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El Coche

en Confesiones

En una ocasión en que estábamos de vacaciones en casa de unas tías salía a caminar, me gustaba hacerlo ocasionalmente y por las tardes, cerca de las seis que era cuando caía el sol y el atardecer se ponía entre nostálgico y romántico.

 

Siempre seguía la misma ruta, salía de casa de mi tía, tomaba hacia la derecha unas cinco calles, después a la derecha de nuevo dos y posteriormente a la izquierda una calle para llegar a un parquecito un tanto boscoso en el cual solía sentarme un rato y después regresaba por otras calles, mi paseo generalmente duraba de una a dos horas ya que en el parque me entretenía, después pasaba a algún puesto a comprar algo y regresaba ya para las ocho.

 

Esa tarde mi recorrido era normal, sin embargo, al dar vuelta después de las cinco primeras calles, algo me hizo dar vuelta a la izquierda en la primera calle que encontré, misma que se encontraba muy solitaria, sin embargo la zona siempre ha sido así, y continue caminando, a media calle del lado de la acera por la que yo iba, se encontraba un coche Ford azul, al pasar por ahí un tipo del interior me hablo y voltee, recuerdo que me pregunto algo sobre una calle, misma que no me era conocida, el tipo me agradeció y yo seguí caminando, llegue a la esquina y cruce la calle con la intención de dar vuelta la derecha en la siguiente, sin embargo el coche se apareció y el tipo me hablo de nuevo, como no lo escuche bien me acerque hacia la ventanilla, “no le escuche dígame”, “que si te puedo llevar, está muy solo por aquí” dijo el sujeto, “así es por aquí” le dije “no se preocupe, gracias” le respondí “está bien, entonces te puedo preguntar si te gustaría ver algo?” dijo el sujeto, a quien ya empezaba a ver más a fondo, y me di cuenta de que se encontraba en los cuarenta, bien conservado y de buena posición según pude apreciar “algo como qué?” dije yo, “como esta revista” dijo el levantando una revista con pastas blancas que más bien parecía un folder “de que es” pregunte “te va a gustar, sube y la ves” dijo el sujeto “no, gracias”, el señor veía hacia los espejos y movía los ojos buscando si alguien veía “anda, volvió a decir, me gustaría saber tu opinión” dijo, “sobre que” le conteste y entonces me miro, sonrió y miro alrededor, la calle estaba sola, se acerco la revista y la abrió, entonces la volteo hacia mi poniéndola sobre el asiento “sobre esto” dijo mostrándome una serie de imágenes de revista porno en donde una chava estaba con dos tipos, en una imagen tenia a los dos en su boca y en la otra una la penetraba mientras le hacía oral al segundo tipo, me quede mirando, solo atine a decir “pues” y el dijo “mira” voltee hacia él y me di cuenta de que su pene estaba de fuera del pantalón, se masturbaba despacio, trague saliva, no sabía qué hacer “te gusta la verga” dijo el yo solo asentí con la cabeza, se veía muy bien, las venas se dibujaban y solo estaba un poco cargada hacia la derecha “con esa boca debes mamar muy rico” dijo yo me di la vuelta y seguí caminando, el coche paso a mi lado despacio siguiéndome y el señor me hablo de nuevo, voltee y vi como su mano seguía acariciando su pene, movió su cabeza invitándome a subir, yo estaba húmeda y sentía ese calor en mi entrepierna, después de todo tenia meses sin estar con un chico, no dije nada, solo me subí, el tomo mi mano y la llevo a su pene “jálamela, aunque quisiera que me la mamaras y metértela toda” yo empecé a masturbarlo, mientras él siguió conduciendo, dimos vuelta y llegamos al parque, solo había silencio y mi mano en su pene ya le había hecho lubricar, así que mi mano estaba pegajosa, “que te parece, vamos a un motel y te la meto bien rico de perrito o si quieres vamos a casa de un amigo y te haces lo de la revista” me asuste, se detuvo en un cruce de calles y abrí la puerta y me baje, solo camine sin voltear, seguí las calles hasta llegar a casa de mi tía, entonces me detuve, respire hondo y me fui a la tiendita de la esquina, mientras caminaba, aun sentía pegajosa mi mano. Cuando me senté afuera de la tienda a tomar el refresco, busque con la mirada el coche, no se veía, pensé “si pasa le diré que me llevara a donde quiera”.