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Hetero a remojo (Tras la despedida de soltero 2)

en Gays

¡Aupa Campeones! ¿Qué tal?. Me presento, me llamo Kepa y soy un chaval vasco de Orereta, la ciudad cerca de Donostia que desde fuera del Pais Vasco se conoce como Errenteria o Rentería. Actualmente tengo 32 años y soy divorciado.

Si, me casé hace 6 años con mi compañera desde los 17 Itxaso, pero las cosas no fueron bien al irnos a vivir juntos y a los dos años cansados ambos de peleas y malos rollos decidimos dejarlo.

Para llevar mejor el tema del divorcio acepté una oferta de curro fuera de mi zona y me trasladé a una nueva ciudad, con 28 años para trabajar como responsable de calidad de una nueva empresa de I+D+i.

Soy bastante extrovertido, por lo que no me resultó difícil hacer amistades en mi nuevo lugar de residencia. Las dos primeras personas con las que hice muy buenas migas eran de mi curro. Diego, el Responsable de Logística, un hipster/pijo de 30 años ahora, porque cuando lo conocí el tenía 26 y no era tan hipster pero si bastante pijillo. Me invitó a una birra al salir ese día y así conocí a Marcos, mi otro colega del curro, un hombre que ahora tiene 39 años pero que parece por la cara que tuviese 25 (es como el Errejón ese pero con coleta, anda que no le caen  puteos ni nada con que es la mezcla perfecta de Podemos, aniñado como el Iñigo y coletas como el Pablo jajaja), en aquel entonces tenía 35 y se encargaba del departamento técnico informático. Era un maquina en todo lo de los ordenadores, lo que sus colegas aprovechábamos también para nuestros equipos de casa.

Son unos tíos cojonudos la verdad, super graciosos y muy buena peña. Y los tres somos bastante deportistas. Marcos es un friki del runner, no para de entrenar y de hacerse medio maratones y maratones cada año. Pero es una caña cuando cuenta sus experiencias de las carreras. Diego está cuadrado de tanto tiempo que echa cada día en el Gym y además de pijillo es supercoqueto; siempre va a la última de la moda, lo puteamos bastante por eso, pero lo guay es que no se lo toma mal y se ríe mucho de si mismo. Y yo, que desde peque había jugado a pelota y a futbol y la verdad es que me conservaba bastante en forma. Estaba además en un equipo de futbol de aficionados de mi barrio y de vez en cuando salía a correr por el parque o iba a la piscina a hacerme unos largos.

Mido 1,78 y físicamente me parezco a Jose Mari Bakero, el que fue jugador de la Real y del Barça, además de la selección española. Soy fortachón como él a mi edad y la verdad es que aunque lo niegue es cierto que tenemos cierto parecido jajaja.

En mi nueva ciudad no me puedo quejar de los rolletes de los que disfruto. Tengo un par de follamigas de la zona, ambas casadas y de mi edad. No quiero tema serio, lo de Itxaso me había hecho repeler un poco las relaciones más formales.

Siempre había sido hetero y feliz de serlo, pero la puta noche de la despedida de soltero de Lorenzo, el cuñado de Diego, lo cambió todo… Vaya si lo cambió.

Hacía cuatro meses, Lorenzo y su novia Luisa, a los que conocía de salir a veces con Diego y de actos benéficos que organizaban los padres de mi colega, me invitaron a su boda y les confirmé mi asistencia.

Me caían muy bien ambos, Lorenzo era muy simpático, agradable y era Inspector de Hacienda el cabrón por lo que era mejor llevarse bien con el jajajajaja. Luisa, la que sería su esposa, era un tremendo pivón y no pocas pajas me había hecho en su honor desde que la conocí. Me molaba mogollón, tanto, que hasta había abierto una cuenta en el banco en el que trabajaba para poder verla de vez en cuando. Me ponía muy cerdillo la boquita de piñón que tenía la condenada y no digamos su trasero, que era de matrícula de honor. Soy un salido, no lo puedo negar, jajajaja. Pero las parejas de los colegas eran intocables, una putada si señor, porque Luisa sería la típica tía a la que le hubiese metido ficha a ver si salía algo jajaja.

Lo dicho, acepté asistir a su enlace y hace unas semanas Diego me comentó que estaba organizándole una despedida de soltero a su futuro cuñado como buen padrino de boda que era. Por supuesto que me apunté en cuanto me lo dijo, me apetecía correrme una juergaka de tíos y Diego la estaba organizando de puta madre. A ver si esa noche follaba y ya sería la juerga perfecta jajajaja.

La semana previa ninguna de mis dos follamigas había podido quedar para follar conmigo porque tenían movidas familiares. Joder, lo de liarse con casadas estaba guay pero tenía esas cosas, que había semanas que estaba en blanco y con los cojones a tope. Pues así, más salido que de costumbre llegué al Sábado de la despedida.

Por el grupo de  WhatsApp se había dicho de ir todos en traje y que llevásemos una mochililla con ropa porque dormiríamos en el Parador del Castillo que es donde sería el final de la fiesta. Joder como se lo curraba el Dieguito, ¡iba a ser una fiesta cojonuda!.

Preparé la mochila con un jean azul, una camiseta, unos gayumbos y un pantalón de deporte holgado que tengo y con el que me mola dormir, y me vestí.

Lo del traje al uso no me apetecía la verdad y decidí ponerme americana pero ir más informal. Si me emborrachaba esa noche, cosa que parecía lo suyo, prefería ir lo más cómodo posible.

Así que me puse unos vaqueros negros ajustados que me hacían un buen culo y un buen paquete y con los que había pescado algún rollete con alguna pava de las que les pone un buen culo, unas bambas de vestir que había comprado hacía dos semanas en una tienda de Clarks, una camiseta negra con recortes que tenía de Desigual y una americana gris. Le di algo de espuma a mi media melena jarrincha y salí hacia el Mesón Río que era donde habíamos marcado la cita. No quería llegar tarde porque el organizador del evento, mi colega Diego, era un puto obsesivo de la puntualidad y no quería aguantar su bronca por retrasarme.

Llegué al mesón a las ocho y veinte y ya estaba uno de los colegas del novio, Raúl, un tiarrón pelirrojo que parecía escocés o irlandés por si aspecto pecoso. Lo conocía de alguna movida en la que habíamos coincidido y me caía bien. Era profe de gimnasia en un insti y el tío se notaba muy en forma. Era compañero de vóley de Lorenzo, el futuro cuñado de Diego.

Nos saludamos y fue el primero en decirme que incumplía la convocatoria por no ir totalmente de traje. Joder, espero que alguno más venga más informal, le dije, porque Diego seguro que me llamaba la atención.

Fueron llegando los otros y sumándose al cerveceo. Joder, tanto Pepe, otro colega casado del vóley de Lorenzo como Marcos mi colega iban impecables con sus trajes, me estaba poniendo nervioso al ser tan punki y decidir ir más informal.

Hostia, cuando llegaron Diego y Lorenzo flipé con Dieguito. Iba hecho un pincel, el cabrón era atractivo, pero joder ese traje que llevaba le quedaba de puta madre. Me arrepentí al momento de no haber hecho caso cien por cien a la convocatoria, si no fuese mayor el lío me hubiese ido a casa a cambiar ipso facto.

Diego y Lorenzo fueron saludándonos a todos mientras Marcos ya les pedía una cerveza. Al llegar a mi  Diego me vio de arriba abajo y se acercó a mi oído.

Diego: ¿Qué cabrón? El Vasco siempre por libre ¿no? Jajajaja (y me dio un beso en la mejilla), te quedan muy bien los vaqueros cabronazo jajajaja.

La verdad es que Diego tenía una rara habilidad que era relajar las tensiones con sus comentarios y sobre todo con su sonrisa. El cabrón utilizaba de puta madre esa arma con las pavas, y aunque estaba saliendo con Mariana, ligaba y follaba como un campeón.

Fuimos bebiendo y comentando la jugada de la noche con el homenajeado mientras esperábamos al tío de Diego, Jose, al que no conocía tanto, aunque lo había visto en alguna reunión familiar y del que leía sus artículos deportivos o veía en un programa de entrevistas deportivas que tenía en la tele local. Jose se retrasaba porque venía con una sorpresa. El pavo tenía fama de juerguista, a saber con lo que venía.

Al rato apareció, trajeado obviamente pero venía acompañado por un chavalín que nos presentó como su hijo, Kevin.

Hostia, que guay, me fijé en el chavalín enseguida porque iba más de sport que yo, joder que alivio. Llevaba una americana blanca, pero también iba sin camisa, con una camiseta negra como de Lycra por lo que se le ceñía al cuerpo, un jean azul lleno de rotos que dejaban ver trozos de sus piernas y unas bambas deportivas Adidas negras.  Este me gana, pensé jajajaja, y lo observé sonriéndole lo que hizo que se fijase en mi y se sonriese igualmente, pese a que venía todo serio por tener que acompañar como castigo a su padre a esa despedida de soltero de peña más mayor que él.

Acabamos de hacernos las cañas en ese Mesón y nos fuimos a cenar a un italiano. En la cena el chavalín se sentó a mi lado y enfrente tenía a Raúl. Como el restaurante era muy ruidoso, fuera de alguna conversación entre todos de cachondeo, generalmente marcadas por Jose y Diego, las conversaciones se daban en grupos. Así acabé hablando bastante con Kevin y la verdad es que el chaval era muy majete. Me recordaba a un colega de mi pueblo y los temas de conversación salieron de forma muy fluida. Así me enteré de que estaba a punto de cumplir los 18, que jugaba al básquet, como lo había hecho su padre, solo que como base o a veces como alero, pero que no era nada del otro mundo. Quería estudiar cine porque le molaba bastante la fotografía y no tenía novia, ni la quería decía. Las tías le resultaban realmente indiferentes.

Yo: Hostia, ¿no te molan las pavas?, ¿no me serás del club del pepino ¿no? Jajajajaja

Kevin: Pues si el pepino es apetecible y está maduro (guiñándome un ojo) ¿por que no? Jajajaja

Yo: jajajajaja, hostia que bueno. Yo paso tío que a mi me van más los chochetes que una Coca-Cola en el desierto jajajaja.

Kevin: jajajaja Torres más altas han caído! (giñando un ojo en dirección a Raúl que estaba escuchando nuestra conversación y se sonrojó de repente) jajajaja

Yo: Anda la hostia Raulito, que callado te lo tenías jajajaja

Raúl (tartamudeando ligeramente) so…solo han sido un par de veces

Kevin: jajajaja pero no hay dos sin tres (volviéndole a guiñar el ojo) jajaja, lo estoy deseando.

Yo: Joder como vais jajajaja, ¿voy a tener que ir pegado a las paredes o que? Jajajajaja. Es coña, me parece de puta madre, si os mola, adelante! Más pivitas para mi jajajaja

Kevin (Acariciándome la pierna por debajo de la mesa lo que me provocó un ligero escalofrío) : Si quieres puedes unirte… eres bienvenido jajajaja

Yo: Controla chaval, que te pierdes jajajaja, esta no la vas a catar jajajaja. Atácale al Raulito que tienes más juego jajajaja

Con ese comentario conseguí que Raúl se riese y bajase el tono rojizo de sus mejillas. Eso si, no conseguí que Kevin sacase la mano de mi pierna y lo cierto es que tampoco hice nada por apartársela. Me flipaba que fuese tan directo el chavalín, este era incluso más salido que yo.

Yo: ¿Y tu padre sabe algo?

Kevin: Si claro, desde que me encontró de rodillas en mi habita comiéndosela a un colega del básquet. Se ralló un poco pero me deja a mi bola. Yo tampoco me meto en su vida.

La verdad es que imaginándome la escena de Kevin en su cama comiéndose la polla de otro adolescente del básquet me calentó un poco. Además el chaval no dejaba de apretarme la pierna a la altura del muslo con sus manazas. Joder, porque no me habría cascado ni una paja en toda la semana para ir un poco más relajado y menos salidillo a esa cena.

Dijeron de irse al hotel y respiré por poder levantarme y dejar de tener a ese adolescente sobándome la pierna.

Al salir del restaurante camino del Parador donde seguiríamos la fiesta Kevin se puso a mi altura y sacó un porro liado del bolsillo de su americana y lo encendió dándole una calada. Me ofreció fumar y me hizo gracia volver a fumar un porrete por lo que acepté. Nos retrasamos un poco para que no se coscase el resto y Raúl se unió a nosotros porque no nos quitaba ojo desde la cena. Así fumando íbamos subiendo los tres en silencio  hacia el hotel.

Yo (ya un pelín colocadín con el vino de la cena y las caladas del porro) jajajaja, ¿y vosotros como os enrollasteis la primera vez?

Kevin: jajajaja ¿a ver si te vas a poner palote? Cuéntaselo tu Raúl para que no crea que exagero, venga…

Raúl: Ufff, vale. Me lo encontré un día volviendo del insti y le dije si lo acercaba a algún sitio. El cabrón me lió para ir a mi piso porque decía que tenía una dolor en la rodilla y por si le podía dejar una rodillera de las que me pongo a veces para clases. No veas lo caliente que es el cabrón, fue pasar la puerta de mi piso y se lanzó a morrearme y a meterme mano. Me dejé ir y la verdad es que flipé con el Kevin, no solo morrea de puta madre sino que dios, no me la habían chupado igual nunca,

Kevin (Acercándose a Raúl y mirándome con un extraño brillo en sus ojos) Ven aquí campeón (cogiendo a Raúl de la cara y estampándole un tremendo morreo sin dejar de mirarme). Ummm, que bueno.

El verlos morreándose me hizo pasar de la risa inicial del colocón a calentarme un poco con el consiguiente aumento en mi rabo y  su manifestación en mis ajustados jeans. Al pasar por delante de mi tras haberle dado el morreo a Raúl, Kevin dejó la mano de tal manera que me acarició el paquete con el dorso. Me pareció muy morbosa la forma de mirarme al hacerlo. Este chavalín no se corta ni con un cristal pensé. Pero ya habíamos llegado a la puerta del Parador donde nos esperaba el resto.

En el ascensor íbamos acompañados por un joven botones que por sus grande y redondas nalgas tenía un pequeño roto en la costura trasera por donde se entreveía un gayumbo estampado, le di un codazo a Kevin y me giré para enseñárselo y que se pusiese verraco. La verdad es que a quién le había dado el codazo no era a Kevin sino que era a Lorenzo, el novio, pero decidí hacerle una seña para que viese el roto que llevaba el botones y nos reímos sin que ninguno de nuestros compañeros supieran porque.

Tras dejar las cosas en la habitación bajamos a la disco. Alli me cogí a Kevin por banda y le dije que hoy le iba a quitar la tontería del mariconeo y que se lo iba a montar con una tía, el se descojonaba de la risa.

Nos dedicamos a intentar meterle ficha a todas las pijillas que había en la disco. Yo necesitaba bajarme el calentón y además quería enseñarle al chavalín lo que se perdía por pasar de las tías.

Íbamos bebiendo cubatas como esponjas y cada vez más entonados. En alguna ocasión se nos sumaba Raúl, que era evidente buscaba un tercer encuentro con Kevin. Lo debe hacer bien el muchacho joder, pensé, mas teniendo en cuenta que la novia que le conocí a Raúl era una Yanki despampanante  con la que salió un año. Si estaba enganchado a las mamadas de este es que debe ser una máquina y me carcajee.

Una de las pijillas que abordamos cerca de los baños con intención de que nos diese un piquillo se rebotó un poco diciéndonos porqué tendría que hacerlo. Ahí Kevin fue rápido y se me adelantó.

Kevin: Es que quiero saber si a mi novio también le molan las tías (yo flipé con ese comentario y me descojone); dale un beso anda.

Tía: ¿Son novios?, no me fio, ¡estáis quedándoos conmigo!

Yo: Que va tía, si llevamos 2 años (entrando en el juego a ver si la rubia afojaba)

Tía: Que no, que paso, que no sois pareja ni nada, ¡sois unos liantes!

Kevin: Que si mujer, ya verás que si.

Y cogiéndome de la nuca me acercó a sus labios y me metió tremendo morreo. Joder como besaba el cabrón, tenía razón el Raúl, me metió la lengua en la boca sin dejarme decir ni mu y buscó insistentemente que yo interactuara con la mía mientras iba metiéndome mano con total desparpajo, agarrándome el contorno de mi ya tiesa polla. Coño, como uno no es de piedra interactué, vaya si interactué. Le cogí una nalga con mi mano y se la apreté mientras le daba lengua a saco. Cuando nos despegamos y miramos la chica ésta ya no estaba porque se había pirado viendo nuestra interactuación. A quien vimos a lo lejos fue a Raúl con una sonrisa evidente. Nos volvimos descojonar a carcajada limpia.

Yo. No vuelvas a hacerlo te lo advierto jajajajaja

Kevin: jajajaja pues parecía que te gustaba que tengo tus huellas dactilares en todo el culo jajajaja

Yo: No pienses mal, era para que se ablandase la rubia jajajaja

Kevin: La rubia no se si se ablandó, pero la morena…  (poniéndome la mano en el paquete y marcándome mi tieso rabo) la morena está dura dura jajajaja.

No se adonde nos iban a llevar los jueguecitos cada vez más subidos de tono, pero estaba a gusto con el chaval la verdad.

Al rato encendieron las luces de la disco y subimos todos a la habitación. Yo ya sabía que le habían preparado una encerrona a Lorenzo y que de un momento a otro aparecerían tres strippers. Cogí la copa que me paso Jose y me fui a sentar a una de las camas, en un momento se sentó a mi lado Kevin, muy pegado a mi. La sensación de tenerlo tan pegado me resultó muy agradable y estaba supercaliente sintiendo su pierna pegada a la mía. Entraron las strippers y en el descojone general Kevin aprovecho para volver a atacar mi paquete rápidamente, una caricia express que me hizo arquear un poco la espalda.

Kevin (susurrándome) me muevo yo mejor que esas petardas, quieres comprobarlo, (mientas me pellizcaba la polla sobre los Jeans), dejo que me hagas lo que quieras jajajaja

Yo: jajajajajaja para tío que de esa no respondo jajajaja

Raúl vio el cachondeo, ya casi cerdeo que nos llevábamos, y se sentó justo a mi al otro lado. Estaba super acalorado sintiendo las piernas de ambos pegadas a las mías. Kevin aprovecho el momento en el que vino una de las strippers a sentarse en mi regazo para meter la mano tras mi espalda y acariciarme de una forma muy sensual. Al rato tenía su mano acariciándome la nuca y la de Raúl directamente sobre mi hinchado paquete apretándolo, ufff. La stripper marcho y yo susurré

Yo: ¿Así voy a acabar la noche?, ¿con dos mariconazos como vosotros? jajajaja

Raúl: yo no soy gay, como mucho bi.

Kevin jajajaja bi si, te gusta más una polla que una piruleta a la puerta de un cole jajajaja

Yo: jajajaja, que dos jajajaja.

La verdad es que ya teníamos nuestra fiesta particular montada, y al estar de espalda al resto, que estaban concentrados en las strippers los tocamientos entre nosotros, bueno, de ellos hacia mi iban increscendo.

Las stripper marcharon y Jose propuso poner unas pornos mientras nos ponía otras copas. Ahí decidí que sería mejor pirarme a darme un baño porque no quería acabar montándomelo con el Kevin delante del resto. El chavalín ya me tenía tan encendido que hasta había pasado de tías que se despelotaban. No se lo que me ocurría pero seguro que un baño me despejaba. Lo comenté en voz alta y al momento se sumaron Kevin y Raúl. Tragué saliva, era evidente lo que iba a pasar en ese Jacuzzi, pero ese pensamiento aún me puso el rabo mas duro.

Fuimos a cambiarnos a la habita de al lado entre risas, el cabrón del Kevin se cambió justo delante de mi que era donde tenía la mochila su padre. Se despelotó rápidamente hasta que llegó a sus gayumbos que bajó muy despacio y agachándose me dejó ver someramente sus muy bien formadas nalgas, joder como estaba el Kevin, en ese momento solo pensaba en follármelo, ufff, estaba a cien.

Kevin se puso también lentamente las bermudas estampadas que había pillado de la mochila de su padre y se giró sonriendo. No podía apartar la mirada de el, joder que cuerpito tenía el cabrón. Me saqué los jeans y mi rabo se marcaba perfectamente empalmado hacia un lateral de mis gayumbos. Me agaché a pillar los pantalones de deporte de mi mochilas mientras Kevin y Raúl, que estaba con unos gayumbos blancos que no disimulaban para nada su empalme, se ponían ambos de pié a cada lado.

Kevin (susurrando): Deja que te ayudamos nosotros.

Me fueron bajando el gayumbo y dejando mi super tieso rabo al aire.  Raúl fue sacándome el gayumbo por los piés mientras me ponía el pantalón de deporte. Kevin ya sin ningún reparo me agarro la polla

Kevin (susurrando y sonriendo) ¿has visto Raúl lo que nos vamos a comer hoy? (y sin más le dio tres chupetones a mi capullo que ya estaba babeando precum) ummm si, carne vasca de la buena jajajaja.

Se levantó, me plantó un piquito en los morros y dijo ¡Maricón el último! Jajajaja, saliendo corriendo hacia el baño y seguido entre risas por mi y por Raúl.

Una vez dentro del Jacuzzi y con la puerta cerrada ya comenzamos a meternos mano los tres en plan supercerdo debajo del agua. Kevin volvió a morrearme mientras  Raúl me metía mano y me besaba la nuca. Joder, estos dos me estaban provocando corrientes eléctricas por todo el cuerpo con sus besos y caricias. Kevin cogió una de mis mano bajo el agua y la llevó hacia su paquete. Joder que polla se marcaba el chavalín, era más grande y gruesa que la mía, y era maricón el tío pensé, con esto se follaría a gusto a muchas de las que yo conocía. Raúl no paraba de morderme la nuca y me cogió la otra mano y se la llevó a su polla, que joder, tampoco estaba nada mal.

Coño, allí estaba yo, un vasco heterosexual y divorciado montándomelo de puta madre con un gay y un Bi en un jacuzzi, y lo mejor es que lo estaba disfrutando como nunca.

En un momento Kevin me pidió que me levantase y entre él y Raúl bajaron mis pantalones de deporte hasta la rodilla y me sentaron en el bordillo del Jacuzzi.

 Raúl también se levantó con los gaymbos entre bajados y con la polla a cien y se sentó a mi lado acariciándome la nuca, mientras Kevin desde el agua se dedicaba a pajearme y a lamerme las bolas. En un momento, en el que tenía los ojos cerrados por el placer que me estaban dando,  Raúl acercó su boca a la mía y empezamos a morrearnos. ¡Anda la hostia! ¡El pelirrojo también besaba de puta madre!.

Noté una pequeña corriente de aire y sin dejar de morrearme abrí un poco uno de mis ojos y vi en el alfeizar de la puerta a Lorenzo mirándonos fijamente. Casi me da un ataque, pero también vi como mi colega Diego, su futuro cuñado, se le pegaba desde atrás y mientras le hablaba al oído iba bajando la mano para acariciarle el pecho y después agarrarle la polla.

Anda, estos dos también van a follarse, pensé,  joder, que panda de mariconazos estábamos hechos todos jeje. Volví a cerrar los ojos para, mientras se cerraba lentamente la puerta del baño, volver a disfrutar de la comida de boca que me estaba dando Raúl y de la comida de rabo que me estaba dando Kevin, que cabrón, como me la mamaba… era un come pollas profesional el chavalín.

Estuvimos así un ratillo, Kevin comiéndome como un goloso las pelotas y el rabo, Raúl acariciándome la espalda y comiéndome los morros y yo pajeando a Raúl hasta que Kevin se levantó y lo miramos ambos. Tenía una tienda de campaña en las bermudas de su padre que lucía impresionante. Se las bajó y vi completamente su polla, grande y gorda, majestuosa, que acercó a mis labios ofreciéndomela. Levanté mi cabeza y lo vi fijamente a los ojos.

Kevin (guiñándome un ojo) My turn, ¡please!

Acerqué mi boca y saque mi lengua pasándosela por su rosado capullo. Me supo delicioso y me la metí entera en la boca y empecé a chupársela como me la había chupado el antes a mi haciéndole soltar un gemido. Mi polla a su vez fue devorada por la ávida boca de Raúl, este tampoco le iba a la zaga al chaval pensé, la comía realmente bien el pelirrojo también. Estaba supercaliente, me estaba comiendo un rabo de un chavalín de 17 años, joder, y estaba cerdako solo de pensarlo. Estaba hecho un mariconazo de cuidado jejejeje.

No me pude reprimir y me corrí entre gemidos en la boca de Raúl que se tragó toda mi corrida. Kevin me agarró la cabeza y empezó a bombearme con su polla hasta la garganta. Casi me asfixiaba pero de alguna manera me estaba encantando, pegó un grito, me la sacó de la boca y fue soltándome trallazos sobre la cara dejándomela toda llena de lefa caliente. Raúl se levantó hacia mi cara a toda velocidad y comenzó a recoger toda la corrida de Kevin con su lengua y nos  la pasó en un morreo a tres. Entonces Kevin hizo algo superguarro que me flipo, se tumbo en el jacuzzi medio flotando y se meó sobre su pecho pidiéndonos que lo meásemos.  Raúl y yo nos miramos y sonreímos. Acto seguido estábamos duchándolo con muestras meadas. Al acabar nos descojonamos, vaciamos el jacuzzi, nos enjabonamos entre caricias y besos y nos duchamos. Seguimos morreándonos mientras nos secábamos y salimos cada uno con una toalla anudada en la cintura hacia la habitación muy despacio. En una de las camas vimos totalmente desnudos y abrazados a Diego y Lorenzo. Diego levantó un poco la cabeza y me guiñó un ojo. Yo le sonreí. Menudos dos pensé, de machitos y ahora gozando con tíos.

Pasamos a la otra habitación donde aún se escuchaban los gemidos del porno que provenían de la televisión. En el sofá Jose, Marcos y Pepe estaban totalmente desnudos durmiendo espatarrados y con un olor de semen que tiraba para atrás. Me fijé en el pollón de Pepe, joder, era impresionante, y en la cara de felicidad de Marcos. Fue mirarlos y sonreírnos los tres a la vez.

 ¿Qué coño habrían hecho estos en nuestra ausencia?

Continuará