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Primera Orgia

en Orgías

Lo más raro de todo esto, ahora mismo, mientras las pantallas dicen que vamos a casi 300 Kms por hora, es que siento la expectación en la boca del estómago y en la humedad de las bragas. Todo el día ha pasado sin pensarlo mucho y ahora mismo, según pasan los minutos, los nervios hacen que tenga la piel super sensible y que cuando mi mirada se cruza con la de algún pasajero casi me estremezca. ¿Me verá en los ojos lo que llevo en el pensamiento? ¿intuirá las imágenes que pasan como flashes de lo que imagino que va a acontecer en unos minutos, cada vez menos ya? Mi primera orgía. Mi primera mujer. Mi primera experiencia de mundo liberal. Me está mirando fijamente. Yo creo que lo ve en mis ojos. Llevo los labios entreabiertos, y creo que los ojos brillantes. Ese que ahora mismo me está mirando se pasa la lengua por los labios. Lo sabe. Sabe que voy a follar. Es de lo que llevo cara. Siento que lo sabe. Y me pone super caliente.

De hecho, ni siquiera sé lo que me espera. Voy confiando en que mi amigo va a cuidar bien de mí y ha organizado una orgía para mí, para que experimente lo que me apetezca. Una mujer, otro hombre, varios hombres… la imaginación no me da para mucho más. Siempre he sido muy sexual, siempre he tenido mucho apetito. Pero siempre he tenido un compañero “normal” que con follar una vez a la semana estaba a gusto. Y decía que fuera al médico que mi ardor no era sano. Ahora voy con ganas y disposición de dejarme llevar por todo mi apetito, por todo lo que me pida el cuerpo hacer.

A mí, que siempre lo tengo todo controlado, mi amigo me pone un antifaz que me impide ver nada cuando me abre la puerta del hotel. Y como tengo fe ciega en él, me dejo llevar a pasitos cortos a una habitación donde suena música suave y se siente un calor que se une al mío y las sensaciones estallan en mi piel. Susurros en mi oído, aliento cerca de mi boca, palabras de tranquilidad “tranquila, sólo disfruta y déjate llevar por las sensaciones, pide lo que te guste, para lo que no te guste, haz lo que te dé la gana, que estamos aquí para disfrutar…” No es sólo el susurro de su voz femenina lo que me estremece. Según me habla y me acerca los labios a la cara, a los míos, va rozándose despacio contra mi cuerpo y se me corta la respiración. Sé que no hemos hecho más que empezar y estoy completamente empapada. No ver me está resultando tan liberador y tan intenso. Me va besando el cuello y me va levantando la falda a la vez, y estiro la mano para tocarla. Joder, qué piel más suave. Y me encanta como besa. Me encanta besarla. Y me gusta tocarle las tetas, tiene una piel tan apetecible. Ni me planteo si es una tía o un tío. Sólo pienso en que me apetece, que la deseo, que quiero sentirla y quiero que me sienta. A mi espalda está mi amigo. Me está subiendo el vestido ya para sacarmelo por la cabeza, no sé cómo lo hace para meterme los dedos bajo las bragas mientras tanto, para que una boca me esté chupando un pezón, otra boca me esté comiendo la boca, otra mano me esté apretando una teta. Me corro así, de pie, sin más, nada más empezar la fiesta. No veo, sigo con los ojos tapados pero siento la sonrisa de los dos. Hay una química brutal ya en el minuto cero.

Menudo descubrimiento para los tres. Qué fortuna la mía, mi primera mujer es un pivón espectacular que disfruta del sexo sin límites, generosa y sensual. Nunca había mirado a una mujer con tantas ganas. Cuando me quitan el antifaz le sonrío. Me sale un gracias del alma y me apetece darle placer. Pero mucho. Quiero comprobar si puedo hacer eso. Acabo de correrme y estoy chorreando, y deseando seguir sintiendo. Empiezo por disfrutar su boca mientras le toco las tetas y mi amigo le busca la boca también. Tres lenguas entremezcladas, qué rico. Me meto uno de sus pezones en la boca y succiono. Ronronea. Ardo cuando lo hace. Cómo me pone que le guste. Voy bajando hacia su ombligo y se arquea. La empujo suave para que se tumbe en la cama y lo hace separando las piernas, dejándome a la vista y ofrecido su coño. Me parece precioso al mirarlo, suavísimo al tocarlo. Beso la cara interior de sus muslos un poco y cuando llego a su coño mi amigo está a mi lado, su lengua y sus manos dispuestas a jugar en equipo para darle placer. Con los dedos le separo los labios y le paso la lengua desde el culo hasta el clítoris, los dedos de mi amigo se abren paso hasta dentro de su coño. Primero un dedo, luego dos. La oigo gemir y siento que está disfrutando y me pone muy cachonda pensar que le gusta lo que le hago, saber que puedo despertar el deseo de una mujer también. Se corre entre jadeos y levantando la cadera, pidiendo más, más dentro los dedos, más fuerte la lengua chupándole el coño bien, sin dejar nada.

Sonriente se incorpora y me mira pícara, se ha divertido y me encanta. Nos besamos la boca y me toca las tetas mientras le coge la polla. Le hace acercarse a la cama, nos ponemos boca abajo, ambas hacia el borde de la cama, los cuerpos pegados y jugando entre nosotras, dándonos la lengua y metiéndonos su polla en la boca por turnos. Una chupándosela y la otra comiéndole los huevos, nuestras dos lenguas cruzándose en el glande y mirándole disfrutar. “He debido ser alguien realmente bueno en otra vida” suspira sonriendo mi amigo. Llaman a la puerta. Mientras él va a abrir nos quedamos solas en la cama. Sonríe. Lo estamos pasando bien, me siento cómoda, me atrae tanto ella también. Mientras el nuevo se da una ducha nosotras nos rozamos el cuerpo por gusto de sentirlo, mete una de sus piernas entre las mías y me roza el coño con el suyo y quiero rozarme contra el suyo y nos acoplamos mejor para movernos coño con coño y me corro con un orgasmo que ni me esperaba, ella se ríe. “no me había apetecido hacer esto antes” me dice. Acabo de descubrir qué es una tijerita.

Estoy encantada con mi cursillo acelerado de guarreo. Aunque no ha hecho más que empezar. Entra el invitado en el cuarto, desnudo y recién duchado, con mi amigo. Nos mira jugando en la cama a las dos y sonríe. “qué buenas estais” a modo de buenas tardes. Ahora sí que no sé lo que viene. Con una mirada mi amigo me orienta. el invitado se ha quedado en el borde de la cama. Mi nueva amiga y yo le recibimos metiéndonos su polla en la boca. Mi amigo levanta el culo de ella para follarla mientras ella sigue jugando conmigo allí con la polla del invitado y mi boca. Mi amigo la está follando boca abajo mientras me mete los dedos desde atrás y el invitado tiene una cara de placer absoluto. Se mete en la cama y mientras mi amigo se folla a mi amiga, boca arriba, el invitado me pone en cuatro y me folla también. Ella y yo nos comemos las bocas, nos tocamos mutuamente las tetas. Me está gustando como me folla y me está gustando todo lo que siento, tantas manos, bocas, pieles. Mi amigo me toca el clítoris mientras el invitado me folla y tengo uno de esos orgasmos que te dejan el cuerpo temblando y en la cara una sonrisa que dura hasta el miércoles. Me tumbo en la cama boca abajo y le pido al invitado que se arrodille delante de mí. Mi amigo se tumba a mi lado, tumbado de lado y mientras mi amiga alterna sus manos entre masturbarle a él y meterme los dedos a mí, entre nosotros dos le comemos la polla al invitado, que no deja de mirar al cielo y gemir. Tenemos la cara prácticamente pegada uno al otro y las lenguas mezclándose recorriendo su polla y entre nosotros, le chupo los huevos mientras mi amigo le succiona la polla y se estremece. Mi amigo se la saca de la boca y me da su lengua, que chupo con ganas. Sonríe, cómplice. Anda, que si cuando nos conocimos me hubieran dicho que íbamos a compartir una polla… Mi nueva amiga mira a mi amigo. Asiente. Yo no sé lo que pasa aún, pero sé que viene otra cosa nueva para mí. “Mira” me dice mi amigo “vas a ver hoy una cosa bonita que harás cuando te hagas mayor…” mientras lo dice, ella se ha tumbado encima del nuevo, y se lo está follando despacio. Él saca el lubricante y se lo pone bien en el culo a ella, y en su polla. La sujeta del hombro mientras se la mete en el culo. Sólo de ver la cara de placer de ella siento que me voy a correr. Me he quedado tumbada a su lado y me está pareciendo la escena más excitante que he visto en mi vida. Cómo se arquea su cuerpo, cómo la hacen gozar con sus embestidas entre los dos, cómo va dejándose llevar, mi amigo ahora con sus dos manos en los hombros de ella, ella acompasada a los movimientos de los dos, el nuevo con el brillo en la mirada de deseo salvaje, de placer absoluto. Cuando ella se corre, al momento después se corre el nuevo también. Yo que me estoy tocando, por simpatía, me corro también. Me ha parecido el mejor porno que he visto en mi vida. Miro a mi amigo, con una sonrisa de oreja a oreja. Gracias, le digo. Con la voz y con la mirada. Siento que está complacido de que la fiesta que ha organizado para mi estreno haya dado tan buen resultado y me haya dado tanto placer. Yo en ese momento estoy pensando en cuántas cosas seguramente me quedarán por descubrir y sintiendo que ya estoy deseando repetir.