miprimita.com

El perro del taller

en Zoofilia

Luego de un par de años en mi casa y dándome mucho placer, el perrote "Papi" a quien tenía como amante, se fugó detrás de un grupo de canes callejeros.... Supongo que en el fondo quería recuperar su libertad y así, no volvió más a mi casa. Pasado un buen tiempo, me hacía falta tener sexo con un cuatro-patas, realmente me encanta ser la perra de un buen macho canino y ya le tenía la vista puesta a uno que tenían en un taller mecánico por los lados del centro de la ciudad y que me había impactado por su corpulencia y carita de malo, jaja. Pues bien, un día salí en la camioneta dispuesta a trata de montarlo y llevármelo un rato a ver qué tal. Como merodeaba los alrededores del taller de vez en cuando, lo encontré retirado de su hogar y, llevando provisiones de comida, lo incité a montarse conmigo tras muchos minutos de insistencia y cierta desconfianza por parte de mi admirado perrazo. Una vez logrado mi cometido, me dirigí a mi casa.

Allí, bajé al perro, lo llevé al jardín y noté que a pesar de su fortaleza y tamaño, era muy manso (gracias a Dios). Por ello, decidía darle un baño lo cual aceptó muy relajado, parece que me había ganado su afecto rápidamente.... También cepillé su boca y lo dejé listo para iniciar el cortejo, jaja. Lucía hermoso mi amigo de cuatro patas, mientras lo bañaba me calenté mucho.... Fui a cambiarme, poniéndome sólo una batita corta, ¡rodilleras y lista! Me acerqué al perro, lo acaricié mucho, por largos minutos. Lo apretaba con mis brazos y amapuchaba, él se dejaba tranquilo, apacible.... Como estaba mojadita en mi vulvita, le di a probar mis jugos pasando primero mis manitas por medio de mis muslos y luego poniéndoselas en su hocico. Lamía con agrado, le gustaba el sabor y ya tenía otro paso importante logrado, uyyyy. Le daba besos por su cuerpazo, lo hacía perseguirme en un jugueteo pre-amatorio que iba poniendo las cosas más intensas. Me ponía detrás del sofá, él me ladraba, corríamos, me daba alcance y se levantaba con sus patas traseras para lamerme u olisquearme, me excitaba que hiciera aquello. Lo empujaba, volvía a correr esta vez alrededor de la mesa y el me seguía, cada vez más entusiasta. Después de un rato en aquel jugueteo, decidí seguir retozándonos pero esta vez yo de 4 patitas.... me movía, el perro trataba de montarse encima de mí, yo bajaba mis nalgas hasta el piso, la idea era provocarlo y yo prenderme aún más. En una de esas, busqué que lamiese mi carita, hasta que empezamos a intercambiar besos.... Ummm, era delicioso sentir su gran lengua hurgarme. Con cuidado, acerqué mi mano derecha a su funda mientras lo acariciaba con la otra manita, le froté delicadamente hasta ver salir su punta rojiza y venuda, botando gotitas de líquido pre-seminal.... Se aparataba y limpiaba su pene, yo lo dejaba tranquilo hasta que volvía a ponerse pegado a mí, saboreando mi figura con su sin-hueso. Volvía a pajearle, esta vez su miembro salía más, dejaba ver su inmensidad mientras se movía coitalmente al sentir mis caricias. Al pasar unos segundo, arrojó bastante semen, poco fue el que pude lograr me cayese encima porque la mayoría se regó en el piso, jajaja. Volvió a apartarse, echándose a un lado y lamía su "cosota". Le miraba con muchas ganas de ser su hembra, ya yo ardía por dentro y por fuera, mi vagina era un volcán en erupción, mis pezones estaban duritos, transpiraba mucho, mis latidos era aceleraditos.... Me quité la bata quedando encueradita, aproximé mis nalgas al hocico del can y él con su lengua inició unas deliciosas pasadas por mi culo y vagina, cubría toda esa zona explosiva con su rugoso y largo órgano bucal. Empecé a dejarme llevar por las ricas sensaciones:

-Aaahhh, mmmm.... Así nené, así, lame a mami, lame a tu perra amor, uummmmm!! -Por un par de minutos me dio placer hasta que estallé en un orgasmo maravilloso.

Decidida a devolverle el placer proporcionado, como buena chica que soy, busqué ahora su pene con mis labios. Al estar ya parado, pude meterme debajo de mi amante, volver a masturbarlo para que saliera su verga provocativa y así, pude darle besitos primero, lamiditas luego, hasta empezar a otorgarle chupaditas:

-Mmmgghhh, mmgghh.... uyyy amor, qué delicia de pene tienes, mmmgghhh.... tu perra te lo va a chupar para que acabes en su boca papito lindoooo!!

Mamé unos segundos aquel palo sabroso del macho que me daba para degustarlo, lo tragaba, el perro me follaba la boca, yo me tocaba el clítoris y labios vaginales hasta tener otro orgasmo sublime. A todas estas, el can acabó dándome una abundante ración de su leche bien exquisita.... Tragué mucho semen perruno, ¡me encantó! El gran perro se acostó como para descansar de aquella llegada que echó en mi garganta. Yo, ya a mil por hora, queriendo ser penetrada, lo besé y toqué otro rato mientras se recuperaba y deseando quisiera montarme. Pasado un tiempito, provocándolo con mi gran culote y movimiento de caderas, se emancipó el grandulón y desafiante, me ladró y empujó con su anatomía. Me sonreí, sabía que sí iba a tratar de montarme, por lo que me puse a 4 patas y esperé que buscase fornicar a su hembra. Empezó como suele ocurrir con cierta torpeza los intentos de monta, no atinaba, yo me desesperaba pero sabía que debía ser paciente.... Nos movíamos en círculos, otra veces en línea recta, se encaramaba una y otra vez hasta que pude pillar su verga con una de mis manos y guiarle hasta mi chorreante vagina. Entonces el goce de convertirme en su "mujer" se hizo presente:

-Aayy, aaghhh.... Diosss, qué rico, así, aaghhh, dame duro amor, dame... anda, así, eres regio mi vida, uuuyy, aagghh.... cójeme, hazme tuya, qué rico lo haces, aaagghhhh, uuuffff!!

Las fustigadas que el perro me daba eran majestuosas, sentía el máximo placer que como mujer recibía de aquellas cogidas, de sus movimientos salvajes que me daban el gustazo.... Chillaba, me retorcía de gusto, se contraía mi abdomen, mis músculos vaginales se regocijaban producto de los mete y saca furibundos de aquel animal que me apretaba mientras me fornicaba, en clara indicación de que era ahora su perra, su esclava, su depósito de semen caliente.... Me dio durísimo varios minutos hasta que me abotonó, allí tuve varios mega orgasmos uno detrás de otro, ¡qué dicha, única! Estuvimos pegados otros minutos más, me sentía tan puta de saberme hembra de aquél portento de macho, soporté el tiempo que pasé recibiendo descargas de leche perruna hasta que, al empezar a sacar su bola, me indujo otros orgasmo más.... Nos separamos, él se acostó y yo busqué acostarme quedando de espaldas a él, sintiendo sus patas, cuello y hocico cerquita de mi desnudez.

El perro se repuso, yo me puse a masturbarlo pues quería volver a chupar su herramienta, sabía que así lo incitaría a encaramarme nuevamente, amén de que me gusta mucho mamar penes y eso es consabido, jajaja. Logré engullir su vergota, mamé y mamé ávida de su sabor, su textura y de sus fluídos, los cuales me regaló tantito de saborear su agradable falo. Ummm, rico semen, ¡divinoooooo! Me alejé, al principio parecía estar poco dispuesto a otra sesión de sexo, así que esperé serenamente, aunque moría por ser atravesada de nuevo

por su suculento pene.... Jugué con él otro ratito, el juego surtió efecto pues ya asomaba la punta enrojecida de su verga y me ladraba ordenando mi sumisión. Fui hacia el sofá, me acosté de espaldas allí, separé mis piernas y mi amante me deleitó con sabrosas pasadas de lengua sobre mi cuevita y botoncito clitoriano, acabé supremamente lo que me hizo poner "maluca", jaja. Tomé las patas delanteras del perrote, acerqué su cuadril a mi entrepierna y dirigí su verga impactante a mi vulva. Me ensartó más fácil que la vez anterior, quizás por la postura y empezó a penetrarme:

-Aagghh nené, aagggh, uuyy qué rico.... dame duro papito, así, dame lo mío.... hazme de nuevo tu perrita, soy tuya mi cielo, aagghh, auuuu, auuuu....

Me dio y me dio, movía su cuerpazo ensartándome, yo complaciente le abría las piernas, lo besaba cuando podía y gemía, gritaba, aullaba.... Mis tetas buscaba moverlas para recibir su baba que caía de su bocaza, aquello era el goce perfecto hasta tener otra nueva oleada orgásmica. Con dificultad logré separarlo de mí, me di vuelta y el can quería seguir poseyéndome, pero esta vez el objetivo sería mi ano, quería que me lo metiera por el culo.... De rodillas y con mi torso apoyadita en el mueble, usé mis manos para separar mis glúteos lo más que pude, por mucho rato intentó mi amante meterlo, con agilidad movía mi cuerpo hasta que ¡zas!, me empaló el culo fieramente:

-Aaaayyy, ayyyyy.... me duele, aagghhh, ayyyyyy....

El perro ni se inmutaba, sólo me follaba a su gusto mientras yo daba alaridos, gritaba, mordía un cojín que quedó a mi merced, apretaba los puños.... Me destrozaba el ano aquella bestia bravía, yo soportaba entre lágrimas y quejidos hasta que el dolor y el placer se fundieron en mi humanidad.... Empecé a gozar, a regocijarme de las embestidas que me daba mi nuevo amante, mis esfínteres se contraían y relajaban en tan sólo segundos:

Dame más, aayy, aagghh…. dame duro mi amor, te amooo, aagghhh, soy para ti, mi culo te pertenece ahora…. aayyy, aauch…. soy tu lobaaa, tuya no más…. auuu, auuuu!!

Así me taladró hasta que como volcán en llamas, broté en orgasmos estelares por la cópula majestuosa de la cual era partícipe, ¡qué goce, qué dicha! El perrote me folló, me cogió bien cogida y echó su descarga en mi culo que le servía de aliviadero.... Intentó abotonarse pero no lo dejé, jaja, ya había tenido suficiente por hoy.... Nos relajamos, le di agua, comida y lo llevé después a unos metros de su taller. Bajó de la camioneta y se quedó mirando mientras me iba, pero ya lo buscaría nuevamente para tener otra divina aventura sexual!!