miprimita.com

Mario 11 de 22 Vacaciones de verdad

en Gays

Me sentía mareado, cansado, pero también deseaba continuar así. Con Robert dentro de mi, sintiendo su pecho amplio pegado a mi espalda, la respiración que se le iba calmando, las caricias que su mano izquierda me hacía en el pecho bajando hasta el abdomen, y su verga abriéndome el culo por poco que se moviera.

-Quiero estar siempre así. -giré la cabeza para mirarle y aprovechó para besarme la boca. Al moverme parte del semen salió de mi culo.

-Ha sido muy bonito Robert, muy tierno como lo has hecho.

-¿No te he hecho daño?

-Nada mi amor, todo ha sido perfecto. -para mi estaba claro que Robert ya había estado con otros chicos o chicas, sabía lo que era follar y no era un principiante, él tuvo que notar que yo tampoco lo era, que mi culo no era virgen y me habían metido más vergas, pero él no preguntó nada ni yo tampoco, y quizá no nos importara saberlo…

A la vez que me besaba el hombro y el cuello, su mano izquierda no dejaba de acariciarme, hasta que sentí renacer mi deseo sexual y la polla volvió ponérseme erecta, a él no se le había bajado del todo y seguía metido en mi culo.

-¿Quieres más? -me preguntaba cogiendo mi verga y pasando después a los testículos.

-¿Estás cansado?

-Seguiría toda la noche haciendo el amor contigo.

-¿Quieres que cambiemos de postura? -la verga se le volvía a poner dura y potente.

-¿Para qué? Me gusta tenerte así, totalmente controlado. -empezó con un movimiento lento resbalando la cadera sobre la cama y buscando un ángulo que permitiera una penetración profunda.

-Lo siento rico Robert. -cogió mi polla y la masturbaba a la vez y sincronizada con las metidas de la suya en mi culo.

-Amor, tu polla también ha crecido, tienes una buena herramienta. -me masturbaba con dulzura y suavidad y a veces me oprimía el glande

-¡Ayyy! Que rico mi vida, tu verga me entra profundo también así. -en esa posición podía cerrar un poco las piernas y hacer que su verga me rozara más y a él le diera más placer. Llevábamos minutos gimiendo los dos, él se cansaba a veces y paraba, entonces me movía yo, él solo me sujetaba moviendo mi pierna elevada, cambiándome según sus deseos.

-Marín, te arde el culito amor. -entonces me acariciaba el ano estirado al máximo por su polla.

Esta vez eyaculamos más tranquilos, o con más suavidad aunque también resultó intenso, no cesó de masturbarme hasta sacarme la leche y cayó directa en su mano, entonces apretó mi polla estremeciéndose, volviendo a llenarme el culo de semen.

En un momento indeterminado, después de muchos besos, y seguía con la verga en mi interior, me quedé dormido.

Cuando desperté la luz de la mañana iluminaba la habitación, había abierto la ventana y el viento se colaba meciendo las cortinas, estaba solo en la cama y escuchaba el ruido del agua al caer en el baño, me senté en la cama, la sábana tenía grandes manchas del semen que me salió por la polla y por el ano.

Apareció con una toalla anudada a la cintura, varonil, sonriente y dispuesto a comenzar el día, vino a mi de frente, me acarició el cabello.

-¿Has descansado bien? -vi el bulto que lucía en la toalla y tiré de ella, su verga apareció dura y tiesa.

-¿Nunca va a descansar?

-Cuando se canse y pienso que eso será muy tarde.

La tenía muy cerca de mi, coloqué la mano bajo sus testículos y los sujeté tirando de ellos, solamente tenía que abrir la boca y aceptar el gordo glande que ya lucía una gota cristalina en la punta.

-¡Ohh, bebito que rico! ¿Qué me haces amor?- la saqué un momento para mirarle malicioso.

-Tomar mi desayuno. -chupaba su verga son esmero, sobre todo el gordo y rico ciruelo que era la punta y no dejaba de palpar sus gordos huevos, se le debían de haber vuelto a rellenar en esas horas inactivos.

-La mamas rico mi vida. -se dio cuenta de mi capacidad para tragar y empezó a follarme la boca, su larga polla me atragantaba a veces, pero yo le miraba y era mi total satisfacción ver la alegría y el placer reflejados en sus ojos.

Los gemidos le salieron pronto de la boca, y cuando más sabrosa encontraba su verga y yo más la gozaba, me llenó la boca de semen y tragué cuanto pude, tenía un novio lechero como su papá.

Llevaba tiempo sintiendo el olor del mar y la impaciencia me consumía. Abandonamos la nacional 260 para entrar en Colera, inicio de nuestra ruta hacia el sur bordeando el mar, en la oficina de turismo nos informaron de las posibilidades que teníamos para dormir, localizamos los apartamentos que nos indicaron y después de dejar nuestro equipaje nos dirigimos a la playa.

Teníamos el típico día de Agosto, caluroso y sin nubes y el agua del mar resultaba caliente.

-Se siente bien estar tumbado después tantas horas conduciendo. -se había tendido cuan largo era y sin preocuparse del protector para la piel. En las piernas no lo necesitaría, cubiertas de vello como estaban, no era probable que se quemara.

Le extendía la crema por el pecho y por la cara, Robert se dejaba hacer con los ojos cerrados, y para mi era una forma de poder acariciarle.

-Ahora te toca a ti darme la crema. -se levantó rápidamente acomodándose arrodillado sobre mi y empezó su sesión de caricias.

Esa noche la pasamos en nuestra habitación donde nos metimos inmediatamente, después de picar un plato de queso con cerveza en una terraza cercana. Nos habíamos duchado antes de salir para cenar. 

Robert había intentado seducirme y me negué a complacerle, mis planes eran para realizarlos cuando fuéramos a la cama.

-¡Por favor Marín! -me sujetó de la cintura por atrás y colocó la polla semi dura entre mis piernas.

-He estado toda la tarde conteniéndome, tumbándome boca abajo para que los otros bañistas no vieran lo que me provocas.

-¿Ja , ja, ja! Suéltame o nos caeremos.

-No seas malo, solo serán unos minutos.

-Eso es lo que no quiero precisamente, minutos, además yo también me aguanto y tengo las mismas ganas que tu.

-¿No le vas a dar gusto a tu hombre? -puso cara de pena y después de morderme el cuello me soltó.

-¡Ja, ja, ja! ¿Y tu no vas a atender lo que tu mujercita desea?

-Tu no eres mi mujer, tambiéneres mi hombre.

-Como quieras, pero date prisa y así volveremos antes.

-Eres un mandón, ¿lo sabías?

-Contigo puedo serlo amor, tu me lo consientes todo. -le abracé y me sujetó por las nalgas para tenerme elevado y que pudiera besarle cómodamente.

Regresamos y rápidamente se desnudó completamente, esperó pacientemente sobre la cama jugando con su móvil hasta que regresé del baño dispuesto para todo. Dejó el teléfono y se me quedó mirando, ya no sentía vergüenza de que me viera en cualquier situación.

Me tendí a su lado y él solamente me miraba.

-Antes querías hacerme algo, y ahora solo me contemplas. -colocó la mano sobre mi cabeza y hundió los dados en el pelo.

-Da miedo tocarte Marin.

-Estoy para eso mi vida, para que tu me toques como quieras. -se colocó de costado y acercó la cara para besarme la nariz.

-Por mi te abriría para meterme en ti, pero no va a poder ser, no quiero acabar en prisión. -a mi vez le besé los labios.

-Hay maneras agradables de meterte sin que me hagas daño.

-Te amo Marín, te quiero tanto y he estado tan ciego.

-Calla y hazme el amor. -me posesioné de su boca y le mordí los labios antes de meterle la lengua para jugar con la suya.

Le subí un brazo y le lamí el sobaco, olía ligeramente a sudor y eso me gustaba. Robert gemía excitándome más.

-Te voy a comer Robert mío. -veía como se acariciaba la polla y se iba poniendo dura en su mano, con los ojos cerrados, disfrutando de mis lamidas ahora en su pecho.

Llegué con mi boca hasta su oreja lamiéndole todo el cuello.

-¿Te gusta como atiendo a mi hombre, como le doy placer a mi macho?

-¡Ummmmmm! Marin, eres una ventosa amor.

-Si mi rey, una ventosa para chuparte y lamerte. -fui bajando por su pecho hasta llegar a su vientre, lo tenía muy marcado y en tensión, la sombra de sus bellos lo acaban de perfilar marcándolo rotundamente.

Le retiré la mano que tenía agarrando su polla, estaba húmeda de sus jugos y fui metiendo uno a uno sus dedos en mi boca y chupándolos, el abdomen se le contraía y cada vez le salía mas líquido de la verga.

Le lamí el glande, me encantaba tan grande y redondo, y jugué con él besándolo, enroscando la lengua bajo el breve sombrerito de la cabeza.

Robert buscaba a ciegas mi polla y se la acerqué para que la tocara. lo que antes se hacía a él, ahora me lo hacía a mi, envolver el capullo en su mano y lubricarlo con el presemen que también salía de mi. Me daba un gran placer y tenía que morder mi labio para no gritar.

Sujeté sus huevos con una mano y con la otra le acariciaba el pecho, mi boca buscaba tragar su verga succionando con fuerza.

-¡No Marin, no! No quiero correrme aún. -con la mano libre me sujetó del pelo y me quitó su rica polla.

-Entonces métemela ya y fóllame. -se quedó un instante indeciso y cuando reaccionó me sujetó colocándome mis rodillas sobre el pecho, me elevó el culo y metió la cabeza entre mis piernas. Su aliento me llegó antes de que aplastara la lengua en mi ano.

-¡Ohhhh! Robert. -me agarré los tobillos y tiré las piernas a mis costados abriéndome todo lo posible.

Me comía el culo con unas ganas terribles, chupaba y luego lamía, besaba con profundas aspiraciones que sonaban a chapoteos de agua.

No pensaba que Robert me iba a chupar el culo de esa manera tan profesional y loca a la vez, conseguía que gimiera y gritara, y me retorciera del gusto que me daba.

Me chupó durante largos minutos el culo, y también se metía mis testículos en la boca, solamente se retenía de estimularme la verga para evitar que me corriera.

Cuando se detuvo se colocó sobre mi aplastándome las piernas con su peso, tenía toda la cara mojada de saliva. Me miró pidiendo permiso con los ojos y enfiló su verga a mi ano.

La sentía empujar y luego entrar en mi cuerpo como bisturí en la carne, me había dilatado al punto de no sentir el más ligero dolor. No se detuvo hasta que sus testículos impactaron en mis nalga, permitió que retirara mis piernas del pecho y se posó sobre mi.

-Marín, amor mío. -besaba y murmuraba en mi oreja. 

Le abracé pasando las manos por su espalda y le rodeé las caderas con las piernas.

-Me encanta tu polla Robert, te quiero amor. -se movió un poco haciendo que me retorciera y gimiera de placer.

Levantó la cabeza y me sujetó la cara dándome un fuerte beso.

-Quiero que algún día me la claves tu. -me quedé momentáneamente en suspenso.

-No se si podré hacerlo amor mío.

-No importa, yo te guiaré, ahora voy a gozar de tu hoyito.

Volvía a gemir y retorcerme, sentía calambres en los pies y tenía que agarrotarlos encogiéndolos.

-Dame más fuerte mi amor, fóllame rico mi vida. -contraía el culo para que su verga se sintiera aprisionada y notar mejor el gordo glande desplazándose por mi tripa.

-Sigue. sigue, me gusta sentirte dentro. ¡Ummmm! cariño mío, ¡qué rico amor! No te detengas.

-Sí mi vida, tu culito me aprieta la polla, que rico culo mi vida. -no cesaba de besarme mientras me follaba, hacía las dos cosas simultáneas y a veces respiraba estremecido en mi boca.

Sus testículos golpeaban en la entrada de mi culo, cada vez más fuerte, a cada segundo más duro hasta que sentí que no podía aguantar más y apreté fuerte mis piernas abrazando su cintura.

-Ya no puedo más mi amor, me va a salir la leche. -efectivamente, sin tocarme comencé a eyacular derramado el semen entre nuestros vientres.

-Yo estoy a punto mi amor, ¡Ya me viene! ¡Ahhhggg!. -separé su cara para mirarle, estaba descompuesto y rojo, sudoroso.

-Si, sí Robert, lléname el culo de tu leche, dámela amor mío. -convulsionábamos los dos y la cama rechinaba al movernos. Sentía que innumerables chorros de semen me entraban y los sentía en el corazón, en el alma.

Le apretaba uniendo nuestras pieles como si fuera una sola y Robert respiraba sin control con la cara oculta en mi cuello.

Nuestro coito había resultado impresionante, pasaron minutos hasta que nos tranquilizamos y Robert pudo dejarse caer a mi lado, nunca me habían jodido el culo de esa manera, quizá no fuera un polvo magistral, pero yo lo magnificaba por el amor que sentía hacía el, por el amor que desde niño había tenido en mi corazón por mi hombre.

                                             *************

Al día siguiente continuamos nuestra ruta, sin estar señalada y sin saber el destino, y así los días siguientes, visitando las preciosas calas de ese trozo de costa, deambulando de playa en playa y siempre bajando hacia el sur.

Puerto de la Selva, Ampuriabrava, Calella, Lloret, sitios para recordar toda mi vida, lugares que Robert convertía en mágicos.

Sitges ya en tierras de Barcelona y otros más, Torredenbarra, Tarragona. Siempre acompañados del ardiente sol y lo que más nos calentaba, nuestro amor.

Podíamos dormir, en hotel de cinco estrellas, en fondas pequeñas, habitaciones prestadas, o bajo el manto del cielo y el colchón de las arenas cálidas y acogedoras al finalizar las tardes.

Habían transcurrido diez días que no sabían a nada. Temía que en cualquier momento Robert dijera que teníamos que volver, que todo había terminado, pero no, seguimos hasta Vinaroz y Peñíscola.

En este último lugar encontró un hotel en la misma línea de plaza, no quería repetir la experiencia pasada en la parada anterior.

Era una playa pequeña, preciosa y bastante concurrida. Unas horas antes, a pesar de buscar por todas partes no conseguimos una cama para pasar la noche, inclusive pensamos en continuar el viaje a última hora de la tarde.

-Hace un día tan bonito que da pena subirse al coche.

-No lo hagamos, durmamos sobre la arena.  -ya lo habíamos hecho otro día, sobre la arena y una manta de viaje que sacó del maletero del coche. Me miró con una sonrisa tierna, y a la vez muy pervertida.

-Y haremos el amor a luz de las estrellas. -soltamos la risa y la decisión había sido tomada. Ya habíamos hecho el amor en esa situación y muchas otras diferentes. Robert no se cansaba nunca de follar, y siendo justos, tampoco yo.

Acercamos el coche al lugar donde pensábamos pasar la noche, compramos unos bocadillos, cervezas, y pilas para la linterna, ya estábamos preparados para cualquier contingencia.

Lentamente la playa se fue despoblando hasta quedar, no absolutamente solos, luego veríamos que otros habían decidido hacer lo mismo y contemplaríamos el resplandor de sus linternas en la noche.

El aire olía fuertemente al salitre marino, comenzaba a caer la noche y comimos nuestro bocadillo.

-Robert, solo escucho el ruido del agua.

-Yo también, y tu voz porque hablas.

-Estamos solos en el mundo, tu y yo solos, la humanidad ha desaparecido. -agarré su mano y se la apretaba

-Igual otros seres distintos, o parecidos, nos miran desde el espacio, desde aquella estrella brillante. -aproxime mi cara a la suya para buscar el punto en el negro cielo.

-¿Nos estarán mirando, vigilándonos para ver lo que hacemos?

-Seguro que si, y van a pasar mucha envidia, ellos no tienen un chico a su lado tan guapo. -hizo un apretón con la mano que teníamos unidas.

-¿Robert?

-Dime amor, pero ten en cuenta que esos seres pueden escucharte también. -iba a hacerle una pregunta para la que no tenía respuesta y no seguí.

Se colocó boca abajo y pasó el brazos por mi abdomen. Suavemente sus caricias comenzaron, llevó la mano a mi cara y pasó los dedos por mis labios, ya le conocía muy bien y sabía lo que pretendía.

-Mira al cielo, a las estrellas, desde las ciudades no se puede ver este espectáculo.

-Yo tengo el cielo a mi lado y puedo verlo cuando lo deseo, y tocarlo como ahora.

-No Robert, aquí no.

-No pasa nada, y es mentira que esos seres nos estén mirando, estamos solos los dos.

-Tu sabes porque no quiero, no te hagas el tonto.

-Tenemos la mantita lo mismo que Linus, el amigo de Snoopy, ella te protegerá.

-Eso ya sucedió, te mueves mucho y la arena me entra en el culito, y eso araña, molesta.

-Yo no me quejaba, para mi todo estaba bien, perfecto.

-Tu eres muy valiente y sufrido.

-Está bien, si no quieres no lo haremos, ¡total por un poco de arena! -volvió a ponerse para mirar las estrellas, no podía verle muy bien y encendí la linterna, le iluminé la cara y me puso cara de molesto.

-No te enfades Robert, casi nunca me niego a lo que quieres.

-¿Crees que puedo enfadarme por eso? Ven que te abrace y duerme. -me recogió entre sus brazos y, con el calor que no disminuía, el arrullo del mar, y el sonido tranquilo de su respiración me fui quedando dormido.

Me despertó el intenso frío y la humedad que sentía, continuaba abrazado por Robert que no se había movido. Empecé a tiritar, sentía, sin verla, la intensa y fría niebla que nos cubría, busque la linterna para nada, era peor el resultado y el brillo blanco de la niebla reflejaba la luz.

-¡Robert! -le sacudí para despertarle.

-¿Qué sucede?, su voz sonaba somnolienta.

-Tengo frío, hay una niebla muy intensa. -enseguida controló la situación.

-No podemos quedarnos aquí, nos vamos al coche. -recogimos nuestras cosas y Robert se oriento milagrosamente para llegar hasta él, yo me hubiera perdido y acabado en el mar.

Dentro del coche se estaba bien y nos metimos en la parte trasera.

-Abrázame Robert, sigo teniendo frío. -el sueño se nos había evaporado y tumbados en el asiento, de mala manera y apretados, el calor volvía a renovar mi cuerpo.

-¿Robert?

-¡Dime amor! ¿Qué te pasa ahora?

-Tu verga se aprieta en mi culo. -excitado por la cercanía , o por las ganas contenidas y no satisfechas, notaba su polla crecida en mis nalgas.

-¿Y que quieres que haga, salir fuera y que la niebla me la congele?

-Ja, ja, ja. -no pude contener la risa.

-Aquí no hay arena amor. -empezó a tirar de mi bañador para quitármelo.

-Está bien pero déjame a mi o lo romperás. -era un galimatías moverse hasta que los bañadores salieron por nuestros pies.

Se colocó detrás de mi, pero no podía moverme y además estaba encima de una de mis piernas.

-Así no, me haces daño.

-Baja esa pierna al suelo y ocupa el lugar en el centro del asiento. -Roberto se sujetaba en el respaldo de los asientos delanteros para dejar que yo pudiera moverme hasta conseguir situarme como deseaba.

-Así está bien. -estaba paralelo a mi, sujeto con las manos en los respaldos anterior y posterior, los pies contra la puerta, y fue dejándose caer hasta montarme. Su peso me ahogaba, me aplastaba literalmente sobre el asiento.

-Perdona Marin, cuando la meta me sostendré mejor. -la polla resbalaba entre mis nalgas hasta que acertó con un movimiento mio, empezó la penetración, con la mitad de la verga dentro pudimos colocarnos mejor.

-Así estás a gusto.

-¡Ummmm! Sí, no se como terminaran nuestras espaldas al final, pero así estoy bien, continuó hasta meter todo lo que le daba y hacer tope con la pelvis sobre mis nalgas, parte de la verga no podía meterla por mi postura forzada.

-¡Qué rico culito! ¡Gracias Neptuno por enviarnos la niebla!

Empezó a follarme el culo, era divino a pesar de las malas posturas.

-¡Ay, ay, ay, ah, ah, ah, ah! -tardó poco en conseguir arrancarme exclamaciones de placer y me bombeaba con ganas.

-¡Mas, mas, mas Robert! Dame más verga amor. Está rico mi vida, fóllame fuerte. -los cristales del coche se había cubierto de vaho, Robert se movía violentamente montándome, cabalgando sobre mi y perforándome el culo.

-¡Ahhhh! Marin, tienes apretadito el culito, me estas ordeñando amor. -todo llega a su fin y la leche nos desbordó saliendo de nuestros huevos, la suya para llenarme el culito, la mía para manchar el asiento.

Cuando recobró el aliento y sin que hubiera salido de mi, volví la cara y entonces fue el primer beso, me enajena que me bese mientras me esta follando, teniéndolo a él dentro y tenerle por arriba y por abajo. 

Antes le amaba y ahora le idolatraba, continuaba no queriendo pensar en el mañana, el futuro no existía, ni siquiera el pasado ya vivido, solo quería mi presente, el de este momento, apretado contra la tapicería de su coche de lujo, manchada con mi semen.

-Vete sacando la polla con cuidado. -la extrajo en un movimiento rápido, lo contrario de lo que le había pedido, me arrodillé encendiendo la luz interior. Pude respirar aliviado, su verga estaba limpia, muy brillante por la leche que había arrastrado al salir.

-A mi no me importa si alguna vez sale sucia Marin.

A ti no, pero a mi sí.

Mas de Albany

Mario 22 de 22 Vuelve Robert - Fin

Mario 21 de 22 Educadores novatos

Mario 20 de 22 Niños sin madre

Mario 19 de 22 El abuelo y mamá

Mario 17 de 22 Pasando el verano y más 2

Mario 18 de 22 La vuelta de Peru

Mario 16 de 22 Pasando el verano y más 1

Mario 15 de 22 Un año que pasa rápido

Mario 14 de 22 Normalidad relativa

Mario 13 de 22 Curando las heridas

Mario 12 de 22 La mentira tiene el camino corto

Mario 10 de 22 Y todo estalla

Mario 09 de 22 Ilusión desmedida sin razón

Mario 08 de 22 Semana loca con algún recuerdo

Mario 07 de 22 Con don Guillermo 24h 2

Mario 06 de 22 Con don Guillermo 24h 1

Mario 05 de 22 Marcos sigue enseñándome

Mario 04 de 22 Marcos me prepara el culo

Mario 03 de 22 Marcos mi primo

Mario 02 de 22 Un comienzo

Mario 01 de 22 Don Guillermo

El cálido viento del Este 10 Despedidas y... Fin

El cálido viento del Este 09 Fidel vuelve a caer

El cálido viento del Este 08 El consuelo de Mikel

El cálido viento del Este 07 Fidel y sus amigos

El cálido viento del Este 06 Malder otra vez

El cálido viento del Este 05 Alberto me inspira

El cálido viento del Este 04 Conociendo a...

El cálido viento del Este 03 Jesús para Julio...

El cálido viento del Este 02 Julio y Tomás

El cálido viento del Este 01 Jesús se decide

Sin saber que hacer

Examen de próstata

Eduardo 03 Cada cosa en su lugar (Fin)

Eduardo 02 Se acerca un poco

Eduardo 01 El chico del Bazar Chino

54.2 Sin complejos ni obsesiones

54.1 Momento de compartir

53.5 Sueños y final

53.4 El señor Cheng-Gong

53.3 Primer contacto en Bristol

53.2 A la luz de la luna

53.1 Un enfado, una reconciliación

52.3 En camino para casa

52.2 En la casa de Evans

52.1 Conquistando hombres mayores

51.3 Despedida con fiesta

51.2 Uso y abuso en un coche

51.1 Adiós a tantas cosas

50.3 Sábado 23 de Mayo

50.2 Lista de amigos

50.1 Pesadilla

49.4 Amantes confiados

49.3 Cosas de jóvenes

49.2 Un nido para amarnos

49.1 Primeros contactos

48.3 Apuesta ganada a la suerte

48.2 Jean y Denis

48.1 Preparando el encuentro

47.4 Confidencias de Jean

47.3 Lluvia dorada

47.2 Día primero de Mayo

47.1 Paul y el baile erótico

46.3 Con Maira y el pasado

46.2 Amor y sexo

46.1 Cinco largos días

45.2 Convivencia de cuatro

45.1 Primaveral París

44.3 La familia

44.2 Bajo cierto control

44.1 Estrenando nueva cama

43.4 De visita en Dunkerque

43.3 ¿Placer, deber?

43.2 Telmo, un chico con corazón

43.1 Las deudas son para pagarlas

42.2 Una rosa de regalo

42.1 Los problemas de Rayhan

41.3 Principio de acuerdo

41.2 Gonzalo en Lille

Dulce y Amarga amistad

41.1 Rafael, dulce compañía

40.2 Amor y cariño

40.1 Confesión innecesaria

39.5 Volver a empezar

39.4 A Londres pasando por Derby

39.3 El pasado doloroso

39.2 Una noche de piel negra

39.1 Robin

38.3 Dolor que no cesa

38.2 El relato de María

38.1 El avance del mal

37.3 Algún cambio de vida

37.2 La noche de Barcelona

37.1 Con Vasiliy en una cena

36.3 Y encontré a Vasiliy

36.2 Sigo observando curioso

36.1 El padre de Rayhan

35.3 La cruel realidad

35.2 Preparando mí viaje a Londres

35.1 Ray y Denís sorprendidos

34.3 De fiesta con Rafael

34.2 Amor a tres bandas

34.1 La entrega de Denís

33.2 Noticias amargas

33.1 Sometido a Rafael

32.3 ¿Enseñando qué?

32.2 Gozando de mi chico árabe sin parar

32.1 Primer encuentro con Faustin

31.4 Rompiendo el hielo

Mis dos familias - 10 de 10

Mis dos familias - 09 de 10

31.3 Alan y Tristán

Mis dos familias - 08 de 10

31.2 Inefable placer…, del vicio

Mis dos familias - 07 de 10

31.1 Telmo

Mis dos familias - 06 de 10

30.3 Regreso a Lille

Mis dos familias - 05 de 10

30.2 Despidiendo este año

Mis dos familias - 04 de 10

30.1 Asimilando el cambio

Mis dos familias - 03 de 10

29.3 La ternura de un ser bueno

Mis dos familias - 02 de 10

29.2 Increíble comprensión

Mis dos familias - 01 de 10

29.1 Vuelta a casa

28.3 La hora de decir adiós

28.2 Hay que regresar a casa

28.1 La pervivencia del fiero general

27.3 Con Lorian en Versalles

27.2 Flores y dulces para conquistar

27.1 Rafael se hace presente

26.3 Un gran amante en potencia

26.2 Un joven al que dar amor

26.1 Rayhan me seduce

Los limoneros III Fin

25.2 Conociendo a la familia de André

Los limoneros II

Los limoneros I

25.1 La invitación de André mi jefe

24.2 La esperanza está en París II

24.1 La esperanza está en París I

23.2 Recuperando el tiempo pasado

23.1 La fortuna de Alan y Lorian

22. Cumpleaños de Nicolás sin él

21.2 La disco de Lucas

21.1 Las flores que llegan de sorpresa

20.2 Cena y noche con los amigos de Nicolás

20.1 Rayhan, dulce y exótico árabe

19.2 Saint Michel

19.1 La excursión con Nico

18. Nostalgias: Yorkshire, Derby y Londres

17.2 En París con Nico

17.1 El chico del patio

16.2 Encuentro de Nico y Evans

16.1 Nico y el bar del placer

15. Visita sorpresa de Nicolás

14.2 El inicio de un prostituto II

14.1 El inicio de un prostituto I

13.2 Mis amigos quieren ser modelos

Y la búsqueda terminó

13.1 Como se rueda una escena erótica

12.2 Noche de fiesta en Lille

12.1 El viaje hasta Béthune

11.2 Y las Fiestas terminaron

11.1 Fiestas de verano

10.2 Los padres de Nicolás

10.1 Menorca acogedora

09.2 Comienzan las vacaciones

09.1 Recibiendo a Nicolás

08.2 La llegada a España

08.1 Últimos días en Leeds

07.2 Preparar la vuelta a España II

07.1 Preparar la vuelta a España I

06.2 Reunión de amigos en Ámsterdam

06.1 La despedida de una empresa

05.2 Llega Jaime

05.1 Siempre amigos

04.2 El Tour de Francia arranca en Leeds II

04.1 El Tour de Francia arranca en Leeds I

03.2 Visitando Oxford II

03.1 Visitando Oxford I

02.2 Te devuelvo la visita II

02.1 Te devuelvo la visita I

01.2 Una delicada decisión II

01.1 Una delicada decisión I

Luis, Jacobo y un verano 32 Acuerdo con Bruno

Luis, Jacobo y un verano 31 La despedida de Andrés

El suplente de mi mejor amigo

Luis, Jacobo y un verano 30 Follando con León

Luis, Jacobo y un verano 29 Rufo como semental

Luis, Jacobo y un verano 28 Asaf alegra mi culito

Luis, Jacobo y un verano 27 El ardor de Bruno

Luis, Jacobo y un verano 26 Eduardo enculado

Luis, Jacobo y un verano 25 Reconciliación en la c

Muchacho tímido y sincero

Luis, Jacobo y un verano 24 Probando otro agujero

Luis, Jacobo y un verano 23 Asaf come mi culo

Luis, Jacobo y un verano 22 Provoco a mi primo

Luis, Jacobo y un verano 21 Sorprendido follando

Atendiendo a mi cuñado 2 de 2

Atendiendo a mi cuñado 1 de 2

Luis, Jacobo y un verano 20 Y más

Luis, Jacobo y un verano 19 Y más

Holanda dos noches, dos días. ¿Reencuentro?

Luis, Jacobo y un verano 18 Y más

Luis, Jacobo y un verano 17 Y más

Robin y su negra verga

Luis, Jacobo y un verano 16

Luis, Jacobo y un verano 15

Luis, Jacobo y un verano 14

Luis, Jacobo y un verano 13

Luis, Jacobo y un verano 12

Luis, Jacobo y un verano 11

Luis, Jacobo y un verano 10

Luis, Jacobo y un verano 09

Luis, Jacobo y un verano 08

Luis, Jacobo y un verano 07

Luis, Jacobo y un verano 06

Luis, Jacobo y un verano 05

Luis, Jacobo y un verano 04

Luis, Jacobo y un verano 03

Luis, Jacobo y un verano 02

Luis, Jacobo y un verano 01