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Carlita la pelotera

en No Consentido

Hola a todos, sigo contando mis historias, lo que pasa es que estos meses he estado bien ocupado y no he podido seguir contando lo que me habia pasado, porfavor disculpenme si los deje esperando, la verdad es q no tuve tiempo para nada, al menos ahora si les cumplo lo que hice en mi viaje a fines del año pasado, si algiuen quiere escribirme o cambiar fotos me puede escribir y le respondo cuando tenga tiempo.

Luego de haberme quedado con Sandra toda la noche en su depa y luego de hacer el amor con ella en el día, salí a caminar un rato por el barrio, pensando si acaso lo que había hecho esa vez realmente significaba que estaba empezando a sentar cabeza. Para ser sinceros, me estaba empezando a enamorar, pero a esas cosas siempre le tuve miedo. Ni siquiera con Ale, mi "ex" que no quería tirar conmigo, pero sí se dejó cojer por ese primito suyo que se hacía pasar por maricueca, pero en realidad era todo un hijo de perra; lo que pasó fue que ella se fijó en mí y bueno, ella era la chica que estaba más rica en el barrio, así que aproveché con la esperanza que algún día me deje cojer con ella, pero no fue un "enamoramiento" ni nada de eso.

Mientras caminaba pensando en esas cosas, se me acercaron mis amigos el chino Kakaroto y el Payaso Monse y me dijeron que ya estaba todo listo, pero que necesitaban mi ayuda para esa tarde.

Sucede que en esos días en que empezaron las cosas con mi hermanita Claudia, vino al barrio una chica nueva y empezó a acercarse a nosotros, los chicos de barrio. Era chata, pero tenía buenas curvas y piernas largas y bien fuertes (y de eso dan fe varios de mis amigos), tetas redondas y bien puestas y un culito duro y paradito. Se llamaba Carla y tenía dieciseis años y ya había terminado el colegio, ella jugaba fútbol allí y decía que por eso tenía esas piernas, la verdad es que varios días de esos los chicos nos peleábamos por un poco de su atención, a ver a quién nos dejaba aunque sea tocarle un poco o a lo mejor hasta acostarse con uno de nosotros. Al principio se le veía con el Chato Koki, él nos decía que en un mes ya se la arrimaba, pero su plan se fue a la mierda cuando un día vino un patita en carro a su casa y se la llevó y regresaron todavía en la noche. El Chato quizo matar esa noche, y tuvimos que darle sus trompadas para que se quede quieto.

Luego de esos días, a Carla se le notaba distinta, nos empezó a venir con unos floros medio raros de que la mujer era lo más más y que los hombres éramos poco más que caca de perro, esa actitud suya nos empezó a joder a todos y ya casi nos mandaba a la mierda en vez de saludarnos. Se empezó a juntar con las chicas y paraban fumando y tomando en la cantina del Cholo Raimundo (a quien le decíamos "cholo inmundo" porque en serio que el tío paraba apestando a queso podrido), mientras hablaba de que las chicas eran lo mejor y los hombres no éramos nada.

A las chicas tampoco les gustaba mucho este rollo feminista de Carlita, pero decían que le escuchaban nomás porque era mujer y se sentía bien con ellas, aunque les daba pena porque hablaba como renegada de la vida y trataba de convencerlas de que era malo andar con nosotros, al menos eso fue lo que me contó Tati, la rompecatres, la chica más brava del barrio cuando fui a hacer un trabajito en su casa (y me pagó con intereses todavía).

Para esos días ya extrañábamos a la Carlita de los primeros días, cuando ella y todos los chicos nos jugamos una pichanguita con el barrio de la vuelta y les ganamos 12 a 0, era una gozada ver a Carlita llevárselos a todos los cojuditos del barrio de la vuelta y meter gol como si nada. Esa noche chupamos hasta tarde, aunque ella tuvo que irse temprano. Fui yo quien le puso la chapa de "Carlita la pelotera" porque en serio jugaba mejor que nosotros al fútbol y se quedó con esa, aunque ella se molestó por eso.

Fue un día, el martes, que el chino Kakaroto vino diciendo que Carlita la pelotera le había dado una patada en los huevos solo porque le dijo que se le veía el sostén por abajo de la blusa, ella le respondió que todos los hombres eran unos mañosos y que en eso nomás piensan y le encajó la patada. El Pastruli también dijo que ni siquiera lo saludó cuando se cruzaron en el mercado y en la calle le dijo que ya no la joda más, que ella no lo conocía. El Chato Koki se amargaba con lo que escuchaba porque el pata se había templado de Carlita la pelotera y no sabía qué hacer.

Los chicos ya estaban pensando como cuadrarla y decirle que se deje de huevadas, pero ella se nos adelantó y nos agarró fríos, vino y nos dijo que nos retaba a un clásico: hombres contra mujeres, para el día sábado en la tarde, a eso de las seis más o menos. Los chicos estábamos, pero ella iba a jugar sola, pensamos, pero su equipo eran las chicas del barrio, nuestras "amiguitas".

Estábamos jodidos, pensamos, que las chicas, con esas piernazas, fácil encajaban patadas y hacían golazos como si nada. Pero esa misma noche las chicas nos llamaron al bar del cholo inmundo y fuimos a su depósito que está atrás del mostrador y las mesas, un lugar donde el cholo guarda su droga y sus putas cuando viene la policía y que casi ni se ve la puerta, allí dentro estábamos bien escondidos y nos dijeron que entre todos la ibamos a cuadrar porque ellas también ya estaban hartas de las cojudeces de la niña.

El Chato Koki lo craneó todo en el camino. El plan era este, las chicas se hacían las que jugaban para Carlita y los chicos también hacíamos que jugábamos y todo eso. La cosa es que el lugar donde está la cancha es oscuro y no pasa nadie por esas horas, así que para cuando se ponga oscuro entre todos la agarrábamos a la niña y nos la rifábamos, las chicas se podían ir al mismo hueco en donde estábamos conversando el plan y que nos esperaran para terminar de cranear todo.

Luego de una conversación bien acalorada, con gritos y algunas trompadas, fuimos afinando todo. El problema era si después la niña nos denunciaba a todos y ahí nos jodíamos. Teníamos que escapar, y hasta ese día teníamos para encontrar escondite o un lugar a donde fugarnos. No quise participar, pero no me quedaba opción, aunque ahora que me iba para la chacra del papá de Sandra tenía un pretexto.

Bueno, ya conté sobre quién era Carlita la pelotera, me quedé en que el chino Kakaroto y Payaso Monse me pidieron mi ayuda. Al principio yo iba a hacer de campana, es decir, que mientras se torteaban a Carlita, tenía que avisar si venían policías o gente, pero ya la habían visto a la niña con su enamorado, entonces ya habían acordado que Ladrillón y el gordo Pepe iban a distraerlo y luego darle sus trompadas para desmayarlo y luego botarlo por allí, entonces yo tenía que ir a ayudar a agarrar a Carlita mientras se la jodían.

Eran más o menos las dos de la tarde, me fui a mi casa a contarle a mamá y a Claudita lo que había pasado con Sandra y del viaje que tenía que hacer. Mamá se entristeció mucho porque me iba y me dijo que me cuide y que me iba a dar algo para más tarde. Claudita me llamó a su cuarto para conversar conmigo. Puso la música a todo volumen y me hizo cojérmela por el culo como "despedida" (para eso fue que puso música a todo volumen). Me dijo que me iba a extrañar y me preguntó cuánto tiempo iba a durar mi viaje, le respondí que por lo menos un par de meses (ya estaba considerando mi fuga por lo que iba a hacer en la tarde) y se puso a llorar. Me prometió que hasta ese día no iba a cojer con ningún chico y que se iba a guardar para mí y darme mi bienvenida "por todo lo alto".

Salí del cuarto y me puse a guardar mi ropa, algunas de mis cosas de mi cajón con llave y otras cosas que necesitaba. Mamá me llamó y me dijo que me iba a dar lo que me había dicho en antes. Me acordé de lo de la madrugada, pero no fue lo que me imaginé: sacó de un cajón de su ropa un revólver bravazo y una cajita con balas, para que te cuides, úsala bien mi amor, seguro la vas a necesitar, me dijo. La verdad es que me sirvió bastante, eso ya lo contaré luego.

Entre los preparativos de mi viaje y todo eso, llegó la hora de irme a jugar el partido con los chicos. Le dije a mamá y Clau que me iba a despedir de mis amigos y que regresaba a eso de las 9 de la noche por mis maletas y de allí me iba a tomar un carro al terminal.

Llegué a la cancha y estaban todos allí. Los chicos éramos el Chato Koki , el Payaso Monse, el chino Kakaroto, el Pastruli, su hermano el Gelatinón y yo; las chicas eran Carlita la pelotera, Tati la rompecatres, la loca Katy, la flaca Loli, su primita Mary, de quince recién cumplidos, pero más puta que su hermana mayor, y Rita la zorrita. A un lado de la cancha estaba el enamorado de Carlita, un patín medio apitucado, se notaba que era un chico de plata bastante mayor (de unos 25 años me dijo después el Ladrillón) y allí estaban el gordito Pepe y el Ladrillón haciéndole el habla e invitándole unos cigarros y un poco de trago.

Comenzó el partido y de arranque, Carlita metió un fierrazo que el Gelatinón no lo pudo tapar. La niña se sentía en las nubes y le mandaba besitos volados a su gil. Siguió el partido y Carlita se puso brava, llevaba la pelota y en vez de darle, le metía una patada a uno de los chicos, todos esa tarde recibimos nuestras patadas de la niñita, pero no importaba.

Nos extrañaba que el Ladrillón y Gordito tuvieran al tipo ese todavía allí. Falta poco, dijo Gordito, ahorita nos lo llevamos, y así fue, no pasaron ni 5 minutos, las chicas ganaban 4-1 (todos los goles de Carlita, el gol de los chicos lo hizo el Chato Koki) y el patín llamó a la niña y le dijo algo. Se le notaba molesta, pero regresó a jugar, mientras nuestros compañeros al lado de la cancha se llevaban al tipo en su propio carro.

La estrategia era esta, los dos lo convencían al tipo de ir por allí a traer más trago "para festejar la pichanguita", y en el camino lo hacían irse por un lugar descampado, allí lo sacaban del carro y le pegaban hasta desmayarlo, luego me dijeron que todo salió a la perfección.

Ya eran las 7 de la noche y Carlita recibió un pase de Tati, le metió un cabe al chino Kakaroto y estaba lista para darle un pelotazo al Pastruli, que ahora hacía de arquero, pero de pronto Loli le metió un empujón por atrás y la hizo caerse sobre el chino Kakaroto, quien la atrapó de los brazos. Las chicas corrieron ahí mismito hacia el hueco del Cholo Raimundo y los demás nos acercamos y rodeamos a Carlita, quien metía patadas al aire tratando de darnos, pero le fue en vano. El chino Kakaroto la tenía por los brazos, el Pastruli y el Gelatinón, que eran fuertes con los brazos, por cada una de las piernas.

Oye mierda, qué les pasa, oye suéltenme por favor ayudenmeeeeeeeee!!!!!! Policiaaaaaa!!!! Sus gritos eran en vano, no había nadie para ayudarla.

Callate niña, me entiendes!!! Dijo el Chato Koki, bastante enfurecido, te la das de pituquita, de que todo aquí te apesta, a ver ahora pues!!!

Carlita trató de zafarse, pero mientras más se esforzaba, el Chato le metió un puñetazo para que se calme y la hizo llorar. Ella gritaba como si la estuvieran matando, y Koki no se iba a arriesgar.

Oye Payaso Monse, rómpele su ropa y ponle en la boca para que no grite esta pendeja!! Al toque, el Payaso le rompió su polo y de un tirón le sacó el sostén y se lo puso en la boca para que no grite. El Chato le destrozó de un tirón su shorcito y le rompió el calzon que llevaba, se lo llevó a la nariz y prácticamente orgasmeó con eso, esta perra está caliente!!! dijo con tono triunfante, mientras tiraba el pedazo de tela que quedaba.

Sin demora, se bajó su pantalón y se sacó su fierro y se lo empaló de una a Carlita. Sus gritos fueron horrorosos, el sostén que le pusieron en la boca la silenciaba, y aunque yo estaba un tanto alejado de la escena, me helaba escuchar sus grititos.

VIRGEN, conchesumadre!!! Gritó el Chato, parecía entre poseído y el hombre más feliz del mundo mientras se bombeaba sin miedo a Carlita, ella lloraba mientras tenía a tres chicos agarrándola de las extremidades y todavía estaba el Payaso Monse pajeándose en su cara.

Trompo, ven acá huevón, esta putita está bien estrecha!!! me decía el Chato, pero le dije que estaba de campana. En realidad me dio asco lo que estaban haciendo, era una putada. En ese momento recordé que tenía mi revólver en un bolsillo, pero no pude, no quise meterme en más problemas.

Pasaron los minutos y ahora el chino Kakaroto la tenía volteada a Carlita, dándole sin asco por el culo. Desde mi lugar, en una esquina de la cancha, podía imaginar cómo sufría la chiquilla, mientras los demás se regocijaban en su sufrimiento. En el carro del enamorado de Carlita llegaron Ladrillón y el Gordito, aunque sin el enamorado. Al toque le dije al Ladrillón que tenía que encargarme de un asunto en mi casa y me fui corriendo. En realidad me dio asco estar allí, la chica se merecía que la cuadren y que le digan que se deje de cojudeces, es cierto, pero nada justificaba esa mierda que le estaban haciendo allí........

Regresé a mi casa y me bañé, me cambié y tiré mi ropa sucia a un pozo para quemar basura que había en el edificio. Mamá me esperaba con la comida ya lista, comí y luego me fui a mi cuarto, donde mi hermanita me despidió con una mamadita. Mamá luego me despidió y me dio una cantidad de plata para el viaje, que junté con lo que Sandrita me había dado en la mañana. Cogí mis maletas y se las encargué a Sandra, con quien iba a ir al terminal.

Pasé por la cancha y vi de lejitos que la juerga ya había terminado. En medio de la cancha, estaba Carlita, totalmente bañada en semen, sangre, flujos y tierra, temblando de frío, con sus ropas deshilachadas al costado y medio inconsciente, llorando, con la cara golpeada y algo ensangrentada. Esa imagen me conmovió como nunca y quise acercarme con toda la intención de ayudarla, pero mejor no quise meterme en problemas si alguien me veía allí y pasé de largo, estoy seguro que ella no se dio cuenta que yo pasaba....... Llamé a la policía desde un teléfono de una bodega y me desaparecí.

En el hueco del cholo inmundo, creí que los demás estarían celebrando su "logro", pero nada, todos parecían asustados. En uno de los lados estaba el Chato Koki hecho mierda, me contaron que el Gelatinón le había partido la cara a golpes porque en medio de la violación, lo llamó por su nombre verdadero y ahí tuvieron que terminar todo de porrazo y fugar.

Ladrillón habló y dijo que tenía una covacha por atrás del aeropuerto, les dijo a las chicas que se escondan allí y él les avisaría de su primo en la selva, para que trabajen allí hasta que las cosas se tranquilicen. Los demás se iban donde sus familiares a provincias bien lejos, donde no los encuentren. El Chato no pasó de esa noche, hace poco me contaron que ya estaba listo para fugarse y unos fumones lo asaltaron, dicen que por un asunto pendiente y le metieron cuchillo y que lo dejaron tirado en un basural y que alli se desangró.

Corrí para el depa de Sandrita y al toque fuimos en su carro a un terminal para tomar un bus al sur. Eran más o menos las 10 de la noche y dejamos el equipaje para que lo pesen. Mientras esperábamos para que salga el bus de las 10 y media, Sandra y yo nos metimos a uno de los bañitos y tuvimos un polvete rápido, apenas me saqué mi palo del cierre y a ella le subí la falda, no duré mucho porque estaba preocupado por el bus, finalmente me corrí dentro de ella y luego de arreglarnos, nos despedimos y me subí al carro. Mi viaje empezó allí y, como ya expliqué, esa fue la razón por la que hace tiempo estuve sin escribir nada. Prometo contar las cosas que me pasaron y espero que les guste.