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Mi Perversión (1)

en Hetero: Infidelidad

Todo comenzó hace unos tres meses, por el mes de Noviembre del año 2006, en la Ciudad de Montevideo, Uruguay, pero ante me presento, me llamo María Teresa y tengo 47 años, me case a los 22 años como mi actual marido llamado Héctor, que actualmente tiene 49 años recién cumplidos y tengo cuatro hijos: Carolina de 27, Carlos de 22, Cecilia de 17 y Matías de 10 años. Les cuento que tengo una familia bien constituida, tanto moral como económicamente, ya que su educación siempre fue prioridad para nosotros y gracias por tener un buen pasar económico nunca le falto nada a mis hijos.

Con respecto a mi, me dedico a la docencia y soy abogada, pero nunca ejercí la profesión de las leyes, actualmente me desempeño como Vise Directora en un Colegio Secundario de mi bario, además doy clase particulares de ciencias jurídicas tanto para el nivel secundario como así también universitario. Mi marido es Arquitecto y trabaja ya hace varios años en un estudio de Arquitectura muy prestigioso en mi ciudad, de más esta decirles que nos llevamos fantásticamente bien.

A pesar de los muchos hijos que he parido me conservo muy bien, mis medidas son aproximadamente 99, 70, 95, por el cual muchas de las amigas de mis hijas me dice que envidian mi cuerpo, a pesar que nunca me visto con ropa sexy, es más, casi nunca eximo en público mis atributos corporales, dado que soy media tímida y no quiero dar que pensar a la viejas chusma del bario para hablar mal de uno, no obstante de eso me gusta como a todas la mujer el buen sexo. Además les cuento que soy blanca, tengo ojos verdes y mi piel por lo general es rosácea.

Mi horario de trabajo es a la mañana, desde las 8 AM hasta 13 PM y una vez terminado mi horario de trabajo voy a preparar el almuerzo a mi casa antes de que lleguen mi marido y mis tres hijos que viven con nosotros (Carlos, Cecilia y Matías), ya que Carolina esta casada hace dos años con mi yerno Germán, que viven en su propio departamento.

Vivimos en un bario muy tranquilo, aleado de la ciudad, justo en una esquina, en la otra cuadra hay una tienda a la que siempre voy a comprar gaseosas para el almuerzo ante de llegar a mi casa, algunas veces algunos hombre que pasa por allí me piropea, a pesar que siempre me ven vestida con la ropa del trabajo, un traje sastre de color azul, compuesto por falta hasta las rodillas, camisa blanca suelta y un saco arriba, como verán una vestimenta nada llamativa, pero a pesar de eso me piropeas con educación, debo reconocerlo y eso me hace reír.

Como les dije vivimos en un barrio muy tranquilo a las afueras de de la ciudad de Montevideo, frente de mi domicilio en la otra orilla había un terreno baldío justo al lado de una casa abandonada desde hace varios años y en la cual ya no hay puertas ni ventanas, solo el caserón sucio donde a veces se emborrachan algunos chicos o se pone a vivir por temporadas algún vago, hace tres meses en ese mismo terreno comenzaron a construir una casa de bastante precaria, pero prolija por fuera. En un solo día la levantaron solo cuatro paredes y un techo de lámina de cartón negro, bajo un árbol que la protege, lo demás del terreno forma un amplio patio. Al día siguiente vi llegar a una señora con una niña de 8 años y un tipo robusto, sucio y grosero, de aproximadamente de 57 años, a todas vistas un vago por la forma en que trataba a la señora, su ropa estaba grasienta y sucia, era un verdadero borracho, sus ojos estaban siempre rojos y sus dientes negros, su aliento era fétido a tabaco, cerveza podrida y visiblemente nunca se lavaba los dientes, según me dijo la sirvienta de mi casa (Carla) que había conversado con la señora el día que llego, según me dijo el tipo se llamaba José Ribera y su esposa Gladis. Ella se dedica a lavar y planchar ropa ajena, teniendo como ayudante a su propia hija.

Al parecer Ribera era albañil, pero tenia poco trabajo y en los primeros días de su llegada nos percatamos de que se aprovechaba de Gladis, la golpeaba y le quitaba el dinero, lo que hizo que de inmediato me cayera muy mal hasta el punto de que lo odiaba de solo verlo, así paso la primera semana de su llegada hasta que un día un vecino cansado de sus escándalos llamo a la Policía y se llevaron detenido.

Fue entonces que conocí a Gladis, en realidad ya había hablado un poco con ella, le había dado ropa para lavar para ayudarla, pero fue hasta ese día que vi que era una persona buenísima, tenia mi misma edad que yo, pero físicamente era lo contrario a mi, es morena, un poco gordita y siempre anda sucia, igual que su hijita. El día que detuvieron a Ribera por haberla golpeado ella fue inmediatamente a pedirme dinero prestado para sacarlo de la cárcel, al principio me negué, pero luego no puede soportar verla sufrir así, yo pensaba que no se que le dio ese desgraciado para que ella estuviera así por el, pero a pesar de ello le preste el dinero. Unos días después del incidente ella me dijo:

Ribera y yo te estamos agradecidos por el préstamo

No te preocupes por eso?, le conteste quitándole importancia y me despedí cordialmente de ella.

Pasado unos días, un miércoles, yo llegue como siempre a mi casa para preparar la comida, estaba un poco preocupada, ya que había hablado con mi hija mayor Coralina que me contó que había discutido con su esposo y eso me tenía preocupado, ya que Caro estaba muy mal por ello.

Después de hacer el almuerzo me fui a mi cuarto, me descambie y puse un short de jeans que me queda muy apretado, ya que al parecer había aumento de peso y un top rosa, sin brassiere, bastante entallado al grado que mis pezones se dibujaban en el, estaba vestida entre casa, así que no me preocupe que me vieran así, pero en un momento sonó el timbre, era mi hija Cecilia que necesita dinero para pagar el Taxi que la había traído desde el centro de la ciudad, al salir para pagarle al taxista oí que me chiflaban, yo voltee y vi en la ventana de la casa abandonada a Ribera riéndose, en la mano traía una botella de cerveza y en sus ojos se leía claramente lascivia y deseosos, yo gire mi cabeza hacia el otro lado, ya que me caía muy mal ese pesado golpeador y vividor, note que su mirada estaba concentrada en mis nalgas, automáticamente las comencé a mover de un lado a otro cadenciosamente, los ojos de Ribera se abrieron y se tomo el pantalón encima de la bragueta, por lo visto se le había parado su pene.

Una vez que le pagué al taxista decide ir a comprar a la tienda del bario algunas gaseosas y una revista, cuando salí de la tienda mire hacia la ventana de la casa abandonada y pude ver que solo se veía la cara y los hombros de Ribera, su mirada era lujuriosa, justo antes de entrar a la tienda saque las tetas lo mas que pude, mis pezones se dibujaban perfectos en la tela, casi se transparentaban, mis nalgas se movían rítmicamente, yo camine mirando hacia el frente, mire con el rabillo del ojo y pude ver que la cara de Ribera se veía asombrada y con la boca abierta.

Estas muy buena? escuche que dijo entre jadeos, por lo que pensé que se la estaba pajeando por mi. Seguí caminando y entre a mi casa y me olvide del asunto, sin ante sorprenderme de mi misma de por que había hecho eso.

Después de comer me dedique a ver tele con mis hijos y luego lleve a mi hijo Matías a sus clases de natación, llegue a mi casa a las 7 de la tarde y después de cenar nos fuimos a dormir. Alrededor de la medianoche baje a tomar agua a la cocina y me asome afuera por la ventana, en la casita de Ribera se escuchaba la clásica discusión de siempre desde que llegaron, pude oír al llantos y a Gladis gritar, todo termino cuando por lo que se oía Ribera le dio unos golpes a Gladis y salio de su casa tambaleándose de borracho, yo cerré la cortina y me fui a dormir.

En la mañana siguiente me levante temprano, desayunamos en familia, luego mi marido partió para su trabajo, llevando a mis hijos como siempre a sus distintas actividades diarias, Matías a la primaria, Cecilia a la Secundaria y Carlos al Facultad, luego yo me aliste para ir a trabajar, me puse mi uniforme habitual y al bajar me encontré con Carla la sirvienta que estaba lavando las tasas del desayuno y me dirigí a mi trabajo. Después de un día bastante pesado regrese a mi casa, la sirvienta ya estaba preparando la comida así que aproveche para ir a cambiarme a mi cuarto, baje a ayudar a Carla y me contó que Gladis tenia un ojo morado, al parecer Ribera la había golpeado (no le dije que yo había visto todo el show anoche), pero hice que no me importara tal comentario y me prepare para salir a comprar las gaseosas, me asome por la ventana y pude ver a Ribera en la puerta de la casa abandonada mirando hacia la mía, su repulsiva cara me puso enseguida de mala onda, y al parecer el no se movería de allí. Yo estaba vestida todavía con mi ropa de trabajo, pero debía cambiarme por que se me hacia tarde para hacer mis ejercicios físicos diarios

Mientras entraba a mi cuarto para cambiarme de ropa, recordé los ojos de Ribera inyectados en sangre mientras decía jadeante, estas bien buena?, me imaginaba ese viejo y que me ponía a mamarle la verga, pero luego volví en si y pensé que estoy pensando por favor y me aliste par hacer mis ejercicios fiscos habituales.

Me cambie lo más rápido posible, me puse un pantalón de gimnasio elastizado color azul fuerte y arriba un top bien ajustado a mi senos, generalmente uso ese pantalón con una remara larga para que no me vieran la cola, pero decide salir ese día si taparme. Ante de salir me asome por la ventana y vi a Ribera esperando como un lobo a su presa, yo salí caminando cadenciosamente, pero en vez de ir por la vereda de enfrente cruce a la otra, cuando pase justo frente a la puerta de la casa abandonada donde estaba Ribera parado a unos dos metros de donde yo iba caminando el me dijo:

¿a donde vas preciosidad?, su sonrisa hizo que se vieran sus negros dientes, su aliento fétido y su apestoso olor a cerveza podrida inundo mis pulmones al grado que me dio asco.

que te importa pendejo, vete a la mierda? le conteste indignada por que se atrevió a hablarme, yo seguí caminando, mis nalgas se movían como un barco cadenciosamente, cruce la calle y entre a la tienda, cuando salí volví a cruzar la calle y pase de nuevo frente a Ribera quien se jugueteaba su pene erecto visiblemente sobre la bragueta, pero cuando estuve de nuevo justo a un par de metros el aire se volvió a enrarecer con su emanación y me dijo:

que tetas tienes preciosa?, yo me voltee indignada de que me hablara nuevamente, pero saque más las tetas y mis nalgas se movieron aun más rítmicamente, a mi nariz llego el aroma sucio de su cuerpo que me revolvió el estomago al mismo tiempo la vista de sus dientes negros por la caries y su aliento me repugnaron a tal grado que cuando llegue a mi casa fui al baño a lavarme la nariz.

Al poco tiempo llegaron mi marido y mis hijos, yo me había bañado y cambiado, ya que ya había terminado con mis ejercicios y nos preparamos para almorzar.

Ese mismo día a la noche íbamos a salir a cenar con mi marido como todos los viernes lo hacíamos, por eso me arregle para la ocasión, me puse conjunto verde hasta las rodillas muy bonito. Los chicos iban a cenar solo y mi hija Cecilia tenía permiso para salir un día del fin de semana y eligió ese mismo viernes, ya que tenia un fiesta de su curso y vaya si lo hizo, les cuento por que?.

Estaba preparando la cena para Carlos y Matías cuando entró Cecilia a la cocina, llevaba una camiseta de tirantes lo suficientemente corta para enseñar el ombligo y uno pantalón capri blanco que no podían estar más ajustados, mi marido al verla se le caían las babas, para no decir otra cosas, ella nos saludos para despedirnos y al girar quedo a la vista un tanga muy chiquita que se le trasparentaba por debajo pantalón, al ver eso mi Marido le dijo:

a donde te crees que vas así?

con mis amigas, le contesto, mientras se reía, quedando Héctor loco de enojado por tal contestación.

Al verlo así a Héctor yo le dije a mi hija que suba a su cuarto que quería hablar con ella, Cecilia obedeció sin mucho chistar, pero con una cara de culo enorme, al entrar a su habitación le dije:

Nena, soy una madre bastante liberal, pero no quiero que salgas así, se te ve la bombacha metida por la cola?, sácate esa bombacha por favor?, ella me hizo cara de desprecio y me contesto:

Sos una envidiosa, ya que vos no podes usar estos pantalones con este tipo de bombachas.

Puede ser, pero ahora por canchera te vas a sacar esa tanga y me la vas a dar, sino no salís, ella obedeció, se cambio la tanga por una bombacha tipo vedetina y luego me la dio, yo la guarde en mi cajón de lencería, al hacerlo recordé que hacia mucho tiempo que no veía una de esas bombachas.

Todo se soluciono, mi marido se quedo más tranquilo por en cambio de bombacha, a pesar que igualmente mi hija esta para el infarto con ese capri. Cuando iba saliendo Cecilia de la casa se encontró con Gladis que vino a dejar la ropa que le había dado para lavar, fue que observe que el moretón que traía ya se le había curado un poco. Cuando se fue Gladis, Carla la sirvienta, antes de irse a su casa me dijo que había estado hablando con el jardinero (llamada José) y este le había comentado que conocía a Ribera desde hacia años y me dijo:

los dos trabajaron juntos?, Ribera se caso a Gladis y allí agrego a sus dichos que cuando era mas joven era una muchacha bonita, pero ese desgraciado la ha traído a tan mala vida que ya vio como esta de fea la pobrecita?

si? le conteste de malas ganas, por que no le damos algo de dinero para que se arregle mejor, me dan mucha lastima.

pues le va a caer más mal señora? me dijo Carla mirándome, yo la mire extrañada y le pregunte:

¿Por qué?, mi mirada era de curiosidad, Carla me contesto en voz baja.

ese desgraciado de Ribera le dijo a José el Jardinero que todos los días cuando usted sale por la gaseosa se masturba cuando la ve.

Yo me quede mirándola, ese asqueroso me cayó más mal aun y me pareció más odioso, como se atrevía a decir eso.

¿dijo algo más? le pregunte a Carla.

Bueno? contesto Carla en la misma voz baja, José me dijo que Ribera le comento que le gustaría masturbarse con sus tetas, José le contesto que usted era una mujer casada y recatada, Ribera se rió y le dijo que se veía que usted era reputa y que eso era lo que le gustaba de usted por que estaba muy buena, además el otro día me detuve para hablar con el y me pregunto sus medidas?

y que le dijiste? le pregunte enojada

nada que no las sabia, le dije que le iba a preguntar a usted?

Yo estaba asombrada y molesta, y la mire a Carla y le dije:

Pues la próxima vez que lo veas le dices a ese desgraciado cuales son mis medidas, 97, 70, 95?, yo me sorprendí al escuchar lo que le dije, Carla no hizo comentarios pero me pareció ver una leve sonrisa y marcho.

Luego salimos a cenar con mi esposo, una vez que terminamos de comer nos fuimos a tomar un café a un bar de moda en el centro de la ciudad, para posteriormente regresar a casa tipo 3 de la mañana, mi marido inmediatamente se acostó y se durmió enseguida, yo en cambio me quede viendo televisión en la cama. Al cabo de un rato escuche el ruido de la cerradura de la puerta de entrada de la casa, era Cecilia que volvía de la supuesta "fiesta", yo me levante y me dirigí a la cocina a tomar un poco de aguas, en el trayecto hacia esta pase por el baño de la planta baja y pude observar, ya que la puerta estaba entreabierta del baño, a Cecilia que se estaba lavando la cara en el lavabo, me paré brevemente y vi que gran parte del trasero se le salía del pantalón blanco debido a la postura, y sobre todo que ya no llevaba la bombacha puesto, aunque si llevaba todo lo demás incluidos los tacones. En ese momento miró por el espejo del baño y me vio, yo seguí mi camino hacia la cocina como si nada, para luego acostarme nuevamente, sin atentes pensar que mi hija Cecilia era una linda putita.

Al otro día era sábado, como de costumbre fui a la buscar a la tienda de siempre algunas gaseosa, hacia mucho calor, era a las 15 hs, por eso me puse algo fresco y que mejor el short de jeans que me quedaba ajustadísimo y una remera escotada de lycra que hacia que mis tetas parecieran a punto de salirse, cruce la calle de nuevo y cuando iba pasando por la casa abandonada el aroma de cerveza me indico que allí estaba Ribera, y en efecto se me atravesó en el camino y me dijo:

hola preciosa a donde vas?

Yo me detuve al bloquearme Ribera el camino:

que te importa?, su presencia sola me encabronaba, me indignaba que me hablara y su olor me repugnaba, quítate no tengo tu tiempo?, le agregue.

En ese momento me percate de que miraba con sus ojos bien abiertos mis tetas que parecían a punto de salirse de la remera que traía puesta.

no te enojes preciosa? me dijo casi sin aliento.

tampoco me gusta que me digas preciosa?, le dije poniendo mis manos en la cintura lo que hizo que mi remera quedara aun más tensa sobre mis senos.

como quieres que te diga preciosa? me dijo sonriendo burlonamente, esa risa me enojo y le dije entonces:

quítate de mi vista, vago de mierda, deberías estar buscando trabajo para darles de comer a tu hija, apestas, se ve que nunca te bañas desgraciado?

Ribera quedo callado por mi contestación, vi que dio un paso atrás, y parecía que estaba a punto de irse y que nunca me volvería a molestar, al percatarme de esto respire hondo, su aliento y olor mugroso me lleno de nuevo los pulmones y le dije:

mira?, en ese momento se detuvo, yo observe sus dientes amarillo y podridos que eran repugnantes y asquerosos, tu me caes mal y me resultas odioso así que nada de lo que me digas me va a caer mas pesado?, mientras yo hablaba Ribera el miraba mi cuerpo de arriba hacia abajo, comiéndome con la mirada, así que por que no ahorramos tiempo y me dices para que quieres hablar conmigo, dímelo abiertamente y ahórrate tus maneritas hipócritas de hablar se que eres un patán, grosero y borracho?

Ribera me miro sonriendo burlonamente, yo continué parada con las manos en la cintura, Ribera veía mis tetas y cerraba y abría las manos fuertemente, se veía que se crispaban por apretar mis tetas, me miro midiendo mi comentario y al cabo de un momento me contesto:

porque estas bien buena y quiero meterte la verga, preciosa?

Yo lo mire con el mismo asco, sus palabras no me sorprendieron, las esperaba, sin quitar las manos de la cintura le conteste:

primero que nada no me gusta que me digas preciosa.

como quieres que te diga? me dijo Ribera sonriéndome con esa sonrisa burlona.

Trátame como una mujer decente y casada que soy, ni más ni menos.

como ordenes putita? me contesto, mientras se acercaba un poco hacia mi, yo levante las palmas de las manos y le dije:

No aprendes más vago de mierda.

Yo me voltee y comencé a cruzar la calle, Ribera me dijo entonces:

adiós putita, que nalgotas tienes?

Fue casi dos semanas cada vez que pasaba frente a la casa abandonada que me decía: Hola putita?, A donde vas putita?, Que tetasas tienes putita?, Que nalgotas tienes putita?, Que culote tienes perra?, Que sabroso mueves las nalgas?, Que boquita de mama vergas tienes?, vamos mi amor préstame el culo?, Vamos puta come vergas?, etc.

Durante todos esos días recordaba a la noche los dichos de Ribera, me daba asco pero me excita a la vez, me caía cada vez peor pero no podía detenerme, mi marido y yo hicimos el amor un par de veces pero a cada instante recordaba el aliento fétido de Ribera y sus ojos inyectados, sus maneras groseras de hablarme.

Unos días después de haber hablado con Ribera, Carla me dijo:

ayer Ribera tuvo pleito con Gladis?, últimamente toda mi platica con Carla rondaba en torno a Ribera. Gladis se enojo con el cuando se entero que Ribera se acostó con Raquel la sirvienta de los Mendes, los que viven a dos cuadras de aquí, creo que es una chica solo tiene 20 años y ya la embarazo el maldito ese?

Eso me dejo fría, como si me hubieran echado un balde de agua en la cabeza, Carla me miro de soslayo y al ver que yo continuaba callada siguió:

también dice la chica que trabaja en la tienda de la vuelta ya se acostó con el?, yo conocía a las dos chicas en verdad eran bonitas y buenas, tenían unos cuerpos tremendos, por eso me sorprendía que el las hubiera logrado acotaste con ellas.

a si? conteste a Carla mientras me servia un poco de agua, han de ser chismes?

Carla me miro un momento y retruco:

puede ser, pero sabe algo, Ribera anda diciendo que usted es la vieja mas buena que hay en el bario y que quiere tirarcela también?. Carla me miro un instante y prosiguió, el otro día le dije sus medidas y el cerro los ojos imaginándosela?.

Yo no conteste a eso, solo pensaba en que ese infeliz había engañado a esas dos niñas y que una de ella estaba embarazada, era un vil y repugnante y lo que más me encabronaba era que yo le había servido de diversión.

Todo ese día me lo pase pensando en eso, ni siquiera las películas de la noche que me encantaba ver me hicieron gracia, ya cuando nos íbamos a dormir rechace los avances sexuales de mi esposo con el clásico? no me siento bien?.

Al otro día me quede recostada y avise a la escuela que no iba a asistir, mi mente no se quitaba de encima a Ribera y de su repugnante forma de ser, su olor asqueroso me daba asco, recordar sus dientes mugrientos también.

Así paso el día, a la hora de ir por las gaseosas le dije a Carla que fuera ella a comprarlas, salio y yo me asome de inmediato por la ventana, vi que Carla cruzo la calle y justo como lo sospeche Ribera le salio al paso y la abrazo, se besaron y entraron a la casa abandonada, al ver eso me dirigí hacia el lugar, no se cual fue mi curiosidad por averiguar que me acerque a la puerta y pude escuchar una voz Carla que le decía:

quiero mas verga¡¡ Ribera déme más¡¡¡, mmmmm quiero comerme su verga Sr. Ribera.

Eso provoco una reacción de sorpresa y a la vez de más curiosidad, quería saber lo que sucedía ahí adentro, quizás por el morbo de esas palabras que me acerque lo mas que pude, me asome por una pequeña ventanita que había en un costado de la casa y vi a Ribera con los pantalones bajados y a Carla arrodillada y media desnuda haciéndole una mamada fenomenal, metía y sacaba un miembro de gran tamaño del que yo quede sorprendida de como cabía en esa boca aquel enorme miembro, se veía una enorme cabeza roja, que brillaba por la saliva de Carla, los ojos y su rostro lleno de placer mientras mi sirvienta devoraba ansiosamente su miembro, mientras el solo exclamaba:

ahgg ahh siii cómetela toda ahh

AHh ahh asiii asiii chupemela toda AAHHH¡¡¡

AHHh mamamela así puta¡¡¡ ahhh

Yo no se como pude estar observando todo eso pero algo no me dejaba irme, estaba boquiabierta, sorprendida y a la vez un poco excitada por lo que estaban apreciando mis ojos y de pronto el viejo le dijo:

ya me vengo Carla, abra la boquita¡¡¡ para que pruebe mi leche¡¡

Saco su enorme verga de la boca de Carla y se la empezó a masturbar fuertemente, Carla con la boca abierta esperando la descarga, de pronto empezaron a salir los disparos de semen de la verga del viejo y se los hecho todo el liquido blanquecino en la cara de Carla, ella solo sacaba su lengua para pasarse el semen que había quedado cerca de su boca, luego de haber descargado todo le empezó a pasárselo la vega por la cara de Carla y a darle golpes en las mejillas y en los labios con su instrumento, ella solo sacaba su lengua tratando de alcanzar ese pedazo de carne, yo estaba viendo con mucha excitación, en otro momento me habría parecido asqueroso y obsceno, pero también se me hacia excitante, por que descubría algo nuevo en mi, luego el viejo dijo:

ya putita quedaste bien bañadita con mi leche, ahora límpiamela bien para que la próxima vez te de mas tu lechita¡¡¡, Carla empezó a limpiar con su lengua aquel enorme miembro, para luego limpiarse he ir a la tienda.

Yo subí a mi cuarto y estuve un rato, esta muy caliente por la situación vivida y me preguntaba a mis misma que le había visto Carla a ese viejo borracho, para chuparle esa verga y ser infiel a su novio, no tuve respuesta y luego baje y vi a Carla que se comportaba como si nada, colocando los platos en la mesa, justo en ese momento llego mi marido y mis hijos, durante la comida yo estuve callada y casi no probé bocado, cuando terminamos Carla se dedico a lavar platos y mis hijos se fueron a su cuarto, mi marido subió a dormir una pequeña siesta y yo quede sentada un momento en la sala.

Al poco rato eran ya las 3 y 30 de la tarde en media hora mi marido se iba a despertar de la siesta para prepararse e ir a trabajar, me empecé a cambiar, busque en el mi armario algo muy ajustado y encontré short viejo marca adidas color blanco que me dejaba un poco de nalga al aire, lo mire y me lo puse con trabajo, ahora me dejaba casi un cuarto de nalga al aire, parecía estar a reventar, me mire al espejo y vi que me veía súper ajustado, aun más cuando comprobé que por producto por la fricción entre mi bombacha y el short se me había metido media bombacha por la cola, eso me éxito mucho, luego encontré una ombliguera ajustadísima, me la puse y observe que se me veían las costuras de mi brassiere, así que me quite el corpiño y me mire al espejo otra vez, ahora si me gusto lo que veía era como si la tela estuviera pintada, mis pezones y mis tetas se dibujaban exactas y jugosas. Una vez terminada de cambiarme salí a la cochera y mire un momento las plantas, cheque mi reloj eran las 15:45 PM, camine entonces súbitamente, cruce la calle y camine rápidamente, entre primero a la casa abandona, pero no se veía nadie, entre, todo era un asco, estaba sucia y llena de botellas tiradas de cerveza, en el baño que estaba justo a la entrada la taza estaba rota y olía mal por los excrementos que había allí, las paredes estaban cubiertos con graffiti, no se veía nadie, por eso supuse que estaría en la casa donde vivía Ribera con mi esposa, toque la puerta, nadie me contesto, yo entre pidiendo premiso, nadie me contesto, pero al fondo de la recamara escuche un sonido de botellas, cruce lo que fue la sala y allí lo encontré a Ribera sentado en una silla arreglando un banquito, por supuesto estaba tomando una cerveza, al verme se sorprendió, pero de inmediato se levanto dispuesto a decirme el clásico?, Hola putita, que necesitas? pero yo le dije de inmediato:

vengo a buscar una ropa que lavo su señora, no sabe donde la tendrá?

¿no se?, Fíjese a haya? me señalo hacia un rincón

¿OK,?, yo me dirigía hacia el lugar donde me indico y me agache poniéndole mi cola a la vista de Ribera y luego le pregunte, ¿Dónde esta, me podría indicar con mas precisión?, mientras gire mi cara y le sonreí, el estuvo un momento asimilando lo que le dije, de pronto se dirigió hacia mi y me apoyo su pija en mi culo, yo me dio vuelta enseguida, observe en su cara el dibujo la sonrisa burlona que tanto me detestaba, mi corazón latía con fuerza a pesar de que mi nariz me daba asco el olor y la vista de los dientes amarillos de Ribera me repugnaban, Ribera se me acerco y su fétido aliento inundo mis pulmones, sus manos se alzaron y apretaron con fuerza mis tetas, Ribera pareció sorprendido al ver que no lo evitaba y le dije:

soy una mujer casada, por favor no me hagas daño?, mientras socarronamente me reía, invitándolo a que seguirá.

Al escuchar eso su boca se pego a la mía, nuestras lenguas se enredaron, el estomago se me revolvió al saborear su saliva que sabia a cerveza podrida, sus manos bajaron mi ombliguera dejando al aire mis tetas, sus pulgares jugaron con mis pezones, su mano izquierda bajo acariciando mi talle, acaricio mis muslos y se empezó acaricio mis nalgas, luego subió hasta tocarme mi concha a través del short, yo automáticamente pare las nalgas al sentir su mano, su boca se separo de la mía, saco su lengua y me lamió el cuello, luego me levanto la ombliguera, quedando mis tetas la aire, el abrió la boca y saco su lengua sucia amarillenta y lamió juguetonamente mi pezón derecho, pegando sus labios alrededor de mi pezón y comenzó a succionármelo, provocándome un enorme placer, su mano izquierda acaricio mis nalgas y mi muslo, metió sus dedos por debajo del short, acaricio mi pubis y su mugriento dedo penetro en mi concha y comenzó a desearme.´

sos una vieja puta, mira el short que te pusiste, se te marca la bombacha?

no, soy una mujer recatada, por favor, noooooo?

El aire de mis pulmones y mi boca estaban llenas del sabor y aroma fétidos de Ribera que hacia que me diera asco, un asco tremendo, pero era ese mismo asco el que hacia que me excitara más y más, mis brazos rodeaban su cuello mientras sentía como mamaba mi tetas, una de mis manos bajo por su espalda, acaricie su bulto en el pantalón, su pene estaba erecto, me sorprendió era enorme, metí la mano bajo su pantalón, tome su verga y la acaricie despacio, se sentía rugosa y firme, palpe cada parte de ella hasta llegar a sus testículos, los acaricie y los estruje un poco, esto pareció excitarlo mas porque succiono mis pezones con mas fuerza y me dedeo con mayor ímpetu, acaricie la cabeza de su pene, era muy grueso y comencé a puñetearsela con fuerza.

Ribera seguía metiéndome las manos por todas partes mientras me decía:

-que buena estas? mientras me chupaba uno de mis pezones

que tetas, mientras metía mas su mugroso dedo en mi concha

que nalgotas? y yo aumentaba la velocidad con que lo masturbaba

Mi mano puñeteaba su pene cada vez más rápido y pude sentir como se estiro al máximo, los dos jadeábamos, el olor nauseabundo me daba asco y esto me excitaba cada vez mas, su mano derecha recorrió mi talle y me acaricio las nalgas, la otra mano de Ribera me masturbaba con mayor intensidad, cada vez con mas fuerza, su boca mamaba ahora mis dos tetas, succionadote un pezón primero y luego el otro, mis pezones estaban totalmente erectos, la piel de mis senos estaba roja y cubierta de la mugrienta saliva de Ribera, yo comencé a gemir de excitación.

De pronto Ribera se puso rígido y su cuerpo se tenso, dejo de chupar mis pezones y cerro los ojos, mi mano puñeteaba su pene a la mayor velocidad en que podía hacerlo, yo gemía aun mirando su cara de excitación, de su pene comenzó a brotar su leche inundando mi mano.

aghhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiiiiii, gimió Ribera en ese momento hundiendo su cara entre mis pechos, al mismo tiempo yo sentí que mil estrellas brotaban, su dedo aun seguía dentro de mi concha y había provocado mi orgasmo, su mano apretó mis nalgas, mis pezones se sentían frescos por la saliva que estaba sobre ellos, una saliva que olía a podrido.

De pronto las estrellas se detuvieron y todo paro, yo solté el pene de Ribera y el caco sus dedos de mi short, este se relajo y saco su cabeza de mis tetas, abrió los ojos y me sonrió, los dos estábamos respirando muy excitadamente, el me soltó y nos miramos, yo levante la mano con la que le había masturbado, estaba cubierta de la leche blanca y espesa de Ribera, que me miraba expectante, yo me chupe los dedos y después me embarre la cara con su esperma, mientras el me miraba excitado.

Yo camine dos pasos hacia atrás y me di una vuelta rápida completa, mis tetas saltaron, me detuve de nuevo frente a Ribera y le dije con voz melosa:

te gusta lo que te vas a comer en la tarde?

me encanta? me dijo sonriendo, yo le sonreí en ese momento una ráfaga de aire me pego y sentí fresca la cara por el semen que se encontraba aun húmedo igual que mis pezones que aun tenían saliva sobre ellos, me acomode la ombliguera y di la vuelta para salir de la casa, Ribera sonrió y me dijo:

que buena estas perra, ya quiero tener tus nalgotas frente a mi y que te vista como putaraca para mi esta tarde?, lo mire un momento y vi la sonrisa de triunfo y burla que tanto detestaba, me caía mal, lo odiaba y me daba asco, pero eso era lo que mas me excitaba y ahora mas mi mente me producía placer el que el supiera que me caía mal y que a pesar de eso ya se había disfrutado mi cuerpo, en mi mente la idea mas excitante era que en la tarde me cogiera con fuerza, que me culiara y me humillara mientras el sabia que a pesar de que el me daba asco, yo era una puta que el podía tener cuando quisiera, que a pesar de estar yo casada con un hombre maravilloso y tener una familia respetable, el pudiera tratarme como un ser despreciable, como una basura y que yo iba a ser suya por mas enamorada que estuviera de mi marido, yo veía en sus ojos que el lo sabia y a mi me excitaba aun mas eso.

que queres que me ponga?, le pregunte.

lo mismo que tu hija el viernes pasado?, me contesto.

la viste como estaba vestida, te calienta mi hija, te gustaría cogertela como me vas a coger a mi esta tarde?.

SIIIIIII, me contesto, yo le dije que no se haga ilusiones y me marche, que mi hija nunca se la cogeria un tipo como el.

Entre a mi casa, mi marido estaba en la cocina listo para salir, yo entre rápidamente y subí a la recamara, entre al baño y cerré con seguro, mi corazón latía con fuerza, dentro de mi mente una voz gritaba, que estas haciendo?, mire mi cara en el espejo, una capa de semen cubría mi boca y mis mejillas, era obvio que era esperma, suspire al darme cuenta de que había cruzado la calle aun de día así y que mi marido no se había dado cuenta ya que no me había visto.

Me desvestí, tire mi vestimenta al canasto de la ropa sucia, justo con otra ropa que esta al lado del canasto que también estaba para lavar, solo allí me percate de que olía horrible, el aroma de Ribera era penetrante, mi ropa y mi cuerpo estaba impregnado, así que me desvestí y entre a la bañera, me bañe y mientras lo hacia recordaba las manos de Ribera sobre mi cuerpo.

Continuara.