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Vaya nochecica guapa, guapa, guapa que me monté

en Textos de risa

Este relato está escrito en andalú,

lea detenidamente entonando acento andalú

en caso de duda consulte con Hipnos.

……

Yo soy andalú y hoy má salío los güebos escribí como hablo, ¿pasa argo? Ar que no le guste ajo y agua.

…

Un jueves por la noche, ahí estábamos mi amigo Robe y yo en nuestro piso más aburríos que un hongo. En la tele el Jorge Javier Vázquez contándonos la vida de la Pantoja, que si Paquirrín la quería, que si no, un chow. Total que tras varias peleas inútiles por quitarle el mando de la tele me levanto, paso de ver a tan insigne personaje contándome la vida de tan insigne folklórica.

En el baño comienzo a mirarme en el espejo, mira que no quiero decirlo nunca, que no lo digo joder, que no, que se me escapa, que no, venga lo digo:

-¡Mira que estás güeno, Pepe!- Joder os juro que lo intento, pero es que mi vieja me pilla lejos y uno tiene su ego.-

De vuelta al salón, ahora está la cosa interesante porque hablan los "comentaristas del corazón". Esa Karmele cuando se lía a opinar, no hay quien la calle y os diré una cosa, cuando le dijo el Jaime Ostos: "Eres un abortooo de mona", no entendí de donde se pudo sacar aquello, porque la mujer está en ese puntito de madura interesante que a cualquier veinteañero le tira.

Mi colega tirao en el sofá, me da una pena. Parece que estuviera quitándose la vida ahí tumbao y que pa arrascarse una pierna tuviera que hacer el esfuerzo mayor de to su vía. Creo que va a hablar, amos Robe, tú puedes, un poquito que ya tienes la boca abierta, venga suértalo:

-Oye Pepe, nos damos un garbeo a ver que se cuece.

¡Coño! Por un momento pensé que este tío había pasao al modo te cobro por cada palabra que te digo. Al fin algo de entusiasmo.

-Ni se pregunta, amos una duchica y a ver que se cuece.

-Di que sí, ¡Amos Jose, porque esta noche nos las comemos!

Como me motiva esa frasecica, en medio segundo ya estaban sonando en el equipo los Estopa. La presidenta de la comunidad ya estaba abajo pegándonos escobazos en er techo. ¡Qué mujer! A esa lleva ya el marío sin regarle el huerto, por lo menos un año. Antes de pegarme un frotao güeno por to er cuerpo me asomo a la ventana y le grito:

-¡Señoraaaaaaaa! Que si quiere un apaño de seis a ocho de la tarde nos tiene libreees.

Yo creo que a la vieja, le gusta escucharnos las borderías, porque hasta que no se las soltamos no para. Total frota que frota, me doy con mi champú de los chinos a 1€ el botecito. Me seco, me tiro con el Axe por to er cuerpo. Hasta ahora no funciona igual que en la tele, pero y si… ¿eh? A ver quién es el guapo que no la hace.

Unos vaqueritos bien entallaos, resaltando ese culito de panaero que Dios ma dao, camiseta negra también ajustaíta que uno va al gimnasio pa argo joer. Mis nike blancas y veremos a ver que chupa se pone el capullo este.

-¡Robeeeeeeeee! ¿Vaquera o de cuero?

-Coño Pepe, cuero joder.

Venga vaquera, rollo película americana de esas que te echan en la dos pa que uno se ahorque un sábado.

Ahí tamos los dos figuras ya, las llaves der coche, la cartera, un par de globitos por si acaso, y nos estamos yendo. Vamos que hoy estamos de rebajas, se vendeeeee toito to nenas.

Nos metemos en mi Ford fiesta, si coño un Ford fiesta, que uno es estudiante y pa pagarlo pos no he tenío que fregar platos de joputas que te los ensucian con tó. Un poquito de reggeaton o Haze, busquemos una segunda opinión:

-¿Perreo o Haze?

-¿Coñeas? Ponme ahí ya er daleeeeee, dooon daleeeee.

-Oído cocina, caballero.

Ahí vamos por las callejuelas de Málaga, escuchando a cada semáforo que pillamos en rojo:

-Cabroneeeeeee, joputaaaaaaaas, bajad la música.

Mira que soy andalú, me gusta mi tierra y como ella no he visto otra parte igual en to er mundo (esto queda bien decirlo, pero la verdad que nunca he ido más lejos de Extremadura). Pero eso de que dicen que un andalú siempre coñea diciéndote cabrón o joputa, o me cago en tu puta madre, no es verdad señores, y para ejemplo el de esta noche.

Bueno un par de vueltas, y ya tamos en el centro, aparco en la cera, porque esto es España señores, y los maderos por la noche tienen mejores cosas que hacer que clavar multas. ¿O es qué se piensan que los cubatas de los pubs que se beben de varde se evaporan?

-¿A dónde Pepe?

-A la chupitería coño, toa llenica de guiris. Cuatro gracias, cuatro chupitos, tres tonterías, que si te pego un abrazo, que si me tocas el culo, que si mira que tienes la teta grande, que si nos vamos a tu casa. Lo típico Robe si cuando algo funciona, ¿Pa qué coño probar otra cosa?

-Que arte tienes quillo.

Y qué razón tienes, porque si es por ti menudo atracón de mocos llevarías peazo pánfilo. Pasamos al garito, ¡Buhhhh! Mal rollo, dos julais comiéndose la boca, la santísima Macarena.

-Pepe culo a la paré, y tira par fondo.

Valeee, guapo!

Los mariquitas nos escucharon, y la cara que pusieron no fue de mucha gracia, si hubiera entendío lo que me dijeron me hubiera cagao en la madre que los parío, pero como no los entendí, lo hice igualmente.

En el fondo del pub, dos peazo rubiacas que quitan er sentío y al lao la mujer del Esrek, si coño el puto ogro ese verde que se pee y se saca mocos. Nos pedimos dos "revientaestómagos" pa ir haciendo cuerpo, y el Robe, que otra cosa no pero generoso con las señoritas es lo que uno quiera y , las invita a otro.

Yo creo que las pobrecicas no sabían que llevaba el invento, al que lo desconozca se lo cuento: Tequila, Vodka, Ron Blanco y Ginebra, y para rebajarlo un poquito de tabasco. ¡Vaya careto que me ponen! La cara der Fary comiendo limones se queda corta pa explicároslo.

El mu cabrón de mi colega chanela algo de inglés y siempre con las guiris algo de ventaja lleva. Pero cuando uno está borracho, ahí ya se orvidan las palabras y se entra en el lenguaje universal de la Massiel, que esa anda que no le pega ná ar tinto y lo que no es er tinto. A uno se le mete el spanglish y comienza a hablarles en el andalú más cerrao que conoce, y como por arte de magia ves que las guiris te entienden.

Ya íbamos a pedir el segundo chupito, un "barón rojo" cuando vemos que se nos acerca la copia de un Madelman de esos con lo que jugaba de chico y le planta un morreo a una. Claro como era normal al orco no iba a ser. Menudo pajarraco el colega, ya ves tú, yo no sé lo que le veía la tía, si al colega parecía que lo habían metío en agua oxigená y se había quedao naranja como una zanahoria.

El personaje nos da la mano y me dice que se llama Maziu, pos mu bien Maziu, aquí Pepe, pa servirle a Dios y a usté. Bueno mejor que pa servirte a ti, pa hacerle un apaño a esa que te trincas peazo cabrón.

Si no me cagué en la madre que lo parió mil veces, no me cagué ninguna, pero es que lo más gracioso que a más me cagaba el subnormal más se reía. El mu cabrón no nos daba tregua venga a beber, venga a beber y a cantar canciones que vete tú a saber lo que decían. Yo me entoné a hacerle palmas por rumbas, y el Maziu este de los cojones se calentaba y gritaba.

Ya llevábamos un ratico güeno aguantándolo, la verdá es que me lo estaba pasando bien, pero coño que yo había salío a follar y todavía no sabía ni como se llamaban las inglesas de los güebos y el monstruo cavernario.

Dejándole al Robe que toreara un poco al Maziu me voy pa las nenas. Yo empiezo a hablarles en cristiano, que a mí eso del: "¿Güats yor neim?" no me va. Las cabronas entendían se ven que llevaban ya algo de tiempo en España. Y para variar reafirmé más la teoría de que siempre en un grupo de tías buenas, la fea a parte de ser la que más folla, es la que más habla. Pero es que pa follarse a eso se necesitaba a un valiente de esos de las pelis americanas. Joder con el bicho, no se callaba ni debajo del agua, venga a martillearme la cabeza y pimpam y pimpam. La madre que te ha parío, que agustico se tuvo que quedar esa hija de la Gran Bretaña cuando dijo: "Eah, ahí va mi arma". Mira que olvidarme los cacahuetes en er piso.

Una pena, penita pena, pero ese era el percal. El Robe con el puto Maziu contándole no sé qué historias pa no dormir. Yo aguantando al ser que me contara su vida en el país del príncipe ese que parece Dumbo y las dos rubias ahí venga a reírse y reírse. ¿Podía empeorar la cosa? Pos sí señores, pos sí.

El Maziu que a momentos me recordaba al del que: "El mineraaaaaaliiismooo vaaaa a llega" cogió a su rubia, a la que ni siquiera pude ni ponerle el nombre y se largo contándonos no sé qué historieta de que tenía una excursión o vete tú a sabé si era solo pa irse y meterle el pipi pa dentro a la chica. El caso es que la pareja de hecho se largó y nos dejó con una rubia y "eso".

Ya sin el alborotador de los güebos nos presentamos, los típicos besicos cerca de los labios a la rubia y en el caso del monstruo cerca de las orejas. Nos dijeron que se llamaban Susam y Lis o algo así. Bueno yo les cambié los nombres, a una le puse Pam y a la otra Fiona. Joder cuando les dije como quería llamarlas fue el primer momento de la noche que empecé a sentir miedo, pos no se me rebotó el bicho joputa y casi se me tira a morderme. Rápidamente me puse a contarle una teoría de que si a mí me encantaba el Esrek, que si Fiona era no sé qué, que si al burro en México lo llaman asno. Bueno el caso que la tía se quedó perdía, sin entender mu bien to lo que le estaba contando y se le bajó el enfado, que a fin de cuentas era lo que yo pretendía.

Estuvimos un rato más tomándonos otras cuantas copas y al cabo de un rato mi amigo ya me hizo la primera jugadita de la noche. El cabronazo se salió con las dos tías y me tocó a mí pagar las dos últimas rondas, incluida en la que estaba el santísimo hijo de la Gran Bretaña del Maziu de los Güebos. Total cincuenta y cuatro euros con cincuenta que me tocó pagar. Me cago en los muertos del Robe y lo espléndido que es el chorrica. Vamos es que así es espléndido hasta el que está en el banco pa dar hipotecas.

Después de la gran clavada, salí a la puerta y los vi apoyados en mi Jaguar marfil (parece que queda como más glamurroso, o como coño quiera que sea, ya que estamos llegando a lo importante de toa la historia y decir Ford Fiesta blanco, puede que mate la línea der erotismo que voy llevando). Me acerqué, viendo que Fiona ya se había colocado en la puerta del copiloto y el cabrón de mi santo amigo estaba atrás con la rubiaca. -¡Amos Pepe, piensa coño, piensa!- como iluminado por la Santísima Macarena me vino a mi cabeza decirle al Robe que iba mu ciego, que mejor conduciera él. El careto que me puso era pa enmarcarlo, pero claro, no tuvo que imaginarse mucho la mala ostia con la que yo venía después de acoquinar los cincuenta y cuatro eurazos con cincuenta.

Se sentó en el copiloto, acompañado por la siempre innombrable hija del miedo y yo me fui atrás con la Pam. Las guiris estaban que ardían más que un ascua. Colorás, colorás como dos tomates y con una verborrea que parecían dos gitanillas del mismo Triana (bueno tampoco tanto). El caso es que dijeron que nos fuéramos a su kelly, que vivían a las afueras de la ciudad. El Robe salió pisando fuerte y del acelerón y el giro que pegó la rubiaca que se me echa encima dejándome esas dos peazos de peras que tiene a dos palmitos del careto. Yo ni corto ni perezoso, le digo:

-Pero chicaaaa, que me vas a meter esto en la boca. –Tocándole una teta.-

La tía se escojoná viva y jaja jaja. Pero claro, como no los dos gilipuertas de alante tenían que cortar el rollo. El Robe diciéndome: "Coño, Pepe no te pases" y el ornitorrinco diciendo no sé qué cosa, que ni entendí ni quise pero el careto que puso mi Pam fue de mucho cuidao. El Robe claro, ya iba conduciendo que parecía un abuelo en un Seílla, por lo que me no dio pie para que se me echase encima otra vez.

Después de un cuartito de hora de nada (lo que es er tiempo, quince minutos con la rubia esa al lao se me volaron y quince minutos esperando en la cola de un wáter pa ir a cagar no hay quien los aguante) llegamos al apartamento de las guiris. Subimos a su pisito y veo que era un zulo, allí teníamos que ponernos de lao los tres de pa caber en el salón y dejar al bicho fuera que si no nos quedábamos sin aire. Vaya pisico más chico: un salón enano juntao con la cocina, er baño en una punta que por no tener, no tenía ni puerta y sólo había una cortina y una habitación que estaba cerrá y debía ser un dormitorio, porque vamos si aquello era un armario, ese piso no tenía ni diez metros cuadraos.

Nos sentamos en un sofá y nos sacaron unas copicas que llenaron de un Güisky que en mí vía había visto. Por no gastar, no se gastaron ni coca cola pa acompañarlo, le echaron agua y der grifo. La puta que las parió que yo bien que me había gastao cincuenta y cuatro euros con cincuenta en invitarlas a ellas y al mascamierdas der Maziu. Total que empezamos a beber y yo ya me voy dando cuenta de que argo no va mu bien, ¿qué coño hace la Duquesa de Alba a mi lao? Y lo más importante: ¿Por qué cojones el Robe le está metiendo la lengua hasta la campanilla a la rubia?

Me cago en Dios, en la Virgen, en la Santísima Trinidad, en los doce apóstoles, en Jesucristo Superstar, en Marlon Brandom,… Me cago en to lo que se menea. -Pepe coño, si es que siempre te pasa igual, siempre.- Si me lo decía mi madre, Pepe no te fíes de nadie y tu vas y te fías de un cabronaco que se lía con la rubia y pa más inri, tú has sio el que la has emborrachao pagando los cincuenta y cuatro euros con cincuenta.

En esas estaba yo, mardiciendo to cuando veo que el mu cabrón se levanta del sofá y se va con la tía a la habitación o se mete en el armario, vete tú a saber. Pero vamos que si por mí fuera, ojala aquello fuese un armario y te la tuvieras que follar ahí pa quedarte sin aire y morirte, por cabrón, mal amigo y encima por haberme hecho gastarme los cincuenta y cuatro euros con cincuenta. No tardaron ni cinco minutos en ponerme banda sonora, la cabrona de la rubia no gemía, chillaba a pulmón unos: "O mai God" que tu no veas. Pero es que aún quedaba lo peor. Cuando el Trol me salta:

-¿Guat can güi du?

Tierra trágame, que eso lo entiende hasta un niño de primaria. Amos Pepe, piensa, coño piensa:

-Yo no ande están.

¡Ole tu polla!, a ver si el bicho pilla que yo no quiero y me voy a largar de ahí echando leches. Pero otra vez que abre la boca la muy hija de la gran puta:

-¿Qué hacemos?

-Que qué hacemos, pos yo no sé tú, pero yo pillar y dejarte aquí esperando ar butanero que con suerte te llega mañana a primera hora.

Me levanto y echo mano al bolsillo buscando las llaves del coche. Me cago en , las tiene el Judas que está en el armario follándose a la guiri. Sus muertos, ya hablaré mañana contigo más tranquilo en el piso, me vas a hacer pillarme un taxi. Me echo mano a la cartera y la abro. Pero esto no puede ser, esto es una pesadilla de esas de que te persigue el bicho ese con la mano rara, si capaz es del trol este ahora ponerse un guante y decirme que es el Fredi Cruger ese.

Ni un céntimo en la cartera, me cago en la puta de oros, si es que la mierda de los cincuenta y cuatro euros con cincuenta. Me queda la tarjeta, miro el reloj pa ver la fecha: día 29. ¿Por qué coño son tan largos los finales de mes? Lloro, me va a dar por llorar, por no cortarme las venas. Yo no paro de escuchar a los dos cabrones esos jartándose de follar y yo aquí con la hija del susto. Pepe calma, fúmate unos cuantos cigarros y aguanta a que el cabrón pare de follar y le coges las llaves del coche.

Me enciendo un pitillo y me siento en el sofá de enfrente de donde está la bruja, venga a escuchar los gemíos de esos follando y yo con el bicho que no para de mirarme. Cuando otra vez me suelta:

-¿Hacemos algo?

-¿Algo? Hija mía yo te haría mil cosas, menos algo. Así que como no quieras que juguemos al Simon sais ese (se lo dije por decirle algo). –Cuando me contesta la mu cabrona-

-Vale.

-Pos bueno, allá tú Fiona.

-Simon sais: quítate la camisa.

-Mira guapisísisisisisisima, eso me lo podrá decir Simón, pero ni aunque me lo dijera un pelotón de fusilamiento me quitaba la camisa yo delante tuya.

La tía escupía fuego por la boca, pero a mí me la sudaba, como tampoco la entendía hablando en el idioma ese de los hijos de la Gran Bretaña, pues me la pelaba todo lo que dijera. Total: ¿Qué podía hacerme?

Pues sí podía hacerme algo, y vamos que me lo hizo. Se levantó me cogió de la camiseta (a mí ya me faltó cagarme, me dije el bicho esté me folla aquí y a ver como testifico yo eso ante un juez, sin un puto testigo). Ya yo con mis dos güebos de corbata pude ver que por milagro del mismísimo Cristo de los Gitanos me guió hasta la puerta invitándome a salir con un muy gentil: "Vete a tu puta casa, cabrón". Vamos eso fue lo único que me dijo en cristiano, porque en inglé se tuvo que acordar de toa mi familia y en especial de mi santa madre por haberme parío.

Así que me vi a las cinco de la mañana, en la otra punta de Málaga, sin un duro, sin llaves del coche y sin cazadora, porque como un gilipollas la había dejao en mi Ford Fiesta (a estas alturas del relato recordando , tengo una mala ostia que ya no me sale la polla llamarlo Jaguar marfil. Eah a tomar por culo el Glamur ese y to sus muertos). Dos horicas que tardé en llegar a mi piso, dos horicas en que me acordé en las santas madres del Robe, de la rubia, de la hija del miedo, del Maziu y hasta de la mía por haberme parío. La visión esa de la sucesión de madres la alternaba de vez en cuando con otra en la que le tiraba euro a euro al Robe a la cara los cincuenta y cuatro con cincuenta, desfigurándolo para que en futuras salidas no me la volviera a jugar. Además al día siguiente me resfrié y me tocó pasar tres días como las putas en Cuaresma hasta que cobré.

La Marimorena que se armó cuando llegó el Robe, al día siguiente no os la voy a contar porque eso es otra historia que debe esperar para ser contada (como dice el julay del Jorge Javier Vázquez).

Así que esa fue la nochecica guapa que me monté y es que hay días que es mejor que uno se quede en su casa aunque se aburra más que un hongo. Palabra de Pepe, te alabamos, óyenos.

NOTA DEL AUTOR: Pido disculpas por si alguna dama pueda sentirse ofendida, mi intención no es esa y lo único que hago es exagerar muchisísisisimo algo vivido. Los que conozcan a algún andalú entenderán como contamos las historias nosotros.