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Mi Historia con Pilar IV - el botón

en Sexo con maduras

Bueno, pues vamos a por la cuarta parte de mi historia con Pilar, ¿se me insinuó aquella tarde en su casa?, no lo se pero de un tiempo a esta parte, pienso que fui un pardillo, me la tenía que haber follado, o por lo menos tenia que haberle sobado las tetas y ella hacerme una paja.

Vosotros juzgareis, yo os cuento lo que pasó.

Ya para entonces yo tenía cerca de los 18 años y ella debía de estar por los cincuenta, una edad en la que las mujeres empiezan a no sentirse deseadas, a lo mejor eso también influyó.

Había venido un tío a mi casa y como también conocían a Pilar querían ir a su casa a darle el pésame a su marido por un familiar que había fallecido, cuando llegamos allí, mi madrina nos dijo que su familia no estaba, se habían ido de caza, estaba ella sola.

Es importante que cuente como estaba vestida para lo que sucedió después, llevaba su eterna bata de verano, una bata de tirantes abotonada en el pecho y ajustada a la cintura, una bata con la que yo me había hecho innumerables pajas, no con la bata en sí, sino pensando en Pilar cuando la llevaba puesta.

Casi siempre estaba cocinando, me gustaba imaginármelo así, sudorosa con el calor del fuego, Me acercaba por detrás y Le arrima a la polla a su culo, mientras le agarraba de las tetas o metía las manos entre los botones ara tocarle la carne blanda de sus senos por dentro del sujetador, ella se echaba hacía atrás para restregarme su culazo, mientras sonreía y yo con el roce me corría casi de inmediato mientras ella seguía con sus faenas.

Pues esa era la bata que llevaba esa tarde.

Estuvimos en su casa bastante tiempo, ella incluso preparó merienda para que mis tíos comieran algo, pero mi tío que siempre ha sido un cagaprisas dijo de repente que se iban.

- Quedaos, que he preparado merienda, dijo Pilar.

- No, nos vemos, dijo mi tío.

- ¿Y vosotros?, dijo Pilar dirigiéndose a mis padres.

- Nosotros vamos a despedirles, dijo mi madre.

- Entonces te quedas tu, Javi.

Yo dije que si, me iba a quedar a solas con mi madrina, mi mayor sueño, pero siendo como era súper tímido estaba seguro que no iba a pasar nada.

Empecé a merendar mientras ella deambulaba por la cocina.

     - Vaya, he perdido un botón, dijo de repente.

Yo no hice mucho caso y seguí a lo mío.

- A ver si lo encuentro, dijo al rato.

Yo dirigí la mirada hacia ella, a la bata Le faltaba el botón de arriba con lo cual al estar más abierta de lo normal dejaba ver el principio de un sujetador azul y el nacimiento de sus pechos.

Hizo alusión al botón un par de veces más, yo a estas alturas había dejado la merienda y no la quitaba la vista de encima, me fijaba en sus tetas, en su culo, para tener material para la paja que iba a caer cuando llegara a mi casa.

La paja, por supuesto cayó, pero ahora pienso que pudo pasar algo más, como....

Cuando Pilar dijo lo del botón y me fijé en sus tetas, pensé en sacarme la polla y masturba e delante de ella, lo pensé mejor y me empecé a acariciar por encima del pantalón, así si lo del botón era un accidente y no una provocación tendría alguna escapatoria.

Me la quedé mirando fijamente mientras me sobaba la polla.

Pilar se me quedó mirando.

- ¿Qué haces, has terminado ya?

Yo no dije nada y seguí con el sobejo.

- ¿Qué te pasa?, estás aleado, ¿que miras?

- Tus tetas, le dije sin poder contenerme.

- Eres un sinvergüenza, se lo voy a decir a tus padres, ¿te estás tocando delante de mi?

- Si, Pilar con lo del botón me has puesto a cien, lo has hecho aposta, seguro.

Pilar miró hacia abajo.

- Pero si no se ve nada, solo un poco del sujetador, ¿y por eso te pones así?

- Me encantan tus tetas.

- Ya lo se, tonto, dijo acercándose y acariciando e la cabeza, ya veo como me las miras siempre que puedes.

Yo aproveché que las tenía a la altura de la cara le besé una por encima de la bata.

- Tranquilo, Javi, ¿Quieres verlas?

- Si, Pilar, si

Pilar se desabrochó la bata y se bajó los tirantes, apareciendo el sujetador azul que pronto fue también quitado, tenía ante mi las tetas que tanto había deseado. Pilar se las agarró con las dos manos.

Yo mientras tanto había sacado mi polla del pantalón, ya no había que disimular y estaba totalmente empalmado.

- ¿Qué, te gustan?

- Me encantan, le dije, ¿lo del botón lo has hecho aposta, no?

- Si, quería excitarte, a ver si te decididas.

- Es que tenía miedo de que te enfadaras.

- Venga, tocamelas, ¿no quieres?

Acerqué mis manos y se las empecé a magrear, mientras ella agarraba mi polla y empezaba a masturbarme.

- Te quiero follar, Pilar.

- No, Javi, eso no, tocarme las tetas y una paja es todo lo que vamos a hacer, no me voy a acostar contigo. Y por supuesto de ésto nada a nadie.

- ¡Sigue, sigue, guarra!

Era la primera vez que alguien me hacía una paja y era maravilloso, además le estaba chupando un pezón a Pilar que seguía con la paja.

En un momento dado ella acercó un pezón al capullo de mi polla, era más de lo que podía soportar, me corrí allí mismo echando toda mi leche en las tetas de mi madrina.

- ¡ Oh, que gusto, perdona, te he manchado todas las tetas!

- No pasa nada, me alegro que hayas disfrutado yo también lo he pasado bien viendo como te ponía una anciana como yo, pero se acabó.

Se levantó y se fue al servicio a ducharse o hacerse un dedo, no lo se y yo me arreglé lo mejor que pude.

Esto es lo que pienso que pudo suceder el famoso día del botón si ella o yo hubiésemos sido más lanzados, sobretodo ella que era la que tenía experiencia, o tal vez todo fue una casualidad y lo del botón un accidente, nunca lo sabré.

Al poco tiempo llegó su familia y yo me despedí como si nada, a hacerme la paja de rigor.

Con este relato pongo fin a mi relación con mi madrina, este fue el culmen, aunque todavía hoy, ella con más de ochenta años y yo con más de unos cuantos, cuando se pone el vestido adecuado que le marca bien las tetas o cuando recuerdo cosas de mi adolescencia me masturbo pensando en ella, por no hablar de los roces que de vez en cuando mis manos Dan a sus pechos, pero sin querer, por supuesto.

Mi único pesar aparte de no haberme la follado es no haberle robado alguna prenda para aliviar e de vez en cuando.

Dedico la saga al follabragas que creo que ha sido al casi único que Le ha gustado.