Aquí me tienes por fin. Escuchando el Adagio para órgano y cuerda en Sol menor de Albinoni,estoy dispuesto a enfrentarme a ti y abrirte mi corazón.
-¿Dónde vas? -A mi casa -Sube que te llevo...
Ahora el cuenta su historia, su requiem por un sueño,a la espera de que la carne deje paso al verdadero amor, y de que sus labios vuelvan a juntarse en un eterno beso.
Las chicas se fueron cada una a su cama y mi novia me pidio que le hiciese una pequena sesion de cosquillas para dormirse.