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Humillado por mi hermanastra

en Hetero: General

Mamá había comenzado a tener citas desde hace un año, al principio no sabía bien cómo sentirme al respecto, pero con el tiempo te acostumbras y esperas que tus padres hagan su vida y sean felices, por lo menos en mi caso así fue. Fueron varios los candidatos que llegaron hasta la puerta con el ramo de flores y la invitación a cenar, también varias las veces en que mamá terminó decepcionada y triste, hasta que al fin apareció Javier y las cosas se formalizaron con el tiempo.

Javier tenía dos hijas, Yolly y Desireé, y como parte de esta nueva "idea familiar" se organizó una excursión en donde todos pudiéramos conocernos y comenzar a compartir. Era obvio que las cosas iban bastante en serio, así que a pesar de mis pocas ganas de asistir decidí acompañarlos y apoyar a mamá en eso de conocer a mis futuras hermanastras.

 

Desireé tenía apenas 5 años y como toda niña de esa edad estaba mucho más pendiente de sus travesuras infantiles que de cualquier otra cosa, debo decir que me cayó bien desde el inicio ¿Cómo puede caerme mal una bebé? Yolly sin embargo, estaba más o menos en mi misma condición, cumpliendo con el deber de hija y con muy pocas ganas de hacerlo, era cuatro años mayor, antipática como nadie -era obvio que esto de la novia de su papá y la nueva familia no le hacía mucha gracia- pero además era una belleza. Alta (con un par de tacones me dejaba como enano) blanca, de cabello rubio y un cuerpo simplemente precioso, con cada curva en su debido lugar, lo cual agregaba un toque más para terminar de crispar mis nervios y hacer que me comportara como un estúpido; fue evidente que Yolly lo notó desde el inicio y que vio en toda la situación la oportunidad perfecta de joderme la existencia, de más está decir que la famosa excursión fue sinónimo de las 10 horas más largas de mi existencia.

 

Naturalmente, las cosas no llegaron hasta ahí, mamá y Javier siguieron saliendo, las actividades en familia se hicieron más frecuentes y por ende la tortura emocional de babearme por la futura hermanastra que me trataba como basura, las cosas no estaban a mi favor, y lo peor estaba por venir. Nuestros padres se casaron, compraron una casa grande y todos nos mudamos juntos. Pedí clemencia, asilo en casa de mi papá, pero para variar estaba trabajando fuera del país y no volvería hasta dentro de varios meses (solo para irse de nuevo) así que no podía quedarme solo en su casa; me gustara o no tenía que vivir con mis nuevas hermanas.

Al principio, procuraba pasar el mayor tiempo en mi cuarto y toparme lo menos posible con Yolly y su culo de infarto, pero no es nada sencillo cuando vives bajo el mismo techo y tu mamá te dice cada vez que puede que le entristece y le preocupa tu poca disposición a cooperar con la nueva situación, no me quedó de otra que irme acostumbrando a empujones.

 

Como pude fui llevando la fiesta en paz, tolerando las tremenduras de Desireé y haciéndome el loco frente a los desprecios de Yolly, pero ella no estaba dispuesta a permitir que me relajara demasiado, cuando nuestros padres no estaban salía de su cuarto apenas vestida haciéndome sudar frío.

 

En una oportunidad nos quedamos solos en casa, Desireé estaba de campamento con unas compañeritas y nuestros padres salieron de paseo. Escuché cuando Yolly les dijo que pensaba pasarse el día en casa de una de sus amigas, así que podría quedarme solo y en paz jugando vídeojuegos todo el día, vaya que estaba equivocado.

Luego de que Javier y mamá se fueron comencé a sentir unos gemidos que me sobresaltaron, casi sin pensar salí a ver qué pasaba para encontrarme a Yolly con la puerta de su habitación abierta, tumbada en su cama, con unas bragas diminutas como única prenda y acariciándose el cuerpo. Casi me caigo de la impresión, abrí la boca como tres veces sin lograr articular palabra, es que no sabía qué decir, de paso Yolly me miraba a los ojos con una tranquilidad como si estuviese comiendo galletas frente al televisor.

- Qué quieres Joel?

 

- Eh, nada...yo, disculpa... pensaba que te había pasado algo.

 

- Te parece que me pasa alguna cosa?

 

- No, ya veo que no

 

- Entonces?

 

- Nada

 

Me regresé a mi cuarto casi volando con el corazón saliéndome por la boca y una erección tremenda, en los pocos minutos que estuve ahí sosteniendo esa extraña conversación (que a mi me parecieron siglos) no pude apartar la vista de su cuerpo, le miré las tetas de frente, wow tan rendondas y firmes, ese par de pezones rosados como dos botones duros, esas nalgas pequeñitas, paraditas y ricas. Pero lo que más me sorprendió fue su reacción, podía pensarse que al principio ella creyera que estaba sola, a lo mejor se imaginó que yo también había salido ¿Pero no cerró la puerta? Yo jamás la hubiese dejado abierta, cualquiera puede llegar. Además, lo más natural en cualquier chica hubiese sido taparse, tirarme la puerta en la nariz, lo que sea. Estaba prácticamente desnuda, la había visto acariciándose los pechos, por favor! Y ella se lo tomó con una naturalidad increíble, lo hizo para provocarme? Una cosa es fastidiar al bobo que vive en tu casa y otra es dejar que te vea desnuda.

La erección no me dejaba pensar con claridad, como si fuera poco los gemidos comenzaron de nuevo, estaba claro que a Yolly poco le importó que la viera, seguía en lo suyo y con la puerta abierta, me bastaba cerrar los ojos para verla de nuevo, era demasiado para mis 18 años llenos de hormonas. Los pies me picaban por salir de nuevo, pero la situación era demasiado peligrosa, mi instinto de conservación me decía que todo estaba demasiado fácil. Cómo es que la chica que te ha destestado abiertamente los últimos meses de pronto se te ofrece de esa forma? Buscaba hacerme quedar como un abusador? A decir verdad no me había invitado a entrar y esa sería una situación que me metería en líos serios.

 

Oh dios! cada nuevo gemido aumentaba la presión en mis pantalones, me iban a estallar sino liberaba la verga enseguida, saltó de inmediato en cuanto bajé mis calzoncillos, latiéndome como un segundo corazón, cerré de nuevo los ojos y mi visión regresó a la habitación de Yolly, casi podía verla de nuevo, tumbada de lado meneando su hermoso culito, sobando sus tetas exquisitas, en unas cuantas jaladas ya me había corrido violentamente. Usé mi camiseta para limpiar el reguero de semen que dejé en el piso; en otras circunstancias hubiese ido al baño a bucar algo más adecuado, o habría tenido algo a mano donde vaciarme, pero no me atrevería a salir en ese momento, así que mi camiseta tendría que servir, la escondería en un rincón hasta que pudiese lavarla yo mismo, ni modo que dejara que mi mamá se encontrara el "adorno" a la hora de lavar. Yolly se había quedado en completo silencio mientras yo seguía pensando en el asunto, me imaginaba su risita de satisfacción sabiendo que me había hecho la paja por ella, Qué clase de juego estaba inventando esa chica? Ojalá no lo hubiese sabido nunca.

 

Pasaron los días y todo volvió más o menos a la normalidad, y digo más o menos porque si antes me costaba disimular lo mucho que me gustaba mi hermanastra ahora era todavía más difícil, en más de una ocasión la vista se me iba más abajo del cuello haciendo volver a mi memoria aquella tarde en que la vi desnuda y despertando mi erección en los momentos más inoportunos, vivía erecto y estresado mientras Yolly disfrutaba de mi situación, no veía la hora en que llegara el fin de semana otra vez, buscar la oportunidad de quedarnos solos y desquitarme de alguna forma.

 

Aquel viernes por la mañana cuando vi mi correo me di cuenta de que mis esperanzas de vengarme estaban bastante lejanas, lo que es más la puta de mi hermanastra era peor de lo que pensé. No se cómo se las ingenió pero ahí estaba yo en un video pajeándome como un desesperado y regando semen por todo el piso. Se había puesto como sueñuelo y me había grabado, ahora me amenazaba con enviarlo a toda la escuela si me atrevía a decir alguna cosa, mi resputación dependiendo de un corto de 5 minutos de duración, quién podría soportar ser el hazmereir de toda la escuela por algo así? Yolly me tenía en sus manos.

 

Cuando llegó el fin de semana ya no estaba tan apurado como antes, sin embargo era mejor enfrentarla de una vez y saber qué diablos esperaba a cambio de dejarme en paz. La encontré de nuevo en su cuarto pero esta vez con su ropa y mirando la televisión.

 

- Se te ofrece algo Joel?

 

- Sabes que es lo que se me ofrece hermanita, me mandaste un correo que lo dejó bien claro ayer

 

- Y si te lo dejó claro qué quieres entonces?

 

- Déjate de boberías, qué coño quieres a cambio de dejarme en paz?

 

- Mmmmmmmm sabes lo que es una calientapollas Joel? .... A mi me excita mucho hacer eso.

 

Ahí estaba mi erección traicionándome otra vez al descubrir que mi rica hermanastra esperaba favores a cambio de su silencio, dejando mi mente en blanco sin poder articular idea alguna.

 

- Si me ayudas con eso, será nuestro secreto, ven siéntate en mi cama.

 

- Cómo se que no estás grabando otra vez?

 

- Porque si lo hiciera también saldría yo, no te parece?

 

No sabía si estaba más lívido de rabia o de excitación, simplemente me senté en el borde de su cama, sabiendo que de momento estaba en sus manos y con una verga dura pensando por mi. Comenzó a desvestirse lentamente, acariciando su cuerpo, contoneando aquel culo que de cerca era todavía más apetecible, alargué la mano de forma instintiva para tomar uno de sus pechos pero enseguida me la bajó de un solo golpe.

 

- Si me tocas todo el mundo sabrá que te pajeas por mi y que de paso no duras mucho jajajajajaja. Dime, te gustan mis senos.

 

Yo la miraba sin responder, con la respiración agitada como si hubiese corrido un maratón, ardido de rabia, con ganas de matarla y de cogérmela a la vez, con la boca seca y la verga apresionada en el pantalón bombeándome y nublándome el pensamiento.

 

- Quìtate la ropa.

 

Es increíble como su tono autoritario lograba enfadarme y excitarme a la vez, resignado me quedé en calzoncillos, humillando al ver como sonreía mirando el soberano bulto que tensaba mi ropa interior.

 

- Date la vuelta y pon las manos en la nuca.

 

Hice lo que me pidió, enseguida sentí sus manos acariciando mi torso hasta el borde de calzoncillo, lo fue bajando poco a poco rozandome la ingle y el pubis mientras deslizaba la prenda hasta mis rodillas, haciendo que mi verga se lanzara hacia arriba dando tirones como si estuviese recibiendo una descarga de electricidad, subió sus dedos por mi cuerpo con la misma lentitud haciendome suspirar profundo mientras un par de gotas de líquido cayeron al piso.

 

- Ohhhh que excitado estás...ya te gotea....

 

Podía sentirse la lujuria en su voz.

 

- Acuestate boca abajo, ahora.

 

Me recosté con la cara de lado contra el colchón, viendo como colocaba su tanga a un lado, quise voltearme para mirarla totalmente desnuda pero me lo impidió.

- No, no, no puedes voltear, esto es para mi, no para ti.

 

Sentí como se subió sobre mis nalgas haciendo que aprisionara mi verga repleta contra las sábanas, era sumamente incómodo pero en cuanto comenzó a mecerse sobre mi hacía que yo también me meciera y con eso conseguía frotarmela un poco aunque para el nivel de parazón que tenía en ese momento no era para nada suficiente, sentí como poco a poco mis nalgas se iban mojando con el frotar de su cuca, ella también estaba excitada masturbándose contra mi culo mientras mi pobre verga rogaba por atención.

 

- No puedo más Yolly por favor....

 

- Por favor qué?

 

- Por favor dejame pajearme al menos, las bolas me van a estallar ya no aguanto

 

- Cállate que no he terminado, y si se te ocurre correrte así vas a dejarme evidencia...

 

Pero en ese momento mi verga tenía todo el control, ella siguió moviéndose sin piedad, podía sentirla temblando y gimiendo perdida en el orgasmo, era imposible no volverme loco, sin poder evitarlo más me corrí llenando las sábanas una y otra vez Yolly se levantó y tomó una toalla para cubrirse, solo entonces me dejó levantar.

 

- Vaya reguero hiciste aquí, no? jajajajajaja y ahora?

 

- Déjame lavar las sábanas, por favor Yolly

 

- Tu vas a lavar mis sábanas? no te creo

 

- Si, yo las lavo (sentía como me hervía la cara de rabia y humillación al tener que ofrecerme para lavar las sábanas luego de que se aprovechara de mi de la forma en que lo hizo haciéndome correr sin dejarme disfrutar como lo necesitaba).

 

- Bueno, te portaste bien, puedes llevártelas y las quiero listas para mañana mismo.

 

Recogí todo con la mayor rapidez posible y me fui desnudo como estaba hasta mi habitación con el pene todavía duro, tuve que hacerme una paja y correrme de nuevo para que pudiera bajarse. Luego, molesto y humillado me dispuse a cumplir con mi tarea, esto había llegado demasiado lejos.