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Cinco Minutos

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Cinco Minutos

Tomé el elevador para llegar más rápido al estacionamiento, lo único que quería era escapar de la muchedumbre. Pero en realidad escapaba de él, de su figura, de su sombra, de ese campo magnético que siempre me atrae a él.

Mientras se movía el elevador, pensaba en lo guapo que se veía, en que tal vez debí acercarme a saludarlo; de pronto el elevador se detuvo, abrió la puerta y ahí estaba él entrando al elevador, "Any!" exclamo él, que hace él aquí?, me pregunte mentalmente. Solo le sonreí, mientras mi estomago era un enjambre de mariposas y mis manos parecían convertirse en agua. Y ahí estábamos los dos solos en el elevador, como tantas otras veces, solo que estaba vez había sido obra de la casualidad.

No podía quitarle la vista de encima y el elevador seguía su curso, cuando al fin llego al destino, se abrió la puerta, nos quedamos mirando hacia fuera esperando que alguno se moviera, pero ninguno de los dos lo hizo, entonces el pregunto; - a donde vas?, al estacionamiento?, si respondí; - yo también dijo él, se hizo un silencio y ninguno bajaba del elevador hasta que él dijo: - me acompañas al ultimo piso, - si, respondí. Me sorprende haber dicho si, y ni siquiera lo pensé, ni lo dude y es que con él no suelo pensar, es una fuerza sobre natural que me hace estar con él; si así es, hablo del campo magnético; ahí estaba otra vez ese campo magnético del que no puedo escapar; me atrapo de nuevo.

El elevador se detuvo en el último piso con nosotros adentro. Me acerque a él, lentamente, su mano acaricio mi seno, me tomo de la cintura, mis manos estaban sobre su pecho, podía sentir su corazón acelerado, latía rápidamente, demasiado rápido diría yo; estas asustado?, pregunte, - un poco tal vez, dijo él. Sentí como su pene se endurecía, baje mi mano para tocarlo, y sentir su dureza, firme como roca. Baje el cierre de su pantalón lentamente y metí mi mano; cielos!, como extrañaba sentir su pene erguido entre mis manos; intente sacarlo del pantalón, pero tuve dificultades para hacerlo; pero logre sacarlo al fin, lo acaricie, mientras él me veía hacerlo; - te lastime? , pregunte, un poco dijo. Lo frotaba con cuidado, dándole masajitos, como disculpándome por haberlo lastimado.

De pronto el elevador se movió alguien estaba llamándolo, volvió a meter su pene en el pantalón, se acomodo la camisa, al abrirse el elevador bajamos sin pensarlo, mientras otros se subían. Nos quedamos mirando, como diciendo, no lo dejemos así, así que el sugirió ir a su coche, y así lo hicimos. Entramos al coche, lo encendió, y comenzó a recorrer el estacionamiento buscando el lugar mas escondido; cuando encontramos el lugar perfecto, nos preocupaba el hecho de que alguien nos viera, pero aún así, volví a tocarlo, su entre pierna y luego su pene; se puso duro con solo tocarlo. Desabroche su pantalón y lo saque esta vez con mas cuidado y destreza.

Lo acaricie, con mi manos, estaba calientito, justo como a mi me gustaba, lo llene de saliva, para que mis manos se pudieran deslizar mas fácilmente a través de él, se escuchaba el sonido de mis manos resbalando por su tronco.

Miraba su rostro mientras lo masturbaba, se quedo mirándome fijamente, y descifro lo que le estaba pidiendo con la mirada, - quieres probarlo?, pregunto él, respondí que si con un movimiento de mi cabeza, - hazlo, dijo. Me ti su pene en mi boca, y que delicia mas grande para mi, disfrutaba mucho tener su pene en mi boca; con una de mis manos lo apretaba, mientras chupaba su punta y succionaba, luego metí su pene hasta el fondo de mi boca, podía sentirlo en mi garganta, sentí como su pene se contraía, daba palpitaciones, no paso mucho tiempo, cuando su pene empezó a desparramar todos sus jugos, depositándolos en mi garganta, apenas y pude sentir su sabor; porque la punta de su pene la tenia tocando mi garganta, y todo se fue directo al fondo; dejándome con las ganas de disfrutar mas de su semen exquisito.

Lo deje bien limpiecito, hasta la punta, saque su pene de mi boca, se lo acomodo, en el pantalón. Sin decir mas me despedí; - que estés bien dije, Salí del auto y desaparecí.

Solo estuve en su coche cinco minutos, cinco minutos de placer.

Habrán sido suficientes?