Mi vecino morboso sigue dándome placer, enseñándome cositas nuevas y muy excitantes.
Su vida había sido sencilla hasta aquella tarde, follada y humillada por su jefe las cosas cambiarían por completo sin que pudiera evitarlo.
Jamás me imaginé que mi vecino maduro sería quien me ayudaría a calmar mi calentura.
Desde que vivimos bajo el mismo techo Yolly me mantiene erecto y estresado, no se si quiero matarla o cogérmela