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Mi Perversión (5)

en Hetero: Infidelidad

Mi Perversión (V)

Al fin llego el día 18 de Diciembre donde se haría la tan ansiada cena de navidad en la empresa de mi marido, y yo por supuesto debía acompañar a Hector a la cena, por eso me dirigí hacia el baño, prepare la tina y me di un baño caliente, aproveche la ocasión para estrenar unos aceites para el cuerpo, olían a rosas y a almendras, después de ponerme un poco en las manos me unte el aceite por las piernas, por los muslos, en la cintura y luego subí despacio, acariciando toda mi piel y empecé a sentirme mojada, me puse un poco mas de aceite y seguí acariciándome mientras sentía el aroma y pensaba que ganas tenia de estar con Ribera y así poder sentir sus manos en mi cuerpo. Sin darme cuenta puse una mano entre mis piernas, mis dedos empezaron a moverse a un ritmo lento para luego ir subiendo, cerré los ojos y comencé a sentir mis dedos muy húmedos y calientes, imaginando que me penetraba Ribera, hasta que sentía un calor subiendo desde mis pies hasta mi entrepierna, era delicioso, seguí hasta que no pude mas y solté un gemido de placer. Me quede un rato en el agua con una sonrisa y después salí, cuando empecé a secarme me sentía demasiado sexy con ese aroma en mi cuerpo y comencé a elegir la ropa que llevaría para esa noche.

Después de salir del baño me empece a vestir, para la ocasión me coloqué un vestido minifalda de color celeste, muy ceñida al cuerpo, ropa interior blanca, de modelo de tanga que apenas cubría mis partes íntimas, además me puse unas medias blancas que compré para la ocasión, las cuales me cubrían hasta la parte alta de mis muslos donde se sujetaban con una pretina, esto para evitar colocarme los portaligas, ya que se notarían exteriormente por lo ajustado del vestido; mi marido al verme me dijo que estaba hermosa, y me prometí que a la salido de la fiesta haríamos el amor hasta el amanecer.

Ya en la fiesta me presentó a todos sus compañeros y el que me atrajo mi atención, muy discretamente por cierto, fue Diego, el hijo del jefe de la Empresa Constructora, como les dije en el anterior relato es un joven de 30 años, muy atento y caballero, soltero y atractivo, quien se mostró muy simpático conmigo, ya que no dejaba de mirarme, debo confesar que me incomodaba mucho cuando notaba sus ojos puestos sobre mi trasero o mis piernas. Mientras disfrutábamos de la cena, Diego recibió una llamada de una obra que se debía terminar en unos tres días de parte del personal que trabaja de madrugada en la cual le informaban que había problemas con una filtración de humedad y que no lograban resolver el problema, inmediatamente Diego comunicó a Hector de lo sucedido, el pobre de mi marido salió inmediatamente hacia la obra y me dijo que esperará hasta que el llamará por teléfono. Mientras esperaba su llamada Diego me invitó varias copas de champagne, las cuales traté de evitar, pero ante su insistencia tuve que beberlas; pasada una hora mi marido llamó y habló primero con Diego, y luego me hablo conmigo diciéndome que Diego se había ofrecido llevarme a casa, y que él se quedaría toda la madrugada por que había ocurrido una falla grave en la estructura, lo cual le tomaría por lo menos unas 6 horas. Pasada media hora después de hablar con mi esposo, Diego que ya se iba a su domicilio, se ofreció a llevarme, yo acepte con gusto, e inmediatamente agarre mi cartera y mi abrigo, Diego muy atentamente, me tomó de un brazo y nos dirigimos a su auto que era impresionante, un convertible para dos personas. Ya en el auto íbamos conversando, al mismo tiempo que le indicaba la ruta a mi casa, durante el viaje Diego se mostró muy caballeroso, hablamos de varios temas. Cuando llegamos a mi domicilio me pidió que por favor le invitara un café, con la excusa de que había tomado demasiado y temía quedarse dormido manejando a su casa, lógicamente tuve que aceptar, no sólo por el favor que me había hecho, sino también por ser el hijo del jefe de mi esposo y uno nunca sabe como pueden tomar algún acto despectivo.

Cuando bebía el café que le preparé empezó a decirme cosas muy atrevidas, las cuales me ponían nerviosa pero al mismo tiempo me agradaban escucharlas de su boca, aquí está el diálogo:

Sabes, eres muy atractiva Teresa?, me quedé muda – cuantos años tienes, si se pude saber?

Si, por supuesto, menos de 50.

Esta muy bien para tener esa edad, si no fuera la esposa de Hector te partiría la boca de un beso.

Diego, no me diga esas cosas por favor, además mis hijo pueden escuchar.

Toda persona tiene un precio, vos cuantos vales?

Por favor Diego, soy una señora muy respetable, por favor te pediría que te comporte, mientras me pare y le pedí que se valla.

El se acerco y se acercó a mí, y yo me quedé estática, me arrinconó contra la pared y comenzó a querer acariciar mis piernas, yo luchaba contra él, pero tenía más fuerza que yo, pero cuando menos lo esperé me encontraba en sus brazos besándonos con rabia y acariciándonos todo el cuerpo, estaba muy mojada, con sus manos comenzó a acariciarme las nalgas de una marea muy varonil, maestra y de manera desesperada, me subió la minifalda hasta la cintura y se detuvo, se alejó como dos metros de donde estaba y yo quedé petrificada con la minifalda subida y mostrándola en contra de mi voluntad mi cuerpo, y me dijo:

Qué puta te ves con ese tanguita y esas medias.

Te gusta lo que ves Diego?, evidentemente yo ya esta entregado a al garras del compañero de mi esposo.

Si claro putita, me contesto.

Luego el se arrodillo y se lanzó contra mí, empezó a besarme las piernas, y dándome media vuelta me llevó hacia el sofá, haciéndome recostar, yo quedaba de espaldas frente a él mostrándole mi deseado trasero, no pude evitar lo que iba sucediendo, me despojó de mi tanguita blanca y su lengua comenzó a recorrer entre mis nalgas, lamiendo mi vagina y mi ano, comencé a experimentar esa sensación que me había hecho sentir Ribera y que mi pobre marido Hector nunca lo había hecho, su lengua se introducía entre los húmedos labios de mi choncha a una rapidez impresionante, me mordía las nalgas, besaba mis piernas y yo simplemente ardía de placer, era riquísimo sentir su lengua tratando de colarse por mi ano, seguidamente probó con sus dedos, los cuales hacían lo que querían con mi vagina, la cual gozaba como yo, por la lujuria que experimentábamos juntas, igualmente mi clítoris fue una de las partes más manoseadas, los orgasmos sucedían una tras otro.

Es ese momento Diego me dijo:

Quiero seguir gozándote en tu cama puta, donde duermes con tu lindo maridito.

No, por favor Diego, no nos humille así. Por favor te lo pido, hace lo que quiera conmigo ¡pero no me humille así!, le rogué

Solo por el placer de humillarlo a él, me voy a coger a su esposa en su propia cama y tú me vas a seguir; porque eres una perra hambrienta de verga y mi verga va a tu dormitorio. Y no demores puta o la leche que tengo guardada para ti, la voy a regar en su almohada, me dijo.

Me subí la tanga y luego el vestido, esta vez mojada por mi propio sudor, seguía pegada a mi cuerpo, no podía creer que aquel supuesto amigo de mi marido hubiera dejado sola en la cocina, asegurando que no podría aguantar el deseo de seguirlo, quería humillar a Hector culiandome en nuestra cama matrimonial.

La idea me recalentó, mostrarle que con tal de que siguiera abusando de mí, humillaría a mi amado esposo de la peor de las formas, me di cuenta que me gustaba, me gustaba la idea de ser sumisa ante él y entregarle mi cuerpo en nuestra cama, me excite, parecía una drogadicta afligida por falta de droga; necesitaba verga he iría por ella sin importar las consecuencias.

Cuando entre en la habitación me sentía como una niña que asiste por primera vez a clases; estaba nerviosa, ansiosa y asustada, aun así camine con un andar sensual y orgulloso.

Ven acá Teresa, ven donde mis manos te alcancen, me dijo Diego.

Dentro me despojó nuevamente el vestido y la tanga, quedando tan sólo con las medias puestas, luego se prendió a mis pechos erectos y con grandes pezones para mamármelos de una manera desesperada, como un niño recién nacido muriéndose de hambre, luego se desnudó y me mostró su hermosa verga, larga, gruesa, chorreante, allí me pidió que se la chupe, por ero comencé a lamerle sus tetillas y a besar su velludo pecho, cuando sentí que su poderosa mano me empujaba la cabeza hacia abajo comprendiendo lo que quería, comencé a hacerlo con temor y curiosidad que luego se convirtió en un placer que posteriormente me he dado el lujo de dejar pasar cada que tengo oportunidad de hacerlo.

Era impresionante sentir esa cosa tan bonita en mi boca, comencé a darle tímidas lamidas en la punta, para bajar hasta el trocó y a sus huevos, grandes como limones, para después intentar metérmela en la boca que sin saber como lo logré, aunque solamente la punta brillante y redonda lo cual le arrancaba gemidos de placer que me calentaban mas siendo mi concha un verdadero lago hirviente, así lo hice durante bastante rato, gozando en grande mi noviciado en ese aspecto y haciendo gozar con gruñidos o alaridos salvajes que le arrancaba a mi parejas hasta que casi se venía impidiéndolo apretando fuertemente la base de ese poste durante unos instantes, tras unos quince de chupar su enorme pene Diego llegó al orgasmo y pude saborear su esperma dentro de mi puta y también boca.

Luego me acostó con las piernas bien abiertas y se vino a hacerme el aseo del poso, lo hizo con tal maestría que me hizo venirme tres veces arrancándome gritos salvajes que a mis propios oídos me sonaban excitantes y me enardecían mas, en la última venida casi me desmayo de placer hasta que sentí que me cargaba dulcemente como una pluma depositándome suavemente en la cama y abriéndome las piernas con suavidad comenzó a acariciar la entra de la cueva convertida en un torrente de líquidos, con miedo y excitación esperaba la acometida la cual fue hecha con sumo cuidado como si yo fuera virgen, poco a poco la fue introduciendo, centímetro a centímetro con un placer enorme, luego con una paciencia envidiable la introdujo toda y se quedó quieto un momento para luego sacarla poco a poco y meterla un poco mas rápido que la vez anterior repitiendo la operación varias veces hasta que el ritmo se hizo mas rápido sintiendo un placer inmenso que nunca sentí con mi marido y jamás lo sentiría, pues la diferencia física era abismal. En la posición misionera me la introdujo hasta el fondo unos momentos maravillosos, luego se hincó y se echó a mis pies en sus hombros arrancándome, para luego colocarse boca abajo y apoyándose en mis redondas nalgas me introdujo su adorado pene por mi vagina, me sentí flotar de tanto placer que sentía, mi interior gozaba de algo nuevo y sabroso. Estuvo pompeándome varios minutos haciéndome tener otros dos orgasmos, el primero muy intenso y el segundo mucho mas coincidiendo cuando un torrente de leche caliente me inundó la vagina sintiendo que estaba completamente llena y sintiendo que verga se hinchaba de manera escandalosa amenazando con desgarrarme mi maltratada vagina pero sintiendo una felicidad indescriptible, dejándome completamente desmadejada en la cama con ese cuerpazo del semental encima de mi sintiendo como poco a poco se hacía flácida su arma mortal.

Me sentí feliz por lo que había pasado, pero ahí no acabó todo, faltaba lo mejor. Después de unos quince minutos de descanso nos empezamos a besar, su lengua era hábil, en segundos recorría mis senos, mi cuello, mis orejas, mis labios lo deseaban, cada vez que mordía mis pezones yo gemía de placer, sentí nuevamente como su pene se levantaba ansioso de introducirse en algún agujero, mientras me acaricia con una ternura que me adormecía, tuvo otra erección, me arrimó su vergota a mi boca y probé mis propios jugos mezclados con los suyos durante unos minutos, hasta que me indicó que me montaran en su garrote lo cual hice con sumo placer, era sensacional tener el control de semejante semental, me excitaba ser dominada por el y al mismo tiempos tener el control de la situación, estuve gozando buen rato de esa posición imponiendo el ritmo mientras me acariciaba las nalgas, me agarraba de la cintura, me besaba en la boca, me succionaba los pezones provocándome grito de placer que hubiera ruborizado a la mas viciosa de las remeras, gritaba como una zorra hasta que tuve dos orgasmos

Luego me puso en cuatro agarrándome fuertemente por las caderas y empujándomela hasta el fondo sentía como si me fueran a botar los ojos y me atravesara hasta la garganta, en momentos estiraba sus fuertes manos y me acariciaba mis pechos pellizcándome los pezones teniendo otra vez dos orgasmos, el último al mismo tiempo, que me convulsionó por completo y me dejo rendida desmayada durante buen rato y me dijo:

Quiero metértela por el culo, culiarte el chiquito, entrar por la puerta trasera.

Primero me dio una lamida de antología ensalivándolo e introduciéndome la lengua y un dedo hasta provocar que fuera yo la que le exigiera que cumpliera con su promesa diciéndole:

Por favor desgarrarme el culo!, ¡culiame! ¡quiero sentirte adentro.

Sos una puta Teresa, lo tenes totalmente dilatado.

Siiiiii, me encanta que me la metan por la cola.

Diego al escuchar mis suplicas tomo un pote de vaselina que tenia y me lubrico el ano y se lubricó su largo miembro, me puso de lado, me coloco la punta de su verga en mi cliot y comenzó a empujar con cuidado deteniéndose cada vez que me quejaba, así duramos como quince minutos, pensábamos que no se iba poder pero poco a pos lo hizo hasta que me la introdujo toda, ¡que cabezón!, la saco con cuidad y la introdujo de nuevo suavemente hasta que el compás se hizo un poco mas rápido, ¡que sensación tan increíble, como me sentía en ese momento, la mujer mas completa del mundo, la mas ramera, la mas sucia, pero la mas dichosa!, me sentía una supe hembra por aguantar semejante tolete que me empujaba con fuerza provocándome un placer inmenso y un dolor gozoso. Mientras me agarraba de la cintura, de las caderas y del pecho, de vez en cuando volteaba para que me obsequiara un sabroso beso acompasado con sus arremetías furiosas y salvajes pero erótica y placenteras hasta que por fin se vino, sentí en mis entraña un líquido caliente que al no encontrar espacio suficiente en mis carnes ocupadas por esa vergota se escurría hacia afuera mojándome las piernas y sus huevos que se contraen cansados por el esfuerzo titánico que se habían obligado a hacer, ¡que gran sensación sentir dentro de mi esa masa de carne al expulsar el líquido lechosos, el esfuerzo nos dejó agotados.

Pasaron uno horas más y repetimos todo de nuevo y yo ni Diego nos cansábamos de tanto pecado y lujuria, de tanto placer y de tanta ricura, yo de mi parte sentir tan sabroso pene y de esas manos traviesas tan ágiles, de esa lengua que puede volver puta hasta a la más santa mujer. Cuando ya eran las cinco de la madrugada, Carlos se fue, le regalé mi calzoncito blanco, dejando en él un beso con lápiz labial para que lo tenga de recuerdo.

El lunes siguiente de la fiesta me levante no tan temprano como siempre, ya que habían concluido el ciclo escolar y por ende ya no teníamos que ir al Colegio hasta mes de febrero del año próximo, por eso estaba en la cama mirando tele, mi esposo ya se había ido a trabajar, en eso suena el timbre de mi casa, no tenía ganas de levantarme así que no le di bola, será un vendedor pensé, golpean otra vez luego otra y no tuve más remedio que levantarme al no estar ni Carla ni mis hijos en la casa, me levanté tal cual estaba, en camisón, abro puerta y que sorpresa, era Gladis la esposa de Ribera, lo salude muy cordialmente y le hice pasar, y allí no pusimos a charlar.

Ella estaba desesperada, me dijo llorando que a su esposo hacia dos semana que estaba detenido en al comisaría de un barrio vecino y no lo dejan verlo, yo notaba que Gladis que a medida que hablaba esta destruida, allí sentí una enorme pena por ella, por doble motivo, primero que evidentemente estaba muy enamorada del sucio de Ribera y segundo que el le había sido infiel nada menos que conmigo, una supuesta mujer de clase alta. Yo le dije que no se preocupe, que yo misma le iba a ayudar, allí le recordé que era abogada, que a pesar que no estaba matriculada mi yerno nos podía dar una mano, que por lo que vi a prima fache era bastante complicado, ya que lo habían agarrado robando con armas, ella me agradeció muchísimo y se marcho con alguna esperanza.

Inmediatamente me comunique con mi yerno Germán, esposo de mi hija Carolina, le explique el caso y el me dijo que se ocuparía en persona, y quedamos que nos juntaríamos el jueves a la mañana en su oficina para hablar sobre el mismo con mas detalle.

Esa mañana me vestí muy formal para la reunión con mi yerno, ya que me puse unos de mis mejores trajes, compuesto de una minifalda rosa hasta las rodillas, una blusa demasiado escotada que permitía ver la firmeza de mis pechos y un saquito del mismo color, medias color carne y unos zapatos de tacón que me hacían ver bien putita.

Cuando entre al edificio donde tiene la oficina mi yerno tuve que atravesar todo un pasillo y pude sentir una mirada demasiado penetrante en mi, no había gente en el mismo, solo una persona, el guardia del edificio que era al parecer era un baboso terrible, entonces de pronto me di vuelta y ahí lo encontré al guardia mirándome fijamente mi cola, al darme vuelta tan rápido no pudo reaccionar y lo note incomodo al ver que yo lo había encontrado mirándome descaradamente, pero yo al contrario para escarmentarlo un poco me sonreí, giré y me fui sacudiendo y parando aun mas mi cola, así seguía mirando el pobre infeliz. Cuando estaba llegando a la Oficina, mire hacia un costado y vi al otro guardia que estaba también mirándome, seguramente por la forma exagerada por la que caminaba, pero tampoco le di mucha importancia y toque el timbre en la Oficina 12.

Allí me atendió la secretaria de Germán, llamada Verónica, una chica de no más 25 años, muy linda por cierto, con un cuerpo muy sexual y un cara de guerrera bárbara, me saludo y inmediatamente me hizo pasar a la oficina de mi yerno, al entra Germán me recibió con un beso en la mejilla y me ofreció tomar con café, que accedí gustosamente, pero sin atente apreciar que Germán estaba muy apuesto, ya que tenia un saco de lino blanco que le queda muy bien.

Empezamos a charlar amistosamente de varios temas, el me comento que la cosas con mi hija no estaba del todo bien, pero que era optimista que las cosa se arreglarían para las fiesta de navidad y de año nuevo, yo le conteste que seguramente que si, que son cosas naturales en una pajera que tengan algunas crisis y que todo se iba arreglar; mientras yo le decía eso notaba que el me miraba de forma extraña pero le reste importancia.

Luego empezamos a conversar sobre el tema en cuestión, el caso Ribera, allí mi yerno me dijo que a pesar que estaba incomunicado había conseguido una entrevista para el viernes, pero lamentablemente el no podría asistir y que iba a mandar a su asistente a la comisaría, yo le dije que no, que iría yo, y que así aprovechaba a llevar a su esposa que hacia mucho que no veía a su esposo, Germán me contesto que no tenia matricula para ejercer, pero bueno, me dio el ok para ir a la comisaría, yo le agradecí por la gestión y quede que le hablaba una vez que salía de la comisara para darle las ultima novedades.

Inmediatamente cuando salí del bufe de mi yerno me dirigí al domicilio de Gladis para darle las buenas nuevas, al llegar le explique la situación de Ribera y que mañana por la mañana lo podría ver, ella se puso muy contenta y me agradeció muchísimo, pero en ese instante recibí una llamada en mi móvil, era Germán que me informo que le habían denegado la visita sanitaria para la esposa de Ribera, y que solo podría ir yo sola en mi carácter de abogada, le explique el tema a Gladis, que por supuesto no entendió nada y se puso a llorar desconsoladamente, yo no sabia que hacer, entonces llame a mi yerno para que me pases el teléfono del policía que se comunico el para gestionar yo misma la vista de Gladis a la cárcel de encausado.

Y así lo hice, Germán mí dio el celular de Oficial Mayor Suarez, lo llame y me atendió muy atentamente, allí le explique la situación que su esposa estaba desesperada por ver al Sr., Ribera pero el inmediatamente me contesto en forma terminante:

Si esta incomunicado solo puede hablar con un abogado, en este caso UD.

Si, entiendo, pero oficial, le estoy pidiendo un favor personal.

Me esta comprometiendo señora Teresa, lo puedo llamar por su nombre no?

Si por supuesto Sr. Suárez.

Como le dije, no puedo hacer excepciones.

Si lo hace se lo agradecería mucho y le prometo que será recompensado, no se que quise decir con eso, pero lo dije en una forma muy sexual.

Esta bien, venga con la esposa, pero no le prometo nada que lo pueda ver.

Gracias Oficial, es Ud. muy amable y caballero, y espero tener el gusto de conocerlo mañana.

Y así va ser señora, que tengo buenos días.

Luego de cortar con el Oficial Gladis impacientemente me pregunto que me dijo, yo le explique no era seguro que pudiera ver a Ribera, pero que me acompañe mañana por la tarde a la Penitenciaria y después allí tratar de gestionar la vista, pero le dije que debería vestirse muy sexualmente para seducir a Suárez, ella me contesto que si, que toda sea por ver a su esposo, y entonces quedamos que mañana a las 14 hs la espera en mi casa para ir a encausado, me despedí de Gladis y me marche a mi casa.

Cruce la calle y entre a mi domicilio por el garaje y cuando entre escuche algunos ruidos en una ventana del patio, por eso decide entrar a mi casa por la cocina que tiene puerta por atrás; fui despacio, y sigilosamente me acerqué a la ventana, que estaba entreabierta, que a pesar de tener los visillos echados, la tela era tenue, y la luz de la mesita permitía apreciar con bastante claridad lo que sucedía dentro de la habitación. La profunda respiración procedía del dormitorio de Carlos, que tumbado sobre la cama presentaba un rostro desencajado de placer, más abajo, y cubierta por la sábana, su novia Carola se afanaba en aplicar a su novio una monumental mamada.

Según el gozo de Carlos se empezó a hacer más evidente, éste quitó la sábana de encima, desvelando el cuerpo desnudo de Carola, cuyos gruesos labios se aplicaban sobre la pija de Carlos, subiendo y bajando la cabeza hasta prácticamente engullir en su verga. La escena me dejó, en un primer momento atónita, una cosa era ser consciente que tu hijo tenga relacionas sexual con su novia y saber que no va a hacer nada que no haga todo el mundo, y otra muy distinta es verla en acción, chupando la pija a mi hijo como una animal, y demostrando, por otro lado, que mi nuera es toda una experta mamadora. Chupaba, lamía y vuelta a empezar, mientras Carlos disfrutaba como un enano y acariciaba la cabeza y el pelo de Carola. Su lengua se deslizaba en círculos alrededor del glande y, sin previo aviso, lo probaba entero para aplicarse de nuevo sobre toda la longitud de la pequeña pija de Carlos.

Pero lo que si me llamo al atención es que ella empezó a chupar la cola de Carlos, mientras alternaba con su pija, al cabo de unos segundo empezó a meterle uno de sus dedos en el culo, allí Carlos empezó a presentar síntomas de llegar, la boca de Carola abandonó su verga, pasando uno de sus pezones erectos por la punta de su glande, lo que le provocó un pequeño espasmo, y le aplicó un húmedo beso en los labios antes de montarse a horcajadas sobre él y allí le dijo:

Te gusta que te meta los dedos en la colita Carlito?, el no le contesto nada.

Después Carola tomó el sexo de Carlos con su mano y los guió hasta la entrada de su sexo, hasta entonces no había descubierto que mi nuera tenía el sexo completamente rasurado, lo que combinado con su cuerpo y cara de puta se veía verdaderamente sexy. Las manos de Carlos sostenían el trasero de ella, que lentamente fue descendiendo mientras el pene de Carlos desaparecía en el interior de la concha de mi nuera, cuyas manos acariciaban el pecho de su amante. La preciosa cara de Carola demostraba un intenso placer, su boca abierta emitiendo un profundo suspiro y sus pequeños pezones erectos, al tiempo que la pija de Carlos se iba introduciendo en su papo. Su hermoso trasero acabó chocando con los huevos de Carlos, completamente ensartada, poco a poco, comenzó a saltar y botar sobre la verga de Carlos, mientras Carlos pellizcaba sus pechos y disfrutaba del festín visual. Venciéndose hacia adelante, y sin dejar de mover el culo arriba y abajo contra la verga de Carlos, Carola agarró el pelo de su novio y comenzó a besarle, mientras que sus tetas bailaban al ritmo de sus caderas, rozando los pezones con el pecho de Carlos. Los bramidos de Carlos demostraban el intenso placer que sentía cada vez que el sexo de mi nuera engullía su verga, y los suspiros y gemidos de Carola demostraban que mi nuera estaba también disfrutando lo suyo. Las manos de Carlos se aposentaron sobre el culo de mi nuera, y comenzó a atraerlo hacia sí de manera cada vez más violenta, de modo, que a juzgar por los chillidos de Carola, la penetración se hacía más y más profunda.

Mi cuerpo había reaccionado acalorándose ante la tórrida escena que estaba presenciando. Mi sexo se había humedecido y mi respiración se había acelerado. Mis pezones se habían excitando, endureciéndose bajo la camiseta. Casi inconscientemente deslicé mi mano por dentro de mi tanga y, pasando un dedo entre mis labios, comencé a acariciarme mi concha, mientras introducía la otra mano por dentro de mi camiseta para acariciarme los pechos y pellizcar mis duros pezones. Mis caricias no tardaron en comenzar a agitarme la respiración, fruto de un placer doméstico que tan bien conocía.

Entonces mi nuera, alzándose ligeramente, pero aún con más de la mitad de la verga de Carlos clavada dentro de ella, comenzó a girar sus caderas, atornillando profundamente la pija de su novio dentro de su concha. Giró hasta quedarse de rodillas sobre las piernas de Carlos, dándole la espalda y con su pija firmemente alojada dentro de su concha. Carola comenzó entonces a subir y bajar sobre él, mientras que Carlos tomaba con sus manos la cintura de mi nuera ayudando el lujurioso mete y saca. Sus movimientos se tornaron cada vez más convulsos y sus aullidos más agudos, los muslos de mi nuera comenzaron a temblar, y en medio de un profundo rugido, Carlos, agarrando las tetas de Carola, se vació dentro de ella, que al notar el calor de su esperma inundando su cuevita, y tras un convulso movimiento de sus caderas, lanzó un sonoro chillido que dio paso a lo que yo intuí era un enorme y salvaje orgasmo.

Estimulada por los lujuriosos gritos de Carola y Carlos, dos de mis dedos se colaron dentro de mi empapado sexo, y en un frenético movimiento de mete-saca, en pocos segundos, justo después de la corrida de Carlos, mi cuerpo me abandonó, inundándose de calor y vertiéndome de placer, me corrí. No pude reprimir un ahogado gemido, que afortunadamente no se debió oír dentro de la casa, lo que por otro lado, era lógico, dado el escándalo de suspiros, gemidos y aullidos que estaban profiriendo Carlos y mi nuera.

Girando de nuevo de cara a Carlos, y vencida sobre el cuerpo de él, su culito continuó durante un rato elevándose y descendiendo sobre la pija de Carlos, mientras ambos se besaban y acariciaban, al tiempo que iban, poco a poco, recuperando la respiración, pero luego Carola se coloca detrás de mí hijo y comienza a empujarme y a susurrarme que si me gustaba como entraba y salía su pija. En ese primer momento, extrañada pensé que quería decir con ello, allí Carlos le dije que estaba haciendo, que qué pretendía. Ella contestó que se callara y que sintiera su caliente concha en su culo y le dijera que si le gustaba, el no le contesto nada, y así de esa forma continuó, "entrando y saliendo", apretando la vulva de mi nuera hacia el culo de Carlos, se notaba que el no supo como reaccionar, al mismo tiempo pensé que Carola sabía que le gustaba esto.

En un momento Carlos no pudo más, inmediatamente se puse al mover al compás con ella y en ese momento se le escapó un "culiame", momento en que Carla le contesto:

lo sabía! te gustan las pijas (siguió susurrando), eres afeminado, sabía que si te hacía esto cederías y te abrirías como una putita, que es lo que eres, maricón, guarra, puerca, y caerías derrotado ante mí.

Esto le decía mientras seguía apretando y aflojando, al mismo ritmo le decía: te gusta?, cuantos tipos te han cogida?, a cuantos se la has mamado putilla?, ¿te han dado ya por el culo, mariquita?, te gustan eh?

Carlos no le contestaba nada, solo respiraba en forma agitada, entonces Carola pasó su mano sobre su cintura y agarró su pene y lo empezó a masturbar, y con la otra le metió dos dedos por su culo, y al cabo de unos segundos llego en forma inmediata y pletorica.

Yo, tras asistir al glorioso polvazo de mi nuera y Carlos que se habían pegado, y antes de que por casualidad me descubriesen viendo, me deslicé silenciosamente dentro de la casa, y con cuidado de no ser oída, me fui a mi habitación, sin poder quitarme de la mente la imagen de Carola diciéndole esa cosas a mi hijo Carlos, en el cual si yo tenia alguna dudas que era bisexual se me había disipado.

Continuara.