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En el coche

en Sexo Oral

Íbamos en mi coche, salimos de cenar y decidimos aprovechar la hermosa noche para dar una vuelta por la costa viendo el paisaje, puse mi mano sobre su pierna como quien no quiere la cosa, mientras hablamos de temas de lo más trivial, yo acariciaba su muslo izquierdo mientras proseguíamos el paseo, es lo bueno de los coches automáticos, la mano derecha la puedes tener entretenida en cosas más gratificantes que cambiar de marcha, a medida que acercaba mi mano a la cara interior de sus preciosos muslos podía notar lo caliente que estaba, ella acariciaba el vello de mi brazo, sus manos son lo más suave que me ha tocado nuca, sólo sentir sus caricias ya se pone a hervir mi polla, acaricio sus muslos, y ella separa sus piernas levemente, invitándome a llevar mis caricias hacia el calor de su coño, a través del pantalón podía notar que allí debajo había algo más que un coñito caliente, estaba muy húmeda, tanto que ni sus braguitas ni su pantalón podían contener el refluir de sus jugos, ella dejó de acariciar mi brazo para pasar a mi muslo y de ahí a buscar la cremallera de mi pantalón, yo busqué un sitio apartado y oscuro donde detener el coche de forma que ni molestáramos ni fuésemos molestados, mi mano trataba de desabotonar su pantalón, lo mismo que la suya.

Por fin encontré un sitio donde parar el coche. Una vez detenidos me pude centrar en acariciar su coñito, húmedo y caliente como a mí me gusta, metí mi mano bajo sus braguitas y me puse a juguetear con su vello púbico antes de introducir suavemente mis dedos en su caliente cuevita, antes de quitarnos más ropa decidimos pasar al asiento trasero, donde no nos molesta ni la palanca de cambio ni los laterales de los asientos.

Una vez atrás nos quitamos los pantalones, el olor de sus jugos inundaba el coche y nuestra respiración hacía que se empañasen los cristales, le quité las braguitas y acerqué mi boca a su coño, ella se entretenía con mi pelo mientras yo acariciaba sus labios con mi lengua, la introducía suavemente dentro de su oscuro y oloroso orificio vaginal, sintiendo sus jugos fluir sobre mi lengua, su sabor me vuelve loco, su olor, su olor me trastorna, introduzco uno de mis dedos en su coño mientras mi lengua se dirige a por su clítoris, muevo mi dedo suavemente hacia dentro y hacia fuera y luego en pequeños círculos buscando su punto G, ella se retuerce de gusto, me agarra fuertemente del pelo, gime, me ruega que no pare, me dice lo mucho que le está gustando, y a mí de todo, que me digan que realmente están disfrutando, multiplica mi placer, mi polla está tiesa, aún dentro del bóxer, esperando impaciente su turno, ella da un espasmo de placer, me pide que me detenga, su vagina está inundada por la mezcla de su néctar y mi saliva, me trago todo lo que puedo, me encanta su sabor.

Ella me pide que me siente, que ahora es su turno, mi polla está que explota, ella aparta mi boxer, y comienza a acariciar mi polla, muy suavemente, casi como si no la quisiera más que rozar, no la agarra, solo pasa sus dedos muy ligeramente sobre ella, la recorre desde la base hasta el glande, acaricia todo el glande, con tanta suavidad que casi es imposible saber si me acaricia con una mano o con una pluma, mi excitación va en aumento, su mirada pícara se encuentra con la mía que empieza a estar perdida entre tanto placer, sonríe al ver como me está gustando lo que me está haciendo y me dice… espera, aún queda lo mejor….

Se agacha y me besa suavemente la puntita del capullo y continúa.. ya lo verás… sigue con sus caricias, yo acaricio sus tetitas, son pequeñitas, pero tiene unos pezones muy sensibles que se ponen como pequeñas balas que quisieran salir disparada, me encanta mordisquear sus pezones, acaricio su cintura, ella se agacha sobre mi polla y posa su lengua en el capullo, su boca está húmeda como su coño, lame suavemente mi glande mientras su mano sigue acariciando la piel del resto de mi polla, aunque ahora con un poco más de firmeza, introduce mi glande en su boca y lo acaricia sin cesar con su lengua, describiendo círculos sobre él, sus manos pasan a mis huevos mientras su boca va haciendo desaparecer mi miembro, su melena riza es todo lo que veo, la aparto suavemente, me gusta ver desaparecer mi polla entre sus suaves labios, me estremezco de placer, ella ya sabe lo que eso significa, mi polla está a punto de estallar, la agarra con suavidad, pero con firmeza, esper mi chorro con la boca entreabierta, le encanta sentir mi leche caliente sobre su cara, y a mi, por que negarlo, pocas cosas me excitan tanto, llega el momento, mi fluido sale disparado sobre su cara, sus labios, su nariz están cubiertas por salpicaduras de distintos tamaños, con su lengua liba las últimas gotas que salen de mi capullo, decidimos que es buen momento para cambiar de posición y de actividad, pero eso, tal vez lo cuente en otro relato.