Es interesante comprobar el radical cambio de comportamiento que experimentamos, cuando disfrutando del sexo, desaparecen todos nuestros prejuicios,
Espontáneamente comenzamos las caricias, ocho manos pasaban de un cuerpo a otro sin discriminación de género, las sensaciones de placer eran múltiples y lujuriosas. Nuestras manos competían para hacer disfrutar al máximo, cada centímetro de piel que acariciaban.
Me atrevo a decir, que sexualmente, formamos una lujuriosa y lasciva pareja de cuatro, en la que estamos descubriendo, hasta donde seremos capaces de llegar en nuestro disfrute sexual. Que hasta ahora ha sido muchísimo.
Isabel nos había estado observando durante toda la sesión, e incluso en un momento de excitación se había atrevido casi al final, a participar tímidamente con unas fugaces caricias a los pechos de Paloma. Sus siguientes comentarios, dejaron de manifiesto, sus deseos y apetencias más íntimas e inconfesables.
Los cuatro habíamos disfrutado, viendo a nuestro lado, como nuestra pareja, follaba con el otro con lujuria y desenfreno. La excitación que nos embargó fue tan fuerte, que nuestros cuerpos, no tardaron mucho en volver a responder. Y esta vez, con muchas más ganas.
Somos Paloma y Jaime, un matrimonio maduro, ya en los 60, que desde no hace mucho tiempo, hemos decidido abrir nuestra relación de pareja a nuevas experiencias, para disfrutar del sexo en toda su dimensión. Este es el relato de lo que ocurrió e hicimos con otro matrimonio, en nuestra primera y por el momento única cita.
Seguir follando entre los tres de todas las formas posibles, imaginando todas las situaciones de procurarnos placer, nos gusta y nos engancha cada vez más.
Paloma ¿Por qué no pruebas el huevo vibratorio, y comprobamos su eficacia con el mando a distancia? No he pensado en otra cosa desde que compre todo esto, por cierto me he gastado un dineral-dijo Andrés excitado.
Ndrés comenzó a besarla con pasión, Paloma le correspondía introduciéndole su lengua en la boca, hasta que ambos las entrelazaron sin control. Yo continuaba chupando sus pezones, pasando mi lengua a su alrededor, muy despacio, como sé que le gusta. Mientras, ella, no dejaba de masajearnos las poll
Cuando entramos los tres en la habitación,comenzó nuestra metamorfosis,...nos transformamos.Ya no había reglas sociales impuestas,ni prejuicios,ni tabúes,que nos impidiera practicar el sexo,con total libertad.
Después de lo ocurrido la primera noche, mi mujer y yo, decidimos continuar disfrutando del fin de semana y gozar del sexo,como nunca lo habíamos hecho.
Después de 35 años de casados,y compartir por primera vez, cama y deseos, con otro hombre, nos contamos ,mi mujer y yo, detalladamente, las sensaciones y sentimientos vividos.
Somos un matrimonio maduro, en mitad de lo 50, que tuvimos una experiencia impensable, a raiz de una invitacion