Ya me tenía sollozando y con las nalgas calientes y ardidas. Y entonces, de repente, sentí que metía su cara en mi concha, y empezaba a lamer, al tiempo que jugaba con sus dedos en mi concha y mi culo.
Y hay putas como mi esclava, que nacieron para estar sometidas a un hombre superior. yo a mi puta la trato como se merece y le gusta, y ella sabe que es lo mejor para ella.
- "Mamá, me conseguí una esclava, la tendré en casa unos días, voy a jugar con ella un rato y después cenaré contigo". - Dijo mi Amo, como si fuera lo más normal. Y se volteó a mí y dijo: - "A ver, saluda, pensará mi madre que no te eduqué bien" -
Se turnaron en mis huecos, luego mi Amo me soltó, y me botaban como un muñeco sobre el sofá, teniendo que obedecer, sentándome sobre uno para que mi Amo me clavara por el culo e hicieran un sandwich conmigo. En cuatro, sentía mi sabor porque sacaban la verga de mi concha para pasarla a mi boca.
Era insoportable. Me llegaban ráfagas de excitación de todos lados. El clítoris vibraba, y se movían a diferentes velocidades los vibradores de mi concha y mi culo, y las malditas pinzas de los pezones no hacían más qué vibrar.
Sentí el lubricante frío en vagina y ano, donde metió unas bolas y un plug, respectivamente. Pinzas con cadena en los pezones, un collar de cuero a mi medida, tobilleras y muñequeras, y con un marcador escribió algo en mis nalgas, tetas y frente.
Hacía un tiempo que me había venido a este país para convertirme en la esclava de mi Amo A. Desde entonces, mis días transcurrían entre ser humillada y ser usada al antojo de mi Amo. Desde hace poco, consiguió novia, y eso sólo ha contribuido a más humillaciones y más castigos, merecidos o no.
Pasaba la boca de uno a otro de sus huevos, chupaba dedicada y volvía a lamerle la verga, luego me la metí en la boca y empecé a moverme adelante y atrás suavemente, metiéndola y sacándola, trataba de tragarla hasta el fondo, hasta que se me escurrían las lágrimas, y luego iba hasta la punta.
Todos nos corrimos. Antonio en mi concha y Marcela en mi cara. Se quitaron pero sin desatarme. Me dijeron que para mí todavía faltaba. Yo les dije que ya no podía más pero me respondieron que ya se habían dado cuenta de lo puta que era y que seguirían otro rato.
Sacó el pepino y lo hizo a un lado y empezó a montarme Él, con su deliciosa verga. Inmediatamente mi necesidad se hizo 10 veces más fuerte. Sentir esa verga deliciosa llenando mi concha me hizo pensar que había cambiado de idea.
Con cuidado puso algo de lubricante en mi culo, metiendo y sacando los dedos, para luego meterme el plug con cola de perra. En la boca me puso una mordaza de anillo, porque le encantaba verme babeándome. El collar metálico en mi cuello, la cadena y un vibrador de control remoto metido en la concha.
Un relato un poco más 'light' que otros que he tenido. Pero mis fantasías no siempre tienen la misma intensidad.
Mi Amo me exhibe por cam para que otros vean cómo me usa y humilla.
Entraba una verga a mi boca y yo sentía una mano que me empujaba para que la chupara, luego salía y me hacían voltear la cabeza para chupar otra, y luego otra, y otra más, no sé durante cuánto tiempo. Luego sentí de nuevo la verga de mi Amo.
Se movió unas veces más y sentí ese temblor de la verga antes de estallar, y luego su leche en mi boca. Me había costado aprender a recibirla y tragarla, pero ahora era un acto más que reforzaba que le pertenecía, que era su propiedad.
"Sin embargo" - continuó Él - "si, como creo que sucederá, te comportas como mi puta y como mi cerda, y veo que se humedece tu concha, estarás a mi disposición ¿entendido?". Inmediatamente mi cara se puso colorada y sólo pude decir de nuevo "sí, Amo".