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Ángel travieso 3

en Orgías

Antes que nada quisiera decir que esta historia no la escribi yo, la colgue aqui porque me gusto mucho y queria que otros tambien la leyeran...

Solo pensé en sexo y pollas cuando hice las maletas para este viaje. El delicioso lubricante había sido transferido a botellas aprobadas por la TSA (Transportation Security Administration) y mis juguetes estaban en sus bolsos encantadores, todo escondido en mi equipaje de mano. También me las arreglé para llevar escondido un par de artículos de higiene personal ‘reales’, junto con un vestido lindo y un único par de tacones. Sólo en caso de que la aerolínea perdiera mi equipaje marcado.

Por supuesto, cuando estaba empujando todo esto en mi bolsa, no estaba pensando en lo difícil que sería conseguir pasar la seguridad.

Ahora soy una orgullosa, zorra con carnet, pero no voy a tener mi maleta abastecida hurgada por un desconocido.

Estoy de pie en este pequeño cubículo, la mitad superior de las paredes están sostenidas por plexiglás, así que soy capaz de ver a mi papi, Luca, apoyado en la pared, una pequeña sonrisa divertida en sus labios mientras me mira. No puedo evitarlo. Le saco la lengua. El asno. ¡Cómo se atreve a burlarse de mí!

Nunca he estado en un maldito avión antes. Y había conseguido la información del estúpido sitio web del aeropuerto, maldita sea. Decía que se me permitía llenar tres botellas de 100ml. Simplemente no entiendo mucho más que eso.

Como el hecho de que sólo se me permitía tener suficientes botellas para llenar una bolsa un litro. Lo que significaba que las quince botellas de lubricante que había empacado eran un poco demasiado.

El tipo que me trajo a este infierno gris sale después de dejar mi bolso en la mesa de acero... y solo mi suerte... en presencia de Big Bertha.

La mujer empuja más allá de mí sin un simple "hola" y abre de un tirón la cremallera.

—¿Este es tu bolso?

Lamo mis labios y trago el nudo en la garganta. —Sí, señora.

Ven, puedo tener totalmente modales cuando quiero.

—Uh-huh. — Ella voltea sobre la solapa delantera. —¿Ha estado su equipaje en su posesión en todo momento?

—Sí, señora.

—¿Alguien le ha dado algo o le ha pedido llevar-? Su pregunta se corta cuando ella desliza el vibrador púrpura Yurple de la bolsa. Es de 25cm de largo y bien grueso. A Luca le gusta ponerlo en mi coño

mientras folla mi culo si el tío Domani está demasiado ocupado para unirse a nosotros.

—¿Qué demonios? — Su voz se eleva hasta que es estridente al final y llama la atención de los transeúntes. Y no es como si Bertha la mantuviera baja, tampoco. No. Ella tiene que llamar la atención de todos. —¿Qué es esto? ¿Chica, eres una especie de puta ninfómana?

Aprieto los dientes. Lo soy, pero no como ella se refiere. Sólo me follo a los hombres en la familia de mi ex padrastro. No a todos los hombres en el maldito planeta.

La mujer chasquea la lengua y lo deja a un lado, volviendo a rebuscar en la bolsa. Ella saca mis tres bolsas de 1lt, cada una llena

con varias botellas de 100ml. Todas ellas llenas con el regalo de Dios a los sexólicos: lubricante.

—¿Y que es todo esto?

Siento mi cara calentarse. —Lubricante.

El rostro de la mujer se queda en blanco. —¿Lubricante?

Asiento con la cabeza.

—Voy a tener que testear todo esto. —Ella agarra las bolsas en la mano. —¡Thomas!

Miro a Luca, y él está sonriendo ampliamente ahora. El asno.

—¡Thomas! —Bertha alza su voz. —Esta chica ninfómana dice que esto es lubricante. ¡Necesito que lo compruebes!

Oh, Dios, que la tierra me trague ahora. Hay una silla detrás de mí y me desplomo sobre ella. Estaría completamente bien si el mundo se acabara ahora mismo.

—Ahora, señorita, todavía tengo que cachearte. No se siente por el momento.

Cualquier idea de explorar mi bi-curiosidad solo salió volando por la ventana. Siempre comparé el sexo lésbico con un cacheo por parte de Big Bertha.

Se siente como horas más tarde, pero sólo quince minutos han pasado cuando finalmente escapo de las garras de Bertha y Thomas.

Y también con dos bolsas menos de 1 litro de lubricante.

Maldita sea.

Para el momento que finalmente pasamos a través de la seguridad y nuestra puerta, sólo tenemos tiempo para una llamada rápida al tío Domani antes de que comencemos a embarcar.

Al minuto que papi toca el botón de llamar, arrebato el teléfono de su mano, ganando una carcajada de él en respuesta.

Solo le lanzo una mirada asesina. El asno todavía piensa que el fiasco de la seguridad es divertido.

Tío responde en el primer timbre. —¿Hola?

—Tío Dom, ¿sabías que sólo puedes tener una bolsa de líquidos? ¿Lo sabías? Porque se llevaron mi... —Doy un vistazo alrededor y bajo mi voz—... lubricante.

—¿Qué?

Le saco la lengua a Luca, sintiéndome mejor ahora que tengo a alguien tan indignado como yo. —Lo sé, ¿verdad? Y ella agito mi púrpura Yurple alrededor como si fuera una jodida espada.

—Espera, retrocede. ¿Trajiste lubricante en tu equipaje de mano? ¿Hablas en serio?

Eh. Tal vez no esta tan de mi lado como yo pensaba. Creo que está más sorprendido que lo traje más que el hecho de que fue tomado. Lo juro. No consigo amor.

Gruñendo, le alcanzo el teléfono a Luca. —Habla con tu hermano.

Lo agarra, pero también envuelve un brazo alrededor de mi cintura para tirarme a su regazo. Aterrizo con un ruido sordo y un chillido, pero maniobro hasta que estoy acomodada y pongo mi cabeza en su hombro.

Él habla con su hermano, metiéndose a través de la historia usando una cantidad endemoniadamente menor de palabras de lo que hubiera utilizado. Solo me relajo contra él, dejando que las vibraciones y retumbes de su voz viajen a través de mi con cada palabra que habla.

Entonces me vuelvo loca de nuevo.

—Uno pensaría que ella sabría mejor.

Le doy codazo en el costado y él gruñe, haciéndome sentir una pizca mejor. Si pudiera golpearlo a la vista todas de las personas en

el aeropuerto, lo haría.

Se inclina hacia delante y coloca un suave beso en mi sien. —Sí, nuestra chica está en necesidad de un poco de liberación cuando

lleguemos allí, creo.

Está bien, la ira se ha ido, inserte hormigueo algo rosado. ¡Hurra!

Acaricio con la nariz su cuello y él me da un poco más de besos, un apretón a mi cadera y siento el tirón de su polla por debajo de mí.

El anuncio para el embarque interrumpe nuestro acurrucarse, pero al menos tengo una promesa de más para más tarde.

Mientras que él está terminando su llamada con Dom, agarro mi bolso y nuestros billetes y me pongo en la fila para la caminata al avión.

No pasa mucho tiempo antes de que nos acomodemos en nuestros asientos de primera clase. Lo primero que hace Luca es solicitar una manta para mí, ya que tiende a hacer frío.

Antes de darme cuenta, todo el mundo embarcó y estamos despegando, el avión elevándose hacia el cielo.

Meno dos bolsas de litro de lubricante.

Sí, todavía estoy enojada por eso.

La luz de abrocharse el cinturón se apaga y Luca se inclina hacia mí. —¿Estás bien, Angel?

Los labios de papi cepillan mi oído, y un estremecimiento sutil viaja por mi espina dorsal. —Mmm-hmm.

Tengo los ojos cerrados, descansando mientras vamos a toda velocidad por el aire hacia la ciudad universitaria de mi primo. Él se graduó con honores de la Dynamic International College—DIC.

—Sabe, deberías usar el baño ahora, si lo necesitas.

Sonrío. —Puede ser. Pero también puede que no cierre la puerta correctamente. Y... puede que tengas que comprobarme.

Giro la cabeza y rozo sus labios con los míos, serpenteando mi lengua para burlarme de él. Ya, mi coño se vuelve pesado, doloroso... anticipando lo que vendrá.

Je. Ven.

Sólo estoy usando un vestido fino, sin sujetador y sin bragas. Aprendí hace mucho tiempo a llevar algo con fácil acceso y sin ropa interior.

Así que sí, mis pezones están duros y presionando contra el casino vestido de algodón, reavivándose y esperando el toque de mi papi.

—Oh, Angel, nunca tienes que preocuparte. Siempre voy a comprobarte y asegurarme de que estás bien.

Toma mi burla al siguiente nivel, añadiendo calor. Su lengua se desliza entre mis labios, y me ahogo en su gusto. Giro en su invasión, lamiéndolo y acariciándolo, saboreando el toque de café que persiste en su boca. Luca es mío. Mi hombre y mi papi. Él sabe exactamente cómo tocarme, besarme, para volverme salvaje.

Siento a mi coño cada vez más húmedo con cada segundo que pasaba, y doy gracias a Dios de que los asientos son de cuero y no de tela. Por lo menos, van a ser fáciles de limpiar antes de irme.

Me acerco más, y él se libera, mordiendo mi labio inferior antes de calmarlo con un roce del suyo. —Ve.

Sonriendo, me inclino y tiro la manta a un lado antes de levantarme para moverme por delante de él y luego hacia la parte delantera del avión.

Susurro un educado —Perdón— cuando me rozo por la asistente de vuelo en el pasillo, y antes de darme cuenta, estoy detrás de la puerta cerrada del baño minúsculo.

Mirando alrededor, no estoy segura de cómo vamos a lograr esto.

Hay un pequeño inodoro, casi un mostrador y un lavabo que parece que es del tamaño de una pelota de fútbol.

Todo correcto entonces.

Tomo asiento en el inodoro y espero, el pulso aumenta a medida que los segundos pasan, la emoción creando mariposas en mi estómago. Mi coño está listo. Más que eso, en realidad. Estoy poniéndome más húmeda con cada respiración y se está tomando

todo en mí no retorcerme en el asiento de plástico.

Luego... por suerte... la puerta se abre para revelar a Luca. Me pongo de pie, con un brazo alrededor de su cuello para tirar de él en un beso mientras yo palmeo su polla. Crece aún más con cada

caricia a lo largo de su longitud oculta.

Nuestras lenguas se enredan, y mientras yo estoy ocupada con conseguir su motor en marcha, él está ocupado subiendo mi falda

corta, el aire del baño congelando mi culo y mi coño.

Él ahueca mi culo, aparta mis mejillas, y sus dedos se mueven a lo largo de mi grieta, tocando mi nervio.

Dios, necesito más. Subo una pierna alrededor de su cintura, frotando mi coño contra él y buscando más fricción. Mi clítoris está

golpeando a tiempo con cada rodar de mis caderas. Jodidamente

amo esto. Lo amo.

Arranco mis labios de los suyos. —Papi. Dios, necesito que me folles.

Luca libera mi pierna, así que estoy de pie por mi cuenta y me da la vuelta. Una mano fuerte en mi espalda baja me fuerza a agacharme y me apoyo con mis manos en el inodoro cerrado. —

Mira a ese hermoso coño.

Un solo dedo traza a lo largo de mi grieta hasta que se adentra entre mis labios inferiores, y luego mete dos dedos en mi coño, atravesándome, y yo apenas muerdo mi grito de placer.

Él sabe cómo tocarme, cómo empujar esos botones y hacerme gritar.

—Tu coño está lindo y húmedo para mí, ¿eh? ¿Todo listo para ser follado por tu papi? La pequeña puta que lo toma en un avión. —Se inclina sobre mí, y siento la cresta de su polla contra mi culo. —Tienes que estar tranquila o seremos arrestados. Entonces no conseguirás tener tu diversión cuando aterricemos. ¿Puede mi putita estar tranquila?

Aprieto alrededor de sus dedos invasores, mordiéndome el labio para no gemir, y asiento.

—Buena chica.

Me quejo cuando desliza sus dedos fuera de mi coño, pero lo corto cuando los lleva a mí alrededor y los presiona en los labios. — Lámelos hasta que este limpios, bebé, y luego te voy a dar lo que quieres.

Joder, yo no dudaría. Abro la boca y los llevo dentro, lamiendo y dejando que el sabor combinado de él y mi excitación ronde sobre

mi lengua. Lamo sus dedos, asegurándome que estés bien y limpios

antes de que él los aleje.

Su peso se va y escucho el tintineo de la hebilla de su cinturón mientras él la deshace, y luego la cremallera de sus pantalones se baja. Él está allí ahora, la directa cabeza de su polla sondeando mi

remojada entrada, extendiendo y atravesándome con su polla gruesa en una dura embestida.

Coloco una mano en la pared para mantener mi cuerpo de ser

empujado.

—Mierda si, un poco coño tan estrecho.

Se aleja, y luego se estrella de nuevo hacia delante, forzando un gemido desde el fondo de mi pecho. —¿Así? ¿Al igual que el pene de tu papi en tu coño?

—Sí, por favor, papi. Dámelo.

Él agarra mis caderas con fuerza, los dedos clavándose en mi carne mientras él comienza un agradable ritmo constante. Afuera y adentro, la polla acariciando esos lugares dulces en mi resbaladizo

calor.

Todo está empujando a la vez para aumentar mi excitación. Él es mi papá, mi ex padrastro, estamos en un avión, donde una azafata nos puede interrumpir en cualquier momento.

—Fóllame, fóllame, fóllame...— Mi voz es un mantra bajo. Estoy rogando y suplicando y con ganas de todo.

—Toma esta polla.

—Lo quiero todo. Más Fuerte. Más.

Él me lo da. Cada vez más rápido, sus caderas golpeando contra las mías mientras él se mueve dentro y fuera de mi coño remojado.

—Vente en mi polla, Angel. Hazlo.

Joder, yo quiero. Llego entre mis piernas, los dedos encontrando mi duro, pequeño clítoris con facilidad y hago círculos en el manojo de nervios. Rápido. Girando y girando. Variando la presión hasta que mi cuerpo responde. El revelador hormigueo de placer corre por mi espina dorsal, viaja a través de mí, de la cabeza a los pies, y luego se posa sobre mi coño.

Mi coño se aprieta rítmicamente alrededor de la polla de Luca, ordeñándolo, tratando de mantenerlo dentro con cada embestida. No quiero que se vaya, no quiero que el placer termine.

Sé que voy a venirme pronto, el cuerpo apretándose hasta que apenas puedo respirar. Los temblores están bailando a través de mí,

los músculos retorciéndose, y bueno ni siquiera comienza a describir

lo que estoy sintiendo.

Está creciendo - el placer está ardiendo en mis venas. Él se está moviendo más rápido y me muevo hacia atrás para encontrarme con cada embestida. Presionando más, tomado más de la polla gruesa que me encanta.

—Dulce coño. Toma mi polla, Angel. Tómalo todo.

— Dámelo, papi. Folla a tu puta.

Estoy casi sin poder respirar, pero es tan jodidamente cerca. Me estoy acercando al borde y estoy a punto de explotar a su alrededor. Sigo frotando y presionando, aumentando la presión cuanto más me acerco al precipicio. Esta... justo... ahí...

—Voy a... — Se trata más de un grito que nada.

—Hazlo.

Y entonces no puedo controlar nada, mi respiración, mis músculos, mi cuerpo... Soy una pelota de sensaciones, casi lista para romperse y quebrarse en mil pedazos mientras él sigue fallándome como una taladradora.

Más Fuerte. Más Fuerte. Más Fuerte.

Más Rápido. Más Rápido. Más Rápido.

Como me vengo abajo, sus embestidas se vuelven erráticas y me da una... dos... tres más antes de que él se ponga rígido detrás de mí, su polla enterrada profundamente en mi coño.

— Mierda. Tómalo, Angel. Te voy a llenar con mi semen.

Su polla palpita dentro de mi coño, sacudiéndose con cada chorro de su semen, vertiendo todo ello en mí mientras yo desciendo de mi propio orgasmo.

Pronto su respiración se ralentiza, manos me acarician mientras vuelvo a mí misma. Segundo pasan, uno tras otro, y parece que ninguno de nosotros está preocupado por recomponernos de nuevo.

Hasta que hay un golpe en la puerta. —Disculpe, ¿se encuentra bien?

Me río, y Luca gime, su polla deslizándose de mi coño, un rastro de semen siguiéndolo en su estela. Lo siento gotear en la parte de atrás de mi muslo.

Se aclara la voz. —Estamos bien. Nosotros saldremos.

La voz de la mujer se vuelve estridente. —¿Nosotros?

Mierda. Atrapados.

* * *

Todavía no he sido presentada a mi primo Jeremy, el hijo del tío Domani. Todos estamos aquí por él, pero papi y llegamos tarde después de registrarnos en el hotel, así que me lo perdí.

Maldita sea.

Por otra parte, si Jeremy es tan caliente como su padre, no puedo esperar por el final de la ceremonia.

Graduado tras graduado pasa por el escenario, diferentes áreas de la multitud aplauden y gritan por su respectivo estudiante. Estamos llegando a las ‘Ms’ ahora y me imagino que Jeremy llegara pronto.

Gente continúa desfilando... Sr. Esto y la Srita Tal... bla, bla

—Sr. Jeremy Morelli. —El orador anuncia el nombre de mi primo en un vozarrón y me espabilo, gritando por todo lo que valgo mientras obtengo un vistazo.

Mierda. El primo Jeremy es caliente.

Es fácilmente tan alto y tan ancho como su padre. Un jodido apoyador4, si alguna vez vi a uno. Me pregunto si él está guardando

una polla tan buena como la de su padre.

Me inclino hacia mi tío. —Mierda. Tu hijo es endemoniadamente caliente.

Él roza un beso en mi sien. —Me alegro de que lo apruebes. — Tío Dom llega a más, aprieta mi rodilla, y luego deja que su mano vagara un poco más alto, avanzando hasta mi falda un poco. —Él

no sabe acerca de ti, sin embargo. No sabe acerca de tu coño caliente. Cuan apretado es. O el hecho de que él va a llegar a montarte toda la noche.

Mierda. Sus palabras van directamente a mi coño y un dolor bajo se instala en mi coño. Duele tan bien y mal al mismo tiempo. Mis pezones se vuelven rígidas, pequeñas protuberancias necesitadas, y de repente, quiero que toda la maldita cosa se termine.

Ahora.

—¿Es eso lo que quieres, Angel? —La voz de papi es áspera y baja en mi otro oído, su mano reflejando la del tío Dom.

Gimo. —Sí.

—Tu coño ya está mojado. —Tío Dom mueve la mano más arriba, tuerce la muñeca hasta que las puntas de sus dedos rozan mi montículo desnudo.

Han sido seis horas desde que fui follada por última vez, pero eso no parece importarle a mi coño.

Asiento con la cabeza.

—Quieres ser follada delante de todo el mundo ¿no? —Luca tira de mi pierna ampliamente, dándole a Dom más espacio.

Niego con la cabeza. No, no delante de todo el mundo... sólo con estos dos... y el primo Jeremy. —¿No? —Tío separa mis labios inferiores, se desliza a través de la hendidura resbaladiza y anima mi

clítoris. —¿No quieres follarnos mientras ellos ven?

—No. Sólo la familia. —Yo suspiro, ampliando mis muslos mientras que mezo en su toque, presionando mi clítoris contra él un poco más fuerte. —Sólo la familia.

El tío me da un simple —Hmm—, luego retira sus dedos. — Bueno, supongo que debemos salir de esto entonces.

Gimo, pero sé que tiene razón. Habrá un montón de tiempo para jugar... más tarde.

Más tarde resulta ser en el camino de regreso a nuestro hotel. Luca reservo la suite del pent-house, que cuenta con tres dormitorios y tres baños. Sólo en caso de que Domani y su hijo quieran sus propias habitaciones después follarme hasta reventar.

Por lo menos, rezo para que me follen hasta reventar. Desde que el tío Dom no ha hablado con Jeremy sobre su “regalo de graduación” por el momento, no me hare demasiadas ilusiones.

Bueno, al menos, no demasiadas. Tal vez sólo un poquito.

El tío Dom está conduciendo, su gran complexión encajando fácilmente detrás del volante del Hummer que alquiló, mientras que

Jeremy se recuesta en el asiento del pasajero, con papi y yo estamos

acurrucándonos en el asiento detrás de ellos.

Luca está en medio y yo estoy justo contra su costado, con dedos bailando sobre su muslo. Se tensa bajo mis dedos, apretándose más mientras más me acerco a su polla.

—Angel ...— Hay una advertencia en su voz, pero no puedo evitar el hecho de que estoy caliente, y quiero un poco de algo. Es todo culpa suya. Bueno, suya y de Dom.

—Hmm ...— Inclino mi cabeza hacia atrás y mordisqueo su mandíbula. —¿Dijiste algo, papi?

Gime y ensancha las piernas, me da más espacio para jugar.

—Nosotros realmente-

Ahueco el bulto en sus pantalones, acariciando su polla endurecida, cortando cualquier otra cosa que iba a decir.

—¿Te gusta esto? —Estrujo su eje, aprieto mi agarre hasta que jadea y se empuja en mis manos. —¿Debería sacarte? —Muerdo su cuello, deleitada en el hecho de que él está respirando como si acabara de terminar una maratón. —¿Debo montarte mientras el primo Jeremy mira?

Las ventanas están tintadas, y sólo le estaría dando a la gente delante de nosotros un pequeño espectáculo. No es como que voy

a desnudarme ni nada. Sólo una pequeña montada amistosa entre

papi e hija.

¡Rico!

Él inclina su cabeza hacia un lado, me da más espacio, y yo me aproveche de ello. Me inclino sobre él, lanzar una pierna sobre él y

me muevo así que estoy a horcajadas entre uno de sus muslos, la mano sin dejar de acariciar, mi boca mordisqueando y mordiendo su piel.

—¿Bueno, papi?

Normalmente no soy tan agresiva, tan exigente. Luca es el bruto, el que me empuja alrededor y toma lo que quiere.

En este momento, quiero su polla y va a ser mía.

Mientras sigo acariciándolo, él trabaja la hebilla de su cinturón, y luego la cremallera, sin dejar nada entre nosotros.

Ronroneo. Te lo juro por Dios. —Oh, estás listo y duro para mí.

Lo bombeo, girando en la carrera ascendente y apretando justo debajo de la cabeza. Rozo mi pulgar sobre la punta y recojo la poca humedad de allí. —¿Tú me quieres, papi?

—Será mejor que me tomes antes que explote sobre ti, Angel.

—Su voz es ronca y profunda, diciéndome cuan cerca está.

—Sí, papi.

Esto va a ser difícil, pero quiero que los chicos en el asiento delantero tengan una buena vista, si se deciden a mirar.

Me doy la vuelta, subo mi falda, y luego llego entre mis piernas para agarrar la polla de Luca. Todo hecho al susurro de mi papá: — Mierda sí.

Eso es cuando Jeremy se da cuenta de nuestra actividad. Él ha estado charlando con su padre hasta este punto. —Uh, ¿papá?

Mi mirada se encuentra con Jeremy mientras bajo en la polla de Luca, el ahora familiar amoldado calor enviando mi excitación más allá. —Mierda eso se siente bien.

Lamo mis labios y su atención rebota entre mi coño y mi cara. Por supuesto, él está demorándose en mi coño, donde la polla de mi papi se hunde profundamente en mi coño.

Él se acerca y golpea al tío Dom en el brazo. —¡Amigo! ¡Papá!

—Él se lame los labios y traga. —Papá, e-ellos están...

Tomo a papi todo el camino hasta la raíz, su polla llenándome por completo, y luego le sonrió al joven nervioso. —Follando.

Pongo mis muslos para que estén a ambos lados de las rodillas de Luca, mi coño en exhibición para que el hombre lo vea.

—Oh, mierda. — Él golpea a Dom nuevo. —En serio, ¿papá?

Nos detenemos en un semáforo y el tío Dom mira a Jeremy. — ¿Qué? —Luego sigue la mirada de su hijo y él me sonríe. —¿No pudiste esperar hasta el hotel, Angel?

Me levanto y luego me hundo hacia abajo, mordiendo mi labio. —De ninguna manera. Ustedes me pusieron caliente durante la graduación. Es toda su culpa.

Subo y luego bajo de nuevo, establezco un bonito, ritmo constante. No es demasiado lento y no demasiado rápido. Sólo lo suficiente para mantenernos a ambos interesados.

El tío Dom simplemente sacude la cabeza y pone los ojos. —No, fue ver a Jeremy lo que te puso caliente. Nosotros solo avivamos las llamas. ¿No, Luca?

Papá sólo gruñe. —Un poco ocupado. No importa quien la puso caliente. Siempre y cuando esté en su apretado coño.

Dom ladra una carcajada. —Es agradable y apretada. Te pone duro sólo pensar en ello.

Se da la vuelta y nuevamente nos conduce hacia el hotel, y yo he mantenido mis ojos en Jeremy todo el tiempo. Su boca está abierta.

—Pertenezco a papi, Jeremy. Pero consigo follar a cualquiera en la familia que yo quiera. —Me muevo hacia arriba, la rugosidad de su polla deslizándose contra mis paredes internas, y mierda se siente tan condenadamente bien. Estoy empapada y mi coño esta sólo aferrándose a su polla. —Quiero que me folles, Jeremy. Quiero que mi primo me lo de bien y fuerte. —Aumento mi ritmo mientras hablo, la idea de su joven, enorme polla profunda en mí desdeña mi excitación. —Quiero que aporrees mi coño y desgarres mi culo. Vente en mi puta garganta.

Voy más rápido, de arriba abajo y de arriba a abajo, respirando pesadamente. —¿Me deseas, Jeremy? ¿Quieres follarme tan fuerte

que no pueda caminar?

La mano de Luca aparece en mi cadera y él toma el control, golpeándome hacia abajo con fuerza, se lleva a sí mismo a encontrarme y se golpea dentro de mí.

—¡Joder!

Él entra y sale de mí, más profundo y rápido.

—Fóllame, papi. Fóllame más duro. Folla mi coño.

Dios, quiero venirme. Sobre su polla y sus bolas y enviarlo al hotel oliendo a mis jugos.

—Ocupo, ocupo, ocupo…

Soy una puta necesitada.

—Llévala ahí, Jeremy. Lo necesita. —La voz del Tío Dom me recorre y mi excitación llega a un nivel superior—. Masajea su pequeño clítoris hasta que se venga en la polla de Luca.

Me desplomo hacia adelante, me atrapo a mí misma sujetándome las rodillas, Papi sigue follando mi coño.

—Por favor, por favor, por favor…

Mi concentración está en Jeremy. Nada más existe. Si puedo llevarlo tan lejos, obtengo su pene cuando quiera. Orgía familiar para Angelica.

Él lame sus labios, la aprehensión claramente evidente, pero entonces él se mueve hasta que se logra sentar en el reposabrazos

de su asiento, los brazos extendidos. Yo me siento, miró mientras sus

dedos se acercan, hasta que llega el contacto con mi expuesto coño.

—Joder, eso es. Masajéame, Jeremy. Toca mi clítoris y hazme llegar.

Soy una zorra exigente.

Y él escucha.

Las yemas de sus dedos están justo ahí, pequeños círculos, la presión adecuada, pero no mucho.

Una y otra vez.

Maldición. Mis pezones están duros, frotándose en el interior de mi blusa y no puedo quitar mis manos de ellos. Subo mi blusa para exponer mis pechos, sin sostén en el camino, y pellizco mis pezones.

Los tiro y apretó, ocasionándome un placentero dolor.

Todo el rato, estoy concentrada en Jeremy, el bulto en sus pantalones y el interés en sus ojos.

—¿Me quieres, Primo? ¿Quieres follarme? ¿Meter tu polla en mi boca?

—Joder. —Él maldice, aumenta la presión y envía otra ola de sensaciones por mi espina—. Quiero follar ese coño. Pintarte con mi

semen. ¿Te gusta eso?

Todo mi cuerpo tiembla, los músculos se ponen rígidos y no lo puedo controlar.

—Maldición, sí le gusta. —Papi contesta por mí—. Lo ama. Es la puta de la familia, y tú puedes jugar con ella por un rato.

—Fuck yeah. —Su voz es suave y él quita su atención de mí, se concentra en lo que le está haciendo a mi clítoris—. Haré trisas este

coño.

Me dejo ir. Dejo salir todo. Todo lo que estaba reteniendo y las preocupaciones que llevaba alrededor desaparecieron y me deje a mí misma solo… sentir. El áspero deslizar de la polla de Papi en mi

calor, la forma en que la cabeza se frota contra mi punto G con cada embestida. Dentro y fuera, arriba y abajo, carne contra carne.

Esos dedos haciendo círculos, círculos, círculos… presión con un ocasional tirón y mi orgasmo se apresura a mí. Se está reuniendo, deslizándose hacia cada uno de mis nervios. Como una bola de nieve rodando colina abajo, sigue creciendo y creciendo con cada respiración.

—Eso es, eso es…

Un rápido golpe a mi clítoris me hace gritar y arquearme,

placer y dolor sobrecogiéndome.

—¡Joder!

Jeremy vuelve a masajear, pero otro golpe me arranca un sollozo del pecho. Lo amo, amo esto. Fuerte y duro e hiriente en las formas oh-tan-buenas. Quiero más, mucho más.

—Fóllame duro, Papi. Dámelo. Hazme venir.

Su agarre se endurece, los dos hombres trabajando en sincronía mientras su polla se movía dentro y fuera de mi coño, mientras Jeremy abusa de mi clítoris.

—¿Ya terminaron chicos? —Grita el Tío Tom sobre mis gritos—. Estoy por entrar al parqueo del hotel.

—Joder, joder, joder… —es la letanía de Jeremy, y no puedo entender si nos está apurando o quejándose de lo cerca que estamos de terminar.

Y de nuevo, no estoy segura que me importe mucho.

No cuando él está golpeando mi clítoris con más fuerza que antes, y cada pizca de éxtasis que se ha reunido alrededor de mi vagina solo explota, todos mis músculos se tensan mientras un puro e incontrolable placer quema y se filtra en mis células.

Grito, sollozo, y casi lloro, y sigue, mi primo masajeando, masajeando y masajeando mi clítoris a través de mi orgasmo. Majó el pene de mi Papi en oleadas, mientras mi vagina se aprieta y se relaja a su alrededor.

Luego él grita, follándome con una sucesión rápida y fuerte, hasta que pega su cadera contra mi trasero y siento su grueso pene palpitando dentro de mí, su semen pintando mis paredes internas.

Amo quedar llena de su semen.

Soy la zorra de su semen y lo admito fácilmente.

Jadeante, Papi se relaja bajo mí y yo me desplomo de nuevo en él, contrayendo con las réplicas mientras Jeremy disminuye sus caricias. Aunque no quita su mano. No, él acaricia mis muslos, mi coño, cada centímetro de mi piel a su alcance.

—Joder, eso fue caliente. —Su voz está ronca y el bulto en su pantalón es enorme. Como, Oh Por Dios podrá entrar, enorme.

Lamo mis labios, ansiosa de tener mis labios alrededor de su grueso pene.

—Siempre lo es, —replica el Tío Dom después de meter su SUV en el espacio.

—¿Siempre? Ustedes han…

—Como ella dijo, lo mantiene entre familia.

—Así…

Sonrío, con los ojos medio cerrados, bien y relajada después de mi orgasmo.

—Feliz graduación, Primo.

—Bien, hora de salir del auto. Vamos, papá, Tío Luca. ¡A por ello! —Él salta del auto, lleva su bolso frente a él, y yo sonrío al Tío Dom cuando se voltea a mirarme.

—¿Pueden caminar?

Yo frunzo el ceño.

—¿Tengo piernas? En realidad, no las siento. Ese hijo tuyo sabe qué hacer con mi clítoris, Tío Dom. En serio.

Suspiro, y luego lloriqueo cuando Papi me levanta fuera de su polla.

—Vamos, Angel. No mantengamos al hombre del momento esperando.

Miro por el parabrisas y veo que él hace exactamente eso.

—Bien, bien… ¿Alguien tiene un pañuelo? Siempre parezco olvidar que el sexo es desastroso. Especialmente cuando acaba.

Luca se inclina hacia mí.

—No. Quiero que camines por el vestíbulo y hacia nuestra habitación con mi semen bajando por tus piernas. Quiero que todos

vean que eres mía.

Oh mierda. Soy una puta por excitarme con eso. Totalmente.

—Oh, bien.

Él me empuja y yo abro la puerta, piso fuera del Hummer y me estremezco cuando el primer poco de liberación se escapa de mi vagina. Oh, Dios, puede que me venga si camino así, su marca sobre mí.

Jeremy me ve y llega a mi lado, me acerca hasta que nuestros labios están a pocos milímetros.

—Vamos.

Gah, él es más grande de lo que creí, su masivo pene se presiona contra mi cadera con solo nuestra ropa separándonos.

—Indica el camino.

Espero que él me bese, pero en lugar de eso, él le quita de la mano la llave de la habitación al Tío Dom y se dirige a la entrada del hotel, yo sigo sus pasos.

—¡Jeremy! —mis tacones hacen difícil mantener su paso.

Él gira hacia mí, tira de mí hacia él.

—A menos que quiera que todos en el hotel te vean chupando mi polla, te apurarás, bebé.

—Oh. —Mi primo me da un beso en la frente y regreso a su camino, yo hago lo mejor por apurarme.

En un momento, estamos frente al elevador, esperando, esperando, esperando. Hay otra pareja ahí de pie, y siguen lanzándonos miradas preocupadas, como si no estuvieran seguros cómo reaccionar a nosotros. Bueno, Jeremy, en realidad. Él está prácticamente vibrando. Un fino camino de semen baja por mi muslo y me provoca un cosquilleo en la parte de atrás de la rodilla. Otro escalofrío de deseo, excitación, deseo y necesidad.

Dios, quiero solo bañarme en semen, cubrirme a mí misma con la prueba del disfrute de mi hombre en mi cuerpo. Cuando el elevador finalmente llego con un suave sonido, Jeremy se apresuró

en la caja de metal, empujándome con él, y me aleja lo suficiente como para poder levantar una mano y detener la otra pareja.

—Lo siento. Este está lleno.

Él presiona el botón de cerrar y las puertas se deslizan juntas, cortando la desconcertada pareja. En el instante en que quedamos solos, estoy en sus brazos, presionada contra él desde el pecho hasta la rodilla. Él me hace retroceder hasta que choco contra la pared y rodeo su cintura con una pierna.

—Joder, estás ardiente.

Mi primo captura mis labios en un apasionado beso, nuestras lenguas peleando mientras él presiona su polla cubierta de ropa contra mi vagina abierta. Sé que estoy llenando su pantalón negro con el semen de mi Papi, pero no puedo hacer que me importe.

Es sucio y travieso y jodidamente asombroso… el hecho que acabo de follar con un hombre en un carro, y minutos después, me estoy preparando para tener sexo con su sobrino. En este elevador, si no llegamos ahí rápido.

Él está follándome y yo estoy mostrando lo bien que estoy, presionando mi húmedo coño contra él, arriba y debajo de ese grueso eje.

Cuando finalmente libera mi boca es para trazar un camino de besos por mi cuello, a través de mi collar y hacia mis pechos. Él los toma, sosteniéndolos en alto mientras pelea contra la tela para conseguir más piel.

—Sí… eso es. —Puedo venirme de nuevo con esto, sus manos y labios sobre mí, pinchando y frotando mi pezón—. Dios, te quiero a ti.

Quiero el grueso pene de mi primo en mi coño.

Él se estremece, oculta su rostro contra mi cuello y respira pesadamente.

—No digas mierdas así. Explotaré en mis pantalones.

No lo puedo evitar, me rio con fuerza y agradezco que me sonría de regreso. Justo cuando se inclina por otro beso, el elevador emite un sonido, anunciando que llegamos y de nuevo, estoy siendo acarreada tras él.

Solo hay dos puertas en este nivel, ya que es el penthouse, y él me conduce a la primera, desliza la llave dentro al confirmar que está en el lugar correcto.

Dentro, él me presiona contra la pared del vestíbulo, su cuerpo manteniéndome quieta.

—Te quiero a ti.

—¿Cómo? —Estoy sin aliento, la montaña rusa de excitación estaba arriba de nuevo.

Él muerde mi labio inferior con un gruñido.

—Esta perfecta boca primero.

—Sí… —Mi voz es un susurro, pero mis movimientos son fuertes.

Ahora, soy la líder. Tiro de él hacia la sala y lo empujó hacia el sofá.

No es que me esté dando problemas. No, él sonríe abiertamente, su pene todavía da empujones contra su pantalón.

Me arrodillo con facilidad y alcanzo el cierre de su cinturón. Está abierto en un instante y yo bajo la cremallera, dejando su polla libre.

—Oh, mierda.

Él es fácilmente tan grueso como mi muñeca, la cabeza de su pene está de un furioso púrpura con gotas de semen acumulándose en la punta. Él es largo, más largo que su padre, y ruego que sepa lo que está haciendo cuando me folle.

Porque lo hará. Pronto.

Me inclino hacia el frente, paso mi lengua a lo largo y reúne la humedad ahí, saboreo su salado sabor al estallar en mis papilas gustativas.

—Mmm… ¿Es esto lo que quieres?

—Joder, sí, chupa mi polla. —Sus manos son puños sobre mis muslos, los nudillos blancos.

Juego con el punto bajo la cabeza en la parte de debajo de su eje. Este tiene algún extraño nombre técnico… yo lo llamo el punto dulce de un hombre. Paso un diente por el lugar que sé lo volverá loco.

—¿Quieres que tu puta prima chupe tu pene? ¿Tragarte todo?

Su respiración es como un tren de carga, soplando, las caderas moviéndose.

—Sí, ponlo en tu boca. Chúpame. Tómalo.

Hay un suave sonido detrás de mí y miró hacia la puerta para ver a Papi y tío Dom unirse.

—¿Debo, Papi? ¿Tío Dom? ¿Mi primo merece que le chupe la polla? —Me inclino hacia delante y mamo la punta, labios mojados bañando la esponjosa cabeza.

Jeremy gime, su cabeza cae y cierra los ojos.

—Angel, ¿has estado jugando con el pobre chico? —Papi tiene sus brazos cruzados sobre su pecho, una amplia sonrisa en su rostro.

Levanto mi cabeza y rio, acaricio el punto dulce.

—Tal vez un poco.

—Papá… Lo juro… —Jeremy está prácticamente chillando.

—Angel, siente lástima del chico. Eres su regalo por hacerlo tan bien en la escuela. —Hay un susurro de ropa y veo que ambos, Tío Dom y Papi, se están desvistiendo—. Aunque su polla es tan grande que creo es más un regalo para ti.

Me alejo un poco.

—Lo sé, ¿cierto? ¡Tío Dom, es más grande que tú! —Bombeo a Jeremy, libero un poco de su tensión. Un poco. Al menos, traigo un fin a su tormento. Miro directo a los ojos de Jeremy.

—La pregunta es ¿sabe usarla?

—Ooooohhh… —responden los otros dos hombres al mismo

tiempo.

Sigo acariciando a Jeremy, arriba y debajo de su eje, mis dedos no se tocan porque él es muy grueso. Es como seda sobre acero, duro y suave al mismo tiempo. Un eje viviente de placer esperando para que jueguen con él. Yo quiero jugar.

—¿Sabes, Jeremy?

—He cambiado de idea. —Él entorna sus ojos.

—¿Lo has hecho? ¿Y qué has decidido? —Levantó una sola ceja.

—Tío Luca ya ha tenido tu vagina, yo quiero tu trasero. Quiero a Luca en tu boca y a Papá en tu coño. Te quiero tan llena de pollas

que no puedas hacer más que tomarlo. —Él me agarra y me jala hasta su regazo, me fuerza a estar a horcajadas sobre él—. Te fallaremos hasta que no puedas hablar, y luego tal vez recibiré una

mamada apropiada. ¿Qué piensas, Prima?

—Pienso que deberíamos movernos al cuarto. —Le doy un rápido beso antes de bajarme de su regazo y arrastrarme sobre la parte de atrás del sofá, apurándome hacia el dormitorio que comparto con Papi—. ¡Ven y consíguelo!

Me desnudo mientras corro, blusa fuera, la falda cae por mis piernas y casi caigo intentando pasarla por mis tobillos.

Para el momento que cruzo el umbral, tengo tres hombres muy desnudos y calientes persiguiéndome. Salto y caigo en el centro de

la cama, rebotando algunas veces antes de acomodarme y observar a los hombres rodeándome.

Papi en el centro, su polla ya está dura y alcanzándome, el deseo es evidente en su mirada. Un rápido vistazo a Tío Dom y Jeremy revela que están en el mismo estado. Muy bien.

—Jer, revisa el cajón. Debes encontrar unos condones y lubricante. Tómalos. Quieres su trasero, lo tendrás que preparar para

ese pene tuyo. —Papi se arrastra hacia mí—. Abre tu boca, Angel, Papi tiene un regalo para ti.

Lamo mis labios ansiosa por su polla.

—Hey, ¿qué hay de mí? —Miró a Tío Dom y lo veo haciendo un puchero.

Papi lo aparta.

—Tendrás su coño pronto. Ella me tuvo en su trasero anoche, así que, si tu hijo sabe lo que hace, estarás rodeado por ella pronto.

—No soy un puto niño. —Jeremy está mirando a Papi, pero él sonríe igual de rápido—. Ponte sobre tus manos y rodillas, bebé.

Mordisqueo mi labio inferior, la anticipación creciendo en mí, hago lo que dice, ansiosa por ser llenada en todos mis agujeros. Abro mi boca pronto y tomo a Papi, lo chupo y lamo la parte de debajo de su eje mientras me trago todo su pene.

—Maldición, esto es hermoso. ¿Seguro que quieres compartirlo, Tío Luca?

Yo gruño, mi boca moviéndose a lo largo de su polla. Me dirijo a la raíz y de regreso, babeando sobre su grueso y gordo pene.

—A ella le gusta. Le gusta joder con la familia, le gusta tener tantas pollas como pueda. —Sus manos se hunden en mi pelo, me sostiene quieta mientras él mueve su pene dentro y fuera de mí—. Y me gusta hacerla feliz. Así que folla su trasero de un solo para todos poder venirnos, chico.

Un suave par de labios roza mi trasero, dejándome la piel de gallina a su paso. Gimo y chupo más fuerte la polla de Papi, mostrándole cuanto lo amaba por darme esto. Porque, claro, es un regalo para Jeremy, pero también una de mis fantasías.

Los dedos siguen los labios, luego una mano, y finalmente, un frío y resbaladizo dedo en mi ano. Me empujó hacia atrás con el toque, más que lista para tener un pene en mi ano. Él me penetra, deslizando ese primer dedo hasta dentro con mi empuje. Sí, tuve a

Papi la última noche y realmente, realmente quiero tener sexo con

los tres.

—Eso es. Mete esos dedos en ese ano. Ella es una sucia pequeña puta. —La voz viene de mi derecha y puedo ver a Tío Dom con la esquina de mi ojo, su grande mano envolviendo su masivo pene, acariciando su carne. Otro dedo se desliza dentro de mí, ambos profundos en mi hoyo trasero, los nervios bailando.

—Solo las putas son folladas por los hombres en su familia.

El fap, fap, fap de él acariciándose a sí mismo batalla con el sonido de los gemidos de Papi.

—Ella es la puta de semen de la familia. Lo desea, Dom. Ahora tenemos a Jeremy para ayudarnos a mantenerla en línea, ¿no es así?

Jeremy añade otro dedo, y yo chupo con fuerza la polla en mi boca, arrancando un grito de Luca.

—Joder, a ella le gusta esa idea, Jeremy. Su boca está loca.

Chupa ese pene, Angel.

—¿Sí? ¿Puedo tomarla cuando quiera? ¿Cómo quiera? —Otro dedo y estoy lista para gritarle a Jeremy que meta su pene en mí de un solo. Pero todavía necesito a Tío Dom bajo mí para que entre en mi coño.

A joder todo y la logística de follar.

Más lubricante, sus dedos bombeando dentro y fuera de mi ano, estirando, jugando, avivando mi excitación de nuevo.

—Mira ese trasero. Solo una zorra necesitada, ¿cierto? ¿Lista para mi polla, Angel?

Gruño alrededor de Papi, y él se ríe.

—Sí, creo que lo está. —Él libera su pene de mi boca—. Deja al Tío Dom ponerse en posición, cariño, y luego te haremos volar.

—¡Excelente!

Me cambio al lado, y Dom se acuesta debajo de donde yo estaba arrodillada, duro como una roca y con un condón por mí.

—¿Lista para cabalgar a tu tío, bebé?

—Oh, Tío Dom. Estás tan grande y duro. —Cierro mi mano a su alrededor.

—Solo para ti, pequeña. Solo para ti.

Sonrío mientras paso una pierna sobre él, tomo su pene y lo acomodo en mi entrada. Estoy tan húmeda de mis jugos, tanto como con los del semen de Papi, por lo que se desliza fácilmente.

Tira mi cabeza hacia atrás, gimo largo y fuerte mientras lo tomo todo.

—Oh, joder, Tío Dom. Tu pene es enorme. Lo amo. —Me levanto y bajo de nuevo, un movimiento gentil a lo largo de su eje. Tan bien.

Lo tomo profundo y luego superficial, tocando mi punto G, las crestas acariciándome desde dentro—. Amo esta polla.

Sus manos descansan en mis caderas, siguiendo el movimiento.

—Tal vez debería inclinarte hacia adelanto, bebé, y Jeremy se deslizará en tu ano. Dándote una follada que nunca olvidarás.

Gimo, me dejo caer sobre él y capturo sus labios en un suave beso. Solo rozar los míos contra los suyos antes de mordisquear y lamer el borde. Degusto el sabor, luego me fuerza a relajarme cuando siento la punta roma de la polla de Jeremy en mi ano.

Un respiro profundo y me rindo a la invasión, lo dejo estirarse en mí. Duele y se siente tan bien y mal al mismo tiempo. Él es más grande que Papi, y siento más llena que nunca antes. Es como si fuese partida en dos, su pene dividiéndome.

Nosotros tres estamos jadeantes cuando él está completamente dentro. Dos pollas gigantescas, llenándome al punto de quebrarme y no lo tendría de ninguna otra forma.

Jeremy se retrae un poco, y luego empuja de regreso, arrancando un gemido de ambos, Tío Dom y yo.

—Oh, joder, Papi. Se siente tan bien. —De nuevo se sale, se mete, más fuerte, más rápido—. Oh sí. Dame esa polla. Divídeme.

Tengo a mi tío debajo, mi primo encime y mi papi arrodillado cerca.

Un golpecito en mi sien llama mi atención hacia Luca y abro mis ojos para encontrar su pene cerca de mi cara.

—Sé una buena chica y chúpame ahora, Angel. Todos queremos venirnos en este lindo cuerpo tuyo.

Joder, es demasiado. Soy como una persona hambrienta que está contemplando un plato de comida. No puedo tener suficiente.

Quiero todas estas pollas, las quiero todo el tiempo.

Y para mostrar mi aprecio, lo tomo dentro. Hasta la raíz, succionando fuerte y moviéndome rápido.

Mi caño y ano se están apretando alrededor de mi tío y primo mientras trabajo como una aspiradora en la polla de Papi. Los tres hombres están gruñendo y gimiendo, Dom y Jeremy trabajan juntos

mientras empujan dentro y fuera de mi ano y coño.

Primero uno, luego el otro, constantemente cambiando puestos. Es bueno que no necesiten que participe, porque soy una gran bola de sexo-nialidad5 en este momento. No puedo hacer nada más que tomar lo que me están dando… y solo sentir… mientras tocan todos mis puntos felices a la vez.

Dentro y fuera de mi ano, mi vagina, mi boca… Sus gruñidos mezclados con mis gemidos, todos mis nervios están bailando y todo mi cuerpo está más vivo que nunca. Entre sus pollas y sus palabras, sé que es cuestión de tiempo antes que me venga alrededor de ellos.

—Toma esa polla…

—Maldita perra…

—Perfecto traserito…

—Toma la polla de tu primo. ¿Así? ¿Como si tu familia te estuviese follando hasta hacerte gritar? —Ese es mi Papi, y sus palabras están acercando mi orgasmo más y más—. Chupa mi polla mientras ellos te follan.

Su pene se desliza entre mis labios, bombeando dentro y fuera de mí al mismo ritmo que los otros dos. Es como si hubiesen practicado, y sabían cómo follar a una chica juntos.

Parte de mí odia esa idea. El resto está agradecida.

Gimo con cada embestida. Así que, básicamente, soy un gran gemido.

Como sea. Mi coño y trasero están mojando ambos penes mientras yo sigo lamiendo y succionando la polla de Papi. Húmeda y caliente y más profundo y rápido.

Les doy todo lo que tengo y ellos siguen tomando más.

—Boca jodidamente hermosa. Chúpalo. —Yo lloriqueo, y él me alimenta más con su longitud hasta que choca contra el fondo de mi garganta.

Hago lo que he practicado… trago y lo tomo todo.

—Fuck yeah. —Él respira pesadamente, los dedos rígidos en mi pelo.

Los otros dos están tomando el ritmo, y yo lloriqueo con las embestidas de Jeremy en mi trasero. Él me está follando duro, mi orgasmo a punto de llegar.

Lo puedo sentir, reuniéndose alrededor de mis dedos, subiendo por mis piernas e introduciéndose en cada músculo. Estoy temblorosa. Necesitada.

Ellos me darán lo que necesito.

—Eso es. —Las manos de Jeremy se aprietan en mis caderas—. Toma esta mierda.

Nuestros cuerpos golpean entre sí, los hombres probablemente mucho más cerca de lo que les gustaría. Pero también parece que

quieren explotar sus bolas más.

Joder, pero quiero, también.

Golpe. Golpe. Golpe.

Más y más. Rápido y rápido.

Mi clítoris palpita, semen listo para explotar. Mis pezones están duros como una roca y desesperadamente necesitados de pellizcos y giros.

Pero no puedo hacer nada.

Maldición, apenas puedo sostenerme en este momento.

No parece importas, de todos modos, porque estoy por venirme. Pronto. Sobre todas las pollas en mis hoyos.

Estoy tan húmeda, siento que estoy goteando jugos, y en cualquier momento, voy a chorrear sobre ellos.

Ellos están arrastrando el placer fuera de mí, arrastrándome al borde.

Reveladoras descargas eléctricas están bailando en mi columna y centrándose en mi vagina, llevando mi concentración a esa área de mi cuerpo.

Venir.

Venir.

Venir.

Está justo ahí, justo ahí…

Y luego estoy gritando, sollozando, implorando alrededor del pene que llena mi boca, porque he perdido el control de mi cuerpo.

Mis músculos ya no son míos, crispándome, con espasmos mientras ellos continúan usándome. Más alto y fuerte y rápido, el placer se está vertiendo de mí como lava ardiente, consumiendo cada parte de mí desde adentro.

Esto sigue y sigue, más y más, sus pollas extienden este puro éxtasis más y más hasta que pienso que voy a morir por eso.

Salado, almizclado, el semen baña mi lengua y lo trago, saboreo el grito de finalización de mi Papi. Me da esfuerzo tras esfuerzo, presiona más profundo con cada bombeo y me da una alabanza con cada tirón de su pene.

—Buena chica. Dulce boca. Tómalo.

Lo hago. Lo tomo todo. Lo tomo profundo y saboreo cada gota.

No es hasta que él se sale de mi boca que me doy cuenta que los otros hombres también debían estar cerca, sus respiraciones se volvieron fieros jadeos y gruñidos mientras bombeaban dentro y fuera de mi caño y trasero. Estoy drenada, exhausta por venirme, y

luego ellos están dando sacudidas dentro de mí, torturando mientras

alcanzan el final, hasta que ambos, uno después del otro, se presionan contra mí, sus pollas parecían hincharse en mi coño y ano.

Gah, deseo que ellos no estuvieran usando condones. Deseo poderme bañar con su semilla y restregarla sobre mí.

Dejarlos follarme como Papi.

Pero lo hacen, y solo puedo disfrutar el hecho que ellos se relajaron conmigo, que mi cuerpo los place.

Cuando ambos se relajan, me permito caer cobre Tío Dom, lo dejo tomar mi peso.

—Santa mierda. —Jeremy aun no recupera el aliento, y los otros dos están en silencio.

Yo suspiro feliz, apretada contra el pecho de Tío Dom, contenta de tener sus suaves penes todavía dentro de mí.

Pero no pasa mucho tiempo hasta que Jeremy se sale, deslizándose fuera de mi ano, y lloriqueo por la pérdida.

—Vamos, Angel. Dejarlos limpiarse y luego podemos pedir la cena. Hablar un poco.

Levanto mi cabeza, miro a Papi.

—¿Hablar? —Estoy muy cansada para hacer algo, más que para ser una gran gota de nada ahora mismo.

—Uh-huh. Hablar. Sobre la próxima reunión familiar que se aproxima.