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Orgía a bordo

en Orgías

Tengo una amiga llamada Susan a la que no veía desde hace años, nació en el mismo pueblo que yo pero se fue a vivir con sus padres a Ávila cuando tenía 15 años, ella era una persona alegre y llena de vida hasta que se casó con un “carcelero”, ósea un machista cabrón que no la dejaba salir de casa. Tuvieron dos hijos y para desgracia de él, ella seguía estando muy buena, eso hizo que los celos se convirtieran en tiranía y no solo con ella sino también con sus hijos.

Yo sufría al saber todo esto pero jamás me meto en la vida de nadie, pienso que cada uno tiene derecho a vivir su vida cometiendo sus propios errores para aprender de ellos, y tampoco dejo que nadie se meta en la mía.

Este año en las fiestas del pueblo me llevé una gran sorpresa cuando Susan me llamó y me dio dos noticias, una era que venía a verme y la otra que se había separado del “carcelero”, no sé cual de las dos me gustó más. ¡Por fin era libre! Y quería recuperar los años perdidos.

¿Y por qué se acordó de mí?, porque ella sabe que soy una persona que lo da todo por los demás, soy feliz y quiero que todo el mundo lo sea, también soy alegre, positiva y con mucha vida. Así que cuando me dijo que venía mi mente empezó a trabajar ilusionada buscando la mejor forma de hacerle pasar unos días inolvidables para aliviar tantos años de humillaciones.

Fui a mi agencia de viajes y reservé dos pasajes para un crucero por el Mediterráneo, la idea me encantó, pues era un crucero diferente, sin niños solo para adultos. Aquello prometía…y mucho.

Salimos una preciosa mañana de junio desde el puerto de Barcelona en una travesía que nos llevaría hasta Túnez, pasando por Palma de Mallorca, Roma, Nápoles, Capri, Niza y Montecarlo.

El barco era enorme, con capacidad para 800 pasajeros y otras 400 para la tripulación. Había de todo, cine, hospital, casino, piscinas, jacuzzi, tiendas y discoteca, ¡una gozada!

Cuando nos instalamos en el camarote Susan alucinaba con todo, aquello era nuevo para ella y estaba emocionada. Nos pusimos el bikini para salir a cubierta a tomar el sol, y con el cuerpo que tenemos las dos… ¡a levantar pollas!  Jajaja.

La cubierta estaba muy animada con música de salsa, se veía gente tomando el sol desnuda y otras en topless, la media de edad oscilaba entre 20 y 40 años de un poder adquisitivo digamos medio-alto, por supuesto de muchas nacionalidades diferentes.

Pedimos al camarero unas piñas coladas, nos quitamos el bikini y nos tumbamos en una hamaca; qué delicia sentir los rayos de sol en mi cuerpo y el vaivén de las olas del mar.

A nuestro lado estaban cuatro chicos muy alegres que no nos quitaban ojo, Susan estaba un poco cortada, decía que se le había olvidado ligar, pero para eso estaba yo que no me corto un pelo.

Ella es rubia, con los ojos azules, parece una inglesa, alta y con curvas; vamos…un bombón de tía. Yo soy morena con los ojos verdes, un poco más alta que ella y con un cuerpo para el pecado, sumado a una mente perversa y morbosa. Como me dice un amigo mío…¡¡¡La chica San Miguel, donde va TRIUNFA!!!

Saqué la crema solar del bolso y empecé a untársela a ella sobre su piel blanca para que no se quemara. El sol en altamar pega mucho y hay que protegerse. De pronto se hizo el silencio, los chicos ya no hablaban, solo miraban embelesados cómo mis manos esparcían la cremita lentamente por su cuerpo, ella seguía tumbada roja de vergüenza pero disfrutando a la vez. Después me puse crema en mis piernas subiendo por mi cintura hasta llegar a mis pechos, regodeándome en ellos sabiendo que a algunos ya le apretaba el bañador, jajaja.

Qué sensación tan placentera es tomar el sol desnuda sintiendo cómo la suave brisa del mar acaricia mis pezones, cierro los ojos dejándome llevar por el vaivén que mece y adormece plácidamente.

Cuando desperté era media tarde, Susan seguía dormida y los colores del atardecer se reflejaban en su cuerpo haciéndola más deseable. Los chicos ya no estaban y olía a comida, tenía hambre y desperté a Susan para ir a prepararnos para la recepción que daba el capitán. Nos duchamos, nos pusimos elegantes t a cenar.

La comida era variada y exquisita, los camareros encantadores. Cuando acabamos de cenar salimos a cubierta a dar un paseo, la gente iba muy elegante y miraba por la borda alucinados de cómo saltaban y jugaban los delfines. Era algo espectacular, digno de ver.

Hacía una noche preciosa, Susan estaba radiante con su vestido de noche azul, yo me puse uno plateado que se ceñía a mi cuerpo como una segunda piel. Nos dirigimos al salón donde se oía música en directo, nos sentamos y pedimos unas caipiriñas y cuando miramos a los músicos vimos que eran los chicos de las hamacas, estaban guapísimos con sus trajes y la verdad es que cantaban muy bien, se notaba que eran profesionales.

Cuando nos vieron se les alegró la cara, el guitarrista que era el más guapo cogió el micrófono y dijo:

** Esta canción va dedicada a la belleza española… y tocaron La Macarena, ¡qué gracia!

Agarré a Susan de la mano y la llevé al centro de la pista a bailar, al vernos la gente se fue colocando detrás de nosotras imitando el baile. La noche empezaba a animarse, los peores para bailar son los ingleses por su falta de ritmo, los mejores son los latinos que como yo digo, parece que tienen menos huesos en las caderas por lo bien que las mueven.

En el descanso los músicos se acercaron a nuestra mesa para presentarse, Dani el más guapo era argentino, moreno ojos marrones, labios carnosos, ¡uufff! Un bombón. Cuando me miró a los ojos después de recorrer todo mi cuerpo, sentí cómo me temblaban las piernas, se acercó más a mí y susurrándome al oído me dijo:    

 ** Tengo una pregunta para ti, ¿Dónde llevas escondido el tanga?

¡Uufff! No fue la pregunta sino el tono de su voz en susurros la que me dejó sin respiración. Cogí uno de sus dedos, lo llevé a mi cintura, lo fui bajando por mis caderas y le dije:

--- ¿Notas alguna tira debajo del vestido?

** No. (Contestó él)

--- No la notas porque no la hay, no llevo ropa interior.

** Umm… tengo que volver a cantar, menos mal que tengo la guitarra para taparme.

Él se marcho primero y los otros fueron presentándose, el batería Erick de Los Ángeles, encantador, al bajo Alex de Barcelona, otro bombón y a los teclados Manu de Almería, ¡ufff...! una golosina. Susan estaba eufórica y yo relamiéndome.

Cuando ya estaban tocando de nuevo, sonó con fuerza la guitarra con una canción de AC/DC (me encanta este grupo). Dani nos hizo señas para que subiéramos al escenario y allí que nos fuimos las dos a desmelenarnos.

Empezamos a movernos a la par siguiendo los acordes de la guitarra con movimientos sensuales que hacían furor entre el público, moviendo las cabezas a lo salvaje, poniendo caras malas, los chicos se querían subir al escenario, eso nos animó más y nuestros meneos se hicieron  más provocativos. Dani me metía el mástil de su guitarra entre las piernas, y Susan se tocaba las tetas dominada por el morbo de la situación, la gente nos aplaudía y jaleaban contagiados por nuestra lujuria, Alex se quitó la camisa y las chicas querían comérselo, se acercó a mí y me plantó tal beso en la boca que sentí cómo me mojaba al instante, ¡vaya momentazo!

Cuando acabó la canción estábamos las dos empapadas de sudor por el baile, por las luces y por el sofocón; ya éramos las más famosas del barco, las españolas cachondas, jajaja.

Nos fuimos al camarote entre risas y con los zapatos en la mano, nos duchamos y nos vestimos para ir a la discoteca, habíamos quedado allí con los chicos. Ella se puso un pantaloncito corto y un TOP, y yo un vestidito corto de licra con una cremallera desde el escote hasta abajo… ¡tentadoras!

Llegamos a la discoteca y allí estaban nuestros músicos ya sin traje, bailamos con ellos y nos reímos recordando el espectáculo que dimos en el escenario, Susan ya estaba en su salsa y disfrutaba sintiéndose deseada por tanto chico guapo.

Cuando nos cansamos de bailar salimos a cubierta para respirar el aire del mar, los seis nos dirigimos a popa donde había un jacuzzi con burbujitas y sin pensarlo dos veces nos quitamos la ropa y nos metimos dentro. La imagen de nuestros cuerpos desnudos y mojados brillando bajo la luz de la luna era afrodisíaca para nuestros sentidos, Susan se acercó a mí con una sonrisa más que traviesa y con sus pechos flotando entre burbujas se lanzó sobre mí y empezó a comerme la boca frotando sus tetas con las mías, los chicos nos miraban con morbo y relamiéndose.

La boca de Susan era tentadora pero sus pezones tiesos, más. Bajé mi lengua hasta ellos y los lamí con deseo arrancándole sus primeros gemidos de placer, qué ricura de pezones, mi boca se deshacía con ellos, metí las manos bajo el agua buscando su sexo y me encontré con sus labios vaginales hinchados y sus pliegues resbaladizos, noté cómo su clítoris palpitaba bajo mis dedos, uf  ¡qué delicia!, metí dos de mis dedos en su coño y me perdí entre sus jugos calentitos, ella jadeaba al sentirse penetrada una y otra vez y me acariciaba el culo jugando con sus dedos en él.

Ya nos habíamos olvidado del mundo cuando se acercaron los chicos y nos separaron, Dani y Alex se quedaron conmigo y los otros dos con ella.

Dani me sujetó por las caderas y me sacó del jacuzzi sentándome en una hamaca, yo ya estaba en trance cuando me encontré con dos vergas enormes a la altura de mi boca, ¡qué maravilla! Mi calentura subió de grados al tocar aquellos miembros erectos y calentitos, me llevé una a la boca y Dani gimió al sentir cómo mis labios húmedos rodeaban su capullo y cómo mi lengua se paseaba por toda su largura, con la otra mano agarré la polla de Alex meneándosela y frotándola con mis tetas. Miré a Susan que se la estaba chupando a Manu, eso me calentó más y noté como mis flujos resbalaban por mis piernas. Dani también lo vio y me tumbó con las piernas bien abiertas, llevó su lengua a mi chochito y empezó a lamer como un poseso todo lo que salía de mí. Alex me puso de pie para saborear mi culo en un beso negro que me dejó sin aliento, mi cuerpo respondía moviéndose al placer que me daban aquellas dos lenguas en mis agujeros, volví a mirar a Susan con lascivia y la vi puesta en 4 al borde del jacuzzi con la polla de Erick en la boca y la de Manu en el culo, ummm era una imagen que me recordó a una escena igual en una película de Emmanuel, me puse tan caliente que mi clítoris ardía bajo la lengua de Dani, sus dedos entraban y salían de mi coño y los de Alex de mi culo haciéndome enloquecer.

Vi a Manu que arrastraba las hamacas hacia nosotros para hacer la cama más grande y juntarnos los 6, entonces comenzó una orgía frenética donde cada uno dio rienda suelta a sus perversiones.

Dani se tumbó debajo de mí y me la clavó por el coño, Manu se colocó a mi espalda y me atravesó el culo con su polla empapada con los flujos de Susan y cuando los dos se movieron dentro de mí sentí cómo dos pares de huevos me golpeaban haciéndome gritar de placer, vino Alex y me la metió en la boca, ¡uufff! Mis sentidos estaban a punto de estallar sintiéndome penetrada por aquellas tres vergas y me las tragué con ansia moviéndome como una condenada,  mi forma de chupar hizo que Alex eyaculara en mi boca, tanto que me salía por las comisuras de los labios y no daba abasto a tragar, vino Susan a besarme y se lo pasé a su boca para saborearlo juntas.

Cambiamos de postura, sentí cómo me escocía todo y de nuevo noté una lengua paseándose por mi coño, era la de Susan ahogándose en mis flujos gimiendo de gusto.

Yo ya no era dueña de mi cuerpo, sentía manos y lenguas por cada rincón de mí. Erick se corrió en mis tetas regándomelas con su leche caliente y espesa, el olor a sexo me mareaba pero seguí en aquel tumulto de pollas que nos empalaban a las dos, una y otra vez haciéndonos gritar con cada una de sus embestidas.

Ella y yo nos pusimos en 4 mirándonos de frente, Alex y Erick se acoplaron a mí y los otros dos a ella, volviendo a ser penetradas por el coño y por el culo mientras nosotras nos comíamos la boca, aquellos chicos eran incansables y nosotras… insaciables.

Todo eran gemidos y jadeos, nuestros cuerpos brillaban por la mezcla de sudor, semen y flujos, mi clítoris ardía por las veces que me corrí, de repente sentí cómo mi vejiga pedía paso, tenía que mear, les dije que tenía que ir al baño y ante el asombro de todos Alex me dijo:

** Hazlo encima de mi polla

--- ¡Ufff! ¿Una lluvia dorada?  Dije yo mientras miraba la cara de lujuria de los demás. Aquello no lo había hecho nunca pero siempre hay una primera vez para todo, y la verdad es que me dio mucho morbo.

Se tumbó en el suelo y yo a horcajadas, de manera que mi coñito abierto se quedó encima de su rabo, me froté el clítoris con él para hacer presión y el líquido amarillo empezó a salir a chorro mojándole la polla, al sentirlo caliente, jadeaba y pedía más, Apareció la mano de Susan meneándosela con fuerza hasta que un grito anunció que su potente chorro de leche venía directo a mi coño. ¡Impresionante, morboso, perverso y bestial!

Todo esto le dio tanto morbo a Susan, que cogió una colchoneta de la hamaca, me tiró encima de ella colocándose para hacer un69, micuerpo estaba cansado pero mi morbo estaba a flor de piel. Primero me lamió las tetas, luego me mordió los pezones, su lengua me quemaba cada centímetro de mi piel, llegó a mi vulva hinchada apoderándose de mi clítoris mortificándolo con la punta de su lengua. Mis gemidos ya eran agónicos porque estaba al límite, y más al ver cómo sus jugos salían de su sexo, llevé mi lengua hasta ellos y los absorbía con desesperación hasta que ella entró en éxtasis y nos corrimos las dos a la vez gritando como locas y derritiéndonos una en la boca de la otra, después nos besamos efusivamente saboreándonos y caímos rendidas ante las miradas de admiración de los chicos.

Estábamos todos empapados y pegajosos, así que nos metimos otra vez en el jacuzzi para relajar los músculos, después nos vestimos y cada uno a su camarote a descansar… ¡vaya noche!

Al día siguiente el barco hacía escala en Palma de Mallorca, por supuesto nosotras no bajamos, estábamos cansadas y dormimos todo el día, además ya lo conocemos. Donde sí bajamos fue en Italia (me encanta este país), visitamos la eterna Roma, tomamos unos capuchinos con canela, que están deliciosos, fuimos en lancha hasta la preciosa isla de Capri disfrutando de cada momento como si fuera el último, después vimos Niza y Montecarlo, que están en la costa francesa. ¡Cuánto glamour tienen estos lugares!, lo peor es que son carísimos.

Todas las excursiones las hicimos con los chicos, eso quiere decir que en 8 días follamos en 4 países diferentes, la verdad es que fue una sobredosis de sexo que jamás olvidaremos.

Susan no paraba de darme las gracias por tan increíble y placentera experiencia, yo le decía que estaba feliz de verla contenta, para mí fue una misión cumplida el haber llenado su mente de vida, de morbo y deseo para borrar todo el miedo que ella traía, inseguridad y dolor por la vida que llevaba.

Cuando llegó la hora de las despedidas los chicos aparecieron con dos ramos de rosas en las manos y una hoja de papel con todas sus direcciones, los besamos emocionadas uno a uno. Bajamos la escalinata del barco y me dije a mí misma:

                   ¡¡VIVAN TUS IDEAS, TIA!!

              ISSABELLA FERNÁNDEZ

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