Una viuda de 55 años se dedica a mirar a las parejitas en un parque al atardecer. Mi amigo Bernardo y yo decidimos utilizar a un jovencito con una gran polla para seducirla. Nos la follamos los tres.
Un negrazo que vende bikinis en la playa, con un pollón descomunal, se folla a una madurita casada a la que yo vigilo por encargo de su mosqueado marido. Sorprendo a su hija Sarita, de 18 años, que también está espiando a la pareja y aprovechó para follármela.
Un detective privado, una mujer casada con tetazas impresionantes y oscuros deseos: le gusta hombres desconocidos se la follen en cines oscuros. Una mirona en el cine, a la que someto y seduzco para que se la folle mi ayudante, Paquito, un chic
La conocí en el metro de Madrid, un chico joven la estaba metiendo mano aprovechando una aglomeración. Le regañé y me quedé con la chica. Ella estaba cachonda y yo tenía lo que necesitaba: mucho morbo y una polla lista para ella.
Descubro que Eduardo tiene una polla minúscula y que cree que su mujer es frígida. Me dice que es puro hielo. Yo me apuesto una comida a que derrito ese hielo y me la follo.
Descubro los secretos de dos jovencitas: Bea es morbosa, le gusta sentirse deseada por desconocidos, y a Vane le encantaría que un hombre mayor le diera una azotaina en el culo. Me las apaño para cumplir las fantasías más oscuros de las dos chicas.
Luis es un veterano jubilado al que le encantan los culos de las señoras. Un día descubre una infidelidad de Maribel, casada con un ejecutivo, para someterla a sus caprichos en presencia del joven hijo de ella.
Un desconocido me ofrece dinero por una cita con su dueña en una mansión, pero tengo que cumplir todas sus instrucciones sin hablar y ponerme un antifaz que me impida ver a la mujer
La madre de mi amigo Eduardo, viuda, me invita a pasar con ellos el verano en Marbella y aprovechando la ausencia de su hijo me seduce y me pide que la coma el culo y me la folle
Sorprendo una conversación entre mi mujer, que es sicóloga, y una clienta, cuyo marido tiene orgasmo precoz y está frustrada. Consigo su teléfono y me presentó en su casa, la seduzco con facilidad y la someto a mis caprichos. Una historia verdadera.