Querido amigo:
Te escribo para despedirme, nunca más volveremos a compartir momentos. Te extrañara mi repentino cambio de opinión, y aunque me conozco incapaz de mantener decisiones irrefutables, en esta albergo la esperanza de que así sea.
Te suplico que no me busques, se que te veré a diario, en diferentes lares, a distintas horas, se que intentaras embaucarme, seducirme como antaño. Ahora te conozco, muchos me advirtieron de tus tretas, propios y ajenos, pero la curiosidad me pudo. Al principio no te encontré atractivo, me asqueaste, pero aún así decidí buscarte, vuelta tras vuelta, nuestra relación se afianzó.
No te negaré que nunca me has fallado, en los momentos buenos y en los malos, cuando te he necesitado, raudo acudías en mi búsqueda. Buenas vivencias compartimos, compañero silencioso de gratas charlas con féminas y másculos, alcahuete eficaz en salidas nocturnas de fiesta, testigo mudo de relaciones con amantes, También en lo malo me demostraste tu apego. Atento a cualquier gesto o motivo aparecías. En largos ratos de soledad, en partidas inrretornables de gente querida, en rotura de relaciones. Siempre tus besos conseguían evadirme de mi soledad y apaciguarme.
Ahora ya te puedo confesar que pese a tu confianza en nuestro dúo, no siempre te fui fiel. Te he maltratado, repudiado, maldecido y peor aun te he negado en presencia de tus enemigos. No me lo reproches.
Pero amigo, lo siento, no quiero volver a compartir nada contigo, no es por ti, tú no me causas objeción alguna, yo te conozco bien, ¿recuerdas que te he estudiado? Repudio en lo que te han convertido. Ya poco parecido guardas con aquello que eras, te han cambiado, te has ido dejando influir por aquellos que en beneficio propio te sedujeron con promesas de idealizarte. Tu afán de protagonismo te venció, artista estrella en grandes eventos en los que todos alardeaban de tu presencia e incansables te buscaban. Aquellos tiempos lejanos quedan, ahora, tu amistad provoca guerras, o se está contigo o contra ti, o te quieren o te odian.
Hoy compañero cruzo la línea, me sumo al bando de tus detractores, llámame traidor, pero me hastiaste, no quiero tener nada que ver con lo que provocas, yo no seré mas tu aliado, a nadie te presentaré, te evitaré en todo momento, le hablaré a los ilusos que deseen conocerte de aquello que provocas. Lo siento pero hoy nuestra amistad termina.
Pese a todo permíteme una despedida, no me la merezco después de lo expuesto, pero te pido que evoques esos momentos de camaradería en que éramos compinches. Amigo hoy por última vez sentiré el placer de ubicarte en mis labios, juro que nunca más me relajaré contigo, pero hoy permíteme despedirme con todo el amor que siento hacia ti. Saborea por última vez mis labios mientras te incinero, siente mi capacidad pulmonar mientras te consumo a bocanadas. ¡Arde! Con nostalgia recordare tu acto gonzesco, ese cambio de grisáceo a rojo fuego, ese fin de tu existencia que me robaba la vida. Tranquilo ya te queda poco, no sufras, una última bocanada. Como homenaje a lo vivido, valga una exhalación de humo en forma de "O". Ya no te haré sufrir más, ya está, te aplastaré contra una superficie vítrea y te arrojare por la ventana. Compañero, amigo, camarada, hermano, HASTA NUNCA.