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Mi Vida Sexual: Parte 4 Señor X y Sara parte 1

en Hetero: General

Atención:

(Este relato que estoy a punto de contarles es 100% real pero no me voy a poner a rogarles para que me crean, conforme avance la historia se darán cuenta. Por razones de respeto y seguridad voy a cambiar mi nombre y el nombre de las personas que han hecho parte de esta historia, además estas historias están conectadas siguiendo una línea temporal para poder entender debes leer todo desde el principio).

Soy un imán para las mujeres pero seré sincero, ellas no vienen a mi pero quedan lo bastante intrigadas para que solo con hablarles ya tenga mucho terreno ganado y no nací con esto, lo aprendí y me gusta pensar que el destino quiso que lo aprendiera.

Una día después de clase, iba caminando a la parada del auto bus para irme a casa, estaba escuchando música, no recuerdo que canción era pero sé que era un rap, lo digo porque estaba moviendo mi cabeza de arriba a abajo.

Llegué a la estación, solamente había un señor sentado, tenía un traje negro, camisa blanca y una corbata azul con líneas negras. Se veía muy elegante, un cabello bien recortado, tenía las cejas depiladas y estaba completamente afeitado pero no era una persona bonita, si no fuera por su traje, su corte de cabello y sus cejas depiladas se vería como cualquier tipo.

Un poco intimidado me senté a su lado, él estaba checando su teléfono móvil y se dió cuenta cuando me senté. El empezo a detallarme de arriba a abajo, yo no lo miraba directamente pero lo veía de reojo, me estaba empezando a sentir incómodo. Pense que podría ser gay o un violador y justo cuando ya no podía aguantar más, el hablo.

- Señor X: Hola muchacho, ¿Cómo te llamas?

Estaba intrigado pero aún así con miedo.

- Yo: Lo siento, no hablo con extraños.

- Señor X: Bien pensado pero si quisiera hacerte algo, ¿no crees que ya lo hubiera hecho?

Use el humor, si quería hacerme algo el humor lo haría sentir incómodo.

- Yo: Oh, que buen punto. Me llamo Decimo Maximo Meridio.

Dije sarcásticamenre.

- Señor X: Estás un poco gordito para ser Russell Crowe.

Entendió la referencia, es una persona de culto pero aún así podría ser un pedófilo.

- Yo: ¿Por qué quieres saber mi nombre?

- Señor X: Por respeto, me enseñaron a siempre empezar una conversación con alguien nuevo sabiendo su nombre, ¿tus padres no te lo enseñaron?

Me lo preguntó sarcástica y retóricamente. Tenía sentido lo que decía pero por lo que he aprendido los pedófilos y violadores suelen ser muy persuasivos y amables. Nada que llegaba el bus, no habían policías alrededor, quería salir corriendo pero tenía miedo.

- Yo: Está bien, Me llamo Christian.

La razón por la que coloco "Señor X" en sus diálogos es porque estaba tan nervioso que nunca le pregunté su nombre.

- Señor X: Mira Christian desde que llegaste te he estado observando, he visto como te sientas, como te vistes, como hablas y como reaccionas cuando alguien te mira a los ojos.

Me sentía más relajado, algo insultado pero aún así intrigado.

- Yo: ¿Que con eso?

- Señor X: Déjame adivinar, eres un ñoño al que le gustan las mujeres pero no sabes cómo hablarles o hacerlas sentir atracción por ti, ¿verdad?

No respondí pero él sabía que era verdad.

- Señor X: Mírame, no soy un hombre guapo pero mira este traje vale mucho dinero, mira este reloj y este teléfono.

Me mostró su móvil, era un Blackberry de última tecnología, se veía nuevo, aún brillaba, en la pantalla se veian sus contactos y la mayoría eran nombres de mujeres, dió scroll hacia abajo como tres veces y seguían apareciendo nombres de mujeres.

- Señor X: ¿Ves eso? Son mujeres con las que tuve sexo, con las que voy a tener sexo, ah y el teléfono de mi madre. ¿No te gustaría que a ti te pasará lo mismo?

- Yo: ¿Qué quieres decir?

- Señor X: Mírate, estás gordo, tienes un corte de cabello estúpido, tienes el uniforme escolar sucio y arrugado. Si quieres salir con mujeres tienes mucho que aprender.

Hace mucho que me había ganado, si me hubiera dicho súbete a mi camioneta lo hubiera hecho pero no pasó, perdí varios buses porque me quedé charlando con el Señor X.

Me enseño como debía cortarme el cabello, como tener las cejas, como vestirme, me dijo que hiciera ejercicio, qué tipo de comida comer, como hablar, como caminar, como mirar y lo más importante me enseñó a tomar notas para no olvidar nada. Pasaron como tres horas, hasta que él dijo.

- Señor X: No tengo nada más que enseñarte, solo usa condón y usa la lengua, adiós.

Mientras lo veía irse le grité.

- Yo: Ey, ¿Como te llamas?

No me respondió, solo siguió caminando.

En mi mente dije.

- Yo: Wow, qué tipo tan cool.

-

Espere unos minutos más hasta que pasó el bus que me llevaría a mi casa. En el camino me puse a repasar las notas y fue cuando supe que debía cambiar mucho.

Llegue a mi casa y mi madre estaba muy alterada, nunca antes había llegado tan tarde pero le dije que hubo un accidente y mucho trancón, le dije que me disculpara por no haberla llamado, le dije que mi celular se quedó sin batería, sabía que me iba a decir que la debí haber llamado pero me adelante, ella respiro profundo y me dijo.

- Mamá: Lávate las manos.

Ahí lo supe, ya no tendría problemas con mamá y no le contaría a papá.

Pasaron los meses, adelgace, saque algunos músculos, me corté el cabello como el Señor X me lo recomendó y me depile las cejas. Eso no le gusto a mi padre, dijo que eso solo lo hacían los gays pero mi madre me defendió, ella dijo que me veía guapo.

Empecé a tener más confianza, sonreía, saludaba, las personas me quedaban mirando, aquel gordito ñoño se estaba convirtiendo en un hombre.

El dinero que me daban para comprar comida en el descanso no lo gastaba, solo compraba una manzana antes de entrar a estudiar y con eso pasaba hasta la salida, empecé a ahorrar ese dinero.

El primer consejo del señor X para tener sexo fue elegir un objetivo, así que me empecé por Sara estudiaba con ella en el mismo colegio. Sara era la chica popular, no solo de su salón si no de todo el colegio. Era una chica muy desarrollada para su edad, era alta, grandes senos, un trasero apretado y paradito porque era la capitana del equipo de volleyball pero lo más hermoso era su cara, era de piel muy blanca, cabello castaño y tenía unos ojazos color miel.

Una de las advertencias del Señor X era que no fijará objetivos tan altos, ella lo era porque estaba en el último año y yo uno más abajo pero desde que la conocí le he dedicado muchas pajas, debía ser ella.

El señor X me aconsejó que siempre cuando una mujer me gustará, debía acercarme, saludarla, presentarme y preguntarle su nombre porque todos los hombres iban con una frase ya preparada y no era algo natural, saludar y presentar era más natural y a las mujeres les gusta eso, la seguridad en un hombre.

Así que un día en hora de descanso la vida hablando con unas amigas y supe que era el momento, no debía dudar ni tener miedo pero claro empecé a sudar un poco, era Sara por Dios Santo, su camiseta le quedaba muy ajustada, sus senos se veían bastante grandes. Pero debía concentrarme, así que le toque con el dedo el hombro dos veces, ella se volteó y puso sus ojazos en mi.

- Yo: Hola, ¿tú eres Sara, cierto?

- Sara: Si, lo soy. ¿tú eres Christian, cierto?

Espera, ¿Que? Ella sabía mi nombre, ¿cómo?

- Yo: Lo soy, ¿cómo sabes mi nombre?

- Sara: Mis amigas, me han hablado de ti.

Me respondió mientras señalaba a sus amigas, que nos habían dado privacidad sin habérselos pedido, era raro nos veían y se reían. Eso no me preocupa, si hablan de mi, mejor.

- Yo: Espero que solo cosas buenas.

- Sara: Pues si, me han dicho que has cambiado mucho, la verdad no te había visto antes, ¿cómo sabes mi nombre?

Oh, oh. No me había preparado para esto, así que improvise.

- Yo: Por favor eres Sara la capitana, todos te conocen, eres la celebridad de este colegio.

Gran error, mi maestro el Señor X me enseñó a hacer cumplidos sutiles, nada de subirla a un pedestal pero bueno, solo fue uno, además se sonrojo.

- Sara: No, como crees.

Se hizo la humilde pero antes de poder hablar mas sono el timbre que indicaba el fin del receso, debía hacer algo.

- Yo: Oye Sara, me gustaría verte y charlar más, ¿te puedo acompañar a tu casa cuando salgamos de clase?

- Sara: Si claro, ¿te parece si nos vemos aquí?

- Yo: Perfecto, aquí nos vemos.

Fuí a mi salón, veía al profesor hablar pero no le ponía atención, solo podía pensar en Sara, pasaron las clases y llegó la hora de salida.

Fuí al lugar acordado y la espere por media hora, nunca llegó, varias personas me vieron esperando, tal vez no sabían pero no quería que supieran que ella me dejó plantado. Me fuí a mi casa, enojado y frustrado. Me preguntaba que había hecho mal, ¿fue porque le dije celebridad?

Llegué a mi casa, mi madre me recibió, me sirvió el almuerzo, termine, lave los platos y me fuí a quitar el uniforme.

Luego me senté en la computadora y abrí la red social que en ese momento era lo último, no sé si la conozcan se llama Hi5.

Cuando lo abrí mire las notificaciones y que creen "S4r4" quería ser mi amiga.

¿Que hubieran hecho ustedes?

Yo fuí inteligente, es demasiado bonita, de seguro ha hecho lo mismo con demás tipos, manejarlos a su antojo, así que no la acepte, le negué la solicitud, debía hacerme el ofendido.

Tiempo después me llegó un mensaje de un compañero de clases al cual no vale la pena inventarmele un nombre.

- Mensaje de compañero: Christian, Sara la capitana de Volley me escribió, me dijo que quiere charlar contigo.

No le creía, pensé que me había visto esperando donde charle con ella en descanso y solo quería burlarse de mi.

- Yo: ¿Como la conoces?

- Mensaje de compañero: Soy el mejor amigo de su hermano, ella sabe que te conozco.

- Yo: Dile a ella que me deje en paz.

Al parecer mi compañero no podía creer que estaba mandando al carajo a la chica más hot del colegio.

- Mensaje de compañero: ¿Estas seguro que quieres hacer eso?

- Yo: Si, dile eso y deja de molestarme.

No me volvió a escribir pero creo que me pase, una cosa es enojarme y otra mandarla al carajo, debía ser más sutil.

Al día siguiente en el recreo, la vi pasar pero le quite la mirada, no vi su expresión pero pensé que debio molestarse, debió haber pensado y este que se cree.

Pasaron las horas y llegó la última, la de antes de irme a casa, la maestra no estaba en ese momento, así que una de las amigas de Sara me entrego una carta y me dijo sonriéndome, tú sabes de quién es.

Así que la abrí y claro era de Sara.

- Sara: Hola Chris, ¿Como estas?

Espero que bien.

Oye sé que estás enojado conmigo por no verte a la salida ayer, mira no lo hice a propósito, mi papá vino a recogerme directamente al salón porque debía quedarme con mi abuela, no podia decirle que me iba a ir contigo, el es muy celoso.

Si aún quieres charlar conmigo, te espero a la salida, tú ya sabes dónde.

Que les puedo decir amigos, hice bien mi trabajo. Hice lo que ningún otro hombre había hecho con Sara y ahora la tenía disculpándose conmigo.

Pensé en dejarla plantada pero no debía tomarmelo personal, ya me había explicado que era por su padre.

La vi ahí esperándome, me miró y sonrió. Yo no le respondí la sonrisa, la miraba fijamente y con una expresión de poker.

- Sara: ¿Sigues molesto?

No quería disculparme.

- Yo: No, solo quiero que olvidemos esto, hagamos como si no hubiera pasado, ¿si?

- Sara: Está bien, empecemos de cero.

Dijo animada. Empezamos a caminar, salimos del colegio y yo la seguía ya que no sabía dónde vivía.

- Yo: ¿A dónde vamos?

- Sara: A casa de mi abuela.

- Yo: Pensé que íbamos a tu casa.

- Sara: No, no puedo ir a mi casa cuando mis papás no están.

Me pareció muy curioso, ya tenía la edad suficiente para estar en casa sola.

- Yo: ¿Por qué no?

Ella se sonrojo y sonrió.

- Sara: Digamos que lleve a alguien a mi casa y mis papás se dieron cuenta.

Wow, a esta chica le gusta lo prohibido.

- Yo: Ahhh, ya entiendo. ¿Entonces qué pasa si voy donde tu abuela?

- Sara: Mis papás no están ahí, solo mi abuela, ella es muy despreocupada, a esta hora se acuesta a dormir, no tendremos problemas

La situación me puso a pensar, ¿la podré al menos besar?

Llegamos y no me quise arriesgar a entrar.

- Yo: Bueno, aquí te dejo. Me gustó mucho charlar contigo.

- Sara: No te vayas aún, déjame darte un poco de jugo.

- Yo: Ok, claro.

Otra vez me puse a sudar, estaba algo nervioso. Ella saco sus llaves, abrió la puerta, entramos y desde una habitación de atrás se escuchó una voz.

- Abuela de Sara: Oye niña, la comida está servida, el jugo está en la nevera.

Sara se volteó y de forma pícara me hizo señal de silencio, ella no quería que su abuela supiera que yo estaba en la casa, eso significaba que no debía estar ahí. Adrenalina a mil.

- Sara: Gracias abuela, ya me sirvo.

La abuela no volvió a responder, ella abrió la nevera, saco la jarra de jugo y sirvió dos vasos. No recuerdo de que era el juego pero recuerdo que era amarillo, debía ser piña o maracuyá. Empezamos a beber y ella me sonreía mientras bebía. Terminé mi jugo antes que ella.

- Sara: Wow, sí que tenías sed y eso que te querías ir.

- Yo: ¿Quien dijo que me quería ir? Solo que no me habías invitado.

- Sara: Pues lo hice y aquí estamos.

"Y aquí estamos". Esa era la señal, así que me acerque a ella, le quite el vaso de la mano y lo puse encima del mesón de la cocina.

La miré fijamente, puse mis manos en su cintura, la acerque a mi y lentamente fuí acercando mi cara a la suya para darle un beso, ella me miró, cerro los ojos ( Hay una escena de la película "Hitch, especialista en seducción" donde el protagonista explica que nunca le das un beso a una mujer, solo te acercas lo suficiente para que ella te lo da a ti, siempre me funciona) así que me acerque bastante pero no por completo, ella se acercó a mí y empezamos a besarnos, su labios eran firmes, pero suaves, sabía lo que hacía.

¿Que les parece la historia hasta aquí? Falta la segunda parte.