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Carrie6 (1)

en Sexo Virtual

Como todo escritor de relatos, tengo mis costumbres, manías u obsesiones. Cada mañana, cuando me levantaba encendía mi ordenador, entraba en la web y miraba si había algún comentario nuevo en mis relatos. Se podía decir que uno de los mayores alicientes era la satisfacción de leer que gustaban-intrigaban o me aconsejaban. Lo de dejar mi MSN fue hace mucho tiempo, quería que la gente pudiese dirigirse a mi directamente para hacerme sugerencias o para preguntarme alguna cosa. Muchas veces me agregaban para preguntarme si eran ciertos mis relatos, para pedirme que metiera esto o lo otro en el relato. La pequeña carrie6 lo cambio todo.

Aquel día, al encender mi MSN, una dirección me había agregado, acepté, y apareció como conectada. Lo primero que pude ver fue su foto en el MSN, era una chica muy bonita, tenia carita de ángel, pelo largo, moreno y una sonrisa preciosa. Ella tenía 19 años, 12 años menos que yo. Estuvimos hablando, rompiendo el hielo, empezando a conocernos. Los días fueron pasando y cada vez nos conocíamos mejor, me había demostrado que tenia cara de ángel pero fuego en su interior, nuestras conversaciones pasaban de frías a calientes en decimas de segundo. Mi mayor motivación era que ella leyera mis relatos, sorprenderla, excitarla… una vez recibido su visto bueno, mandaba el relato para ser publicado en la web. Se había convertido en mi musa, cada uno de los relatos tenían algo de ella o alguna sugerencia suya. Cuando empezaba a describirle los artilugios sado que se me ocurrían, siempre me decía lo mismo, como le gustaría poder probarlos.

Tras nuestras conversaciones, decidí hacerla pasar un fin de semana que no pudiera olvidar, así que aprovechando que en la finca familiar no iba a haber nadie durante un mes, pensé en que podía ser una buena ocasión para realizar una fantasía. Para empezar cogí un par de semanas de vacaciones y me desplacé a la finca, para poder tener tiempo de prepararlo todo. Durante toda la semana estuve haciendo una caseta de aperos de madera. Cuando mi padre la viera, seguro que me la agradecería, ya que siempre necesitaba espacio para guardar sus cosas. Una vez acabada, comencé a construir las maquinas de castigo, empecé con la mesa, acolchada, con los alambres y la batería para las descargas eléctricas, con la articulación en la zona del cuello tal y como se la había descrito en el relato que tanto le había gustado. Me imaginaba a Carrie en aquella mesa, solo para mí, para hacer con ella lo que quisiera, cada vez que lo pensaba faltaba espacio dentro de mi pantalón. Dispuse cadenas por varias partes del techo, para poder atarla y azotarla cuando no fuera una chica buena, compré muchos metros de cuerda, para que no nos faltara. Todo estaba preparado, ya solo faltaba hacer que ella viniera para estrenar todo aquello.

Carrie se caracteriza por ser una persona muy osada, los retos le encantaban, así que fue fácil convencerla para que viniera.

-Este fin de semana estoy solo, de Rodríguez… no se lo que voy a hacer tanto tiempo solo, seguramente saldré con los amigos que tienen muchas ganas de que vaya con ellos, a no se… bueno déjalo…

-A no ser que? No dejes las frases a medias-dijo rápidamente ella

-Es que es una locura

-Pues dila y así nos reímos los dos.

-Es que se que no vas a ser capaz-si hubiera dicho que sabia no iba a querer, habría quedado la duda de si me diría que si o que no, pero esto ya era un reto- bueno, yo te lo digo, quieres pasar el fin de semana conmigo? Si no te atreves no pasa nada… y si te atreves… te daré un regalo…

-Porque no iba a atreverme? Crees que te tengo miedo? Claro que voy, vamos hombre. Que sepas que voy por el regalo… jajaja… Como lo hacemos?

-Pues – en ese momento se me ocurrían infinidad de posturas que decirle, pero, sabía que esa no era la pregunta que me había hecho- vente en autobús y yo te recogeré en la estación.

-Vale, hoy es miércoles, mirare los billetes y el viernes estoy contigo.

Todo había salido a la perfección, ahora faltaba comprar los "extras" en un Sex-shop de la ciudad. Compré un látigo, una mordaza de goma con agujeritos, para que pudiera respirar, lubricantes, incluso algunos juguetitos como unas braguitas que llevaban un compartimento para poner una bolita vibradora controlada a distancia, un antifaz, unas pinzas para los pezones y varios juguetes más. Después fui a otra tienda a comprar velas, para hacer ambiente y unas telas rojas tipo terciopelo para ponerlas como si fueran cortinas. Todo estaba preparado. Solo faltaba que llegara el viernes.

Reconozco que la mañana del viernes se me hizo eterna, hasta las 7 de la tarde no llegaba su autobús, así que intente dormir un poco la siesta, cosas que no conseguí dado los nervios que tenia. Hasta que mi reloj marco las 6, me duché, no me duché porque ella me prefería con barba de una semana, me vestí en plan informal, cogí las llaves del coche y fui a la estación de autobuses a recogerla. Como suele pasar, el autobús se retrasaba por un accidente que habían encontrado en el camino, así que en vez de llegar a las 7 llegarían a las 7 y media. Fui al bar de la estación y me refresqué un poco, dado que dentro no corría aire y el sol incidía sobre nosotros. Por fin la megafonía indicaba que su autobús iba a entrar, así que cogí la rosa que le había comprado y me la puse a la espalda, para que no la viera. Parecía que era la última, todo el mundo se movía muy despacio delante de ella, seguro que le hubiera encantado empujar a todo el mundo para poder llegar ya a verme. Cuando ya pude verla a través del cristal pude darme cuenta de que estaba fenomenal. Llevaba en pelo un poco ondulado, un vestidito color negro con detalles en rojo que mostraba un precioso escote y marcaba aquellos maravillosos pechos que tantas horas me había pegado mirando en mi ordenador, un bolso bastante menudo, unas medias y unos zapatos de tacón. Se acercó a mí y me dio un abrazo y un tímido beso en la boca a lo que acompaño de una sonrisa picara que tanto la caracterizaba. Se fue al maletero del autobús para poder coger su maleta y cuando se la dieron, la cogí yo y le di la rosa. Me volvió a sonreír y me dio otro beso, esta vez mas intenso que el anterior llegando a presentarse nuestras lenguas.

-Gracias!-me dijo ella

-Vaya, esto va mejorando por momentos, y eso que no te he dado todavía tu regalo-dije mientras sacaba de la bolsa que llevaba un paquetito envuelto en papel brillante rojo con un lacito de tela negro- lo que pasa es que tendrás que ir a un sitio mas discreto para abrirlo, vamos al coche?

-Claro, me tienes intrigadísima… que es?

-Ya lo veras, es para ti, para tu uso.

-Para mi uso? Pero que es? Donde tienes el coche?

Era tan impaciente como siempre, no había cosa que la pusiera más nerviosa que la hicieran esperar, no tenía paciencia. Llegamos al coche, metí su maleta en el maletero y ella ya estaba dentro del coche quitándole la cinta negra al paquete, parecía una niña pequeña a los pies del árbol de navidad, abriendo sus regalos. Le quitó el papel brillante y encontró una pequeña caja de cartón, la abrió y se encontró dentro aquellas braguitas con la bolita vibradora. Se lo quedó mirando, vio la bolita, y me preguntó:

-Esto como funciona? Tiene pilas? Donde esta el interruptor?

-Todo a su tiempo, tu por el momento, introduces la bolita en el compartimento y te pones las braguitas.

-Vaya, al final me voy a tener que quitar yo solita mis braguitas… tenia la esperanza de que fueras tu el que me las quitaras...-dijo mientras arqueaba su cuerpo para sacarse sus braguitas, mirándome con su pícara sonrisa

Justo cuando tenía las bragas por debajo de las rodillas, me miro mordiéndose el labio inferior, y no pude evitarlo, me abalancé encima de ella besándola apasionadamente mientras mi mano izquierda se aventuraba por debajo de su vestido, en busca de aquel coñito que se había depilado por completo para la ocasión. Estaba totalmente mojada, su respiración se entrecortaba. Enfrié mis pensamientos, porque de lo contrario, hubiéramos acabado follando en el coche, en aquella calle a plena luz, a la vista de todo el mundo, y mi intención era pasar el fin de semana en otro sitio, no preso. Me aparté de ella y se puso su regalo. Arrancamos el coche y emprendimos la marcha hacia un restaurante italiano.

-Esto no funciona, se supone que debo sentir algo?-dijo ella

-Supongo que se cargará por rozamiento, no sé, me dijeron que era un aparato muy potente y placentero- además de que tenía mando a distancia, cosa que yo no le dije a Carrie.

-Pues me parece que te lo han vendido roto… y creo que no vas a poder devolverlo… o tal vez no quieras… porque con lo cachonda que estoy… se han mojado un poquito…

Continuamos el camino hablando de todo un poco, de cómo le había ido la semana en la universidad, de que tal todo por su casa. Llegamos a la zona del restaurante, busqué un aparcamiento y lo estacionamos. Tenía mesa reservada, así que di mi nombre y nos llevaron a la mesa, que la había pedido en el centro del restaurante. Nos dieron la carta y empezamos a elegir la comida. Pedimos una botella de Lambrusco, yo bebería poco ya que tenía que conducir hasta llegar a la finca. Entonces deslicé mi mano por el bolsillo para pulsar el interruptor con el fin de que le diera una leve vibración y se parara.

-uou… acaba de moverse esto-dijo ella abriendo mucho los ojos

-Eso es que se habrá cargado ya- dije como si no supiera que era por mi culpa- pues seguro que vas a disfrutar mucho la comida

-Ya te digo… te imaginas?

Y empezamos a reírnos, claro que me lo imaginaba, de hecho, lo imaginaba desde hacía mucho tiempo. Pulse entre las risas otra vez el botón para que se quedara en vibración lenta, para ir calentándola poco a poco.

-Esto se ha puesto en marcha… mmmmm…. Que deliciosa sensación… tan suave…-me susurró mientras movía sus piernas muy despacio y se mordía el labio.

-Bueno, por lo que veo no voy a tener que devolverlo…jajaja

-No por favor! Jajaja-se apresuro a decir

La velada había empezado todo lo bien que podía, estábamos riendo, que al fin y al cabo era lo más importante. Poco a poco veía como el gesto de su cara iba cambiando por el grado de excitación que tenia gracias a su regalo. Cuando el camarero nos trajo el primer plato, Carrie cogió el tenedor y pincho la comida, justo cuando la tenía en la boca degustándola, quise usar el botón rojo del mando, según el manual de instrucciones, vibración extrema.

-MMMMmmmmmmmm!!!! Dioooos!!!!! MMMmmmmmm….-No pudo evitar dar esos gritos aun con la boca llena, lo cual hizo que mucha gente del restaurante nos mirara, acto seguido pulse el botón stop.

-Bueno… Parece que te gusta la comida…-dije mientras sonreía y la miraba fijamente a los ojos mientras ella se ruborizaba.

Me giré al señor de la mesa de al lado que miraba un tanto extrañado y le dije:

-Es que nunca había probado ese plato…-A lo que el señor se dio la vuelta dándose cuenta de que se estaba metiendo donde nadie lo llamaba.

-Madre mía!- dijo ella

-Pues ya verás cuando pruebes el postre…

Empezó a reírse de forma muy ruidosa, sabía que esa frase tenía muchas interpretaciones, y seguro, quería dárselas todas. Continuamos tranquilamente con la comida, hablando, pero tanto ella como yo, estábamos ansiosos por irnos de aquel lugar. Acabamos con los postres y entre risas me dijo:

-El postre estaba buenísimo, pero esperaba más…-con su picara sonrisa

-Bueno-dije mientras sacaba el mando a distancia del vibrador de mi bolsillo, lo ponía encima de la mesa- voy a empezar a mejorarlo-dicho esto, pulse el botón rojo.

-MmmmMM!!!!-se estremeció entera, no se lo esperaba

-Ves como si te iba a gustar el postre…-dije en voz alta, a la vez que pulsaba el botón de stop.

Pedí la cuenta y nos fuimos. Nos montamos en el coche y emprendimos la marcha, una vez hubimos salido de la ciudad, tomamos la autovía en dirección a la finca. Ya metidos en la autovía su mano se desplazo a mi pantalón y bajo mi cremallera, sacando mi polla que anticipándose a lo que iba a pasar estaba cogiendo un volumen más que interesante.

-Has sido un poco malo conmigo en el restaurante… pero me he corrido, así que también has sido bueno –analizo Carrie mientras subía y bajaba muy suavemente su mano por el tronco de mi polla- así que me voy a quedar con que has sido bueno…

Y al mismo decir esto se echo encima de mí y comenzó a chupármela a la vez que yo conducía, empezó a chupármela muy despacio, sin prisas, sabía que estaba conduciendo, no quería distraerme demasiado. Como era de noche no nos podía ver nadie, así que me adelantaban los coches y yo los adelantaba, sin que sus pobre ocupantes supieran lo que dentro del coche estaba pasando.

-Voy a dejar de chupártela, porque me están dando ganas de chupártela más fuerte, para hacer que te corras en mi boca, pero no quiero distraerte demasiado, estas conduciendo…

-Buuf… es mejor… lo reconozco… pero me vengaré… esto es un interruptus… jajajaj

Entre música y conversación se nos hizo el viaje más corto de lo que esperaba, enseguida estábamos metidos en aquel camino de tierra que iba a desembocar en la finca familiar. Llegamos a la puerta de la verja, me baje, quité el gran candado que la cerraba y abrí para meter el coche, acto seguido volví a cerrarla con aquel candado, no quería que nadie nos molestara. Continuamos el camino hasta llegar a la casa principal donde paré el coche y la hice bajarse, una vez se había bajado, saque del maletero unas esposas y la deje esposada al marco de la puerta del coche.

-Esto es para que te esperes aquí…-le dije

-Y donde iba a ir?

-Para que no seas curiosa… por cierto, no vayas a correrte… por tu bien

-Porque iba a correrme?-Justo en ese momento pulsaba el botón de la vibración leve en el mando a distancia- vaaaaaaaya, me vas a dejar acompañada…jajaja… mmmm… intentare no correrme… pero no tardes…mmm…

Me fui hasta la caseta que había construido y empecé a encender las velas, asegurarme de que todo estuviera bien colocado. Una vez que me aseguré de que todo estaba en su sitio fui a buscarla. Le coloque un collarín en el cuello con una cadenita, iba a ser mi esclava, así que la llevaría arrastrando, le puse las manos a la espalda con las esposas, y le tape los ojos con un antifaz, para que no supiera donde la llevaba. Metí mi mano entre sus piernas para ver cómo estaba mi esclava y vi que estaba totalmente empapada.

-Espero que no te vayas a correr, no es tu momento todavía…

-No, todavía no… mmmm… pero no se cuanto tiempo podré aguantar… mmm…

Saque mi mano y la cogí de la cadena, iba a llevarla como mi esclava que era, atada. Iba a un ritmo entre tirando de ella y dejándola andar a su ritmo, quería que se sintiera poseída, que supiera que estaba entrando en un circulo que no había estado nunca antes, no quería ser demasiado duro con ella, pero si quería que fuera inolvidable. Atravesamos la puerta de la casa de aperos y cerré la puerta con un candado, para que ella viera que no podía escapar, hiciera lo que hiciera. Le quité el vestido, desatándole las manos, para que no intentara nada, la agarré con una mano los dos brazos mucha fuerza, seguro que le hice incluso un poco de daño, pero estaba ciego de poder, y ella había asumido muy bien su papel de sumisa, así que no se quejó. Delante de mi tenia a Carrie, la chica que tantas veces me había excitado, que tantos momentos habíamos compartido, vestida únicamente con el antifaz, el collar con la cadena, las esposas, aquellas braguitas vibradoras y las medias, que tanto me gustaban. Tenía sus maravillosos pechos para mí solo, se los apreté y acaricié como tantas noches había imaginado. Procedí a quitarle el antifaz para que pudiera ver la casa del placer, estaba mirando a la puerta y fui dándole poco a poco la vuelta para que viera todo. Vio las cadenas, vio las cuerdas, y vio la mesa…

-La mesa de tu relato existía!- dijo con cara de sorpresa y alegría

-Carrie, a partir de este momento el juego se endurece, este va a ser el único momento en el que te voy a dejar elegir, ahora puedes decidir si acabamos con esto o empezamos. Una vez que empecemos no acabará hasta que yo lo diga, harás lo que te ordene, no rechistaras mis órdenes o recibirás un castigo. Si accedes, seré tu amo y tú mi esclava. Dispondré de tu cuerpo a mi antojo. Piénsalo bien, sentirás placer, posiblemente más que nunca, pero posiblemente sientas también dolor…

-Si, quiero ser tu esclava amo – dijo sin dejarme acabar – Reconozco que me ha decepcionado un poco en el plan sexual el principio con lo de la cena, me ha gustado, me ha encantado, pero yo venía en el autobús pensando en que me ataras, que me mandaras. Soy tu esclava desde hace tiempo, soy tu perra, tu puta, soy lo que tú quieras que sea. Así que si, acepto.

Dicho esto, la besé profundamente, a la vez que la iba empujando hacia la mesa. La tumbé encima, empecé por atarle las esposas a sus manos otra vez, pero esta vez por debajo de la mesa, le puse la correa de la cintura, la correa de la cabeza y las cadenas en las piernas para dejarlas hacia el techo, en forma de "v". Ya la tenía totalmente a mi disposición. Me puse a mirarla y mientras lo hacía, saque mi teléfono móvil y le hice unas cuantas fotos, me acerque a su coñito empapado y empecé a meterle un dedo a la vez que lo fotografiaba. Me saque la polla y empecé a refregársela a la vez que sacaba fotos de su cara, de mi polla y de su coño. Era tanta la excitación que tenía en aquel momento, que solo pensaba en follármela, saqué un bote de lubricante y empecé a untarle la entrada de su culito con aquel lubricante relajante especial para sexo anal que había comprado en el sex-shop, a la vez que ponía el lubricante, introducía la punta de mi dedo, para que el lubricante llegara a todos los rincones, aquello le estaba gustando, su respiración se aceleraba, pero no quería darle placer tan pronto, tenía que sufrir primero, así que, retiré mi dedo y me fui hacia su cabeza. La mesa, igual que en mi relato, tenía una articulación en la parte alta, que me dejaba girar a ambos lados su cuello, de manera que podía tener su cabeza mirando al techo, o a cualquiera de los dos lados, a mi elección, y sin posibilidad por su parte de retirarse. Giré la articulación y deje su boca a la altura de mi polla, ella abrió la boca, para metérsela y yo no sé la llegaba a meter, se la ponía muy cerca, tanto que rozaba sus labios, ella intentaba por todo los medios metérsela en la boca, hasta que decidí que había llegado el momento y se la acerque, cuando ella la notó a su alcance, fue tanto el ímpetu con el que la atrapo en su boca, que casi me hizo daño, así que, como castigo, se la saque y pulsé levemente el botón que le dio una leve descarga eléctrica.

-Aaaahggg- grito ella

-Aquí mando yo, si me haces daño o me desobedeces te castigare –dije mientras le mostraba el látigo y refregándoselo por lo pechos.

Aclarado este punto, volví a acercarle la polla y ella empezó a chupar, con más suavidad, pero con la misma ansia. Con mi mano hacia fotografías, recorría su cuerpo, magreaba sus maravillosos pechos. Dado el grado de excitación que tenía, empecé a embestirla yo, marcando un ritmo más fuerte, ahora estaba follándome su boca, no podía controlarme, la veía que en ocasiones le faltaba el aire, así que se la sacaba y se la volvía a meter. Estaba a punto de correrme, pero tampoco quería que acabara tan pronto, así que, se la saque de la boca y empecé a pasar mi mano por su cara, fui bajando entreteniéndome en sus pechos, pase por su estomago, llegué a su coñito e introduje directamente dos dedos, no fue difícil, ya que el vibrador la tenía suficientemente húmeda. Decidí acelerar el artilugio para que se retorciera con mis dedos dentro, intentaba mover su cuerpo, pero estaba muy inmovilizada, aquello más la frustraba. Saque mis dedos de su coño y saboreé aquel delicioso coñito, pasaba mi lengua por sus labios, de arriba hacia abajo, de uno a otro labio, jugaba con su clítoris. Así estuvimos un buen rato, cuando ya vi que estaba tensándose más de la cuenta, paré. Bajé la velocidad otra vez y le dije.

-Espero que no se te ocurra correrte-dije mientras sacaba mi mano y volvía a su cabeza para girar la articulación y dejar su cabeza mirando al techo-si lo haces, te castigaré.

-No… mmmm… hasta que tu no lo digas no… mmmm …. Eres mi dueño…

-Bien, pues te he comprado un regalito- mientras le decía esto sacaba un pequeño paquete de debajo de la mesa- lo abriré yo… pues no te veo capacitada…

Abrí el paquete mostrándole el contenido, que era un consolador de esos que se componen de bolitas que cada vez son más grandes, ideales para la dilatación anal.

Cuando lo vio entendió lo que era y para lo que era. Siempre me había dicho que cuando nos viéramos, teníamos que practicar mucho sexo anal del bueno, ya que lo había practicado muy poco y no siempre lo había podido disfrutar.

-Gracias…. Mmmmm… muchas gracias… pruébamelo… a ver si me vale… mmmm…por favor…

Volví a coger el lubricante y se lo eché al consolador, para que entrara bien, apoye la punta de aquel dilatador y empecé suavemente a metérselo. La primera bolita entro muy fácil, no paraba de mirarle la cara, ahora no podía sufrir nada, esta iba a ser la parte más dulce de la sesión, iba a dilatarle su culito con total tranquilidad, sin prisa, iba a hacer que nunca más quisiera practicar sexo sin sexo anal. Entró la segunda bolita y en su cara solo había placer, se mordía los labios, sus pezones estaban totalmente de punta. Metí la tercera bolita y ya me costó un poquito más, tuve que retroceder varias veces e incluso utilizar un poquito más de lubricante. Decidí parar un poco con el dilatador, así que acerqué mi polla a la entrada de su húmedo coñito y la embestí fuerte y rápidamente. No me costó trabajo dado el grado de excitación que Carrie tenía. Se la sacaba del todo, volvía a metérsela y así estuve un buen rato. Pero quería follármela, así que empecé a follármela cada vez más rápido, clavándosela todo lo profundo que podía…

-Eres mi puta…aaaghh… no se te ocurra correrte… aaagghh… te voy a follar el culo igual de fuerte y profundo…

-aaaaagggghhhh… no me digas eso… aaaagggghhhh… que no voy a poder aguantarme… mmmmm… que me voy a correr…aaaaggghhh- En su cara y en la tensión de todo su cuerpo veía que estaba haciendo malabares para no correrse.

-Puta… me voy a correr… y te voy a llenar el coño de leche… vas a tener toda mi leche chorreando por tu coño… aaaaggghhh… -ahora sí que me iba a correr

-Diooss… deja que me corra… deja que me corra… por favor… quiero correrme… no aguanto más… aaaaaaaaaaaaaaaaaggggggggghhhhhhh… por favor…-decía mientras se estremecía de una manera que me estaba asustando…

-Está bien puta… aaaghh … -dije mientras aceleraba muchísimo el ritmo - córrete justo cuando notes mi leche brotar de mi polla… aaaaaaaaaaaaaaaaagggggggggghhhhh … aaaaaaaaaaaggggghhhhhh

Fue tal la presión que noté como al salir el primer chorro de semen de mi polla contrajo de golpe su cuerpo como si no se lo esperara, saqué rápidamente mi polla, y lancé otro chorro de semen a presión, cayendo en sus pechos y un poco en su cara, otro tercer chorro cayó sobre su estomago y un cuarto menos voluminoso fue a caer en su coñito. Acto seguido empezó su orgasmo, un orgasmo, que seguro, sería considerado uno de sus favoritos.

- aaaaaaaaaagggggggggghhhhhhhhhhhh… dios… aaaaaaaaaaaaagggggggggghhhhhh… dios… aaaaaaaaaaaaggggggggggghhhhhhhh…

No sabría decir cuánto tiempo estuvo corriéndose, pero fue un orgasmo largo, veía como brotaban sus jugos por la entrada de aquel coñito tan bueno. Me acerqué a su boca y le puse mi polla en su boca, saco su lengua y empezó a chupármela, como si me la quisiera dejar reluciente para el siguiente asalto, se la metía en la boca y succionaba fuerte, para que no quedara ningún resto de semen por ningún sitio. Bajé otra vez a su culito e intente meter otra bolita, que entró sin ninguna dificultad, intenté con la siguiente y también entro. Entonces se lo saqué poquito a poco y di por terminada la primera sesión. La fui desatando, le quité las esposas, el vibrador que tanto la había castigado. La ayude a incorporarse y le di un albornoz que había preparado.

-Ya hemos acabado?... como me he portado?...

-Muy bien, esto ha sido el primer día, mañana seguiremos, ahora, que te parece si nos damos un baño en la piscina?

-Si!!!

Fuimos a la piscina, ninguno de los dos tenía intención de poner reparos a no tener bañador. Nos metimos y enseguida la tenía abrazada de brazos y piernas a mi cuerpo, rozándome la polla con su coño, a lo que mi polla respondió con una contundente erección.

-Fóllame el culo, por favor…

No dejé que me rogara, apunté mi polla a la entrada de su apretado culito y empezó a entrar dentro de ella, arqueó su cuerpo hacia atrás, agarrada a mis hombros, dentro del agua teníamos mucha movilidad y buen equilibrio, empezamos a follar poquito a poco, pero disfrutándolo los dos, gemíamos como locos, no podía embestirla muy fuerte, tenía que ir abriéndome camino poco a poco. Cada vez iba entrando un poquito más, a cada embestida entraba unos milímetros más. Era maravilloso, aquel agujero tan apretado, tan delicioso, las embestidas poco a poco se volvían más violentas. Empezamos a follar salvajemente, tenía una meta, tenía que correrse, nunca se había corrido mientras le follaban el culo, así que me agarré fuerte para controlar mejor sus movimientos. No duró demasiado, pronto noté sus uñas en mi espalda, apretando sus manos con todas sus fuerzas.

-aaaaaaaaaaaaaaagggggggggggggghhhhhhhhhh… me cooooooooorro… me coooorro… me coooorro…

Al escuchar aquellas palabras fue como recibir una orden y en ese momento me relaje yo corriéndome también a su vez. La mire a los ojos, unos ojos que brillaban en el agua a la luz de la luna, radiaba felicidad, satisfacción, había gozado, sufrido… había pasado su primera noche inolvidable conmigo. Nos tumbamos abrazados en el césped, mirando el cielo totalmente estrellado, estuvimos horas hablando hasta que allí mismo nos dormimos.