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Madame K - Cocina de Autor

en Grandes Relatos

Hoy fue noche de cena con las amigas y después de habernos puesto al día en lo que sucede dentro de la vida de cada quién, reír mucho y disfrutar en grande, dimos por terminada la velada.

Solo que yo, aún tenía ganas de un poquito más… un poco de diversión con el toque necesario de perversión

Mi noche podría terminar de tres maneras: 

Escenario 1: Podía ir a un bar, levantarme a un buen ejemplar y tras algunas risas falsas acompañadas por un par de copas de vino barato, directo a la cama de algún motel, con suerte sería bueno en el sexo y lograría tener un orgasmo soso, nos vestimos y desaparecemos de la vida del otro viviendo cada quién su vida. ¡Final de la historia!.

Escenario 2: Llenar mis ganas... con mi enorme vibrador.

Escenario 3: (Indiscutible ganador) Ya decidida, tomé mi coche y conduje por las calles del centro histórico en una noche veraniega, durante la cual se me antoja conducir con las ventanillas abajo por aquellas calles empedradas, permitiendo que el viento acaricie mi piel.

La noche era perfecta para usar un vestido de tirantes con mucho vuelo, uno de mis favoritos  en colores brillantes y tacones de aguja, algo de perfume y casi sin maquillaje. El cabello suelto, siempre he amado dejar mis rizos en libertad.

Mi destino era un café en  pleno centro histórico, de esos que se ubican en una casa antigua, de construcción de cantera y pasan casi desapercibidos de los que no entiendes cómo es que  sobreviven a lo largo del tiempo pues caso no tienen clientela, sin embargo siempre cuentan con la estantería llena de productos novedosos, nada caduco y siempre con excelente sabor.

Particularmente me gustan esos lugares, la cantera me apasiona, techos altos, candiles antiguos colgados al centro de los cuartos, la mayoría de aquellos lugares huelen a tierra mojada y aquello me embriaga, podía pasar horas en aquel lugar observando el color de las paredes, la decoración, los pisos...

Suelo ir a leer a ese lugar que es mi favorito ó a pensar e indiscutiblemente asistía ahí frecuentemente a escribir, que es una de mis pasiones ocultas, nunca el secreto mejor guardado, ya que ese… ese lo contaré a continuación….

Meses atrás había llegado al lugar cuando se acercó a mí quién se presentó como la dueña del lugar, la señora María, quién quizás por verme tan seguido le inspiré algo, ya que se sentó frente a mi preguntando con verdadero interés respecto a lo que hacía con la computadora, pues frecuentemente me veía con mi laptop azotando las teclas con ferviente pasión. Le platiqué con cierta reserva la historia que desarrollaba en aquellos momentos. 

Suelo ser celosa con aquello, pero por alguna razón aquella tarde le platiqué a detalle y con pasión mi historia, ella rió y comenzamos a platicar más y más para salir yo de ahí pasada la media noche.

Ella correspondió a mi revelación, contándome mi su historia, por si algún día quería utilizarla dentro de alguna de mis historias, supe cómo había heredado la casa que ahora utilizaba de negocio y de donde provenía el dinero con el que lo mantenía a flote.

Eso para mí fué un evento aislado que sin embargo,  inició una verdadera amistad entre ella y yo, quién me preguntaba frecuentemente por la historia, los personajes e insistía que el personaje principal, fuese una mujer fuerte y de carácter.

Los días pasaron y tiempo después un curioso mesero, que había visto en un par de ocasiones en el lugar, me interrogó acerca de lo que escribía pues ese día llevaba bajo mi brazo a mi Baby Mac, y apenas ordené, comencé a golpear las teclas como posesa, sonriendo a la pantalla y emocionandome con el desarrollo de mis personajes que es algo que… me apasiona.

Respondí únicamente con una amable sonrisa que logró su objetivo:  alejar al curioso.

El chico en cuestión se sentó frente a mí e intentó coquetear conmigo, se me antojaba sin embargo para que en tres respuestas pusiera pies en polvorosa.

El sonrió y me dejó un “nuevo menú”.

- Míralo a detalle que seguro encuentras algo que cumpla tus expectativas - guiñó su ojo con descaro y se marchó de ahí. Su trasero era algo que se me antojaba para acariciar mientras escribía y me acompañaba un café.

Pero sacudí de inmediato mi cabeza de aquellos bochornosos pensamientos para meter nuevamente mi nariz en mi baby Mac.

Continué escribiendo por un largo rato hasta que hice una pausa y vi el menú que había dejado el mesero  debajo de mi plato de pastel.

Comencé a ojearlo y ¡O.H. M.Y. G.O.D.D.E.S.S.!

Mi primer reacción fue la de sentirme ofendida, aquél era un menú para un tipo muy diferente de apetito. Sentimiento que consideré a cada vista que daba a aquel menú, del cual jamás reconocería en mis cinco sentidos estar babeando, y no precisamente por mi boca.

Había una foto de un modelo masculino, donde se veía absolutamente todo a detalle así como una ficha muy detallada de cada uno de los modelos.

El menú contenía también escenarios específicos, realmente una podía ordenar un platillo completamente personalizado.

Reí fuertemente para luego mirar la hora, estaban por cerrar. Se acercó a mí el mesero que me entregó el menú.

- Si no tienes mucha prisa, permíteme ser tu guía dentro del lugar - nuevamente guiñó el ojo con descaro.

Sonreí complacida para colgarme de su brazo y comenzar a andar por el lugar. Acaso estamos hablando de ¿Prostitución?

- ¿Prostitución?, No cariño, nosotros ayudamos a estudiantes aunque te cueste creerlo, puedes investigarnos ¡Cuanto quieras!.

Las puertas principales se cerraron y se abrió una puerta en la cual no había reparado.

- ¡Mi Diosa! ¡Un modelo salido de un molde! De esos que son musculosos, espalda ancha, cintura afinada y ¡Nalgones! La piel pareciera que es de plástico…  y ¡Completamente desnudo! bueno… en ese momento me convencieron, ¡Quería contribuir con la carrera universitaria de aquellos muchachos!….

Mi boca se hizo agua de primero y me mordí descaradamente los labios saboreándome aquello y en contra de mi sentido de pudor y …. ¿Que decía?

Caminé por aquel lugar viendo el menú completamente en vivo.

Es normal que te saluden y te sonrían pues que tienen que vender ¿Cierto?

Miré un poco aquí y allá y me mordí los labios, apreté mis nalgas y me giré sobre mis talones, dejé todo aquello ahí mismo resistiendome a sus encantos.

Pero hoy… ¡Hoy tengo ganas de algo muy particular del menú el cual diseñaría completamente a mi gusto! 

El diseño del menú al gusto del cliente, era el principal atractivo de aquel negocio.

Llegué como la cliente regular que soy y esperé a que las puertas se cerraran. 

Le solicité una hoja del menú especial al mesero que me mostró primero el menú, quién ya me reconocía como habitual pese a que llevaba poco tiempo ahí, tuve en mis manos aquella hoja casi de inmediato y en cinco minutos después de que entregué mi pedido me encontraba en el cuarto donde mi pedido sería servido.

- ¡De pie! - escuché tan pronto como entró en aquella habitación. 

Habría escogido un moreno, que son mi debilidad, pero aquel rubio sacado de suecia, se me antojaba para convertirme al paganismo, ahí mismo, hincada frente a él, y no precisamente para estar rezando.

Me puse de pie y esperé con el mismo grado de excitación y expectativa, llevaba ya saboreando esto por unas cuantas horas.

Caminó en círculos a mi alrededor.

- Si mencionas la palabra “Pequeño” detengo todo ya mismo. ¿Entendiste?

Afirmé moviendo de arriba a abajo mi cabeza lentamente.

- ¡ENTONCES DESNUDATE PUTA! que es hora de comenzar la fiesta.

Se quitó el cinturón y se golpeó un par de ocasiones el muslo con aquel instrumento. Mientras yo me quitaba la ropa.

- ¡Ahora desnudame a mi! - Él ordenó y yo obedecí. Sentí una nalgada - Dobla mi ropa  y déjala ordenada ¡Eres una pésima puta!

Aquello me disgustó pero lo hice al sentir varias nalgadas más, las cuales impactaron en mis glúteos sin compasión alguna, haciéndome brincar un poco.

- Al final de nuestro encuentro, te garantizo que querrás repetir, terminarás llorando y no te podrás mover en días. Es un lástima que deba dejar ese culo intacto pues ¡Me gustaría verte aullar cuando te encule con mi poderosa verga!

- B-bue - sentí en ese momento que un gran mano se estampó contra mi rostro dejándolo caliente y a mi en el suelo.

¿Fuerza? ¡Pero claro! si así lo solicité! En su curriculum especificaba que le apasionaba el cuidado de su cuerpo a base de Cross Fit y la resistencia la cultivaba a base de Hot Yoga.

Tomó una botella de agua que había por ahí y la vació completa sobre mí, para comenzar a utilizar hábilmente aquel cinturón, pero solo fueron un par de golpes.

 - ¡Ah! Exclamé.

- Es muy pronto para que comiences a berrear puta, arrástrate hasta la cama.

Me coloqué a cuatro puntos y comencé a dirigirme hacia allá, sin embargo no llegué muy lejos cuando sentí una mano que me tomó del cuello y empujó hacia abajo hasta que mi rostro quedó de cara al suelo.

- ¡Dije que te arrastraras zorra! ¡¿Acaso eres sorda?!

Así lo hice mientras sentía aquel cinturón sobre mi mojada piel, aunque no quería, mis ojos se humedecieron.

Me ató entonces a la cama cara arriba,  asegurandose de dejar mi sexo expuesto, se acercó e introdujo un dedo en mi.

- ¡Puta caliente! 

Acercó entonces su dedo para que lo limpiara con mi boca.

- ¡Disfruta de tu sabor maldita bestia!

Me comió el coño por un largo tiempo, como dije… menú personalizado… ¡De los mejores sexos orales de mi vida!, jugaba con mi clítoris, lo chupaba y lo succionaba para después deslizar su lengua de arriba a abajo, separó muy bien mis labios para introducir su lengua y realizar algunos movimientos que  me pusieron a mil, se detuvo únicamente para volver a comenzar….

Podía sentir como se deslizaban su saliva y mis fluidos por mi abertura, nada exagerado pero si abundantemente.

Se puso de pie para  traer la fusta, bella, negra y de piel. Amo el aroma a piel, la deslizó por mi  cuerpo como si fuese un amante conduciéndose sobre la piel de su amada. 

Recorrió cada centímetro de mi piel incluido mi rostro.

- Quiero golpear esa hermosa cara - dijo levantando la fusta y haciendo amago de golpearme, pero solo rió, rió ante mi cara de pánico.

Se montó sobre mí sosteniendo su peso sobre sus rodillas, con una mano me tomó por el cuello y con la otra me abofeteó en un par de ocasiones.

- No debes mirar así a tu dueño - dijo él. Es un placer corregirte la mirada a golpes, descargando así un nuevo golpe directo en mi rostro.

Se inclinó entonces para besarme, introduciendo su lengua y explorando mi boca a placer, sujetó mis pezones y los aprisionó hasta que emití un grito arrojado directamente a su boca.

- ¡Bien perrita! ¡Sigue gritando! Sujetó firmemente mis pezones y los jaló hacia arriba. Mis manos son mis mejores instrumentos de tortura - sonrió perversamente - esa sonrisa que me motivaba a continuar.

Soltó mis pezones y mis senos se agitaron con aquel movimiento los palmeó entonces como si fuesen unos tambores generando sonidos como palmadas, fuertes  y precisas.

Me acercó su gran verga y la acercó

- ¡Lame gatita! Que aún no te has ganado el derecho de mamarla.

Saqué mi lengua y deguste el liquido preseminal que ya había salido, ¡Una total delicia! por mero instinto, aprisioné un poco de aquella gran verga entre mis labios.

Se retiró en un solo movimiento.

- ¡Dije que no! - gritó y se puso de pie.

Tomó la fusta que dejó en uno de mis costados y comenzó a azotarme directamente en mi sexo.

- ¡Control! Zorra ¡Control! 

- ¡Aghhhhhh! ¡Duele! ¡Agggggg!  ¡Detente!

Su sonrisa de placer era inequívoca, cada golpe me sabía más intenso que el anterior, el ardor incrementó  y el escozor….

Curvee mi cabeza hacia atrás y jalando mis ataduras intentaba salir de aquella deliciosa tortura, pero lo cierto es que disfrutaba de aquello. A cada golpe deseaba que parara, quería suplicar por que se detuviera, sólo que el placer que seguía era indescriptible.

- ¡Aghhhhhhh! Mmmmmmmmm

Sí, es un hecho que mis gemidos de placer estaban superando a mis gritos de dolor.

Este bruto… se tomó su tiempo, estaba cubierta de sudor cuando se detuvo.

Se colocó para penetrarme, empujé un poco mis caderas, lo quería dentro de mí y lo quería ¡Ya!.

Me tomó por las caderas y me giró para colocarme hábilmente boca abajo.

Separó mis nalgas y acarició mi ano. Regresarás y me rogaras que te destroce perra, lo harás…

Sentí su gran pene en la entrada de mi abertura lista para él, por lo que  empujé un poco.

- ¡Tranquila perra! - Agarró mis nalgas firmemente y me empujó hacia adelante deteniendome para que no lograra introducir esa verga dentro de mí. 

Azotó mis nalgas y muslos con su maldita mano callosa haciéndome gritar y brincar, no se detuvo pese  a mis esfuerzos ¡Y eso que no estaba atada!

- ¿Quieres que te coja? - Escupió aquella pregunta en mi oído jalandome del cabello para atraer mi cabeza hacia él. 

Me soltó arrojando mi cabeza contra el colchón.

- ¡Ruega zorra! Ruega por que te dé la mejor cogida de tu vida….

No podía creer lo que saldría de mi boca… 

- ¡Por favor! ….

- ¡No perra! Eso no es rogar… Tomó el cinturón y decoró mi espalda, glúteos y muslos con aquella correa.

Cerré fuertemente los puños sobre la cama, aguantando y gritando, por mi boca salía saliva y  de mis ojos chorreaban lágrimas.

Se detuvo y relajé mi cuerpo para sentir como de un solo movimiento deslizaba su gran verga dentro de mí.

- Un gran gemido de dolor y de mucho placer salió directo de mi garganta, enterré las uñas en lo que fuera que había debajo de mis manos mientra él comenzaba a coger como nunca en mi vida.

Sentí que me penetró profundamente y sabía que no había introducido todo aquel pedazo de carne dentro de mí y poco me importaba si había llegado hasta mis intestinos.

Me tomó por las caderas pellizcando fuertemente mis glúteos para continuar con su bombeo rítmico, se inclinó para morder mis hombros y cualquier superficie que deseó.

Me corrí ruidosamente, pero él no se detuvo, continuó su labor con ahínco. Se puso de pie y me cargó en para quedar frente a él, cogiéndome de aquella manera, en el vuelo, mientras mis brazos y piernas se asían a él como un oso al último tarro de miel.

Su boca quedaba estratégicamente de manera perfecta a la altura de mis senos, me mordió y chupó de tal manera las tetas que mi excitación se fué al cielo.

Sí. Alcancé el cielo nuevamente. Mientras el me sostenía de las nalgas fuertemente y las separaba de manera bruta y exagerada, sus dedos se deslizan peligrosamente por mi ano... para ser honestos para ese momento podía sodomizarme de diez maneras diferentes si así lo deseaba y no opondría resistencia.

Mis piernas estaban temblorosas cuando me colocó en el suelo.

- ¡De rodillas!

Abrí la boca por instinto y descargó ahí todo su semen y escuìó un par de veces también.

- Ahora ¡Traga!

Así lo hice con una sonrisa en la boca.

Me dió la mano entonces para conducirme a una bañera, pues el servicio culmina con un baño de esponja, mismo que me brindó el mismo bruto, pero ahora de una manera suave y tierna… Secó totalmente mi cuerpo con una suave toalla y se marchó.

Me vestí para salir de ahí, agotada y sonriendo.

María estaba en la puerta esperando por mí, era la dueña del lugar y con quién hablé meses atrás y a detalle de la trama de mi libro, el cual se desarrollaba en la parte trasera de un café, después de que cerraba las puertas al público en general y se abría el negocio de Klaudette, un negocio de Escorts masculinos y algunas interesantes historias que se desarrollan dentro y fura de aquel lugar.

- ¿Quedó la clienta satisfech

Algo avergonzada, reconocí que así era. Saqué el monto que cubriría la totalidad del menú que elegí.

- ¡Por favor! No me ofendas de esa manera, puedes venir cuando gustes y ocupar sin costo la totalidad de nuestros servicios ….  después de todo… tú fuiste la de la idea de éste lugar… ¿Que opinas? Puede darte material y si quisieras... tu puedes ser quién realice las audiciones y controle la calidad del producto. Nuestro menú llevaría el título de "Madame K - Cocina de Autor"

Me gustaría tenerte como futura socia. ¡Piénsalo, no me respondas ahora!

Sonreí pensando en ¡Que se abran las audiciones!

- Necesitaremos un buen abogado que pueda ayudarnos de manera discreta y efectiva en nuestro negocio...

- Creo que conozco a alguien que nos puede ayudar - suspiré - pero tengo que enfundarme en mi traje de guerra para comenzar una discusión con él, si es que acaso quiere volver a hablar conmigo… 

 

CONTINUARÁ...