Mi Perversión (II)

Salí de la ducha, me seque y me puse una bata, en ese instante escuche que sonaba el teléfono fijo de abajo, por eso baje lo mas rápido posible a la planta baja de mi casa, era mi marido que me llamaba para disculparse que esta noche llegaría al rededor de las 21:30 hs, le conteste que no había nada que disculpar y que lo esperaría con la cena preparada, el se despidió con un te amo que me partió el corazón. A todo esto mis dos hijos varones se despidieron de mí ya que iban al cine a ver la última película del agente 007 de James Bood y Cecilia no se encontraba en casa, ya que estaba estudiando en el departamento de una amiga, o sea que me quede completamente sola hasta la noche.

Pasaron las horas y alrededor de las 19 hs empecé a sentir un gran sentimiento de culpabilidad y un montón de otras cosas mas que se arremolinaron en mi pecho, es por ese motivo que decidí que no iba a ir a la cita con Ribera, pero necesitaba distraerme, así que fui a mi cuarto e intente ver la televisión. Los minutos pasaban y mi corazón latía con mayor intensidad, cuando el reloj marco las 7:30 apague la TV y me fui al baño, al sacarme la bata por completo quede totalmente desnuda, me mire al espejo y note que mi cuerpo estaba hambrienta de sexo y por eso me decide ir a la cita contra lo que manda mi razón, inmediatamente me fui a cambiarme, busque en mis cajones para ver que me ponía, pero no encontré nada provocativo, pero en ese momento me acorde de los dichos Ribera que me quería ver vestida igual a mi hija, por eso busque en el armario de mi hija Cecilia el capri blanco elastizado que se había puesto el viernes pasado, cuando me lo iba a poner, se me vino a la mente la tanguita que tenia puesto ella ese mismo día, la busque entre su ropa interior pero no lo encontré, allí recordé que yo misma me la había incautado. Una vez obtenido el capri de mi hija me dirigí nuevamente a mi habitación para buscar la tanga, la busque con mucha emoción y por fin encontré esa prenda entre mis otras bombachas, al mirarla detenidamente me excite inmediatamente, era de color crema, con dos tiras gruesas al costado y un triangulo atrás, al ponérmela comprobé me quedaba muy apretada, ya que la talla de mi hija era menor a la mia, allí me imagine el trabajo que me daría el capri al ponérmelo, a pesar que mi hija tiene casi las mismas medias que la mia, ya que es un poquito gordita para su edad, pero no obstante de ello era de cadera más chica que yo. Al final logre ponerme, ya que la tela del pantalón a ser elastizada se amoldo a mi cuerpo con mucha dificultad, y por ende me quedaba muy apretado, para completarla se me trasparentaba por delante y atrás la bombacha cola lees que se me metía por los cachete de mi cola, eso me calentó muchísimo, por eso decide ponerme bien de puta y que mejor combinar es pantalón con una camisa celeste deportiva con cierre bien apretada, me subí el cierre hasta la altura de mis tetas, por supuesto que no me puse corpiño y me pinte un poco mis labios y mis ojos,

El reloj marcaba las 20:10 cuando termine de arreglarme, me agarre el pelo en una colita sobre la cabeza y busque unos zapatos, encontré unas sandalias celeste muy bonita que hacia juego con mi camisa, me mire al espejo y me veía muy tentadora, me puse perfume y tome una bolsa roja, baje la escalera, mi pecho latía con fuerza por la excitación y por los nervios, por eso me dije a mi misma que seria buena idea dar un paseo para calmarme, salí de mi casa y cruce la calle, camine por la otra vereda y automáticamente entre a la casa abandonada tal como había quedado con Ribera esa misma tarde. Le cuento estaba algo oscuro, ya que estaba anocheciendo, pero algo de visión había aun dentro de la casa, escuche una tos en el cuarto, me dirigí hacia allí, estaba decidida a darle una cachetada y salir de allí inmediatamente, pero el inconciente me traiciono, le cuento por que?.

Estaba en el marco de la puerta, la luz del anochecer me hizo verle claramente, Ribera estaba parado contra la pared esperando, el suelo parecía barrido, en una esquina unas cobijas encimadas sobre un colchón viejo y allí me dijo:

Yo entre al cuarto y camine un poco, luego me voltee mirando hacia la puerta, sentí la mirada de Ribera en mis nalgas, escuche que se acercaba por atrás de mi y me tomaba de la cintura, sus manos recorrieron mi talle y luego me tetas por encima de la camisa, apretaron mis tetas, yo apreté mis nalgas contra el y pude sentir su verga aun bajo la ropa, una de sus manos recorrió mi vientre, su lengua recorrió mi cuello, en ese momento sentí que su emanación me cubría, su asqueroso olor lleno mi respiración, sentí su verga frotarse entre mis nalgas, eche una mano atrás y toque su pene sobre la ropa.

De pronto el se aparto y vi como se agacho por detrás mió, me empezó a tocar mi cola por encima del pantalón, luego me lo desabrocho y lo bajo completamente, yo no opuse resistencia, mientras me retiraba el pantalón me daba besos en cada una de mis piernas pasándoles incluso la lengua, yo solo sentía como la piel se me ponía con piel de gallina (así se dice en la Argentina) y quede solamente en tanga, camisa y sandalias puesta, allí Ribera al ver mi pequeña prenda me dijo:

Luego me giro 360 grados, quedando mi concha a la altura de su cara, el acerco sus labios hacia mi vagina y le empezó a besar por encima de la tanga que hizo que yo me prendiera aun mas, después de eso se levanto y me dijo

Yo solo lo mire pero no dije nada, luego hizo a un lado mi tanga, sus dedos entraban y salían de mi concha y acariciaba con fuerza mi clítoris, provocándome un placer intenso, su otra mano apretaba mis tetas una y otra vez por encima de mi camisa.

Yo estaba súper excitada, luego Ribera se paro y me tomo nuevamente de la cintura, para luego bajar el cierre de mi camisa en forma brusca y la tiro a un rincón del cuarto, con lo que mis tetas quedaron completamente al aire, Ribera las tomo con sus manos y las apretó un poco, mis pezones estaban totalmente erectos, Ribera jugueteo mis pezones con su lengua alternadamente, abrió más la boca y metió una de mis tetas en ella, sus labios se cerraron alrededor de mi pezón y comenzó a succionar y a apretar y soltar su boca, provocándome un placer intenso mientras me mamaba una y otra vez, mientras tanto sus manos buscaban mis nalgas, me tocaba mi concha, apretaba mis nalgas y acaricio mis muslos.

Yo me retorcía de placer mientras sus manos recorrían mi cuerpo, desde mis muslos a mis nalgas, mis pezones explotaban de ricas sensaciones que su lengua me producía, hacia tiempo que no me excitaba así, el me miraba de vez en cuando y sonreía burlonamente, yo sabia lo que pensaba, se reía de mi y continuaba mamando mis tetas con mas ganas.

De pronto Ribera paro de manosearme y me dijo:

Yo le sonreí y sin dejar de verlo me fui acuclillando, sus manos se posaron en mis hombros, mis tetas escurrían saliva oliendo a podrido, mis manos se posaron en la verga de Ribera aun dentro del pantalón, cuando termine de hincarme Ribera me tomo del pelo fuertemente y me inclino hacia arriba la cabeza, se inclino y su boca se pego a la mis nuestras lenguas se entrelazaron y pude saborear su apestoso aliento y su saliva oliendo a podrido, el metió su lengua casi hasta mi garganta, la saco y lamió mi cara, me soltó y se irguió quitándose la camisa y tirándola a un lado, dejando fuera una panza de cervecero y unos brazos delgados pero recios y varios tatuajes de cárcel.

Yo desate la cuerda que ataba su pantalón y baje su cierre, su pantalón cayo dejando su pene erecto a solo cinco centímetros de mi cara, media casi 23 CMS, y era de unos 4 CMS de grosor, rugosos y moreno rematado en una cabeza bulbosa de color rosáceo vivo, todo lo contrario al de mi marido que era delgado y pequeño descolorido, lo tome con mi mano derecha mientras que con la izquierda acaricie sus testículos peludos, lo mire mientras abría mi boca, saque la lengua y juguetee con ella el bulbo de la cabeza, Ribera me miraba lujurioso, mi mano lo masturbaba lentamente, mi lengua recorrió la bulbosa cabeza y continuo con su tronco como si estuviera lamiendo un helado, lamí sus testículos peludos y los metí en mi boca chupándolos con fuerza.

Juguetee sus testículos con mi lengua y lamí su pene, cuando llegue al bulbo de su cabeza abrí mi boca y lo introduje hasta mi garganta, completo, con mi lengua lo masajeaba un poco, apreté los labios y comencé a metérmelo y sacármelo de la boca, mamándosela con fuerza.

Yo succionaba su pene con fuerza, su verga sabia a cerveza vieja y a orines, mis dientes raspaban una película de grasa mugrosa que se desasía en mi boca, a cada instante sentía correr por mi garganta la mezcla de saliva con mugre, mi animadversión a ese desgraciado se hizo tremenda, me caía tan mal, lo odiaba y eso era lo que me excitaba mas.

Sin dejar de mirarlo saque su verga de mi boca, me erguí un poco y la coloque entre mis tetas, las apreté con mis manos y comencé a masturbarlo, le dije:

Ribera soltó una carcajada y me dijo:

Yo puse cara indefensa y le suplique:

El se paro frente a mí, se hinco en el colchón, tomo mis piernas y las coloco en sus hombros, coloco la punta de su pene en la entrada de mi concha y se inclino hacia mí hasta que sus manos pudieron tomar mis tetas, su expresión era de lujuria y triunfo, me dijo entonces:

De un solo empujón me penetro completamente, las paredes de mi vagina se estiraron al máximo, un dolor placentero me hizo gritar y gemir, pude ver su cara burlona al verlo lo que me había provocado, comenzó a metérmela y sacármela primero despacio y luego con más y más rapidez, sus manos apretaron con fuerza mis tetas, yo gritaba de excitación, el me decía perra, puta y otras cosas que me excitaban mas, al cabo de tres minutos de bombearme con fuerza sentí una explosión de estrellas, había tenido un orgasmo, al ver mi cara Ribera me dijo:

Su pene entraba y salía con rapidez de mi concha, yo gritaba excitadísima, de pronto diminuyo su velocidad y se detuvo, me saco la verga mientras me decía:

Mientras me volteaba en el colchón para que me la metiera por atrás mió me percate de que los dos estábamos sudando a mares, me coloque a gatas y pare el culo lo mas que pude, sentí que Ribera me daba una nalgada, coloco su verga en mi vagina y me tomo de la cintura con las dos manos, de nuevo me penetro de un solo jalón sin consideración alguna, cociéndome con violencia, rápido y duro, yo comencé a mover mis nalgas en eses lo que éxito mas a Ribera.

Sus manos acariciaron mis nalgas y mis muslos, su pene me bombeaba con rapidez, yo gemía con fuerza, sus manos tomaron mi cintura y recorrieron mi talle, hasta que tomaron mis tetas que brincaban violentamente, me las apretó y soltó como si me ordeñara.

De pronto Ribera se tiro de lado y caímos en las cobijas sin que el dejara de agarrar mis tetas ni dejara de bombearme.

Yo mientras tanto gemía y brincaba un poco cuando el me la metía de un golpe, yo voltee un poco la cara y Ribera me beso, nuestras lenguas se entrelazaron mientras me seguía cogiendo, de pronto sentí que explotaban de nuevo estrellas, Ribera se puso rígido, mi orgasmo empezó, sentí que mi vagina se inundaba del semen caliente de Ribera que rápidamente me la saco, su semen salpico mi culo, Ribera rápidamente se levanto y direcciono su pija hacia mi rostro, allí pude ver frente a mi cara su verga bulbosa en el justo momento que un chorro de esperma salía y cruzaba mi cara, Ribera baño de leche mi cara y mis tetas, con jadeos me dijo:

Yo abrí la boca mientras Ribera coloco la punta de su pene en ella y los chorros de semen cayeron dentro hasta mi garganta, pegue mi lengua a su verga y su esperma fluyo en ella como una vía, su leche era muy espesa, deje que todo lo que salía cayera por mi garganta y lo trague, comencé entonces a mamarle la verga para sacarle el semen que aun tuviera en ella. En ese momento mientras tragaba mi placer era mayor ya que pensaba que el me caía mal y a pesar de eso iba a presumir de que ya me había cogido.

Mire su cara, tenia los ojos cerrados disfrutando, yo saque entonces su pene de mi boca, el abrió sus ojos y cayo a las cobijas al igual que yo, los dos estábamos sudados y cansados.

Yo lamí alrededor de mi boca el semen que estaba allí, mientras con mis manos embarraba en mi cuerpo el semen que tenia en mi caro, mis tetas y en mi culo.

Yo sentí que esto me molestaba aun mas, ya lo veía diciéndole a todos sus amigotes las cosas que me había hecho, imagine que un día de estos iba a estar sentado con sus amigos en la puerta de su casa y les iba a decir al verme salir, miren, a esa vieja ya me la cogi?, eso me caía mal pero me excitaba al mismo tiempo.

Continuamos recostados en las cobijas un rato, yo cerré los ojos descansando, sentí como cada gota de sudor recorría mi cuerpo, en mi cara el semen de Ribera secaba poco a poco, busque con mi mano sobre las piernas de Ribera hasta que tome el pene fláccido y acaricie sus testículos, Ribera me dijo burlón:

Yo permanecí callada mientras se la agarraba, aun fláccida estaba enorme.

Permanecimos un rato acostados, yo acariciaba y apretaba un poco sus testículos, luego acariciaba su pene y volvía a sus testículos, los deje y permanecí descansando un rato, mi cuerpo sudaba bastante, el ejercicio me había dejado exhausta.

De pronto Ribera se incorporo, se puso frente a mi y tomo uno de mis pies, yo me sorprendí, abrí los ojos, Ribera puso mis pie sobre su hombro y luego el otro, coloco su pene en la entrada de mi concha y tomo mis muslos, de pronto, sin aviso alguno me penetro de un jalón, yo sentí como mi vagina se estiro de nuevo al máximo, yo estaba sorprendida ante la sorpresiva embestida, Ribera me comenzó a bombear con rapidez, sus manos recorrían mis muslos y acariciaban mis nalgas, yo gemía con fuerza, pude ver que sus ojos miraban con lujuria mis tetas que brincaban violentamente, esto le gustaba verme brincotear por sus embestidas.

Por momentos aminoraba la velocidad, yo lo miraba entonces, respiraba jadeante con la boca semiabierta, Ribera disfrutaba viendo mi expresión cuando la introducía lentamente en mi vagina, yo sentía mi concha expandirse poco a poco y gemía a medida que su pene me entraba, esto le gustaba a Ribera que iba incrementando la velocidad hasta que de nuevo me culeaba violentamente.

Yo comencé a mover mi concha arriba y abajo, ayudándole a Ribera a que me penetrara lo máximo que su verga pudiera entrarme, mi vello publico se volvió un suave estropajo que acariciaba su pene, esto le produjo mas placer a Ribera, yo seguí gimiendo, el olor fétido de Ribera me seguía repugnando pero me provocaba excitación, mire hacia mi pubis y pude observar el tremendo miembro de Ribera bombeándome sin consideración, cerré los ojos y entonces escuche a Ribera:

Ribera se levanto de la cama en cuanto me la saco, yo voltee y abrí los ojos, pude verlo que comenzaba a vestirse, pero luego se detuvo, agarro mi tanga y se empezó a limpiase los resto de semen de su verga con ella, luego la orino un poco y después siguió con mi camisa, ambas prendas quedo empapada con sus orín, yo estaba jadeando, solo admiraba su verga mientras orinaba, en mi boca aun sentía el sabor del esperma, el termino de mearla y oí un sonido seco en su boca, escupió sobre mi tanga y me dijo:

Yo al escuchar sus dichos permanecí un rato recostada, luego me levante y me acerque a mi ropa, tome mi tanga orinada y me la puse así, luego seguí con mi capri, por mis piernas corrieron hilillos de orines producto de mi tanga mojada, tome mi camisa y la pase por mis brazos, me acomode las tetas y allí sentí como hilillos de orines corrieron por mi vientre.

Salí de la casa abandonada muy sucia y recordé a mi esposo, toda esa semana había estado tratando de hacerme el amor, delicadamente, amorosamente como a mi me gustaba y yo había frenado sus amorosos acercamientos con el pretexto de que me dolía la cabeza, por que no tenia ganas de hacerlo con el y ahora allí estaba yo, revolcándome como una vago, con un tipejo que no valía nada y que me había tratado con groserías y lo que era pero que podía presumir de haberme culiado, si eso había sido una cogida.

Al llegar a la mi casa mire el reloj que indicaba que eran las 9 pasada, luego me mire en el espejo del living, mi pelo estaba deshecho, mi camisa estaba mojado con orines, de mis ojos caían hilos negros de rimel que el sudor había deshecho, mi cara estaba cubierta por una capa seca y lechosa de Ribera, mis labios ya no traían bidet, probablemente estaba embarrado en su pene, luego subí a mi habitación, al entrar me quede pasmada ya que encontré a mi marido Héctor viendo la televisión, al parecer había llegado antes de lo que me había dicho, el se me quedó viendo con asombro, ya no tenía caso tratar de pasar directamente al baño como era mi intención, lo tenía casi de frente y me pregunto:

Intenté escabullirme hacía el baño, pero me jaló del brazo y se quedó viendo mi rostro con mis labios despintados y mi cabellera despeinada, por instinto intente separarme de el, pero no hubo caso:

Héctor al escuchar eso parece que se éxito sobremanera, e inmediatamente se me abalanzo hacia mí y me empezó a besar frenéticamente, luego me puso unas de sus manos en mis senos y la otra mano en mi cola, yo trataba de separarme de el y le dije:

Hector empezó a bajar el cierre de mi camisa, al hacerlo salieron mis dos tetas bien paradas, el empezó a chuparla como un niño, de su boca solo salían palabras de excitación:

Luego fue bajando hasta tocar mi concha por encima de pantalón, yo estaba loca de calentura, pero no podía dejar que siga, a pesar que me excitaba la idea que me chupe la concha con resto de semen de Ribera, pero eso no podía ser, mi marido se daría cuenta y eso seria mi perdición, por eso le dije que no siga, que estaba muy sucia y entonces yo tome la iniciativa, empuje a mi esposo a la cama, luego me tire encima de el, lo empecé a besar frenéticamente, para luego bajar lentamente hasta llegar a su pantalón, mientras los besaba por todos lados, le desprendí el mismo y salio su pene totalmente recto, por supuesto que no era grande como de Ribera, todo lo contrario, lo agarre y le empecé a pajear, mientras lo miraba a sus ojos, el estaba loco de excitado, mientras le decía:

Al escuchar eso, deje de pajearlo, me pare y me puse de espalda, el me miraba con ojos sorprendido y le dije:

Mi marido al escuchar eso se sorprendió, ya que no me contesto nada y yo empecé a bajar lentamente el capri a espalda de el, quedando la vista mi tanguita metida por el culo, yo movía el mismo de un lado al otros, luego baje toda mi tanga, quedando totalmente desnuda, ahí pude comprobar el terrible olor que tenia, luego gire y me arrodille frete a la cama, agarre mi tanga llena de semen y orín y se lo enrolle en la pija de Héctor y lo empecé a pajera bruscamente, mientras de decía:

Yo me desilusiones por tal contestación lo seguí masturbando con el roce de mi tanga hasta que llego, mi mano y la tanga quedaron bañado de semen, Hector seguía eyaculando con sus ojos cerrados y con gemidos muy roncos, una vez que termino me dijo que nunca me había visto comportándome así, yo le dije que era para poner un poco más de emoción a nuestras relaciones sexuales, luego el me beso apasionadamente sin darse cuenta de nada.

Luego me fui a bañar, yo estaba arrepentida por todo, me desnude y me metí a la bañera, tratando de lavarme lo mejor que podía, sin lograrlo ya que en mi vagina podía sentir todavía el semen caliente de Ribera, luego salí de la bañera, mire la ropa tirada en el piso y trate de lavarla por encima para sacar los restos de semen y orín, pero poco pude hacer, todas las prendas estaban muy sucias, por eso la metí a lavar con otra ropa que estaba en el cesto de la ropa sucia, finalmente me recosté nos minutos para relajarme.

Luego me levante a preparar la cena, cuando estaba preparando llegaron todos mis hijos, me besaron y mi marido me abrazo, trate de responderle pero sentía que era una basura, me sentía culpable, no obstante de eso cenamos como siempre, allí mi hijo Carlos me comento que el sábado a la noche iba hacer la presentación oficial de su novia, por eso me encomendó que haga una cena apropia para la ocasión, yo por supuesto que me pues muy contenta por el, ya que me nunca le habíamos conoció una novia y yo ya a esa altura de su vida ya estaba preocupada por la sexualidad de mi hijo.

Aquella mañana del sábado estuve en la peluquería recortándome las puntas de mi cabello, regrese casa alrededor de las 10:30 hs y le dije a Carla que prepara una cena muy especial para esta noche, ya que hoy teníamos una invitada muy especial y le dije:

Luego de tal conversación empecé limpiar el resto de la casa, especialmente los dormitorios de mis hijos que estaban muy desordenados, como alrededor de las 19 hs me entre a bañar y luego me empecé a cambiar, estuve buscando y rebuscando en el armario y probándome diversos conjuntos hasta decidirme por un vestido corto de color granate con un escote sugerente que mostraba el canalillo de mis abundantes senos, además de remarcar mis poderosos muslos, era un modelo muy juvenil que hacia mucho no usaba y como calzado escogí unos altos tocones de color negro. Me maquillé de forma suave, perfilé los ojos en negro, haciéndolos muy atractivos y mojé el cuello con dos gotas del último perfume que me había regalado mi esposo.

Al rededor de las 21 hs ya estábamos todos listos, mi marido esta muy formal, pantalón y camisa de vestir, Cecilia vestía un conjuntito floreado color celeste muy lindo y mi hijo Matías conjunto de sport. De pronto sonó el timbre, era mi hija mayor con su esposo Germán, al entrar al living pude observa que mi yerno estaba muy apuesto, ya que tenia puesto una camisa blanca polo y un pantalón pinzado y unos zapatos de charol, me saludo muy cordialmente como siempre, en cambio Carolina la note muy avejentada y para colmo su vestimenta no la ayudaba, ya que vestía de manera muy tradicional, una falda negra larga hasta las rodillas, zapatos de piso, una blusa blanca con cuellito y encima un suéter de punto. Ella siempre se ha jactado de ser muy conservadora y católica, no se de donde salio, ya que mi familia no es muy creyente, pero bueno, ella es así y yo la respeto como tal, pero la note como les dije muy cabizbaja y media gordita, dado que desde que nació su único hijo hace dos año no pudo volver a su peso habitual, no obstante de eso que Caro es muy linda, rubia, ojos medio celeste y tiene un cuerpazo que no lo muestra mucho.

Al cabo de unos minutos llego mi hijito Carlos con su nuevo amor, Carola, al verla todos nos quedamos muy impresionado por su novia, ya se había vestido bastante atrevida, para no decir zafada para una presentación familiar, ya que tenía puesto un micro mini blanca que le dejaba lucir su tanguita color roza y una blusita de seda rosa que se notaba a simple vista que no traía corpiño y unos tacones muy puntiagudos y altos, estaba infernal, mi marido y mi yerno al verla se le iban los ojos, en cambio mis hijas la miran en forma muy despectiva, yo trate de ser más cordial, la salude muy simpáticamente y la invite a entrar, evidentemente era una chica que no estaba a la altura de mi hijo, pero bueno, Carlos siempre fui medio quedado en todo sentido.

Luego de charlar un rato en familia y después de las preguntas de rigor que le hicimos a ella, por ejemplo a que se dedicaba?, si estudiaba?, si trabajaba?, que hacia su familia?, en fin, todas aquellas preguntas necesarias para conocer un poco más a la novia de mi hijo, pasamos a cenar. Cenamos una deliciosa comida preparada por Carla y charlamos de varios temas amenos.

Le comento cual fue mi impresión a primera vista de Carola: es una chica no tan guapa de unos 22 años, pero tiene un cuerpo para la envidia, ya que sus medidas son bastante exuberante para su edad, su color de piel es tes medio oscuro, invidentemente no era una chica de la alta sociedad, es más, se notaba su bajo nivel cultural por su modales, en fin, note que era simplemente una negrita de barrio y que mi hijo se la cogio en la primera noche y el muy bobo se enamoro de ella, además su familia era muy humilde, ella no estudiaba, sino trabajaba en un local de comercio de ropa en la ciudad.

Luego de cenar, nos dependimos de los invitados y nos fuimos a dormir, yo entre a mi cuarto, me descambie, quedando totalmente desnuda, me puse un camisón negro transparente y me acosté, Héctor me miro de una forma muy picarona y yo pregunte:

Mientras le decía mis últimas palabras note que mi marido esta a punto de eyacular, ya que por sus gemidos y movimiento sospechaba de eso, por eso pare pajearlo y me subí arriba del, lo monte y empecé a cabalgar lentamente, mientas le decía:

El no decía nada, solo gemía como una condenada y seguí diciéndole:

Héctor al escuchar tales dichos no pudo aguantar su excitación y me dijo gritándome:

Pero Héctor acabo prematuramente, alcanzo su orgasmo gimiendo, mi vagina se inundo de su semen, el gemía a lo loco, mientras me decía que me amaba muchísimo, yo en cambio me quede con las ganas, súper caliente y extrañando el instrumento de Ribera que me hacia tan feliz.

Luego Héctor agotado se separo de mí, desplomándose sobre la cama y me dijo:

Yo suspire, sintiéndome frustrada porque mi marido no había podido satisfacerme, pero metiéndole, sabiendo que si decía algo haría sentir más mal a mi marido, le hable:

Continuara….