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Noche en el hospital

en Sexo con maduras

Lamentablemente hace unas semanas tuvieron que ingresar a mi anciana madre, después de 2 días en el hospital decidieron  trasladarla a un hospital más grande en Madrid.

Al principio se quedaban por las noches mis hermanas pero según iban pasando los días y consultar en mi convenio colectivo que tenía 4 días de permiso por hospitalización, decidí quedarme una noche con ella.

Aunque primeramente pasaba todo el día en el hospital con ella, mientras mis hermanas descansaban y me iba a dormir por la noche a casa, pude ver el trasiego de altas y bajas, gente que va y viene en las habitaciones, hasta que un día llego un chico joven acompañado de una mujer madurita con un pelo larguísimo casi hasta el culo y un color platino que le hacía su cara muy muy sensual.

Al tener ellos la puerta abierta, cuando entraba y salía de la habitación de mi madre miraba y ella me respondía con una mirada llena de sensualidad. Después al encontrarnos por los pasillos la saludé muy cortésmente y le dije que si su hijo estaba muy mal a lo que me contestó que no era familia suya, era el hijo de los señores de la casa en la que se encontraba interna, yo la comenté que estábamos allí por mi anciana madre pero que parecía que pronto la iban a dar el alta.

La verdad que los hospitales son muy aburrido se te hace el día eterno no sabes si estár sentado, si pasear, fue cuando me fui a dar una vuelta por los pasillos cuando me la encontré de frente que venía con un café ,  me dijo que si quería un café que me invitaba, acepté  inmediatamente, así la pude ver un poquito más de cerca tenía un jersey de cuello alto pero se apreciaban unas tetas muy apetitosas ni muy gordas ni muy pequeñas aunque era muy bajita tenía una cara muy muy guapa, y unos leggins que dejaba ver un culo muy apretadito

Me presente muy cortésmente le dije que me llamaba José y ella me dijo que se llamaba Elizabeth,  no parece un nombre muy español le dije a lo que ella me respondió que era hondureña y que solamente llevaba dos meses en España trabajando de interna en una casa donde antes estaba una amiga suya que se tuvo que volver a su pais por problemas personales.

Le dije que debía ser muy duro dejar su país y su familia,  costumbres  a lo que me contestó que efectivamente se sentía muy sola hasta el punto de que el día que tenía de libranza se lo pasaba en la habitación encerrada sin salir a la calle, al oír eso le dije que me daba mucha pena su situación y que al ser una mujer tan guapa y sensual podía enseñar Madrid poco a poco sirviéndole de guía turístico, al oír eso se le encendieron los ojos y me dijo me encantaría acompañarte en mis días de libranza.

Me dijo que había dejado en su país a su marido y sus hijos y que aunque les echaba mucho de menos porque necesitaba cada día tenerlos muy cerca por lo menos estaba enviando dinero para que a ellos no les faltase de nada, a los que me conocéis por mis anteriores relatos sabéis que enseguida empiezo a pensar y empecé a soltar toda mi artillería pesada, diciendola que con lo guapa que era quizás echaría en falta a su marido en la habitación y dormir ella sola porque las latinas tienen fama de ser muy fogosas.

Ella me sonrío y me dijo bueno pasamos las noches de soledad como buenamente podemos.

Llegó la noche y con ella el silencio total en el hospital, aunque es un hospital privado y tienes un sofá para dormir el acompañante, al estar entrando y saliendo  las enfermeras continuamente no te dejan conciliar bien el sueño, por lo que decidí salir a los sillones que tenían en la sala de espera con un poquito más de luz para consultar mis mensajes de móvil. Estaba tan absorto buscando algún relato erótico que no me di cuenta que se acercaba Elizabeth, al tenerla tan cerca levanté la vista y me dijo tampoco puedes dormir, mirándola con cara de circunstancias le dije que era casi imposible aunque el sofá era muy cómodo para hacer otras cosas, ella me dijo eres un poco picarón a lo que le contesté diciendo teniendo una mujer delante tan guapa y sensual como tú no es para menos que a uno se le suba la libido.

Se sentó al lado mío en el sofá por lo que tuve que dejar de leer el relato, cuando al ir sentarse me di cuenta que llevaba puesto unas mallas en la cual se veía totalmente su pubis hasta sus labios vaginales haciendo una separación que daban ganas de meterla mano allí mismo. Comencé a decirle que parecía una mujer muy guapa y que me gustaba mucho su pelo mitad negro mitad blanco que parecía una yegua no sé si en celo o no, ella me sonrío y me dijo me parece que tú eres muy fogoso, le dije que en cuanto tengo una mujer guapa cerca se me alteran las hormonas.

Ella apoyo su cabeza sobre mi hombro lo que me dio pie para poner mi mano encima de su muslo al ver que no decía nada empecé a subir hasta su pubis empezando a masajearle por encima de los leggins la verdad que se notaba muy caliente quizás se estaba empezando a poner cachonda, empecé a darla besitos por el lóbulo de la oreja, por el cuello hasta que ya empezó a suspirar, ahhh ahhh,  y fue cuando metí mi lengua en su boca para darla un beso muy apasionado entrelazando nuestras lenguas cosa que aproveche para subir una mano a su pecho notando que no llevaba sujetador debajo del jersey, por lo que metí la mano por debajo y empecé a masajearle  sus pechos aunque no eran tan gordos como a mí me gustan tenían unos pezones que parecían avellanas y eso sin tocarlos con las yemas de mis dedos, cosa que hice hasta que ella empezó a suspirar más largamente, uuff ufff me estoy excitando, me tienes muy caliente, estoy deseando que me folles.

Nos levantamos y nos dirigimos a una habitación la cual sabía que estaba vacía, la tumba en el sofá y empecé a bajarle sus leggings apareciendo ante mí un tanga diminuto con un triángulo de vellos que le hacía a su coñito un manjar para comérselo, y aparte la fina tira y empecé a meter mi lengua en su vagina hasta que ella misma se aparto sus labios vaginales con sus dedos y me dijo cómemelo, estoy deseando correrme en tu cara, yo también dirigi mis manos hacia sus labios vaginales para chuparle el clítoris y meterle un dedo en su vagina con un móvimiento de mete y saca,  el coño que estaba encharcado de jugos pero seguia chupando y chupando,  solo se oía en la habitación  el chapoteo de su coño, chof, chof, ella puso una mano en mi nuca aplastandome contra  su coño hasta que estalló en un delicioso orgasmo, me mojó toda la cara como si  se estuviese meando.

Como mi polla a esas alturas  estaba totalmente tiesa me levante, me baje los pantalones y se la puse en su cara, ella con una cara de vicio me la  chupába de maravilla,  me estaba quedando muy claro que ella era  muy fogosa y necesitaba follar a diario, me la estaba chupando de maravilla, estaba notando que era una buena mamadora pero no quería terminar en su boca y si follar con ella  esos  labios vaginales pequeños pero muy sonrosados y deseosos de meter un pene y terminar en el fondo de su vagina.

Por lo que me senté en el sofá,  ella se puso a horcajadas encima mía y apúntando mi polla hasta  su coño, de un solo golpe entro hasta el fondo cabalgandome como buena amazon yo la tiraba del pelo a mi yegua en celo, después de estar dándome unas sentadas grandiosas, al ser tan pequeñita la cogí de las nalgas de su culo me levante y la sente a ella en el sofá todavía con mi polla dentro, le dije que pusiese sus piernas encima de mis hombros y empecé a darle unas emboladas salvajes hasta que  notabamos como mis huevos chocaban contra las cachas de su culo. Yo estaba en el séptimo cielo follándome a esa mujer,  y estaba tan caliente que ni le avisé donde quería que me corriese empecé a echarle chorros y chorros de  semen en su  interior estallando los dos en  orgasmo bestial. 

No tenía ni fuerzas ni para sacar mi pene de su coñito, me sentía tan satisfecho con mi polla dentro de su vagina tan calentita y estrechita, hasta que ya me dijo en la oreja muchas gracias necesitaba ser bien follada como tú me lo has hecho. 

A lo que le contesté que el placer  era mío de haberla dejado bien satisfecha y que a partir de ese día me quedaré las noches que haga falta para hacerla compañía, me contestó con otro beso largo y apasionado, nos levantamos y por fin pudimos dormir plácidamente.

si alguna madurita quiere que le haga compañía en el hospital este donde esté  de la zona de Madrid solo tiene que escribirme.