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Mi Perversión (4)

en Hetero: Infidelidad

Mi Perversión (IV)

Al final llegue al centro de la ciudad muy retrasada, guarde el auto en una cochera y me dispuse a compra algunas prendas de moda, hacia un calor insoportable, yo vestía algo liviano, una remera suelta color crudo y una falda hasta mis rodillas, busque por todos lados, mire muchas vidrieras pero no encontré nada que me gustara, ya que quería comprar pantalones de vestir más sexy y provocativos que allí no veía, pero de tanto buscar encontré una tienda que al parecer era de no tan buena calidad pero tenia mucha variedad de ropa que se podía observa a simple vista en los cristales del local y por eso me decide a entra allí.

Al entrar a la tienda observe que habían solo mujeres para atender a la clientela, todas ellas jovencitas, sin embargo no pude pasar por alto la desmedida atención de una de ellas para conmigo:

Buenas tarde señora, que necesita?, me pregunto una chica de 25 años que estaba vestida con un con un suéter verde y unos vaqueros celeste.

Ando buscando algunos pantalones de vestir de colores claros.

Si por supuesto, que colores le gustan?

Blanco, celeste, rosas y crema, entre otros, mostrame primero de esos colores.

Ahora se los traigo señora.

Gracias señorita.

Por favor llámeme simplemente Marcela, estoy para ayudarla para lo que necesita?, y se marcho a buscar los pantalones.

Luego de esperar un momento llego Marcela con varios pantalones de diferentes colores, me los entrego y me dirigí a pedido de ella a los probadores, me dejo sola en el vestidor, me quite la ropa que llevaba puesta y me empecé a probarme esos pantalones, tenía aire condicionado en el vestidor por lo que el ambiente era muy agradable, cuando me puse el primer modelo de pantalón color celeste me di cuenta que la tela era muy gruesa y que me quedaba bastante suelto, por eso no me gusto, luego me probé el color rosa y también era de la misma características del celeste, en ese momento entro la chica repentinamente y me pregunto:

Que tan le queda eso pantalones?

No me gustan, necesito que la tela sea mas fina y que sean de una talla menos por favor?

En eso se acerco una señora y me dijo:

Soy la dueña, me llamo Carmen, la atienden bien señora?

Gracias, la señorita esta siendo muy amable, pero no me gustan como me calzan los pantalones que me probé, son grandes y una tela muy gruesa.

Al escuchar mis dichos Carmen le dijo a Marcela:

Muéstrale la colección nueva que nos acaba de llegar y sugiérele diferentes opciones, te encargo que le des una atención personalizada a la señora, incluso atiéndela en el vestidor, alcánzale las prendas, ayúdala con su ropa, Marcela por favor te pido que la señora salga a gusto de aquí?

Si Señora Carmen, como usted diga, le contesto la chica.

Le cuento que Carmen la dueña tiene aproximadamente unos 45 años, su pelo es rubio rizado hasta la altura del cuello, pero lo que me llamo la atención fue su cola, era grande pero no gigante y muy en pompa, en el cual al llevar unos pantalones apretados de color beige que aún se lo hacían resaltar más.

Al cabo de un momento apareció Marcela con los pantalones con las características que le había solicitado, mientras yo charlaba amistadamente con Carmen de varios temas, pero en ese instante a Marcela se le cayo algunas prendas al suelo, Carmen se agacho para recogerlo y al hacerlo se vio en un primer plano una tanga amarilla, la imagen me provocó un poco de excitación, porque además Marcela también se agachó a ayudar a Carmen y sus vaqueros se bajaron lo justo para dejarme ver una tanguita negra, valla pensé yo, todo el mundo usa tanga, menos yo.

Luego de ese episodio me empecé a probar los pantalones, me probé todos, me quedaban muy ajustados, me gustaba el calce, pero seguían siendo medio gruesa la tela, le comente eso a Marcela, ella al escuchar mi reclamo llamo a la Señora Carmen, empezaron hablan a una distancia que yo no podía escuchar nada, luego Carmen se acerco y me dijo:

Lo que usted quiero son pantalones de vestir de tela fina?

Así es señora, eso es lo que estoy buscando.

Había empezado por allí, tengo ese tipo de pantalones, le comento algunos son de tela de lycra, lino y mecánico, varios son elastizados y otros medios transparentes, le parece bien?, me pregunto.

Si esta bien, eso es lo que estoy buscando, le conteste, entonces le ordeno a Marcela que traiga distintos colores.

Luego de esperar unos minutos apareció Marcela, me entrego los pantalones y me marché nuevamente a la probadores: me puse primero un pantalón color rojo, luego uno celeste, un rosa y finalmente uno verde, todos me quedaban de 10, se amoldaban muy bien a mi cola, eran de tela fina, en el cual se me marcaban los contornos de mi bombacha tipo vedetina que traía puesta, eran perfecto, ya que estaba buscando esa clase de prenda, allí llame a Marcela y le dije que me llevaba esos pantalones, ella a verme me dijo:

Señora que guapa se ve usted así vestida, le queda sensacional.

Gracias, por favor dígame cuando le debo?

Pero no se va a probar los pantalones de color crudo que le separe?, me pregunto.

Ok, mostrame, le dije.

Marcela me mostró un pantalón de vestir de lino color crema, era muy lindo, junto con un pantalón blanco de lycra elastizado, primero me probé el blanco, al ponérmelo comprobé que me quedaba súper ajustado, ya que me costo que entrara, a pesar que era elastizado, al mírame en el espejo me vía muy bien, a todo esto llego nuevamente Carmen, me miro fijamente y de dijo que me entallaba excelente y agrego:

Señora, tiene un cuerpo muy natural, pero le hago una sugerencia, estos clase de pantalones al ser tan ajustados y medio transparente se debe usar con bombacha tipo colas lees.

Si, quedaría mejor no?, le conteste.

Señora, tenemos una línea de lencería que podemos mostrarle si usted desea?, yo me quede pensativa para luego decir que si.

Ok, me contesto, luego le encomendó a Carla que traiga conjunto de bombacha y corpiño acorde para mí.

Ella obedeció inmediatamente y me enseño cuatro tangas con sus respectivos corpiños haciendo juego: uno crema de encaje algo anchita de de atrás (tipo culote), otra rosita de algodón mas chica en sus laterales, una negra con dorado en sus costado y otra blanca de encaje muy reducida atrás, Carmen me eligió la ultima para probarme, la agarre y me fui a ponérmela al vestidor. Al rato salir del vestidor, estaba Marcela y Carmen esperando verme, apenas me vieron me pidieron que girara, así le hice, ellas observaban mucho mi cola, eso me puso incomodo pero me excitaba a la vez, luego Marcela me dijo:

Señora, le queda fantástico ese pantalón y la bombacha le combina muy bien, además se le ve estupendo también por el tipo de tela se le marca muy bien, se ve que hace usted mucho ejercicio?

Si, trato de mantenerme en forma.

Yo al verme en el espejo percibí que la tanga se me vía descaradamente por debajo del pantalón, ya que al ser blanco, transparente y sin bolsillo atrás se me veía todo, ni le cuento adelante como se me traslucía el triangulo de la tanga, y allí le dije ambas:

Se me ve todo con este pantalón, me parece que es muy transparente?

Pude ser – dijo Carmen – pero es una lastima, ya que le queda muy bien ese pantalón, es una picardía que no lo compre, tan vez lo pueda usar con una bombacha tipo brasilera.

No lo conozco, como son?, le pregunte

Son aquella que tiene un hilo dental atrás, me contesto Carmen.

No se, nunca use ese tipo de prenda.

Siempre hay una primera vez, me sonrió y me lo mostró como era.

Yo me quede horrorizada con era esa tanga, ya que tenia atrás una tira vertical y dos tiritas laterales muy finas y adelante un pequeño triangulo de encaje que para colmo era medio transparente, luego me entrego la micro tanga y cerré la puerta, esta prenda si que estaba atrevidísima, era superchiquita, luego tome valor y me empecé a descambiar, pero sin atentes luchar cuando comencé a bajarme el pantalones blancos dado que era muy ajustado, pero al fin logre hacerlo, luego me puse la tanga de hilo para posteriormente ponerme nuevamente el pantalón, luego me puse mis sandalias y salí para que me digieran como me quedaba, ellas me observaron muy atentamente, me dijeron que estaba muy sexy vestida así, luego Carmen me pidió:

Me haría el favor de girar un poco para ver si se transparenta esta bombacha?

Yo camine con mucha vanidad en el pequeño vestidor y gire para que vieran como me quedaba esa pequeña tanga con el pantalón, cuando me di vuelta Carmen estaba parada a mi lado y me dijo:

Señora que figura tiene usted, su marido va a enloquecer a verla vestida así?

No se me ve mucho la bombacha? le pregunte

Si, se le ve las dos tiritas del costado, por eso estas prendas hay que usarse un poco mas alta, así no se ve las tiras?, - me dijo mientras metía sus manos en mi cintura, tomaba los cordones de la tanguita y las subía, al hacerlo se metió el hilo mas adentro entre mis nalgas, lo que hizo que la tanga se enterrara en mi entrepierna.

Yo a es altura estaba excitada por la situación, ya que no era común para mí estar en un vestidor con dos mujeres, probándome un pantalón súper ajustado que se me transparentaba una tanga de hilo metido por mi culo, pero trate de contenerme, y le dije:

Me llevo todos estos pantalones, además por favor si tiene un pantalón capri blanco de la misma talla y tipo que este me lo llevo también.

Algo más?, me pregunto Carmen

Si, por favor muéstreme algunas camisas y remeritas?

Si, por supuesto, entonces llamo a Marcela y le encargó el pedido mió.

Marcela trajo varias prendas, entre ellas una camisa roja y negra, me la mostró y decide probármela, así fue, me metí al probador, me saque mi remera y me puse la camisa negra, sin antes sacar mi corpiño, me queda muy apretada, hasta el punto que mis dos melones salían para fuera en forma muy llamativa, solo me prendí dos botones del medio, al verme Marcela me dijo que tenia un juego de las tacos para que me lo probara completo, al verlo me llamo la atención la altura de los mismos:

Si me permite señora le pongo las zapatos, me dijo Marcela dentro del pequeño vestidor, tomo mis pies, me quito las sandalias una a una y me puso los tocos negros, además eran de tiritas que se enrollaban en la pantorrilla, sentí como temblaban sus manos cuando tocó mis pantorrillas para amarrarme las tiritas.

Se ve usted muy sexy señora me dijo, ella estaba hincada frente a mi y yo parada, ahora con las tacos me veía muy alta, nunca me había puesto unas tan altas, tenían como 10 centímetros de plataforma mas el tacón de aguja.

Una vez puesto mis tacos, Carme me dijo que valla a la galería central que allí había un lindo espejo para poderme verme mejor como me quedaba la vestimenta, me dirigí así allí, cuando levante la vista puede apreciar todos mis cuerpo en su plenitud, estaba fatal, con eso tacos negros altísimos, el pantalón blanco de lycra elastizado que se me transparentaba la tanga de hilo dental de encaje por adelante, metiéndose mi escasa tela por mi labios vaginales y por atrás que se me notaba las dos tiritas del costado y para completarla mi camisa negra que se me marcaba perfectamente a mis tetas como una maya de baño, allí pensé que si Ribera me viera así me cogeria por todos lados y mi marido me mataría si me viera así vestida.

Luego regrese a los probadores para probarme el pantalón de vestir de lino color crema, era muy lindo, la tela era suave y acogedora, me lo probé, sin atentes cambiarme mi tanga de hilo dental por otra bombacha tipo cutote de encaje color crema, el pantalón me quedaba ajustado, se me marcaba muy bien mi cola y se me transparentaba mucho la bombacha, combine el mismo con una blusa de tirantes color naranja muy ajustada, Marcela me trajo para que me pruebe un saco haciendo juego con el pantalón, me puse los mismos tacones que me probé con el otro pantalón, en ese momento cuando me estaba viendo en el espejo sonó mi móvil, era mi marido que me pedía que lo valla a buscar a la obra en construcción donde estaba trabajando lo mas rápido posible, ya que su auto se había averiado y necesitaba con urgencia que lo lleve a una cena con el dueño de la empresa, yo era conciente que me tenia que descambiar, ya que no quería que me viera así vestida, pero al ser la llamada de urgencia salí así, pague la cuenta y me despide de Carmen y Marcela, sin antes preguntarme si no quería llevarme algunos camisones condicionales, yo le dije que si, que la ponga en la bolsa junto con las otras prendas y finalmente me marche a buscar a Hector.

Al llegar a la obra en construcción pregunte por Hector, el arquitecto, o se mi marido, el chico que me atendió me desvistió con la mirada y me dijo que estaba en el segundo piso, me dio un casco para mi protección y le hablo a Hector por Nextel que yo iba para allá, el le contesto que esperara ahí, pero ya era demasiado tarde, yo ya esta en camino. En el trayecto hacia el segundo piso tuve que pasar frente a varios obreros, uno de ellos me dijo:

Buena tarde señora?

Gracias, igualmente, le di una pequeña sonrisa y seguí caminando mas aprisa, pero al cabo de unos segundo me gritaron:

Que culazo señora?, evidentemente si, ya que con ese pantalón de crema de vestir súper ajustado que se me marcaba desacatadamente los contornos mi culo, a pesar que llevaba puesto el saco, pero este era corto y solo me tapaba media cola, pudiéndose observa la bombacha culote que llevaba puesta, y por ende eso provocaba miradas, piropos y guarangadas.

Me giré y observé con desagrado al suspenso joven que me grito, a su lado, tres compañeros suyos, de distintas edades cada uno, todos ellos sonreían burlonamente mientras me miraban con ojos de sátiro, allí vi sus rostros, eran tan vulgares, pero no obstante me excitaban aquellas frases tan ordinarias dichas por esos hombres, con esa mirada, eran como animales y me ponía sobremanera sentirme su presa, ruborizada volví la mirada al frente y seguí mi camino como si nada hubiera escuchado, pero tuve que reconocer que aquella situación me había puesto muy cachonda, dado que me recordó a Ribera que tanto extrañaba, es por ello que a cada paso que daba notaba lo húmeda que estaba y eso hacía que mi excitación aumentara, pero en ese momento escuche una voz más gruesa todavía que decía:

Por favor, sigan trabajando, no moleste a la señora del Arquitecto?, todos al escuchar sus dichos se callaron y siguieron con su tareas y le luego me dijo:

Perdone señora, me presento soy Don Carlos, soy es capataz de la obra y amigo de su marido, a propósito lo esta esperando en el segundo piso?, yo lo mire fijo y le dije:

Gracias, es usted muy amable y me dirigí donde estaba Hector, sin atentes despedirme, el estiro su mano y yo la estreche, allí sentí su mano enorme y rasposa llena de callos como de un verdadero hombre, al parecer tenia unos 60 años, era moreno, bueno yo diría casi negro, lógicamente quemado por el sol de todo el día.

Al subir, mi marido al verme se quedo turbado como estaba vestida, por eso me reprendió por mi forma de vestir, pero yo le descubrí un bulto en el pantalón, el muy bandido se había calentado viéndome tan provocativa entre tanta gente y me dijo:

Teresa, esta muy linda para venir a la obras así?

Te parece, es que junto estaba probándome ropa cuando me llamaste y como me dijiste que era urgente no tuve tiempo en descambiarme.

Esta bien, pero no me gusta que andes vestida si por la calle, menos en la obra, sino no estas conmigo.

Esta celoso?, le pregunte.

No, para nada.

Muuuu, me parece que si, además no dijiste nada sobre el conjuntito que llevo puesto, lo compre hoy, no te gusta?, mientras gire, me levante es saco y me puse de espalda de el para que vea mi culo en primer plano con la bombacha tipo culoto que se me traslucía.

Si claro Teresa, me calentas mucho.

Siiiiiiii, eso me gusta amor, te cuento que me compre varios pantalones ajustado y transparente, camisa y remera ajustadas, y para completarla varias tangas, camisones y un baby dol, te gusta?

Si, claro

Bueno, esta noche te voy a esperar despierta con mi nuevo camisón puesto …, queres?

Pero la conversación quedo allí, ya que aprecio frente nuestro el hijo del dueño de la empresa, el Arq. Diego Guzmán, saludo a mi marido y el mismo se presento muy cordialmente hacías mi, al parecer es un joven de 30 años, muy atento, caballero, soltero (me había comentado mi marido en otra ocasión) y atractivo, quien se mostró muy simpático conmigo y no dejaba de mirarme, ante lo cual yo traté de disimular esquivando su mirada, me incomodaba mucho cuando notaba sus ojos puestos sobre mi entrepiernas, y claro pensé yo, si estaba muy provocativa, como no iba a mirar, luego me dijo:

Es un gusto conocerla señora, su marido siempre me habla de usted?

Gracias, lo mismo digo, el también me hablo de vos.

Ok señora, fue un gusto, hasta luego, mientras me daba un beso en la mejilla y después despido de mi marido con un simple nos vemos esta noche y de marcho.

En el trayecto hacia nuestra casa mi marido estaba muy callado, no emitió palabras, por fin llegamos, mi marido me dejo y se marcho a la cena inmediatamente, sin cambiarse de ropa, ya que no tenia tiempo para ello, yo me baje del conche y me dirigí directo a mi dormitorio ya que no quería que me vieran mis hijos así vestida, pero al pasar por el living encontré a mi hijo Carlos y su amigo de la facultad Gonzalo tratando se hacer andar un DVD que habíamos comprado recientemente, Carlos estaba de arrodillado frente al TV y Gonzalo sentado en el sillón, los salude a la distancia, pero mi hijo se paro sin darme bola y se marcho a su dormitorio a buscar su DVD, yo me dirigí a saludar a Gonzalo y me senté a su lado, allí aproveche para preguntarle como les iban en la facultad, el me contesto que todo andaba bien y me dijo:

Tenemos un práctico mañana y por eso tenemos que ver este video, pero no lo reproduce su DVD.

Es nuevo, debería andar?, le conteste, mientras fije mi vista en su entrepierna y me empecé a quitar el saco que traía puesto con la excusa de que hacia calor, al hacerlo quedo al vista de el mi blusa de tirantes color naranja muy ajustada, que se me marcaba mis enormes y deliciosas tetas, y al no llevar sostén se me marcaban los pezones de tan ajustada que estaba la blusa, de pronto y no se que estaba pensando le dije:

Este DVD tiene que andar, no se nada de tecnología, pero mis manos son muy buenas par arreglar aparatos?, el se sonrió y luego yo me levante con la excusa de tratar de hacer andar el DVD, me agache y al hacerlo le puse mi culo con el pantalón crema súper ajustado y que se me transparentaba mi tanguita tipo culote, en ese momento yo gire mi vista y note que el tenia parado la verga, al notar eso le puse aun mas mi culo en su cara, pero luego volví a mi cabales y trate de controlarme ya que me hijo estaba bajando las escaleras.

Finalmente los chicos pudieron ver el video, mientras yo me había puesto a cocinar, ya que Carlos debía irse a estudiar temprano a la casa de Gonzalo, por supuesto que no tuve tiempo de irme a descambiar, así que me puse un delantal para que no me manchara se mi vestimenta. Luego de ver el DVD Gonzalo se marcho a su casa, mi hijo se acerco a la cocina para preguntarme si tenia tiempo para irse a bañar ante de cenar, yo le dije que si, entones el se acerco por atrás y me dijo:

Buenos mama, me entro a bañar?, a la vez que me daba una palmadita en el trasero.

Eso me sobresalto, pero hice que no se notara, como si fuera algo normal también; mientras cocinaba me puse ha pensar en lo ocurrido: me preguntaba a mi misma que se ha creído dándome una palmadita en la cola, lo cierto es que me había puesto un poco rara, no se, bien y mal al mismo rato.

Al cabo de un tiempo lo llame a cenar, el bajo del baño recién duchado, tenia el pelo mojado, nada en la parte de arriba y abajo con un short, que tanto se le pegaba, cualquiera diría que lo tenía pequeño ya que en todo momento no se le macaba la cosa, al llegar a la cocina pensé que esta era la mia para devolverle la jugada, justo después de cruzarnos le di yo una palmada en su trasero, lo note muy duro, el se dio la vuelta rápidamente y los dos sonreímos, enseguida me agarro de las muñecas con sus manos, yo intentaba huir, era como una especie de juego de niños, así estábamos, en cocina, entre risas, pequeños empujones, acercamientos y miraditas:

Pero que mala eres, me decía riéndose.

Por lo de antes, le respondía yo.

Yo instintivamente me acercaba mas de la cuenta a su cuerpo chocando contra el, yo seguía con mis mismo pantalones ajustadísimos y la remera, en uno de estos movimientos me di la vuelta dándole la espalda, y el me agarro de la cintura y me pego a su cuerpo, yo notaba todo mi cuerpo contra el suyo y como no puede ser de otra manera, mi culo notaba su miembro, el me tiraba hacia el y yo intentaba escapar, era todo un juego muy bonito, la verdad es que intentaba escapar pero cuando me tiraba hacia el le daba un golpecito con mi trasero haciendo fuerza contra el, cada vez lo notaba más, mis movimientos contra el era cada vez mas notorio, la cosa termino cundo llego mi hijo mas chico Matías a cenar, allí termino el juego y nos pusimos a comer, debo confesar que yo me sentía muy rara por tal episodio.

Luego de lavar los platos y darle el beso de la buenas noche a mis hijito Matías me fui a mi dormitorio para preparar la velada de sexo con mi esposo, por eso me puse un camisón semi transparente de color azul con una tanga con los bordes negros y tiras negras, totalmente transparente en la zona púdica y con un sujetador igualmente negro de encaje haciendo juego.

Me quede viendo TV mientras esperaba a mi marido, eran aproximadamente las 12 de la noche y mi marido no llegaba, yo estaba loca de caliente, pero es ese momento sonó el teléfono, era mi marido que me avisaba que llegaría tarde de la cena y que no lo esperara despierta, yo al escuchar los dichos de Hector estaba frustra y molesta, ya que creía que tendría una noche de buen sexo con mi marido, dado que me encontraba bastante necesita y que me haría disfrutar y así dejar de pensar en la verga de Ribera.

Apague el televisor y me puse a pensar que tendría que llamarle a un albañil para resolver cuanto antes el problema del baño del dormitorio, ya que no podíamos estar así, era muy incomodo, perdía mucho agua, así me fui quedando dormida: fue otra noche de sueños raros, ya que no acostumbraba tener sueños así, eróticos, en el sueño me veía mas sensual, mas cachonda, mas atrevida y coqueta, además de desinhibida con los demás disfrutando sus piropos, halagos e incluso algún manoseo, veía a personas conocidas y hasta desconocidas todas en actitudes morbosas o cachondas, y yo siendo el centro de las atenciones o de la historia, pero me desperté en forma violenta y excitada, al mirar el reloj eran las 2 y media de la noche, allí me percate que se encontraba Hector ya dormido.

Yo me acomode y baje a la cocina por algo de beber, fui cautelosa, primero me asome, al ver todas las luces apagadas decidí bajar como estaba, baje las escaleras sin hacer ruido alguno, me hacia fácil ya que estaba descalza, cuando fui a la cocina vi la luz encendida, y cual es mi sorpresa al encontrarme Cecilia frente a un gabinete, de espalda a mi, con una pijama de una sola pieza, esas que son como faldas, que se trasparentaba en su delicioso culo y su tanga que se perdía en el, yo sin hacer el menor ruido apreciaba el hermoso trasero de mi hija, era redondo, ni pequeño ni grande, medida perfecta, erguido, se notaba que lo cuidaba, cuando de repente se agacho a buscar algo en el gabinete de abajo, que bella imagen, se subió suficiente el pijama, para que yo apreciara aun mejor ese culo, no se veía toda la tanga al descubierto solo la tira principal, pero eso basto que me imaginara a Ribera cogiendola por el culo a Cecilia, pero la imaginación termino muy pronto ya que Cecilia me vio, y allí me pregunto:

Hola mama, que haces despierta a esta hora?, me pregunto

Baje a tomar un baso de agua y vos?

También, me contesto, mientras me observaba en forma detenida mi vestimenta y me pregunto: Y ese comisión, es nuevo?

Si hija, me lo compre ayer.

Te queda muy bien, y más con esa bombacha cola lees que llevas y ese corpiño.

Hay si hijita, la compre a pedido de tu padre, que tal me queda?

Mira vos el pedido del papi, pero no se si tenes edad para ponerte esa clase de prendas, me contesto en forma bastante despectiva.

Vos crees hija que no tengo cuerpo para esta lencería, mientras señala con mi mano todo mi cuerpo.

No se Ma, me voy a dormir.

A propósito hija, si te parece bien esta semana podemos ir a comprar tu regalo de navidad, queres?

Si mama, cuando vos digas, y se despidió deseándoles buena noche y yo me fui acostar nuevamente.

Me acosté y allí inmediatamente me vinieron a mi mente como me había sentido observada con lujuria por las vendedoras de la tienda de ropa, mi hijo Carlos y su amigo, y más recientemente Cecilia, sumado las palabras de eso obreros que me resonaron por mi cabeza e imaginaba como se acercaban para lamer mi cuerpo y manosearlo, por eso deslicé mis dedos por debajo del camisón para acariciar mis pechos y pellizcarlos, la otra mano la dirigí hacia mis muslos para masajearlos ascendiendo por ellos hasta que se detuvieron en mi entrepierna, me acaricié por encima de mi tanga y luego llevé la mano atrás, la introduje por debajo de la tanga y agarré con fuerza una nalga, separándola, llevé mi dedo a la entrada de mi sexo sin soltarme y se humedeció al instante, con gran facilidad lo deslicé pocos centímetros hasta la entrada de mi ano y la sensación fue increíble, tuve que reprimir un gemido por temor a despertar a mi marido.

Pero ya no podía parar, estaba encendida, luego descendí mi mano por mi vientre hasta llegar a la entrada donde nacía mi pubis y jugué con los pliegues, notando como se mojaban mis dedos y se resbalaban hundiéndose en mi interior, con la otra mano separé los labios, para así sentir más mis dedos, la situación con mi marido al lado y mis fantasías se hacía cada vez más insostenible, necesitaba con urgencia ser penetrada, busqué a oscura la mesita de noche y abrí el segundo cajón, allí tenía una vela para las ocasiones en que se iba la luz, la agarre y la puse entre mis piernas, humedeciéndola con mis jugos y con un movimiento la introduje en mi vagina, me mordí el labio inferior para no emitir ningún sonido y comencé a frotar mi clítoris, en círculos, a pellizcarlo, mientras notaba la vela en mi interior imaginaba que me miraban esos hombres y me decían guarradas que prometían cumplir, ya no podía más y en silencio exploté en un intenso orgasmo, intentando contener mis espasmos, poco a poco recuperé la respiración, las gotas de sudor caían por mi espalda, mi rostro y mis piernas, para luego quedarme dormida.

Al otro día me levante para ir a trabajar y allí recordé el tema del baño del dormitorio de matrimonio se había estropeado y le pedí a mi marido que traiga un albañil de la obra para que arregle el mismo, el me dijo que no tenia nadie desocupado y que deberíamos espera unos días como mínimo. Transcurrido dos días, mi marido me dijo que vendría sobre las 16:30 de la tarde el hijo de Don Carlos, el capaz, yo le conteste que lo estaría esperando.

Esa tarde me encontraba solo en casa, ya que mi marido se había levantado de su habitual sienta y se marcho a la obra con apuro, mis hijos no estabas y Carla había trabajado a la mañana y le había dado la tarde libre. Mientras esperaba su llegada me fui a descambiar y ponerme una ropa mas cómoda, por lo que me quite la ropa que llevaba puesta, proseguí por quitarme mi tanga blanca de encaje semi trasparentes que llevaba puesto, la deje tiradas en el suelo, luego me puse unos short rojo entallado que no había usado desde hacia meses, me lo puse y me gusto como me quedaba, era muy ajustados a mi cuerpo, hasta tal punto se me marcaban mis labios inferiores por lo cual mi concha recibía pequeñas caricias producidas por el short, para cubrir mis grandes pechos me puse una camiseta de deportes cortita y escotada, por lo cual al hacer algún movimiento enseñaba gran parte de mis pechos puesto que no llevaba sujetador.

Cuando estaba terminando de recoger mi pelo en una pequeña coleta sonó el timbre de la casa, pero antes de ir a ver quien era me eche un vistazo en el espejo del armario, y lo que vi me dejo alucinada, se veía una mujer de poco menos de 50 años, con un cuerpo deseado por cualquier mujer de su edad, con unas piernas tiesas y bronceadas, un culo parado y respingón, unos pechos abundantes pero duros y mirando hacia el cielo, con unos pezones grandes y rosados, una cara madura, elegante y con una mirada morbosa y desafiante, o sea toda una mujer fatal, necesitada de sexo, puro sexo y nada mas que sexo, necesitada de sexo tras muchos años de matrimonio estancado en el aburrimiento.

Cuando mire por la mirilla vi a un joven de más o menos 22 años de tes oscura, alto y muy atractivo:

Que necesita?, le pregunte.

Es la casa del Sr. Hector?, soy Ramón, el hijo de Don Carlos, el albañil.

Si, perdona, pasa, el baño esta al final del pasillo.

Cuando el joven entro no pudo dejar de apreciar el cuerpo musculoso del joven obrero y cuando este paso camino hacia el baño, yo no podía dejar de mirar el contoneo del culo firme e hipnotizador de ese joven objeto de deseo, yo sentí que joven le ocurrió algo parecido con mi cuerpo, ya que mi atuendo deja mucho lugar a su imaginación.

Cuando el joven entro en la habitación de matrimonio vio tirada en el suelo la tanga de encaje mia, allí mi mente calenturienta me llevo a fantasear que Ramón sea hacia una deliciosa paja tirado sobre mi cama de matrimonio enrollada en su verga mi tanga, pero volví en si cuando me di cuenta de lo que estaba viendo el joven y me ruborizo un poco, pero cuando vi la mirada de Ramón comprendí que hoy podría ser el día de acabar con ese calentón permanente que sufría desde que a Ribera se lo habían llevado preso.

Perdona, le dije, - mientras pasaba por el costado del joven, rozando mis pechos con el brazo del albañil – mira, lo que pasa es que queremos quitar esos grifos viejos que pierde agua y poner estos nuevos que tienes ahí detrás?

De acuerdo, si quiere puede seguir con lo que estuviese haciendo, cuando necesite algo la llamo. Perdón, come se llama?

No te lo dije?, perdona, me llamo Teresa. Si quieres tomar un café, yo voy a ponerme uno ahora mismo.

Si gracias.

Ven a tomarlo a la cocina en un par de minutos, de acuerdo.

Si claro, voy a ver los grifos y voy, gracias.

Pasados un par de minutos, el joven entro a la cocina, al entrar por la puerta yo estaba de espaldas a el inclinada, ofreciendo mi preciosos culo en todo su esplendor, yo me percata de su presencia pero no me moví y yo seguí ofreciendo ese pequeño espectáculo al joven durante unos minutos mas haciendo como si buscase algo en los muebles bajos de la cocina.

Perdona, no te había visto, cómo tomas el café?.

Yo notaba que el joven todavía estaba atontado con la imagen del trasero de mi culo, ya que la mirar detenidamente pude observar con admiración y alegría la ya visible erección del joven.

Con leche y una cucharada de azúcar, por favor, me contesto.

Cómo ves el baño?

Bien, no me llevara más de una horas. En un rato la dejo tranquila, para que siga con sus cosas.

No, por dios, una compañía joven y atractiva como tú nunca molesta, si yo estoy todo el día aburrido en casa sin mucho que hacer.

Gracias por los piropos. Su compañía también es un agrado.

No seas adulador y no me llames de usted, que no soy tan vieja.

No, claro que no eres vieja, ya te lo he dicho antes, eres muy guapa y sexy.

Muchas gracias, vas hacer que me ruborice si sigues diciendo cosas como esas.

No estoy diciendo ninguna mentira, tienes un cuerpo espectacular.

Frena jovenzuelo, que soy una mujer casada, que podría ser tu madre.

Perdona si me he pasado, pero me pareces una mujer preciosa y madura, no como las chicas de mi edad.

Que pasa que no tienes novia?

Alguna cosita ahí, pero es que las chicas de mi edad son muy estúpidas y siempre les entra miedo.

Miedo de que?, mi mente empezó a imaginarse la respuesta del joven y mi ratones empezó a humedeceré con los comentarios de Ramón.

Es que me da vergüenza hablar de esto contigo.

No te preocupes si yo no me asusto fácilmente.

De verdad, pues mira ellas dicen que mi aparato, es muy grande.

Cuando digo esto, yo baje mi mirada a su "aparato", provocándome la inmediata erección de mis pezones.

Pero, cuanto de grande es?, tampoco será para tanto?, le pregunte.

Si queres te la enseño, para que lo puedas ver por ti misma?

Estas loco, que te han creído jovenzuelo.

Pero tal respuesta fue una contestación de compromiso, ya que en rigor a la verdad mi mente ya no podía parar tanta excitación y lo único que deseaba era ver ese miembro largo y joven, quería tenerlo entre mis manos, entre mis labios y dentro de mí, estaba totalmente mojada, mi short ya no podían ocultar mi humedad, mi camiseta ya casi no podía retener mis pezones dentro de ella.

Vea y disfrute, me contesto.

El joven comenzó a bajar la cremallera de su pantalón y a introducir una de sus manos grandes dentro de este, yo no podía dejar de mirar ese bulto que comenzaba a adivinarse entre el pantalón, de pronto Ramón de un golpe seco de muñeca saco ese enorme pija de su prisión, y allí yo emití un pequeño suspiro de admiración:

Ramón que haces, por favor?

Hago lo que usted desea, quiere tocarlo, es para vos?

Yo al escuchar su pedido me negué, luego el me agarro una de mis manos y la llevo su verga, yo no puse resistencia, es mas, pasado unos segundo el me soltó mi mano, para luego yo recorrer con una mano toda la extensión de su pija, luego agarrar su pene con las dos manos y comencé a recorrer de arriba a bajo toda su extensión, yo sin darse cuenta estaba haciéndole una soberana paja, mi cara demostraba su grado de excitación y Ramón notaba que comenzaba a suspirar por el placer producido por mis manos.

Luego el comenzó acariciar mis pechos, introdujo una mano por el escote y comenzó a acariciar los pezones, yo busque con mi boca la boca del joven, nos entrelazamos en un beso cálido, nuestras lenguas se unieron, él comenzó a bajar con una de sus manos hacia el pantaloncito encharcado por mis flujos, yo no paraba de pajerla la pija, con un ritmo lento, dándole pequeños masajes con las yemas de los dedos, luego deje una mano libre y comencé a desnudarlo, acariciaba sus músculo del cuerpo, Ramón lanzo su boca a mis tetas, me quito la camiseta liberando mis pechos y con su otra mano acariciaba los cachetes del culo, rozando con sus dedos el ano y mi concha.

Yo comencé a chuparle todo el cuerpo, le chupaba los pezones, se los mordía, sin dejar de acariciarle su pija, poco a poco fui bajando con mi lengua hasta encontrarme con mi querido nuevo amigo, "el aparato", lo recorrió con mi lengua toda su extensión, me chupaba los huevos, hasta que no pude mas y me lo introdujo hasta donde pudo en la boca, con un ritmo lento le estuve comiendo su pija al menos durante 5minutos, Ramón no podía aguantar mucho mas y me dijo:

Me voy llegar! NO AGUANTO MAAASSS!

Tirala en mi boca, quiero toda tu leche, no voy a derramar ni una gota, DAMELAA!!!.

LLEGOOOOOOO! AHH! UAAHH!.

Y allí sentí tres chorros en mi boca, la cual no pude retener todo dentro, dejando salir un poco de lefa por la comisura de los labios, que rápidamente recogí con la mano, para volver a comérmelo todo, para luego volver a realizar unas pocas pasadas a la pija del joven para dejarlo limpio por completo y prepararlo para el segundo asalto.

Que rica tu leche, quiero que comas la concha, quiero acabar en tu cara, quiero que pruebes mis jugos.

Súbete a la mesada y sácate el short, y así lo hice, al bajármelos el me dijo:

Que vieja puta que sos, no te pusiste bombacha?

Callante y chupala por favor que me muero de calentura.

Y por fin Ramón coloco su cabeza entre mis piernas, recorrió con su lengua desde los pies hasta las ingles, con sus manos no paraba de jugar con mis pezones, yo no paraba de emitir pequeños gemidos;

AHH! UAAUU!", "MAS QUIERO MAS, NO PARES! CHUPA CARIÑO! CHUPA!", el siguió con su juego, pasaba rozando mi concha pero nunca paraba, yo ya no podía mas y agarre la cabeza de Ramón y la lleve directa a su cueva para que empezase su trabajo.

El comenzó a succionar mi clítoris, yo se retorcía de placer, mis piernas presionaba la cabeza del muchacho para que no parase, luego él fue introduciendo un dedo poco a poco, luego le siguió otro, hasta que consiguió meterle tres dedos, comenzando a cogerme con sus dedos y con su lengua jugando con mi clítoris:

Voy a llegar, NO PARES!, sigue, sigueee, AAHH!, que rico me pajeas, NO PARES!, por favor.

Luego el chico salió de esa prisión y dirigió con sus manos su pija hacia la entrada de mi vagina que a esa altura ya chorreaba mucho jugos, y por fin me la introdujo, solo el prepucio y me la volvió a sacar, repitió esta acción unas, dos y tres veces, hasta que de un solo golpe me la metió toda dentro hasta el fondo de mis entrañas, estaba gozando como una puta que era.

Yo comencé a moverme sobre la pija del chico, cada vez más rápido, arqueaba la espalda, el no paraba de chupar mis pezones, mis gemidos se estarían escuchando en todo el bario, pero me daba igual, lo único que querían era seguir culiando:

NO PARES!, sigue por favor, rompe en dos.

Ponte en cuatro patas en el suelo, te la voy a meter desde atrás.

Si, soy toda tuya, hazme lo que quieras, pero no pares de culiarme, soy tú nueva puta, si me coges así todos los días te daré lo que quieras.

Como vos digas vieja puta.

Yo me tumbe en el suelo, puse mi precioso culo en pompa y Ramón desde atrás me la fue metiendo de nuevo, empezó con un ritmo lento, para ir aumentando poco a poco, yo me masajeaba el clítoris con una mano y con la otra me acariciaba los pezones:

Toma una pija de verdad, seguro que el arquitecto no te coge así?.

Mi marido no me coge, hace mucho que no me saca un orgasmo, pero calla y sigue culiando, NO PARES!.

AHAAH!, mueve el culo, vamos sigueee, muévete, NO PAREEES!.

DAME MAAAAS! COGEME!, por favor no pareees.

Voy a LLEGAR, NO AAAGUANTO MUCHO MAAAAS!.

LLEGA! DENTRO!, AAAH!, UUAAHH!.

Nuestros cuerpos se convulsionaron a la vez, estábamos llegando a la vez, el me lleno mi concha de leche blanca, luego nos quedamos tendidos en el suelo de la cocina acariciándonos, tocándonos, besándonos y volviendo hacer el amor y para luego despedirme de el con un beso apasionado.

Continuara.