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Dos maduros primero tres adolescentes después

en Hetero: Infidelidad

Continuación de la historia de Carlitos y su caliente tía..... 

En camino al centro comercial recibí un par de llamadas una era de mi madre y la otra de mi esposo; mi madre me avisaba que habían decidido de última hora ir a visitar unos parientes que viven fuera de la ciudad pero en un trayecto relativamente corto por carretera, me pedía permiso para llevarse a mi bebé y traérmelo de vuelta el lunes, me decía que quería llevarlo con nuestros parientes para que lo vieran, no pude negarme, además la petición me caía como anillo al dedo para seguir con mis puterias con mayor libertad.

Mi marido me llamó para platicar temas diversos, me preguntó sobre mis planes y yo le informé que iba en camino al Centro Comercial con los niños y que regresaba en un par de horas, a su vez él me informó que muy probablemente el día siguiente (que era domingo) tendríamos una reunión en la casa pero que luego me daba más datos.

El centro comercial al que me dirigía estaba relativamente cerca del trabajo de mi marido, así que al enterarse que andaría por el rumbo, me hizo saber que luego me marcaba para ver si coincidíamos para comer, esto si no me dio tanto gusto pero no tenía manera de negarme.

Durante nuestro trayecto las miradas de mis acompañantes no dejaron de posarse morbosamente sobre mi cuerpo y eso me encantaba, yo seguía caliente y con ganas de descubrir que más podía depararme el destino ese día, me excitaba pensar en lo sucedido minutos antes con el viejo y lo que podría suceder con el par de maduros que me habían citado en el centro comercial.

Estaba decidida a no esperar ni forzar nada y solo dejarme llevar por el entorno, ésta estrategia había demostrado ser hasta el momento sumamente placentera y no había motivos para cambiar.

Al llegar dejé a los muchachos en el local de video juegos y me dispuse a hacer algunas compras, esto lo hice rápidamente ya que debía tener algunas compras hechas para justificar mi separación de los chicos. Así con bolsas en mano me dispuse a buscar el local del par de maduros, el corazón me latía rápidamente y sentía mariposas en el estómago, estaba caliente, excitada y nerviosa.

Después de mucho buscar no pude localizar el lugar que buscaba, tuve que llamar por teléfono para avisar que estaba por ahí y pedir instrucciones más precisas, fue un gusto escuchar la voz del otro lado del teléfono llena de alegría al saber que estaba por llegar, es fácil adivinar que mi ego estaba por las nubes.

Ya con instrucciones más precisas por fin di con el lugar, estaba ubicado en lo más lejano del centro comercial, literalmente en el último local del último piso, seguro era el local de menor costo de renta, seguro no era un negocio muy rentable, desde que llegué hasta que me fui no se paró ahí una sola persona.

Al entrar me di cuenta que de negocio de publicidad tenía muy poco, era una especie de tienda de antigüedades y libros, me dio la impresión de que evidentemente había sido llevada ahí con engaños y que el negocio era una tienda de señores mayores más para tener algo que hacer que por buscarse un sustento, poco me importaban ambas cosas.

En cuanto entré ya me esperaban ambos, sus caras al verme eran un poema, lo bueno de los maduros es que suelen ser muy expresivos en sus emociones, se desviven por halagarte y no pierden el tiempo; al no llevar bra mis pezones podían adivinarse sin mucho esfuerzo, así que durante buena parte de la conversación pude notar que Don Pedro y Don Fernando no perdieron oportunidad de observar mis tetas.

-          Hola Silvita que gusto que por fin se haya decidido a acompañarnos

-          El gusto es mío Don Pedro, pero dígame como sería eso de las fotos? Esto no parece un negocio de publicidad ni mucho menos un estudio fotográfico

-          No se preocupe Silvita, es que tenemos dos negocios, esta es nuestra tienda de antigüedades y al fondo tenemos una bodega que nos sirve de estudio para las fotos

-          Ahhhh¡¡ ya veo, no pues así ya me queda más claro

Es una realidad que no les creía mucho pero ese no era el punto

-          Y entonces que debo hacer señores?

-          Mire si nos hace el favor pasamos a la bodega, y ahí hacemos la sesión, le parece?

-          Claro a eso viene, pero que van a hacer con la tienda?

-          No se preocupe, ahora mismo cerramos, no faltaba más, hay prioridades y hay que atenderla a usted como se merece.

-          Muchas gracias Don Fernando

Entonces pasamos a la bodega, seguía sin creer el cuento pero era una realidad que habían instalado un pequeño estudio en el lugar, supuse que a partir de que hablé con ellos instalaron el equipo, al final todo ello poco importaba, si era cierto o no lo del truco de las fotos no era algo relevante para mí.

-          Le hemos preparado el vestuario necesario para la sesión Silvita

-          Ahh muchas gracias, entonces debo cambiarme?

-          Si pase por favor al baño

-          Ok

Me dirigí al baño y puede ver que había toda una serie de cajas de cartón, desde afuera escuché una voz que me indicaba:

-          En el baño hay varias cajas con números, es el orden en el que debe de vestirse para la sesiones

-          Ok gracias señor

El primer paquete contenía un short de mezclilla muy corto y con aberturas por todos lados, estaba todo roto, al final eran solo unos pequeños trapos de tela, era una caricatura de prenda, se me veía todo por todos lados, sobre todo mi enorme trasero.

Había además unas botas muy altas por arriba de las rodillas y un top blanco de tirantes muy corto escotado por abajo y por arriba, la prenda apenas cubría mis pezones, mis tetas estaban expuestas, me veía de lo más puta y me encantaba

Segura de mi misma salí, la cara de los viejos denotaba su enorme gusto por lo que veían, por más bizarro que parezca, tenían frente a ellos a una mujer llena de curvas, morbosamente caliente exhibiéndose en la parte trasera de su negocio y dispuesta a seguir mostrando el cuerpo de puta que la naturaleza le había dado.

Así comenzó la sesión, una pose tras otra cada vez más perversa, yo con gusto sacaba el culo, me ponía de espaldas, luego me agachaba un poco, luego me empinaba todita, a veces mordía los labios, a veces me acariciaba las tetas, estaba en mi papel de modelo erótica y lo disfrutaba, pensaba mientras posaba que deseaba que fuera verdad lo de las fotos, pensaba en mi cuerpo adornando cada taller mecánico de la ciudad, con vejetes sucios y perversos jalándose su verga mientras devoraban mi culo, fantaseando conmigo sin saber que yo fantaseaba con ellos, sin saber que yo me calentaba más pensando en sus vergas que lo que ellos podían calentándose con la imagen de mi cuerpo de perra.

-          Muy bien Silvita, se ve que nació usted para ello

-          Gracias Don, la verdad es la primera vez que hago algo así; lo estoy haciendo bien?

-          De lo mejor, me es difícil creer que no tiene experiencia

-          Gracias señor

Mientras uno de los maduros tomaba las fotos, el otro me daba instrucciones, yo hacía como que obedecía, pero al final hacía lo que quería, mientras más pasaba el tiempo, más evidente era su calentura, era cuestión de tiempo para se notara la fuerte erección en ambos.

-          Creo que ya tenemos fotos suficientes con ese vestuario, debemos continuar con el siguiente

-          Ok señor

Así estuve un rato más utilizando los diversos paquetes, use un vestido rojo entallado y muy corto que apenas cubría mis nalgas, luego un jumpsuite que se embarraba a mi cuerpo como una segunda piel y luego un traje de baño de una sola pieza muy sexy, en todas las ocasiones la dinámica fue más o menos la misma, yo posaba como una gran puta y ellos me miraban llenos de deseos; para esos momentos ambos maduros ya se tocaban su verga descaradamente mientras tomaban las fotos y yo gozaba provocándolos con mis comentarios llenos de picardía.

-          Señores si todos los hombres reaccionan como ustedes, creo que las fotos serán un éxito

-          Por qué lo dice Silvita?

-          Pues parece que algo creció dentro de sus pantalones Don

-          Así parce Silvita deberá de disculparnos pero es una reacción que no pudimos evitar

-          No hay nada que disculpar Don Pedro, si era inevitable que se le va a hacer

-          Pues se pueden hacer muchas cosas Silvita

-          Si, como cuales Don Fernando?

-          Silvita es esta edad hay cosas que es un pecado desperdiciar

-          Si, como cuáles?

-          Muchas señorita, como lo que está debajo de nuestros pantalones y pero sobre todo lo que está debajo de su vestuario

-          Ahh pues si es pecado entonces hay que hacer algo, no cree Don?

-          Estoy seguro señorita, ya verá que algo haremos para darle solución

Mientras todo esto pasaba yo no dejaba de posar y ellos no dejan de tomar fotos ni de tocarse sus vergas

-          Creo que es tiempo del último paquete

-          Ok señores ustedes mandan

Al regresar al baño, revisé mi teléfono y vi una llamada perdida de mi esposo, no eran buenas noticias a sabiendas que me había dicho que me buscaría para comer, el tiempo se me había pasado y tenía muchos pendientes entre los niños y mi esposo, llamé entonces a los muchachos y me dijeron que seguían en los videojuegos, les informé que pasaba por ellos en un rato más.

Luego me reporté con mi esposo y como me temía me decía que estaba cerca de llegar al centro comercial y que me buscaría para comer, con algún pretexto le colgué diciéndole que le llamaba en unos minutos para ponernos de acuerdo

Salí del baño frustrada y temerosa, les informé a mis nuevos amigos:

-          Señores debo de retirarme mi marido viene para acá y no creo que le agrade verme aquí

-          No puede ser, como es posible?

-          Pues no tenía contemplado esto, resulta que de último momento decidió alcanzarme para comer conmigo

-          Pero estábamos por terminar

-          Si es un lástima

-          Mire le propongo algo, llame a su esposo y dígale que le informe cuando ya haya entrado al centro comercial. Ponemos su teléfono aquí a la vista, cuando nos llame, le dice dónde está la tienda, como la tienda esta la final del centro comercial eso le dará tiempo de estar lista para cuando llegue a nuestro negocio, le parece?

-          Bueno pues así como lo dice creo que puede funcionar

-          Claro que puede funcionar; por favor llame a su esposo

Entonces tomé el teléfono y seguí al pie de la letra las instrucciones de mis amigos, mi esposo estaba a unos minutos de llegar y quedó de llamarme en cuanto ingresara al centro comercial,  al colgar uno de mis amigos colocó el teléfono en una mesita cerca de donde teníamos la sesión.

Regresé entonces al baño, estaba caliente y quería cumplir con el último atuendo, al abrir el paquete puede ver que solo contenía un diminuta tanga y un perfume fino, al verla me mojé aún más, estaba empapada, como toda una profesional me quedé únicamente con la tanga, las botas altas y con una cantidad considerable de perfume en mi cuerpo.

Salí entonces con las manos cubriendo mis senos, me veía como la más grande puta y lo disfrutaba en serio, al salir, puse mi mejor cara de golfa inocente y procedí a continuar con las fotos, en ellas mis manos seguían cubriendo mis tetas, desde que salí del baño no hubo palabras; unas cuantas fotos después, lo inevitable pasó.

-          Silvita creo que es necesario que pongas sus manos en la cintura

Todos sabíamos lo que eso implicaba, pero el juego era demasiado rico y morboso para mí

-          Ok Don como usted mande

Entonces dejé mis bellos senos al descubierto y ensayé mis mejores poses de puta, las fotos se hicieron mas intensas así como las restregadas que estos tipos le deban a sus vergas, al retirar mis manos de mis senos me di la espalda y saqué el culo, luego poco a poco me fui dando vuelta para mi mostrar de frente mi torso desnudo, estaba hirviendo y me encantaba.

Luego me empecé a tocar los senos, con ello, los maduros no pudieron más y ambos sin decir palabra sacaron sus miembros y comenzaron a masturbarse. Ambos penes eran de buen tamaño, estaban duros y firmes, a pesar de no ser unos jovencitos, sus vergas no desmerecían en nada a las de jóvenes de la mitad de su edad, me encantaron ambos, me los quería comer, gozarlos y que me hicieran gozar.

Al ver esto me encendí aún más, de esta forma tomé una silla y me senté en ella, con las piernas bien abiertas, le dije en mi mejor tono de puta:

-          Creo que podemos hacer unas tomas así, no sé qué les parezca?

De esta forma hice a un lado la tanguita y con la piernas bien abiertas comencé a tocarme mi conchita, primero jugué con mi clítoris, luego con la otra mano acariciaba una de mis tetas, cerraba los ojos y mordía mis labios, luego llevaba mis dedos mojados por mis propios jugos a mi boca y los chupaba con morbo y placer.

Estaba ardiendo justo cerca de terminar el teléfono me libera de mi transe, es mi marido, me avisa que está entrando al estacionamiento del centro comercial, el lugar está repleto y le llevará tiempo estacionarse; mientras hablo por teléfono regreso a la silla y con teléfono en mano sigo tocándome, la fotos siguen fluyendo y alguna de ellas me mostrará masturbándome mientras llamaba por teléfono, no puede dejar de pensar que deben ser de mis favoritas.

Le doy instrucciones a mi esposo de donde estoy y cuelgo en unos minutos estará conmigo

-          Silvita muchas gracias, es usted la mejor, vamos a dejar la cámara que siga tomado fotos sola

-          Ok pero no tenemos mucho tiempo

-          Creo que todos estamos muy cerca de terminar, no necesitaremos mucho tiempo

-          Y qué sigue?

-          Queremos poner otras cosas en su boca en sustitución de sus bellos dedos

-          Ahh que amables señores y que sería?

-          Ya lo verá usted Silvita

-          Gracias Don

Y entonces se acercaron a mí y pusieron sus vergas cerca de mi boca, como una poseída, empecé a mamar una de ellas mientras masturbaba frenéticamente la otra, con mi mano libre me masturbaba como loca.

-          Mmmmmm, ahhhhhhh, que rica¡¡¡

Y  seguía con mi trabajo, los segundos eran intensos, todos estábamos muy calientes y la sensación de que con cada momento que pasaba mi marido estaba más cerca hacía que el morbo y la calentura solo fueran en ascenso.

-          Ahhhhh, mmmm me encanta papi¡¡¡

Mi concentración estaba principalmente en la verga que estaba mamando, en segundos pude ver que sus músculos se tensionaron en señal de su inminente corrida, entonces me la saqué de la boca y me concentré solo en ella, la seguí masturbando sabiendo lo que estaba por pasar.

-          Termine aquí Don en mi tetas por favor, quiere??

Sin contestar palabra el tipo sólo gemía de placer, al poco rato vertió su rica leche sobre mis tetas, yo me tocaba como desenfrenada con una de mis manos; al sentir su corrida, un orgasmo se asomó en mi garanta y terminé riquísimo

-          Ahhhhhh¡¡¡ que rica leche papi¡¡¡¡

El tipo está agotado se tira en un sillón para recuperarse, el otro maduro sigue con su verga parada pidiendo atención, entonces regreso a él y le digo:

-          Es su turno Don, vamos a ver qué podemos hacer por usted, quiere?

Solo asentó con la cabeza, está fuera de sí, me meto su deliciosa verga en la boca y comienzo una nueva mamada, me esfuerzo por hacerlo bien, quiero que goce como nunca en su vida, quiero que se acuerde de esta mamada como la mejor que ha recibido.

-          Mmmm ahhhhhh, que grande la tienes papi

Sigo masturbándome mientras mamo, sigo caliente y sé que pronto lo haré terminar, acelero el ritmo y lo hago gozar, cuando sé que está por terminar repito el proceso y lo hago terminar en mis tetas, con la leche de los dos sobre mis senos, empiezo a llevármela a la boca mientras sigo masturbándome, no tardo mucho en terminar

-          Ahhhh mmmmm que rico¡¡¡ me corrooo papi¡¡¡¡¡ siiiiiii¡¡¡¡¡¡

Entonces corro al baño para cambiarme, mis amigos se apuran en vestirse, regresan al mostrador y reciben a mi marido, al llegar él yo sigo en el baño.

Salgo con una sonrisa de oreja a oreja, los maduros ya conversaban con mi inocente esposo, con esas caras y esa seriedad es imposible que mi marido sospeche lo que ese par de perversos me han hecho pasar.

-          Gracias caballeros por dejarme usar su sanitario

-          Ha sido un placer señora

-          Nuevamente gracias señores

Luego se dirigen a mi marido y con cierta picardía le dice

-          Es usted muy afortunado caballero, su mujer es muy bella

-          Gracias señores

-          Y sobre todo con mucha clase, toda una dama

El comentario estaba lleno de malicia, lo que era distaba mucho de ser una dama, era una puta, una verdadera puta y me encantaba

-          Señora por favor no se vaya en la parte de atrás tenemos su compra, aún no se la hemos entregado

-          Es verdad que pena, soy una distraída

Entonces Don Pedro regresó a la bodega, me entregó un paquete, en él podía verse unos libros supuestamente comprados por mí, abajo estaba una bolsa cerrada, al llegar a mi casa pude ver que se encontraba el vestuario y el perfume que usé en la sesión, como era tan pequeño podía caber en un cualquier espacio

-          Hasta luego señores

-          Hasta luego Señor Sylvia esperamos que vuelva pronto

-          Claro me encantó su tienda, en la primera oportunidad les doy una vuelta

-          Esta es su casa, ya sabe que estamos para servirles

Entonces dejé el local de la mano de mi marido, pasamos por los chicos y fuimos a comer, han sido horas muy intensas y Carlitos aún no ha cumplido todas sus pruebas, aún le falta una y su tía está hecha toda una puta dispuesta a ayudarlo a cumplir, no saben que la que más lo desea; quien más desea ayudar a su sobrino es la puta que escribe estas letras y que lo hace más por su propio morbo que por otra cosa.

En el trayecto a casa mi marido me informó que se había puesto en contacto con algunos ex- compañeros de colegio y habían quedado de hacer nuevamente una pequeña reunión en nuestra casa, poco reparé en el hecho, apenas lo escuché, mi mente seguía inmersa en mis pensamientos llenos de morbo y sexo.

De manera natural Carlitos y yo encontramos la forma de prolongar nuestra complicidad por el resto del fin de semana, ambos queríamos y necesitábamos seguir con nuestro juego, así que fue relativamente sencillo el que el niño me “convenciera” de quedarse un día más y que yo complacientemente convenciera a sus padres que era todo un verdadero “placer” el tener al chico en casa.

Durante el resto del día estuve caliente a más no poder, pensando y recordando mis encuentros con los chicos, con el abuelo y con el par de maduros de la tienda, no puedo explicar en su justa dimensión la calentura que tenía, quería ser cogida en serio, quería ser sometida, humillada, quería comportarme sumisamente y moverle mi enorme trasero a cualquier cabrón que tuviera enfrente, bueno he de rectificar, no a cualquier cabrón, tenía que ser uno que no esperara ni en sus mejores sueños a una hembra como yo, por eso los maduros y los chicos cumplían ampliamente el rol, ambos grupos me deseaban en exceso, víctimas ambos del tema de las diferencias de edades, solo que unos por viejos y otros por niños, en todas estas situaciones sus años eran impedimentos para estar con una mujer como yo, para cualquier mujer tal vez sí, pero yo era una puta y esta puta se mojaba con solo pensar en la idea de las diferencias de edades.

Así que por extraño que parezca, esas persones que podrían pensar en no tener oportunidad conmigo eran precisamente las que más posibilidades tenían de bajarme la calentura, en ese contexto era lógico que mi marido no me despertara la menor pasión, era tal vez el último en mi lista, no que quería nada convencional y él representaba todo lo más convencional que podía existir.

Por la noche con cualquier pretexto y a pesar de la calentura rechacé cualquier contacto con mi esposo, pero eso no impidió que aprovechara la oportunidad que una vez dormido corriera al baño a masturbarme de manera frenética.

Mientras me tocaba pensaba en todo lo sucedido en el día con los chicos, con el abuelo y con los maduros, las imágenes y el morbo se aglutinaban en mi mente; todo esto aceleraba mi calentura, simplemente no podía parar, me tocaba con pasión, desnuda y de frente al espejo.

Estaba tan concentrada en mi placer que poco me preocupé por lo sonoro de mis gemidos, gemía con un perra en celo deseosa de verga, no sé cómo mi marido no se despertó con semejante concierto, al final caí tendida en el suelo después de no sé cuántos orgasmos, ahí me quedé varios minutos, desnuda, con las piernas abiertas, llena de sudor y de deseo, no sabía lo que estaba por ocurrir y como terminaría está vorágine de calenturas, sólo sabía que no sabía cómo parar, es más no quería parar.

Por la mañana amanecí tal y como me acosté, caliente y con ganas de exhibir mi cuerpo latino  lleno de curvas, mi marido despertó temprano y se fue a jugar futbol con sus amigos, me recordó del evento de la noche, le pregunté si debía ocuparme de algo y me contestó que me relajara, que había contratado un servicio de cocina para que realizara los alimentos, así que no debía de cocinar solo atender a los invitados y servir los platos y bebidas.

Con esto tenía gran parte del día libre, mi esposo suele comer y beber con sus amigos cuando salen a jugar, de esta manera llega a casa ya entrada la tarde, me informó que llegaría más o menos a las 5 de la tarde y el evento estaba programado a partir de las 7 pm.

Creo que como él organizo todo y no tenía muchos planes de ayudar, pagó por los servicios de alguien para poderse escapar con sus amigos sin que yo me molestara, de esta forma no debimos preocuparnos ninguno de los dos en demasía por el evento de la noche.

Ya para las 10 de la mañana estaba sola en casa, únicamente acompañada por mi sobrino Carlitos que aún estaba en su recámara, la sola idea de estar sola con el chico me ponía a mil, eran muchas ganas y mucha perversidad contenida.

Me puse entonces un micro short que apenas cubría mis enormes nalgas y bajé a la cocina a preparar el desayuno, fue cuestión de minutos cuando bajó mi sobrino pidiendo de comer, apenas nos estábamos sentando a la mesa cuando sonó el timbre de la puerta, fui a abrir y de manera nada sorpresiva me doy cuenta que el par de amigos de Carlitos ya estaba listos para comenzar el día, sabía que no buscaban a mi sobrino, lo que querían era estar cerca de su cachonda tía.

Les regalé una sonrisa al abrir la puerta y los invité a desayunar, no dudaron en aceptar, al caminar a la cocina me cercioré de caminar por delante de ellos y moverles generosamente el trasero que se asomaba descaradamente por mi minúscula prenda.

Los chicos desayunaron rápidamente y en todo momento no perdieron oportunidad de devorarme con los ojos, yo me hacía la que no me daba cuenta mientras seguía con mis labores domésticas pero los muchachos distaban mucho de ser discretos con sus miradas.

Apenas terminaron y se disculparon, subieron corriendo a la recámara del chico y se encerraron en ella, yo sabía perfectamente que las intenciones de esta reunión a puerta cerrada tenían que ver conmigo y me encantaba.

A pesar de que me moría de ganas de saber que tramaban, ahora decidí no correr el riesgo de tratar de escuchar sus planes, tal vez consideré que era mucho el riesgo de ser escuchada, tal vez tenía muchas cosas que atender en la casa o tal vez quería ser sorprendida por los chicos y tratar de ir siguiendo la corriente en sus perversos planes.

El día estaba maravilloso, con un sol monumental y un calor estupendo, después de debatir un rato, los chicos salieron de su cuarto y se dirigieron a mí:

-          Tía, podemos usar la piscina?

-          Claro que si hijo para eso es

-          Ok le voy a decir a mis amigos que vayan por sus trajes de baño

Bueno pues al parecer la primera parte del plan se estaba develando, los muchachos querían usar nuestra piscina, será que solo querían pasar el rato? En algún punto buscarían hacerme participar de sus morbosas pruebas, recordé entonces las palabras de estos críos cuando establecieron la última prueba a cumplir:  “En la ocasión anterior te pedimos ver y tocar a tu tía, cumpliste, pero estaba dormida, ahora tenemos que hacerla que se deje tocar conscientemente”….. “Pero tenemos que lograr avanzar algo más, hacer que le subamos más a la calentura hay que aprovechar que la putona de tu tía trae una calentura de aquellas”….. “ Siii, que rica está; no saben lo que me gustaría llenarla de semen, por su boquita, su culote, sus tetas y sus labios de mamadora”… “Eso sería excelente Carlitos¡ vamos a llenarla de nuestra leche”.

Los muchachos salieron corriendo de la casa y a los pocos minutos ya los tenía de vuelta listos para meterse a la alberca, como de rayo se metieron al agua, yo terminé mis tareas y sólo a lo lejos los oía reír a carcajadas y divertirse de lo lindo.

Creo que víctima de mi curiosidad y ante la clásica hospitalidad latina, preparé limonada y salí a ofrecerles una bebida a los muchachos, al salir, de inmediato los ojos de los tres chicos se posaron sobre mi cuerpo, justo de la misma manera como lo habían hecho los días anteriores.

Les dejé las bebidas, me di la vuelta y comencé a moverles el culo, también como lo había hecho los días anteriores, luego la voz Pablo por fin se decidió a darme una idea de los planes del día, casi al llegar a la puerta le escucho decir:

-          Seño, no quiere nadar un rato? El día está muy rico

De espaldas como estaba sólo sonreí, ya empezaba a saber que intenciones tenían estos niños, pensé en hacerme la difícil un rato, luego recapacité y no quise correr riesgos, eran unos chicos inexpertos, así que había que ayudarlos lo más posible.

-          Que buena idea Pablo¡ en un rato los alcanzo¡

Llegué a mi cuarto para cambiarme, saqué algunos de mis trajes de baños y me los probé, tuve muy pocas dudas, ya estaba decidida a ayudar lo más posible a estos niños en sus retos, dicho lo anterior decidí usar mi atuendo más atrevido, una tanguita roja, era pequeño de arriba y de abajo, escote y nalgas al por mayor, me vi al espejo y me gustaba lo que veía, para rematar acompañé el atuendo con unos tacones altos, ya decidida estaba de seguir el juego hasta el final.

Salí y las caras de los chicos eran un verdadero poema, no sé hasta qué punto sus pocos años les impedían ver mis descaradas intenciones de provocarlos, o será que ya era tan evidente que a pesar de su ingenuidad ya estaban ciertos que mis acciones tenían toda la firme intención de calentarlos.

De inmediato me metí a nadar un rato con ellos, con cualquier pretexto fingía descansar, tomaba un flotador, me ponía de espaldas y sacaba mi enorme trasero por encima del agua, con el pretexto de estar inmersa en mis pensamientos cerraba los ojos y fingía no darme cuenta de las miradas de los muchachos.

Durante los minutos que estuve ahí, con cualquier pretexto los amigos de Carlitos aprovechaban para acercarse a mí, tocarme un poco y en general tener cerca mi cuerpo, en algunas ocasiones creo que llegué a sentir sus miembros furtivamente sobre alguna parte de mi cuerpo.

Mi calentura estaba a tope y no podía sacar de mi mente que había pruebas que aún estaban pendientes por cumplir, con eso en consideración esgrimí un pequeño plan durante mi  estancia en el agua, decidí entonces explorar las opciones y ver si podía ayudar a mi sobrino y en el inter divertirme un poco.

Entonces salí del agua y me recosté en un camastro, así estuve un rato relajada y tomando una cerveza, con un par de cervezas más, tomé el valor de continuar con mi proyecto.

Me recosté entonces de espalda, con la tanga metida en mi culo y mi enorme trasero en el aire me dirigí a los chicos y disparé:

-          Carlitos  puedes venir por favor?

Rápidamente mi sobrino salió de la piscina y se dirigió a mí

-          Si tía en que puedo ayudarte?

-          En mucho, sabes que no puedo ponerme bloqueador en todo mi cuerpo, puedes ayudarme?

-          Claro tía, este, mmmm,

El chico titubeó, no sabía cómo decirme lo que quería, le estaba dando la oportunidad perfecta para que mi sobrino cumpliera su prueba.

-          Dime Carlitos, que pasa?? No quieres ayudarme?

-          Si claro tía, pero ehhh

-          Entonces?

-          Mm quiero, crees que le pueda decir a mis amigos que si pueden ayudarme, mmm no tengo mucha experiencia en esto y no quiero cometer un error, se puede quemar tu cuerpo.

-          Claro que si hijo, puedes llamarles si quieres

Era la puta más fácil del mundo, si tan sólo estos muchachos tuvieran más experiencia estarían los tres llenándome de placer en esos momentos, esas pruebas que al inicio le parecían a mi sobrino imposibles hoy estaban más cerca de ser realdad gracias a la perra caliente de su tía.

Entonces el chico regresó corriendo hacía donde estaban sus amigos, estuvieron un rato conversando, de lejos lo observé disimuladamente, no escuchaba lo que decían pero vi sus rostros y expresiones, puede adivinar la emoción con que Carlitos comenzó la conversación, y pude ver como los ojos de los muchachos se abrieron al máximo llenos de sorpresa.

Me gustaba pensar que Carlitos había matizado la historia para verse más interesante, debería de decirles que había convencido a su tía de ponerle bloqueador, y que luego la convenció de que ellos también lo hicieran, debía de verse que logró todo eso gracias a su habilidad, de convencerlos que estaba cumpliendo cabalmente su prueba.

Al poco rato llegaron los muchachos, seguramente después de haber armado su plan (como si lo necesitaran), al verlos llegar, coquetamente les dije:

-          Hola chicos; ya les comentó Carlitos que necesito ayuda?

-          Si seño, estamos para servirle

-          Gracias Luis

Y entonces le entregué el protector solar a Luis y así de espaldas le pedí:

-          Aquí tienes todo esto para que me ayudes por favor

Cerré los ojos para hacerles la tarea más fácil y que no se sintieran intimidados, pude sentir las manos torpes del chico, comenzó en mis pies, pasó por mis pantorrillas y se detuvo un rato en mis muslos, ahí acarició mi piel, jugó tímidamente con la parte interior de mis muslos, luego subió hasta el borde de mis nalgas, y ahí, temeroso, no supo que hacer, se detuvo; indeciso pasó de largo mi enorme trasero y llegó a mi espalda, entonces les quise mandar un mensaje, sin abrir los ojos, dirigí mis mano derecha a la parte de arriba de mi traje de baño, así con la mayor naturalidad desabroché el bra y quedé boca abajo con la espalda descubierta.

El chico entonces se tomó su tiempo en mi espalda, entendió el mensaje, buscaba lo más posible acercarse a mis senos, mi posición se lo impedía pero trató de rozar al menos los costados de mis tetas, tuvo un relativo éxito y me encantó sentir sus esfuerzos por tocarme mis pechos, era evidente lo tenso de la situación, imaginaba la calentura de los chicos, como estarían gozando con el espectáculo, mientras yo lo imaginaba más me calentaba y más deseaba las caricias de estos mocosos sobre mi voluptuoso cuerpo.

Como dije anteriormente, Luisito no tuvo el valor de colocar bronceador sobre mi enorme trasero, esto me dio la oportunidad perfecta para seguir con mis puterias, abrí los ojos entonces y me dirigí a mi sobrino:

-          Amor tu amigo dejó una parte de mi cuerpo sin cubrir; me ayudas por favor? Quiero que el bronceado esté perfecto y si hay partes sin broncear se ve muy mal; quieres mi vida?

-          Mmm siii, claro tíaaaa

Usé mi mejor tono de niña buena e ingenua, los pobres chicos, temblaban, balbuceaban, tartamudeaban, abrían sus ojos al máximo, en fin, eran unas víctimas de mi cuerpo y mi perversión.

Entonces mi sobrino tomo el bronceador y tímidamente comenzó a masajear mis nalgas, en cuanto sentí sus manos cobre mi piel me excité al máximo, poco a poco Carlitos fue tomando confianza y ejercía más presión al acariciarme, instintivamente me levanté un poco y recargué un poco mi cuerpo sobre las rodillas, de esta manera levanté mi culo al aire para que fuera más visible, estaba caliente y sin querer gemí de manera discreta.

-          Mmm gracias corazón ahh, mmm lo necesitaba

-          De nada tía, ya es todo?

-          Creo que si ahh, así está bien corazón mmm

Estaba ardiendo pero aun así aún podía contenerme, el bronceador era de aceite, así que ya se imaginarán como se veía mi cuerpo; me hubiera encantado grabar la escena y ver todo el panorama completo de mi sobrino masajeando el culo de su tía, verlo en mi cuarto sola, sacar mi vibrador y tener horas y horas de placer mientras repetía una y otra vez la escena.

Me quedé entonces tendida una rato en el camastro, boca abajo, víctima de la calentura y el morbo de lo que estaba pasando, entonces la voz de Pablo me sacó de mi pequeño trance.

-          Seño aún falta la parte la otra mitad de su cuerpo, no quiere que le ayude?

El mayor y más perverso de los amigos de mi sobrino aún no había tocado mi cuerpo, por lo que la prueba no podría quedar completa sin ello, me había comprometido con el proyecto y estaba decidida a hacer lo posible por cumplir.

-          Tienes razón Pablo, necesito untarme bronceador en la otra mitad de mi cuerpo, quieres ayudarme corazón?

-          Claro seño, permítame ayudarla

Pablo me pidió entonces que levantara el respaldo del camastro, así lo hice, de tal manera que quedé más bien sentada, este chico era diferente, era más grande, más perverso, sabía lo que quería y se atrevía a decirme que hacer.

Se levantó entonces y de pie se colocó detrás de mí, tomó bronceador y comenzó a masajearme el cuello y los hombros, al instante me relajé, era más un masaje que otra cosa, a pesar de su inexperiencia, el chico lo hacía bastante bien, entre la calentura y el gusto por el masaje de a poco me volví a excitar (o no sé si en algún momento dejé de estarlo), el bronceador era y fue sólo un pretexto, por un momento mayor al necesario, sus manos se pasearon por mi cuello y mis hombros, sin pensar mucho en mis palabras se me escapó un comentario:

-          Mmm que bien lo haces corazón

Un poco apenada por el comentario, busqué su mirada por encima de mi cabeza y sólo pude apreciar una pícara sonrisa en la faz de muchacho.

Luego bajó hasta mi plano abdomen, ahí estuvo un rato jugando con mi piel y mi ombligo, poco a poco subió hasta el borde de mis senos, ahí se desvió un poco y sus manos se ubicaron en el costado de mis tetas, durante un rato estuvo en esa zona aplicando el bronceador, yo seguía con el bra desabrochado por lo que aproveché para mantener mis manos sobre mis senos, esto me permitía protegerme de las caricias de mi adolescente masajista.

Gracias a esto pude sobrevivir al ataque del chico, en varias ocasiones quiso tocar mis tetas, pero mis manos sistemáticamente lo detuvieron, ahí agradecí el haber desbrochado el top, lo que fue en su momento un acto de osadía, se convirtió al final en la defensa perfecta de mis tentaciones y morbosidades.

Este muchacho era muy distinto, a diferencia de los otros dos a los que abiertamente provoqué y animé, a éste había que detenerlo.

-          Creo que es suficiente, no crees mi vida?

-          Si usted lo dice Seño, pero falta la parte de debajo de su cuerpo; me permite?

-          Si claro corazón

Pablo tomó un pequeño banco y se sentó justo enfrente de mí, ahí comenzó a masajear mis pies, era una delicia, luego subió por mis piernas, pasó brevemente por mis pantorrillas y al llegar a mis rodillas, con sus dos manos hizo un movimiento para separar mis piernas, yo entendí el mensaje y le seguí el juego de esta forma abrí descaradamente mis piernas como invitándole a penetrarme, justo como si recreara el acto sexual, mis piernas estaban tan abiertas como cuando cojo con mi marido.

El muchacho jugó un rato con mis muslos, en un momento dado llegó a la parte interna de dichos muslos, entonces poco a poco subió hasta llegar al borde de mi húmedo sexo, estaba al límite, instintivamente empecé a mover mi pelvis, de esta forma la imitación del acto sexual era más evidente, tenía las piernas abiertas y un movimiento de caderas de arriba abajo; mientras los otros dos chicos miraban, yo estaba cerca de entregarme a Pablo, a sus caricias y a su morbo.

El chico me miraba fijamente, yo al principio disimulaba pero ahora le sostenía si reparo la mirada, mientras hacía esto mordía mis labios en señal de calentura, mordía mis labios y movía las caderas, abría las piernas, apretaba los músculos y gemía un poco

-          Mmm, mmmm ahhhh

-          Aquí se siente mojadito Doña Silvia

-          Te parece corazón?

-          Si

-          Mmm, ha de ser el aceite del bronceador papi, perdón hijo

Quería gritarle: “cógeme papi por favor, ya no aguanto”, sólo el “papi” me salió del subconsciente, el resto me lo guardé. Como pude guardé la compostura, salí del trance y me calmé un poco.

-          Bueno Pablo creo que ya terminamos, no crees corazón?

-          Como diga Seño, creo que no terminamos pero faltó poco

Los tres chicos tenían una erección evidente; mientras los dos más pequeños trataban de disimularla, Pablo parecía orgulloso de ella y no mostraba el menor reparo por el bulto que se notaba por debajo de su traje de baño.

Pablo se llevó a los chicos a unos pasos de mí, pero estaban tan emocionados que no podían bajar la voz, la emoción los hacía casi gritar, además no se alejaron lo suficiente para no escucharlos, con algún esfuerzo alcanzaba a escuchar lo que decían, estaban felices.

-          Wooow está buenísima

-          Si estuvo delicioso

-          Muy bien Carlitos, pasaste la prueba, tu tía se dejó tocar con consentimiento

-          Ahh falta una cosa, recuerdan que queríamos llenarla con nuestra leche??

-          Mmm pero eso como lo vamos a hacer?

-          Ustedes espérenme y síganme la corriente, tengo una idea.

Como era de esperarse Pablo era el artífice del plan, no es necesario mencionar que el escuchar la conversación de los chicos me tenía a mil, estaba intrigada por saber cómo pretendían logar su objetivo pero estaba decidida a ayudarlos y fingir toda la ingenuidad necesaria para que lograran tener éxito en sus planes.

Entonces regresaron conmigo y Pablo me dice:

-          Doña Silvia, creo que el bronceador no es suficiente protección para su piel, le va a dar color pero no la protege de la manera correcta

-          Ahh tienes razón mi vida; y que sugieres?

-          Sabe que mi mamá me mandó con una crema de coco que es un bloqueador muy bueno, lo dejé en el cuarto de Carlitos, si me permite vamos por ella y se la presto

-          Que buena idea corazón, si vayan, aquí los espero

Y salieron disparados a la casa, evidentemente yo sabía qué ingrediente tendría el dichoso “bloqueador de coco”, esperaba que de alguna manera me trajeran la leche de los tres pubertos lista para que una puta como yo se diera gusto con ella.

En algunos minutos regresaron los tres chicos con un pequeño frasco lleno de un líquido espeso, para ser bloqueador era muy poco para ser semen era mucho, supuse que era de los tres, y que no era de una sola sola sesión, a esa edad la capacidad de recuperación es notable y la calentura que traían esto niños seguro les alcanzaba para más de una puñeta en mi honor.

Seguí entonces con mi juego de ingenuidad:

-          Chicos se tardaron mucho, ya hasta se me había olvidado, fueron más de 15 minutos, no?

-          Perdón seño es que no encontrábamos el frasquito

-          Ahh ok y que decían que era?

-          Es una crema de coco, es muy buena

-          A ver dénmela

-          Claro Doña Silvia aquí la tiene

-          Pablo pero esto es muy poco, no ve va a alcanzar para todo el cuerpo

-          Perdone Seño, es que no me fijé que quedaba tan poca, pero puede usarla para las partes más importantes

-          Y cuáles son esas corazón?

-          Pues yo creo que el pecho

-          Pues igual tienes razón

Entonces tomé el recipiente y vacié el líquido espeso en mis manos, luego lo esparcí en mis pecho y mi abdomen, la mayor parte la esparcí en mi pecho en la parte más cercana de mis senos, justo en el borde donde comienzan los mismos, la cara de los chicos era un poema mientras me veían hacer mi parte, luego decidí ir un poco más allá.

-          Tengo los labios muy resecos, creen que esto me ayude?

-          Seguro¡¡

-          Si es muy bueno¡¡

De esta forma tomé un poco de lechita, mordí mis labios y con el dedo índice comencé a untarla en mis labios; ya con mis labios llenos de semen, con mi lengua recorrí mis labios probando cada gota que ahí se encontraba, mmmmm que delicia, me sentía empapada, mojada y sucia.

Luego tomé las últimas gotas en mis manos y presa ya de la calentura regresé a mi pecho pero esta vez para recorrer descaradamente mis manos por mis tetas por debajo del bra, lo hice rápido y mientras lo hacía miré fijamente a Pablo a los ojos, con mi mirada le decía que sabía lo que habían hecho y me encantaba, al hacerlo volví a morder mis labios.

Con todo y mi enorme calentura aún me quedaba conciencia para no ir más allá, así que sin más me levanté y caminé a la casa, sabía que mis calientes pubertos estarían devorándome el culo así que no dudé en regalarles mi andar más morboso, al llegar a la puerta me agaché a “recoger algo” y así les enseñe aún más mi enorme trasero, luego me incorporé los volteé a ver y les mandé un beso a la distancia, al entrar a la casa corrí a mi cuarto a masturbarme, estaba como loca, poseída por el deseo, me toqué frenéticamente, constantemente me llevaba las manos a los senos y volvía a lamer mis labios para sentir el sabor de la leche de los chicos, al terminar mi subconsciente me traicionó:

-          Ahhhhhhh ohhhhh, Carlitos¡¡ mmmmm ahhh Pablo¡¡¡¡¡ quiero ser tu puta¡¡¡¡¡¡¡¡

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