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La venganza III

en No Consentido

LA VENGANZA III

                   Este relato es continuación de los otros dos anteriores, los cuales recomiendo leer antes de empezar a leer el mismo.

                   El marido de Diana se fue de viaje y esta, que es bisexual, pasa una tarde entretenida con su amiga Sally. Al volver a su casa de casa de Sally tres desconocidos la asaltan, dos de ellos abusan de ella.

                   Diana apenas descansó esa noche ya que estaba en una posición incómoda, haber sido forzada por dos miembros de los que la asaltaron y estar continuamente pensando que de un momento a otro iba a entrar el tercer miembro de los asaltantes le impidió conciliar el sueño.

                   A la mañana siguiente, los que si habían descansado eran los asaltantes los cuales fueron a la cocina a preparar café para desayunar. Después de desayunar ellos, el jefe de la banda, Nelson, subió a la habitación donde estaba atada Diana

                   N – Aquí te subo el desayuno, tienes que coger fuerzas para pasar un rato conmigo… Por cierto ¿has descansado bien?

                   D – HHmmmmmm. –Es lo único que pudo decir Diana.

                   Nelson le desató la mordaza y le empezó a echar el café que le había subido en la boca. Diana intentaba tragarlo aunque al no poder cerrar la boca para tragar lo hacía con dificultad. Aun así se bebió casi toda la taza de café. Nada más terminárselo le volvió a poner la mordaza para evitar que gritase

                   N – Ahora que ya has desayunado vamos a divertirnos un rato tú y yo.

                   Diciendo esto Nelson se empezó a desnudar, una vez desnudo se acercó a Diana.

                   N – Tanto Aby como Taylor me han contado sus batallitas contigo, y como resulta que tu boca es para que se corra en ella Aby y Taylor te llenó anoche el coño de lefa, he decidido que mi agujero va a ser tu culo.

                   Al oír decir a Nelson eso Diana empezó a intentar revolverse para que no le profanasen su por ahora virgen culo. Al moverse tanto y con miedo a no poder controlarla Nelson llamó a sus compinches para que le ayudasen a darla la vuelta. Una vez dada la vuelta, Nelson se preparó para follársela.

                   N – Mira tu culo va a ser mío de una forma o de otra, hay una forma sencilla y otra complicada. La sencilla, primero me la mamas y se quedan tus babas haciendo de lubricante, la complicada, sin babas ni lubricante así que tú eliges… Si te quito la mordaza e intentas chillar te la vuelvo a poner y te la meto sin lubricar. Si te quito la mordaza y no chillas me la mamas hasta que esté bien untada de babas y el dolor es menor. Así que en tu garganta esta la forma de perforarte el culo.

                   Diana se lo pensó unos instantes y cuando Nelson le retiró la mordaza decidió por el mal menor y no salió un solo sonido de protesta de su garganta.

                   N – Así me gusta que empieces a ser una mujer dócil, y ahora empieza a fabricar babas para que se me peguen a la polla y te haga el menor daño posible. ¿Por cierto alguien te ha abierto el culo alguna vez?

                   Diana lo negó con la cabeza, su culo no lo había usado nadie para meter nada en él, ni siquiera su marido y eso que al principio de su matrimonio sí que le había pedido usárselo. Aunque ella se negó a permitírselo.

                   Mientras tenía la polla de Nelson en la boca se esforzó en hacer lo que este decía, moviendo la lengua alrededor de su polla, para llenársela de babas y le doliese menos cuando le perforaran el culo con la polla.

                   N – Yo creo que ya está bien lubricada y si no lo está peor para ti.

                   Y le sacó la polla de la boca de la cual le caía buena cantidad de babas. Se decidió volver a colocar la mordaza alrededor de la boca de Diana por si, como suponía, le hacía tal daño que gritara sin poderlo remediar.

                   Cuando Diana sintió la punta de la polla de Nelson en la entrada de su culo, inconscientemente se puso tensa.

                   N – Es mejor que te relajes porque según está tu culo en estos momentos te va a doler aun con todas las babas que tiene mi polla.

                   Diana se intentaba relajar pero cuanto más intentaba relajarse más tensa estaba. Nelson harto de esperar que se relajase decidió que ya era hora de profanar ese culo e intentó meterle el capullo. Pero era imposible estaba demasiado tensa para que pudiese entrar sin hacerse él un daño considerable.

                   N – Bueno has sido buena mamadora, pero tu culo no quiere colaborar como lo has hecho tú así que toca abrírtelo por las malas… ABY SUBE A LA HABITACIÓN.

                   Instantes después la puerta de la habitación se abría.

                   A – ¿Qué quieres Nelson?

                   N – Necesito que me subas el trozo de tocino y la escoba que hemos visto en la cocina… La palomita sí que colabora, pero su culo no tiene la misma predisposición y habrá que convencerlo para que colabore.

                   Aby se fue a todo correr a cumplir el mandato de Nelson y no habían pasado dos minutos cuando estaba otra vez arriba, le dio lo que había traído y se volvió a ir.

                   N – Siento la no colaboración de tu culo, pero como comprenderás hay que ayudarle a abrirse. Jajajajaja.

                   Nelson frotó el tocino a lo largo del palo de la escoba, aparte de hacerlo también en el culo de Diana, esta empezó a gritar por el daño que estaba sufriendo, aunque no se oía fuera de la habitación gracias a la mordaza que tenía puesta. Después de varios minutos de forcejear consiguió hacer entrar los primeros centímetros del palo. En ese momento ningún sonido salía de la garganta de Diana, había perdido la facultad del habla. Aunque Nelson no por ello dejaba de meterle el palo de la escoba centímetro a centímetro. Cuando consideró que ya le había metido suficiente, empezó a moverlo para dilatarle un poco más su culo. Estuvo diez minutos haciendo esos movimientos circulares y se lo sacó, recubierto de sangre y heces.

                   N – Espero que ahora sí que esté predispuesto tu culo a aceptar mi polla.

                   Diana destrozada por el castigo recibido con anterioridad no dijo nada, ya solo esperaba que se acabase de una vez la tortura que estaba recibiendo.

            El culo de Diana ahora sí aceptó la polla de Nelson con más facilidad que antes, el palo de la escoba había cumplido su labor. Se la fue metiendo todo seguido sin dejar que ese culo ya destrozado se amoldase al grosor de su polla. Cuando sus huevos llegaron por fin a tocar el culo, Nelson empezó un frenético mete-saca sin dar un segundo de descanso a Diana. Esta en esos momentos perdió el conocimiento y ya no se enteró de nada más.

            Nelson estuvo perforando el culo de Diana media hora hasta que se corrió dentro, cuando sacó su polla del culo esta tenía pegada restos de semen, heces y sangre, y se fue a la cocina a limpiarse.

            T – ¿Qué se ha portado?

            N – Bueno al principio ha dado un poco de guerra pero una vez que se ha desmayado no ha molestado.

            A – ¿Cuándo abandonamos este pueblo? No me gustaría que nos cogiesen en estos momentos.

            N – No te preocupes Aby nos iremos pronto, otra pasadita a la de arriba, esta vez los tres juntos y nos vamos…

            Se despreocuparon de Diana y volvieron a recorrer la casa para ver si encontraban algo más de valor de lo ya encontrado, aunque no descubrieron nada más, para comer se hicieron unas tortas de harina con un poco de tocino y un café y subieron para la habitación donde estaba atada Diana, se la encontraron despierta, pero al mirarle a los ojos se los vieron como idos, habían destrozado mentalmente a esa mujer, aunque por supuesto no les importó, cuando disfrutaran con ella una vez más abandonarían el pueblo y ya no la volverían a ver nunca más.

            Sin mediar palabra ninguno de los tres, ya habían hablado lo que iban a hacerle, se desnudaron. La volvieron a dar la vuelta para que quedase mirando hacia el techo, Taylor y Aby la izaron lo que pudieron para que Nelson se metiese entre la cama y Diana, en esa posición y una vez la dejaron Taylor y Aby, Nelson le metió la polla por el culo esta vez sin ayuda, ya que aun habiendo pasado varias horas desde su último encuentro aún tenía el culo lo suficiente dilatado para que su polla no sufriese al entrar en su cavidad, después se puso encima Taylor y con cierta dificultad, ya que en el culo tenía la polla de Nelson, le metió su polla por el coño, desde detrás Nelson le quitó la mordaza a Diana pero antes de que pudiese reaccionar y gritar Aby le apoyó el coño en su boca para que se lo comiese, como Diana no colaboraba, Aby tuvo que tomar una decisión.

            A – La puta esta no colabora… No está usando su lengua, estaros atentos porque se va a mover violentamente. – Y Aby le tapó la nariz impidiéndole respirar ya que a parte de la nariz su boca también estaba tapada.

            Diana se empezó a revolver pero como ya estaban avisados tanto a Nelson como a Taylor no les pilló de improviso.

            A – Como no has colaborado te voy a dejar sin poder coger aire unos segundos y si quieres respirar tienes que lamerme el coño hasta que me corra, y piensa que cuanto peor lo hagas más tiempo te dejaré sin respirar. Así que ya puedes esmerarte.

            Y Aby empezó a taparle la nariz ante lo cual Diana, mientras sentía los pollazos de Nelson en el culo y Taylor en el coño, movía la lengua lo mejor que podía chupando el coño a Aby con la esperanza que esta se corriese rápido. Cuando le soltaba la nariz y podía respirar no dejaba de mover la lengua para intentar que no la tapase la nariz y poder respirar con normalidad.

            Con la excitación que le daba tener el control de la respiración de Diana, Aby se corrió dos veces en la boca de Diana.

            T – No voy a poder aguantar sin correrme mucho más.

            A – Yo ya estoy bien servida, si quieres puedes correrte en su boca y así la alimentas que no ha comido nada hoy…

            T – Vale apártate que voy.

            Aby se apartó rápidamente dejando sitio a Taylor que ocupó el puesto dejado por Aby y le metió la polla en la boca y le tapó la nariz, Diana sospechando el motivo empezó a mover la lengua alrededor de su capullo esperando que se corriese rápido. Cuando estaba a punto de correrse le agarró la cabeza y le clavo la polla hasta el fondo llegando casi a la garganta y allí eyaculó, le tapó la nariz para que le limpiase bien la polla y Diana sin tener otra opción lo hizo.

            N – Apártate Taylor que ahora voy yo.

            Taylor al igual que Aby se apartó rápidamente. Nelson salió de debajo de Diana y al igual que Taylor le metió su polla en la boca y esta sin que le tapasen la nariz empezó a recorrerle la polla con la lengua para limpiársela y que se corriese dentro de su boca. Cuando Nelson se corrió y le dejó la polla lo suficientemente limpia se la sacó y le volvió a poner la mordaza.

            N – Bueno vámonos dejémosla aquí atada, alguien vendrá a soltarla.

            Diana solo pudo llorar desconsoladamente, ya que después de haber sido forzada de todas las formas imaginables no se podía mover, y sabía que Frank aún tardaría bastante en regresar a casa.

            A media tarde del día siguiente llegó Frank a casa cuando abrió la puerta llamó a Diana, y al no obtener respuesta la empezó a buscar por toda la casa, al final la encontró donde la habían dejado los asaltantes en su cama, desnuda y atada. Fue corriendo a desatarla, le quitó la mordaza y con todo el cuidado que pudo también los palos que impedían que su boca se cerrase. La abrazó consolándola y estuvieron un rato llorando juntos. Cuando Diana se recuperó un poco del shock pudo empezar a hablar.

            D – Por favor. – Le pidió – Antes de que me preguntes nada prepara el calesín¹ y llévame al lago McSpadden para asearme. Lleva también mis ropas que están en el salón para quemarlas.

            F – Si, amor tranquila estoy aquí para ayudarte en lo que te haga falta.

            Frank cogió las ropas indicadas las puso en la parte trasera del calesín que sacó y aparcó en la entrada de la casa. No esperó mucho tiempo cuando Diana bajó para irse juntos al lago e intentar limpiarse toda la suciedad que sentía que tenía encima.

            Cuando llegaron al lago, Diana le pidió que mientras ella se bañaba él quemase las ropas que había en el salón y él había cogido. Cuando estaba quemando las ropas escuchó un disparo…

            Hasta aquí el tercer relato de los cuatro que tiene la serie como siempre espero que os haya gustado y se aceptan opiniones. Muchas gracias

¹ Calesín: carro de viaje para una o dos personas con capucha plegable.