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El mayor espectáculo que mi mujer me podía brindar

en Fantasías Eróticas

Y por fin, tras tanto insistir-le a mi mujer, consigo que nos escapemos a Barcelona un fin de semana (de viernes a domingo). Y hasta el momento, mientras compartimos la cena del sábado por la noche en una marisquería, ha ido todo de perlas. Llegamos la noche anterior al hotel, nos instalamos, bajamos a comer algo y follamos, follamos como locos. Por la noche, y el sábado por la mañana repetimos. Carla, a la que ya conoceréis por otros relatos, es el objeto de mis más pervertidas fantasías. Siempre me la he imaginado, por ejemplo, disfrutando de dos pollas, la mía, y la de algún desconocido. Me encanta, en nuestros juegos en la cama, penetrarla desde atrás y ver como engulle un dildo en forma de pollón que usamos en nuestros juegos... pero eso son otras historias. Ahora, tras un sábado de turismo por la ciudad, besos, abrazos y caricias en cada esquina (parecemos recién casados de nuevo), estamos disfrutando de la cena, como dije anteriormente. Y decido sacar el tema, pues me ronda la cabeza desde hace años, y quién sabe, a lo mejor acepta, aunque no deseo para nada incomodarla o cortar-le el “rollo”, con lo bien que lo estamos pasando... espero a los postres, al café, y tras el primer sorbo a un licor de hierbas que compartimos le digo:

 

-Bueno, ¿que?. ¿Lo pasamos bien verdad?

-Siiii amor, estoy disfrutando mucho contigo.

-Habrá que realizar alguna fantasía... ¿no? Con todos los relatos que llevo escritos, algo habrá que te apetezca...

 

Me mira sonriente, picarona...

 

-Mmmmmm.... ¿que sugieres?

-¿Qué te parece si vamos a tomarnos una copa a algún local liberal?

-¿Liberal? No, no, no, no...-niega con la cabeza- que luego se te acercan las lagartas...

 

Me rio...

 

-Jajajjaja, cariño, sabes que vamos por ti. Sabes de mis fantasías, eres tú quién debe ligarse a alguien... a ver si hay suerte y te puedo vendar los ojos y disfrutar de un buen espectáculo... Puedes estar tranquila, yo no quiero nada con ninguna...

 

Me mira con cara estupefacta...

 

-¿Estás hablando en serio?...

-Si, claro. No te lo diría si no fuera así. Venga, va..-mi mano acaricia la suya, le guiño un ojo- no hay muchas ocasiones para probar cosas nuevas....

-Estás loco... pero bueno. Si tanto te apetece, podemos ir a tomar algo, pero no creo que pase nada, ya te lo digo...

 

Me levanto a besarle en los labios...

 

-No quiero que pase nada que tú no quieras, y lo sabes. Pero déjate llevar un poquito hoy... -la vuelvo a besar -

 

Tras pagar la cena y coger un taxi, estamos en la puerta del local que más recomendaciones tiene en internet. Llevo a Carla de la mano, y la beso antes de entrar, pues la noto nerviosa.

 

Entramos, y tras la primera puerta, una señora detrás de un mostrador nos sonríe....

 

-Hola, bienvenidos a Luxurys. Si quieren dejar sus abrigos aquí, les explico como va un poco todo...

 

Le dejamos los abrigos, y le pagamos la cuota de parejas. Nos explica que esta noche es solo de parejas, y que nada más entras encontraremos la zona de bar, con una barra dónde podemos tomar una consumición gratuita. Hay pista de baile y sofás con mesas por si queremos interactuar con otras parejas. Tras unas cortinas, hay una zona de baile “a oscuras” por si nos atrevemos. Ante todo, nos pide respeto, y que un no es un no. Lo cual nos tranquiliza, sobretodo a Carla. Nos indica por último, que si queremos algo más con alguien, debemos dirigirnos a la señorita de la barra, que nos dará indicaciones para ir a la habitación.

 

Beso nuevamente a Carla y entramos, vamos directos a la barra. Una señorita algo mayor nos atiende amablemente. Al rato, ya estamos mirando alrededor, cada uno con su copa, sentados en sendos taburetes en la barra. Hay más gente en la barra, gente en la pista, y gente en los sofás. La verdad es que me sorprende gratamente, no esperaba tanto ambiente. Hay muchas parejas mayores que nosotros, algunas bien cuidadas, otras para ser sincero, no. También puedo ver gente bastante joven, me sorprende. Tras apurar nuestra copa y un rato de besos y caricias, me noto relajado, y a Carla también la noto tranquila...

 

-¿Que, te gusta?

-Hombre, no es para tanto, parece un pub normal...

-¿Te apetece bailar un poco?

-Claro -Carla me sonríe, sé que le gusta bailar...

 

Ya en la pista, Carla empieza a moverse sensualmente, como ella sabe, mientras me mira, me sonríe, me coquetea... Mis ojos la observan, intento moverme con ella. Dios, como me pone mi mujercita. No puedo evitar mirar de vez en cuando alrededor. En los sofás, veo un par de parejas observándonos. El hombre de una de ellas, algo mayor, me mira y se toca la entrepierna, señalando a mi mujer. Noto un chispazo en la polla. Me pone que observen a mi mujer, y en este lugar lo hacen descaradamente, sin pudor. Uno de los muchachos que están en la pista (desconozco donde está su pareja) se pega por detrás a mi mujer, y empieza a contonearse con ella. Carla, sorprendida, se acerca hacia mi y se gira al mirar al muchacho. El muchacho hace la señal de perdón con la mano, y se va educadamente. Volvemos a la barra, a beber.

 

-¿Qué pasó? -le pregunto-

-Pués que no me lo esperaba. Y noté un buen bulto en mi culo...

-Ufff.. -le sonrío- como me pone...

-Ya lo sé, pero no era mi tipo, además ya te dije que veníamos a ver como era.

-Bueno, bueno, no te cierres en banda mi amor. ¿Nos acabamos las copas en los sofas?

-Venga...

 

Encontramos un sofá vacío, apartado, y nos sentamos. De camino, hemos visto dos parejas sentadas, metiéndose mano unos a otros. Un espectáculo. Parece que el local se va llenando poco a poco. Empiezo a besar a Carla, en el cuello, en los labios. Mis manos acarician sus muslos desnudos bajo su falda. Busco su entrepierna, Carla me aparta la mano. Doy un trago. Ella también. La noto nerviosa, y la quiero tranquilizar, a ver si se deja llevar...

 

-Chssssss -le susurro sensualmente en la oreja, mientras con una mano acaricio su cuello y con la otra busco de nuevo su muslo...- me encantas, relájate vida, te amo....

 

Seguimos enrollándonos. Carla ya se suelta más, supongo que el alcohol ayuda. Mi mano sube de su muslo y esta vez sin obstáculos, llega a acariciar su tanguita, que noto mojado. Me besa con pasión mientras su mano busca mi paquete, que debe notar ya prácticamente duro...

 

De repente, nos cortamos, pués una pareja se sienta justo enfrente nuestra, poniendo sus bebidas en la misma mesa que nosotros...

 

-Disculpad, no queríamos cortaros el rollo. Es que no hay más sitio en ningún sofá. Podéis seguir, nos estaba gustando... -dice la mujer, más joven que nosotros, sobre los treinta. Es alta, delgada, lleva un vestido ceñido blanco que resalta su figura estilizada. Se nota que se cuida. No tiene mucho pecho, pero sí que tiene una buena curva en sus caderas, que culmina en un culo redondo y respingón. Su cara resulta aniñada, de nariz pequeña y ojos grandes, que resaltan por su color, verdes. Lleva el pelo, negro, suelto y caído hasta los hombros.

 

-Nada, nada, sentaros... -digo- me llamo Jorge, y ella es Carla.

 

-Encantados, somos Javier y Marta -habla el hombre, también joven y bien cuidado, pelo rasurado, media barba, complexión atlética... le da dos besos en las mejillas a mi mujer, y me estrecha la mano. Yo hago lo propio y le doy dos besos a Marta...

 

Empezamos una conversación con ellos, pues resultan abiertos y de trato fácil. El alcohol ayuda a hablar y abrirnos. Les contamos nuestra situación, que no somos de allí, que es nuestra primera vez en un local, y que no buscamos nada conmigo, que me gusta mirar, si no para ella. Ellos, con mucha más experiencia, nos cuentan su situación, parecida a la nuestra. Resulta que Marta es una hotwife, como la define Javier. A el le gusta que Marta folle cuando y con quién quiera, siempre que se lo cuente. Y resulta que ya tienen experiencia en eso. Nos quedamos perplejos, pero resuelven nuestras dudas entre copa y copa (primero los invito y luego invitan ellos). Al rato de hablar, Javier propone:

 

-Oye Jorge, vente a mi lado. Dejemos que estos dos bombones se sienten juntos y hablen entre ellas, así disfrutamos viéndolas...

 

Beso a mi mujer, y mientras me levanto a dejarle mi sitio a Marta, le digo:

 

-Te quiero... déjate llevar mi vida...

 

Me siento al lado de Javier, y empezamos a hablar entre nosotros. Javier me cuenta sus experiencias, y me pone muy cachondo. No entiendo como puede disfrutar con ello, pues yo le reconozco que sí, que me gustaría ver a mi mujer follada por otro hombre, disfrutando una buena polla que no fuera la mía, pero que siempre me he imaginado presente. Javier me dice que al principio era así, pero ahora le gusta ir más lejos, y que se quieren mucho, pero en el sexo disfrutan así. Escuchando las historias y experiencias de Javier, casi me he olvidado de nuestras mujeres, pero Javier me llama la atención para que mire hacia ellas...

 

Y veo como Marta, con una mano metida bajo la falda de mi querida Carla, está besando en la boca a mi mujer... me quedo flipado, disfrutando el espectáculo. Ambas tienen los ojos cerrados, Carla echa la cabeza hacia atrás, la lengua de Marta recorre su cuello, mientras su mano se mueve bajo su falda, imagino que masturbándola. Noto mi polla a punto de estallar. De repente Marta para, quita su mano, para darle un sorbo a su bebida. Me ve pasmado y me guiña un ojo. Carla, con cara de éxtasis, al verme resopla...

 

-Parece que nuestras hembras no nos necesitan hoy... -dice Javier- ¿que os parece si os vais a una habitación y nos lo contáis luego, chicas?

 

Carla me mira, con cara de no saber que hacer. Marta le susurra algo al oído. Luego habla ella (Marta):

 

-No. Tú te puedes ir a casa -le dice a su marido- ya te contaré. Me voy con ellos a su hotel.

 

Se levanta, y me indica que me siente de nuevo al lado de mi señora...

 

-Comenta lo con tu mujer -me dice-

 

Me siento con Carla, la abrazo y la beso...

 

-¿Como estás vida?

-Bufff... caliente. Insegura. No lo sé.

-Veo que te gustó como te tocaba...

-Joder cariño, mucho.. me encantaba.

-Pues...

-¿Tú estás seguro de querer dar esta paso? Además, ya sabes que no quiero que hagas nada con ella, no soportaría verte follar con otra....

-Tranquila vida, sabes que no es eso lo que quiero. Quiero verte gozar, como hacías hace un momento mientras Marta te tocaba. Vámonos ya al hotel, te prometo que me encantaría ver como os lo montáis. Yo quiero verlo, no participar...

-Está bien, que sea lo que Dios quiera.

 

Diez minutos después, nos hemos despedido de Javier, y vamos en un taxi a nuestro hotel. Carla sentada entre Marta y yo. El calentón es máximo, y mientras veo la mano de Marta subir de nuevo por el muslo de mi mujer, le giro la cabeza, sus lenguas se encuentran en otro beso mientras yo toco el pecho y beso el cuello de Carla... El camino al hotel se hace eterno...

 

Pero llegamos. Y en la puerta de la habitación, mientras entramos, le digo a Marta:

 

-Carla tiene muy claro que no quiere verme interactuar contigo. Quiero mucho a mi mujer, quiero que goce. Hazla gozar, como si yo no estuviera...

 

Le doy un beso a mi esposa, y mientras la beso no puedo evitar decirle:

 

-Gracias... y tranquila. Te amo.

 

Entro y me siento en una esquina de la habitación, en una butaca. Mientras enciendo y busco un canal en la tv con música, Marta se sienta en la cama, y le hace señas a Carla para que se siente a su lado. Le susurra algo al oído, y Carla me mira. Sonríe. Se besan nuevamente. Las manos expertas de Marta, van desnudando a mi mujer, al ritmo de caricias y besos por todas partes. Carla permanece con los ojos cerrados, sus pezones duros permiten adivinar su excitación. Marta tumba a Carla en la cama, y poco a poco, mientras le besa y mordisquea los pezones, veo su mano dirigirse a su mojado coño. Empieza a tocarla, y en un momento Carla parece fuera de sí. Marta aumenta el ritmo de su experto dedo, y veo como mi mujer convulsiona y jadea en un largo orgasmo...

 

-Oh, si, si, siii...

 

Marta disminuye el ritmo, hasta separar su mano de la entrepierna de mi esposa. Mi mujer me mira, sonrojada, preciosa...

 

-Bufffff

 

-Esto solo es el principio -dice Marta, mientras se levanta de la cama y se desnuda léntamente...- Jorge, tráenos bebida, que nos hará falta...

 

Me levanto, y les dejo agua en la cómoda. Veo el cuerpo de Marta, subiendo a la cama. Con un suave gesto consigue tumbar a Carla boca abajo. Empieza a masajearle los hombros, la espalda. Yo ya he vuelto a mi posición. No puedo evitar desnudarme, y empezar a tocarme, pués la polla me va a reventar. Mientras me pajeo, Marta se tumba encima de la espalda de Carla, y la va besando lentamente, recorriéndole la espalda... va descendiendo y consigue que Carla se sitúe a cuatro patas. Pronto, Marta está agachada, con la cabeza hundida en el culo de mi mujer, que se agarra a las sabanas y vuelve a gemir con el movimiento de lengua de su amante. Puedo ver desde mi posición, el culo en pompa de Marta, que lleva el coñito depilado como mi querida esposa. Sigo tocándome, la polla me va a reventar, pero no quiero correrme todavía.

 

Al rato en esa postura, noto a Carla gimiendo más fuerte. Agarra desde atrás la cabeza de Marta, y la empuja contra su trasero....

 

-Ohh, siii, siii, Diosss... jodeeeerrr.....

 

Los chillidos de mi mujer son increíbles. No sé si nunca se ha corrido así conmigo... a ver si se va a pasar a la otra acera...jeje...

 

Marta sigue, pese al largo orgasmo que está teniéndo mi esposa...

 

-Joder, para, para... -dice mi mujer- ah, ah, ahhhh....

 

Marta obedece, y le da un besito en el culo a mi esposa. Puedo ver su boca llena de jugos de Carla. Carla se tumba boca arriba. Marta se sienta encima de ella....

 

-Bufff -dice Marta- me tienes a mil por hora preciosa....

-Joder, eres una diosa del sexo...

-¿Me vas a dar un poco de placer tú a mi ahora?

-No sé si sabré....-pero la mano de Marta agarra la de mi mujer, y la lleva hacia su coñito. Marta se agarra las tetas, y empieza a moverse, mientras mi mujer tiene su mano en el coñito de su amante...

 

Al rato, y para mi agradable sorpresa, Carla dice:

 

-Quiero comerte... quiero que me comas otra vez....

-Mmmmmmmm... -responde Marta.

 

Marta se tumba boca arriba, y mi mujer se sube encima de ella, al revés. Veo el jugoso coñito de mi esposa, palpitante, y veo de nuevo la lengua de Marta que empieza a recorrer su clítoris. Mi esposa entierra la cara entre las piernas de Marta... no lo debe hacer mal, porque pronto Marta se retuerce de placer.

 

-Ohhh, si... si...

 

-Mmmm, mmmm, mmmm...

 

Las dos mujeres se comen ansiosamente. Marta empieza a meter dos dedos en el coñito de mi mujer, mientras su lengua no para.

 

-Me corroooo, me corroooo -chilla Marta, mientras Carla no separa la cabeza del coñito de su amante...

 

Es espectacular. Sigo pajeando-me, y mientras ya pienso en correrme, me sorprende mi querida esposa...

 

-Joder, Marta, no pares -Marta vuelve a comer-le el clítoris, mientras sus dedos la penetran- y tú, cariño, ven, folla-me el culo, te lo has ganado...

 

No puedo creer lo que oigo, y no pienso desaprovechar la oportunidad. Ni corto ni perezoso, cojo el gel anal que solemos usar Carla y yo, me embadurno bien la polla, y me subo a la cama. Me sitúo de pie, detrás de mi esposa. Veo la Cara de Marta, asomando entre las piernas de mi mujer, veo su mano jugando en su coñito. Me agacho, Marta coge las nalgas de mi mujer con ambas manos y la abre. Veo su ano, mojado por los jugos de sus anteriores orgasmos... Pongo mi polla en la entrada de su ano, poco a poco empujo, pero no necesito mucho para enterrar-la toda en el interior del culo de mi mujer. Me agacho, y empiezo a bombear, mientras le beso la nuca a mi esposa y le susurro al oído:

 

-Joder, nena, me vuelves loco, te quiero...

-Ah, si, si, si....-gime ella-

 

Noto la mano de Marta, jugando en el coñito de mi esposa. Mi polla entra y sale sin dificultad. Supongo que mi mujer nota la fabulosa lengua de su amante extasiándole el clítoris, sus dedos entrando y saliendo de su húmedo coño, mi polla llenándole el culo... Al rato, noto como una mano me agarra y aprieta los huevos, es la mano de Marta, que demuestra su larga experiencia en situaciones parecidas. No lo puedo evitar, y mientras le hago saber a mi esposa que le voy a llenar el culo de leche, me viene un orgasmo descomunal... mi esposa, supongo que notando mis contracciones y me esperma llenándola, se viene de nuevo...

 

-Ohhh, sii, siiii... ahhhhh...

-Joder, nena, que bueno....

 

Me salgo de mi esposa, y me tumbo a su lado extasiado. Mi esposa levanta la pierna, permitiendo escapar a Marta al otro lado. Quedamos tumbados, exhaustos, mi Carla enmedio, Marta y yo uno a cada lado. Al rato, Marta se levanta y empieza a vestirse. Le da un beso a mi esposa, mientras dice:

 

-Os dejo chicos, es vuestra primera vez y supongo que querréis estar solos y hablarlo. Voy a contarle a mi maridito todo lo que hemos hecho. Os dejo mi número por si queréis repetir algún día... -dice mientras apunta en un papel su número, dejándolo en la cómoda.

 

Y se va, mi rendida mujer sólo alcanza a decir:

 

-Adiós....

 

Quedamos tumbados, un rato, sin decir palabra. Al rato, Carla me besa y se levanta para ir al baño. Yo aprovecho para limpiarme los restos de semen que todavía tengo en la polla. La habitación huele a sexo. Me tumbo rendido, rememorando lo vivido, joder como he disfrutado, espero que Carla no se arrepienta.

 

Viene al rato, y se tumba a mi lado. Vuelve a besarme, y antes de cerrar los ojos y dormirse, me dice:

 

-Te amo.

-Y yo a ti...

 

Supongo que no querrá hablar del tema, o hablarlo mañana, estará rendida. Dejaré que ella decida. La quiero con locura.