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Un Loko_uruguayo

en Autosatisfacción

Hola. Mi nombre no es Dolores, pero todos me llaman Lola. Mi apodo surgió cuando una compañera del jardín de infantes no podía pronunciar "la gorda" como me llamaban mis padres y sólo pudo pronunciar "la Lola". 
 
He visitado la págida de todorelatos desde que tengo 17 años (ahora mismo estoy por cumplir 32) y siempre quise escribir algo pero nunca encontraba el momento para hacerlo o sentía que no sería interesante. Sin embargo, decidí empezar a publicar, primero porque me gusta escribir; segundo, porque lo veo como una forma de liberar a mi mente de tantas cosas que quisiera contarle a una persona, como por ejemplo a mi mejor amiga, pero que, por su alto contenido sexual me resulta imposible hacerlo (la vergüenza ante todo); tercero y último, hace 2 semanas (y después de casi un año en zozobra) finalmente, mis doctores me confirmaron que tengo cáncer, y como no sé cuánto tiempo mismo voy a seguir viviendo quiero dejar "mis memorias" y creatividad plasmados acá. 
 
Por ahora mis relatos serán experiencias reales aunque en algunos, he agregado y agregaré contenido ficticio. 
 
Espero que logre entretenerlos!
 
 
*****
 
Un "Loko_uruguayo" (1)
2004. Lola, 17 años.
 
Iniciaba el 3er semestre en la Facultad de Comunicación de la Universidad del Estado con el objetivo de convertirme en editora de textos. Mi amor por las letras y el lenguaje me llevó a reverlarme contra mi papá y dejar de lado a una carrera universitaria en Comercio Internacional en uno de los centros más prestigiosos del país (de más está decir la cantidad de dinero que mi padre desembolsaba mensualmente en mis estudios). Claro, el revelarme tuvo consecuencias negativas para mi ocio: mi mesada disminuyó, los viajes desaparecieron y le tuve que decir adiós a mi celular Motorola V3. Pero no me importaba; gracias a eso le dediqué todo mi tiempo a mis libros ¡cómo me encataba leer! Eso me ayudó también a ser la mejor alumna cada semestre y ganarme el aprecio y respeto de los profesores. 
 
Nunca fui una persona amiguera y mucho menos popular; además, ese nunca fue mi interés pues tenía problemas para desenvolverme en público y tampoco me iba bien socializando. A pesar de eso, hice amistad con Mariana y Camilo, dos seres con personalidades completamente opuestas a la mía. Mariana era risueña, popular, vestía de forma muy femenina y algo sensual, nada tímida aunque algo hueca. Su objetivo al estudiar Comunicación era salir en TV conduciendo un programa-concurso. A pesar de eso, demostró tener un buen corazón y me ayudó mucho a ser un poco más abierta con el resto de mis compañeros. Camilo, por su parte, era extrovertido pero muy analítico. Siempre sabía cuándo era el momento oportuno para realizar cualquier cosa. Al final, los 3 terminamos siendo, sin proponérnoslo, las 3 personas más conocidas de la facultad: yo por mis calificaciones sobresalientes; Mariana por su físico y carisma; y Camilo por su sagacidad para persuadir a los profesores por el bienestar de todo el curso.
 
Mi personalidad un poco retraída y mi desmedido deseo por se la mejor de mi facultad hizo que dejara de lado siquiera pensar en salir con alguien. Mis amigos me empujaban a salir con chicos de la universidad, algo a lo que siempre me negué por una mala experiencia que había tenido meses atrás. Salí con alguien a quien llamaban "Pecas": lo quise, me quiso, hacía que me mojara, mis inicios en la masturbación fueron por él pero nunca se lo dije, mis notas bajaron, creo que sí me enamoré, etc. pero me engañó con una alumna de otra carrera (aunque después me enteré que no fue así) y toda la facultad se enteró. Nadie se burlaba pero sí sentían pena de mí y eso me molestaba aún más, por lo que solía encerrarme en el centro de computo donde teníamos libre acceso a internet. Fue allí que, entre las tantas cosas que leía, encontré un website donde sólo se publicaban relatos eróticos y, ya que para este tiempo mi padre me había devuelto el cel y por mis buenas calificaciones decidió darme como premio un plan celular que permitía que tuviera internet ilimitado en el aparatito, todas las noches leía relatos eróticos y aprendía a conocer mi cuerpo un poco más, autosatisfacerme, llegar al orgasmo por primera vez (sin saber que lo que estaba sintiendo era uno) y conocer que el sexo era mucho más que penetrar y acabar. Allí descubrí que para mí el sexo sería amar, relajarse, sentir y compartir el placer pleno.    
 
Un día Mariana y yo fuimos al centro de computo y estaba lleno, por lo que tuvimos que usar una misma PC. Mariana entonces me dijo que antes de hacer nuestras tareas quería revisar algo:
 
  - Mira Lola, tengo un perfil en una página donde puedes hacer amigos de cualquier parte del mundo - me dijo Mariana con mucha ilusión.
 
  - Ya! Pero son personas a las que no conoces realmente... crees que eso es seguro? - Le contesté preocupada.
 
  - Ay, Dolores. No empieces... además qué tiene de malo. Que converse con ellos o que intercambiemos fotos no tiene nada de peligroso. Es más, te dejo que busques de entre mis contactos a alguien para que chatees, mientras yo voy al baño. 
 
Y Mariana se levantó y se fue, dejándome frente a algo que yo desconocía por completo.
 
  - Hi5... ok. Vamos a ver de entre toda esta bola de vagos qué encuentro - me decía a mí misma. 
 
Entre toda la irresponsabilidad de Mariana de poner información personal verídica de ella, me di cuenta que no había puesto una foto de perfil, lo cual me pareció acertado. Empecé a buscar entre sus contactos: había personas de Chile, México, España... hasta de Rusia!!! Gente que hablaba y entendía otros idiomas y con las que Mariana quizás nunca podría pasar del saludo. Yo sólo seguía viendo y me burlaba de su ingenuidad hasta que llegué al perfil de un joven apuesto, de nacionalidad uruguaya llamado Sebastián. Revisé sus fotos y aparentemente sí era la persona que describía ser. Seguí viendo y mientras más lo hacía él más me atraía. Miraba una fotografía de su rostro tratando de memorizar todos sus ragos. Era de piel blanca, cabello oscuro, pestañas castañas, tenía un pequeño rastro de barba que lo hacían aún más guapo (para mí, claro). Yo solo miraba como tonta al monitor y estaba atónita porque él encajaba con el tipo de hombre que me gustaba físicamente. De pronto, llega Mariana y me asusta:
 
  - Ajá!!! me quedé un rato atrás tuyo y tú ni por enterada. Te gusta él, verdad?
 
  - Qué? de qué hablas? sólo lo estoy viendo, nada más. Me dijiste que revise los perfiles de tus contactos.
 
  - No! te dije que chatees con alguien. Y creo que ya has decidido con quien quieres hacerlo. 
 
Entonces, dio click a un botón que decía "iniciar chat con Sebastián" y escribió:
 
    *Mariana dice: Hola Sebastián. Cómo stas? conversamos?
 
Y nadie contestaba. Entonces me puse a pensar en el cambio de horario. Busqué rápido qué hora era en Uruguay y me di cuenta que eran las 11 am por lo que le dije a Mariana que probablemente no nos contestaría porque quizás está estudiando o trabajando. Sin embargo, para mi sorpresa, contestó:
 
    *Sebastián dice: Hola Mariana, yo bien. Vos cómo andas?
   
    *Mariana dice: Todo bien!
 
Y mientras ella escribía, conectaba con el cable USB su celular a la pc y sin darme cuenta ¡zaz! sube una foto mía a su perfil. Cuando le pregunté qué diablos hacía, sólo murmuró algo y finalmente me djio "shhh".
 
    *Mariana dice: Stoy n la universidad. Tú q stas haciendo? 
 
    *Sebastián dice: Estoy alistandome para ir al trabajo.
 
    *Mariana dice: En q trabajas?
 
    *Sebastian dice: En una farmacia. Vos que estudias?
 
    *Mariana dice: stoy n 3er semestre d comunicación social.
 
    *Sebastián dice: Ah q bien. Eres la de la foto?
 
Y en ese momento pensé que quién estaba conversando con él haciéndose pasar por mí era Mariana; que había subido una foto mía sin mi consentimiento; que ella estaba escribiendo con faltas ortográficas y se comía letras y, por último, que él estaba preguntando por mi foto. Y mi autoestima bajó al subterráneo. Mi mente me decía que era una pálida, ecuálida, sin gracia, con el cabello largo, lacio y cefé oscuro y que vestía ropa de niño... No! Él nunca se fijaría en mí y mucho menos querría mentener una conversación con alguien tan fea como yo. Regresé de mi infierno mental y seguí leyendo lo que Mariana escribía:
 
   *Mariana dice: Si, soy yo. pk?
 
   *Sebastián dice: Eres linda. Me das tu messenger?
 
   *Mariana dice: Jaja, ok. Oye pero cuantos años tienes?
 
   *Sebastián dice: 23 años, por?
 
   *Mariana dice: Nada, s q puedes ser un viejo morboso q se hace pasar x un chico + joven
 
   *Sebastián dice: jaja, no. dame tu msn. El mio es loko_uruguayo80@mail.com. Ahora dame el tuyo.
 
Mariana volteó su rostro hacía el mío como buscando mi aprobación:
 
   -Lola, si no quieres no le doy tu correo y le doy el mío. Pero creo que si te gusta deberías seguir conversando con él. Además, no pierdes nada. 
 
   -Ok, dale mi correo- Se lo dije sonriendo... sonriendo y pensando en que quizás, algún día, lo conocería en persona y le gustaría de verdad... Sonriendo, sin saber lo que una simple conversación por hi5 desataría los siguientes años de mi vida. 
 
Mariana le dió mi correo e inmediatamente Sebastián contestó que en la noche, cuando regresara de trabajar lo agregaría a su msn y que le gustaría seguir la conversación. Eso significaba que en la noche, yo, Dolores, conversaría con él a solas, sin una Mariana con sus faltas ortográficas y sus ideas descabelladas. Desde aquel momento hasta la noche las horas se me hicieron eternas porque me pasaba maquinando qué decirle para resultarle interesante. No entendía por qué él, a pesar de estar tan lejos y de que sólo tendríamos en común la pantalla del monitor, me provocara tal estado de nervisiosmo y demencia. 
 
Llegué a mi casa a las 6 de la tarde y mi cerebro ya sabía que en Uruguay eran las 8 de la noche. Encendí la PC que estaba en mi habitación y agregué su correo a mi MSN. Cené vigilando el monitor, hice mis tareas abriendo la pestaña del MSN para ver si me escribía y cuando no la abría miraba de reojo si el cuadradito se ponía naranja en señal una notificación de que alguien me escribió, me fijaba a cada rato de que mi muñequito gordo esté en verde, en fin. Mi emoción era la de una niña de 5 años y todo por una persona a la que no conocía pero que me gustaba en demasía. 
 
Llegaron las 10 de la noche en mi país y 12 de la noche en Uruguay y nada, y entonces pensé que lo que para mí era algo emocionante, para aquel charrúa era un simple pasatiempo y que si no me encontraba a mí en el chat, encontraría alguien más para conversar o simplemente ni recordaría que habíamos intercambiado correos. De pronto, un zumbido me sorprendió. Abrí el MSN y era él e inmediatamente se me aceleró el corazón. Empezó nuestra conversación.
 
   *Sebastián dice: Hola Mariana. estas?
   *Lola dice: Hola, sí. Cómo estás?
   *S: Te llamas Mariana o Lola?
   *L: Quieres la verdad o una mentira?
   *S: La verdad. 
   *L: El perfil en Hi5 es de mi mejor amiga, Mariana. Yo soy Lola y conversaste conmigo en la mañana. 
   *S: Ah, pero entonces no eres la de la foto?
   *L: Sí, soy la de la foto. Mi amiga subió un foto mía. 
 
Entonces supongo que intentó comparar la foto que Mariana había subido al Hi5 contra la que tenía yo en mi MSN. 
 
   *S: Ah bueno, entonces no hay drama. Cómo andás?
   *L: Con los pies! -más tarada no pude ser. Cómo se me ocurrió decir eso?
   *S: ja. tenes razon. 
   *L: En qué trabajas? -respondí rápido esperando que olvide la estupidez que había dicho antes.
   *S: en una farmacia. 
   *L: Sí, me lo dijiste en la mañana. Pero qué haces ahí? cuáles son tus funciones?
   *S: Y hago de todo, servicio al cliente, ventas, de todo un poco. Vos tb estudias comunicacion?
   *L: Sí, pero quiero especializarme en medios impresos. Quiero ser editora. Amo la ortografía.
   *S: Bien, entonces seguro te la pasaras corrigiendo mis faltas
   *L: jajaja probablemente, pero seré sutil, no te preocupes. 
 
Y la conversación se volvió más interesante por ambos lados. De él descubrí que quería ser piloto pero que en Uruguay no habían escuelas para pilotos y que estaba buscando una en otro país, a lo que me ofrecí a buscar una en el mío aunque no era todo lo que él quería. También, que tenía un perro llamado Facundo y odiaba que se subiera a su cama; que tomaba mucho café al igual que yo; que ser hincha del Nacional a muerte era una herencia de familia; que en un mes había recorrido al pequeño Uruguay en bicicleta con su mejor amigo; que no le gustaba la cumbia; que había empezado a trabajar desde los 14 años; que adoraba a su abuela más que a nadie y que no sabía nadar. 
 
Por mi lado, yo le conté que vivía bajo la sombra de mi hermano "el perfecto"; que mi familia era muy conservadora; que mis padres me consentían un poco más de lo que merecía; que me mordía las uñas; que mi época de la secundaría fue la peor de mi vida; que amaba a los perros y tenía uno llamado Fatboy; que era fan de Coldplay y Bjork (él no los conocía); que amaba leer y viajar y que mi mayor sueño era ir a Reino Unido y explorarlo. 
 
De pronto, ya con un chat de casi 2 horas le pregunté:
 
  *L: Oye, allá ya son las 2 am. No tienes que ir a dormir ya? Mañana no trabajas?
  *S: No, es q yo trabajo de 14 a 22 y un poco mas. 
  *L: Ahhh! yo pensé que ya te estarías muriendo de sueño
  *S: No, si recien estoy cenando
  *L: está bien, cena tranquilo
  *S: ya casi termino. Tienes webcam?
 
Y me sentí como si estuvieran leyendo mi sentencia de muerte. Mi autoestima siempre fue baja gracias a que en la secundaria, mis compañeras me molestaban por mi palidez, mi cabello lacio, negro y largo, mi pánico escénico y las estupideces que el nerviosismo me hacía pronunciar. Él vería eso a través del webcam y seguramente me diría "chau". Y en mi mente empezaba a cantar como un mantra el inicio de la canción Bacherolette de Bjork: "I'm a fountain of blood in the shape of a girl". Y es que la angustia no me permitía ni pensar... hasta que vi que me estaba enviando una invitación para hacer una videoconferencia. Ni siquiera lo decidí; simplemente di click en "aceptar" y se abrío un ventana en negro esperando la conexión. Sucedió. Lo veía, ahí, en vivo y en directo. Tenía una t-shirt sin mangas de color gris que me permitían ver sus brazos pecosos y definidos.Se lo veía delgado, de tez blanca. Su cabello entre lacio y crespo estaba despeinado, pero no importaba, no me importaba nada más que contemplarlo. En ese momento, confirmé que él me gustaba y mucho. Lastimosamente, como era usual en esa época, la conexión no era buena y la videoconferencia finalizó.
 
   *S: q paso?
   *L: no tengo idea, pero supongo que es la conexión
   *S: noooo, no te pude ver. q mierda
   *L: bueno, otro día seguro está mejor y volvemos a intentarlo. -Y le decía eso mientras recordaba la imagen de su silueta y su rostro. Estaba mojada; estaba mojando mi tanguita rosada de niña buena y empecé a tocarme.
   *S: si. bueno, si queres ir a dormir ve
   *L: Nooo -no, quería seguir conversando con él mientras me tocaba. 
   *S: a q hora tienes clases mañana
   *L: a las 7 am pero siempre duermo tarde
   *S: pero no creo q tan tarde. Mejor ve a dormir. 
   *L: ok. Me contecto mañana otra vez, ya?
   *S: dale, nos conectamos mañana otra vez. besos :*
   *L: Besos, muacks.
 
Apagué la PC y me tiré en la cama. Estaba caliente y necesitaba tocarme. Lo que sentía era insano. Acariciaba mis brazos, mis hombros y mi pecho con la yema de mis dedos imaginando que era él. Bajé hasta mis muslos sintiendo sus manos frías sobre mi piel hirviendo lo que me estremeció e hizo que mi piel se erizara. Ese hombre nunca me insinuó nada en nuestro chateo pero para mí era como si me hubiera ofrecido hacerme 30 hijos en una misma noche. Estaba extasiada por él y ahí decidí que tenía que convertir en realidad ese momento, como sea. Lo quería para mí, quería que me hiciera suya y quería perder mi virginidad con él. Desabroché mi sostén y proseguí con el manoseo sobre mis senos. Mis pezones color café claro estaban erectos y fantaseaba que Sebastián jugueteaba con su lengua sobre ellos y los mordía. ¿Cómo podía sentir tan real algo que nunca había experimentado? Mi imaginación me estaba llevavando al cielo de los pecadores y quería seguir viviendo allí mientras sea junto a Sebastián. Coloqué mi mano sobre mi tanga acariciando mi zona púbica hasta llegar un poco más abajo, allí, donde mi tanga ya estaba húmeda... no, no húmeda; estaba empapada con mis jugos vaginales. Y entonces, decidí hacer algo que nunca antes había hecho: introducir dedos en mi vagina. 
 
Hasta ese día, mis sesiones de masturbación consistían en frotar mi clítoris humedeciéndolo con mis fluídos, pero nunca había intentado siquiera meter un dedo. Sin embargo, en ese momento tenía la necesidad de sentir algo adentro de mí simulando que era el pene erecto de Sebastián. Me saqué la tanga lentamente, acariciando mi piel y mientras lo hacía, abrí las piernas exponiendo al techo de mi habitación mi concha cuidadosamente depilada, rosadita y brillante por lo mojada que estaba. Me quedé un momento así, sólo tocando alrededor de mi pubis, la parte interior de mis muslos y mi vientre. Yo misma me hacía esperar y, cerrando mis ojos, dibujaba a Sebastián parado desnudo al costado de mi cama alistándose para subir de una a embestirme. Lo deseaba tanto que ya no aguanté más y mi mente hizo que Sebastián se posara sobre mí besando y lamiendo cada centímetro de mi cuerpo. Mi piel pasó de su palidez normal a enrojecerse por la agitación que sentía debido a mi fantasía y a que empezaba a pentrarme con mi dedo medio. Hubo un pequeño dolor que después de unos segundos se volvió imperceptible por lo que me atreví a poner uno más. Mi mano ya estaba mojada por completo. Era Sebastián penetrándome. Era Sebastián haciéndome jadear y el jadeó se convirtió en gemidos. El sudor me embriagaba y mi mente me enloquecía. Lo deseaba y me penetraba con los dedos sintiendo su pene imaginario; mordisqueaba sus hombros aunque en realidad era al aire. Quería sentirlo en verdad, quería a ese hombre cogiéndome con furia. Me masturbaba más duro, metía mis dedos en mi vagina con desesperación hasta sentir esa electricidad placentera que me llevaría al orgasmo. Los espasmos ya recorrián mi cuerpo y yo gemía el nombre de Sebastián. Encorbé mi espalda, mis senos se desbordaban y me retorcía del placer que me provocaba yo misma y gracias a mi amigo cibernético. Finalmente, acabé y hasta ese momento había sido el orgasmo más intenso de mi vida.
 
A la mañana siguiente, encendí mi PC para imprimir unas tareas y obviamente abrí mi MSN. Mi dulce sorpresa fue que Sebastián me había dejado un mensaje de buenos días recordándome que ese día en la noche quería verme por webcam. Y me convencí de que él sería mi confidente sexual y que trataría de experimentar de todo con él, incluso, el amor.