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El voyeur del hotel

en Trios

Otra vez lo ha vuelto a hacer. Siempre hace lo mismo. Cuando nos vamos de hotel, mi marido tiende a dejarme sola, mientras acabo de arreglarme, y bajar al bar. La verdad es que no me importa, porque así no me pone nerviosa mientras me arreglo y me visto. Pero me fastidia que no pueda esperarse quince minutos. Así que, envuelta en la toalla, me voy secando el pelo pensando en que ponerme.

 

Salgo del baño envuelta en la toalla, a la habitación. Es espaciosa, mi marido ha elegido un buen hotel. Me dirijo al armario, empotrado, en el lado derecho de la cama. Esta tapado por unos grandes espejos, y me detengo antes de abrirlo un momento, a mirarme en el espejo. Los años no pasan en balde, pero sigo viéndome guapa. Mi marido siempre alaba mi cara de niña, y no le quito razón, aunque ya voy por los 35, aparento menos de treinta. Pese a ser bajita, unos meses de dieta y gym han conseguido que vuelva a lucir bastante, bajo la toalla no me veo tan mal. Abro la toalla para observarme, el pecho, una 95, no están en el mismo sitio que a los veinte, pero siguen bien puestas. Observo mis pezones, esos a los que mi marido tanto le gusta comerse, redondos, grandes. Dejo caer la toalla y me sujeto los pechos con las manos, levantándolos. Mis índices acarician los pezones, produciéndome excitación. Me veo la barriga, que tras dos partos jamás volvió a su sitio, pero que empieza a estar plana (gracias a los meses de disciplina). El pubis, rasurado, como el resto del cuerpo. Me gusta verme sin vello, aquellas sesiones de depilación láser fueron la mejor decisión en años.... de repente lo veo. A través del espejo, veo el ventanal que hay detrás, al otro lado de la cama. La cortina no está cerrada del todo, y justo al otro lado, a unos metros, hay un muchacho asomado al balcón, con la vista fija en mi cuerpo. Me quedo paralizada, luego me agacho a recojer la toalla y vuelvo al baño.

 

 

 

¿Sabrá que le he visto? ¿Sabrá que le he descubierto? No me he girado en ningún momento hacia el ventanal. Desde que me he dado cuenta que me espiaba, ha sido todo muy rápido. El corazón se me ha disparado, he sentido vergüenza, pero ahora... de repente me noto mojada.... Siempre me ha excitado pensar que un desconocido me pueda observar, y acaba de ocurrir. Paso mis dedos por mi sexo, notándolo caliente y húmedo. Mis pezones se han endurecido. Definitivamente sí, me ha excitado. Mi marido me espera abajo, pero la situación me da mucho morbo... ¿y si....?

 

 

 

Salgo de nuevo envuelta en la toalla. Vuelvo al armario, y de reojo puedo observar como mi voyeur sigue en la misma posición. Mientras abro la puerta para escoger la ropa, le hecho un vistazo. Definitivamente el no ve que lo puedo observar a través del espejo, lo cual me parece perfecto. Veo un chaval no muy mayor, estará en los veintipocos. Lleva el torso desnudo, esta delgado. Solo lleva unos calzones puestos y... si, se esta tocando el rabo por encima del pantalón, mientras me mira. El corazón se me dispara, me pongo a mil. Me dirijo a la mesita de noche y le mando un mensaje a mi marido: -"ESTOY CACHONDA, SUBE A FOLLARME. AHORA". Vuelvo al espejo, a la posición en la que mi voyeur puede verme. Me salgo de su punto de vista, y voy hacia las cortinas. Las abro un poco más, para dejarle más espacio visual. Cojo el móvil de la mesita, hago como si llamara por teléfono, dándole la espalda. Otra mirada de reojo, sigue observándome. Apoyo el teléfono entre mi cara y mi hombro, para recogerme el pelo en una coleta. Este movimiento provoca que caiga la toalla que me envuelve, quedando desnuda nuevamente. Cojo el teléfono con la mano, y ya no hago ademán de recoger la toalla. Me paseo un poco, de lado a lado, y veo como el muchacho sigue palpándose el paquete sin perder detalle. De repente abren la puerta, entra mi marido. Suelto el teléfono y nos fundimos en un beso, comiéndonos la boca. Las manos de mi marido pronto me agarran con fuerza las nalgas, apretándome contra él. Empiezo a notar su polla, creciendo, bajo los jeans. Le voy quitando la camisa, él me ayuda, y queda con el torso desnudo. De pie, nos seguimos besando, mi mano sujeta con fuerza su paquete. Mi boca se desliza por su cuello, por su pechos, por su vientre. Me quedo en cuclillas, mis manos buscan desesperadamente desabrochar el cinturón. Luego, el botón. Le bajo la cremallera, y tirando hacia abajo de los lados, le bajo los jeans y los boxers todo a la vez, saltando ante mi cara su polla erecta y tiesa, como siempre. Se la agarro, empiezo a pajear le, y lo miro. Él me mira, me sonríe, y luego sus ojos se dirigen al techo, señal de que sabe que va a gozar con mi mamada. Mi lengua se entretiene en la punta, recorro su polla entera hasta los huevos, para volver a subir, y finalmente meter me la en la boca, empezando a mamar al ritmo que mi mano pajea. Una mirada hacia el espejo, de reojo. Veo a nuestro voyeur. Sin duda, no sabe que lo he visto, creerá que desde su posición no podemos verlo. Sin ningún pudor, su mano sube y baja por su polla, que ya tiene fuera. Se esta pajeando, y debo reconocer que el chaval calza una polla muy grande, un pollón. Sigo mamando se la a mi marido, me siento excitadísima. De repente mi marido me indica que pare... : - Me toca... - dice.

 

 

 

Me tumbo en la cama, procurando que el chico siga pensando que no puedo verlo. De esta manera, me coloco boca arriba, flexiono las rodillas y abro las piernas, dejando mi coño abierto a la vista del muchacho. Mientras mi marido se dirige a colocarse entre mis piernas, volteo la cabeza hacia el espejo. Veo al chico con la polla en la mano, disfrutando el espectáculo. La lengua de mi marido empieza a trabajar, joder, estoy excitadísima. Noto como recorre cada rincón de mi clítoris, de mi sexo, le agarro la cabeza para que no pare. Empiezo a mover las caderas, me esta viniendo, y sigo mirando al espejo, donde el chico sigue a lo suyo. En esta posición, es imposible que sepa que lo veo, a través del espejo. Así que me quedo mirando su polla, su pollón, su mano recorriéndolo de arriba a abajo. Joder, debe medir más de veinte centímetros. Me corro, me corro con la lengua de mi marido en mi coño, mientras veo el pollón de aquel muchacho. No puedo evitar gemir, gritar, tengo un orgasmo descomunal. Mi marido disfruta, absorbe todos mis jugos. Luego se levanta, sube besándome el vientre, las tetas, me besa con pasión... y me penetra... oh, si... empieza a follarme como un animal...

 

 

 

-No se a que ha venido esto, pero me encanta...- dice mi marido- Te has corrido a gusto, en mi boca, hacía tiempo. Joder, como me pones nena, me encantas.

 

 

 

Sigue follándome, el ritmo de sus embestidas y la dureza de su polla entrando y saliendo de mi, me demuestran que esta excitado. Se que a mi marido le gustan estas situaciones, pero recuerdo que no le he dicho nada... estamos follando y él no sabe que nos están mirando.

 

 

 

-Tenemos un espectador...

 

 

 

Noto como su ritmo se desacelera.... se queda dentro de mi, mirándome...

 

 

 

-¿Cómo dices?

 

 

 

-No te gires, lo asustarás. Miralo a través del espejo del armario, con disimulo, Y sigue moviéndote.

 

 

 

Mi marido vuelve a moverse, y veo como mira de reojo, veo como lo ve, su cabeza se acerca a mi oído, me come el cuello mientras yo vuelvo a observar, el chico tiene aguante, sigue pajeándose el pollón arriba y abajo, sin ningún pudor, convencido de que no lo sabemos. Mi marido me susurra al oído:

 

 

 

-¿Te gusta cariñito? ¿Te gusta que un desconocido se pajee mientras ve como te follo?

 

 

 

Sus palabras me excitan. Le agarro del culo, empujándolo hacia mi interior.

 

 

 

-Oh, si, si, si...

 

 

 

-¿Te gusta el pollón del chico verdad? ¿Te gustaría que estuviese aquí, con nosotros? ¿Te gustaría verlo de cerca?

 

 

 

Me imagino aquel muchacho en la habitación, me imagino su polla cerca, ese enorme pollón, me imagino cogiéndolo con la mano mientras mi marido me penetra...

 

 

 

-Oh, si, joder, si....

 

 

 

-Ponte a cuatro patas, que vea el culazo que tienes.

 

 

 

Obedezco, y me pongo a cuatro patas con el culo hacia el ventanal. Agacho la espalda, levanto el culo cuánto puedo. Mi marido, se sitúa a un lado, su mano se desliza por mis nalgas, por mi coñito húmedo, me penetra con un dedo....

 

 

 

-Mira que espectáculo le estamos dando, mira como se pajea mirando tu precioso culo, seguro que te follaría, que te clavaría ese pollón sin piedad...

 

 

 

Miro al espejo, veo como a disminuido el ritmo de su paja. Su mano sube y baja lentamente. Sin duda, está disfrutando de las vistas. Mi marido se sitúa detrás mía, y me empieza a follar desde atrás. Sube las piernas, penetrándome desde arriba, una y otra vez. En esa postura, me besa la nuca.

 

 

 

-Oh, si, si, joder.... -noto como me voy a correr- me corro cariño, siiiiiii.....

 

 

 

Me agarro con fuerza a las sabanas, la polla de Jorge (así se llama mi marido), no deja de entrar y salir de mi coño, húmedo, abierto, joder como disfruto. El orgasmo me recorre la espalda, se centra en mi coño, me llega a los dedos de los pies.... Jorge sigue penetrándome con violencia...

 

 

 

-Cómeme la polla nena, pídeme mi leche...

 

 

 

Con rapidez, se sale de mi, y se pone de pie, de lado hacia nuestro voyeur. Empieza a pajearse, y yo me pongo de rodillas, abriéndole la lengua a su polla, esperando su néctar. Miro de reojo al espejo, el chico también ha aumentado el ritmo. Jorge se corre, su esperma se derrama en mi cara, en mi lengua, en mis pechos, que me estoy agarrando con ambas manos... Entonces decido hacer la última locura del día, y tras mirar a mi marido, que mira hacia el techo, me giró hacia la ventana, y busco con la mirada al muchacho, que me mira... y lejos de taparse o esconderse, tal vez porque ya es demasiado tarde para él, me mira, mientras de su enorme polla saltan borbotones de leche.... le sonrío, y él me mira sorprendido, devolviéndome luego la sonrisa... y saludándome tímido, con la mano... miro a mi marido, que me está mirando...

 

 

 

-¿Te ha visto mirarle?

 

 

 

Vuelvo a girarme, pero el muchacho ya no está.

 

 

 

-Se ha corrido mientras lo miraba.

 

 

 

Mi marido baja a mi altura, y me besa con pasión...

 

 

 

-Joder, como me pones...

 

 

 

                                                                                                                                                         

 

 

 

Estamos regresando de cenar, otra vez hacia el hotel. No dejo de darle vueltas a lo ocurrido esta tarde, y para mi sorpresa, me excita, me moja rememorar lo ocurrido . Siempre fue una fantasía "jugar" con un tercero en la cama, pero básicamente, una fantasía de mi marido. Yo jamás creí que ocurriría nada parecido, aunque reconozco que le seguí el juego a mi marido más de una vez. Y hoy ha sucedido lo más parecido que nos ha ocurrido, de momento. Y para mi sorpresa, he llevado yo la iniciativa, he sido yo quién ha provocado lo ocurrido. Mientras cenábamos no he querido sacar el tema. Y para mi sorpresa, él tampoco. Actúa con total naturalidad, como si no hubiera pasado nada extraño. Eso sí, lo noto cachondo. Cariñoso, mimoso, y a la vez transmitiéndome la sensación de querer follarme como un animal. Y me encanta.

 

 

 

Después de lo sucedido, nos duchamos juntos y Jorge me ha pedido que me vistiese "a su gusto" para salir a cenar. Y lo he hecho. Llevo tacón alto. Muy por encima de las rodillas, una faldita corta, pegada, con tanga debajo, dibujándose el contorno de mi culo perfectamente. Encima, una camiseta negra, de escote en V bastante pronunciado, de tela fina, sin nada debajo, de manera que con un poco de frío, o de excitación, se me dibujan los pezones. He notado toda la velada algunas miradas obscenas por parte de otros hombres. Y sé que a mi marido le encanta eso, me lo ha hecho saber...

 

 

 

-¿Te pone que miren a tu mujercita, eh?

 

 

 

-Sabes que sí...

 

 

 

Pese a lo cachondos que estamos, no hemos hecho más que cenar, tontear... y ahora vamos al hotel, no sin antes pasarnos por la disco, a ver que hay.

 

 

 

-¿Te imaginas encontrarnos al muchacho de antes? -dice Jorge.-

 

 

 

-Bueno, si es cliente del hotel, podría suceder... aunque no creo que lo reconociese, estaba un poco lejos...

 

 

 

-Reconocerías su pollón, eso seguro -me sonríe, y yo le doy un guantazo en el hombro, en señal de que corte el rollo... pero sonriendo...

 

 

 

La discoteca del hotel, para nuestra sorpresa, está bastante concurrida. Es un hotel adults only, supongo que eso influye en que la mayoría de clientes quieran tomar una copa y escuchar la música. Hay un grupo cantando en vivo, nada estridente, música jazz, suave. Vamos a la barra, pues no hay mesas libres. De camino, mi marido se retrasa un poquito. Sé que me observa, que observa si algún hombre me mira el culo... Pedimos un par de copas, y seguimos charlando, besándonos, disfrutando la velada. A veces su mirada se pierde entre la gente, a veces se pierde la mía...

 

 

 

-¿Estás buscando al niño pollón? -me sonríe Jorge-

 

 

 

-!Estás muy tonto tú!- me noto achispada, empiezo a notar el efecto del vino en el restaurante, y el par de copas que llevamos- Pues como lo vea, a lo mejor le guiño un ojo... !ja!

 

 

 

Y doy otro sorbo.

 

 

 

-Dios, que guapa eres, como me pones - Jorge me agarra fuerte de la cintura, y me besa con pasión...

 

 

 

Le sonrío. Joder, como lo quiero. Seguimos charlando de cosas banales. Entonces, me disculpo, noto que debo ir al baño. Me dirijo al hall, y de allí al servicio. Definitivamente sí, estoy algo mareada. Por eso al terminar, decido salir a la zona ajardinada, a fumar un cigarro tranquila. Aprovecho para mirar el móvil, pero lo dejo pronto. La noche está fenomenal. Me gusta notar el frescor bajo la tela fina, acariciándome los pezones. Rememoro de nuevo la tarde. Busco nuestra habitación con la mirada, en el último piso, y veo la del muchacho, a unos metros... recuerdo su polla, aquella enorme polla que he visto a través del espejo. Para mi sorpresa, me noto mojada. Voy a ir a por Jorge, es hora de hacer el amor de nuevo. Apago el cigarro, y regreso a la disco, dónde lo encuentro en la barra, en el mismo lugar.

 

 

 

-¿Todo bien..? -me dice al llegar a su altura. Lo noto extraño, en la cara, le noto como nervioso-

 

 

 

-Si, todo bien... ¿y a ti, que te pasa?

 

 

 

Jorge da un buen trago a su copa.

 

 

 

-No pasa nada, ¿por?

 

 

 

-No sé, te veo raro... serán manías - y le beso - ¿Otra copa? ¿No será demasiado?

 

 

 

-A ver si te emborracho y hago guarradas contigo esta noche....

 

 

 

-Jajajajajaja -vuelvo a besarlo, mis manos rodean su nuca, me noto excitada, quiero a mi hombre...

 

 

 

Entonces me dice:

 

 

 

-Ha venido a verme.

 

 

 

-¿Quién?

 

 

 

-¿Quién va a ser?

 

 

 

Me quedo sorprendida. Pienso que no es posible:

 

 

 

-¿El chico de antes?

 

 

 

-Sí....

 

 

 

-!Que fuerte! ¿Y qué te ha dicho?

 

 

 

-Pues que le ha encantado. Y que quiere repetir.

 

 

 

-Estás de coña...

 

 

 

-No, que va. Dice que no es su primera vez. Y que le encantaría volver a mirarnos, pero estando en la misma habitación...

 

 

 

-¿Y tú qué le has dicho? -Ahora soy yo la que da un trago largo al cubata. Me he puesto nerviosa-

 

 

 

-Pues que tenía que hablar contigo... -Jorge bebe. Yo estoy asustada en parte, excitada en parte-

 

 

 

-¿Qué quieres hacer?

 

 

 

-¿En mis manos lo dejas...? -me sonríe picarón- jajajajaja

 

 

 

Le sonrío, le beso. Su risa siempre me relaja.

 

 

 

-Eres un capullo...-le digo-

 

 

 

-Cariño... -me agarra de la cintura, atrayéndome hacia él. Me besa con pasión.- cariño, sabes que tengo estas fantasías. Y tú ya has dejado que te vea, sólo quiere repetir el chico. Podemos hacerlo como te plazca. O no hacerlo, si no quieres no hay problema, sabes que te amo y no voy a forzar nada. Pero por mí, por mi que no quede amor.

 

 

 

Miro a mi esposo a los ojos, sigo notándome achispada, pero sus palabras no dejan de sorprenderme. Lo veo seguro de sí mismo, jamás creí que llegaría una ocasión así. Entonces pienso que el muchacho seguramente estará mirándonos, entre la gente de alrededor. ¿Cómo será? De lejos, sólo intuí sus rasgos..

 

 

 

-¿Es guapo?

 

 

 

-Si sólo es para mirarnos qué más da.... ¿O es que quieres algo más?... jajajajjajaja

 

 

 

Nerviosa, le doy un cachete en el hombro...

 

 

 

-Capullo... no, en serio...

 

 

 

-¿Quieres conocerlo?

 

 

 

!Dios! Mi marido está hablando en serio. ¿Qué hago? Doy otro trago, noto la garganta seca.

 

 

 

-Ay, no sé....

 

 

 

-Mira cariño -Jorge me susurra en la oreja, poniéndome a mil- es guapo, es joven, tiene experiencia en estas cosas. Es latino, tiene el acento como uruguayo... ¿Porque no subes a la habitación, te pones la venda en los ojos, y me esperas? Yo vengo con el muchacho en dos minutos. Así estarás menos nerviosa, te conozco.

 

 

 

Lo miro a los ojos. Definitivamente sí, Jorge está decidido. Vuelvo a notarme excitada. Tomo una decisión.

 

 

 

-Venga, vamos a hacerlo... - y nada más decirlo, me voy.

 

 

 

Me dirijo directa al hall, y de allí al ascensor. No quiero pensar. No quiero pensar. Es una locura. Me noto mareada. Vamos a hacerlo. ¿Vamos a hacerlo? Llego a la habitación, entro, busco el antifaz. Voy al baño. Meo. Vuelvo a la cama. Pongo la tele de fondo, un canal de música. Me siento en la cama. Oigo pasos en el pasillo. Me vendo los ojos. Abren la puerta.

 

 

 

-Hola preciosa... -la voz de mi marido-

 

 

 

-Hola...

 

 

 

Ruidos de pasos. Una silla moviéndose. Una mano me agarra la mía, invitándome a ponerme de pie. Jorge me besa con pasión, agarrándome fuertemente del culo por encima de la falda, atrayéndome hacia él... Me da media vuelta y me besa el cuello... los nervios se van disipando, me noto excitada...

 

 

 

-Pablo, esta es Carla....

 

 

 

-Hola Carla... -oigo su voz, fuerte, varonil, con acento... ¿argentino?-

 

 

 

-Hola... -respondo con voz entrecortada. Jorge me besa de nuevo el cuello, con suavidad, desde atrás- Eres libre de quitarte la venda cuando quieras... ¿vale?

 

 

 

-Ajá.... -Asiento. Gozo de sus caricias desde atrás, de sus labios en mi nuca. Sus manos se deslizan bajo el jersey, mis pezones se tornan duros al contacto de sus yemas, me agarra las tetas mientras vuelve a besarme en la boca. Noto su polla dura, pegada a mi culo... Me giro, y las manos de Jorge me quitan el jersey. Me come las tetas, los pezones, las agarra y masajea con fervor varonil, noto su deseo, vuelve a besarme, me está excitando mucho...

 

 

 

-Te amo...

 

 

 

-Y yo... -respondo entre jadeos...-

 

 

 

-Cómeme la polla, amor, como tú sabes....

 

 

 

Le beso. Mis manos bajan, a la par que mi lengua, por su torso desnudo. Ya en cuclillas, llego a coger su polla con mi mano, la noto dura como una piedra. Empiezo a lamer la punta, degustando la, recorriendo todo el tronco, arriba y abajo. Dios, que rica polla tiene mi Jorge. Me la meto en la boca, y empiezo a comer, como sé que a él le gusta...

 

 

 

-mmmmm...

 

 

 

Mi boca se dirige a sus huevos, mi mano sigue arriba y abajo.

 

 

 

-Oh, si, joder cariño que bien lo haces... -dice Jorge-

 

 

 

De nuevo me la llevo a la boca, se la chupo al ritmo del vaivén de mi mano...

 

 

 

-mmmmm... mmmmm...mmmmm... -gozo cada centímetro de su polla en mi boca...

 

 

 

Mi marido me frena, he podido notar su líquido pre seminal en mis labios. Me levanto, nos besamos. Me tumba en la cama, boca arriba. Vuelve a mis tetas. Baja por mi vientre, me sube la falda. Noto como su mano aparta mi tanga, noto su lengua en mi clítoris. Un chispazo me recorre entera...

 

 

 

-Ohhh, siii, joder....

 

 

 

Le agarro la cabeza, la aprieto contra mi sexo... su lengua se mueve rápido.

 

 

 

Entonces para y me dice....

 

 

 

-Ponte a cuatro patas amor....

 

 

 

Obedezco sin rechistar, estoy a mil, deseo que me folle, no puedo más. Noto sus manos bajándome el tanga lentamente. Me lo quita. Espero notar como se coloca detrás de mi, pero en vez de eso, noto de nuevo su boca en mi mojado coñito... así, a cuatro patas, me encanta que me coma... su lengua juega con mi clítoris, absorbe todos mis jugos, estoy mojadísima....

 

 

 

-Ohhhhh,.... si..... si.... no pares jodeeeer....

 

 

 

Me agarro con fuerza a las sábanas. Noto como me vengo, me voy a correr. Y entonces para. El muy cabrón para.

 

 

 

-Caaaabróooon no pares!!!

 

 

 

-Gira te - me dice-

 

 

 

Tumbada de nuevo boca arriba, noto como Jorge se sitúa entre mis piernas y por fin me penetra.... empieza a moverse con ganas.... mis pechos se tambalean al ritmo de sus embestidas.... me las come....

 

 

 

-Ohhh, si, si -estoy disfrutando-

 

 

 

-¿Te gusta mi amor? -dice Jorge-

 

 

 

-Oh, si, no pares, que bueno....

 

 

 

-¿Te gusta saber que tienes a un extraño viéndote?

 

 

 

-Mmmmmm.... -me había olvidado, pero ya estoy fuera de mi. Recuerdo la tarde, recuerdo su polla, me la imagino a escasos metros de nosotros, mientras mi marido me penetra...

 

 

 

-Oh, joder, que bueno -noto como me llega, me vengo en un orgasmo que me dispara las pulsaciones- siiiiiiiiii, ahhh, siiiiii.....

 

 

 

Jorge sigue penetrándome, no para el ritmo. Me besa. Noto el sexo que me va a explotar.

 

 

 

-Uffff, me vas a matar, cabrón....

 

 

 

-Chssssss, tranquila -baja el ritmo de sus embestidas- tenemos tiempo....

 

 

 

Sale de mi, y noto como me quiere colocar un cojín debajo del culo. Lo ayudo, levanto el culo, levanto las piernas, dejo mi coñito húmedo, palpitante, a su disposición... estoy fuera de mi....

 

 

 

Vuelvo a notar su dura polla rozando mi clítoris. Me vuelve a penetrar....

 

-ah, sí... -gimo....

Empieza a moverse lentamente.... noto su polla entrando y saliendo entera de mi... noto mis pezones erectos...

 

 

 

-Masturba te para mi, cariño -me dice....-

 

 

 

Mi dedo baja a mi clítoris, empiezo a mover lo al ritmo de sus embestidas, puedo tocar todo su tronco mientras entra y sale completamente, una y otra vez. Me agarra las tetas, me pellizca los pezones, no tardo en volver a notra un placer inmenso:

 

 

 

-Oh... si... si....

 

 

 

Entonces escucho gemir. Es la voz masculina de nuestro invitado, gimiendo de placer. Mi cabeza se gira en su dirección, no lo puedo ver pero me lo imagino, me imagino esa gran polla, y sonrío, estoy fuera de mi. Jorge sigue entrando y saliendo.

 

 

 

Y de repente lo noto. Noto como se mueve la cama, noto como alguien se acerca, noto una boca extraña en mis pezones. Y suspiro. Estoy fuera de mi. Me agarra las tetas, las devora. Jorge baja el ritmo, no me cabe duda de que no es él quien está a mi lado, comiéndome las tetas. Las embestidas de Jorge se tornan más fuertes y intensas....

 

 

 

-Oh si,,, joder... -digo-

 

 

 

Escucho la voz de mi esposo:

 

 

 

-Te amo amor, me encantas... -me dice, y noto su mano agarrándome el brazo, levantándome lo...provocando que roce el pollón del chico. Ya no soy yo misma, me dejo llevar, mi mano lo busca, agarro ese pollón con fuerza. Prácticamente abarca toda mi mano, y lo empiezo a pajear arriba y abajo....

 

 

 

-Ohhh si, Diós! -exclama Jorge-

 

 

 

-Joder! -digo sin reconocerme-

 

 

 

-Chúpasela cariño. Cómete otra polla mientras te follo. Cómete este pollón.

 

Las palabras de mi marido me dan el empujón que me falta. No lo dudo, saco la lengua, y empiezo a lamer el pollón de Pablo de arriba a abajo. Me lo introduzco en la boca, y empiezo a chupar...

 

 

 

-Ohhhh, siii, joder, chupas como una diosa -me dice Pablo-

 

 

 

Jorge sigue con sus embestidas. Yo sigo chupándosela a Pablo. Me imagino, veo mi imagen en la cama, con mi hombre penetrándome y la polla de ese chico en mi boca. Me siento sucia, me siento excitada, me siento fuera de mi. Noto como me viene de nuevo, un placer descomunal. Dejo de chuparle la polla, la agarro con fuerza mientras noto como me vengo..

 

 

 

-Ohhh, siiiii, siiiiiiii jodeeeeer,,, aha, ah, ah..... -el orgasmo es intensísimo. Jorge sigue moviéndose, un rato, y yo vuelvo a chuparle la polla a Pablo, estoy fuera de mi, solo quiero más, más placer...

 

 

 

-Aún no hemos terminado contigo, vida -me dice Jorge- Ponte a cuatro patas.

 

 

 

Le sonrío, y me pongo a cuatro patas. Noto a Jorge penetrarme de nuevo, desde atrás. Noto la mano de Pablo en mi cara, invitándome a comerle de nuevo la polla. Dejo que me la meta en la boca, mis gemidos se ven tapados por ese enorme trozo de carne en mi boca...

 

 

 

-Mmmmm... mmmmm... mmmmm...

 

 

 

-Ohhh, si - dice Jorge - como te gusta, ¿verdad? una polla por delante y otra por detrás....

 

 

 

Dejo de chupar, me siento liberada, me siento excitadísima:

 

 

 

-Oh, si, joder, me encanta vida.... -le respondo-

 

 

 

-¿Te gusta el pollón de nuestro invitado? ¿Te gusta la polla de Pablo?

 

 

 

-Mmmmmmm... me encanta... -digo mientras me lo vuelvo a meter en la boca... y es verdad, joder, me encanta, ...

 

 

 

-¿Te gustaría probarla? ¿Te gustaría que Pablo te follase?

 

 

 

No me paro a pensar. Me dejo llevar por el momento, por la situación, pues estoy gozando el mejor sexo de mi vida. Pero quiero que mi marido lo tenga claro:

 

 

 

-¿Y a ti? -le respondo...

 

 

 

-A mi me encantaría verte gozar como nunca...

 

 

 

-Joder si, Carla, quiero follarte... -dice Pablo-

 

 

 

-Mmmmmmm -es toda mi respuesta, mientras sonrio...-

 

 

 

Mi marido deja de penetrarme. Sigo a cuatro patas. Pablo se aleja de mi boca. Mi marido tira de mi, incorporándome, quedándose detrás de mi. Me besa la nuca, me besa desde atrás...

 

 

 

-Te quiero – me dice, mientras sus manos me guían, noto a Pablo tumbado en la cama, Jorge pretende que me siente encima de él. Mi marido me agarra de la mano, mientras noto ese trozo de carne entrando en mi interior, abriéndose paso, partiéndome en dos. Es muy gruesa, me llena por completo. Aprieto la boca, loca de placer, hasta que mi pubis roza el de Pablo, con su polla enterrada completamente en mi interior. Jorge me besa en la boca, con pasión:

 

 

 

-Goza lo vida, goza. Te amo. Me encanta.... -me dice-

 

 

 

Empiezo a moverme. Adelante y atrás.

 

 

 

-Ohhhh, joder, siiii.... -dice Pablo-

 

 

 

Me agacho hacia delante, estirando los brazos uno a cada lado de mi nuevo amante, facilitando poder dejar que entre y salga de mi, lentamente, su polla. Pablo aprovecha para comerme las tetas. Empieza a moverse, gozo, gozo mucho. Estoy mojadísima, empapadísima, he perdido la cuenta de mis orgasmos. Placer, sólo quiero eso, más placer. De repente se para, noto a mi marido detrás de mi. Sé lo que pretende. Deseo que lo haga. Deseo notar dos pollas llenándome. Noto su polla en la entrada de mi ano. Jorge empuja despacio. Poco a poco, va haciéndose camino. Ya la noto dentro, noto mi culo abriéndose, y Pablo empieza a moverse de nuevo....

 

 

 

Es demasiado...

 

 

 

-Ohhhhh, dioooooos, jodeeeeerrrr. -exclamo-

 

 

 

Noto la polla de mi marido entrando hasta el fondo, noto sus huevos en mi culo. Empieza a moverse, acompasándose al ritmo de Pablo. Me siento llena, gozo como nunca, es demasiado, indescriptible. Solo aquellas mujeres que han vivido una doble penetración saben a que me refiero. La enorme polla de Pablo llenándome por completo mi empapado coño. Mi culo abriéndose a la polla de mi marido, como tantas otras veces... noto como me viene otra vez, es increíble...

 

 

 

-Jooooodeeeer, no puedo más - anuncia Pablo.- Siiiii, me corroooo....

 

 

 

Noto sus contracciones, descargando. Es demasiado notar su polla hinchándose en mi interior, en cada sacudida. Me corro, me corro como nunca lo he hecho....

 

 

 

-Ohhhh, siii, siiiiii- empiezo a correrme, mientras aumenta el ritmo de mi marido, mi orgasmo parece no tener fin, noto la leche de Jorge llenándome el intestino: -siiiiii, ah, ah,ah

 

 

 

Quedamos exhaustos. Aún con los ojos vendados, me dejo caer sobre el pecho de Pablo. Estoy exhausta, no puedo moverme. El corazón me va a mil por hora. Mi marido me besa en la espalda, su polla se desaloja de mi culo. Noto como se aparta, y decido que necesito ir al baño urgentemente. Me levanto, dejando que salga de mi coño esa enorme polla que tanto placer me ha traído. La busco con la mano, noto el condón puesto en ella, todavía morcillona.

 

 

 

-Gracias. -sonrío en dirección a Pablo.

 

 

 

Voy directa al baño. Me siento en el wc. Joder, que locura. Joder, lo hemos hecho. Y debo reconocer que me ha gustado. Me preocupa Jorge, me preocupa que se disguste, que se arrepienta. La duda me reconcome unos minutos, pero ya está hecho... Salgo del wc, Jorge está tumbado en la cama, Pablo ya no está.

 

 

 

-¿Todo bien amor? -le digo-

 

 

 

-Bieeeeen. -me responde- Tenía ganas de que pasara, y he gozado de verte gozar.

 

 

 

Nos besamos. Me duermo. Rendida de placer.