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Un poco de todo 2

en Amor filial

Bueno, dado a que el otro relato tuvo su éxito, jaja, he decidido al fin subir la segunda parte. Mejor tarde que nunca. Mi correo electrónico  es cabaleirosofia@gmail.com y me podéis encontrar en Facebook como Sofia Cabaleiro Pont. Si os salen muchas, soy la rubia ojos azules.

Volví a subir el otro relato, ya que tenía muchas faltas, lo escribí demasiado rápido, jeje.

Bien, que recuerde me quedé en mi primera gran follada de mi primito. Su nombre no lo diré, pero para identificarle le llamaré Guillermo.

Mientras me duchaba, después de aquel largo polvo, no paraba de observar como Guillermo me miraba a través de la puerta. Le permití que pasara.

-Ven, entra anda.

-Jaja, no hace falta primita, luego entro yo.

.Pero anda ven, me han vuelto las ganas.

-¡Joder! Eres insaciable.

Sabía que esa iba a ser una última follada hasta que mis padres volvieran a ir de viajo o hasta que encontrara a otro mozo para comérmelo.

Al final acabó entrando, quien no…jajaja.

Le pedí que me enjabonara la espalda, no se lo pensó, luego bajó hasta mi culo redondito y comenzó a enjabonarlo. Se tiró así un buen rato, hasta que decidí darme la vuelta y comenzar a besarle. Bajé poco a poco y comencé a mamarle la polla. Me la tragaba hasta el fondo y según él lo hacía como una diosa. Luego, antes de que se corriera, le cogí la cabeza, en la ducha había un pequeño sitio donde colocar los champús, etc, me senté y le obligué a que me lamiera el coño, bff, aún lo recuerdo y se me pone la piel de gallina de lo bien que lo hacía.

Luego me follo como un loco, pero nunca imaginé que pasaría después. Apreció mi padre como si nada en casa. Obviamente se sorprendió y empezó a gritar a los cuatro vientos, estuvo apunte de pegarle a mi primo. Pero por suerte mi madre lo paró.

Una hora y media después decidí dar la cara y bajar al comedor.

-Perdón

-No me lo esperaba de ti.- Dijo papá.

Mi madre no estaba.

-Yo, tenía ganas de coger y…

-Sigo sin poder…nada.- Mi padre estaba fatal.

-Yo… No sé qué decir…

Mi padre se levantó de la silla me cogió del cuello y me tiró al suelo.

-¡No digas nada zorra!- Dijo mientras se sacaba la polla del pantalón.- Hacia mucho que quería hacer esto, ese cuerpecito que se te puso…

Yo estaba sorprendida.

-Ya no aguantaba más y lo de tu primo ha sido el colmo. ¡Abre la boca!

Yo no sabía cómo actuar, por una parte el morbo de comerme la gran polla de mi padre me volvía loca, pero luego el que fuera mi padre me mataba.

-¿No me has escuchado? ¡Traga!

Y así lo hice, comencé a comérmela como si no hubiera mañana.

Una vez cansado de que se la mamara, me levantó y  me llevo a la silla donde antes estaba sentada. Me quitó el camisón que llevaba y me empezó a chupar enterita, de arriba abajo. Se sentí espectacular, no sé ni cómo describirlo. Luego me pego una follada que jamás olvidaré.

Pasaron semanas, y yo me puse en búsqueda de aquel profesor que tantas ganas le tenía. No lo encontraba. Pero como si todo se desea llega, pues dio la casualidad, que en el día de graduación se presentó allí con su mujer y un pequeño niño que contaría con la edad de 2 años. No sabía cómo ir y tener algo de conversación con él. Se acabó acercando él.

-Hola princesa.- Me cogió por la cintura.

-Hola.- Le abracé.

-Llevo pensando en este momento desde que me invitaron a venir.

-Yo te estuve buscando.- Logré decir.

-Oye, mi mujer y mi hijo se irán esta noche a casa antes que yo. ¡Te puedo invitar a cenar? Y así…

No le di tiempo a acabar.

-¡Sí!

Quedemos a las 20:00 que me pasaría a buscar. Yo no me lo creía, estaba desesperada.

Llame a mi mejor amiga, se lo explique y se sorprendió mucho. Le dije que viniera a casa.

-Madre mía Sofía, que puta que eres.

-Ya, estoy tan caliente…

-Jajaja, no me extraña. ¿Y qué te vas a poner?

-Por qué crees que te he llamado, mujer, jajaja.

Estuvimos como media hora para saber que me iba a poner y obté por ponerme lencería ajustada y blanca. Un vestido que apenas llegaba a mis rodillas de color turquesa, unos calcetines largos pero transparentes negros que se sujetaban por unos tirantes que llevaba mi tanga. Finalmente unos tacones de unos 15 cm de ajuga, miedo me daban. Un maquillaje no muy recargado y unos pendientes pequeños que los acompañaba un colgante a juego. Y un bolso de mano.

Antes de ponerme en marcha, veía a Marga, mi amiga, un poco desilusionada. No quería verla así ya que es mi amiga.

-¿Qué te pasa?

-No quiero serte sincera, jajaja.

-Dímelo anda.

-Con la lencería me has puesto muy caliente. Pero déjalo estar.

Ella era bisexual. Me puse muy caliente al oírla y como lo dijo. Pues obviamente me lance a la cama y le empecé a besar.

-¿Estas segura Sofi?

- Estoy caliente y me da morbo probar esto.

Nos estuvimos besando frenéticamente durante mucho rato, hasta que empecé a sacarle su camiseta, el sujetador, ¡Que tetas! Me las comía sin parar. Luego seguí bajando, poco a poco, le quité su falda, las medias y allí estaban esas braguitas color violeta… Estaba mojadísima… Igual que yo.

Se las quité sin pensarlo. Puse mis dedos por sus labios y al encontrar su clítoris me puse como una loca a chupárselo, hasta que logré que se corriera.

Luego fue su turno, me chupaba las tetas como nadie hasta ahora, y cuando llego a mi coño… sin palabras señores. Su boca es mágica.

Luego de corrernos las dos, saque mi consolador preferido y empecemos a metérnoslo como si no hubiera un mañana.

Luego de corrernos, hicimos una tijera con la que acabamos. Que experiencia, madre mía.

Habían pasado dos horas y me quedaba una para arreglarme. Fui como el viento, rápida y tirando todo…jaja.

Llegó el gran momento. Bajé y allí estaba, joder hasta formal esta bueno el muy cabrón. Ya me había mojado y aún más cuando me acerqué y me beso apasionadamente.

-Llevaba mucho queriendo volver a comerte esos labios. Mis pajas recordándolos han sido monumentales.

No entendía como mi coño aún no había explotado.

Me subí en el coche, y me llevo al mejor restaurante de la ciudad.

-No hacía falta que me llevaras a tal sitio, yo me conformo con una pizza.

-Por favor, a una señorita como tú se la ha de llevar a dónde den la mejor comida.

Había reservado una mesa y todo. Pedimos platos y vino, del bueno.

Empezamos a hablar…

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