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Cita a ciegas con Susy (3)

en Sexo Oral

Continuación

 

Tras el agotamiento producido por nuestra sesión de sexo anal, propongo que nos metamos en la bañera de hidromasaje de la habitación.

Te parece buena idea, pero me pides un momento de intimidad en el baño.

Entras en el baño y yo te espero fuera, aprovecho para ultimar la sorpresa que te tengo preparada.

Al cabo de unos minutos, me llamas desde el baño. Ya puedo pasar.

Me siento en el bidé y comienzo a lavarme un poco mi sexo, te acercas por mi espalda y me ayudas con el lavado, te enjabonas las manos y me acaricias de una manear magistral, con una suavidad y una dulzura increíbles.

Es el mejor trabajo manual que me han hecho nunca, la expresión de mi rostro es buena prueba de ello.

Me miras con esa mirada pícara tuya, mientras no dejas de enjuagar mi pene, cada vez más erecto.

Acercas tus labios a los míos y me besas.

Siento que tu mano deja de acariciar mi sexo, antes de que me pueda dar cuenta has abierto de todo el grifo del agua fría del bidé.

Un chorro de agua helada impacta en mi ardiente pene, lo que provoca mi sorpresa. Me miras y no puedes contener la risa al ver la cara que se me ha puesto…

Me dices al oído: "no quiero que acabes aún", te incorporas y caminas hacia la bañera….

Te inclinas sobre la bañera, de una manera muy sensual, dejando a la vista tu ano y tu rajita, te haces la distraída mientras regulas la temperatura del agua y echas sales en la bañera, de vez en cuando giras la cabeza para ver mi cara, que todavía no está repuesta del shock del agua fría…..

En cuanto te vuelves a controlar los grifos, me coloco tras de ti, de rodillas, pego mi cara a tu trasero, recién lavadito, agarro tus nalgas, las separo y meto mi lengua entre ellas….

Mi movimiento te cogió algo desprevenida, lo deseabas, lo esperabas, pero no me oíste acercarme, casi te caes dentro de la bañera del susto.

Lamo tu cerito y tu rajita, que a pesar de estar limpia todavía huele levemente a tu nectar.

Me tumbo en el suelo del baño, y te colocas a horcajadas sobre mí, sigo deleitándome con el manjar que me ofreces, beso y lamo cada milímetro de tu sexo, el contorno de tu ano, introduzco en él mi lengua, te estremeces de gusto.

El calor que mana de ti contrasta fuertemente con el frío de las baldosas del suelo del baño en contacto con mi espalda.

MI pene está ya recuperado de tu bromita, y late entre tus manos, te inclinas sobre el y lo introduces en tu boca, húmeda y caliente.

Nos entregamos a esa postura tan numérica.

Está siendo un 69 delicioso. Te llega el primer orgasmo, te estremeces mientas tus fluidos inundan mi boca, gimes, casi no puedes mantener mi pene en tu boca de lo excitada que estás, noto tu orgasmo en la presión que hace tu mano sobre mi pene, parece que quieras estrangularlo….

Tu respiración se vuelve entrecortada…

Como una fiera metes mi pene de nuevo en tu boca, sin control, hasta el fondo, tan hasta el fondo que casi te sobreviene una arcada en cuanto mi glande da contra el fondo de tu boca, succionas, lames, chupas y besas mi miembro, deseas mi leche inundando tu boca….

Mis manos, que no han dejado de acariciar tu espalda y tu trasero, se ocupan también de contener el bamboleo de tus pechos con tus movimientos.

Llega el momento de mi orgasmo, un escalofrío me recorre desde la base del cuello hasta la punta del pene, lo notas llegar y sacas mi polla de tu boca justo antes de la explosión, mis chorros golpean tu cara, tus mejillas, tus ojos, tu pelo…

Te das la vuelta y me miras, con la cara empapada de mi semen y comienzas a recogerlo con dedos llevándotelo todo a la boca, relamiéndote, mordiéndote el labio inferior, con una mirada que me pone aún más excitado si cabe. Te chupas los dedos como si acabaras de comer unos langostinos a la plancha, deleitándome con la visión y deleitándote con su sabor…

Te inclinas sobre mi, y me besas, noto el sabor de mi propia leche en tu lengua, sorprendente, pero no desagradable…

Nos damos un largo beso y miramos hacia la bañera, está casi llena (menos mal que no dejaste los grifos abiertos de todo).

La vaciamos un poco y nos metemos dentro, el agua está en su punto.

Apoyo mi espalda en la bañera y tu la tuya sobre mi pecho….

Activamos el hidromasaje y unos chorros de burbujas salen de todas partes acariciando nuestros cuerpos, acaricio tus tetas con las manos llenas de espuma, el olor de las sales, el sonido del borboteo del agua y nuestra segunda sesión de sexo de la tarde hacen que nos relajemos hasta casi quedarnos dormidos…..

Continuará (con la sorpresa que te tengo preparada)