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Después de la fiesta con mi sobrino

en Amor filial

Uno de mis tíos cumplía años, toda la familia iría a la fiesta, la cual sería en su casa, mi tío me pidió que llevara un pastel de chocolate que le gusta mucho el cual hago yo, así que le dije que sí pero que lo haría en su casa, para que lo comieran recién horneado. Cuando mi esposo y yo llegamos a su casa algunos familiares ya estaban ahí, los fuimos saludando a todos, entre ellos a mi sobrino José, quien al saludar a mi esposo le dio un fuerte abrazo.

Cuando me saludo a mí también me dio un abrazo, y me dijo al oído.

J –Que culazo se te ve con ese pantalón.

Yo llevaba un pantalón blanco muy pegado, sabía que el culo se me veía riquísimo, así que el que mi sobrino me lo dijera me hacía sentir bien y me excitaba.

Mi tío me acompañó a la cocina, me dijo dónde estaba todo, él regresó a la fiesta y yo empecé a preparar el pastel, después de un rato José entró en la cocina, se puso a mi lado, con una mano me empezó a acariciar las nalgas.

J –Que rico culo tienes tía.

P –Gracias papi, hace un tiempo que no me metes la verga, me tienes muy olvidada, ¿qué ya no te gusto?

J –Claro que me gustas tía, me calientan tanto tus nalgas.

Se puso atrás de mí, y sentí como su verga muy parada dentro de su pantalón, se restregaba por mis nalgas, yo le moví el culo para excitarlo más, se separó de mí y escuché que se bajó el cierre del pantalón, se sacó la verga y me la pasó por todas las nalgas.

P –Mi amor nos van a ver.

J –Es que no mames Pamela, ve que nalgas, ya quiero cogerte.

P –Ya guárdate la verga, nos van a descubrir.

J –Solo un poco más.

P –No me vayas a manchar papi, en este pantalón se notaría.

Me pasó un poco más el pito por mi culo y se lo guardo. Me dio una fuerte nalgada y salió de la cocina, me dejó muy caliente, quería que alguien me cogiera, varios de los machos que estaban en la fiesta de mi tía ya me habían cogido, así que quería pedirle a cualquiera que me diera una rica cogida pero no teníamos tanta libertad para movernos por la casa como lo hacíamos en algunas otras.

Dejé el pastel en el horno y regresé con todos, varios no dejaban de tratar de verme las nalgas o la concha, me acerque a Arturo, me dio un beso y me dijo que me amaba, que era la mejor esposa. Sentía las miradas en mi cuerpo, cada vez estaba más caliente, fui a checar el pastel, me di cuenta que uno de mis primos me siguió, estando en la cocina simplemente se agachó atrás de mí, empezó a besarme las nalgas, cuando sintió que ya había pasado tiempo se paró y se fue, yo me quedé mucho más caliente, con una mano me acaricié la concha por encima del pantalón, me urgía ser cogida, pero por lo visto tendría que aguantar a otro momento.

La fiesta siguió, por momentos algunos familiares me metían mano, agarré algunas vergas, pero yo necesitaba ser cogida. Necesitaba pensar en cómo ser cogida ese día, lo estuve pensando y decidí que en esa casa no sería posible, así que le hice señas a José para que me siguiera a una parte apartada del patio, si él fue el primero en calentarme, sería el quien me cogería.

P –Papi tengo muchas ganas de verga pero aquí no se puede coger, como ves si me coges esta noche en mi casa.

J –Me gustaría mucho pero y mi tío.

P –No te preocupes por él, ya lo tengo arreglado.

Le di las llaves de mi casa le dije que llegará como a las 10, para las 8 de la noche yo había hecho que Arturo se embriagara, nos fuimos como a las 9 de casa de mi tío, como al diez para las diez mi esposo ya estaba en nuestra cama completamente dormido.

Yo estaba en la sala, solo esperaba a que mi macho llegara y me diera su enorme verga, él llegó, abrió con cuidado la casa, al llegar a la sala me vio sentada, se acercó a hacía mí con mucho cuidado, me preguntó sí ya podíamos coger, le dije que sí.

Se sentó a mi lado y comenzó a besarme, buscaba meter sus manos entre mis nalgas y el sillón, cuando lo logró me agarraba con fuerza el culo, yo le dije que fuéramos al estudio, que ahí podríamos coger. Lo tomé de la mano y lo llevé hacía allá. En el estudio volvió a agarrarme el culo con gran emoción, yo sentía delicioso ver a mi macho enloquecido con mis hermosas nalgas.

Me pidió desnudarme, yo lo hice, me pidió la tanga que me quite y la guardo en la bolsa de su pantalón, una tanga más que se quedaba uno de mis queridos amantes. Él se desnudó, su verga estaba muy pero muy parada, la boca se me hizo agua, me agaché frente a él y se la empecé a mamar, la metía y sacaba de mi boca, mientras mi lengua le acariciaba la cabeza, después la metía y la sacaba pero apretando los labios. Él gemía, yo empecé a acariciarle los testículos, sabía que él no aguantaría mucho pero yo quería sentir su leche en mi boca. Seguí mamándosela hasta que mi boca se llenó de su delicioso semen.

J –Gracias puta, que bien mamas la verga.

P –Sí lo sé, me doy cuenta porque con mi boquita de puta hago que los machos me den su leche.

Se sentó en un sillón que se hacía cama, yo me senté en sus piernas.

P –Me gusta mucho ser tu tía la puta, la que se come tu verga.

J –Que rico tener una tía como tú.

P –Y tus amigos, hace mucho que no tenemos una orgía muy caliente.

J –Todos te extrañan, dicen que jamás han cogido tan bien como contigo.

P –Yo extraño sus vergas y a ti como mi macho contralando a los que me cogen.

J –¿Mi tío se imaginara que eres bien puta y que tienes varios amantes?

P –No creo, si no ya me hubiera dejado.

J –¿Y no te gustaría ser libre otra vez para ir de cama en cama tranquilamente?

P –No mucho, porque me da mucho morbo tener esposo y ser infiel con todos, así somos las putas.

Hicimos que el sillón se convirtiera en cama, me acosté, él se colocó encima de mí y me chupó los senos, su lengua chupaba todos mis senos, después los pezones, después estos últimos eran succionados, yo gemía de placer. Una de sus manos bajo y me acarició el clítoris, yo sentí delicioso, gemía, le pedía más, le me decía que era una puta, que le encantaba poder coger con su querida tía, yo le decía que él era mi sobrino vergudo, que me fascinaba ser su puta. Yo abrí mis piernas lo más que pude, le dije.

P –Ahora sí José sácame todas las ganas que he tenido todo el día, cógeme rico.

Él tomó su verga y me la metió toda, yo di un grito, me llenó tan rico que se me olvido que mi esposo dormía en el segundo piso. Él empezó a entrar y salir, yo lo abrazaba para ayudarlo a entrar más en mí, me chupaba la oreja y me decía.

J –Estás buenísima puta.

P –Gracias papi, hago mucho ejercicio para que mis machos disfruten de una puta riquísima.

Me cogía lento pero su verga entraba muy adentro, sentía muy rico como me abría la concha, yo le pedía más, me agarró de las nalgas y trató de entrar más en mí, yo no paraba de decirle lo bien que me cogía, lo veía y le sonreía, su cara de placer era indescriptible.

En esa posición estuvimos un rato, después me puso en cuatro y me la metió otra vez en la concha pero esta vez me cogía muy rápido, nuestros cuerpos hacían ruido al golpearse.

P –Así mi macho cógeme rico.

J –Toma puta, siente mi verga.

P –Sí que rico la siento mi amor.

Seguimos cogiendo en esa posición, era muy placentero, yo estaba demasiado caliente, mi vagina estaba muy mojada y eso ayudaba a que la verga de José se moviera muy rico dentro de mí, no aguanté más, llegué al orgasmo.

P –Que rico, me vengo, coges delicioso mi amor, eres el macho con el que toda mujer sueña.

Me la sacó y se acostó me hizo sentarme sobre él metiéndomela por el ano.

J –Siempre le traigo ganas a este culo.

Yo empecé a bajar y subir, mi ano se abría muchísimo y José gemía de placer, yo me recargaba en su pecho para ayudarme a cogérmelo, el me agarraba de las nalgas.

P –Más papi, dame duro que para eso soy tu puta, enséñame que eres mi macho y que este culo es tuyo.

Seguí brincando sobre él, nos decíamos lo mucho que nos gustaba coger juntos, poco después sentí como mi culo se llenaba de leche caliente, la leche de mi sobrino.

P –Así lléname toda, llena a tu mujer.

J –Siente mi leche puta.

Cuando acabo de eyacular, me acosté sobre él, dejamos que su verga saliera solita, yo le daba pequeños besos en el pecho, el me acariciaba el cabello, eran casi la una cuando decidimos que lo mejor era que se fuera pues aunque mi esposo se levantaría hasta la mañana, yo no quería que a esa hora anduviera en la calle.

Se vistió, lo acompañe hasta la entrada antes del jardín, ahí me dio la tanga que se había guardado y me pidió que me la pasara por la concha, así lo hice, se la regresé y la guardo una vez más, se fue y yo subí a mi cuarto. Me puse una pijama y me acosté a lado de mi esposo, le di un beso en la frente y le dije descansa cornudito, me acosté y al poco tiempo me dormí.

La siguiente mañana cuando desperté él iba despertando también, me pidió perdón por haber tomado así, yo le dije que no pasaba nada, que si lo hiciera siempre sería un motivo para que yo me molestara mucho, pero que pocas veces lo hacía y que él era un excelente esposo, me sonrió y se metió a bañar, yo sabía que si de vez en cuando él tomaba así podría llevar diferentes machos a mi casa y coger muy rico sin que él lo notara, cada vez descubro más formas de ser una mejor puta y eso me gusta.

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