Y pensar que un día me llamaron Dios
Personas e intereses contrarios. ¿Quiénes son los verdaderos salvajes?
Una noche, un plan y la habitación de un hotel
Ahora mi pregunta es: ¿Te acostaras de nuevo conmigo?
Este relato, es continuación de: "Sobrenatural: Una muestra extraña". Relato que prometo corregir y republicar a la brevedad posible.
Planes, deseos. Ella no entiende.
Mataba, pero no era un fin, sino un nuevo comienzo...
Treinta años no eran suficientes.
Una semana, un reto y mucha excitación
Es la continuación se mi serie "La Seducción de una Vampiresa" Pero creo que le queda mejor el titulo de "Si yo Fuera Humana)
Los rayos del sol iluminaban su piel. Su primer impulso fue correr y buscar la oscuridad. Quiso volar, pero cayó estrepitosamente. El terror de perecer quemada la hicieron levantarse y correr hacia la única puerta que vio.
Una ventana, un masaje, varias cosas interesantes.
¿Quién eres? ¿Qué quieres? Al menos dime tu nombre.
La, primera, la segunda, la última, Tu pubis era mi obra de arte.
Fue algo que no esperé, pero ahí estaba quien alborotó mis sentidos. Solo basto una mirada.
A veces, demasiado trabajo, cansa la mente ¿O lo que sucedió fue otra cosa?
Ellos no saben que los vi. Escuché ruidos extraños en su habitación. Estaban desnudos, él no sé exactamente que hacía, estaba detrás de ella, hincado, ella también, se encontraba de rodillas. Exhaló un hondo suspiro. Pero inclinada hacia adelante, la cabeza entre las almohadas. Él le daba nalgadas, gritaba improperios, mi madre lloraba. Yo era muy pequeña y no alcanzaba a comprender todo. Aun no entiendo que pasaba. Pero estoy segura que era algo malo. Sí eso es el sexo, no lo quiero. Julieta, tal vez no era lo que piensas. Yo tampoco sé mucho de ese tema. Nunca lo he hecho con nadie. Pero yo contigo seré amoroso, tierno. Si es como mi padre me contó alguna vez, es algo muy hermoso.
Sus dedos estaban en sus muslos, recorrieron la entrepierna, Doris las separó para que entrara en su intimidad. Se acercaba, poco a poco. Ella temblaba de excitación ¡Adiós! dijo Yadira sin llegar al lugar deseado de Doris.
La joven estaba más confundida de lo que percibía el capitán: Peleaba contra su ser interior, una parte de ella estaba fascinada y quería estar a su lado, pero otro tanto quería alejarse. Extrañaba estar en tierra y sobre todo a su padre, ya no era suficiente escribir cartas que no podía mandar.
Sus manos surcaban espacios cada vez más prohibidos. Ella se dejaba hacer, si su hermana, como ella creía, había intimado con su novio, ella también podría hacerlo. La ropa comenzó a desaparecer, inexpertos en los campos del amor, descubrían por primera vez la piel uno del otro.
El día era soleado. Reyna y Danael se bañaban en el tranquilo lago cercano a la hacienda de Miguel Ángel. El agua les llegaba hasta la cintura, él la tomaba de las manos, invitándola a caminar poco a poco. Lo que en un principio parecía difícil, resultó alentador al final. La fuerza de la corrient
Inspirada en las historias del escritor James M. Barrie acerca de Peter Pan "El niño que no quería crecer" Mi versión es un poco oscura