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Un fin de semana largo

en Grandes Relatos

Un viernes en la noche Arturo mi marido me recordó que ese fin de semana largo se iría a su viaje anual de pesca. Este año lo harían en el noroeste del país, lo hacía con sus amigos de la universidad. Me comentó que saldría de la casa el sábado a las 5 y media de la mañana. Después del fin de semana era un lunes no era laborable, además el martes él no trabajaría. Por lo cual estaría prácticamente cuatro días fuera de la casa, yo pensaba que por lo menos podría coger dos veces en ese tiempo, hablarle a dos de mis amantes, el sábado en la mañana pensaría a quien llamaría por mientras seguiría escuchando a mi esposo.

Estuvimos platicando hasta como las 10 de la noche cuando él me dijo que se iría a dormir pues se tenía que levantar temprano, me dio un pequeño beso en los labios, me sonrió y me dijo que me amaba, yo le dije que yo a él.

Me quede sola, fui al estudio y saque unas fotos de diferentes vergas que tenía escondidas, me pasaba las fotos por la cara, después les pasaba la lengua, me estaba excitando muchísimo, necesitaba que un macho me llenara la concha y el culo, de verga.

Como quería llegar muy caliente con el amante que escogiera, guarde las fotos y subí mi recamara a dormir con mi esposo como una esposa buena y fiel lo haría. Pensando en quien me cogería me quede dormida.

A las 5 y media de la mañana me despertó un beso que me dio Arturo, al ver abrir los ojos me dijo que me amaba, que era el gran amor de su vida, que era, muy afortunado de tener una esposa tan buena como yo, comprensiva y fiel.

Me quede dormida otra vez, como a las 9 de la mañana me despertó el sonido de mi celular, lo contesté.

P –Hola

A –Hola Pam, ¿Cómo estás?

P –Bien tío gracias y tú.

A –Bien también, con muchas ganas de verte y tenerte.

P –Pues vamos a vernos.

A –Pero ya, me urge, estoy muy caliente.

P –Eso es lo que me gusta de ti que siempre piensas en sexo, eres como yo, te veo en una hora en el Monarca.

Me metí a bañar, cuando me vestí lo hice con una tanga negra y un brassier del mismo color, un pantalón demasiado pegado blanco, el cual hacía resaltar exageradamente mi culo, y una blusa negra, también mis tetas se veía muy bien, con tacones de aguja negros.

Llegué al hotel, mi tío ya me esperaba en el lobby, al llegar nos saludamos con un beso en la boca y me dijo al oído que me veía buenísima. Subimos al cuarto en el camino no dejo de acariciarme las nalgas.

Entramos al cuarto, me hizo ponerme en cuatro sobre la cama y comenzó a nalguearme, cada vez más fuerte, mis gemidos se convirtieron en gritos.

P –Más más, soy tu puta.

A –Claro que eres mi puta, este culo es mío, se lo puedes dar a cualquiera pero es mío.

P –Sí tío, tú eres mi macho, mi semental.

Se agacho y me besó las nalgas, pasó su lengua por la raya de en medio del pantalón, eso me tenía muy excitada.

P –Quiero verga, dame tu rica vergota.

Me hizo acostarme sobre la cama, y comenzó a besarme en la boca, mientras me acariciaba mi culo, yo acariciaba su pene, estuvimos varios minutos besándonos. Nos quitamos la ropa y seguimos besándonos, ahora sus manos iban de mis tetas a mi culo y viceversa, yo acariciaba su pito y sus testículos.

Mi tío es uno de los hombres que más me calienta, me excita mucho que hay gente que lo ve a mi lado en alguna reunión y no se imagina que con el soy infiel a mi marido, que mientras mi marido está ocupado en algo yo puedo estar en una cama con mi tío siendo suya.

Armando me chupo las tetas, succionaba mis pezones, ya los tenía muy duros, la teta que no era atendida con su boca era acariciada por una mano.

P –Aaaahhhh sabes cómo darme placer.

Así estuvo un rato, cuando besando mi cuerpo bajo hasta mi vagina, por la cual paso su lengua por mis labios para después tratar de meterla en ella.

P –Sí tío así, que rico, chúpame toda.

Su lengua entraba muy rico, estando adentro la movía para todos lados, yo me agarraba las tetas, el placer aumentaba cada vez más, después baje mis manos y tomé a Armando de la cabeza, quería que entrara muy adentro, que no se saliera de ahí que no acabara ese hermoso placer que me estaba dando, mi orgasmo se acercaba, un descarga eléctrica paso por todo mi cuerpo al llegar a mi vagina me vine delicioso, fue un orgasmo intenso y largo.

P –Aaaahhhh tío que rico síííííííííííííííííííííííííííííííííí.

Mis jugos llenaron su boca que no dejaba de comerme la concha, lo cual prolongo el placer. Mi tío me dejo recuperarme. Cuando otra vez estaba totalmente consiente mi tío acercó su verga a mi boca, me la metí y se la comencé a mamar, la masturbe un poco con mis labios, después metiéndome lo más que pude pasé mi lengua por todo el tronco, me la saque para poder respirar, repetí lo de tratar de metérmela toda y pasar mi lengua, esto lo hice varias veces. Después solo le chupaba la cabecita, mi lengua la rodeaba primero lento y después a gran velocidad, él me la sacó.

A –Espera me vas a hacer venir.

P –Es lo que quiero, tomarme tu leche.

A –Sí pero antes te la voy a meter, cuando me venga lo hago en tu boca de puta.

Me puso en cuatro y me la metió en la concha, comenzó a cogerme muy rápido, yo traté de seguir su ritmo.

P –Así mi macho, dame duro.

Mi tío entraba y salía de mí, su verga me llenaba toda, con una mano me tomó de la cintura, con la otra me hizo bajar la espalda. Sentía como su verga entraba muy profundo en mi concha, como resbalaba fácilmente por mi interior. Así estuvimos un rato largo, hasta que mi tío me pidió cambiar de posición, él se sentó en la cama con los pies abajo en el piso, yo me senté frente a él, y comencé a bajar y subir sobre su verga.

P –Así que rico, cógete a tu sobrina.

A –Mi sobrina es una puta.

P –Sí y eso te gusta.

Seguí bajando y subiendo, mi vagina se abría cada vez más al entrar esa verga, nos miramos a los ojos mientras yo brincaba y él me agarraba por la cintura para controlar el ritmo de esa deliciosa cogida, los dos siempre cogíamos muy bien juntos, parecía que nuestros cuerpos embonaban perfectamente.

A –Como me gustas puta.

P – Y tú a mi tío.

Seguíamos moviéndonos, nuestros cuerpos ya sudaban, llevábamos ya mucho tiempo cogiendo, mi tío aumentó el ritmo más aún, yo seguí brincando hasta llegar a mi orgasmo. Él me hizo que me quitara de encima de él, me hincó y se vino en mi boca, traté de tragarme toda su leche pero no pude, una parte salió de mi boca.

A –Que rico coges puta.

P –Tú eres un semental, sabes cogerme muy bien.

Me paré, me dijo que nos bañáramos y nos vistiéramos pues él tenía algunas cosas que hacer, cuando terminó de decirme esto sonó mi celular, lo tomé y vi que era mi primo Pablo.

P –Hola Pablo.

Pa –Hola Pam, ¿qué haces?

P –Estaba por meterme a bañar.

Pa -¿Estás en tu casa?

P –No, estoy con mi tío Armando, en el Monarca.

Pa –Que bueno putita, déjalo disfrutar de ese hermoso cuerpo que tienes.

P –Ya cogimos.

Pa –Danos chance a mí y a Carlos, tenemos muchas ganas de cogerte.

P –Sí está bien, los espero aquí, ¿Cuánto tiempo se tardan en llegar?

Pa –A las dos más o menos.

P –Muy bien aquí estaré esperándolos para que cojamos muy rico.

Colgué y mi tío me dijo que ellos eran unos calientes y que yo era la más puta de las mujeres, que me los cogiera tanto que ellos no se pudieran mover, los dos nos reímos. Mi tío se metió a bañar, al salir, mientras se vestía me preguntó por mi relación con Arturo, que si yo había pensado en dejarlo e irme con alguno de mis amantes, le dije que no, que si él quería que me fuera con él, me dijo que no, que solo quería saber si aún amaba a mi esposo, le dije que sí, que lo amaba muchísimo, que el sexo era una cosa y el amor otra, que el sexo con Arturo era malo, pero en lo demás lo amaba, y que el sexo con mis amantes era delicioso, que me hacía sentir viva.

Mi tío se despidió y se fue, iba a ser la una, me iba a meter a bañar y tocaron la puerta, pregunté que quien era, era doña Rosa. Le abrí desnuda, se puso frente a mí se agachó y me chupó la concha, lo hacía delicioso, su lengua iba por todos lados, después se dedicó a mi clítoris, unos minutos después me hizo acabar.

P –Doña Rosa, sííííííííííííííííííííí.

Me acosté en la cama, doña Rosa me observaba.

D –Que cuerpazo tienes Pamela, y que guapa eres.

P –Que bueno que subió.

D –Tu tío me dijo que ibas a esperar a tus primos, así que pensé en que me daba tiempo de subir.

Se subió sobre mi cara, se levantó la falda que traía y haciéndose la tanga a un lado puso su concha en mi boca, saqué mi lengua y se la empecé a pasar, ella gemía, yo aumentaba el ritmo de mi chupada, después chupé y succioné su clítoris, sus gemidos se hicieron gritos y acabó sobre mi cara, me llenó de sus jugos, se dejó caer al lado y trató de recuperar el aliento.

D –Como me gustas puta, eres tan hermosa.

Yo le sonreí.

P –Gracias doña Rosa.

Se acomodó la ropa, me dio las gracias y salió. Eran como una y media, me metí a bañar rápido y salí ya no me vestí esperé a mis primos desnuda. Poco después de las dos llegaron.

P –Hola amores.

C –Hola puta.

Pa –Que rica te ves desnuda.

P –No le vi caso a vestirme.

C –Mejor así, que nos esperes como la putita que eres.

Pablo comenzó a besarme en la boca, Carlos me besaba la nuca y la espalda. Después Carlos me besó la boca mientras Pablo se desnudó. Me separé de Carlos, me hinqué frente a Pablo, tomé su verga y le pasé la lengua. Carlos se desnudó, lo llamé y también pasé mi lengua por su verga, tomé cada verga y les pasaba la lengua juntas, le pedí a Pablo que con mi celular me tomará unas fotos mientras hacía eso. Pablo lo tomó y empezó a tomar fotos. Yo les pasaba la lengua, después me las ponía una a cada lado de la cara y sonreía, me las llegué a meter un poco las dos al mismo tiempo. Le pedí a Pablo que dejará de tomar fotos, tomé la verga de Carlos y me la metí toda en la boca, empecé una mamada profunda y ruidosa, llené de saliva la verga de mi primo que no dejaba de gemir.

Pablo nos miraba, y me decía que era su turno. Me saqué la verga de Carlos y Pablo me metió la suya, hice lo mismo que con el otro. Pablo al igual que Carlos gemía muy fuerte, me daba mucho placer mamarles la verga así y escucharlos gemir de esa forma.

Me paré y me acosté en la cama, abrí mucho mis piernas, y primero Pablo se acostó sobre mí y me la metió, sus movimientos eran rápidos.

P –Así dame duro, soy su puta quiero que me cojan como lo que soy.

Él seguía moviéndose rápido, entrando y saliendo mientras mi vagina se mojaba cada vez más. Carlos lo jaló y se puso en su lugar. Carlos también me cogía muy rápido, él daba pequeños gritos, yo gemía.

Pa –Que prima tan puta tenemos, cógetela, dale duro a esa perra.

P –Sí duro, dame duro, soy su puta, no lo olviden, mi cuerpo es para ustedes, siempre seré su puta.

Carlos me la sacó y me preguntó que si llevaba mi lubricante anal.

P –Sí jamás salgo sin él, nunca se sabe cuándo alguien te la puede dar por el culo.

Pa –Eres una puta.

P –Muchas veces me la meten sin lubricarme y me gusta, me gusta que me traten como lo que soy una puta.

C –Nosotros te vamos a lubricar no queremos que nos destroces la verga.

Saqué el lubricante de mi bolsa, se lo di a Pablo quien me lubricó bien el ano, cuando estuvo preparado para recibir sus vergas, Pablo dijo que lo haría primero pues él lo lubrico, Carlos tuvo que aceptar.

Pablo la apuntó a mi ano, y la metió toda.

P –Aaaahhhh que rico, lléname de verga.

Pa –Pam que rica estás, que nalgona.

Él me la metía y la sacaba, me abría muy rico, yo disfrutaba muchísimo la cogida que me estaban dando. Me tenía de perrito, me tomaba de la cintura y controlaba nuestros movimientos, nuestros cuerpos golpeaban, él gemía, yo ya gritaba.

P –Así, cógeme, más, más.

Él seguía moviéndose, yo sentía muy rico como me llenaba, era maravilloso sentir a ese macho dándomela por el culo. Carlos le dijo que le tocaba, que quería darme por el ano.

Pablo me la sacó, me la metió Carlos, lo hizo rápido y duro.

C –Toma puta, que culo tienes.

P –Dame por mi culo de puta.

Pa –Que puta eres Pamela, estas en un hotel con tus primos y dejándote coger por el culo.

P –Me encanta ser puta, qué bueno que mis primos son unos calientes y no les importa darle verga a su prima.

Carlos seguía cogiéndome, yo sentía como me entraba duro, su verga se sentía caliente, sentía como me quemaba por dentro, me gustaba ser usada por mis primos, ser su puta.

P –Pablo ponte enfrente de mí, te la quiero mamar.

Pablo se puso frente a mí y se la chupé, mis primos me llenaban el culo y la boca, me hicieron llegar al orgasmo, me saqué la verga de Pablo para gritarlo.

P –Sííííííííííííííííííííííííííííí que rico, que placer.

Carlos me sacó su verga y me dijo que los dos me metieran la verga por la concha y el ano, ya varias veces habíamos hecho esto, y siempre había sido muy placentero.

Carlos se acostó, yo me subí mirándolo y me metí su verga, me incline sobre su pecho y con mis manos abrí mis nalgas para que Pablo me la metiera. La metió, cuando estuvo toda adentro comencé a moverme, ellos se acoplaron a mi ritmo y se empezaron a mover. Los tres nos movíamos muy rico, nuestro placer se notaba en nuestros gemidos.

P –Aaaahhhh que rico me cogen.

Pa –Estás muy rica Pamela.

P –Soy suya, denme duro.

C –Pamela me encantas quiero que jamás nos niegues tu cuerpo.

P –Este cuerpo es suyo, soy su puta.

Pa –Si te viera Arturo, eres una puta.

P -¿Crees que le gustaría ver como cogemos muy rico?

Pa –No, no creo.

P –Él se lo pierde, cójanme, denme sus hermosas vergas.

Seguían dando me duro, yo sentía delicioso, sus vergas entraban y salían, era muchísimo el placer que estaba sintiendo, ellos gemían, sentía como entraban muy adentro para después sacar sus vergas casi por completo. Así estuvimos un rato, yo ya no aguanté más y me vine.

P –Aaaahhhh que rico, síííííííííííííííííííííííííí.

Ellos se seguían moviendo, yo sentía como si estuviera fuera de ahí, mi cuerpo parecía un trapo que iba y venía, a lo lejos seguía escuchando los gemidos de mis primos.

Cuando me recuperé ellos y van sacando sus vergas de mí, me hincaron y se vinieron en mi cara, le pedí a Pablo que otra vez tomará mi cel y tomará algunas fotos de mi cara. Ellos dos comenzaron a vestirse, yo me quede acostada y con mis manos me fui quitando poco a poco el semen de mi cara, lo que recogía con mis dedos me lo iba metiendo a la boca.

Pa –Mira a esta puta, le encanta la leche.

P –Es que la de ustedes sabe riquísima.

Se terminaron de vestir, le di las gracias y se fueron. Yo me metí a bañar, disfruté del baño, llevaba tres vergas ese día en ese hotel y una concha, la de doña Rosa. Me vestí y me fui hacía mi casa, al llegar revise mi celular, tenía varios mensajes.

Varios de mi marido avisándome que ya había llegado y que me extrañaba, uno de mi tío Armando dándome las gracias por haber cogido con él, otro de mi suegro con una foto de su enorme verga, y otro de mi sobrino José, quería invitarme al cine.

Primero le contesté a mi esposo, después a mi tío le dije que me encantaba coger con él, después a mi suegro le dije que que rica verga, y que cuando me la iba a meter de nuevo. Pensé en que decirle a José, sabía que me quería coger y lo del cine era un pretexto, después de pensarlo me dije que no me vería tan fácil, así que le dije que fuéramos al cine. Lo normal en mí hubiera sido decirle que nos saltáramos el cine y nos fuéramos a un hotel, esto es lo que hacía con mis sobrinos normalmente, pero esta vez quise que me llevara al cine, quería algo diferente esa vez, aunque estaba decidida a llevarme lo a la cama después de ir al cine.

Me puse de acuerdo con él por medio de mensajes, eran las 5 y media y lo vería a las 7 en el centro comercial, me fui a mi recamara para cambiarme, me puse una tanga negra con un brassier blanco, una mini falda negra, una blusa amarilla y una chamarra de piel negra, con botas negras hasta las rodillas, ese estilo le gusta mucho a mis machos.

Después de terminar de vestirme me llegó un mensaje de mi suegro en donde me decía que sabía del viaje de Arturo, que el martes iría temprano a verme, que quería que lo esperara desnuda, solo usando unos tacones negros de aguja. Yo le contesté que sí que lo estaría esperando con muchas ganas de que me diera una rica cogida. Mi suegro me dijo que le gustaría verme todo el fin de semana pero que tenía cosas que hacer con mi suegra, me dijo que estaba seguro que yo ya andaba de puta con muchos hombres. Le contesté que sí pero que el siempre sería mi macho favorito.

Cuando llegué al centro comercial José ya me estaba esperando, se había arreglado muy bien, al verme me dio un beso en la mejilla y me dijo lo guapa que me veía, yo le dije que él también se veía muy bien. Le pregunté que que película veríamos, me preguntó que si estaba segura de querer entrar al cine, le dije que sí. Fuimos al cine, escogimos una película que empezaba a las 7 45, compramos refrescos y palomitas, mientras esperábamos para poder entrar a la sala, muchos hombres pasaban y me veían, algunos me sonreían, seguramente imaginaban que José era mi hijo, no se imaginaban que era mi sobrino y que me había vestido así para él.

Mientras esperábamos platicamos de todo. Entramos a la sala, unos minutos después empezaron los anuncios y los cortos, se apagaron todas las luces y empezó la película. La película llevaba como 10 minutos, la sala tenía muy poca gente, nosotros nos sentamos hasta arriba, José se sentó a mi derecha. Yo comencé a rozar su pierna con la mía, después le besé y mordí la oreja, el comenzó a acariciar mis piernas, una pareja que estaba unas filas abajo se movió, nosotros inmediatamente nos soltamos. Unos minutos después él metió una de sus manos entre mis piernas, yo las abrí, llevo su mano hasta mi tanga, como pudo la movió y me metió un dedo, me acerqué a su oído y le dije.

P –Quiero que me cojas, quiero tu verga entrando en mí.

Sacó el dedo de mi vagina y se lo chupó.

J –Vamos a un hotel.

P –Vamos a mi casa mi esposo no está.

J –Que rico te voy a coger donde en la cama donde él te coge.

Salimos del cine, la película llevaba apenas como media hora, en el estacionamiento nos tomamos de la mano y así caminamos hasta el carro. Arriba del carro nos besamos, volvió a meterme un dedo en la vagina, dejé de besarlo y le pedí que mejor siguiéramos en la casa.

Al llegar a la casa nos fuimos directo a mi cuarto, me abrazó y mientras acariciaba mis nalgas volvió a besarme. Estuvimos un largo rato besándonos, nunca quito sus manos de mis nalgas, de todos mis amantes José era uno de los que más me demostraba cuanto le gustaba mi culo.

Los dos nos desnudamos, me chupó los senos, me dio unos ricos lengüetazos en los pezones, después me los succionó.

P –Así papi, mámame las tetas

Él mientras me chupaba bajo una mano y comenzó a masturbarme, lo hacía lento, primero lo hizo con un dedo, después con dos, después tomó mi clítoris y lo tocaba muy fuerte. Yo sentía mucho placer, gemía muy fuerte, me gustaba mucho lo que me estaba haciendo, no aguanté más y me vine.

P –Así sobrino que rico me haces venir.

Cuando me recuperé del orgasmo José estaba frente a mí con la verga completamente parada, al verla se me antojo mucho.

P –Como se me antoja tu verga y más cuando la tienes así de parada.

J –Pues es tiempo de que tú me hagas terminar.

P –Claro sobrinito, te la voy a chupar bien rico hasta que me dejes toda tu lechita en la boca.

Me agaché, me puse en el piso, tomé su verga y le di unos lengüetazos, después la pegué a su cuerpo y le di unos lengüetazos a sus testículos, pasaba mi lengua de uno a otro, después me acerque su verga y me la metía a la boca. Primero se la masturbé un poco con mis labios, después metiéndomela casi toda pasé mi lengua por todo el pene, así estuve un rato, cuando se iba a venir, me la saqué.

P –Que rica verga tienes, como me gusta mamártela.

Me metí una parte de ella y con la lengua le acaricie la cabeza, primero lento y después muy rápido, su pito se empezó a hinchar hasta que sentí como me echaba el semen a la boca, con gran esfuerzo logré tragarme toda su leche. Me la saqué, le sonreí y abrí mi boca para que viera que me la había comido toda. Después con mi lengua le limpié la verga.

J –Que rico mamas tía.

P –Es que me encanta la verga.

J –Como me excita que hables sucio.

P –Sí papi, te gusta que tu tía sea una putita que usa palabras muy calientes.

J –Sí tía mucho.

P –Que bueno sobrinito porque para ser una buena puta, hay que ser muy guarra.

Nos acostamos en la cama, nos abrazamos, él acariciaba mi espalda, durante algunos minutos estuvimos así, no hablábamos solo nos abrazábamos como si fuéramos una pareja que se amaban y que acababan de darse una enorme prueba de amor. No parecíamos unos amantes que estaba por tener sexo en la cama del marido, que además de ser amantes éramos tía y sobrino.

P –Espero que te recuperes pronto, ya quiero que me cojas.

J –Dime cosas sucias para excitarme.

P –Papi que ya se te pare tu vergota, tengo muchas ganas de que me cojas, me gusta que seas mi macho.

J –Sigue.

P –Me gusta ser tu amante, serle infiel a mi esposo contigo, no solo ser tu tía sino también ser tu puta.

J –Más dime más por favor tía.

P –Me gustaría que un día me cojas enfrente de mi marido, la familia y los amigos de mi esposo, para que todos se den cuenta que soy tu puta, que tú eres el macho que sabe darme mucho placer.

Su verga ya estaba otra vez completamente parada, me puse arriba de él, la tomé y me la metí, fui bajando para que me llenará con su verga, el me jalaba de la cintura para que me entrará más rápido. Cuando entró toda él me dijo.

J –Eres una puta, que rico tener una tía así.

P –Sí mi amor, aprovecha que me encanta la verga, y coge muy duro siempre, quiero ser tu puta toda la vida.

Empezamos a movernos, primero lento, sentía como su verga tocaba mis paredes vaginales, yo cerraba los ojos y me abandonaba al placer que esa verga me daba. Cuando abrí los ojos vi una foto de mi esposo en el buró, después vi a mi sobrino que tenía los ojos cerrados mientras me penetraba, era increíble lo infiel que le era a mi marido. Después me comencé a mover más rápido, hasta que ya eran unos grandes sentones los que me daba sobre la verga de José, los dos gemíamos, pero nos cansamos y decidimos cambiar de posición ya que queríamos seguir disfrutando la rica cogida.

Me puse de perrito y él me la metió en la concha, nos movíamos lento, suave entraba y salía, él me tomaba por la cintura mientras nos movíamos, yo comencé a moverme más rápido.

P –¿Te gusta cogerme papi?

J –Sí tía mucho eres una delicia.

Seguimos moviéndonos, yo aumenté el ritmo pero sin hacerlo rápido, así estuvimos un rato, cuando yo quería sentir más, comencé a moverme mucho más rápido, él me tomó de la cadera y comenzó a cogerme muy fuerte, se escuchaban los golpeteos de nuestros cuerpos, nuestros gemidos se convirtieron en gritos.

J –Toma puta, muévete más.

P –Sí cógeme, enséñame que eres mi macho, demuéstrame que soy tu puta.

Él se movía más y más, hasta que empezó a gritar, su verga se hinchó sentí como me abría más, de repente su semen caliente entró en mi vagina, dos descargas me echó, se recargó en mi espalda, así estuvo hasta que su verga se salió sola de mi vagina, yo me dejé caer en la cama, él se acostó a mi lado así nos quedamos dormidos.

A las 11 de la noche sonó mi celular, era mi esposo, contesté, Arturo me dijo que ya estaba en el hotel, que me extrañaba, que me amaba, mientras hablaba con mi esposo, José se despertó. Yo le acaricie la verga mientras mi esposo me decía que me amaba, yo le dije que lo amaba y que era el único hombre en mi vida, José se rió, Arturo me preguntó que quien se reía, le dije que era la televisión. Le repetí que lo amaba, que era muy feliz con él, me dijo que me amaba, que siempre estaríamos juntos, yo le dije que no podría dejar al mejor esposo del mundo, nos despedimos y colgué.

P –Tonto casi nos descubren.

J –No pude aguantarme la risa, eres muy puta.

Él se paró y comenzó a vestirse me dijo que tenía que llegar a dormir a su casa, yo me vestí y lo lleve muy cerca de su casa, no hasta ella para no despertar sospechas.

Regresé a mi casa, me acosté a dormir. Al siguiente día me desperté como a las 9, me paré, me bañé, estaba preparando mi desayuno, eran como las 10 cuando me llegó un mensaje de Arturo, me decía que me amaba y que la pesca iba excelente.

Después de desayunar me puse un rato a ver la televisión eran como las 12 del día cuando sonó mi celular, era Darío un ex cuñado, con el cual cogí muchas veces, aun cuando termine con su hermano nos veíamos para ir a algún hotel, fuimos amantes por un tiempo.  Después de que me casé nos vimos varias veces pero después nos dejamos de ver. Extrañaba su gran verga, lo rico que me hacía el amor, le contesté.

P –Hola Darío, ¿Cómo estás?

D –Hola Pam, muy bien y tú, como te ha ido.

P –Bien todo bien, pero debo de decirte que te he extrañado hace ya mucho que no nos vemos.

D –Sí Pam, yo también te he extrañado, me casé, tuve una hija y no quise engañar más a mi esposa, pero ayer mientras revisaba algunos papeles me encontré una foto tuya, me dieron muchas ganas de hablarte pero estaba mi esposa y mi hija, hoy se fueron a una fiesta infantil y quise aprovechar para hablarte y saludarte.

P -¿Y ya no la piensas engañar?

D –No lo sé.

P –Que fue de tu hermano.

D –Se casó, tiene una niña también.

P –Que bien, Darío por favor vamos a vernos, quiero coger contigo.

D –No lo sé Pam, amo a mi esposa.

P –Y yo a mi esposo pero no te estoy pidiendo que los dejemos y nos vayamos juntos, solo te estoy pidiendo que tengamos sexo.

D –Está bien Pam, tengo como dos horas, donde nos vemos.

P –En el Monarca.

Colgamos, tomé un poco de ropa que eche en una bolsa, y me fui al hotel, al llegar doña Rosa me saludó, le comenté que iba de prisa, le pedí que cuando llegará Darío lo hiciera subir, me dio la habitación de siempre. Fui a ella, en el baño me cambie, rápidamente me puse un traje de látex negro que cubría todo mi cuerpo, y unas botas hasta las rodillas también del mismo color.

Como 10 minutos después tocaron la puerta, era Darío, pasó, me lancé sobre él y comencé a besarlo el me también me besó.

P –Recordé como te gustaba verme con este tipo de ropa.

D –Pam sigues estando buenísima, no creo poder aguantar tu ritmo, me vendré rapidísimo y no tengo mucho tiempo, sé que con que me la mames me harás venir.

P –No te entiendo, entonces que quieres hacer.

D –Quiero ir directo a tu culo, quiero metértela por el ano de ya.

Me siguió besando y me agarraba las nalgas, él siempre estuvo loco por mi culo, yo le acaricié la verga, inmediatamente se le paró, lo solté para que no se viniera, quería que me la metiera por el ano.

Me quite la ropa y me puse en cuatro, él se desnudó, apuntó su pito a mi culo, no me lubricó, pero estaba un poco abierto por la cogida de ayer con mis primos, empujó la cabeza, que entró con un poco de dificultad, pero cuando entró sentí delicioso.

P –Que rico, métemela toda.

Él empujó más y metió casi la mitad, tomó aire y la empujó toda, su verga era muy gruesa, sentía como me llenaba.

P –Así papi, lléname.

Darío se empezó a mover lento, yo no me moví, dejé que él disfrutara de mi ano, que llevara su ritmo para que pudiera tener todo el placer que quisiera y aguantara. Llevaba unos minutos así cuando me pidió que me moviera, empecé a hacerlo lento, después aumenté el ritmo, él ya estaba gimiendo, sabía que no aguantaría mucho. Antes me cogía muchísimo, aguantaba mucho y ahora le falta poco para venirse, pero aun así me sentía feliz de estar siendo cogida por él.

D –Me vengo, me vengo.

P –Sí papi, lléname el ano con tu rica leche.

Se vino y me llenó el culo, por lo visto tenía mucho tiempo sin coger. Cuando salió de mí se disculpó por venirse tan rápido, yo le dije que no pasaba nada, que me gustaba que mi ano fuera llenado por su leche.

Nos acostamos, y me dijo que me quería preguntar algo.

P -¿Qué quieres preguntarme?

D -¿Aún sigues como antes?

P –Como que como antes, no te entiendo.

D –Ya sabes, que si te portas igual.

P –Lo que tú quieres saber es si sigo igual de puta.

D –Sí eso.

P –No no soy igual.

D –Que bueno hay que cambiar.

P –No, quiero decir que no soy igual porque ahora soy más puta, con decirte que el martes mi suegro, el papá de mi esposo ira a mi casa para cogerme.

D –Increíble, sí que eres puta.

P  -Sí lo soy, me la vivo siéndole infiel a mi esposo, no puedo vivir sin tener otra verga que no sea la de él, y la mayoría me llegan muy fácil, por pocas me esforzado para tenerlas.

Darío me dio las gracias por lo bien que la pasó, me dijo que era hora de irnos, nos vestimos y nos fuimos, me imaginé que sería difícil coger otra vez con él, él si había cambiado, ya era un hombre fiel, ya no era aquel que no le importó cogerse a la novia de su hermano, a la que varias veces le dio por el ano, que le pedía que se vistiera con látex cada vez que se veían para coger.

Al llegar a mi casa me puse ropa muy cómoda, me dispuse a descansa, hice una selección de todo tipo de películas para pasar la tarde. Vi dos películas llamé a un lugar para pedir comida, comí y seguí viendo las películas que había escogido. Como a las 10 de la noche me metí a mi recamara, como a las 10 30 me empecé a quedar dormida. Sonó mi celular.

P –Hola.

E –Hola Pamela, soy Eulogio.

Le costaba un poco de trabajo hablar por lo visto había tomado mucho y estaba muy alcoholizado. Eulogio es un amigo de mis papás con el que ya había cogido una vez, en una orgía que tuve con varios amigos de mis papás después de una fiesta.

P -¿En qué te puedo ayudar?

E –Sé que tu marido no está, me muero por verte, por favor.

P -¿Cuándo?

E –Ahorita por favor.

P –Pero ya estaba dormida.

E –Por favor no aguanto te deseo.

P –¿Y dónde nos vemos?

E –Estoy afuera de tu casa.

P –Espera ahorita te abro.

Me puse una bata y salí a abrirle, esperando que ningún vecino se diera cuenta. Entramos a la casa, él se lanzó sobre mí y comenzó a besarme. No sé qué podríamos hacer, pues en el estado que estaba dudaba que se le pudiera parar. Seguimos besándonos y me pidió ir a mi recamara, lo tomé de la mano y lo llevé. Al estar en ella nos desnudamos, él se acostó en la cama, yo empecé a gatear hacía él, cuando de repente se quedó completamente dormido, lo tape y me fui a acostar a otra recamara, no me gusta dormir con un hombre así porque sudan todo el alcohol y huele muy mal.

En la mañana me despertó una boca en mi tetas, era Eulogio, al verme despertar se disculpó por no haber podido cogerme ayer, le pedí que no se preocupara y que siguiera con lo que hacía, vi un reloj que estaba en el buró, eran las 6 y media de la mañana.

Eulogio iba de una teta a otra, primero la mamaba toda y después se dedicaba solo ala pezón, yo sentía muy rico su lengua, me gustaba como me había despertado, hacía tiempo que no me despertaban así.

P –Papi que rico me despertaste, que bien las chupas.

Él siguió chupando por un largo rato, yo gemía, era muy rico amanecer así.

P –Ya me toca Eulogio, quiero mamarte la verga.

Eulogio durmió desnudo, por lo cual solo me acercó la verga a la boca, y yo empecé a mamar. Primero mi lengua iba por toda la verga, después me lo metí a la boca, se la apretaba con mis labios, Eulogio gemía, después mientras hacía eso, usé la lengua, un rato estuve así, cuando él me la sacó de la boca, me puso en cuatro y metió un dedo en mi ano, lo movió un poco y después metió dos, los movió un poco más rápido, cuando metió tres dedos y mientras los movía, le dije.

P –Ya métemela, necesito verga.

El me la acercó al ano, de un solo movimiento me la metió toda.

P –Aaaahhhh cabrón me vas a partir en dos.

Él simplemente se empezó a mover, yo sentía como me abría, me tenía agarrada de la cintura muy fuerte, así que no me permitía moverme casi nada.

E –Tranquila puta, este culo es para mí placer.

P –Sí mi semental, lo que tú digas, date placer con el culo de tu puta.

Aumentó el ritmo de la cogida, él gemía mientras me abría el ano, yo sentía mucho placer, me gustaba sentirme así de puta, estar con este anciano que me estaba cogiendo muy rico.

Me la sacó y me volteó, me jaló de las piernas y las puso sobre sus hombros, me metió su verga en la vagina, comenzó a cogerme muy rápido, entraba y salía de mí, yo no paraba de gemir, él también gemía. Me tomó de la cintura y me jaló más hacía él, mi cuerpo ya parecía un trapo, me levantaba con facilidad y sentía como entraba más su verga, no aguante más y tuve un enorme orgasmo.

P –Sííííííííííííííííííííííí que rico coges, dame verga, soy tu puta, cógeme mi macho, me encanta la verga.

Él seguía entrando y saliendo, me veía y sonreía, le gustaba ver a su puta tan entregada, me gustaba mucho como me miraba, con solo su mirada me estaba dominando, me demostraba que él era mi macho.

Me estuvo cogiendo un rato, cuando me la sacó y la apuntó a mis tetas, sobre las cuales eyaculó. Él se vistió, me dijo que se tenía que ir, me quedé acostada y con las manos lleve su semen de mis tetas a mi boca, me quede dormida otro rato, me desperté a las 10.

Me metí a bañar, los mensajes de Arturo seguían llegando, siempre con palabras de amor, yo le contestaba de la misma forma. Era lunes, llevaba un fin de semana muy caliente, y todavía mañana me tocaba complacer a mi suegro.

Tenía ganas de otro macho para ese día, sé que soy una puta insaciable, me gusta mucho serlo. Me vestí con ropa interior blanca, una minifalda blanca y una blusa negra, tacones de aguja negros. Pensé en a donde ir, con quien acostarme, donde conseguir un macho que me llene de verga. Recordé un día no muy lejano que en una reunión familiar acompañé a la esposa de un primo de Arturo, a una carnicería donde el dueño era un señor como de 50 años, muy gordo, pero que tenía un trato muy amable y una de las sonrisas más bonitas que he visto. Lo decidí, él era el macho que me cogería.

Fui hacia allá, debía ser cuidadosa, pues los familiares de mi esposo vivían cerca, al llegar a la carnicería había dos señoras, él dueño y su ayudante me vieron entrar, me desnudaban con los ojos, terminaron de atender a las dos señoras y me dijo el dueño que que necesitaba, yo le dije con mi voz más puta que necesitaba comprar varias cosas pero que necesitaba atención personalizada. Me dijo que podía atenderme en su oficina, está al fondo, había que pasar por el mostrador. Cuando pasé, el ayudante me vio el culo, los ojos se le abrieron enormemente, yo le sonreí, el dueño abrió la puerta de la oficina y me hizo pasar.

P –Señor me llamo Pamela, necesito comprar varios kilos de carne de la mejor calidad.

G –Yo me llamó Gustavo, y debo decirle que nuestra carne solo es de la mejor calidad, usted hace unos meses vino con una clienta, una mujer tan guapa es muy difícil de olvidar.

P –Sí hace unos meses vine, y que bueno que la carne sea de calidad, es que me gusta mucho la carne.

G –A mí también, hay cada carne que se ve, a uno se le antoja mucho, quisiera comérsela toda.

Todo esto me lo decía mientras sus ojos miraban cada parte de mi cuerpo.

P –¿Y de longaniza cómo anda?

G –Es de la mejor, larga, rica, jugosa.

P –Que rico.

Él se me acercó y me tomó de la cintura.

G –¿Le gustaría probarla?

P –Sí pero no me la cocine, démela bien cruda.

Comenzamos a besarnos, el me agarraba el culo, yo le agarré la verga por arriba del pantalón, su verga parecía de un tamaño normal a lo largo, pero más gruesa que el promedio. Me tomó de los hombros y me hizo agacharme, se desabrochó el pantalón y se sacó el pito.

G –Ahí esta pruébala.

P –Se ve muy rica.

Me la metí a la boca, y se le chupe con muchas ganas, mi lengua pasaba por todos lados, me la saqué.

P –Sabe riquísima.

Me la volví a meter, le daba golpecitos con mi lengua en la cabeza, el gemía, lo tomé de las nalgas y se la empecé a mamar muy rápido, me había gustado mucho el sabor de su verga. Se la mamé por algunos minutos cuando me la sacó, me paró y me llevó a una silla, haciéndome hincar frente al respaldo, después me hizo doblar, tomó su verga y me la metió a la concha.

P –Papi que vergota, como me llenas.

Él me la metía y sacaba, cada vez más rápido, los dos gemíamos, yo pedía más y él me daba más. Yo sentía muy rico, sentía como entraba muy bien abriéndome la vagina, me hizo llegar a un orgasmo.

P –Aaaahhhh me vengo, así cógeme así.

Él seguía cogiéndome duro, me la sacó y me volteó me hizo que como pudiera me recostara en la silla, me volvió a penetrar, me tomaba de la cintura y me cogía muy duro, me hacía sentir mucho placer, seguíamos gimiendo, él no aguantó más, comenzó a gritar, me la sacó y se vino afuera, cayendo su semen en mi estómago y tetas.

G –Que buena estás putita.

P –Gracias papi, quiero más verga.

G –Que puta eres, le voy a decir a mi ayudante que te coja.

Abrió la puerta y le gritó, él llegó me vio en la silla abierta de piernas desnuda, abrió la boca, mientras Gustavo se vestía le dijo.

G –Miguel esta puta quiere más verga, cógetela voy a atender el negocio.

Gustavo salió y cerró la puerta, Miguel rápidamente se quitó la ropa, se puso a mi lado, me metió la verga en la boca, yo se la chupé con muchas ganas, estaba muy caliente, mi lengua pasaba por todos lados, Miguel comenzaba a gemir. Le acaricié los testículos mientras le mamaba la verga, él me dijo que le faltaba poco para venirse, pero que antes me la quería meter en la concha, que cuando llegué a la carnicería pensó que daría cualquier cosa por cogerme, y que no se imaginaba que realmente pasara.

Me puso en cuatro en el piso y me la metió en la concha, comenzamos a movernos y a disfrutar, los dos gemíamos, nos coordinábamos bien en nuestros movimientos parecía que ya hubiéramos cogido antes, Miguel comenzó a nalguearme.

P –Más dame más.

Él me la metía más rápido, yo seguía gimiendo, cuando comenzó a venirse me hizo llegar al orgasmo.

P –Sí así, lléname de leche.

Los dos nos quedamos en la posición en la que estábamos, tratábamos de recuperarnos. Cuando nos habíamos recuperado, nos paramos y nos vestimos. Me dio las gracias, y me dio otra nalgada. Salimos, Gustavo atendía a unos clientes, le di las gracias, el medio una bolsa de plástico muy grande, completamente cerrada. Al llegar a mi camioneta me fui los más rápido posible para no ser vista por la esposa del primo de Arturo ya que podría andar por ahí, cuando me alejé de la zona me estacione y abrí la bolsa, me había regalado mucha carne, además venía una tarjeta de la carnicería, atrás de ella Gustavo apuntó su celular, y abajo decía puta hablé cuando quieras volver a coger. Guarde la tarjeta en mi bolsa y seguí manejando a mi casa.

Llegué a mi casa y me puse a revisar algunas cosas, como a las 6 de la noche me llegó un mensaje de mi suegro, me decía que llegaría al día siguiente a las 7 de la mañana, que me quería muy limpia. Me acosté como a las 10 para levantarme temprano.

El martes a las 6 de la mañana me levanté, me metí a bañar, me limpié súper bien cada parte de mi cuerpo, salí del baño, me sequé muy bien, me peine, y busque unos tacones de aguja negros, muy altos, así me quería mi suegro.

A las 7 tocó el timbre, me puse una bata para salí a abrir, le abrí, atravesamos el jardín y al entrar a la casa, me quite la bata. Él me tomó de la cabeza y me besó en la boca.

E –Me gusta que seas una puta obediente.

P –Quiero ser la mejor puta que hayas tenido.

E –Prepararme el desayuno.

Fui a la cocina, le haría un huevo con salchicha, jugó, pan y café, llevaba como unos cinco minutos cocinando, cuando Eduardo entró a la cocina.

E -¿Ya está el desayuno?

P –Ya casi.

Me dio una fuerte nalgada.

E –Apúrate perra.

P –Sí papi.

Salió de la cocina y seguí cocinando, termine y le avise que el desayuno estaba listo, él entró a la cocina desnudó se sentó y yo me senté a su lado, empezó a desayunar, yo tomé mi tenedor e iba a comer mi desayuno, cuando él me tomó de la mano.

E -¿Qué haces puta?

P –Desayunar.

E –Puta tu desayuno está abajo.

Me metí bajo la mesa y se lo comencé a mamar mientras el desayunaba, unos cinco minutos después mi suegro me echó leche dos veces, me sacó la verga de la boca y se paró, cuando yo salí de debajo de la mesa, vi que lo demás de su leche lo había echado en mi huevo y mi café.

Me senté y revolví su semen con el huevo, él me veía muy seguro de sí mismo, sabía que me tenía completamente dominada.

P –Me encanta ser tu puta.

E –Lo sé.

Me puse a limpiar la cocina, hacía un poco de frío y él me tenía desnuda, pero por él era capaz de cualquier cosa. Él ya no se vistió, se fue a la sala, cuando terminé fui con él, Eduardo veía algunos libros que tenía en la sala. Me hizo sentarme en sus piernas y siguió viendo los libros, después de unos diez minutos me cargo y me llevó a mi recamara.

Estando en la recamara me acostó en la cama, me abrió las piernas, se puso enfrente de mí y me la metió toda, su verga es enorme, muy larga, muy gruesa y la usa muy bien. Empezó a meterla y sacarla lento.

P –Que rico papi.

Él me veía fijamente a los ojos mientras me la metía, sus movimientos seguían lento, sabe que con una verga como la de él me gusta el movimiento rápido, así que si se mueve lento sabe que le rogaré porque lo haga más rápido, y a él le encanta ver a la puta de su nuera suplicando por verga.

P –Vamos suegrito por favor cógeme duro, enséñame como coge un macho.

E –Muy bien putita te voy a coger como te gusta.

Empezó a moverse muy rápido, el placer era enorme, después se movió en círculos, sentía delicioso como me cogía, mis gemido se convirtieron en gritos, mi suegro volvió a moverse de adentro hacia afuera y me comenzó a tocar el clítoris, no aguante más y tuve un orgasmo muy intenso.

P –Aaaahhhh me vengo, que rico papi, como coges.

Eduardo se siguió moviendo por un rato más, después me la sacó y eyaculo en mi vagina y mi ano. Se acostó a mi lado.

E -¿Qué has hecho estos días sin tu esposo?

P –Lo de siempre, andar de puta.

E –Tu cuerpo está hecho para felicidad de los hombres.

P –Gracias papi.

Abrazados nos quedamos dormidos, Nos despertamos como a las 11. Me dijo que nos bañáramos y saliéramos a la calle a comer, aún era temprano pero antes daríamos una vuelta.

En la calle me dijo que iríamos a alguna tienda de ropa interior que él me iba a escoger algunas tangas y brassieres que después tendría que estrenar con él. Al llegar a la tienda me escogió un conjunto negro de encaje, otro conjunto de cacheteros blancos con el brassier del mismo color, un conjunto muy pequeño, una tanga y un brassier que apenas cubría mis pezones, todo esto en rosa, por último un conjunto bordado de una sola pieza, me pidió que me los probará y le enviará una foto de cada uno entre al probador, le envié las fotos según me las iba tomando, le dije que viera la putita que se andaba cogiendo. Él me contestó que era la puta más rica del mundo. Salí del probador, fuimos a la caja, pagó y nos fuimos, afuera le dije que que bueno que fuera un macho que vistiera a su puta a su antojo.

Nos fuimos a un restaurante que le gusta mucho a mi suegro, es un lugar muy elegante y con buen servicio, el lugar estaba muy tranquilo. Yo como siempre que estoy con mi suegro estaba muy caliente. Pedimos unas bebidas primero, mi suegro me dijo que fuera al baño y que si estaba vacío que le mandara un mensaje. Los baños están en otra área del lugar. Fui a ellos, entré estaban vacíos, inmediatamente le escribí a mi suegro y se lo dije. Él llegó unos minutos después, me jaló a uno de los privado, se bajó el pantalón y se sentó en la taza, me hizo levantarme la falda que yo traía y quitarme la tanga, me pidió la tanga y se la guardo. Casi siempre que cogía con mi suegro se quedaba con la tanga que llevara, tenía una bolsa llena de mis tangas, esta las guardaba en una caja fuerte de su casa. Tomó su verga bien parada e hizo sentarme en ella dándole la espalda, me dejé caer sobre ella, con lo grande que es sentí como me abrió toda. Yo le dije muy despacio tratando de no hacer ruido.

P –Papi que rica verga, como me llena.

Empecé a bajar y a subir en ella, primero lento y como pasaba el tiempo aumente el ritmo, los dos gemíamos despacito, Eduardo me tomaba de la cintura, me hacía coger cada vez más rápido.

P –Así mi macho que rico me coges.

Me doblé completamente hacía el frente, parecía que nuestros cuerpos ya brincaban, empezamos a hacer mucho ruido.

P –Papi debemos de calmarnos alguien nos puede escuchar.

Me levantó, me hizo pararme y después darme la vuelta, me volvió a sentar sobre su verga, ahora mientras cogíamos lo hacíamos de frente, los movimientos fueron más tranquilos, él me agarraba de las nalgas mientras yo subía y bajaba, después sin hacer mucho ruido me empecé a mover en círculos.

P -¿Te gusta cómo me muevo?

E –Sí puta te mueves bien rico, ya casi me haces terminar.

P –Sí papi, dame tu leche tu puta quiere que le llenes el coño de leche.

E –Me vengo síííííííííííííííííííííííííííííííí.

Llené de leche mi concha, me hizo levantarme, se acomodó la ropa y me dijo que me esperaba en la mesa. Yo me arreglé un poco, retoqué mi maquillaje y lo alcancé. Comimos estuvimos platicando de todo menos de sexo, tratábamos de disimular si había gente cerca y el restaurante comenzó a llenarse, como a las 3 y media nos fuimos del lugar, mientras íbamos en el carro me preguntó.

E -¿Sabes a qué hora llega Arturo?

P –Como a las 8.

E –Muy bien todavía nos da tiempo de coger otro rato.

P –Sí suegrito, dame más verga, sabes que me encanta lo hermosa que la tienes y lo rico que coges.

Llegamos a la casa, me ordenó que me desnudara y me dejará los tacones, así lo hice, me pidió un whisky, serví dos. Le di el suyo y brinde con él, le di un trago, el me pidió que dejara mi vaso en la mesa, él estaba sentado en un sillón, me hizo acostar sobre sus piernas dándole la espalda, me dio como 5 nalgadas muy fuertes.

E -¿Quién te dio permiso de tomar puta?

P –Perdóname papi, soy una mala puta.

Volvió a darme varias nalgadas pero más fuertes, me ardía el culo.

E –Es la última vez que haces lo que quieres, puta asquerosa.

P –No te enojes papi, perdóname.

Sin lubricarme metió uno de sus gruesos dedos en mi ano.

P –Aaaahhhh papi, eso duele.

E –Eso no me importa, simplemente eres una puta así que cállate.

Él comenzó a meter y sacar su dedo de mi ano, después metió dos, era muy doloroso, pero no podía hacer ruido. No me importaba que me nalgueara más, lo que me preocupara es que se enojara y se fuera sin darme otra rica cogida.

E –Ponte en cuatro allá en frente estás castigada.

Me puse como me dijo y así me tuvo un largo rato más de media hora, me dolía el cuerpo, es muy diferente estar así castigada que cuando estás en esa posición pero con un pito dentro de la vagina o el ano.

Mientras Eduardo se servía otro whisky me permitió levantarme. Durante media hora me tuvo parada mientras él se tomaba el whisky. Cuando acabó me dijo que lo siguiera a mi cuarto. En él se quitó la ropa, otra vez al ver su enorme verga me volví loca.

P –Suegrito que enorme verga.

E –Que bueno que Arturo se haya casado con una mujer que esta buenísima y que es muy puta.

P –Que bueno que tengo un suegro tan comprensivo y que respeta que soy una mujer muy puta.

Me puso en cuatro, y me metió toda su verga en el ano.

P –Aaaahhhh suegrito me vas a partir en dos.

E –Sí puta te voy a partir a vergazos.

P –Sí párteme con tu enorme verga.

Empezamos a movernos muy rápido, en la casa podíamos hacer el ruido que quisiéramos, coger como quisiéramos, darnos mucho placer.

P –Sí dame más verga.

E –Toma puta, mira como tú ano se la traga toda.

Así estuvimos varios minutos cuando tanta excitación me hizo llegar al orgasmo.

P –Me vengo suegro, me vengo.

Él me sacó la verga comenzó a nalguearme muy fuerte y a gritarme.

E –Que culo puta, estas buenísima.

P –Este culo es tuyo, soy tu puta.

Me hizo acostarme y me la metió en la vagina, me llenó toda, y sentía mucho placer, él me la sacaba casi por completo para después metérmela toda, así lo hizo varias veces yo quería más, era mucho el placer no sé cómo podía sentir algo más, estaba como loca.

P –Cógeme suegro, tu nuera es tu puta.

El mientras me cogía me mamó las tetas, yo no paraba de gemir, sus manos acariciaban todo mi cuerpo, yo lo tomaba de la espalda, la cama ya estaba brincando, el olor a sexo empezaba a notarse en el cuarto, nuestros líquidos mojaban la cama. Tuve otro orgasmo.

P –Sííííííííííííííííííííííííííííííííííí eres un verdadero macho, cógeme suegro dame duro.

E –Toma puta toma.

Y mientras me decía eso se vino en mi coño, cuando acabo se recostó sobre mí sin sacarla, así estuvimos un rato. Eran casi las 7 y mi esposo no tardaba mucho en llegar, le dije a mi suegro que nos bañáramos rápido. Nos metimos al baño donde aunque queríamos seguir cogiendo nos dijimos que no quedaba tiempo. Después de vestirnos cambié la cama y abrí las ventanas de la recamara para que se saliera todo el aroma de nuestros cuerpos.

Nos fuimos a la sala y como a los 5 minutos llegó mi esposo, nos saludó y preguntó que si nos acabábamos de bañar, mi suegro le dijo que él iba llegando del club, yo le dije que hacía un rato que me había bañado que había tenido un día muy cansado y que quería un buen baño para descansar. Mi esposo y mi suegro platicaron mientras yo preparaba la cena, mi suegro se quedó a cenar, mientras cenábamos cuando mi esposo no se daba cuenta mi suegro y yo nos mandábamos besos.

Cuando Eduardo se fue, Arturo y yo nos metimos a la recamara, mientras estábamos acostados él me dijo que me amaba y que me había extrañado mucho, yo le dije que yo lo amaba a él. Después de unos minutos Arturo se quedó dormido. Yo me puse a pensar en todo lo que hice ese fin de semana, durante cuatro días estuve con 10 personas diferentes, entre ellos una mujer, primero uno de mis tíos, después una amiga, después dos de mis primos, con uno de mis sobrinos, un ex cuñado, un amigo de mis papas, dos carniceros y por último mi suegro. Había sido un gran fin de semana, mire a mi esposo quien dormía tranquilamente y pensé en qué pasaría si el supiera que su esposa es una auténtica puta, sonreí pues me gusta mucho ser la puta de varios machos, es algo que jamás cambiaría, seguiré disfrutando de mis amantes.

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