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Escalón 06: Menestra de posturas

en Textos educativos

Pues no sabía yo cómo quitarme de encima esta categoría de "Textos educativos", y mira tú por donde, fisgoneando en Internet, he ido a topar con una docena de fotografías que, al menos para mí, ilustran unas posturitas folladoras bastante originales. Como no he visto ninguna alusión a supuestos derechos de autor, me las he bajado para contemplarlas a gusto y, con la esperanza de que alguna pueda resultar aleccionadora para alguien, procedo a reproducirlas aquí, siguiendo la secuencia que me parece más oportuna.

Puesto que no sé si, al procederse a su publicación, tales ilustraciones van o no a aparecer en el orden adecuado, me he molestado en identificar a cada una de ellas con un númerito, para que en cualquier caso el lector sepa en todo momento a cuál va referido el comentario correspondiente.

Empezamos.

Postura 1.- LA CRUZ DEL MISIONERO

Es la postura ideal para ir entrando en calor y engrasando piezas. La hembra se tumba indolentemente panza arriba y el macho se echa sobre ella formando una cruz, apoyándose sobre sus brazos para no aplastarla con su peso.

Es imprescindible que el miembro viril coincida exactamente con el conducto vaginal, pues de no ser así la penetración puede resultar un tanto problemática. Como puede observarse, la hembra gira un poco la cintura para ofrecer mejor blanco y facilitar el acople.

Los movimientos del macho admiten, a saber, dos variantes: a) elevando y bajando el culo, que es lo más cómodo; y b) si es un tío cachas como el de la foto, flexionando y extendiendo los brazos a estilo marine americano.

No es conveniente prolongarla más de cinco minutos, pues termina resultando aburrida.

Postura 2.- EL ÁRBOL DEL AHORCADO

Aquí las cosas empiezan a tomar otro cariz bien distinto y más sugestivo. La hembra sigue adoptando un papel bastante pasivo, pero ya comienza a meter baza; aunque, como es obvio, el que más baza mete es el macho.

La originalidad de la postura radica en esa especie de llave de pugilato con que la hembra atrapa por el cuello al macho, apretando sus rodillas con un doble objetivo: evitar que el fulano intente escaparse en lo mejor del momento y estrechar el diámetro de su orificio vaginal para que la fricción del miembro viril sea más intensa y placentera.

Esta postura permite todo tipo de tocamientos y puede prolongarse hasta el final, aunque no resulta aconsejable que así sea porque la pareja se perdería el resto de la sesión.

Postura 3.- EL ABRAZO FECAL

Esta postura es más íntima y puede incluso practicarse cuando el macho está sentado sobre el inodoro haciendo sus necesidades. De aquí su nombre.

No es muy indicada para los que tengan una picha demasiado corta, pues lo más probable es que se le ande saliendo cada dos por tres. Lo fundamental es que el macho abrace eficazmente a la hembra y que, por si acaso, ésta se sujete también bien a él con brazos y piernas.

Es, como puede apreciarse, una postura muy recogidita y el macho puede aprovechar para amamantarse mientras ejerce sus otras funciones.

Postura 4.- EL TRIQUITRAQUE

Se trata de una postura bastante relajante, con la que se pueden alcanzar altas cotas de placer. Es todo un canto a la solidaridad y permite tres variantes: a) ser el macho el que empuje; b) ser la hembra la que suba y baje desplazando su espalda sobre los muslos de él; y c) realizar simultáneamente los dos movimientos anteriores a medias.

En cualquier caso, la satisfacción está garantizada y nada más hace falta observar la cara de ella para ver lo bien que se lo está pasando. También él se lo pasa bien contemplando lo bien que se lo pasa ella.

Postura 5.- LOS REMEROS DEL VOLGA

Otra postura netamente interactiva y excitante, que permite también las tres variantes de la anterior. Aunque el macho no se puede quejar, es principalmente ideal para la hembra debido al intenso rozamiento que se produce en su clítoris, cosa siempre de agradecer en estos lances.

El protagonismo es compartido e intercambiable, lo que le confiere un plus de sensualidad.

Por otro lado, se presta a echarle mucha imaginación al asunto, pues pueden simular que están remando en una barca, un bote o, si se quiere un mayor romanticismo, una góndola. Ya sé que la góndola se maneja de pie y con pértiga, pero la realidad no debe ser freno para la fantasía en momentos tan supremos y deliciosos.

Postura 6.- EL CABALLITO LERÉ

Ya está bien de que siempre sea la hembra la que se pone a cuatro uñas para que el macho la maneje por detrás. Aquí se intercambian los papeles y es él quien se convierte en cuadrúpedo, ofreciéndole a ella una montura muy cómoda y sobre todo muy realista.

Si el periscopio del macho está debidamente elevado, la hembra puede disfrutar a su antojo moviéndose hacia delante, hacia atrás, a la derecha, a la izquierda, hacia arriba, hacia abajo y hacia donde mejor le parezca.

La postura puede provocar cierto cansancio en el macho si se prolonga en exceso; pero que se joda, que para eso es el macho.

Postura 7.- EL SUPOSITORIO

Hasta aquí hemos considerado casi exclusivamente el coito vaginal, pero también el anal tiene sus particulares alicientes y esta postura facilita tal modalidad. La iniciativa corresponderá a la hembra en mayor medida y el macho, en actitud mucho más reposada que la anterior, podrá ponerse las botas manoseando las tetas y zona genital de la hembra, que a buen seguro lo agradecerá.

Postura 8.- EL TENTETIESO

Seguimos con el sexo anal, pero con una mayor participación del macho en los movimientos copulatorios. En realidad, más que moverse él, lo que hace es moverla a ella hacia atrás y hacia delante. La postura, aparte de una comodidad algo discutible, reviste cierto riesgo para la hembra porque, en un momento de arrebato, él puede morderle la yugular, dada la fácil accesibilidad que tiene al cuello de ella.

Postura 9.- EL CULO DE MAL ASIENTO

Más posibilidades de coito anal y postura especialmente indicada para hembras que padezcan de hemorroides.

Aquí toda la iniiativa recae sobre el macho, pues la hembra bastante tiene con asegurarse el adecuado equilibrio para que el sillón no se vuelque. Como se ve, es importante mantener al menos una pierna bien estirada y el torso echado hacia delante.

Postura 10.- AGUANTA QUE YA ACABO

Esta es una postura que parece ideada para una urgencia y más dada a satisfacer las exigencias del macho, pues la hembra difícilmente puede llegar a experimentar placer en una posición semejante.

Si se observa con atención la imagen, se verá que el macho tampoco lo tiene del todo fácil, Por muy bien que ella intente aferrarse a él rodeándole con sus piernas, lo más lógico es que, con el consiguiente traqueteo, su trasero vaya cediendo cada vez más al inevitable efecto de la gravedad y, por muy larga que la tenga el sujeto, llegará el momento en que el acoplamiento será de todo punto imposible y tendrán que empezar de nuevo, con el correspondiente desgaste y frustración que ello supone. El polvo, pues, ha de ser rápido, para terminar antes de que las referidas fuerzas gravitatorias lo hagan inviable.

Postura 11.- CAZADA AL VUELO

Incluyo esta postura porque existe la evidencia de la imagen, que supongo no estará trucada, y así nadie podrá decir que es pura invención mía.

Queda claro que no se trata de una variante al alcance de cualquiera, precisándose machos fornidos y hembras con ciertas dosis de contorsionista.

Desde luego no está en absoluto indicada para parejas a quienes les suden mucho las manos, dada la fragilidad de los puntos de amarre o sujeción. Yo antes creo que los modelos se han limitado a montar la pose para hacer la fotografía, pues una vez alcanzada tal postura no creo que se pueda hacer mucho más, como no sea que el macho se dedique a dar vueltas en torno a sí mismo. Quizá se trate de una variedad tántrica.

Postura 12.- EL SALPICÓN DE LA RANA

Y, finalmente, una postura más convincente que la anterior, de la que parece una consecuencia. Aquí el apoyo es más seguro y, antes que el sudor de las manos, cobra mayor importancia el aseo de los pies de la hembra a fin de que no le huelan demasiado.

Si se persigue un embarazo, esta es la mejor opción. Los espermatozoides caerán por su propio peso, además de por su propio impulso, y difícilmente habrá óvulo que se resista a ser fecundado.

Aunque la postura no sea la más adecuada, puede observarse que, si la cosa se prolonga mucho, la hembra puede dar hasta una cabezadita improvisando una almohada con sus propios brazos.

En suma, me parece una forma fenomenal de rematar la faena.

Y esto es todo de momento. Si alguien se atreve a probar que nos cuente cómo le ha ido, si es que de veras le ha ido y se ha venido.

Ciao a todos... y a todas.