo en el ambiente, una electricidad que nos envolvía a todos, yo así lo sentía aunque me mantenía muy excitado y aparte sobando con la mano mi polla.

Jacobo llevó su mano hasta la verga de Bruno, no tuvo necesidad de agarrarla, Julio se la tenía ya apuntada en la entrada de su culo, solo tenía que dejarse caer para empalarse en la verga de Bruno, más gorda que la de julio pero también menos larga.

Miré la cara de mi primo, mientras apoyado en el pecho de su hermano bajaba poco a poco enterrando el hierro encendido en su ojete, con los ojos cerrados, la cabeza elevada y mordiendo su precioso y gordo labio, se fue dejando caer hasta terminar con toda la verga dentro de él, bajó la cabeza y se elevó varias veces sacando y metiéndose la polla apoyándose en el vientre de Bruno.

Miraba el esfínter de mi primo todo estirado, ¿cómo podía pensar en meterse otra verga? La de Bruno le ocupaba todo y luego miré a Julio detrás de él masturbando su garrote, que sí, era más delgado y el glande alargado, delicioso para esa función de doble penetración, pero era imposible que su ano se estirara para dar cabida a las dos vergas.

Me levanté y fui corriendo al baño, localicé un tubo de crema de manos y volví rápido para no perder detalle de lo que sucedía. Jacobo seguía adaptando su culo a la polla de su hermano, sacándola y metiéndola mientras Julio intentaba introducirle un dedo además de la polla de Bruno.

Ofrecí el tubo de crema a Julio, sacó una generosa cantidad para extenderla sobre la verga de Bruno cuando salía y acariciar el ano de Jacobo, con tranquilidad increíble iba metiendo sus dedos, haciéndose hueco en el culo de mi primito al que veía a veces ido como si tuviera un orgasmo y otras veces mordiendo su labio del dolor.

Estaba todo tardando mucho, o eso pensé al ver que la polla de Julio perdía dureza, me tumbé para llegar a ella con mi boca y aprovechar los juegos que la humedecían resbalando de su prepucio, los degusté y al sentir mi lengua su polla reaccionó volviendo a elevarse.

-Ya Julio, intenta entrar.  – me tuve que apartar para dejar al macho trabajar, vi como retiraba sus dedos del interior de mi primo, se limpió la crema que le sobraba en su muslo y elevó el cuerpo para colocar la punta de su verga sobre la de Bruno que había salido hasta la mitad.

Empujó sus caderas, afincando sus rodillas sobre la madera del suelo y las manos en la cintura de Jacobo que permanecía tendido sobre el pecho de Bruno. El glande de su verga desapareció dentro de Jacobo, escuche un: ¡Ahhhhh! largo y sordo saliendo de la boca de Jacobo, no supe si era de dolor o la sorpresa de verse invadido, estirado más de lo que nunca estuviera.

Julio continuó empujando sin piedad, sin esperar a que mi primo se repusiera, éste se pegó más al pecho de Bruno elevando su culo, girando la cabeza a derecha e izquierda, agitando sus cabellos con la cara colorada, los ojos cerrados, los pabellones de su nariz estirados soplando sin cesar.

Ninguno hablaba, solo se escuchaba el ruido de las respiraciones agitadas y los: Ummm, ummm, ummm, que salían de la boca de Julio cada vez que empujaba para que la verga tan larga fuera entrando y ocupando su lugar.

Fueron unos segundos eternos, de movimientos repentinos de Jacobo contrastando por los rítmicos de Julio, hasta que dejé de ver la verga de éste, como si hubiera desaparecido tragada por el goloso culo de mi primito pequeño.

Julio se elevó sobre sus pies flexionando las rodillas, sin permitir que su verga saliera, montando como un jinete a su yegua, primero comenzó a moverse Jacobo adaptando su ano a tan tremenda cogida. Lo que parecía imposible unos minutos antes se había convertido en cierto.

Jacobo tenía las dos vergas dentro de él aunque un rictus de dolor crispaba su boca. Julio empezó a sacar su polla despacio hasta la mitad y volvió a meterla, un largo lamento se escapaba de la boca de Jacobo sepultada en el pecho de Bruno, no se quejaba y permanecía quieto aceptando la doble penetración, agarrándose a los hombros de Bruno que no se movía dejando que fuera Julio el que entrara y saliera frotando su propia verga y el aro del culo de Jacobo.

Poco a poco los lamentos de mi primo cambiaron, se volvieron susurros en parte placenteros y comenzó a mover su cuerpo gustando la carne que tenía dentro.

Acaricié su pierna doblada, él separó el pecho que tenía pegado al de Bruno y le noté expectante sintiendo…, que se yo las sensaciones que llegaban, en su ocupado y lleno culo.

La verga de Julio ahora entraba y salía con cierta facilidad llevándose consigo la de Bruno al sacarla, y este empujaba para no perder su lugar y volver a entrar.

Estuvieron así unos momentos y Jacobo comenzó a disfrutar las dos pollas juntas, gimiendo gustoso cuando Julio se la enterraba entera hasta que comenzó a meterla más rápido y de repente se salió de él, de alguna forma lo había expulsado.

Julio no intentó volver a meterla y sujetándola en su mano cayó de rodillas masturbándose para correrse de una vez. Me puse arrodillado a su lado.

-Métemela a mi Julio.  –se arrastró y sin miramientos me atravesó entrando de golpe en mi interior. Me cabalgaba sumamente excitado, deseando vaciarse, soltar toda su excitación, y yo, después del primer momento de dolor, sentía el placer tremendo de notarle entrar y salir sin detenerse por nada, de dar satisfacción al macho y recoger en mi vientre el preciado regalo de su semen.

Bufó golpeando en sus postreras arremetidas mis huevos con los suyos, con fuerza  quedando clavado mientras se vaciaba en interminables chorros de esperma, pego su pecho a mi espalda, sudoroso, jadeante y no olvidó, mientras me besaba acalorado la espalda, alargar la mano y masturbar mi polla hasta que también me vacié en su mano.

Viviendo mis emociones había olvidado a mis primos que ya se había corrido ambos y permanecían abrazados, Jacobo encima de su hermano besándose tiernamente.

Nos duchamos y bajamos al jardín, de nuevo a la piscina satisfechos y calmados.

-Ya has conseguido cumplir otra experiencia. Le hablaba a Jacobo abrazando con mi brazo su cintura mientras caminábamos.

-La próxima vez serás tú el que experimente, al final merece la pena.  –le miré con ojos asombrados.

-Ni lo sueñes.  –mi exclamación debió de sonar muy fuerte y los otros chicos se volvieron para mirarnos. En aquel momento no sabía que pasados muchos meses me lo harían a mí también, con alguna diferencia y con el mismo resultado, en una fiesta que no era nuestra y donde solo queríamos divertir y animar a nuestros amantes.

Continuará?

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54.2 Sin complejos ni obsesiones

54.1 Momento de compartir

53.5 Sueños y final

53.4 El señor Cheng-Gong

53.3 Primer contacto en Bristol

53.2 A la luz de la luna

53.1 Un enfado, una reconciliación

52.3 En camino para casa

52.2 En la casa de Evans

52.1 Conquistando hombres mayores

51.3 Despedida con fiesta

51.2 Uso y abuso en un coche

51.1 Adiós a tantas cosas

50.3 Sábado 23 de Mayo

50.2 Lista de amigos

50.1 Pesadilla

49.4 Amantes confiados

49.3 Cosas de jóvenes

49.2 Un nido para amarnos

49.1 Primeros contactos

48.3 Apuesta ganada a la suerte

48.2 Jean y Denis

48.1 Preparando el encuentro

47.4 Confidencias de Jean

47.3 Lluvia dorada

47.2 Día primero de Mayo

47.1 Paul y el baile erótico

46.3 Con Maira y el pasado

46.2 Amor y sexo

46.1 Cinco largos días

45.2 Convivencia de cuatro

45.1 Primaveral París

44.3 La familia

44.2 Bajo cierto control

44.1 Estrenando nueva cama

43.4 De visita en Dunkerque

43.3 ¿Placer, deber?

43.2 Telmo, un chico con corazón

43.1 Las deudas son para pagarlas

42.2 Una rosa de regalo

42.1 Los problemas de Rayhan

41.3 Principio de acuerdo

41.2 Gonzalo en Lille

Dulce y Amarga amistad

41.1 Rafael, dulce compañía

40.2 Amor y cariño

40.1 Confesión innecesaria

39.5 Volver a empezar

39.4 A Londres pasando por Derby

39.3 El pasado doloroso

39.2 Una noche de piel negra

39.1 Robin

38.3 Dolor que no cesa

38.2 El relato de María

38.1 El avance del mal

37.3 Algún cambio de vida

37.2 La noche de Barcelona

37.1 Con Vasiliy en una cena

36.3 Y encontré a Vasiliy

36.2 Sigo observando curioso

36.1 El padre de Rayhan

35.3 La cruel realidad

35.2 Preparando mí viaje a Londres

35.1 Ray y Denís sorprendidos

34.3 De fiesta con Rafael

34.2 Amor a tres bandas

34.1 La entrega de Denís

33.2 Noticias amargas

33.1 Sometido a Rafael

32.3 ¿Enseñando qué?

32.2 Gozando de mi chico árabe sin parar

32.1 Primer encuentro con Faustin

31.4 Rompiendo el hielo

Mis dos familias - 10 de 10

Mis dos familias - 09 de 10

31.3 Alan y Tristán

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31.2 Inefable placer…, del vicio

Mis dos familias - 07 de 10

31.1 Telmo

Mis dos familias - 06 de 10

30.3 Regreso a Lille

Mis dos familias - 05 de 10

30.2 Despidiendo este año

Mis dos familias - 04 de 10

30.1 Asimilando el cambio

Mis dos familias - 03 de 10

29.3 La ternura de un ser bueno

Mis dos familias - 02 de 10

29.2 Increíble comprensión

Mis dos familias - 01 de 10

29.1 Vuelta a casa

28.3 La hora de decir adiós

28.2 Hay que regresar a casa

28.1 La pervivencia del fiero general

27.3 Con Lorian en Versalles

27.2 Flores y dulces para conquistar

27.1 Rafael se hace presente

26.3 Un gran amante en potencia

26.2 Un joven al que dar amor

26.1 Rayhan me seduce

Los limoneros III Fin

25.2 Conociendo a la familia de André

Los limoneros II

Los limoneros I

25.1 La invitación de André mi jefe

24.2 La esperanza está en París II

24.1 La esperanza está en París I

23.2 Recuperando el tiempo pasado

23.1 La fortuna de Alan y Lorian

22. Cumpleaños de Nicolás sin él

21.2 La disco de Lucas

21.1 Las flores que llegan de sorpresa

20.2 Cena y noche con los amigos de Nicolás

20.1 Rayhan, dulce y exótico árabe

19.2 Saint Michel

19.1 La excursión con Nico

18. Nostalgias: Yorkshire, Derby y Londres

17.2 En París con Nico

17.1 El chico del patio

16.2 Encuentro de Nico y Evans

16.1 Nico y el bar del placer

15. Visita sorpresa de Nicolás

14.2 El inicio de un prostituto II

14.1 El inicio de un prostituto I

13.2 Mis amigos quieren ser modelos

Y la búsqueda terminó

13.1 Como se rueda una escena erótica

12.2 Noche de fiesta en Lille

12.1 El viaje hasta Béthune

11.2 Y las Fiestas terminaron

11.1 Fiestas de verano

10.2 Los padres de Nicolás

10.1 Menorca acogedora

09.2 Comienzan las vacaciones

09.1 Recibiendo a Nicolás

08.2 La llegada a España

08.1 Últimos días en Leeds

07.2 Preparar la vuelta a España II

07.1 Preparar la vuelta a España I

06.2 Reunión de amigos en Ámsterdam

06.1 La despedida de una empresa

05.2 Llega Jaime

05.1 Siempre amigos

04.2 El Tour de Francia arranca en Leeds II

04.1 El Tour de Francia arranca en Leeds I

03.2 Visitando Oxford II

03.1 Visitando Oxford I

02.2 Te devuelvo la visita II

02.1 Te devuelvo la visita I

01.2 Una delicada decisión II

01.1 Una delicada decisión I

Luis, Jacobo y un verano 32 Acuerdo con Bruno

Luis, Jacobo y un verano 31 La despedida de Andrés

El suplente de mi mejor amigo

Luis, Jacobo y un verano 30 Follando con León

Luis, Jacobo y un verano 29 Rufo como semental

Luis, Jacobo y un verano 28 Asaf alegra mi culito

Luis, Jacobo y un verano 27 El ardor de Bruno

Luis, Jacobo y un verano 26 Eduardo enculado

Luis, Jacobo y un verano 25 Reconciliación en la c

Muchacho tímido y sincero

Luis, Jacobo y un verano 24 Probando otro agujero

Luis, Jacobo y un verano 23 Asaf come mi culo

Luis, Jacobo y un verano 22 Provoco a mi primo

Luis, Jacobo y un verano 21 Sorprendido follando

Atendiendo a mi cuñado 2 de 2

Atendiendo a mi cuñado 1 de 2

Luis, Jacobo y un verano 20 Y más

Luis, Jacobo y un verano 19 Y más

Holanda dos noches, dos días. ¿Reencuentro?

Luis, Jacobo y un verano 18 Y más

Luis, Jacobo y un verano 17 Y más

Robin y su negra verga

Luis, Jacobo y un verano 16

Luis, Jacobo y un verano 15

Luis, Jacobo y un verano 13

Luis, Jacobo y un verano 12

Luis, Jacobo y un verano 11

Luis, Jacobo y un verano 10

Luis, Jacobo y un verano 09

Luis, Jacobo y un verano 08

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