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En las afueras del parque

en Zoofilia

Mis dos experiencias previas de sexo con un perro, abrieron en mí muchas posibilidades de disfrute en ese plano ¡En la variedad está parte del placer y gusto! Pero resulta que los vecinos se mudaron, llevándose a mi Chocolate (el Gran Danés que fue mi primer amante cuadrúpedo) y no pude por tanto sentir su bola en mi culito que fue algo de lo que me faltó probar. Con nostalgia, me despedí el día que se marcharon, pero bueno, la vida continua y perros hay muchos, hehe. Aunque dudaba fueran como mi Chocolate, tan complaciente, educadito, fuerte. Ya le había planteado a mi marido, Fabián, comprar un perro de raza grande para que me acompañase en casa, pero de hacerlo, tendría que ser cachorro y debía esperar a que creciese para "entrenarlo" en las lídes amatorias.... Pues bien, en las mañanas cuando me entraban ganas de ejercitarme temprano, ya que voy al gym por las noches, me dirigía a un parque cercano a trotar. Uno de esos días, andaba con mi ipod escuchando música mientras me concentraba en el trote. De repente, me consigo con tres perros tamaño mediano, todos mestizos, que ladraban y saltaban enloquecidos por una perrita que llevaba un señor con su cuerda. Éste, al ver acercarse peligrosamente a los canes, los auyentó arrojándoles piedras. Los perritos con rabito entre piernas corrieron no mucho, deduje que seguramente la perrita en cuestión estaba en celo y por ello la desesperación de los pobres chicos, hehe. Un poco más adelante, les paso por un lado a los mestizos y se me ocurre una idea repentina: si quieren cojer, ¿por qué no ofrecerme yo como su perrita? ¿Qué tal sería eso? Mmmmmm.... Me detuve y comencé a jugar con los perros, éstos, se aproximaban, me olfateaban, pero levantaban sus narices como sintiendo el olor de mi colega que, a lo lejos, ya se marchaba (en referencia a la otra "perra", haha). Mi excitación por estar en un "gang bang" con esos tres callejeros me tenía loquita. Poco a poco fui ganándome su confianza hasta notar que ya muy poca gente quedaba en el parque por lo avanzada de la hora. Correteando y ellos conmigo, me dirigí hacia unos matorrales donde la cerca que limita al sitio está rota, por ahí me atreví a entrar pues dispuse que por allí encontaría el lugar más seguro para llevar a cabo mi entrega a los tres chuchos. Esa zona ofrecía seguridad de que nadie llegase o me viese y, para que tampoco se oyeran mis posibles gritos, me adentré lo más que pude con mis amigos.

Luego de caminar un buen rato, un pedazo despejadito en medio de la maleza, se ofrecía como punto de inicio. Aún quedaba por saber si los perritos estaban dispuestos a ofrecerme sus vergas y montarme, pero por ser tan mansos y juguetones, al menos pensaba que hostiles no serían. Así que inicié unas caricias sobre ellos, me senté y los dejé lamer mi cara, mis brazos, para ir calentándome más y que ellos se sintieran cómodos. Saqué mi lengua y los lamía también como ellos lo hacían con mi persona, la idea era ir haciéndome más perra y que mis canes les agradara. Luego buscaba con cuidado frotar sus vientres, tocarles sus forros, ellos saltaban, se me ponían encima, me mordisqueaban suavecito.... Decidí con muchos nervios y mirando para todos lados desvestirme. Por si no lo saben, me encanta quedar totalmente desnuda cuando voy a tener sexo, eso permite que cada punto y zona de mi cuerpo disfrute por igual. Los callejeros me lamían por todas partes, por mi humedad vaginal frotaba mis manos y me regaba mis jugos por mis tetas, piernas, nalgas, pies.... Y los perros lame que lame, mmmmm, ¡qué hot! Uno de ellos que se acercó más, puso su hocico en mi cuca, allí, su lengua rugosa y fuerte me dio un placer despampanante, tanto, que tuve mis dos orgasmos iniciales. Los otros quería participar como el primero de las lamidas en mi bajo vientre, el olor y las hormonas mías ya los tenían alborotaditos, !qué rico! Y yo más.... Empecé ahora a caminar en cuatro patas, previo, con mis medias que eran gruesas y largas, me hice unas rodilleras que me ayudasen a no lastimarme. Pero cuando alguno de ellos me iba a montar, me sentaba para provocarlos aún más y yo sentir el deseo de aquellos machos por mí. Sin embargo, quería chupárles sus miembros primero, soy una "chupa penes" por excelencia (de allí en parte mi alias acá). El mamar vergas me encanta y me excita muchísimo, les cuento que he llegado a tener orgasmos sublimes chupando un miembro viril no más (eso lo pueden inclusive investigar, algunas chicas lo podemos lograr). En fin, dispuse acercarme a uno de mis amantes de turno, le froté su falo por encima del forrito y salió aquel trozo de carne que invitaba a la lujuria. Como pude ya que los otros dos estaban deseperados gimiendo, me acerqué al pene rojito del can en cuestión y se lo mamé, soltando el chucho al instante un chorro de rica lechita agradable por demás. De ahí, a duras penas por el acoso de mis amantes, me puse debajo de otro de ellos para frotarle su mástil, verlo salir y engullirlo rápidamente. Éste inició movimientos bruscos cogiéndome por la boca y me regaló su rico semen que tragué enterito, ahora me quedaba uno pero no se dejaba agarrar el pene, ¡quería montarme como loco! Dispuse entonces dejarlo intentar montarme, ya a esas alturas, mi calentura pedía ser cogida por uno de ellos. Me puse en cuatro patas, separando mis piernas lo más posibe, bajando la cadera un poco y pegando el torso del suelo (lo hice sobre mi sudadera), eso le indica a los perros que una está lista para ser montada y les facilita la cópula. Los intentos del can eran infructuosos pero no dejaba que los otros se aproximasen mucho cuando él se bajaba, quería ser quien me fecundase primero, hehe, hasta que en una de esas, 'zasss', me la metió:

-Uuuyyyy papito, aaaggghhh.... ¡Qué rico, qué rico!, cógeme mi amor, así divino, aaaggghhhh.... hazme tu perra, tuyita si, así.... aaayyy ¡qué cosota más divina tu verga mi macho!

Su mete y saca duró poco y me bañó de lechita mi cueva, yo ansiosa quería más y más, allí otro de los calllejeros tomó su turno y después de desaciertos, bajadas y nuevas montadas, logró ensartarme su verga:

-Aaaagghhh, aaggghhhh, duro perrito, duro.... hazme sentir lo perra que soy, la perra de ustedes mis machos, mis amantes, aaaggghhhh.... -Ahí tuve otros orgasmos, espectaculares.

Este perrazo duró más que el otro y logró acoplarse a mí con su gran bola, me arrancó un grito de película cuando metió su grueso final de palote en mí. Se quedó luego de su descarga pegadito a mi cuerpo, sujetándome con sus patas fuertemente. Eso me causa mucho placer porque me hace sentir sometida por mi dueño que me desea para él nada más.... Como pude, acerqué a otro de mis amantes para buscar su pene con mi boquita, el que me montaba gruñi un poco al principio, pero luego el otro

en una maniobra que jamás hubiese esperado mas sí imaginado que quería pasase, se montó por delante iniciando una cogida en mi boca que me ahogaba pero me dejó atónita, tanto que lo dejé hacer a pesar de lo difícil de tener dos machos sobre mí, pero agunantaba cual heroína aquella deliciosa follada bucal, mientras el otro seguía acopladito a mi ser. Luego de otorgarme su sabrosa descarga, se bajó el que cogió mi boca y, al rato, se bajó el otro. Caí en el suelo producto el cansancio y fatiga, pero ¡que gustazo me había dado, guaooo! me precía increíble aquello de ser cogida así.... Los canes, luego de limpiar sus miembros, se acercaban y me lamían, me tocaban con sus frías narices y patas. El tercer perro quería también poseerme pero decidí que me cogiese por el ano, así que me puse la pantaleta tapando mi entrada vaginal, dejando sólo al descubierto mi culito, de manera que al montarme mi nuevo semental, debía acertar justo allí, en mi hoyito trasero. Sin embargo, por lo cerradito de éste, busqué con mis dedos lubricarlo algo e irlo abriendo, una vez lista, adopté mi posición de perra en la espera de su perro y el señorito inició, como los otros, intentos fallidos, sube y baja constantes hasta que acertó en mi culo:

-¡Coño! Aaayyy, aagghhhh, qué verga tan grande, aaayyy perrote.... me duele, me duele.... -Obviamente, los canes no van a estar con delicadezas a la hora de cogerte, eso es "entrando y culiando", iniciando sus mete-saca violentamente. Me tocó aguantar aquellas vapuleadas y el dolor y el grito fuero atroces, haha, hasta que mi culo fue adaptándose y el placer apareciendo, tarde o temprano es así. Basta con estar bien excitada y preparada, de lo contario, hay que esperar otro momento chicas, consejo de experta.... Pero ese era mi mometo, hehe, así que a gozarlo:

-Uuyyyy perrito, así, cógeme el culo, mi culo le gusta mucho tu verga, aaagghhh, aayyy, ¡qué sabroso papito! dame duro, rómpeme por puta, sométeme, soy tu perra, aaggghhhh....

Sus movidas eran divinas, sentía mis entrañas explotar y nuevos orgasmos inundaban de goce mi cuerpo que, en cuatro patas, era sodomizado por ese animal callejero. Así aguantaba con placer a mi macho de turno, era tanta mi calentura, que pensé dejar que metiese su bola si quería, lo que no pudo hacer mi Chocolate, pero la de este perro debía ser menos grande.... En efecto, aquel amasijo de carne empezó a forzar la penetración de mi culo que se resistía por cosa natural, yo lo dilataba como puede hasta que entró, intenté gritar de nuevo pero no podía emitir ni una queja, casi me desmayo, las famosas estrellitas las veía a mi alrededor mientras el chucho echaba gran cantidad de semen que quedaba guardadito dentro de mis entrañas. Así se mantuvo un buen espacio de tiempo hasta que se desacopló, no fue tan doloroso como imaginaba, ¡pero sentía mi culo abierto como nunca, confiezo! Habían pasado más de 4 horas desde mi salida de casa, decidí reposar para vestirme e irme. Mis amantes permanecían conmigo, después me acompañaron hasta la salida del parque donde decidieron quedarse, no seguir pues aquel era su territorio seguro. Yo seguí satisfecha por haber complacido una nueva fantasía, la de ser la perra de varios perros a la vez, y ya sabía que podía buscarlos otra vez para que me hiciesen suya como les diera la gana.... ¡Cosa más extraodinaria, mmmmm!