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Insasiable Hijastra 4 - Teniendo sexo en la ofi...

en Amor filial

4ta parte de Insasiable Hijastra - Teniendo sexo en la oficina de mi papi de Belle Hart, pueden encontrar la 1ra parte como A mi padrastro le gusta mirar publicado por juanita

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PRIMERA PARTE

Mi novio Blake acaba de romper conmigo porque me sorprendió teniendo sexo con mi padrastro, Bill. Yo tenía la intención de romper con Blake de todos modos, pero sin duda no me gusto esta forma.

Él está molesto, no quiere hablar conmigo. No creo que se lo diga a nadie. Nosotros no estamos haciendo nada ilegal. Tengo más de 18.  Comprendo que se vea extraño para otras personas. Pero para mí y Bill tiene sentido.

Estoy sentada en la oficina que tiene Bill en la universidad que trabaja. Es tarde de viernes por la noche. Todo mundo se ha ido por el fin de semana. Estoy sentada en una silla de madera junto a la ventana del pasillo, cruzando y descruzando mis piernas. Estoy usando una mini falda color marrón y una ajustada camiseta blanca que abraza mis grandes pechos y mi atlético cuerpo. Mi largo cabello es color rubio oscuro, lo traigo recogido con un pasador en la parte superior de mi cabeza. Una semana más en la escuela secundaria, y entonces seré libre.

—Él estará bien, ya sabes—Bill me dice de repente detrás de mí.  Me volteo. Él está sentado en su escritorio,  los trabajos se extienden ante él.  Se ve guapo bajo la tenue luz de la lámpara del escritorio. Es la única luz en la habitación.  Él tiene 50 años, tiene músculos largos y delgados, cabello castaño, ojos marrones y expresivos.

—¿Blake? —yo pregunto.

—Si.

—Supongo—, le dijo. —Eso sin duda fue una sorprendente ruptura, sin embargo.

—Lo sé. —Piensa por un momento. —Ven aquí.

Me pongo de pie.

—¿Por qué? —Camino lentamente hacia él.

—Siéntate en mi regazo, mientras califico los trabajos de mi grupo—Me dice con una sonrisa. Yo me río.

Subo a su regazo de lado y pongo mis brazos alrededor de sus hombros. Él pone un brazo alrededor de mi espalda. Mientras sostiene los trabajos con la otra mano. Empiezo a besar su rostro. Lentamente beso su mejilla y le tiembla la mandíbula. Él todavía está concentrado en su trabajo. O tratando de hacerlo. Beso su cuello. Él se queja un poco. Chupo su cuello por un momento. Siento su pene comenzar a endurecerse debajo de mi. Me muevo y chupo su oreja. Y la lamo. Deja caer la pluma con la que esta calificando. Y pone su otro brazo alrededor de mí también.

Le beso el cuello, y me bajo de la silla. Él se mueve un poco hacia atrás, yo me pongo bajo su escritorio. Nadie puede verme debajo. Tiene una sólida parte frontal de madera. Acomoda su silla más cerca de mí. Yo jugueteo nerviosamente con la bragueta de sus pantalones hasta que se la bajo.  Dejo que su pene salga por la ranura de sus calzoncillos. Él jadea. Yo comienzo a acariciar su polla. Él gime.

—Erica…—, se queja. Después de unos cuantos golpes más, me inclino hacia adelante y tomo su pene en mi boca. Él gime audiblemente. De repente oigo él sonido de la puerta de la oficina abriéndose. Bill se pone rígido.

—Esta noche no necesita hacer limpieza, gracias. —Dice tan amablemente como le es posible.

—Está bien, —Dice el hombre de la limpieza y cierra la puerta otra vez.

Todavía estoy chupando su polla. Mientras me río con un sonido ahogado.

—Eso no fue gracioso—Bill murmura

Sigo chupando su gran órgano. Él empieza a acariciarme el pelo. Acaricio su pene mientras chupo su cabeza.  Comienzo a moverme de arriba abajo de él, tomándolo lo más profundo que puedo en mi boca, casi hasta mi garganta, y luego lo dejo ir de nuevo. Él esta gimiendo rítmicamente. Mi coño esta muy húmedo por esto. Me siento mareada, estoy tan excitada.

Lo sigo chupando y moviendo la cabeza de arriba y abajo, tomando lo mas que puedo en mi boca. Quiero su semen en mi boca. No puedo esperar para probarlo. Él gime y jadea, agarrándome con una mano del cabello.  Bajo mi cabeza más profundo con cada sacudida. Ahora, su polla está en mi garganta. Esto es tan jodidamente sexy, pero es tan duro no ahogarse. Trato de descansar mi garganta para permitirle deslizarse más profundamente en mí. Estoy respirando con dificultad ahora, mierda me está jodiendo fuertemente la boca. De repente dispara su semen en mi garganta con un profundo gemido.  Lo dispara tan rápido que me ahogo un poco con él. Eso lo enciende y dispara otra carga dentro de mí. Eso me ahoga un poco de nuevo, pero me lo trago todo. Mientras chupo su polla. 

Luego dejo salir su polla de mi boca y yo descanso mi cabeza en su muslo.

—Oh, cielos…—Bill dice—¿Te hice daño?

—No—le digo con una sonrisa. —Tal vez deberías cerrar las persianas.

—Tienes un buen punto—Me dice. Todavía un poco sin aliento. Se coloca de nuevo los pantalones y sube su cremallera. Luego se levanta y cierra las persianas que dan hacia el pasillo.  Él no tiene ventanas exteriores. Sólo unos estantes y armarios detrás de su escritorio. Lo escucho cerrar la puerta de su oficina.  Salgo de debajo de su escritorio. Lo miro a través del escritorio con lujuria. Él me está mirando de la misma manera.

—Quítate las bragas—Me dice con aspereza.

—¿Solo mi ropa interior? —le pregunto.

—Shhh… Tenemos que ser discretos, ¿Recuerdas?

Yo alcanzó mi ropa interior debajo de mi falda y jalo mis bragas hacia abajo. Me las saco. Estoy usando sandalias.  Echo las bragas a un lado y miro a Bill. Sus pantalones están alzados ahora. Esta duro otra vez. Camina lentamente alrededor de la mesa y luego se sienta en su silla. Es una silla de madera con ruedas en la parte inferior, sin brazos.

—Ponte a horcajadas sobre mí—me dice. Se baja la cremallera de los pantalones de nuevo y saca polla de sus calzoncillos. Mi corazón se acelera. Me acerco a él y subo a su regazo. A horcajadas. Él baja su mano y guía su pene dentro de mí mientras yo bajo hacia él. Los dos temblamos.

— Oh, cielos…—digo. Siempre me sorprendo por lo bien que se siente tener su polla dentro de mí. Sus ojos  se mueven cerrados y luego los abre de nuevo.

Me mira fijamente a los ojos y me dice.

—Fóllame—yo gimo.  Acomodo mis rodillas en la silla a cada lado de él y me muevo arriba y abajo por su polla. Los dos gemimos.

—Oh, tenemos que guardar silencio—, Me susurra con los ojos cerrados de nuevo. Me muevo de arriba hacia debajo de él, respirando con dificultad.

—Desnúdame, papi—le susurro. Quiero que juegue con mis tetas.

Él sacude su cabeza.

—La puerta está cerrada—, le susurro mientras bombeo arriba y abajo.

Él piensa por un momento, y entonces va por ello. Se pelea con mi pequeña camiseta y me la saca, gime cuando ve mis pechos atrapados en mi  sujetador blanco. Él desabrocha mi sujetador por la parte posterior y me lo quita. Ahora mis pechos están rebotando libremente mientras yo lo follo. Él se queja mientras los mira fijamente.

—Juega con mis tetas, papi—,  le digo mientras subo y bajo por su pene. Él gime de nuevo. Mientras comienza a masajear mis tetas con avidez, mientras lo follo. Se queja mientras juega con ellas y las mira fijamente. Siento como mi orgasmo comienza a retumbar en mi interior.  Yo monto mas y mas la polla mientras subo y bajo en ella. Estoy mareada.

—Oh, cielos, si…—yo digo lo mas silenciosa que puedo. Él esta respirando con dificultad, casi perdiendo la cabeza. —Oh, cielos, si, papi—le digo mientras dejo caer mi cabeza hacia atrás. —¡Uggghhh! —yo me lamento en voz baja mientras el orgasmo surge en mi coño y el placer explota a través de mi.

—¡UHHHH! —él gime lo mas silenciosamente como le es posible. Su cuerpo se estremece mientras  dispara su semen dentro de mí.

Estoy sudando y sin aliento mientras dejo de bombear. Pongo mis brazos alrededor de su cuello y le sonrió.  Él toma el broche de mi pelo, y  deja caer mi cabello libremente. Él tiembla, cuando se pone de pie y me baja sobre mis pies. Camina a mí alrededor y comienza a limpiar su escritorio en silencio.  Pisapapeles, bandeja de papeles, taza, bolígrafos, documentos, etc. Los pone en los estantes de detrás de él. Mi corazón late con fuerza al verlo hacer eso. Yo se que él me va a follar en el escritorio. Estoy emocionada.

 Cuando el escritorio está limpio  se vuelve hacia mí y en silencio me baja la mini falda color marrón. Él la desliza hasta el suelo y salgo de ella. Solo estoy usando las sandalias con tacones. Él me levanta y me pone sobre la mesa. Se quita la camisa mientras me mira y la deja a un lado. Me pongo a jugar con mis tetas. Él gime. Yo estoy jadeando. Patea sus zapatos y los calcetines, se desliza los pantalones y los bóxers fuera. Su pene no esta tan erguido todavía.

Luego, abre los cajones de su escritorio y empieza a buscar algo. Lo encuentra. Él saca un plátano. Yo abro mucho los ojos. Él busca más y encuentra un condón que no ha sido usado todavía. Él le pone el condón al plátano. Yo me quejo. Él se acerca al final de la mesa entre mis piernas.  Ellas están colgando por el escritorio.  Él las sube y pone mis pies con zapatos de tacón al borde superior del escritorio. Estoy jadeando mientras lo miro.

Él pone el plátano en mí.  Esto es tan duro. Él lo mete todo lo que le es posible. Gimo. Esto es tan perverso. Mis ojos lloran. Hace tanto calor. Él empieza a cogerme con el plátano. Empujando  hacia adentro y hacia fuera. Gimo. Es una sensación extraña, pero golpea mis lugares dulces. Me agarro de los costados de la mesa con las manos mientras me folla. Él esta gimiendo y gruñendo, viendo el plátano desaparecer en mí, entonces vuelve a salir, resbalando por el esperma.

Estamos tratando de estar tranquilos, pero siento como si fuera a morir por el éxtasis. Él comienza follarme duro con el  plátano. Se siente tan bien. Pero puedo decir que estoy empezando a romperme. Siento como mi orgasmo comienza a construirse, pero todavía no estoy al borde. Él plátano se está haciendo papilla dentro del condón. Bill lo retira  y lo deja a un lado frustrado. Estoy jadeando y mirándolo con deseo.

De pronto, él mete su mano.  Introduce tres dedos, y luego el resto de su mano.  Gira su mano dentro de mí en un puño. Me corta la respiración. Empiezo a jadear más duro. Su ajuste es perfecto con su mano en puño. Yo no lo puedo creer. Él empieza a mover el puño dentro de mí en círculos.

—¡UHHH! —jadeo. Sus nudillos masajean mis puntos de placer. Mi coño esta temblando por su tacto. Empiezo a retorcerme alrededor de su escritorio, mientras siento un rugido increíble de placer dentro de mí.

— Oh, Bill….—Susurro. Él sigue moviendo su puño dentro de mí, las paredes de mi coño lo presionan duro. Yo gimo y lloriqueo, tratando de guardar silencio. De repente arqueo mi espalda y gimo constantemente mientras el éxtasis  explota intensamente. Me relajo y otro orgasmo aprieta mi coño y  arqueo mi espalda y gimo de nuevo. Siento como un chorro de crema se derrama de mi interior hasta el suelo. Bill desliza su puño fuera de mí. Él esta jadeando. Yo bajo mis talones de la mesa y dejo colgando mis piernas fuera de ella.

Él rápidamente me mueve y me excito de nuevo. Gentilmente pone mi cara boca abajo sobre la mesa, con las piernas abiertas. Yo me quejo. Él lleva un taburete de plástico que estaba cerca de las estanterías y se arrodilla sobre el en un extremo de la mesa.  Eso lo pone a la altura perfecta. Él mete su dura polla rápidamente en mi resbaladizo coño. Luego la saca de nuevo. Siento como sus manos separan mis nalgas mientras él trata de meter su polla en mi culo.  Yo me quejo mientras siento su dura polla llenar mi estrecho agujero.

Él esta temblando mientras comienza a empujar dentro de mí. Él esta tan duro. Me llena. Empuja lentamente al principio, pero rápidamente toma velocidad. Empiezo a jadear y a gemir, levanto mi cabeza del escritorio. Empiezo a gruñir en voz baja con cada embestida. Su pene está golpeando duro mis lugares dulces.

Él está jadeando y gruñendo también mientras folla mi culo. Me pongo a lloriquear cuando está en mi interior. Él me está follando frenéticamente. Me estiro y tomo el extremo del escritorio. Sólo necesito algo a que aferrarme. Aprieto mis músculos vaginales. Mientras me folla, y siento cómo el placer empieza a construirse a través de mi.

—¡UGGGHHHHH! —grito muy fuerte. Siento una ráfaga de placer a través de mi culo y coño, que hormiguea a través del resto de mi cuerpo.

Él gruñe y jadea mientras empuja un poco mas su polla dura rápidamente en mi ano. Luego gruñe en voz alta también y se corre dentro de mi culo. Luego siento como se inclina hacia delante sobre mi cuerpo, jadeando y sudando. Somos un desastre. Estamos hechos un lío. Recupera su respiración y saca su polla de mi ano y se pone de pie. Él comienza a vestirse de nuevo.

Apenas puedo moverme.

SEGUNDA PARTE

Más tarde, estamos en casa, estamos tranquilamente en nuestras habitaciones. Lo escucho en la ducha. Lo dejo terminar. Cuando está de vuela en su habitación, yo tomo una ducha también.  Sigo sintiéndome inestable después del sexo, pero me siento mucho mejor cuando estoy toda limpia otra vez. Me pongo mi pijama, pequeños shorts y una playera sin mangas, me acurruco en la cama con el pelo mojado. Me quedo dormida.

Más tarde, me despierto. Alguien está en mi pequeña cama acostado conmigo. Siento como una mano se desliza hacia arriba y debajo de mi playera acariciando mis pechos desnudos. Me estremezco un poco.

—Shhhh….—Bill me dice detrás de mí. —Soy yo.

—Oh—Le digo, e inmediatamente mi coño se moja. Él esta acomodado de cucharita. De repente me toma y me jala para ponerme de espaldas sobre él, mi espalda está pegada a su pecho, estoy mirando las estampas de estrellas que brillan en la oscuridad en mi techo. Jala mi playera para exponer mis pechos y empieza a acariciarlos.

—Siento lo de antes—me dice en voz baja. —En mi oficina. Lo siento, soy un pervertido.

—Está bien—, le digo. —Yo también soy una pervertida.

Él masajea mis senos más ahora.

—Te amo, Érica.

—Yo también te amo, Bill—, le digo. Estoy distraída por su roce a mis tetas. Empiezo a gemir.

Él me masajea más fuerte. Empiezo a jadear. Siento su polla endurecerse bajo mi.

—Papi—le dijo sin aliento, —¿Me chupas las tetas?

Rápidamente me da vuelta sobre él y lleva mi torso por encima de su cara.  Yo me aferro a la cabecera cuando él con avidez toma una de mis tetas en la boca. Él me está succionando duro.

—Oh, papi, ¡Cielos! —mientras mi orgasmo llega por fin a punto crítico. Explota a través de mi coño y gruño en voz alta. —¡UGGHH! —Siento como un cosquilleo surge por mi cuerpo hasta el exterior. Estoy jadeando todavía. Cuando él deja de mamar mi teta, me jala hacia abajo y me recuesta sobre su pecho. Mientras yo recupero el aliento.

—¿Estas cansada de que te folle? —Bill me pregunta muy serio.

—No—, contesto rápidamente. —Nunca—él me quita suavemente la camiseta y luego el saca su propia playera. Me jala hacia abajo los shorts de pijama y las bragas y me los quita. Luego bajas sus propios pantalones de pijama y bóxers.  Luego me levanta y jala, para ponerme en la cama en cuatro patas. Luego se sube a la cama detrás de mí. Estoy temblando de nuevo, muy emocionada. Puedo sentir su dura polla rozar mi culo.

—¿Estas adolorida? —Me pregunta muy serio.

—No—susurro, casi sin aliento ya.

Él desliza unos dedos suavemente en mi mojado coño. Gimo. Estoy tan sensible allí por lo que hicimos antes, cualquier roce es más placentero de lo normal. Lo deseo tanto.

—Mete tu polla en mi, papi—, le digo con entusiasmo. Entonces me sonrojo. Es tan vergonzoso lo que necesito. Dirige la otra mano suavemente sobre mi culo y me estremezco. Luego saca sus dedos de mí. Rápidamente desliza su dura polla en mi coño. Yo me quejo. Entonces comienza a empujar dentro y fuera de mí rítmicamente.

Yo gimo. Él se inclina sobre la cama, con su pecho tocando mi espalda. Él me folla. Sus manos están junto a las mías en la cama. Puedo escuchar su rápida respiración junto a mi oído.

—Oh, cielos, Erica—, dice sin aliento. —Nunca soñé que estaría así contigo—, mientras rápidamente entra dentro y fuera  de mi, de manera constante. Estoy jadeando de nuevo. —Te conocí cuando eras una niña… ¡UHHH! —gime de repente, una oleada de placer.  Empiezo a empujar mis caderas hacia atrás con cada embestida, presionando su dura polla profundamente en mi. Estoy tan caliente.

—Viéndote follar con tu novio—él dice, —nunca pensé que tendría una oportunidad contigo.

Yo gimo. Puedo sentir una oleada de placer que amenaza con caer sobre mí. No puedo creer que mi padrastro aún me quiera. Esto es tan increíblemente sexy. Lo que estamos haciendo. Él toma más velocidad. Me está follando más duro y más rápido que antes.

—Sé que es extraño—, me dice. Puedo decir que le está resultando difícil hablar ahora. —Pero creo que tenemos algo especial.

—¡UHHHH! —yo gruño cuando mi orgasmo se acerca más.

—Vas a ir a la universidad pronto—, me dice, realmente sin aliento ahora. —Sé que vas a encontrar otro buen chicho para salir.

Yo gruño.

—No…

—Está bien—, me dice, entrando rápidamente en mi. —Es normal. Sólo quería que supieras que te amo—.  Golpea su polla en mí, jadeando en mi oído.

—¡Oh! —grito.—¡Oh, cielos! —él me folla más. Entonces lo siento. Una oleada de placer se precipita sobre mí. Los espasmos de mi útero.  Mi coño lo aprieta por el placer. —¡UGGHHH! —grito en voz alta. —¡UGHHHH! —con otra embestida.  Yo grito con otra embestida dentro de mí.

Él todavía me está follando frenéticamente. Unos segundos pasan y luego se corre duro con un grito.

—¡UGHHHH! —dispara su semen dentro de mí. Entonces él me toma en sus brazos y nos coloca en posición vertical, así me abraza a través de mi pecho. Estoy sin aliento.

—Te amo tanto—le digo. —Pero te equivocas con lo de la universidad. Yo sólo te quiero a ti.

Él me levanta de la cama y me lleva a la puerta del dormitorio. Cierra la puerta,  obstruyendo el paso de la luz del pasillo, pero mi luz nocturna ilumina tenuemente todavía la habitación. Él suavemente me presiona contra la puerta, el detrás de mí. Mi corazón empieza a latir rápidamente.

Él aprieta su cuerpo contra mi espalda.

—¿Recuerdas la primera vez que te follé? —me murmura al oído.

—Si—, gimo. Estoy tan caliente.

Él extiende mis piernas y luego empuja su polla dentro de mi coño por detrás.

—¡UGH! —gimo.

—Voy a echarte mucho de menos—, me dice mientras comienza a follarme frenéticamente por la espalda.  Coloca sus manos en la puerta al lado de mis hombros, como lo hizo antes. Yo casi me estoy hiperventilado esto es tan jodidamente intenso. Tan caliente. Me encanta cuando él es tan vigoroso.

Yo gruño y gimo, ni siquiera puedo pensar con claridad para responder a sus palabras. Su polla se está clavando duro en mí, llenándome, azorando mi coño en un frenesí de placer. Su polla es todo lo que siempre voy a querer. Estoy segura de ello. Pero ahora mismo no puedo encontrar las palabras para describirlo. Así que me voy a  gemir en voz alta.

—Te necesito tanto—, le digo sin aliento entre gemidos. —Necesito que tú me folles por siempre. Tienes que ser tú. ¡UGGHH! —Gimo cuando una oleada de placer me golpea.

Sigue empujando su polla con fuerza dentro de mí. Yo podría morir de esta manera y no me importaría.

—Erica—él dice, y me la mete duro para enfatizar. —No puedes tirar tu vida a la borda por un hombre viejo.

—¡UGGHHHHH! —yo me quejo en voz alta mientras pega en mi dulce lugar. — No puedo desperdiciar mi vida con un hombre joven—, le digo. —Es mi elección—, luego, jadeo y gimo mientras me folla.

—No entiendo—, me dice sin aliento mientras mete su dura polla más fuerte dentro de mi durante unos cuantos empujones. Luego deja de hablar y sólo me folla. Puedo sentir como los dos estamos empapados de sudor. Mis piernas están temblando debajo de mí. Él conduce su polla duro unas cuantas veces más y entonces siento la oleada de rabioso éxtasis en mí.

—¡UGGHHHHHH! —grito cuando el placer rompe duro a través de mi. Entonces me echo a llorar. Estoy llorando mientras el continúa jodiéndome, el placer está rodando en ondas a través de mi cuerpo.

—¡UGGHHHHH! —, grita  mientras se corre duro dentro de mí, disparando su semen en mi coño. Su respiración  es agitada mientras deja salir su polla de mí. Da un paso hacia atrás, liberándome.  Yo  me  caigo hacia atrás. Me atrapa antes de que mis piernas fallen debajo de mí. Me abraza con sus brazos y abre la puerta con la mano. Él me lleva por el pasillo hasta su dormitorio. Me acuesta bajo las sabanas de su gran cama sin tender. Todavía estoy débil y sin aliento.

Se acuesta a mi lado y me jala hacia él. Todavía puedo sentir los escalofríos de placer susurrando a través de mí.  Él acaricia mi pelo y me pasa el brazo perezosamente por encima de él, mi cabeza está tocando su pecho. No podemos mentir ahora.

—¿Estás segura de que me quieres para siempre? —él me susurra en mi pelo.

—Si—le digo con un suspiro.

—No voy a discutir contigo—, me dice con suavidad, mientras me acaricia el pelo.

—Bien—le digo, soñolienta.

Yo lo escucho respirar y sentir como recorre sus dedos por mi pelo y me quedo felizmente dormida.