---- EL
VECINO DE ENFRENTE ---
Voy subiendo la escalera de
mi casa pensando, ¡hogar, dulce hogar!
Qué ganas de llegar al que yo
llamo mi refugio después de un día agotador, entro en casa y respiro aliviada,
empiezo a quitarme la ropa, me encanta andar desnuda por casa me hace sentir
más libre, cuando me estaba quitando las medias en el sofá miré hacia el balcón
y para mi sorpresa había un tío enfrente mirándome, ¡vaya, pensé! Había
olvidado que me habían puesto un edificio enfrente y parece que ya estaba
habitado, me fastidiaba porque estaba acostumbrada a mi intimidad sin tener que
cerrar las persianas.
El tío me miraba fijamente
con una sonrisa burlona que le hacía encantador, sin ser guapo era muy
atractivo, yo que no me corto un pelo y aquello me estaba dando mucho morbo
seguí desnudándome pero ahora más despacio para hacerlo más sensual.
Empiezo a soltarme los
botones de la blusa y veo que él está haciendo lo mismo, jajaja ¡qué excitante
y divertido!
---- ¡Ah ¿ quieres jugar?
Pues prepárate (pensé).
Me quito la falda y me quedo
en tanga dejando a la vista unas piernas largas y torneadas y él se quita el
pantalón, ummm mis ojos se fueron enseguida al abultado paquete que se escondía
tras el bóxer y al hacerlo noté como mi tanga se mojaba y sentí escalofríos, el
morbo estaba servido y flotaba en el ambiente, los dos estábamos excitados por
el juego de seducción.
De repente el tío se pone a
bailar como si fuera a hacer un striptis, coge el cinturón y se lo pasa entre las
piernas haciendo un vaivén, jajaja ¡qué gracioso!
Él al verme reír y aplaudir
siguió bailando, la verdad es que me gustó su naturalidad, otro se hubiese
limitado a verme a escondidas, yo le seguí el juego y me puse a imitar lo que
él hacía y ahora era él el que aplaudía.
Así seguimos un rato hasta
que él miró el reloj de su muñeca y con gestos me dio a entender que tenía que
irse, le lancé un beso y se marchó.
Me quedé sonriendo pensando
en las sorpresas que te da la vida, ¿quién sería? No le conocía pero imaginaba
que nos volveríamos a ver.
Volviendo a la realidad me
fui a la ducha recordando que mi chico no tardaría en llegar y estaba deseando
sentir sus manos en mi cuerpo, el jueguecito con mi nuevo vecino me había
puesto cachonda y mi cuerpo pedía guerra.
Salí de la ducha desnuda y
fresquita y me senté en el ordenador a escribir, al rato oí la puerta y alguien
que decía:
---- ¡Holaaa posturitas, ya
estoy en casaaa!
Era mi chico y le encanta
llegar a casa y encontrarme desnuda frente al ordenador escribiendo relatos
calientes, me levanté para besarle y abrazarle y me fui a buscar dos copas y
una botella de vino y nos sentamos en el sofá para disfrutarla mientras nos
contábamos las batallitas del día, siempre
lo hacemos porque somos los mejores amigos. Cuando el vinito hizo su
efecto, sus manos cobraron vida y se deslizaban por mi piel, llevó su mano a mi
coño a la vez que lanzaba un gemido.
----Ufff, qué delicia de
mujer, siempre mojada (me dijo)
Me sentó en el sofá con las
piernas bien abiertas y llevó su lengua a mi vulva, ummm..., cerré los ojos
para sentir cómo su saliva se mezclaba con mis jugos y cómo la punta de su
lengua los arrastraba hasta mi culo, ufff, mis gemidos pusieron sonido al deseo
de dos cuerpos entrelazados, mi respiración se volvía por momentos más ansiosa
y acelerada, él me hacía maravillas con su lengua, con sus dedos y yo agonizaba
de placer, me tumbó a lo largo del sofá para hacer un 69, mi boca quería su polla
dentro y cuando miré al balcón de enfrente, allí estaba mi vecino otra vez
mirando, aunque esta vez estaba más
escondido solo se le veía la silueta, pero yo sabía que estaba allí.
Eso hizo que mi morbo y mi
lujuria se disparasen hasta límites insospechados, el saber que alguien nos
estaba mirando mientras follábamos me calentó de tal manera que decidí llevarlo
hasta el extremo y seguí con lo que estaba haciendo.
Me llevé la polla de mi chico
a la boca y empecé a lamer y chupar con vicio, metiéndome sus 20 centímetros hasta
la garganta mientras él jadeaba y me mortificaba el clítoris con sus labios, mi
mente volaba sacando mis perversiones a flote, al imaginar el calentón del
vecino al vernos, estaba tan excitada que cuando sentí que unos dedos me
penetraban el culo, empezaron a salir jugos a mares de mi coño y gemidos de mi garganta,
los orgasmos salían haciendo convulsionar todo mi cuerpo por la intensidad del clímax,
mi forma de correrme hizo que él se excitara más y le apreté los huevos a la
vez que se los lamia, sentí en mi boca
como los latidos de su semen hinchaban más las venas de su polla y succioné
con deseo hasta que sentí un potente
chorro atravesar mi garganta e inundarme la boca con su leche caliente. Umm
¡delicioso!
Seguí chupándosela hasta
dejarla limpita, mientras él me devoraba con sus ojos jadeando de gusto.
Nos fuimos a la ducha, no sin
antes cerciorarme de que mi vecino seguía allí y lo había visto todo, después
preparamos entre los dos algo para cenar, vimos una peli de humor para terminar
el día con una sonrisa y nos fuimos a la cama, estábamos cansados.
Pero… yo no podía dormir, el
morbo no me dejaba, seguía pensando en el vecino y en lo excitada que me había
puesto, así que me levanté y me fui a la sala, estaba todo oscuro y encendí una
lamparita de sal, su luz opaca y anaranjada creaba el ambiente perfecto, miré
otra vez por la ventana y allí estaba, jajaja otro que no podía dormir.
Él estaba en calzoncillos y
yo desnuda, decidí encenderme un porro de maría y me tumbé a lo largo del sofá
para que él se regodeara con mi cuerpo.
Él se quitó el boxer y se
tumbó en el suelo dejándome a la vista su polla empalmada en todo su esplendor,
ummm, la deseé al instante en mi boca, al mismo tiempo que notaba como mis
labios vaginales se hinchaban de excitación y mis fluidos comenzaban a salir.
La maría hizo su efecto y yo
volaba con mi imaginación hasta sus brazos deseando darme un buen revolcón con
él, entonces me senté en el sofá de nuevo con mis piernas bien abiertas para
regalarle a sus ojos la dureza de mis pezones y la visión de mi coño depilado,
rosadito y empapado, él con sus ojos dilatados por tanto erotismo se meneaba la
polla con vicio, con deseo y con hambre.
Lentamente mis manos
recorrían las insinuantes curvas de mi cuerpo, quería llevar su deseo al
límite, abarqué uno de mis pechos umm, ¡que suavidad!
Soplé uno de mis pezones y
luego lo pellizqué sintiendo rabia por no poder lamerlo.
Él estaba completamente
estático, embobado con el espectáculo, gotas de sudor brillaban en su frente,
sus ojos inyectados en fuego ni pestañeaban para no perderse ni un instante del
momento que yo le estaba regalando.
Cerré los ojos y seguí con
mis manos viajando por mi piel, sintiendo como se erizaba al contacto de mis
uñas, de la yema de los dedos, umm, me encanta disfrutar de mi cuerpo es tan
agradecido, tan sensitivo, tan apetecible a todas horas, llevé mis dedos a mi
coño para sentir como esa explosión de jugos calentitos me empapaban la mano
ufff, volví a sentir rabia por no poder chupar semejante manjar y miré a mi
vecino ofreciéndoselo con morbo.
Mis dedos seguían deslizándose
por mis pliegues húmedos, acariciando mi clítoris abultado y resbaladizo,
dándome placer en todos mis agujeros, ufff mi culo se movía buscando polla umm,
¡me encanta sentirme tan viva!
Ser tan tentadora y lujuriosa
provocó que mi vecino se volviese más que loco y vi como unos potentes chorros
de leche blanquecina impactaban contra el cristal, vi su cara desencajada de
placer, a mi se me hizo la boca agua al ver como el semen resbalaba por sus
manos,umm lo deseba correr por mis tetas, por mis pezones, sentí como la fiebre
me devoraba, como mi sangre se revolucionaba al máximo, mis dedos seguían
perdidos en la laguna de mi sexo, mi clítoris quería correrse desesperadamente,
entonces lo froté con saña, a la vez que metía tres dedos dentro de mi coño
ufff, sentí como una cadena de orgasmos sacudía todo mi ser, como la sangre me
estallaba en la cabeza, sentí como mi cuerpo se volvió liquido y liviano y me
dejé caer sobre el sofá, totalmente extasiada de placer.
Creo que me quedé dormida,
cuando desperté ya era de día, miré hacia la ventana de mi vecino sonriendo la
recordar el momentazo que nos habíamos dado y había una pancarta con letras
rojas que ocupaba todo el cristal en la que ponía:
----¡¡¡¡¡ Eres impresionantemente,
impresionante!!!!
Pasaron los días, la verdad
no sé cuantos porque mi vida es tan intensa que se me pasa el tiempo volando.
Un día me fui con unas amigas
al balneario de la perla, esta maravilla para relajarse está situada en el
norte de España, en Donosti y es una auténtica gozada porque puedes estar en un
jacuzzi con vistas a la preciosa Bahía dela Concha.
Nos pusimos el bikini y nos
metimos en jacuzzi que estaba a 60 Cº, ¡uff, qué gozada!
Me encanta sentir como las
burbujas me hacen cosquillitas en el coño, después bajamos a la zona de
contrastes, eso quiere decir baños de agua fría y caliente a la vez, me metí
directamente en la fría ( no sin antes gritar, claro) estaba tan helada que mis
pezones se pusieron tan duros que me dolían, salí tiritando y me metí en la
sauna buscando el calorcito, cuando entré no se veía nada con el vaho, me senté
en el banco de madera y entonces vi a un chico tumbado que llevaba solamente
una toalla a la cintura, cuando le miré a la cara vi que era mi nuevo vecino.
Los dos nos quedamos atónitos
por la sorpresa, estábamos a 90 kilómetros de casa jaja, le miré más
detenidamente y… sí era guapo, tenía unos labios tan dulces que invitaban a
besar, tenía rasgos exóticos en su cara como si fuese oriental, se llamaba
Rubén y era simplemente encantador.
Al hablar con él noté como mi
pulso se aceleraba, sentí su mirada devorándome con los ojos cada centímetro de
mi piel y los dos sentíamos como el morbo llenaba el espacio y nos envolvía.
Nuestros cuerpos ya estaban
empapados por la humedad de la sauna, el calor era máximo y nuestro deseo más,
nuestras calenturientas mentes ya estaban en acción pensando donde apagar tanto
fuego, salimos de la sauna y nos fuimos a las duchas, era la hora de comer y
había poca gente, vimos un vestuario con ducha para minusválidos y nos metimos
allí sabiendo que estaríamos tranquilos.
Rápidamente su toalla cayó al
suelo y mi bikini brasileño también, nos metimos en la ducha jugando con
nuestros cuerpos y el jabón, sus manos eran expertas y su piel deliciosa.
En susurros me decía que me
tenía en su mente a todas horas, que desde el primer instante en que me vio, no pensaba en otra cosa que no
fuese follarme como un poseso, que le había hipnotizado con mi cuerpo y mi
forma de vida.
Todo eso hizo que me excitara
más y más , decidí pasar de los preliminares y agarrarle la polla empalmadísima
y la llevé a mi coño levantando una pierna para clavármela entera, me moría por
sentir como su capullo golpeaba mi útero, como su grosor rozaba las paredes de
mi coño, haciéndome enloquecer, un grito de placer salió de mis entrañas al
sentir como me empalaba, como su verga llenaba todo mi coño, todos mis sentidos
vibraban al sentirme penetrada bajo los chorros de agua, él estaba totalmente
fuera de sí, me bebía las tetas, me las mordía con furia, yo me movía cada vez
más frenéticamente encima de su rabo, tragándome toda su largura y grosor,
apretando con fuerza mis músculos vaginales para sentirla más y me corría de
gusto, entonces me dio la vuelta y me puso de espaldas a él apoyando mis manos
en la pared, al instante sentí como su lengua se paseaba desde mi clítoris
hasta mi culo en un beso negro que me dejó sin aliento, seguidamente sus dedos
se introducían en mi volcán de jugos y su lengua dentro de mi culo haciendo que
perdiera la razón, después noté como se levantaba para dirigir su glande hasta
la entrada de mi culo, yo gemía y me retorcía empujando el culo hacia él para
que me la metiera más, la quería entera follándome hasta reventar, mi clítoris
quería correrse otra vez por el tremendo placer que me estaba dando su polla
empapada al entrar y salir de mi culo y entonces apretó con fuerza mi clítoris
frotándolo con vicio haciéndome jadear y casi perder el sentido con sus
embestidas, me folló con desesperación, con dulzura y con pasión hasta que
sentí como el calor de su leche caliente me inundaba el culo.
Sus gritos de placer y su
forma de correrse provocó un estallido en todo mi ser, hasta tal punto que creo
que los más de 100 puntos “G” que tengo repartidos por mi cuerpo, se corrieron
a la vez dejándome totalmente desfallecida en sus brazos, él un poco asustado
porque nunca había visto a una mujer correrse así, me besaba con ternura y me
abrazaba con pasión.
Después de recuperarnos un
poco, me puso el bikini. Me acompañó hasta la puerta y me dijo:
---- ¡Vete con tus amigas
tentación andante, porque de verdad que me están dando unas ganas locas….de
secuestrarte!
Me fui sonriendo y feliz
sintiendo como mis piernas seguían temblando por las verdaderas maravillas que
me había echo sentir, esa delicia de hombre.
ISSABELLA FERNÁNDEZ