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Escalón 01: Quiero ser Autora TR de TR

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En mi corta pero intensa experiencia como lectora de esta página tan singular, aparte de los consabidos calentones que algunos relatos han llegado a provocarme, he encontrado algunas otras cosas curiosas que han llamado mi atención y que finalmente me han decidido a tomar parte activa en el asunto con un propósito preconcebido: yo también quiero ser autora TR de TR. 37 categorías distintas he contabilizado en el índice, y como una de ellas (Grandes Series) exige al menos dos partes, serán 38 los relatos que en principio trataré de publicar.

Este es uno más de los diversos retos que los autores se plantean a la hora de poner en órbita sus escritos.

Los hay que luchan con denuedo por abrise un hueco en ese inmisericorde Top que tantos sarpullidos levanta, mientras otros se afanan en acumular el mayor número de accesos, aferrándose a las categorías más populacheras, entre las que "Amor filial" o "No consentido" parecen gozar de la mejor salud. Lástima que no se contemple la categoría de "Malos tratos", porque seguro que aquí más de uno se pondría las botas. Es verdad que está lo del sadomasoquismo, que viene a ser casi lo mismo; pero eso de que quien recibe la leña disfrute recibiéndola le resta mucho morbo.

No faltan quienes, con evidente menosprecio hacia el Top, que consideran cosa de incultos, y rehusando la popularidad facilona, buscan ante todo el reconocimiento de su calidad literaria, y no importándoles si son leídos tan solo por unos cuantos, hasta propagan "relatos NO eróticos", categoría que ni siquiera existe en una Web que nació evidentemente para todo lo contrario, según reza su eslogan, pero que tiene unas tragaderas tan amplias que da cabida a todo con tal de engordar la estadística.

Por haber, hay hasta quienes se dedican a analizar con mirada crítica y espíritu detectivesco, las tendencias de unos y otros, así como las posibles conexiones mafiosas entre determinados autores y sus supuestamente diferentes seudónimos o nicks, machos que firman como hembras, hembras que firman como machos, jóvenes que se hacen pasar por viejos, viejos que se hacen pasar por jóvenes... En fin, toda una comedura de coco que, pareciéndome muy respetable y considerando que no molesta o no debería molestar a nadie, es una forma tan válida como otra de perder el tiempo, que es en definitiva lo que todos y todas hacemos al sumarnos a esta fiesta.

Por fortuna, creo que la gran mayoría lo único que en verdad persigue es darse el gustazo de plasmar por escrito lo que le hubiera gustado protagonizar en vivo y el placer es doble cuando algún ingenuo lector no solo lo lee sino que encima hasta se lo cree.

Amante como siempre he sido de la libertad, y yo diría que hasta casi del libertinaje en mis buenos tiempos, todo esto me parece sencillamente fenomenal y creo que es muy lícito que cada cual se divierta de la forma que mejor le plazca. No sé si, además de los beneficios económicos que persigue obtener a cuenta de los que se unen al corro, TR nació con esa finalidad; por mi parte no le veo otra.

Y siendo esta mi primera aparición, para facilitarle las cosas a los estudiosos del tema aclararé ya desde el principio que ni soy quien digo que soy, ni tengo la edad que digo tener, ni vivo donde digo que vivo, ni nada de cuanto cuento o pueda contar es cierto.

Soy un ser virtual que se zambulle en un mundo virtual, pese a carecer de virtud. En realidad carezco de edad, de sexo y de todo lo inherente a lo material. En otras palabras, existo pero no existo. El dilema shakespeariano no va conmigo. No soy un espíritu, pero como si lo fuera. Porque, como dijo el fabulista, nada es verdad ni es mentira...

Habrá quien se pregunte que a qué viene toda esta sarta de memeces. La respuesta es simple: ya he dicho que pretendo obtener la licenciatura de autora TR de TR y así, como quien no quiere la cosa, con estos pretextos, ya salvé el primero de los treinta y siete escalones del Pichu del Machu, que es una cima que me apetece más que la del Everest.

Hasta la próxima, amigos, y permitidme que acabe con un consejo: mucho cuidado con los coches al cruzar la calle, que la circulación se está poniendo cada día más peligrosa con tanto loco al volante; sobre todo evitad los pasos de cebra, que son los más conflictivos.