miprimita.com

A Paty le gusta darme placer en público

en Hetero: General

* ¿Ah sí? Pues si te parece volvemos a la ducha que creo que aún no hemos terminado.- dije yo aún encima de ella limpiando los restos de semen de mi polla en sus gelatinosas tetas.

* Yo sí que voy a la ducha que me has dejado perdida, pero tu deberías marcharte ya que se ha hecho muy tarde y mañana tienes obligaciones- dijo ella saliendo del jacuzzi e internándose en la ducha- además está a punto de llamarme mi marido y no querría que estuvieras aquí para entonces mi niño.

Yo me puse el albornoz y sequé mi cuerpo para poder vestirme de nuevo.

* ¿Cuando vuelves a Méjico?- dije yo con cierta melancolía- yo mañana trabajo en el turno de mañana hasta el mediodía y luego ya tengo dos días de fiesta seguidos.

* Tranquilo que nos volveremos a ver antes de mi partida, si te parece ya me pondré en contacto contigo, me pone muy cachonda pensar que estas esperando a que te llame para poder utilizarme a tu antojo.- dijo ella a través del sonido de la ducha abierta.

* ¡Como me conoces!- dije yo como despedida antes de salir de la habitación y dirigirme hacia mi casa.

Eran ya las 2 de la madrugada y al día siguiente entraba a trabajar a las 8 en un hotel cercano a mi casa. Era un 5 estrellas gran lujo y yo era el encargado de sala por lo que mi trabajo era más burocrático y organizativo que no físico. Disponía de mi propio despacho al lado del almacén donde miles de papeles se acumulaban esperando mi atención, así que sin más llegué a casa y me dispuse a dormir como un bebé satisfecho después del atracón que me acababa de dar.

El despertador sonó cruelmente puntual y pese al sueño acumulado conseguí llegar a tiempo. Y como un robot me puse a actualizar todo el papeleo acumulado. Pasado unas horas la voz de mi ayudante me sacó de la monotonía de los horarios de trabajo y pedidos a proveedores.

* Javi una señora pregunta por ti en la barra de la terraza

* ¿Te ha dicho quién es?- la verdad es que no esperaba ninguna visita- si es un proveedor no puedo atenderle ahora, para eso decreté unos horarios.

* Dice que es personal, que es una vieja amiga y que te dijera que ya no tienes que esperar más… me ha dicho que tú lo entenderías.

Yo miré el reloj y vi que el tiempo había pasado más rápido de lo que me parecía, eran ya las 12 del mediodía y tenía una inesperada visita que suponía tenía las tetas muy grandes.

* Bien, dile que pase-

* ¿Aquí dentro?- dijo mi ayudante un tanto sorprendido

* Si no hay problema, es una vieja amiga de mi familia, es de total confianza- dije yo intentando parecer muy tranquilo- y tenemos que tratar un asunto un tanto delicado.

* Como quieras, yo te cubro- dijo mi ayudante antes de darse la vuelta y volver hacia la barra.

Me apresuré a recoger todo lo que pude el despacho sin saber bien lo que iba a pasar. Empecé a analizar aquel despacho y su privacidad porque solo de imaginar que Paty estaba a punto de llegar con esas tetas tan perfectas hacía que solo pensara en cómo hacer para poder disfrutar un poco de ellas. Era un despacho pequeño con un escritorio adornado con un antiguo pc rodeado de papeles, una pequeña silla de oficina y un fichero antiguo al fondo. El escritorio estaba justo debajo de una ventana que daba

al pasillo que comunicaba el almacén con el resto de restaurante. La ventaja era que vería llegar a cualquier persona que se acercara con el tiempo necesario.

Mientras andaba inmerso en esos pensamientos escuché como la puerta del final del pasillo se abría y aparecía Paty acompañada de mi ayudante. Vestía el vestido azul claro de flores que llevaba el día que la conocí y que le resaltaba aquellas poderosas tetas haciéndolas apretarse la una con la otra de arriba debajo de aquel precioso escote encerrado por una heroica cremallera. Levaba esu pelo negro recogido en dos preciosas trenzas. Al llegar a mi me guiñó un ojo mientras se acercaba a darme dos besos para mantener nuestra coartada.

* Hola Javi, ¿Cómo estás? Cuanto tiempo sin verte- dijo ella actuando realmente bien.

* Hola Paty! La verdad es que si, ya no recuerdo la última vez que nos vimos.- contesté yo siguiéndole el juego.

* Hace demasiado ya… lástima que nos tengamos que ver para esto.- dijo ella improvisando de nuevo.

* Eh… sí que le vamos a hacer- dije yo un tanto descolocado- David, ¿Te importaría dejarnos solos un momento?

* Por supuesto, no os molestará nadie- contestó mi ayudante justo antes de marcharse.

David se giró unos pasos más adelante y tras asegurarse que Paty no lo veía me hizo un gesto con sus manos dándome a entender que había flipado con sus tetas. Y es que eran un auténtico espectáculo. Caían majestuosamente encarceladas en aquel vestido que las mantenía bien juntas y firmes, si te fijabas bien se podían intuir sus pezones a través de la tela.

* No me has hecho esperar demasiado eh- dije yo al ver que ya estábamos solos- ¿Será que me echas de menos?

* Será que tu a mi no,- dijo ella sonriendo- no has dejado de mirarme las tetas desde que he llegado.

* ¡Cómo no hacerlo! Ese vestido te sienta de miedo, sobre todo cuando no llevas sujetador- dije mirándola fijamente

* ¿Te has fijado? No sabía si te ibas a dar cuenta.

* Se podría decir que sé de lo que hablo- dije yo acercándome a ella.

Mi mano derecha fue directamente a sus tetas mientras que con la izquierda le acaricié su mejilla al tiempo que la besaba apasionadamente. Ella no se esperaba mi ataque pero lo recibió con gusto buscando rápidamente mi pantalón con sus manos.

La tenía cogida por su preciosa cara besando aquellos gordos labios que me pedían más y más, mi otra mano magreaba sus tetas a través del vestido que estaba demostrando ser muy elástico. Notaba el peso de aquellas maravillas moviéndose de un lado a otro al vaivén de mi mano. Paty ya había encontrado mi creciente polla a través de mis pantalones y tras liberarla la empezó a masajear con sus dos manos.

De repente un ruido al final del pasillo nos asustó, no había nadie pero nos hizo darnos cuenta que estábamos muy expuestos si nos quedábamos de pie.

* Siéntate en la silla mi niño que aún no he desayunado- dijo ella cogiendo el cojín de la silla y colocándolo justo delante en el suelo.

Yo me senté encantado mientras ella se arrodillaba encima del cojín de forma que si alguien entrara por la puerta al final del pasillo ella quedara totalmente oculta. Lo fácil habría sido meternos en el almacén pero está plagado de cámaras y no quería tener que dar explicaciones a mi jefe.

Mi polla ya estaba libre de ataduras y se endurecía por momentos respondiendo a las caricias de las suaves manos de Paty que juntaba sus tetas con los brazos apretándolas de forma que apretaba el vestido hasta el punto de hacer que la cremallera se bajara ligeramente.

* ¿Te han comido la polla alguna vez en tu trabajo?- dijo ella justo antes de metérsela en la boca.

Con sus manos me masajeaba los testículos mientras su garganta empezaba a tragar cada vez más centímetros de mi pene.

* No, es la primera vez. ¡Y no está nada mal!- dije yo riendo.

Ella no dejaba de subir y bajar lentamente tragando y escupiendo mi polla que ya lucía en todo su esplendor. Sus manos seguían masajeando mis huevos mientras las mías acariciaban su pelo y su suave cara. Poco a poco hacía un poco mas de fuerza para que sus engullidas fueran más profundas.

Ella obedecía embadurnando cada vez más mi pene con sus babas. De tanto en cuanto se la sacaba de la boca para recorrerla de arriba abajo con sus labios restregándosela por las mejillas. Yo la tenía cogida con las dos manos por su pelo y la guiaba en sus acometidas. Paty se dejaba llevar gimiendo mientras acariciaba mi barriga por debajo de mi camiseta.

En una de sus intentonas consiguió engullirla entera y al darse cuenta intentó aguantar unos segundos antes de tener que sacarla.

* Oh Paty hoy tienes ganas de juerga eh

* ¿Cuándo no?- dijo ella recibiendo unos golpecitos de mi polla en sus labios.

De golpe volvimos a escuchar un ruido al final del pasillo. Los dos nos quedamos quietos y en silencio en estado de alerta. Se escucharon unos pasos acercarse y de repente la puerta se abrió. Era David que se quedó en la puerta.

* Javi yo me marcho ya ¿vale? Ya lo he dejado todo listo.- dijo mi ayudante desde la distancia.

Paty no se había movido ni un centímetro y no había soltado mi polla.

* Vale David nos vemos mañana- contesté yo justo antes de notar que Paty se había metido otra vez mi pene en la boca.

Me estremecí un segundo pero tenía a mi ayudante mirando y tenía que mantener la compostura.

* ¿Ya se ha marchado tu visita?- contestó el abriendo más la puerta y acercándose lentamente.

* Ehh.. si se ha ido hace un rato por la puerta de mercancías.- dije yo dudando

Paty no paraba de chupar y lamer mi polla poniéndome a mí en apuros. Parecía disfrutar del morbo de la situación.

* Pues ahora que no me oye, ¡vaya par de tetas tiene!- dijo David ya a la mitad del pasillo.

* Ya te digo David, su marido tiene suerte- contesté yo mientras pensaba “si tú supieras”.

Paty reaccionó a mi comentario tragándose mi polla entera. Mis manos fueron instintivamente a su cabeza.

* ¿Estás bien Javi?- preguntó sorprendido por mi espasmo.

* Si no es nada, no me ha sentado bien el desayuno.- contesté yo rápidamente.

* Bueno mejórate jefe, disfruta de tus días libres.

* Gracias David- contesté yo notando como Paty se sacaba mi pene de la boca- dile a los chicos que no me molesten.

* ¡Claro Javi, cuídate!- dijo mientras deshacía sus pasos y desaparecía por fin por la puerta.

* Ya veo que tenías hambre eh, no has podido esperar ni a que atienda mis obligaciones- dije yo a Paty recogiéndole el flequillo

* No seas gruñón mi niño, ¿no te gustan mis tetas?

* Si algún día te respondo que no puedes matarme, y ese vestido es especial porque lo llevabas el día que nos conocimos.

* Así es, aquel día te follaste mis tetas bien duro- dijo ella bajándose un poco la cremallera.

Su vestido las mantenía juntas y cuanto más se bajaba la cremallera más se dejaba ver ese canalillo perfecto.

* ¿Quieres follártelas ahora mi niño? Son todas tuyas lléname el cuello con tu leche.- dijo ella incorporándose un poco y acercando aquellas maravillas a mi polla.

* ¿Quieres notar mi caliente semen por tus tetas? – dije yo hundiéndo mi pene en medio de sus tetazas y haciéndolo desaparecer.

Ella no se había quitado el vestido el cual mantenía apretadas sus tetas para mí, la cremallera estaba lo suficientemente baja para no molestar. Poco a poco empezó a subir y bajar haciéndome una cubana marca de la casa. Sus brazos descansaban alrededor de mis piernas mientras mis manos acariciaban sus mejillas y se introducían en su boca. Estaba extremadamente cachondo y Paty, como siempre, me iba a hacer correrme de forma abundante. Ella pareció notarlo y se cogió los pechos apretándolos aún más contra mi pene el cual apenas aparecía tímidamente por encima. Ella se amorró a lamer lo poco que aparecía de mi glande. Aquello me volvió loco, la cogí por los tirantes del vestido haciendo apretando aún mas aquel escote. Ella no dejaba de moverse salvajemente de arriba abajo llevándome al éxtasis mientras re chupeteaba todo lo que podía.

* Oh Paty ya viene- dije yo apurado

* ¡Siii córrete mi niño, quiero tu leche en mis tetas!- dijo ella mirándome fijamente con ojos de lujuria y sin dejar de restregar de arriba abajo mi polla contra sus tetas.

Noté que me corría, apreté sus tetas para abajo para que mi glande apareciera por encima y los chorros de semen no se hicieron esperar. Le llené su cuello y sus tetas con mi espesa leche la cual resbalaba hacia abajo.

* Ohhh siii mira como me has puesto, mis tetas están cubiertas de tu caliente corrida.- dijo ella bombeando lentamente de arriba abajo restregando mi semen por sus pechos.

* Es el mejor homenaje que se me ocurre para ellas- dije yo espatarrándome feliz en la silla.

* Bueno y a todo esto, ¿a qué hora sales de trabajar?- dijo ella subiéndose hasta arriba la cremallera y limpiándose los restos de mi semen de su cuello.

* Se supone que a las 13:00h pero no se qué hora es.

* Pues la hora de irnos- dijo ella enigmática

* Ah…- contesté yo- ¿y a donde vamos?

* ¿Te gusta la playa?

* Si y contigo en bikini seguro que me gusta mucho más

* Pues he reservado esta noche un apartamento en el Delta del Ebro, así que tenemos un día y medio para que me hagas las guarradas que se te ocurran.

* Oh Paty creo que nunca me habían dicho algo tan bonito.

Recogí rápidamente y salimos de mi trabajo dirección a mi casa donde me hice una improvisada maleta y cogimos mi coche dirección a la playa del Delta del Ebro. Era un viaje largo, de unas dos horas en el cual hablamos un poco de todo. De que le parecía Cataluña, de cómo vivía ella en Méjico, de mi familia, de la suya, de su marido y poco a poco fuimos acercándonos cada vez más a nuestro destino mientras la conversación se hacía a cada segundo más picante.

* Siempre me he preguntado algo Paty- dije yo aprovechando el momento de intimidad.- ¿No se por que te fijaste en mi? Es decir, era un niñato nervioso y obsesionado con tus tetas sin siquiera conocerte.

* Umm mi niño, me pareciste muy atractivo desde el primer momento, pero lo que me hizo decidirme fue ver precisamente esa obsesión que tenías por mis tetas. Saber que un chico joven como tu las desea tanto me vuelve loca, siento la necesidad de darte placer y que te corras por y para ellas.

* Eres un ángel, realmente he tenido suerte entonces. Lo que si te tengo que decir es que tengo una espina clavada.

* ¿Qué pasó mi amor? Dijo ella un tanto descolocada

* No es que tenga ninguna queja de nuestra relación eh pero me preocupa que tras follar en nuestro segundo encuentro no me hayas dejado volver a hacerlo más. ¿No te gustó como lo hice?- dije yo un tanto confundido.

* No mi niño, nada de eso. Ya te dije que no me siento cómoda con eso, pero no porque no me guste ni mucho menos, es solo que me siento demasiado culpable por mi marido. Ya sé que te la chupo y te dejo hacerme las guarradas que quieras pero no sé, soy así.- dijo ella encogiéndose de hombros.

* Bueno Paty sin problema entonces, no seré yo el que se queje por eso.

* Me estoy poniendo un poco cachonda hablando de estos temas Javi- dijo ella alargando su mano encima de paquete- y la verdad es que me está entrando hambre de nuevo.

Recorrió sus labios con su lengua sin dejar de manosearme el pene por encima del pantalón.

* Ya veo, la verdad es que te entra ese “hambre” en momentos un poco delicados eh- contesté yo intuyendo por donde iban los tiros.

* Si reconozco que soy un poco caprichosa en algunos momentos- dijo ella quitándose el cinturón y girándose hacia mí.

Yo me encontraba conduciendo por el carril derecho de la autopista con la mano de Paty buscando mi pene dentro de mis pantalones con la intención de metérselo en la boca al encontrarlo. Y lo hizo bien rápido, en cuestión de segundos ya asomaba entre la cremallera de mis pantalones mientras era suavemente manoseado por Paty la cual se lanzó vorazmente a engullirlo.

Noté como me hacía grande dentro de su boca, el tacto suave, húmedo y cálido de su lengua me recorría apasionadamente mi glande haciendo que ganara tamaño por momentos. A mi lado, el resto de coches me adelantaban ajenos a la mamada que se estaba produciendo en el interior del mío. Era jodidamente morbosa aquella situación.

* ¿Sabes que tampoco me la habían chupado nunca conduciendo?- dije yo

* Ay mi niño, hoy está siendo tu primera vez en varias cosas eh- dijo Paty recordando el favor que me había hecho hacía unas horas en mi despacho.

Al poco rato mi polla ya estaba totalmente dispuesta, ella no dejaba de intentar comérsela entera como tantas otras veces, pero la postura no era la adecuada y se le notaba que no estaba cómoda así que se medió tumbó de lado apoyando su cabeza en mi barriga para tener mejor ángulo. Mientras yo le acariciaba su pelo azabache apartándolo de sus ojos y boca.

Aquella pose era bastante cómoda ya que la ocultaba del resto de coches y me daba acceso total a sus tetas que se desparramaban por debajo de mi brazo derecho. Coloqué el control de velocidad en 100km/h para poder soltar el pedal y mi mano derecha pasó del pomo a sus tetas. Me tenía que obligar a mirar hacia delante ya que el espectáculo que tenía justo debajo era demasiado tentador, ella no paraba de decir “sí” con la cabeza introduciéndose mi pene cada vez más dentro mientras yo jugaba con sus deliciosas masas de carne que Paty tenía por tetas. Le bajé la cremallera del escote hasta abajo del todo (casi en su barriga) liberándolas de su prisión, y empecé a meter mi mano en medio intentando imaginar lo que siente mi pene cuando está allí.

La piel suave y cálida junto con el pesado tacto de gelatina de sus pechos aplastaba mi mano de una forma que me ponía demasiado cachondo, tanto que necesitaba prestarles toda mi atención y estaba claro que conduciendo era peligroso. Busqué alguna señal con la próxima salida de la autopista para poder buscar un lugar discreto y acabar lo que Paty había empezado. Un cartel con el milagroso texto “ESTACIÓN DE SERVICIO EN 1,5KM” apareció de la nada otorgándome un objetivo.

* Paty en nada pararé para que podamos estar más cómodos- dije yo mirándola con ojos de puro vicio.

* ¿Ya añoras meterme la polla en mi escote?- dijo ella volviendo a su labor de hacer que me volviera loco con su boca. Parecía que estuviera chupando un chupete grande y apepinado.

* Que le voy a hacer, soy débil.- contesté yo encogiéndome de hombros.

Ella no contestó más alla del sonido de su boca rechupeteando mi glande justo antes de volver a tragárselo. Y así llegamos a la estación de servicio, era la hora de comer y estaba bastante concurrida y puesto que Paty no daba la sensación de tener ninguna intención de dejar de hacer lo que estaba haciendo, y yo menos, aparqué el coche lo más alejado posible del resto de coches justo al principio del parking. Los coches que entraban a la estación de servicio lo hacían demasiado rápido para fijarse en nosotros y no teníamos ningún “vecino” que nos pudiera importunar. Había llegado el momento de la acción.

* ¿Por qué has parado el coche, ya te quieres correr? ¿Me quieres dejar llena de tu lechecita otra vez?- dijo ella al sacarse mi miembro de la boca.

Estaba totalmente empapado con su saliva y resbalaba deliciosamente entre sus manos que lo recorrían de arriba abajo. Ella me miraba desde abajo con sus labios brillantes unidos a mi glande por un hilo de baba, su masaje iba cada vez más rápido y la verdad es que lo estaba gozando mucho. Justo vi que se acercaba un coche peligrosamente lento desde atrás y tal como estábamos nos iban a pillar de pleno así que le empuje suave pero firme por la cabeza hacia abajo para que se escondiera.

* Uhm! – dijo ella justo antes de abrir la boca y volver a engullir mi pene malentendiendo deliciosamente mi gesto.

* Es que pasa un coche y nos iba a pillar- dije yo justificándome mientras veía pasar el coche por nuestro lado.

Ella no contestó, simplemente empezó a clavarse mi dura verga en su garganta una y otra vez de forma cada vez más profunda. Sus tetas se aplastaban la una contra la otra derramándose por mis piernas alrededor de su cabeza, con mis manos las mantenía en esa posición deleitándome viendo como se movían con sus propias embestidas.

Me estaba volviendo loco, con mi mano derecha la cogí por la nuca manteniendo su posición fija para empezar a bombear con mis caderas hacia arriba. Mi polla entraba y salía salvajemente de su boca a lo que ella respondía con aquellos gemidos cómplices que tanto adoraba. Aquello me iba a hacer acabar pero no podía correrme sin volver a sentir sus tetas alrededor de mi polla. Junté sus tetas bien fuerte aplastando su cara en medio.

* ¿Quieres follarte mis tetas verdad, quieres llenarme con tu semen?- dijo ella mirándome pícaramente

* Póntela entre las tetas y ya verás si te lleno de mi leche- dije yo ayudándole a moverse.

Ella se incorporó de rodillas en su asiento forma que sus colgantes tetas golpeaban mi dura porra la cual ella mantenía heroicamente erguida aguantando los vaivenes de aquellas maravillas. Las cogí con mis manos y las aplasté contra mi pene haciéndolo desaparecer totalmente, noté sus pezones rozar contra mi abdomen totalmente duros.

Es increíble el placer que es capaz de darme esta mujer, estaba disfrutando tanto que tardé un rato en darme cuenta que en esa postura cualquiera podía vernos. Me sentía un tanto frustrado porque necesitaba darle más fuerte a aquellas maravillas y para eso necesitaba espacio. Mis ojos rápidamente escudriñaron los alrededores en busca de cobertura como un soldado en la guerra. De golpe me fijé que a unos metros del parking había una caseta de almacenaje de una granja que había justo al lado de la estación de servicio.

* Paty busquemos un poco de intimidad, necesito un poco más de espacio- dije yo subiéndome los pantalones y bajando del coche.

* ¿Dónde vas?- dijo Paty un tanto descolocada

* Ven conmigo, detrás de aquella casa no nos verá nadie.

Ella se subió la cremallera y me siguió. Al llegar le dimos la vuelta a la pequeña construcción para descubrir una puerta de garaje cerrada y un pequeño banco de piedra que hacía de asiento a una mesa de trabajo. Al otro lado de un campo de trigo se podía ver el tejado de una masía.

Yo me encontraba de pie delante suyo, ella estaba sentada y sus gloriosas tetas colgaban desafiantes debajo de mi polla que ya era libre para la batalla. Juntó sus brazos colocando sus manos entre sus piernas y abrió la boca cediéndome la iniciativa. No hay mejor lugar en el mundo donde meter tu pene creedme. Sus tetas, apretadas por sus brazos, reclamaban toda mi atención pidiéndome que las aporreara con mi porra para hacerlas temblar, sus lindos ojos y su lengua lamiendo sus preciosos labios, en cambio me pedían que la metiera en su boca. Era como un parque de atracciones del placer.

Puse mi mano en la parte alta de su frente aceptando la iniciativa y suavemente acaricié su pelo, mi otra mano guiaba mi glande hacia sus labios rozándolos y deformándolos sin llegar a meterla en su boca. Su piel era extremadamente suave, no tardé en acariciar cada vez más intensamente mi pene en sus mejillas, ella me miraba lascivamente sin dejar de lamer todo lo que se ponía a su alcance. Se fijó en mis testiculos y se dedicó a besarlos y lamerlos mientras mi polla ya jugaba con su perfecta nariz. Me encantaba mirar a sus enormes ojos que me miraban a través de mi pene el cual campaba a sus anchas por su preciosa cara.

Poco a poco metí mi pene dentro de su boca, sin prisa pero sin pausa. Ella no dejaba de mirarme a los ojos mientras se acostumbraba a la sensación de notar algo en su garganta. Fui avanzando lentamente hasta que ella no pudo más y me tocó dos veces en la pierna. La saqué inmediatamente totalmente empapada.

* Lo siento me vengo arriba- dije yo un poco avergonzado

* Está bien mi niño es solo que me atraganto-dijo ella escupiendo saliva hacia sus tetas

Sus babas resbalaban por sus portentosas tetas volviéndolas aún mas irresistibles, me centré en ellas magreándolas y untándolas con su saliva. Rápidamente estaban lubricadas y brillantes y se movían de un lado a otro al ritmo de mis manos. Las apretaba con las dos manos y las hacía botar notando el delicioso peso de aquellas maravillas. Me gustaba hacerlas chocar la una con la otra y ver como temblaban al hacerlo mientras ella mantenía sus brazos en alto dejándose sobar sin dejar de mirarme. Coloqué mi pene en medio de aquellos choques de masas notando los golpes de sus tetas. Se movía al vaivén de los choques como un barco en una tormenta.

Suavemente la empujé para que apoyara sus codos en la mesa de trabajo quedándome a la altura mas cómoda. Ella se juntó sus tetas para mi desde los lados haciendo que sus pezones quedaran alineados mientras temblaban levemente. Los golpeé con mi pene para que temblaran más, era una delicia hacerlas botar con el peso de aquellas maravillas poniendo a prueba la dureza de mi erección.

Había llegado el momento de follarme bien aquellas tetas, era una necesidad que me venía de dentro. Le aparté las manos dejando que se desparramaran justo antes de abrirlas y volver a juntarlas ya con mi polla en medio. Eran demasiado grandes para solo mis manos pero yo me ocupaba de apretarlas lo mas fuerte posible, el problema era que a la que notaba la resistencia de su suave piel en mi glande y el choque de sus mamas en mi abdomen me motivaba y aceleraba mis embestidas haciendo que sus tetas se desbocaran y se me escaparan de mis manos.

Suavemente le cogí sus manos y se las coloqué encima de sus tetas haciendo que las juntara con sus antebrazos, yo la mantenía cogida por sus brazos marcando el nivel de presión que quería, en ese momento era lo más apretado posible. Sus pezones parecían a punto de explotar deformándose al vaivén de mis embestidas que cada vez eran mas fuertes. Por fin sentía que me las estaba follando bien y estaba decidido a aprovecharlo. Ella gemía cada vez mas fuerte con cada golpe que mi pene daba a sus tetazas. El temblor de sus pezones era ya demasiado tentador como para no hacer nada, extendí mis pulgares hacia ellos masajeándolos primero y hundiéndolos después, aún así seguían temblando.

* Te gusta Paty? Te gusta que me folle tus tetas?- dije yo fuera de mi

* Oh si mi niño! Me encanta sentirte tan duro!- contestó ella sin dejar de mirarme pidiéndome mas.

Levanté sus tetas para acercarlas mas a su boca, mi glande empezaba a aparecer tímidamente por encima de su escote. Sus manos seguían en sus hombros manteniendo juntas sis tetazas mientras su lengua lamía lo poco que salía de mi pene. Mis manos seguían aprisionando mi polla en aquella carcel del placer. Estaba cerca de correrme, estaba preparado para llenarle sus urbes de mi leche. Noté como el primer chorro era inminente, per lo noté demasiado tarde y al cogérmela fue casi todo a su boca y su nariz, el segundo lo apunté hacia mi objetivo y vacié mis huevos chorro tras chorro en aquellas colgantes maravillas llenándolas de semen por todas partes. Ella las movía de un lado al otro sin dejar de gemir mientras me pedía mas leche. Yo me pajeaba para tirarle hasta la última gota. Era hipnótico ver como se las masajeaba sacándoles brillo con mi semen. Posé mi colgante nardo sobre aquel masaje mientras me deleitaba de la mirada lasciva de Paty intensificada por el chorro que aún le cubría la nariz.

Fuimos hasta el coche y proseguimos nuestro camino hacia la playa, ella se durmió justo despues de limpiarse la cara. Le pregunté si no quería lavarse también mi corrrida de sus pechos que ya empezaba a secarse pero ella prefirió no hacerlo, dijo que lo llevaría como medalla.

No dejé de mirarle las tetas en todo el viaje, era muy excitante ver las marcas de mi semen en ellas. Paty dormía satisfecha, sus tetas botaban ligeramente con cada irregularidad de la carretera y yo no pude evitar sonreir al pensar que aquello no había hecho mas que empezar.