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Verdad o prenda

en Lésbicos

Elige, ¿verdad o prenda?

Allí estaba yo otra noche mas jugando a verdad o prenda con mis amigas. Nos habíamos quedado a dormir todas en mi casa porque mis padres estaban de viaje. Realmente es la única forma que tenemos de descubrir las experiencias sexuales del resto ya que todas somos muy calladas.

Le tocaba responder a Sara. Sara es una chica de 15 años muy tímida, siempre callada, ha estado con pocos chicos y sus relaciones han sido cortas. Tiene el pelo rubio y rizado, una sonrisa risueña que invita a cualquiera a mantener una conversación con ella, lastima que ella sea tan callada. Su cuerpo aun esta sin formar, tiene poco pecho y no se la aprecian aun las caderas.

Elijo verdad – Responde convencida.

Vale, déjame que piense – Me paro un segundo a pensar la pregunta – Sara, ¿eres virgen?

Una pregunta típica. Sara se para un rato a pensarlo. Por un momento parece que vaya responder que no pero al final..

Si lo soy – Responde.

Pero..¿Con Jaime? – La pregunta otra.

Jaime es uno de sus ex, todas teníamos prácticamente asegurado que habían llegado a algo mas que a toqueteos.

Con Jaime no paso nada.

Entonces, ¿por qué te has pensado tanto la respuesta?

Pues...

Sara se queda sin respuesta. Así que para no incomodarla mas decido continuar con el juego. La siguiente a la que voy a preguntar es Maria. Maria es una chica de 14 años, la mas joven de todas pero aun así tiene las ideas muy claras y una mente emprendedora. Tiene el cabello largo negro que le cae por encima de sus pechos, que más de una adulta desearía tener. Ha estado con varios chicos pero casi todo han sido rollos de una noche, exceptuando una relación de 5 meses que tuvo con un chico (Carlos).

Maria, te toca – digo dirigiéndome hacia ella – Tu, ¿no eres virgen verdad?

Si lo soy

¿De veras? – La pregunto sorprendida, para nada me esperaba esa respuesta.

Si, con Carlos estuve a punto pero al final no paso nada, no me sentía...¿cómo decirlo?, ¿Preparada?

Ante su respuesta decido pasar a la siguiente chica, Mónica. Mónica es la mas mayor de todas tiene 17 años, toda una experta en el arte del sexo, a la que siempre pedimos todas consejo. Es realmente muy guapa, tiene el pelo castaño y los ojos claros. Unos senos bien formados y voluminosos que siempre deja entre ver con grandes escotes y unas piernas muy largas.

Emm Mónica, te toca – la digo un poco dudosa - ¿Has hecho realidad alguna de tus fantasías sexuales?

La pregunto eso sin mas preámbulos porque todas sabemos de sobra que Mónica no es virgen. Ha estado con pocos chicos pero todo han sido relaciones muy duraderas y no es de extrañar ya que Mónica podría denominarse como la chica perfecta, además de guapa es muy inteligente y simpática.

Pues..He cumplido una de ellas pero aun me quedan por cumplir.

Ah ¿sí? ¿Cuál fue? – La pregunto mas animada, parece que el juego empieza a ponerse interesante.

Bueno una de mis fantasías sexuales siempre fue hacer el amor en la playa por la noche, realmente es muy romántico por que miraba hacia arriba y veía las estrellas y la cara de mi novio que le quiero un montón.

¡¡Alaa!! – todas las chicas dicen al unísono.

Tiene que ser súper romántico, jo que suerte – dice Sara.

Pues si, la verdad es que encanto la experiencia – Responde Mónica con una sonrisa en la boca.

Háblanos de tu otra fantasía Mónica – La digo intrigada.

Bueno esto no se lo he dicho nunca a nadie – dice con una expresión que delata su incomodidad ante la pregunta – Siempre he querido hacer una orgía lesbica.

¿Y eso? – Pregunta Maria.

Pues no se es una cosa que me llama muchísimo la atención, me parece muy excitante y eso que yo soy hetero 100% pero no sé..Estaría bien.

En ese momento todas formamos un circulo alrededor de Mónica, nos gusta su fantasía y queremos que nos cuente más. Sara un poco incomodada queda al margen pero ninguna se percata de ello. Y seguimos a lo nuestro.

Si tienes razón puede ser muy excitante – digo yo con una sonrisa malévola en la cara.

Ey Marta – Marta soy yo – tu aun no has respondido a ninguna pregunta.

JaJaJa claro porque la que pregunta soy yo – No me gusta que me hagan preguntas así de incomodas así que intento escabullirme como sea.

No, no, tu no te libras de nosotras tan fácilmente – Responde Mónica con cara picarona y se me abalanza encima.

Yo soy la mediana del grupo, tengo 16 años. Soy bastante normalita y callada, no me gusta hablar de mis cosas. Con los chicos no tengo mala suerte pero aun me quedan muchas cosas por descubrir.

No te pienso decir nada – balbuceo, el tener a Mónica encima me impide hablar claramente.

Sara sigue apartada en un rincón, parece estar haciendo memoria de algo. Maria se percata de la situación mientras Mónica y yo seguimos jugando a pelearnos.

Sara, ¿qué te pasa? – Dice Maria.

Mónica y yo al oír esto paramos de jugar, lo cierto es que el roce y ver los pechos de Mónica tan cerca me ha excitado un poco pero no le doy mayor importancia, será el juego que a acelerado mis pulsaciones me intento engañar, no quiero reconocer que una chica me haya puesto a 100.

Sara gira su cara hacia nosotras y apreciamos sus lagrimas cayendo por sus mejillas. Todas nos alarmamos un poco, no entendemos que puede haberla pasado.

No me pasa nada – responde.

Pero su cara no demuestra eso y nosotras insistimos.

Venga dinos que te pasa, tal vez podamos ayudarte – Mónica dice suplicante.

Eso venga Sara, seguro que no es nada – Digo yo con mi habitual optimismo.

Al instante me arrepiento de haber pronunciado esas palabras, no se porque razón pero me arrepiento.

Pues..Lo de Jaime – se queda pensativa.

Venga Sara ¿qué paso? – dice Maria.

Jaime me violo – responde Sara rotunda.

Todas nos quedamos un poco alucinadas ante la respuesta, nunca habíamos oído a Sara hablar de ese modo.

¿Quieres contarnos que paso? – dice Mónica con miedo a meter la pata.

Pues una noche, hará 2 meses aproximadamente...lo siento me cuesta un poco hablar de esto – Sara se mostraba incomoda ante la situación pero a la vez se la notaba deseosa de desahogarse con alguien a pesar de que sus lagrimas no cesaban – Yo había quedado con Jaime para ir al burger como solíamos hacer todos los viernes y luego a dar un paseo los dos de la mano por el parque, me había dicho que aquella noche seria diferente, que nuestra relación se reforzaría y lo único que sucedió fue lo que mas adelante contribuiría a nuestra ruptura. Cuando salimos del burger todo iba de maravilla hasta que llegamos al parque. Allí nos sentamos en el banco al que solíamos ir todas las tardes. Era un banco escondido para alejarnos de los ojos mirones y nuestros padres que no estaban desacuerdo con nuestro amor ya que según decían "éramos muy jóvenes" y ahora comprendo que tenían razón. El caso es que Jaime y yo empezamos a besarnos, todo con total normalidad como siempre hasta que me dijo que era hora de realizar la sorpresa que me tenia guardada y que formalizaría nuestra relación. Acto seguido se saco un condón del bolsillo. Yo le dije que no sabia si estaba del todo segura de querer hacerlo, el me insistió y yo le dije que no. Entonces se volvió violento, nunca le había visto así, realmente me asusto. Me empujo y me tiro al suelo – Sara seguía llorando cada vez mas, se notaba que la costaba mucho esfuerzo recordar aquella fatídica historia – al caer al suelo me golpee la cabeza y yo estaba un poco atontada, lo que le facilito las cosas a el, me subió la falda, me aparto la tira del tanga y me clavo su polla sin mas preámbulos, yo le golpeaba y me retorcía del dolor mientras le pedía suplicante que me dejase en paz, mis lagrimas no paraban de caer y mis gritos eran ahogados por sus gemidos. Cuando el acabo me dejo allí tirada, se despidió con un beso en los labios y aun recuerdo sus palabras "mañana te llamare, te quiero de verdad, esto de hoy ha sido genial" yo aun llorando me quede allí tumbada en el suelo un poco despistada intentando recapitular lo que había pasado pero no me cuadraban las cosas. Después de esto el continuo nuestra relación como si nada hubiera pasado, yo cada vez pasaba mas de sus llamadas, me decía que me quería, yo hice de tripas corazón y continué mi relación con el, cosa de la que me arrepiento – Las lagrimas de Sara habían cesado hacia rato, parecía que recordar la historia y el odio hacia Jaime la hacían fuerte – hasta que un día quedamos y le deje plantado. El no me volvió a llamar y así termino nuestra relación. Pensaba que me amenazaría o se pondría como aquel día pero no supe mas de el.

Ante la historia de Sara todas nos habíamos quedado con la boca abierta, la primera en atreverse a decir algo fue Mónica.

Tia que fuerte lo tuyo, me alegro que lo tengas superado.

A Sara parecieron gustarle las palabras de Mónica porque su cara se ilumino.

Bueno Marta no creas que te vas a librar tan fácilmente de contarnos tu historia jaja – dijo Sara, sus cambios de humor son realmente impresionantes, pero me alegraba que ya estuviese mejor.

Eso Marta cuéntanos tu primera vez jaja – Me dijo Mónica acercándoseme cada vez mas.

Lo cierto es que al acercárseme Mónica había vuelto a sentir la misma sensación de antes, pero seguí sin darle mayor importancia.

Bueno mi primera vez... – empecé a relatar – mi primera vez fue con Oscar el chico aquel con el que estuve 6 meses. Yo estaba súper enamorada, a pesar de haber estado mas tiempo con otros chicos Oscar tenia la habilidad de tocarme y hacerme perder los papeles, estaba súper enamorada de el y el de mi porque me lo demostraba a cada momento, lastima que tubo que marcharse a México – una expresión de pena se plasmo en mi rostro, pero continué – una noche de verano salimos por ahí de copas como solíamos hacer todos los fines de semana, entre copa y copa bailábamos y nuestros bailes cada vez se hacían mas sensuales, cuando me rozaba yo tocaba el cielo. Nos besábamos, nos tocábamos...cuando me llevo de vuelta a casa le dije que si quería subir a ver la tele ya que aun era temprano y mis padres no estaban. El accedió y subió, nos sentamos juntos en el sofá y no pudimos reprimir nuestros instintos y nos comenzamos a besar. Nuestras manos enseguida volaron por nuestros cuerpos al ritmo de nuestra imaginación y cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos sin ropa. Oscar comenzó a masturbarme, lo cierto es que me encantaba como lo hacia. Yo ya estaba muy excitada y el también así que me pregunto si quería hacerlo, yo no lo dude, estaba convencida de que quería que mi primera vez fuese con el. Así que saco un condón de su cartera, me abrió las piernas y muy despacio me fue metiendo su polla, yo no sentí nada de dolor, mientras me la iba metiendo me dijo las palabras que nunca olvidare "eres lo mejor que me ha pasado en la vida, te quiero mucho" seguimos haciéndolo sentirle dentro de mi era como abrazar el cielo, sentía un placer desconocido hasta entonces. Nuestras respiraciones se sincronizaron y ambos alcanzamos el orgasmo al mismo tiempo. Fue genial, la primera vez perfecta, aun le quiero mas que a mi vida, espero que algún día volvamos a estar juntos.

Cuando termine la historia sentí que me había emocionado y una pequeña lagrima recorrió mi rostro.

Tia que bonito – Maria fue la primera en hablar.

Me hubiese encantado que mi primera vez fuese así – confeso Mónica – Yo siempre he dicho que mi primera vez fue genial pero en realidad fue una mierda.

¿Cómo fue? – La pregunto Sara.

Pues fue con José una noche hace ya 3 años. Éramos los 2 vírgenes y aun muy jóvenes, yo tenia tan solo 14 años pero creía que lo sabia todo, quería probarlo todo y me apresure demasiado. Me hubiese gustado aguardar 2 años mas pero así son las cosas...estábamos en casa de el y su madre salió a unos recados un momento. Nosotros como 2 niños ansiosos nos pusimos a darnos el lote, todo fue muy rápido, una cosa llevo a la otra y acabamos sin ropa. Le dije a José que fuese a por un condón, que quería perder la virginidad con el. Volvió se puso el condón y empezamos a hacerlo. Imaginaros los 2 vírgenes, el pobre chaval no sabia por donde meterla y además estaba nervioso por miedo a hacerme daño, por fin la consiguió meter y de la emoción el chaval se corrió en menos de un minuto. Fue un horror.

Bff pues vaya mal – dije yo para intentar cerrar el tema y el juego, no quería que me hiciesen mas preguntas.

La historia de Mónica me había puesto los pelos de punta y no se porque razón deseaba hacerla sentir una primera vez como dios manda conmigo.

Ey Marta, ¿tu has cumplido alguna de tus fantasías? – Esta vez la que pregunto fue Maria sacándome de mis pensamientos.

Pues no, la verdad que nunca he tenido muchas fantasías, pero desde que ha dicho Mónica lo de la orgía lesbica me molaria mucho hacerlo.

¿Te molaria? – dijo Mónica con cara perversa – Yo creo que esas cosas hay que hacerlas con gente de confianza para establecer unos limites.

¡¡Que va!! En esas cosas no ha limites – dijo Sara

Era mi impresión o ¿todas estaban deseando realizar aquella fantasía? Mónica poco a poco se estaba acercando a mi, hasta que su brazo me rodeo la espalda. Yo no me inmute aunque un escalofrió me recorrió.

A mi es que ese rollo no me va nada de nada – dijo Maria.

Mónica me soltó y se acerco a Maria, yo exhale un suspiro, estaba muy incomodo con Mónica a mi lado.

Venga tia, no seas sosa – la dijo.

No enserio a mi no me va nada.

¿Nunca te has enrollado con una tia?

No nunca

Pues ya es hora de que vayas probando cosas nuevas.

Sin decir mas Mónica se lanzo a besar los labios de Maria, Sara y yo mirábamos atónitas la escena y no se porque extraña razón yo sentía celos de Maria, me gustaría ser ella y sentir los labios de Mónica sobre los míos. Maria no rechazo la invitación de Mónica y siguieron besándose. A ratos podíamos ver como jugaban con sus lenguas, las manos de Mónica jugaban con el pelo de Maria. Se notaba que no era la primera vez que Mónica hacia eso. Yo notaba como mi braga se iba empapando poco y mire a Sara y por su expresión sentía lo mismo que yo. Yo no podía reprimir mi envidia hacia Maria y las corte el rollo.

¡¡Bueno vale ya!! Buscaros un hotel – dije medio cabreada.

Vale, vale lo siento – dijo Mónica - ¿te ha gustado? – pregunto dirigiéndose a Maria.

Si es muy excitante, las bocas de las mujeres son mucho mas calidad y suaves que las de los hombres.

Uauh ¿si? – pregunto Sara tras su grito de sorpresa – Pues yo quiero probarlo.

Y sin mas se me tiro encima, comencé a besarme con ella, no se por que pero el roce de su cuerpo aun sin formar sobre mi me excitaba, eche una ojeada a mi alrededor y vi como Maria y Mónica habían vuelto a besarse pero esta vez ya no solo eran besos, se estaban tocando. Yo no dejaba de besarme con Sara, tenia unos labios muy suaves y carnosos. Maria y Mónica comenzaron a masturbarse yo mientras las veía me excitaba cada vez mas quería unirme a ellas así que aparte a Sara de mi y la invite a seguirme. Nos quitamos la ropa tan deprisa como pudimos y comenzamos a masturbar a Mónica y Maria ellas hicieron lo mismo con nosotras, nuestros brazos se entrelazaban bajo nuestras piernas y nuestros gemidos se iban haciendo cada vez mas fuertes. Mónica se lanzo hacia mi coño y empezó a lamerlo, sentía su lengua por mi rajita corriendo de arriba abajo y deteniéndose sobre mi clítoris oleadas de placer se extendían desde ahí hacia todas las extremidades de mi cuerpo. Mientras tanto Sara y Maria seguían jugando con sus lenguas y masturbándose. Yo ya no podía mas, tenia la garganta seca de gemir y llegue al orgasmo.

Ahora te vas a enterar – La dije a Mónica.

La tumbe boca arriba y la empecé a comer el clítoris mientras mis dedos índice y corazón entraban y salían de su agujero. Ella estaba muy excitada y no tardo en llegar al orgasmo. Sara y Maria parecía que se estaban divirtiendo juntas y habían encontrado un nuevo placer. Cuando las mire Sara estaba tumbada boca arriba y Maria estaba encima suyo frotando su coño con el suyo apenas sin pelo aun. Parecía que a Sara la gustaba. Mónica y yo estábamos agotadas pero verlas en acción nos excitaba. Por fin Sara llego al orgasmo. Solo faltaba Maria. Mientras Sara se recuperaba Mónica y yo nos tiramos sobre Maria y mientras Mónica la comía el clítoris yo la besaba y masajeaba sus tetas. Su respiración se aceleraba y daba sacudidas hasta que culmino con un maravilloso orgasmo. estábamos todas tiradas por el suelo y desnudas y así nos quedamos dormidas.

Al día siguiente estábamos un poco desorientadas sobre lo que había pasado, solo coincidíamos en una cosa HABIA QUE REPETIRLO, pero eso ya es otra historia.