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Mi vida sexual: Parte 2 ¿Mi madre es infiel?

en Amor filial

Atención:

(Este relato que estoy a punto de contarles es 100% real pero no me voy a poner a rogarles para que me crean, conforme avance la historia se darán cuenta. Por razones de respeto y seguridad voy a cambiar mi nombre y el nombre de las personas que han hecho parte de esta historia, además estas historias están conectadas siguiendo una línea temporal para poder entender debes leer todo desde el principio).

Luego de que mi tía sano de su operación de senos y se fue de la casa de mis padres mi vida había cambiado para siempre, ya los juegos en la computadora no me interesaban, las tetas y las pajas habían llegado a mi vida, ya veía a mis compañeras de clase, a mis primas, a las mujeres de la calle y hasta mi propia madre de forma diferente. Menciono a mi madre porque creo que los hijos varones desarrollamos ese gusto/amor por nuestras madres porque es la mujer con la que mejor nos llevamos y la que está más cerca de nosotros.

Así que ya no tenía cerca a mi tía, recordaba sus enormes tetas, cuando casi las toco sin tener ropa encima. Mientras recordaba esas imágenes me masturbaba pero ya luego de un tiempo empezó a aburrirme, necesitaba algo nuevo, algo excitante y fue cuando recordé que mi madre tenía los pezones duros por ayudarle a mi tía a curar y limpiar sus tetas luego de la operación, deje de masturbarme por un momento porque me mantenía preguntando:

- ¿Estaba mi mamá excitada por las tetas de mi tía?

- ¿Tenía envidia de las nuevas tetas de mi tía?

No, no podía ser eso porque mi madre es una mujer muy hermosa, es igual de blanca a mi tía Carolina pero ella es rubia, no una rubia tipo modelo, su color es un rubio más opaco, tiene unos ojos color café claros, una nariz pequeña y unos labios largos pero delgados, ella no necesitaba una operación de senos. Ella si los tenía grandes pero le daba pena mostrarlos, nunca se ponía ropa que los mostrara, siempre usaba ropa que la cubría mucho.

Mi mamá también es de contextura gruesa (recuerden gruesa, no gorda) mi mamá y algunas de mis tías tienen una piel muy densa, de gran busto y gran trasero excepto por mi tía Carolina. Mis tías son gruesas, pequeñas y con buena carne excepto mi tía Carolina su piel es algo diferente, aunque es como amazona su busto y trasero no eran muy grandes pero mi mamá tiene un muy buen trasero, uno gordo pero eso sí tiene celulitis en las nalgas que para algunos "hombres" puede que no les guste pero a mí me encanta.

Después de lo acontecido con mi tía empecé a ver cambios en mi madre, la veía pensativa, algo triste. Escuchaba que lloraba en su habitación y algunas veces tenía unas conversaciones con mi padre que ahora que lo pienso nunca escuché, no era el tipo de niño que espiara, me daba mucho miedo ser atrapado.

Pasaron los días, hasta que una vez llegué del colegio a la una de la tarde, mi mamá me tenía preparado el almuerzo pero mientras yo empezaba a comer, mi mamá empezo a despedirse de mí.

- Mamá: Chris, debo salir. No creo que demore, mucho juicio, pórtate bien y no le abras a nadie la puerta.

Mi mamá siempre me dice a donde irá por eso se cuándo miente o se comporta diferente y ese día no me dijo a donde iba, solo se despidió y se fue. Me quede solo en casa y ya saben lo que pasa cuando un hombre se queda solo en casa, exacto, hora de hacer estupideces.

Fui a mirar la ropa interior de mi mamá y me encontré con la ropa interior más horrible del mundo, si en ese momento tenía una erección ver esa ropa interior definitivamente me la destruyó. Mi mamá que rondaba los treinta y tantos años usaba ropa de señoras de 70.

Pensé, ¿que le pasaba a mi madre? Ya que no había nada interesante decidí ver sus catálogos de belleza, así es, antes de la porno de la internet estaban los VHS, dvds o revistas para ver mujeres en ropa interior o vestidos de baño.

Así me pasé la tarde hasta que llegó mi madre. Llegó algo sudada, agitada, con bolsas de compras en sus manos, con una expresión de preocupación y me hizo una pregunta que me dejó mal parado.

- Mamá: ¿Donde está tu padre?

- Yo: No ha llegado.

Ella se alegró y sin pronunciar una palabra entro a su cuarto. Yo me quedé pensativo, nunca me había hecho esa pregunta, ella sabe que mi padre siempre llega tarde.

Así que sentí un corrientaso por todo mi cuerpo, sentí mucho miedo y me hice dos preguntas:

- ¿Esta mi mamá siendole infiel a mi papá?

- ¿Será que se quiere bañar para que mi papá no sé de cuenta que tuvo sexo con otro hombre?

Nunca había espiado a mi mamá por la razón que les comenté pero si mi mamá le estaba poniendo los cuernos a mi papá debía hacer algo, debía tener pruebas para decirle a mi padre.

Así que me quede en la habitación de la computadora pensando que hacer, ella debió quitarse la ropa rápidamente porque salió de la habitación a los pocos minutos, ella iba vestida con una bata de baño cargando la ropa con la que llegó, paso por la habitación de la computadora y puso la ropa en el cesto de ropa sucia mientras organizaba el agua y el jabón de la lavadora, antes de irse había puesto otra ropa en la lavadora pero olvidó encenderla (cosa que nunca hace) y después de organizar los parámetros de lavado, metió la ropa y encendió el sistema, luego de eso regreso rápidamente a la habitación. Pensé que debía oler la ropa rápidamente, antes de que se lavarla, necesitaba pruebas, así que pare la lavadora, y saqué la ropa antes de que se mojara.

No olía a permufe de hombre, no olía a sexo. Solo olía a sudor, como si hubiera hecho ejercicio, nada más pero para mi no era suficiente. Sabía que algo estaba pasando así que segui, volví a poner la ropa en la lavadora y me acerque al cuarto de mis padres.

La habitación de mis padres es grande, solo tiene una puerta y tiene un baño propio. La habitación no tiene ventanas pero la habitación del baño si, tiene una pequeña abertura que da con el patio para que entre aire y además tiene una vista perfecta a la habitación.

Yo tenía mucho miedo de espiar, me preguntaba.

- ¿Qué tal si me veía?

- ¿Y si no le está siendo infiel a mi papá y me pilla espiandole?

Tenía mucho miedo, empecé a desesperarme pero mi enojo y curiosidad eran más grandes, debía hacerlo, debía hacerlo por papá.

Así que me paré en una de las sillas del patio y miré hacia adentro. Pero la puerta del baño estaba cerrada, no sabía que más hacer. No sabía por donde más mirar. Cuando escuché el sonido de la puerta del baño abriéndose mis bolas se subieron a mi garganta y me escondí lo más rápido que pude, no me vió pero me alcanzó a escuchar cuando me bajaba. Así que me preguntó desde el baño.

- Mamá: ¿Que estás haciendo, hijo?

Sonaba asustada.

- Yo: Estoy buscando mis tenis grises, ¿los has visto?

Mentí con tranquilidad.

- Mamá: No, no los he visto, mira en la habitación de la PC.

Es gracioso porque tenía esos tenis puestos pero la mentira funcionó. No me volvió a preguntar ni volvió a sonar alterada pero mi corazón latía a mil, estaba sudando pero tenía que seguir, debía hacerlo.

Así que volví a tomar valor, me volví a asomar por la abertura del baño lo más suave y silencioso que pude cuando...

¡Bingo! Dije en mi mente, mi madre había dejado la puerta abierta y aunque no podía verle directamente la veía por el gran espejo de la pared. Ví como ella se había quitado la bata que traía puesta, estaba muy nerviosa, estaba sudando, el ventilador estaba encendido y luego quedó completamente desnuda.

Lo que ví después me sorprendió, me quito el enojo, me duplicó mi curiosidad y mi pene empezó a hacer bulto en mi pantalón...

La historia continúa, cuéntame, ¿que te pareció?