Dos amigos se dedican a la aventura sexual mas grande, premunidos de su habilidad por poder caminar con los tacos mas altos del mundo.
Basta un prenda para echar a caminar el erotismo.
Mis grandes placeres son el sexo y fumar, se conjuntaron ambos en una jornada especial.
De como la señora de la limpieza se convirtió en mi sucia compañera. Foto
Se encuentran, gozan y tienen grandes aventuras juntos, subidos en sus tacos de rascacielo.
una hermosa chica ilegal con un fetiche bastante especial.
Mi verga penetro su coñito, nos empezamos a mover, me levante, me puse como un semental, podia ver su cara de satisfaccion, sus tetas colgando increiblemente, tenia los ojos en blanco.
Sentí un placer de superioridad indescriptible.
Soy un fetichista de los pies y termine rendido a unos...
¿Un relato inconcluso? No tiene porqué. El erotismo a veces ha de ser únicamente insinuado.
La noche, el silencio y una botella de cava nos acompañaban...
Fui a los grandes almacenes a comprar, pero lo que hice con esa mujer fue mi mejor experiéncia hasta el momento.
Un cuarentón se encuentra dos chavales al llegar de madrugada escondidos en su hotel... Ella tiene aficiones muy peculiares...
Segunda parte del relato. Mi inquietante incursión en la coprofilia de la mano de Nadia.
Relato no apto para personas sencibles a mucho morbo y juegos scatológicos, lluvias doradas etc.
Siempre me mostraba juguetona con mi vecino, provocadora, inocente y perversa a la vez. Hasta que descubrí que me robaba la ropa interior del tendedero.
Cachondeo a Sofia fortandome contra su trasero y sus panties.
Juegos sexuales de órdenes y complacencias entre una mujer guapa y un tipo algo cobarde.
La tanga era de por sí cortita y muy coqueta, lo mismo que el bra; pero ya el Profe no sólo la olía, la chupaba y con la otra mano había sacado su miembro y se masturbaba. Fue entonces que me pidió que levantara la falda y abriera las piernas mostrándole mi sexo completamente. Ya nada más faltaban cincuenta veces.
Excelente encuentro fetichista en la terraza de un bar.
El día que hice enloquecer a mi sirvienta con mi lengua. (Especial para mujeres)
Sara, una mujer madura con la que había comenzado una relación de caracte fetichista tenía una sorpresa para mi.
Poesía para mi amante La seda.