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Sesión de tetas con Paty (Parte 1)

en Sexo con maduras

Entré al salón de la suite y rápidamente percibí que Paty estaba tumbada en el sofá. Vestía un camisón de tirantes los cuales iban cogidos por dos pequeños cierres de gancho. Estaba tumbada de lado y absolutamente dormida. En esa postura sus enormes tetas se apretaban la una contra la otra sobresaliendo voluptuosamente por el amplio escote de la prenda que vestía. Sus gorditos labios parecían aun más deliciosos y su cara preciosa resultaba adorable mientras dormía. No me pude contener.

Me acerqué sigilosamente hacia ella evitando que se despertara y con delicadeza deslicé mi dedo por su abultado escote de arriba abajo. Sus tetas se notaban  calentitas y suaves al paso de mi dedo. Con mucho cuidado conseguí desenganchar los tirantes del camisón liberando aquellas maravillas y poco a poco metí toda mi mano en medio de sus tetas. Aquellos redondos y rosados pezones apuntaban a sitios diferentes debido a la intrusión de mi mano que estaba deliciosamente atrapada bajo el peso de sus mamas. Apretujaba sus melones con mucho cuidado y aquello me estaba poniendo enormemente cachondo. Casi sin darme cuenta ya me estaba palpando a mi mismo mi polla que ya estaba considerablemente dura bajo mis pantalones. Me los desabroché y me saqué el miembro instintivamente, con delicadeza se lo acerqué a su cara sin dejar de masajear sus portentosas tetas cada vez con más pasión. Mi polla empezó a juguetear con sus lindos labios haciéndolos temblar deliciosamente. Aquello hizo que se despertara. Sus ojos se abrieron lentamente y poco a poco enfocaron mi miembro que cada vez entraba un poquito más dentro de su boca.

-          Mi niño, ¿Qué haces aquí?- dijo ella sorprendida

-          He venido a darte una sorpresa y estabas tan deliciosa que no me he podido estar

-          Umm así que estas travieso- dijo ella justo antes de que mi glande le llenara la boca

-          No sabes cuánto- dije yo estrujando sus tetas bien fuerte

Ella se movió y se colocó bocarriba ofreciéndome sus tetas sin reservas, las cuales se desparramaron rogándome que las chupara. Me arrodillé delante de ella y cogiendo una de sus tetas con las dos manos las estrujé bien fuerte metiéndome su duro y grande pezón en la boca. El tacto de aquellas maravillas me volvía loco, notaba su peso balancearse entre mis manos agitando su pezón en mi boca. Ella reía y gemía juguetona mientras con sus manos me acariciaba el pelo.

-          Mis tetas tienen muchas ganas de ti, quieren que juegues con ellas como tú quieras.- dijo ella de una forma muy tierna

Yo no contesté, sencillamente me puse de pie e hice que ella hiciera lo mismo, la rodee y desde atrás empecé a cogerle las tetas, las apretaba y se las subía para dejarlas caer y notar como botaban. Ella seguía acariciando mi pelo con los brazos hacia atrás mientras yo le besaba el cuello. Su duro y redondo culo se rozaba y apretaba contra mi polla poniéndome a mil.

Le dije que se sentara en el borde del sofá, sus tetas colgaban imperiales delante de mi polla que ya relucía en todo su esplendor. Me la cogí y golpee sus tetas como si fuera una porra, temblaban con cada golpe mientras yo notaba su calor y sus delicioso y blando tacto en mi capullo. Lo rocé con su pezón derecho haciendo que temblara toda la teta para luego hincarlo hacia dentro mientras con mi otra mano cogí por debajo su otra teta y las hacía chocar.

Ella a la que pudo me cogió el miembro y se metió el glande en la boca acariciándolo frenéticamente con su lengua. Suavemente le quité la mano de mi pene y le cogí cariñosamente por la nuca empujando suavemente mi polla cada vez más adentro de su boca. La imagen era brutal, yo de pie y ella sentada en el sofá cogiéndose sus tetazas con los brazos, mi grande polla deformando su preciosa boca cada vez que entraba en su garganta y sus ojos mirándome fijamente pidiéndome más sin dejar de gemir. Mis manos acariciaban su pelo y acompañaban mis embestidas. Sus gemidos se oían cada vez más atragantados y de vez en cuando necesitaba que se la sacara de la garganta para poder respirar y escupir las babas, yo aprovechaba aquello para frotar mi glande por su nariz respingona y por sus suaves mejillas. A la que se reponía ella misma volvía a abrir la boca ofreciéndomela para que se la hincara bien dentro cosa que yo hacía sin dudar cada vez más fuerte.

-          Lo siento me he entusiasmado- le dije aflojando la presión

-          Sigue mi niño sigue- me dijo ella cogiéndome de las nalgas y encastándose una vez más mi polla contra su garganta- me encanta atragantarme con tu polla.

Dicho eso perdí el control, le volví a coger fuerte por el pelo estirando para tras su linda cabeza y restregué todo lo largo de mi polla por la comisura de sus labios, por todas sus mejillas y por su preciosa nariz y volví a metérsela hasta bien el fondo haciendo que sus ojos lloraran ligeramente, se la saqué lentamente deformando su mejilla en el camino y una vez más volví a empujar su cabeza contra mi abdomen clavando mi durísima polla en su garganta, me estaba follando su boca literalmente, su saliva caía de su boca debido a mi penetración y lubricaba sus tetazas haciéndolas aún más apetecibles. Le cogí la cabeza con las dos manos y suave pero firmemente  empecé a bombear su boca contra mis huevos, mi polla salía y entraba de su garganta cada vez más rápido, ella me miraba con ojos de lujuria.

Pasados unos instantes sus tetas eran demasiado irresistibles, lentamente saque mi polla de su garganta recreándome en sus labios de cereza y agachándome un poco restregué mi glande con su pezón izquierdo el cual estaba ligeramente por debajo del derecho que se encontraba justo al lado, dos tetas grandiosamente perfectas, redondas y bien lubricadas se plantaban ante mi esperando a que me las follase.

Introduje mi durísima polla por debajo de su teta derecha y la hice botar aplastándola deliciosamente por el peso de aquella maravilla. Con una mano cogí su otro pecho colocándolo de forma que mi pene se restregara por debajo de la teta derecha y entrara en aquel canalillo inmenso desde abajo aplastándose contra la izquierda, con mi otra mano le metí dos dedos en aquella boquita que también me lo había hecho pasar, me los chupaba y lamía como había hecho antes con mi polla. Ella gemía cada vez que mi miembro acababa su recorrida embistiendo aquél enorme par de tetas produciendo un sonido duro y seco.

Para ser sincero me falta polla para tanto pecho, estaba disfrutando como nunca, sus tetas eran deliciosamente enormes y por más que las apretara entre ellas mi polla siempre conseguía hacerse un delicioso espacio en medio llevándome al éxtasis.

Me moví y me coloqué justo delante de ella que seguía apoyada en el respaldo de la silla con aquellas bendiciones colgando firmemente.

-          Como me lo estás haciendo pasar.- dije yo riéndome

-          Hoy te estás aprovechando un poquito de mi eh- me dijo guiñándome un ojo

-          ¿Te he dicho ya que tienes las tetas más grandes que me he follado jamás?- dije yo mientras cogía aquel par de monumentos colgantes y metía mi polla en medio.

Apreté sus tetas la una contra la otra aplanándolas con mi polla en medio, intentaba conseguir que mi capullo saliera por arriba pero era imposible, por el contrario salía a medio camino por la zona de los pezones que se aplastaban el uno contra el otro moviéndose al son de mi glande.

-          ¿Te gustan mis pezones mi niño, te gusta follártelos?- me preguntó con auténtica cara de deseo.

-          ¡Me gusta tanto que me voy a correr!- dije yo apurado

-         Quiero saborearte ni niño, lo quiero todo en mi boca- dijo ella abriendo sus labios y jugueteando con su lengua

Yo me incorporé un poco y le apoyé la punta de mi polla en su labio inferior mientras me pajeaba, con la otra mano le acariciaba la cabeza y de vez en cuando le metía mi pene en su garganta para volver a sacarlo y seguir pajeándome en su boca.

-          Me corro- conseguí decir yo notando mi semen subir por mi miembro

-          Dámelo papi, lléname la boca

Me corrí, mis chorros llenaban su boca y hacían que se estremeciera cada vez que mi semen entraba a borbotones hasta su garganta. Yo la tenía cogida por la nuca introduciendo todo mi glande en su boca mientras me masturbaba. Ella no paraba de gemir pidiéndome más intentando no tragarse todo mi zumo que ya le regalimaba por la comisura de sus labios.

Triunfante y con mi nardo colgando satisfecho me retiré hacia atrás admirando como ella dejaba caer toda mi corrida de su boca directamente sobre sus tetas y como se las untaba y magreaba después para dejársela bien cubiertas de mi semen que las hacía brillar como si fueran un tesoro.

-          Me has dejado bien llena eh, venías bien cargado- dijo ella sin dejar de masajear sus pechos

-          Paty podría pasar el resto de mi vida entre tus tetas, me acabo de correr y ya me estoy poniendo cachondo otra vez viendo tus tetas así- dije yo notando como mi pene volvía a crecer.

-          Ay mi niño me voy a la ducha que no quiero que se me seque toda tu leche, espérame en la cama y seguimos con la fiesta si?

-          Vale, no tardes eh- dije yo antes de tumbarme en la cama

-          Será un minuto- contestó ella entrando en el lavabo- pensé que hoy ya no vendrías por eso me quedé dormida hasta que me despertaste.

Se escuchó el agua de la ducha correr y no pude dejar de imaginarme sus tetas mojadas con mi semen aún chorreando encima de ellas.

-          En tu carta decías que podía venir cuando quisiera y en cuanto he salido de trabajar he venido para acá. Si no querías sorpresas no haberme mandado una llave de tu habitación. Te tengo muchas ganas Paty, ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que nos vimos. ¿Te queda mucho?- dije yo ansioso

-          Ay mi niño, en seguida termino me estoy enjabonando.- contestó ella

Yo no dije nada, me levanté y fui hasta la puerta del lavabo la cual abrí sigilosamente para echar un ojo. Paty estaba al otro lado de la habitación, su cuerpo estaba recubierto de espuma del jabón. Empezó a aclararse con la ducha levantando las manos. Sus tetas se balanceaban hipnóticamente chorreando agua y jabón. No pude contenerme y entré.

-          Pensaba que no entrarías nunca- me dijo ella sin ninguna sorpresa.

-          A veces soy un poco tonto- dije yo entrando en la amplia bañera.

-          Pues ven aquí tonto, quiero que me enjabones bien mis tetas y las dejes bien limpias para que luego te las puedas volver a follar bien.

Yo no contesté, simplemente cogí la botella de jabón líquido y solté un largo chorro que cubrió todo lo largo de su escote para luego esparcir delicadamente todo el jabón por cada centímetro de sus tetas.

La bañera era grande, tenía hidromasaje aunque estaba apagado, y en un lado había una zona para sentarse. Me acomodé allí e hice que Paty se colocara delante de mí con sus enormes y enjabonadas tetas colgando. Con una mano intenté coger toda su teta derecha pero era imposible, se desparramaba cada vez que subía la mano notando el peso de aquella maravilla colgando.  Con las dos manos le cogí la teta izquierda y empecé a masajaearla cada vez más fuerte. La cogía desde la base y la apretaba hacia arriba deformándola deliciosamente.

Al poco tiempo de sobar y frotar sus tetas con mis manos ya habían cogido color y se sentían bien calientes. Las balanceaba de un lado para el otro para luego hacerlas chocar entre ellas. Paty seguía inclinada hacia mí en una postura en la que sus pechos colgaban hacia abajo. Yo seguía sentado cada vez más cómodo y más empalmado. Aquellas maravillas se movían cada vez más cerca de mi polla que ya las amenazaba cada vez más dura. Ella sola fue creciendo hasta apoyarse en las tetas de Paty que se movían a mi antojo. Las abrí ligeramente dejando que entrara en medio de aquellas masas de carne y empecé a zarandearlas de un lado para otro y hacerlas botar de arriba abajo. El jabón lubricaba el avance de mi polla que recibía deliciosos golpes de las tetas de Paty. Con la mano izquierda me las apañé para cogerle y juntarle las dos tetas desde atrás y con la mano derecha me cogí el pene para empezar a golpearle los pechos con él.

Mi mano izquierda las hacía moverse como gelatina mientras mi dura polla golpeaba su delicioso canalillo quedándose anclado en ciertas ocasiones. Sus pezones duros se restregaban contra mi abdomen llamando mi atención. Puse mi glande en su juguetón pezón derecho y dejé que cayera el peso de su teta encima hundiéndose en aquella deliciosa maravilla. Notaba el balanceo pesado poniendo a prueba la dureza de mi erección.

Me estaba volviendo loco, estaba obsesionado con aquel par de tetas. Sentía una necesidad de lamerlas, estrujarlas, chuparlas y ahogarme con ellas. Con la ducha le aclaré el pecho y tiré de sus tetas hacia arriba haciendo que me las pusiera al alcance de mi cara. Colgaban alrededor de mi cara restregándose en ella y golpeándome deliciosamente la cabeza. Con las dos manos le cogí su teta derecha y me puse su duro pezón en la boca. Era demasiado grande para mí. Ella golpeaba mi cara con su otra teta haciendo que me volviera loco.

-          Quiero volver a saborearte mi niño, quiero que me des polla- dijo ella de golpe mirándome extasiada. Me aclaró los restos de jabón de mi pene y lo engulló ferozmente.

Yo simplemente disfrutaba del momento, sentado bien cómodo en una cálida bañera con un mujerón diciéndome literalmente que le dé polla. A veces la vida puede ser maravillosa.

Ella tenía mi pene cogido por la base mientras su garganta ganaba cada vez más terreno. Era delicioso ver como intentaba llegar a tragársela entera aunque eso hiciera que se atragantara. Sus ojos me miraban fijamente sin apartar la mirada ni un segundo, ni siquiera cuando sus labios ya estaban a escasos centímetros de mi abdomen. Los entrecerraba sin dejar de mirarme hasta que ya no podía más y se la sacaba de su boca entre chorros de saliva.

-          Creía que habías dicho que querías que te diera polla y aquí te la estás dando tu misma- dije yo quitándole mi pene de sus manos.

-          Pues dámela Papi, quiero que me des de mamar.- dijo ella esparciéndose todas sus babas por los labios y mejillas.

Suavemente le cogí por su cabeza e introduje mi erecto pene cada vez más adentro de su boca hasta que empecé a notar la resistencia de su garganta en mi capullo, aguanté un poco así para empezar a jugar moviendo mi polla para que hiciera un ruido que me ponía a mil

-           ¿Te gusta así?- dije yo sabiendo que no me podía contestar

Ella lo hizo cogiéndome el culo con una mano (la otra estaba en su coñito) e incrustándose aún más mi verga bien adentro de su boca. Ahora ya me miraba fijamente totalmente fuera de sí con los ojos llorosos y sin dejar de gemir extasiada. Casi había conseguido comérsela entera pero noté que se iba a volver a atragantar así que la saqué lentamente embadurnada en su saliva. Al llegar a sus labios le esparcí todas sus babas por ellos y por su nariz y mejillas. Tenía una cara muy suave y me volvía loco como se movían su nariz y mejillas con el paso de mi glande. Le puse la cabeza en mis huevos mientras restregaba mi polla por toda su cara. Ella obedeció y empezó a lamer y chupar mis testículos mientras yo aprisionaba mi polla entre mi mano y su cara bombeando lentamente.

Paty no había dejado de gemir ni un segundo, y de masturbarse menos. Yo creo que había tenido algún orgasmo ya pero eso no le hacía parar, se limitó a gemir y comerse mis huevos sin dejar de masturbarse como una loca. Me separé ligeramente y balanceándome de lado a lado empecé a golpear suavemente su cara con mi pene, ella gemía con cada golpe intentando metérsela en la boca de una forma muy inocente. Le cogí la cabeza con mis manos y aplastando mi polla contra sus labios y nariz empecé a bombear lenta pero intensamente, mi glande pasaba por sus labios llenos de sus babas que no paraba de escupir para acabar deformando su nariz que se frotaba con mi frenillo. Era realmente placentero y a juzgar por sus chillidos a ella también le estaba encantando.

En uno de los refrotes ella abrió ligeramente la boca y mi polla se coló dentro bien profundo, la cogí con las dos manos por la cabeza y bombeé lenta y profundamente notando cada centímetro de su garganta en mi glande, sus ojos entrecerrados y llorosos me miraban extasiados pidiéndome más y no le iba a defraudar. Aceleré el ritmo follándome su garganta como si fuera un coño, cuando notaba que se atragantaba demasiado la sacaba para que respirara mientras le restregaba sus propias babas por toda su cara, ella no me había soltado el culo y empujaba con fuerza para que se la metiera más y más dentro. Tenía que intentar metérsela entera, sabía que era difícil pero necesitaba intentarlo. Le hice una coleta con mi mano izquierda tirando ligeramente hacia abajo para que abriera bien la boca mientras que con mi mano derecha cogía mi pene y se lo introducía bien adentro, al notar el final de su garganta seguí empujando suave pero sin pausa, solo se oían sus gemidos atragantados y un chasqueo húmedo provocado por su propia masturbación. Poco a poco mi polla ganaba terreno hasta conseguir que su boca la engullera completamente. Notaba sus labios en la base de mi pene y su nariz en mi abdomen, su garganta se movía cada vez más así que la saqué para que no se atragantara. Yo estaba totalmente excitado y sabía que me iba a volver a correr en breves, evidentemente lo iba a hacer en su preciosa cara pero antes sentía la necesidad de volver a sentir sus tetas alrededor de su polla.

-          Mi polla echa mucho de menos a tus tetas- dije yo sin dar más explicaciones.

No me dijo nada, se levantó y se apoyó boca arriba sobre el otro asiento de la bañera arriba apoyando su cabeza en el respaldo acolchado. Era una postura perfecta ya que yo me podía poner encima de una forma muy cómoda.

-          Mis tetas echan de menos a tu dura verga- dijo ella mirándome con esa mirada que tan loco me ponía.

Me abalancé sin dudarlo y subiéndome encima de ella metí mi polla en medio de aquellas tetazas aplastándolas contra su cara, la punta de mi nabo estaba a la altura de su boca y rozaba con sus labios cada vez que yo empujaba mi polla contra sus tetas. Ella levantó sus brazos y los apoyó por detrás de su cabeza. Yo cogía sus tetas con mis manos moviéndolas a mi voluntad y apretándolas bien fuerte la una contra la otra aguantando la fuerza de mis propias embestidas. Estaba cerca de correrme, solté un poco sus tetas haciendo que aflojara la presión contra mi polla que de repente emergió de entre aquellas masas moviéndose al vaivén de mis manos, ella sacó la lengua y como intuyendo lo que estaba a punto de decirle me dijo

-          Córrete donde quiera mi amor- me guiñó el ojo y empezó a gemir pícaramente.

Yo me volví loco y sin sacar mi polla de su canalillo (donde mejor iba a estar) continué bombeando haciendo que mi glande se restregara en su nariz.

Dejé de bombear y hice temblar sus tetas de lado a lado.

Noté el semen recorrer mi glande.

El primer chorro cubrió su nariz y su mejilla izquierda, el segundo le cayó en su ojo derecho y colgó de su oreja, el resto lo desparramé por sus labios mientras ella lamía lo que salía de mi capullo.

-          Oh Paty solo tú eres capaz de dejarme tan seco sin ni siquiera tocarte el coño.- dije yo extasiado

-          Me encanta como eres capaz de satisfacerte sin follar, ya sabes que mi coñito está reservado para mi marido pero el resto de mi cuerpo es tuyo para que lo utilices como quieras

-          ¿Ah sí? Pues si te parece volvemos a la ducha que creo que aún no hemos terminado.- dije yo aún encima de ella limpiando los restos de semen de mi polla en sus gelatinosas tetas.